Biología, Botánica, Genética y Zoología


Mamíferos acuáticos


MAMÍFEROS ACUÁTICOS

(DE AGUA DULCE O RÍO EN COLOMBIA)

En los mamíferos actuales encontramos todos los grados de adaptación de la vida acuática. Entre las especies anfibias que sólo van al agua para comer y los cetáceos que no salen nunca del medio acuático ni aún para dar a luz a sus hijos, existen todas las formas intermedias. (Boulière, 1964)

En la mayoría de los órdenes se encuentran especies anfibias. Entre los marsupiales americanos hallamos, por ejemplo, los Chironectes , cuyas dos especies parecen pequeñas, si bien pertenecen a la misma familia de los opossums (didélfidos). Su adaptación a la vida acuática se evidencia por un pelaje corto y compacto, dedos palmeados y vibrisas táctiles muy desarrolladas. Los insectívoros cuentan actualmente con algunas especies anfibias. Además del crosopo europeo, nos hemos referido ya a la crocidura acuática del Tíbet (Nectogale), al lignogale de Madagascar y al curiso Potamogale de los riachuelos de la selva del África occidental. (Boulière, 1964)

Este último se parece por completo a una nutria, y lo poco que sabemos de su biología demuestra que se nutre de Cangrejos y quisquillas de agua dulce. Los roedores comprenden un buen número de especies anfibias: los castores (con su cola en «pala»; las ratas almizcladas (Ondatra); algunos ratones silvestres, tales como los Ictbyomys, Anotomys, Daptomys, Holochilus, Scapteromys y Nectomys americanos; los Hydromys de Australia, el coipu (Myocastor), etc. (Boulière, 1964)

Los pinnípedos se reproducen una vez al año, con la excepción de la morsa (Odobentls). que sólo lo hace una vez cada dos años; el acoplamiento se efectúa generalmente unos días después del parto, lo que es posible gracias a la existencia de un útero bicorne, Ambos actos ocurren por común en el suelo o sobre el hielo, La gestación es larga (de diez meses a un año). Los pinnípedos tienen actualmente representantes en todos los mares excepto en el océano Índico. No obstante, son mucho más numerosos en las aguas polares que bajo los trópicos, probablemente a causa de la mayor riqueza de los mares fríos en zooplancton y demás organismos de que se nutren. (Boulière, 1964)

La biología de los sirénidos es, por desgracia, poco conocida: Su aspecto exterior es muy característico: cabeza robusta con numerosas vibrisas, piel gruesa y desnuda miembros anteriores transformados en aletas pectorales, estando ausentes los posteriores. La cola del animal se transforma en aleta caudal, redondeada o en forma de remo horizontal. Las diferentes formas descritas se han repartido en dos familias: los manatíes y los dudongos. Los primeros viven en las aguas dulces o costeras de los trópicos americanos y africanos. Los dudongos son sirénidos francamente marinos, característicos de las zonas costeras del océano Índico y del mar Rojo, hasta Australia y las Filipinas. Viven de preferencia en las «praderas» de zosteras y otras fanerógamas marinas. (Boulière, 1964)

Los cetáceos nos muestran una adaptación a la vida acuática todavía mas completa que los restantes mamíferos a los que acabamos de pasar revista. Su aspecto pisciforme y el hecho de que el ir a tierra sea para ellos un accidente fatal, hizo que durante mucho tiempo se los considerase como peces. El cuerpo es siempre más o menos fusiforme, la cabeza enlaza directamente con el tórax por reducción del cuello. Los miembros anteriores están transformados en aletas pectorales, sin vestigios exteriores de dedos. Los miembros posteriores faltan por completo. Si bien en las grandes especies pueden persistir algunos rudimentos esqueléticos internos. La cola se ha convertido en una aleta caudal horizontal movida por una potente musculatura; ella es, en efecto, el órgano propulsor esencial del animal. Una aleta dorsal desprovista de esqueleto óseo, presente en muchas de las especies, acaba de completar su parecido con los grandes peces de altura. La piel está desnuda, a excepción de algunos raros pelos en la cabeza, y una capa de grasa, que puede a veces sobrepasar los 25 cm. de espesor, asegura un excelente aislamiento térmico de los órganos internos. Los orificios nasales se abren en la parte alta de la cabeza y forman el surtidor por donde los cetáceos arrojan el agua. Los oídos carecen de pabellón, y las mamas no sobresalen del cuerpo del animal, sino que están contenidas en una bolsa mamaria única o dob1e, que se abre por delante de la vulva. Cada mama está revestida de un músculo compresor que, al contraerse, lanza violentamente la leche en la boca del pequeño. (Boulière, 1964)

