Literatura
Luces de bohemia; Ramón María del Valle Inclán
Antroponimia de
“Luces de Bohemia”
1.Introducción
Este trabajo es un estudio de los nombres de los personajes que intervienen en la obra y participan con algún discurso. Se hará referencia a los nombres puestos en boca de los personajes y en las acotaciones cuando se crea necesario, y habrá una pequeña referencia a los nombres citados y lo que esto implica.
Lo que se pretende es mostrar que en “ Luces de Bohemia” los nombres están relacionados con la obra; es importante fijarse en qué quieren decir algunos especialmente, porque a partir de ellos se podrán deducir características de los personajes e, incluso en algún caso, sólo la denominación bastará para su caracterización. Yendo un poco más lejos, se puede observar que el estudio de los nombres da pie para hablar de la obra en general: sus temas, el lenguaje de los personajes, su condición social, etc...
¿ Por qué son tan importantes los personajes en esta obra? Porque el personaje de “ Lucas de Bohemia” es la colectividad, la sociedad. La actitud de Valle-Inclán en esta obra es la de agria crítica; se suma así a los escritores de la generación del ´98 en la protesta contra la España de su época. Valle-Inclán no se limita a hacer una burla a la bohemia y un ataque a la política, “ Luces...” es una burla grotesca de la sociedad manipulada de la que forma parte el autor; es una manifestación del deseo de mejorar, porque Valle-Inclán pensaba que el país, poco a poco y de manera irremediable, se iba yendo abajo.
Con Valle se instaura el término “ esperpento” y se empleará para designar un nuevo arte a partir de entonces. Este nuevo género tendrá sus bases en la literatura paródica, de arrabal de los siglos XIX y XX.
El esperpento es una deformación de la realidad y son también una deformación los nombres inventados de personajes con base histórica.
El nombre de Max Estrella puede llevar a hablar del simbolismo en la obra y los nombres verdaderos de personajes reales a lo real e inmediato que domina en “ Luces de Bohemia”.
Como en ocasiones los personajes tienen una base histórica, se puede considerar que Valle-Inclán dirigió su obra a un receptor concreto: la sociedad de su tiempo; ésta sería la que entendería la significación de algunos nombres que al lector actual se le escapan.
La lengua de los modernistas es rechazada en “Luces...” y se produce una deformación idiomática. La lengua escogida para expresar el clima de protesta es la de la calle, la marginal: el habla madrileño con gitanismos, andalucismos...Algunas características de este habla, innovadora en la literatura, se señalarán más adelante en la explicación de algún nombre.
2.Clasificación
A continuación se propone una posible tipología de los nombres de los personajes con discurso (se trata más bien de un esquema que será ampliado en el punto siguiente).
El criterio empleado es el que da preferencia a cómo están denominados los personajes antes de sus intervenciones (en la edición de 1924): con el nombre propio, con el apodo...
A.Nombres propios
A.1 Nombres (o pseudónimos ) verdaderos de:
-Personajes reales: Rubén Darío y Dorio de Gadex.
-Personajes literarios: el Marqués de Bradomín
A.2 Nombres inventados de:
-Personajes con base histórica 1: Max Estrella, don Latino de Hispalis, don Gay Peregrino, Basilio Soulinake, Madama Collet y Claudinita 2.
-Personajes sin base histórica: Serafín el bonito, Dieguito y don Filiberto.
B.Apodos
B.1 Apodos verdaderos: Zaratustra
B.2 Apodos inventados:
-Se conoce además el nombre propio del personaje: la Pisa Bien (=Enriqueta), el Rey de Portugal (=Gorito) y Pica Lagartos (=Venancio).
-No se conoce el nombre propio: la Lunares, el capitán Pitito y el Pollo del Pay-Pay.
C.Denominaciones genéricas
C.1 Se conoce el nombre del personaje: el chico de la taberna (=Crispín), la madre del niño muerto (=Romualda), el ministro (=Francisco), la periodista (=Pacona), la portera (=señá Flora), el preso (=Mateo), el sereno (=Pepe), el ujier (=Fernández), la vecina (=Cuca) y un/el 3 borracho (=Zacarías).
