Todo empezó una noche en la que Ángel, Ramiro, Gildo y Juan, huían por la montaña del ejercito de Franco. Se escaparon y se fueron a una montaña en la que había una cueva disimulada con ramas y hojas. Estaba tan bien disimulada que los que rastreaban la montaña no los encontraron. De vez en cuando, bajaban al pueblo para buscar comida y un poco de ropa limpia a sus casas, donde les esperaban asustados sus familias por los continuos registros de las casas del pueblo. Todos tenían miedo pero necesitaban comida para sobrevivir en la montaña. Un día, Juan, el pequeño de todos quiso ir al pueblo, todos dijeron que no porque aún era joven y corría el peligro de que le cogiesen, pero al final, los convenció a todos y fue al pueblo del que nunca más volvió ya que le pillaron y lo mataron. Los demás seguían en la montaña sin enterarse de nada hasta que un día se decidieron a bajar los tres a ver que pasaba. En casa de Ramiro dijeron que allí no había ido. Los tres decepcionados, volvieron a la montaña pero los guardias escucharon un ruido y empezaron a disparar. Un disparo le dio a Ángel y tuvieron que llevarlo de vuelta al pueblo donde un médico le curó. Cuando ya estuvo curado, volvió a la montaña donde Gildo y Ramiro le esperaban. Volvieron al pueblo y fueron a ver al cura y le preguntaron por el hermano de Ramiro, Juan, pero el cura no les dijo nada, pero al final, después de mucho esfuerzo lograron sacarle que Juan estaba enterrado en un río y que él lo había delatado. Los tres mataron al cura y se fueron otra vez a la cueva de la montaña en la que se refugiaban. Decidieron salir del país y hablaron con un hombre que conocía a gente que les podía ayudar con la condición de que les pagasen 50000 pesetas por cabeza ya que eso era lo que los guardias ofrecían por atraparlos vivos o muertos. Los tres aceptaron pero no tenían de donde sacar el dinero por eso fueron a ver al dueño de la fábrica en la que trabajaba antes Ramiro. Cogieron al dueño de la fábrica y lo secuestraron. Le dijeron a su mujer que si quería volver a ver a su marido tenía que reunir 150000 pesetas y le advirtieron de que si traía a la policía matarían a su marido. El día del intercambio, todo salió mal. Los guardias les engañaron disfrazándose de la mujer y mataron a Gildo. Ángel y Ramiro, mataron al resto de los policías y huyeron de allí, fueron a casa de la mujer de Gildo y se refugiaron allí. Ramiro estaba herido y Ángel tuvo que ir a buscar al médico que le curó la herida pero el médico le dijo que ya estaba jubilado y que ya no le podía curar. Después de mucho rato de insistencia, convenció al médico y se fueron a casa de Gildo. Cuando el médico vio la herida de Ramiro dijo que tenía que volver a su casa porque tenía que coger un medicamento. Pero no volvió, solo volvió el caballo en el que iba. Resulta, que los guardias le mataron y llegaron a casa de Gildo. Entonces, Ramiro y Ángel planearon un plan de escape. Ángel, logró salir de la casa pero Ramiro no y los guardias quemaron la casa. Ángel, no volvió a ver a Ramiro, supuso que le habrían matado, así que volvió a la montaña donde el tiempo se le hacía muy largo al estar solo. Volvió a su pueblo a ver a su hermana que le dijo que el no podía seguir así, Ángel le hizo caso y escapó cogiendo un tren para salir de allí.
Descripción de los personajes:
Ángel: uno de los protagonistas y narrador del libro. Es el único junto a Ramiro que escapa de la persecución de el ejercito de Franco.
Ramiro: Compañero de Ángel al que le disparan. Es un poco reservado y todo lo que le pasa se lo guarda y no lo piensa. Sufrió mucho cuando mataron a su hermano su hermano.
Gildo: Es un compañero de Ángel al que matan en un tiroteo. Tiene barba y es muy corpulento.
Juan: El primero al que matan. Es el más pequeño de todos. Es el hermano de Ramiro, que le tiene mucho aprecio.
Biografía:
Julio Llamazares, escritor español.
Nombre real: Julio Alonso Llamazares.
Nació el 28 de marzo de 1955 en Vegamián, León. Compaginó durante años su labor como periodista con una fecunda producción literaria. Títulos como «El río del olvido», «En mitad de ninguna parte» y «Trás - os - Montes», novela y un libro de viajes al mismo tiempo, donde refleja el paisaje portugués, centrándose concretamente en la región de Trás-os-Montes, forman parte de un currículum que se completa con innumerables ensayos, reportajes, críticas, crónicas y cuentos. La revolución literaria de Llamazares se produjo a finales de los años setenta gracias a títulos como «La lentitud de los bueyes» y «La blancura de la nieve». A estas obras les suceden otras de corte narrativo como «Luna de lobos» y «La lluvia amarilla», que lo consolidan en una época marcada por una intensa labor en el medio televisivo. Otros títulos como «En babia», «El río del olvido», «Escenas de cine mudo», «Nadie escucha» y la compilación de sus relatos dentro del volumen «En mitad de ninguna parte» muestran los plurales registros de su creatividad que apunta simultáneamente en varias direcciones, que van desde la memoria hasta el ensayo, pasando por la literatura de viajes, el reportaje, la crítica, la crónica y la narrativa breve.