La mayoría de los mamíferos tienen requerimiento de oxígeno similares a los de los seres humanos. Estructuralmente sus órganos respiratorios son muy parecidos. Sin embargo, los mamíferos marinos pueden sumergirse a grandes profundidades y permanecer allí durante largos períodos. Un cachalote, por ejemplo, fue hallado a una profundidad de más de 1.000 metros y se sabe que permaneció sumergido durante 75 minutos. Una foca de Weddell, que es un animal mucho más pequeño, puede zambullirse hasta 600 metros y permanecer sumergida durante 70 minutos, o puede nadar sumergida a 2.000 a 4.000 metros. ¿Son sus pulmones diferentes de los nuestros? ¿Es su sangre diferente? ¿Tienen reservas de oxígeno especiales, como un submarino?. Los estudios en diferentes mamíferos buceadores han demostrado que ninguno de ellos tiene pulmones significativamente más grandes, en proporción, que los nuestros. De hecho, mamíferos buceadores como las focas exhalan antes de zambullirse, al comienzo de su inmersión. Sin embargo, el volumen sanguíneo es mayor. En los seres humanos, la sangre constituye aproximadamente el 7% del peso corporal, mientras que en los mamíferos buceadores es del 10 al 15%. El lecho vascular es proporcionalmente mayor y parece que sirve como un reservorio de sangre oxigenada. Además, la proporción de glóbulos rojos es superior y la mioglobina está más concentrada y le otorga a los músculos un color muy oscuro. Sin embargo, los fisiólogos calculan que estas adaptaciones no proporcionarían suficiente oxígeno para buceos prolongados. Un factor principal de supervivencia en los mamíferos buceadores, según han mostrado los estudios, es un grupo de reacciones automáticas que se conocen colectivamente como el reflejo de buceo. Durante el buceo, el ritmo cardíaco disminuye y la provisión de sangre a los tejidos que son tolerantes a la falta de oxígeno, como los órganos digestivos, la piel y los músculos, se reduce a una décima o a una veinteava parte de lo normal. Los músculos obtienen energía en forma anaeróbica, por glucólisis, produciendo cantidades grandes de ácido láctico y generando una deuda de oxígeno. La mayor parte del oxígeno es derivada al corazón y al cerebro, cuyas células comenzarían a morir después de unos 4 minutos sin oxígeno. El abastecimiento sanguíneo se reduce sólo ligeramente en las glándulas suprarrenales, que producen hormonas implicadas en la regulación de la tasa metabólica, el balance iónico de los líquidos corporales y la frecuencia de latidos cardíacos. En una hembra preñada, el feto también tiene alta prioridad sobre el oxígeno disponible. Estudios realizados por M. Nemiroff de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, indican que el reflejo de buceo también existe en los seres humanos. En éstos, el reflejo resulta de gran importancia durante el nacimiento, cuando el bebé debe ser privado del suministro de oxígeno especialmente en las últimas etapas del parto. La funcionalidad del reflejo se puede demostrar de un modo muy simple: la inmersión de la cara en agua fría disminuye la frecuencia cardíaca. Las observaciones hechas por Nemiroff surgieron en el curso de investigaciones de 60 individuos que estuvieron a punto de ahogarse. Se ha supuesto, en general, que una persona que permanece sumergida en agua durante 4 minutos o más en el peor de los casos morirá o, en el mejor, sufrirá un daño cerebral irreversible. En este grupo de 60 individuos, 15 habían sido rescatados después de 4 minutos o más de estar en las aguas heladas del lago Michigan en los Grandes Lagos. De estos 15 individuos, 11 sobrevivieron sin daño cerebral. Uno de ellos, un estudiante universitario que atravesó el hielo en un accidente automovilístico, permaneció bajo el agua durante 38 minutos; sin embargo, pudo finalizar su semestre de estudios con un buen promedio. Otro sobreviviente reanudó su carrera de médico en ejercicio de la profesión. Todos los sobrevivientes habían estado sumergidos en agua fría (por debajo de 21 .C), lo cual hizo más lentas las demandas metabólicas de sus células y, por lo tanto, redujo su necesidad de oxígeno. Algunas de las personas que fueron rescatadas requirieron respiración artificial hasta unas 13 horas. (Curtis, 2001)

MANATÍ

Mamíferos acuáticos

Foto del libro Fauna Colombiana, 1986

Familia: Trichechidae

Orden: Sirenia

Trichechus ignunguis

Manatí del Amazonas

Tiene una longitud de 2,5 a 3 metros y un peso de 350 a 500 Kg. Tiene un cuerpo robusto y pesado. El color de la piel varía de grisáceo a negro con una mancha blanca en el pecho. La cola es aplanada, redonda y ancha. Tiene aletas situadas cerca de la cabeza. La cabeza es pequeña, el hocico recto y el labio superior hendido con pelos duros. No tiene orejas externas. La hembra pare solo una cría que pesa en promedio 30 Kg.