C.2 No se conoce el nombre: un guardia, el otro guardia, un y otro sepulturero, el empeñista, el tabernero, la portera, un/el albañil, la trapera, el cochero, el guardia, el llavero, el conserje, un/el guindilla 4, una/la vieja pintada, el pelón, una vieja, el retirado, el joven, la chica (de una portera) y un vecino.
D. Denominación coral: los modernistas
D.1 Los que tienen discurso propio: Clarinito y Pérez
D.2 Los que no tienen discurso propio: Rafael de los Vélez, Lucio Vero, Mínguez y Gálvez.
3.Explicación
Los nombres del primer subgrupo no tienen una explicación relacionada con la obra: Rubén Darío fue una persona real y Dório de Gadex fue el pseudónimo real del escritor Antonio Rey Moliné.
Un apartado distinto merece el Marqués de Bradomín porque es el nombre de un personaje, o mejor dicho, es un personaje literario que aparece en otras obras de Valle-Inclán: “Memorias del Marqués de Bradomín” y las cuatro “Sonatas”.
En cuanto a su nombre en “Luces...” se informa de que “Bradomín” designa el lugar donde está su pazo (Escena XIV).
En la edición de 1920 a este personaje, antes de sus intervenciones se le llamaba Bradomín y no el Marqués.
Max Estrella es el nombre del protagonista. “Luces de Bohemia” cuenta su última noche de vida: un viaje nocturno por diversos lugares madrileños acompañado por don Latino de Hispalis.
Tienen base histórica según dicen la mayoría de los estudiosos de “Luces de Bohemia”. Los personajes que no la tienen según la clasificación, no quiere decir que no la pudieran tener, sino que no se dice nada de ella.
Claudinita y Zaratustra necesitan alguna puntualización que se hará en la explicación de cada uno.
Un/el: aparecen las dos formas para el mismo personaje, por ejemplo: un borracho y el borracho. La función del artículo definido es la de marcar una cierta individualización del personaje, al contrario del indefinido.
Guindilla= Guardia municipal; llamados así porque llevaban un galón rojo a lo largo del pantalón.
Max es un personaje destinado a la cumbre por el apellido y el nombre: Máximo Estrella. Esta peculiar denominación del personaje es un elemento simbólico: la palabra “luz” es identificada en “Luces de Bohemia” con la inteligencia o la lucidez. El apellido de Max hace referencia a la capacidad del poeta para llegar a la verdad, para iluminarla, en un ambiente nocturno que, a su vez, simboliza “un mundo en el que la actitud más general es mantener los ojos cerrados” 5. Max Estrella está contrastado con la oscuridad que impregna toda la obra. Además hay que tener en cuenta que Max era ciego y en la Antigüedad, la ceguera de los vates se identificaba con la sabiduría, eran los que tenían acceso a la verdad.
El nombre “Máximo Estrella” está relacionado con el esplendor de la fama, incluso don Latino en la E.IX le llama “Estrella Resplandeciente”. Con el superlativo queda valorada su condición de poeta y lo eleva por encima de los demás personajes.
Pero todo lo positivo que se encuentra en su nombre queda eclipsado cuando el propio Max revela su pseudónimo: “Mi nombre es Máximo Estrella. Mi seudónimo, Mala Estrella. (...)” (E.V, 91) 6.
Max es un soñador perdido en un ambiente injusto, en un Madrid absurdo, y su vida está presidida, como la de los héroes en la antigua tragedia, por la fatalidad. El personaje es sometido a una continua degradación que comienza en la primera escena y que desemboca en la muerte; aún incluso después de muerto se le sigue quitando dignidad: se cree que está borracho y después en estado de catalepsia.
