Literatura


Luces de bohemia; Ramón María del Valle Inclán


Luces de Bohemia

Resumen:

Escena primera

En la primera escena se nos presenta a Máximo Estrella un poeta que mal vive, con su mujer Madame Collet y su hija Claudinita en un mugriento ático, de sus libros. El autor nos expone la desesperación del artista y como es estafado por D. Latino de Híspalis (su lazarillo) o por Zaratustra que es el que ha comprado el libro.

Escena segunda

En esta escena Estrella va a la librería de Zaratustra para deshacer el trato de la venta de su libro pero ella no acepta. Poco después llega a la librería D. Gay y entre ellos mantienen un diálogo acerca de la situación política, social y religiosa de España en esa época. La charla está cargada de una fuerte crítica que será la tónica dominante de toda la obra.

Escena tercera

La obra sigue cuando Máx y D. Latino van a la taberna de Pica Lagartos allí discuten con La Pisa Bien sobre al dinero de un décimo y terminan criticando a Castelar, a la nobleza y la política en general. Se observa que Máx es bastante admirado por su genio literario.

Escena cuarta

La escena comienza con Máx y D. Latino borrachos por la calle, se encuentran de nuevo a La Pisa Bien y ella les comenta que ha habido manifestaciones y huelgas en toda la ciudad y que la policía ha sido dura, como de costumbre. Después se encuentra a un grupo de modernistas con los que tiene una discusión a cerca de la hipocresía de este movimiento, ellos respetan al viejo protagonista y terminan lanzando consignas contra el estado juntos. Por ello llega la policía y encarcelan a Máx y a D. Latino aunque el poeta y los modernistas se ríen bastante de los uniformados.

Escena quinta

En esta escena se denuncia la brutalidad policial y la incompetencia de los tribunales de la época por medio del trato que recibe Máx en el ministerio de Gobernación. A ello los modernistas, que han acompañado a Máx y D. Latino hasta allí, reaccionan dirigiéndose a las redacciones de distintos periódicos para denunciar el caso.

Escena sexta

Aquí Máx conoce, en los calabozos, a un preso anarquista con el cual habla de la situación de España y de lo necesario que es una revolución del proletariado español, al final de la escena el preso es asesinado por el estado y posiblemente de forma poco ortodoxa (si la muerte puede llegar a ser ortodoxa).

Escena séptima

Los modernistas llegan a la redacción de un periódico y allí intentan que el caso salga publicado en el mismo pero el encargado se opone ya no es noticia destacada. En la escena se critica la vinculación de la prensa con la política y como los políticos tiene comprada completamente a la prensa, aunque respondiendo a la crítica el encargado del periódico alude al rechazo de todo lo español por parte de los modernistas, pero... por algo será.

Escena octava

En esta escena Máx recurre a sus contactos en el ministerio para denunciar su caso. Hablando con Paco, el ministro, denuncia su situación de abandono y consigue que este le de un dinero fijo todos los meses. Se conoce que este tipo de acciones se llevaban a cabo muy a menudo ya que la corrupción y los favoritismos estaban a la orden del día. Hasta la conciencia de Máx tiene un precio.

Escena novena

En esta escena Máx se encuentra a Rubén Darío, el máximo exponente del modernismo con él discute sobre la hipocresía de este movimiento y de la religión mediante una fuerte crítica, como siempre.

Escena décima

Aquí Máx se encuentra con un par de mujeres de vida alegre que representan todo lo más pútrido de la sociedad española de época y en lo cuál está a punto de caer el protagonista de no ser por la llegada de algunos policías.

Escena undécima

En esta escena extremadamente trágica Máx y D. Latino se encuentran a una mujer que sostiene a su hijo muerto en los brazos. Todo el mundo mira con indiferencia a la mujer, hasta el propio D.Latino. También se oye el sonido de unos disparos, el fusilamiento del preso anarquista, a lo cual Máx responde insultando a voz en grito a todos hasta al propio D. Latino.