Familia: Trichechidae

Orden: Sirenia

Trichechus manatus

Distribución: Norte, centro y sur América e Islas del Caribe. En Sudamérica en Colombia, Brasil y las Guyanas. En Colombia; en la región Caribe y la Orinoquía.

Diurno y nocturno. Acuático. Solitario o las hembras viajando con su cría. Temporalmente forman congregaciones durante la época de apareamiento, los miembros de un grupo mantienen contacto por vocalizaciones debajo del agua. Es completamente herbívoro, come vegetación acuática, incluyendo pastos marinos. El tiempo de gestación es de 13 meses, la cría permanece largo tiempo con su madre. El intervalo entre nacimientos es de tres a dos y medio años. Se pasa casi toda la vida completamente sumergido. Saca la cabeza sólo para respirar dos o cuatro veces cada cuatro minutos. Se encuentra en agua dulce o agua salada.

De figura alargada y rechoncha, de carácter tímido, inofensivo, el manatí (Trichechus manatus) es codiciado como materia de alimento y comercio, además de que resulta una presa sumamente fácil de cazar.

Su carne es sabrosa y abundante (un manatí adulto pesa casi tonelada y media); su piel es utilizada en la fabricación de látigos, bastones y suelas de zapatos, y sus huesos, especialmente sus costillas, son tallados para artículos ornamentales y de joyería.

Al manatí se le clasifica dentro del orden de los sirenios, mamíferos que viven en el agua y se alimentan fundamentalmente de plantas. Los sirénidos habitan ambientes de agua dulce, salobre o marina. De acuerdo con algunos investigadores, los manatíes son los parientes más cercanos de los elefantes y se parecen a ellos no sólo en su alimentación y la posición pectoral de las mamas, sino, además, por la estructura dental y la forma como ésta se renueva.

El manatí tiene una figura extraña, caprichosa. La cabeza y el rostro presentan grandes arrugas y pliegues que le dan un aspecto grotesco, enfatizado por su labio superior hendido. No tiene cuello, por lo que tiene que girar todo su voluminoso cuerpo para ver hacia un costado, y adornan su grueso hocico rígidos pelos que le ayudan a obtener su alimento. Su cuerpo es abultado en la parte superior y se adelgaza poco a poco hasta terminar en una cola con forma de remo. Sus miembros anteriores tienen de tres a cuatro uñas y, además, dos proyecciones musculares para coger y pasar el alimento a la boca.  A diferencia de los otros mamíferos, sólo cuenta con seis vértebras cervicales en lugar de siete.

Su sistema digestivo es muy complejo y los molares son reemplazados continuamente desde corta edad, debido a sus hábitos herbívoros. Sus oídos son muy pequeños, pero tan sensibles que es capaz de escuchar bajo el agua. Sus ojos están protegidos por una membrana. Un manatí adulto alcanza casi 5 metros de largo y hasta 1,600 Kg. de peso. Estas criaturas carecen de cuerdas bucales, sin embargo, se comunican mediante chillidos muy parecidos al llanto de un bebé. Casi no utilizan su sentido del olfato debido a que pasan gran parte del tiempo sumergidos en el agua con las válvulas nasales cerradas. A diferencia de casi todas las demás especies animales, el manatí tiene poco desarrollado su instinto de conservación. Su carácter amistoso, su tendencia a acercarse al hombre los hace muy vulnerables. Habitan en aguas poco profundas, pues se alimentan de plantas sumergidas o que flotan en el agua, aunque en ocasiones buscan también las que están a ras de la superficie, de manera que sacan la cabeza y los hombros. Tienen papilas gustativas que les permiten seleccionar su alimento.

Debido a su cuerpo tan grande, el manatí requiere comer de 25 a 30 Kg. diarios de plantas. A diferencia de otros mamíferos marinos, gasta poca energía debido a sus movimientos lentos y a que vive en aguas tropicales, por lo que no necesita mucha energía para regular la temperatura de su cuerpo. Además, necesita de poco oxígeno por minuto para respirar. Su complicado ciclo reproductivo también los hace vulnerables. Las hembras sólo tienen una cría cada dos o tres años, pues su período de gestación es muy largo, de 13 meses. Los pequeños permanecen junto a la madre otros 12 ó 18 meses, en prolongada lactancia, período durante el cual aprenden lo relacionado con las rutas migratorias y zonas para alimentarse. Cuando las hembras entran a su época de celo se forma a su alrededor una manada de seis u ocho machos. No se conoce con precisión la edad a la que alcanzan la madurez sexual, pero, con base en su tamaño, se piensa que es a los 5 y 8 años de edad, en macho y hembra, respectivamente.