En ningún otro personaje hay una caracterización tan profunda con sólo saber su nombre y su pseudónimo. Éste último es empleado por primera vez en la E.V, también es utilizado por dos personajes: don Filiberto y Dieguito en las E VII y VIII respectivamente y aparece en acotaciones de las E IX y X. Su función en estos casos es la de recordar el destino al que está abocado el protagonista; se comprueba sobre todo en la intervención de Dieguito: “¿ El excelentísimo Señor Ministro de la Gobernación, se cambiaría por el poeta Mala-Estrella?” (E. VIII ,130). El pseudónimo Mala-Estrella podría haber sido empleado ya desde el principio, pero el contraste con su nombre de pila no sería tan llamativo.
De acuerdo con la clasificación, este personaje tiene una base histórica: es opinión generalizada que es el trasunto literario de Alejandro Sawa, escritor modernista contemporáneo de Valle-Inclán. Sus vidas tienen muchos puntos comunes pero también se atribuyen a Max rasgos biográficos del propio autor.
Don Latino de Hispalis es el nombre del guia de Max por las calles madrileñas (existe una relación entre este viaje y el de la “Divina Comedia”). Se trata de un personaje desleal, cínico que muestra su pedantería ya desde el nombre, por ejemplo cuando dice: “(...) Y siempre mi pseudónimo Latino de Hispalis” (E VII,113).
En una ocasión el apellido sufre una deformación cuando Max le dice a la Lunares: “Llévame a un banco para esperar a ese cerdo hispalense” (E.X, 147).
Es el mismo personaje el que explica porqué se llama así: “(...) Ustedes no conocen la cabalatrina de mi seudónimo: Soy Latino por las aguas del bautismo, soy Latino por mi nacimiento en la bética Hispalis, y Latino por dar mis murgas en el Barrio Latino de París. Latino, en lectura cabalística se resuelve en una de las palabras mágicas: Onital. (...)” (E VIII, 109).
Ángel Basanta: La novela de Baroja. El esperpento de Valle- Inclán, cuadernos de estudio, Madrid, Ed. Cincel, 1986. Nº 20
Las páginas siguen la siguiente edición: Ramón del Valle- Inclán: Luces de Bohemia, Madrid, Ed. Austral, 1994.
La respuesta al porqué este nombre para este personaje, quizás esté en la relación que ven muchos autores, entre don Latino y Alejandro Sawa: don Latino es considerado la contrafigura necesaria de Max Estrella, su cara oscura o, incluso, un desdoblamiento del propio Estrella-Sawa. Hay muchas coincidencias entre Sawa y Latino, en el nombre “Latino de Hispalis” encontramos dos: Alejandro Sawa también nació en Sevilla y treinta años después se instaló en Paris, donde adquirió el prestigio bohemio del barrio Latino.
Don Latino es también equiparado con el perro que Sawa usaba de lazarillo. Apoya esta teoría el que Max llame a don Latino “mi perro” por dos veces en la E. VIII.
“(...) Es el extraño DON PEREGRINO GAY, que ha escrito la crónica de su vida andariega en un rancio y animado castellano, trastocándose el nombre en DON GAY PEREGRINO (...)” (E. II, 51-52). Así es presentado este personaje: aventurero, aunque “Peregrino” basta para caracterizarlo.
Tras don Gay Peregrino se encuentra Ciro Bayo, un hombre que también escribió acerca de sus viajes. El título de una de sus obras: “El peregrino entretenido” podría haber sido la base para que en la acotación de la E.II (59) se le llame “el peregrino ilusionado”.
Este nombre y el de Zaratusta, como parte de la caracterización de dichos personajes, aúnan lo esperpéntico con la realidad del personaje modelo.
Sobre Basilio Soulinake sólo se dice en la E. XIII (178) que es el falso nombre del personaje: un periodista alemán.
El apellido Soulinake fue utilizado por Valle-Inclán en otros personajes en las obras : “La lámpara maravillosa. Ejercicios espirituales” y anteriormente en la olvidada narración “La corte de Estrella” de 1920; el nombre era concretamente el conde Pedro Soulinake.
Soulinake señala la procedencia extranjera del personaje, y todos los personajes de Valle con este apellido se identifican con Ernesto Bark: un ruso refugiado que escribió sobre personajes del Madrid de entonces.