Escena duodécima

En esta escena muere Máximo Estrella de frío de alcohol, de ira y de pena no sin antes hacer la definición del esperpento: “pasar a los héroes clásicos por un espejo cóncavo dónde las imágenes más bellas son absurdas”.

Cosa que lleva siendo aplicada durante todo el libro. Cuando D. Latino se da cuenta de que Máx va a morir le roba y se va con indiferencia.

Escena decimotercera

En este capítulo un hombre se empeña en que Máx no está muerto sino cataléptico y así el autor aprovecha para criticar las ciencias en España.

Escena decimocuarta

En esta escena los sepultureros están acabando de enterrar a Máx, representan la indiferencia hacia la muerte de los españoles. Mientras Rubén Darío y el marqués de Bradomín hablan sobre la vida de Máx Estrella y sobre su muerte.

Escena decimoquinta

En esta última escena D. Latino bebe a costa del dinero robado a Máx y brindando por él, con la hipocresía natural en él, con todos los parroquianos. Se ve un pequeño cambio en él y termina diciendo la conclusión del libro: la vida es un esperpento.

Personajes

Máximo Estrella: Es la contrafigura de Alejandro Sawa, escritor muerto ciego y loco, en 1909 en Madrid. Abundantes testimonios de sus contemporáneos nos revelan datos referentes a su aspecto persona, su imponente barba, porte de señorío, conversación arrolladora y deslumbrante, que no supo trasladar a sus páginas. La muerte en miseria de este sevillano grandilocuente, hiperbólico, envenenado de literatura y de bohemia, debió conmover a los jóvenes literatos que luchaban denodadamente por la fama literaria.

Madame Collet: Esposa de Sawa, se llamaba Jeanne Poirier. Por su paciencia la llamaban “Santa Juana”.

Claudinita: Hija de Máx Estrella. Elena, en la realidad.

Don Latino de Hispalis: para su identificación se ha pensado en muchas personas. Pero en Don Latino puede verse al propio Sawa, un desdoblamiento de su personalidad. Eso es lo que Sawa hubiera hecho en el envés de su cara doble y avasalladora. El otro Sawa. El que engaña a quién puede y vive del sablazo ocasional.

Zaratustra: Bajo este nombre se esconde el librero Gregorio Pueyo, editor de los escritores modernistas de principios de siglo. En cuanto al mote de Zaratustra, hay que ver en el una huella de admiración de los escritores noventayochistas hacia Nietszche.

Don Peregrino Gay: El escritor Ciro Bayo. En su nombre quedan resonancias de sus peregrinaciones por tierras y pueblos de un lado y otro de Atlántico.

Jóvenes poetas modernistas: Valle-Inclán los agrupa bajo la denominación de “Epígonos del parnaso modernista” los de más entidad son Darío de Gádex (seudónimo de Antonio Rey Moliné) y Pedro Luis de Gálvez, acaparador de la descarada picaresca y la audacia más insospechada. Ambos figuraron ampliamente en la vida literaria.

Ministro de la Gobernación: Se trata de Julio Burrel, periodista amigo de intelectuales, ministro en 1917. Su trato con escritores, sus favores a varios de ellos, su acusada personalidad de hombre de letras en un sentido general se ve reflejada en el personaje del esperpento.

Basilio Soulinake: Ernesto Bark, ruso emigrado, autor de diversas obrillas de difícil catalogación. El propio Sawa dejó noticia suya, calificándolo de “gran exagerado del pensamiento en acción”. Es Bark-Soulinake el que cree que Máx no está realmente muerto y que necesita pruebas científicas.

Rubén Darío: Sin encubrir su nombre, Valle-Inclán introduce en su esperpento al poeta-guía del Modernismo. Las escenas IX y XIV le ven desfilar, caracterizado por su expresión. Recordemos el “¡admirable!” Signo muy expresivo del hablar del artista.

Marques de Bradomín: El personaje de las sonatas se presenta aquí manifiestamente identificable con su creador Valle-Inclán. Ocurre ello en la escena XIV, dentro del prolongado diálogo entre Bradomín y Rubén Darío.




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Enviado por:Beto
Idioma: castellano
País: España

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