NUTRIA

Nutria Gigante de Río

Pteronura brasiliensis

CLASE MAMMALIA

ORDEN CARNÍVORA

FAMILIA MUSTELIDAE

SUBFAMILIA LUTRINAE

GÉNERO Pteronura

ESPECIE Pteronura brasiliensis (Gmelin, 1788)

Mamíferos acuáticos

Foto del libro Fauna Colombiana, 1986

Distribución: La “nutria gigante de río” endémica de Sudamérica, es la más larga y la segunda más pesada, después de la nutria marina norteamericana y alcanza entre 1.5 y 2 m. de largo y 32 Kg. de peso. Estos individuos viven en el Bosque Tropical Sudamericano.

En Colombia se pueden encontrar individuos de Pteronura brasiliensis en ríos y quebradas de las cuencas amazónica y orinocense. Es posible que se puedan encontrar en la región del Catatumbo (hasta 1997, dato sin confirmar), ya que en Venezuela llegan hasta el Golfo de Maracaibo. Estos individuos pueden llegar hasta una altura máxima de 500 metros sobre el nivel del mar, sin embargo, se realizó un avistamiento en la región del Casanare cerca de los 750 metros sobre el nivel del mar.

Otros nombres: Perro de agua, perro de agua grande, Lobo del río

La nutria gigante es el mayor representante de la familia de las nutrias. Llega a medir hasta 2 metros a pesar 35 Kg.

Son animales muy sociales que viven en familias de 10 - 20 individuos. El tiempo de gestación es de 65 - 70 días, después de este periodo nacen 2 - 5 crías. La nutria gigante es uno de los predadores más grandes del área y se alimenta casi exclusivamente de peces. Normalmente cazan en grupos pero también han sido observados cazando solitariamente. La piel es de coloración marrón. Cada individuo tiene una marca única de color claro en la garganta, la cual es utilizada para identificarlos.

Las nutrias gigantes llegan a vivir aprox. 12 años en su medio natural y hasta 21 años en zoológicos. Los enemigos naturales más conocidos son los Jaguares. La nutria gigante es una de las especies de nutria más amenazada de Latinoamérica.

Ha sido severamente perseguida por su piel y se encuentra localmente extinta en muchas zonas de su distribución original.

Mamíferos acuáticos

Foto del libro Fauna Colombiana, 1986

La especie más antigua conocida de la Sub-familia Lutrinae es Potamotherium valentini, la cual aparece en el Oligoceno de Europa. Esta combina caracteres primitivos (morfología dental), con caracteres altamente adaptativos (morfología de los miembros), especializados para la vida acuática y se presume que fue un habitante común de los grandes lagos del Oligoceno europeo. En el Mioceno Temprano aparece el género Paralutra, el cual persiste hasta el Mioceno Tardío. Posteriormente en el Plioceno tardío aparece en Norte América el género Lutra vus , el cual presenta características similares a las de Lutra, pero un poco más primitivas. Se piensa que posiblemente invadieron Norte América cuando el puente de Bering aún se encontraba formado. Sin embargo, en el Pleistoceno temprano en China se encontraba una especie, Lutra licenti, la cual presentaba similitud con los miembros de Lutra americanos en cuanto a sus caracteres importantes, pero esta última solamente aparece en el Pleistoceno medio en Norte América. De aquí se piensa que hubo una invasión por Lutra licenti seguida por una invasión de Lutra lutra en el Pleistoceno tardío reemplazando a la primera que se extinguió. Finalmente, existen dudas en cuanto al establecimiento de formas de Lutra lutra en Norte América debido a la competencia con sus equivalentes americanos. Se tienen dudas acerca de la época en que aparecieron por primera vez en Sur América, pero parecen ser invasores del Pleistoceno. (Sánchez, 1998)

Con base en la especialización de los dientes existen dos tendencias en los grupos americanos recientes, la primera en Lutra provocax tiende a ancharse y la segunda Lutrafelina donde ocurre lo contrario. La tendencia a cortar (dientes estrechos) corresponde a formas primitivas (Potamotherium valentinz) y las formas avanzadas están representadas por Enhydra. El color de su pelo es pardo oscuro excepto en las extremidades y el pecho (área que se extiende desde la región mistacara, región genal, mentoniana, interramial, guIar y la superficie ventral del cuello), donde presenta una coloración en el pelaje que varia desde una tonalidad muy pálida hasta una tonalidad amarillenta -anaranjada. Los límites del área así definidos con respecto al resto del pelaje son muy contrastantes con relación al colorido general del pelaje, pero el contorno de la región amarillenta es bastante variable en extensión y en algunos individuos llega a fragmentarse de manera tal que en lugar de existir un parche amarillento continuo aparecen manchas profusas irregulares generalmente alargadas. De esta manera la extensión, el contorno del área amarilla y el grado de fraccionamiento de la misma resultan un carácter bastante conspicuo para identificar los diferentes individuos de una misma población. (Sánchez, 1998)

Mamíferos acuáticos

Foto del libro Fauna de la Serranía de la Macarena, 1995

CONDICION DE Pteronura brasiliensis EN COLOMBIA

En este momento Colombia cuenta con disposiciones legales concretas para asegurar la conservación de las especies silvestres. Desafortunadamente, en algunas regiones del país dicha reglamentación no se hace cumplir por parte de las autoridades competentes. En el caso de la "nutria gigante de río" se deben tener en cuenta las reglamentaciones existentes tanto para el medio terrestre como acuático, ya que dicha especie puede ser considerada como semi-acuática.

En Colombia se encuentran vigentes algunos decretos (1942) Y resoluciones (1959) referentes a la veda de algunas especies de mamíferos, entre estos se incluye a Pteronura. Desde 1973 se han realizado normas complementarias donde se tienen en cuenta aspectos fundamentales para la preservación, protección, manejo de la fauna silvestre, además de algunas especificaciones acerca de la caza, prohibiciones, imposición de vedas, entre otros. Sin embargo, con el decreto 1608 para algunas especies no se prohibió la caza sino que se exigían permisos para realizarla (Decreto-Ley 2811 de 1973, Decreto 1608 de 1978 y Ley 84 de 1989). (Sánchez, 1998)

La "nutria gigante de río" es una especie que ha sido muy presionada por parte del hombre debido al valor de su piel. En los años 50 empieza la comercialización de las pieles. Para entonces se trataban dos tipos, las "pieles negras", es decir pieles sin pelo y eran exportadas a Europa (Austria, la entonces Alemania Federal, Italia y Francia, entre otros) donde se curtían.

En 1970 se pagaba por una piel puesta en Europa hasta US $90. Según los datos del Incomex, en Colombia entre febrero y mayo de 1965 se exportaron 1632 pieles de nutrias y en 1974, fueron 325. A pesar que en 1973 se realizó la veda de la caza, existían depósitos con pieles y estos no se decomisaron, así continuó su comercialización hasta mediados de la década 70. A su vez el Reino Unido importó de Sudamérica 22926 pieles en 1975 con un precio que oscilaba entre 230 a 460 libras esterlinas. En la época del auge comercial de pieles en Colombia se llegó a pagar alrededor de $10.000 pesos por una piel de primera calidad de Pteranura. (Sánchez, 1998)

No se conocen estimativos acerca del número de "nutrias gigantes" presentes en el territorio colombiano y tampoco se sabe cuantas había inicialmente, pero por conversaciones realizadas con indígenas de la región del Caquetá, antes era posible encontrar "nutrias gigantes" fácilmente y en números más grandes. Es posible que las poblaciones de nutrias existentes en el área debido al incremento en la colonización se hayan desplazado hacía las cabeceras de los ríos, lo cual las mantiene alejadas por lo menos temporalmente del hombre, también es probable que los niveles de caza hayan llevado a estos individuos al punto de casi extinguirse en la zona. (Sánchez, 1998)

Defler (1986) registra para el área del Tuparro la caza de individuos de Pteronura con fines de consumo por parte de las tribus indígenas Guahibas o con fines comerciales. Esta zona actualmente sigue presentando este tipo de actividades, ya que a partir de algunos recorridos que se realizaron por la Orinoquía colombiana durante el segundo semestre de 1997, se encontró que en una tienda de artículos típicos de la región se ofrecía una piel de nutria para la venta, aunque bien está establecido en el Decreto 1608 de 1978 la prohibición de la venta y comercialización de cualquier producto obtenido de especies silvestres y aún más de especies catalogadas como en vía de extinción o vedadas, a pesar de haber alertado a las autoridades acerca del hecho no se tomó ninguna medida al respecto. Días más tarde se encontró sobre el río Orinoco un individuo macho de Pteronura muerto, lo habían matado única y exclusivamente para quitarle la piel. (Sánchez, 1998)

DELFINES

Delfín Rosado

Inia geoffrensis

CLASE MAMMALIA

ORDEN CETACEA BRISSON

FAMILIA MUSTELIDAE

SUBFAMILIA INIDAE FLOWER

GÉNERO Inia

ESPECIE Inia geoffrensis

Mamíferos acuáticos

Foto de Mundo Animal de El Tiempo 2003

El delfín rosado, o delfín de río es una especie que vive exclusivamente en ríos, lagunas y caños de agua dulce de la cuenca hidrográfica de la Amazonía.

Se puede encontrar en aguas poco profundas durante la época de inundación, época en la cual su hábitat se llena de árboles y plantas que hacen parte del suelo del bosque, creando un interesante campo de obstáculos a través del cual el delfín debe moverse cuando va en busca de su presa. Por esta razón el delfín rosado es más flexible y lento que los delfines del océano.

Posee un cuerpo largo y rosado (de donde surge su nombre común), un pico largo con la línea de la boca curva y en dirección a los ojos, lo que le atribuye una sonrisa permanente. Su dentadura consta de dos clases de dientes, unos cónicos en la parte delantera y unos planos en la parte posterior de la boca. En total tiene de 48 a 68 dientes. Posee una frente destacada y maleable, que varia de acuerdo a su actividad, tornándose prominente o plana. Sus ojos son pequeños y su vista es reducida. En lugar de una aleta dorsal existe una "joroba" de base ancha, que se extiende a lo largo del cuerpo. Las aletas pectorales son largas, planas y flexibles, muchas veces con bordes ondulados.

Al nacer, el delfín rosado mide entre 70 y 83 cm y pesa cerca de 7,5 Kg., al llegar a la edad adulta alcanza una longitud máxima de 2,5 m y pesa mas o menos 160 Kg.

Este delfín es un animal de hábitos solitarios. Comúnmente se encuentran en grupos de dos o tres individuos que generalmente son la madre y los hijos, aunque existen algunos registros de grupos de 12 o 15 individuos, pero esto es muy raro. El tamaño del grupo varía de acuerdo al nivel de las aguas y la cantidad de alimento disponible; los registros de grupos grandes coinciden con la época de aguas bajas.

El delfín de río es un animal extremadamente lento y sensible, de movimientos delicados. Tienen la capacidad de doblar el cuerpo hasta formar un ángulo de 90 grados y pueden girar la cabeza en cualquier dirección ya que tienen las vértebras cervicales independientes (no fusionadas). Durante el nado respira varias veces en la superficie y raramente permanece sumergido por mas de dos minutos. Algunas veces se les ve dando saltos o sacando la cabeza (y su largo pico) del agua.

Comportamiento de desplazamiento: generalmente desde la superficie solo se puede observar a un individuo que nada lentamente, mostrando únicamente el dorso y permaneciendo apenas el tiempo suficiente para respirar en la superficie. El intervalo entre una aparición y otra es de aproximadamente 1,5 a 2 minutos.

Mamíferos acuáticos

Foto de Mundo Animal de El Tiempo 2003

Saltos: el delfín sale casi completamente del agua, hace giros y otras piruetas y luego vuelve a sumergirse. Este comportamiento solo es observado en la época reproductiva, cuando los machos intentan llamar la atención de las hembras.

El delfín rosado se alimenta básicamente de peces y ocasionalmente puede ingerir moluscos y crustáceos. Esta especie parece preferir depredar peces solitarios que cardúmenes. El delfín acostumbra a arrastrar a sus presas hasta el fondo y arrancarles la cabeza antes de engullirlos. Si los peces son muy grandes, además de arrancarles la cabeza, el delfín acostumbra a partirlos por la mitad con los dientes posteriores, antes de ingerirlos.

Todas las especies de delfines usan un sistema de ecolocación basado en sonidos. Usando el melón (parte protuberante de la frente) ellos envían un sonido que rebota en los objetos que están alrededor. El eco da al animal información acerca de la localización y la descripción física de los objetos. Este sistema de ecolocación también puede ser utilizado para comunicarse entre especies. Sin embargo, hay pocos estudios acerca de esto.

Es el delfín de agua dulce más grande del mundo. Alcanza longitudes de hasta 2.80 m y pesos de 180 Kg. El cuerpo es robusto, poco hidrodinámico pero muy flexible. El hocico es alargado y provisto de más o menos 106 dientes. La dentadura de estos delfines es de tipo heterodonta, es decir que tienen diferentes dientes (incisivos y molares), a diferencia de los delfines marinos que es homodonta. Los ojos son pequeños pero funcionales, adaptados a las condiciones del agua turbia donde habitan. El melón es pronunciado, especialmente en adultos. Esta estructura sirve como un direccionador acústico para las ondas que producen (ecolocalización). A diferencia de los delfines marinos, Inia puede mover la cabeza de lado a lado, debido a que las vértebras cervicales se encuentran separadas y no fusionadas. Las aletas pectorales son grandes y con gran capacidad de movimiento. La aleta caudal es baja y prolongada. La coloración es variable, generalmente cuando nacen son de color gris y a medida que crecen pueden mantener esta coloración, volverse rosados o tener patrones intermedios. El color rosado está determinado genéticamente, pero su intensidad depende de la actividad física del animal.

Esta especie se encuentra ampliamente distribuida en las cuencas del Amazonas y el Orinoco, en países como Colombia, Venezuela, Brasil, Bolivia, Ecuador y Perú. Actualmente se reconocen dos especies: Inia boliviensis, en Bolivia, e Inia geoffrensis con dos sub-especies: I. geoffrensis geoffrensis en la Amazonía e I. geoffrensis humboldtiana en la Orinoquía.

Surgieron entonces, discusiones a nivel taxonómico resueltas en parte por los estudios de holotipos particulares de Van Bree & Robineau (1973), que permitieron replantear el sistema de clasificación existente y hablar de Inia geoffrensis geoffrensis e Inia geoffrensis boliviensis corno subespecies diferentes. (Diazgranados, 1997)

Hoy en día se habla de dos especies Inia geoffrensis e Inia geoffrensis boliviensis y se incluye una subespecie que habita la Orinoquía colombiana y Venezolana llamada Inia geoffrensis humboldtiana, considerada la más reciente evolutivamente hablando. (Diazgranados, 1997)

Se cree que los antecesores de la familia lniidae migraron desde el océano Pacífico hace 15 millones de años entrando al continente por las costas bolivianas. Se adaptaron primero a condiciones estuarinas y luego a dulceacuícolas y debido a los procesos de orogénesis del Holoceno se distribuyeron a lo largo de las cuencas del Amazonas y del Orinoco (en formación) modificando su comportamiento según los diferentes hábitats y originando las especies y subespecies conocidas en la actualidad. (Diazgranados, 1997)

Posteriormente se plantearon las teorías analizadas por Pilleri & Ghir (1977) y Grabert (1984) sobre la subespeciación de estos mamíferos, sustentadas en la comparación de los individuos del Amazonas, el Orinoco y los ríos Bolivianos.

En la década de los ochenta se intensificaron dichas investigaciones, haciendo énfasis en la abundancia, comportamiento, biología y conservación de Inia geoffrensis y Sotalia fluviatilis (otra especie de delfín de río que habita en simpatría con Inia en el Brasil y posteriormente en la Amazonía. (Diazgranados, 1997)

Se recopiló de esta manera, información básica sobre las características externas, distribución y abundancia, anatomía interna, fisiología, comportamientos reproductivos e influencia de los factores antrópicos sobre dichas poblaciones.

TUCUXI

Sotalia fluviatilis

CLASE MAMMALIA

ORDEN CETACEA BRISSON

FAMILIA MUSTELIDAE

SUBFAMILIA STENINAE

GÉNERO Sotalia

ESPECIE Sotalia fluviatilis

El delfín rosado coincide muchas veces en su distribución con el Tucuxi o Tonina (Sotalia fluviatilis) por lo que algunas veces pueden ser confundidas las dos especies, pues el tamaño de Tucuxi es semejante al del juvenil delfín rosado y también por la coloración del dorso que en ambos casos es grisáceo.

El Tucuxi es uno de los delfines más pequeños; es robusto y sus aletas pectorales, aletas caudales y aleta dorsal son grandes. En su variedad marina se le encuentra alrededor de las costas y estuarios de los ríos del noreste de Sudamérica, y en forma de río, en las extensiones más bajas entre dos recodos y en los lagos del sistema del Amazonas. Es una especie diferente al delfín del río del Amazonas de agua dulce. El tucuxi vive solo o en pareja, aunque se juntan cardúmenes más grandes de hasta 10 individuos en los ríos y de 30 al rededor de la costa. Puede saltar, darse vuelta de campana y deslizarse sobre las olas, pero la razón para esto no está clara. Se traga enteras sus presas, de hasta 35 cm. de largo, entre las que se incluyen peces como anchoas y bagres, y calamares. En algunos lugares, la tradición local prohíbe la casa de estos delfines, aunque muchos se asfixian accidentalmente en las redes de pesca y a algunos los matan por su carne o para cebo de pesca. Los ojos y otras partes del cuerpo son apreciados como amuletos para el amor.

Las poblaciones costeras alcanzan un máximo de 1.8 a 1.9 m y un peso de 35 a 40 Kg. Los animales del río Amazonas son más pequeños alcanzando una longitud máxima de 1.6 m. El periodo de gestación es de 10 meses, usualmente las crías nacen entre los meses de mayo y agosto. Estas al nacer poseen una longitud promedio de 70 cm. (Trujillo, 1990)

Mamíferos acuáticos

Foto de Mundo Animal de El Tiempo 2003

Es un animal robusto de hocico prolongado y enlongado, continuada por un melon redondeado. Las aletas pectorales son anchas y puntiagudas; la aleta dorsal es característicamente ancha en su base y de forma triangular, ligeramente cóncava y localizada en al parte media del cuerpo. La aleta caudal es delgada y amplia, de forma redondeada y con un nodo bien marcado. Los ojos son grandes y redondeados. Poseen en la mandibula superior dos líneas divergentes con pelos táctiles en un número de 12. Presenta de 26 a 35 dientes homodontos en cada lado de la mandíbula. (Trujillo, 1990)

CONDICION DE Inia geoffrensis EN COLOMBIA

En Sudamérica, las primeras observaciones de delfines datan del siglo pasado cuando Humboldt realizó la “Expedición por el mundo equinoccial” (1799) y reportó individuos de Sotalia en el Río Orinoco. Más tarde Bates en 1863 realizó descripciones de los géneros de delfines Inia y Sotalia en su libro “The Naturalist on the River Amazons”. Sin embargo, el estudio de estos mamíferos sólo comenzó a mediados del presente siglo, cuando Layne (1958) realizó observaciones de la especie Inia geoffrensis durante quince días en cercanías de Leticia, capturando individuos para estudiar posteriormente su comportamiento en cautiverio, en un acuario de los Estados Unidos. (Diazgranados, 1997)

A principios de los noventa, se comenzó un proyecto en el Amazonas colombiano con el fin de estudiar los aspectos ecológicos y etológicos de los delfines de río lnia geoffrensis y Sotalia fluviatilis. Hoy en día se ha ampliado el área de estudio expandiendo las investigaciones a lo largo de la cuenca Amazónica y la Orinoquía colombiana como parte de un macroproyecto que compara la autoecología de los delfines en los ríos Caquetá, Amazonas y Orinoco, es decir la relación existente entre los delfines y el medio, además de una serie de proyectos relacionados, en los que se estudia el componente íctico, limnológico y vegetal en función de las comunidades de mamíferos presentes, con el apoyo de COLCIENCIAS, La Fundación OMACHA, el FONDO FEN, Naciones Unidas (PNUMA) y The Whale and Dolphin Conservation Society, WDCS. (Diazgranados, 1997)

En la cuenca del Orinoco, tanto colombiana como venezolana, Meade & Koehnken (1991) realizaron inicialmente un estudio de la distribución de la tonina lnia geoffrensis humboldtiana, en el que se aportó información sobre las características químicas y sedímentos suspendidos de las aguas del río. (Diazgranados, 1997)

Posteriormente se realizaron proyectos como el de Lee McGuire (1995) sobre la ecología de los delfines en el río Cinaruco en Venezuela y la investigación sobre la estimación de abundancia de esta especie en los ríos Orinoco, Meta y Bita en Colombia, por medio de la Fundación Omacha.

En el Orinoco, así como también en el río Meta y los pequeños tributarios, los delfines constituyen los predadores superiores más exitosos. Estos animales se han adaptado a las condiciones de vida que el medio les ofrece, desarrollando un sistema de comunicación y eco localización sofisticado que emplea ondas acústicas en un rango de frecuencia de O a 170 Khz. que les permite moverse libremente y capturar a sus presas en aguas bastante turbias. (Diazgranados, 1997)

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

Custis, H. Barnes, S. 2001. Biología. Ed. Médica Panamericana. Bs. As. Argentina.

Bourlière, François. 1964. El Mundo de los Mamíferos. Ed. Juventud. España.

Diazgranados Cadelo, María Claudia. 1997. Estimación de la abundancia del delfín Inia geoffrensis humboldtiana (Pilleri and Gihr) en los ríos Orinoco, Meta y Bita. Área de influencia de Puerto Carreño. Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano.

Mejía, Carlos. 1986. Fauna Colombiana. Editorial La Rosa. Bogotá. Colombia.

Mejía, Carlos. 1995. Fauna de la Serranía de la Macarena. Amazonas Editores, Ediciones Uniandes. Bogotá. Colombia.

Martínez Sánchez, Ana María. 1998. Algunos aspectos del uso del hábitat de la Nutria Gigante de Río Pteronura brasiliensis (Gmelin, 1788) y anotaciones sobre su comportamiento en el río Meta, Caquetá Medio; Amazonía Colombiana. Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano.

Trujillo González, Fernando. 1991. Aspectos ecológicos y etológicos de los delfines Inia geoffrensis y Sotalia fluviatilis en la Amazonía colombiana. Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano.

Mundo Animal. Casa Editorial El Tiempo. 2003. Bogotá. Colombia

Museo del Mar. Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano.

Museo de Historia Natural. Universidad Nacional de Colombia.

Instituto de Ciencias Naturales. Universidad Nacional de Colombia.

Anónimo. Especies Locales en Peligro de Extinción. http://www.yucatan.com.mx/especiales/faunaenextincion/manati.asp




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