Madama Collet es el nombre de la esposa de Max Estrella: “(...) A la pelirrubia, por ser francesa, le dicen en la vecindad MADAMA COLLET.” (E.I,39). Madama es la adaptación al español de la palabra francesa “madame” y Collet es un apellido francés bastante común, por lo que es poco probable que haya un motivo especial que determine su presencia. Además en la edición de 1920 este personaje era llamado Margot, nombre también muy extendido en Francia.
¿Por qué francés? Quizás porque, como se suele señalar, este personaje se identifica con la esposa de Alejandro Sawa, Jeanne Poirier, de origen francesa.
Hasta ahora todos los nombres, desde el de Max, tienen alguna relación con la realidad: apellidos extranjeros por el origen de las personas que, se piensa, se esconden tras los personajes; nombres relacionados con la vida de estas personas: como pasa con don Latino y don Gay Peregrino y, por último, Max que evoca el destino del personaje, muy parecido al de Sawa.
Claudinita se aleja de este grupo porque su nombre no se relaciona con su base histórica: Elena, hija de Sawa; a no ser que consideremos que el diminutivo se refiere a la juventud de la niña y esto nos remita a la edad de Elena.
Los siguientes tres nombres tienen en común el designar a personajes no reales, que además, forman parte del poder oficial de “Luces...”.
Con nombres como Dieguito y Serafín el bonito se reduce considerablemente la dignidad y autoridad de los personajes que designan. Es una forma de degradar el poder del gobierno pero, como ya se señaló en la introducción, “Luces de Bohemia” no se queda ahí, va más alla.
La burla del diminutivo en Dieguito contrasta fuertemente (en la acotación de la E. VIII, 118) con el respeto que inspira “don Diego del Corral”, colocado a continuación. Transmiten la sensación de ser dos personajes diferentes.
“ (...) DON SERAFÍN, le dicen sus obligados, y la voz de la calle, SERAFÍN EL BONITO (...)” (E. V, 90). Ya en esta presentación se llama la atención sobre la burla del nombre. La escasa autoridad que inspira está aún más evidente cuando Max ( E.V, 93) le reconoce como Serafín el bonito. Una vez más la designación, en este caso el adjetivo, caracteriza al personaje, esta vez como afeminado.
Don Filiberto constituye la excepción del grupo porque el nombre, al contrario de los otros dos, inspira respeto. Esto es porque, además del tratamiento de “don” en todo momento, el nombre tiene un significado particular: proviene del francés “Philibert” y éste de un nombre germánico formado por “fili” (=muy) y “berht” (= ilustre) 7.
El segundo gran grupo está formado por los personajes que son más conocidos por sus motes, que por sus nombres propios. Todos, o casi todos son fruto de la imaginación de Valle, mejor dicho, no hay o no se conocen las fuentes que los inspiraron (los apodos de personajes reales).
Zaratustra es la excepción de este grupo. El mote corresponde al momento del descubrimiento de Nietzsche y de su influencia en la juventud del ´98. El título de la obra más conocida de Nietzsche “Así habló Zaratustra” se aplica como apodo a diversas personas, entre ellas, al libero de “Luces de Bohemia”.
El nombre intertextualiza con las ideas de Nietzsche sobre la voluntad de vencer los obstáculos, de cómo el poderoso gana y tiene derecho a ganar; sin embargo la orientación ideológica del personaje nada tiene que ver con Nietzsche ( Zaratustra se aprovecha de Max), dando lugar a una deformación grotesca del personaje.
Si se considerara Zaratustra como nombre propio, tendría que incluirse en el primer grupo con Max, Latino, etc... Sobre los demás motes no se da información. Es necesario pues, teorizar a partir de los datos del texto.
En general, los personajes son en cierto sentido genéricos, pero algunos están un poco más individualizados porque se dan sus nombres.
Aunque es raro que un mote sea cambiado si se emplea habitualmente para designar a alguien, las circunstancias que rodean a Enriqueta provocan que se le atribuya un nuevo apodo que ni Max ni don Latino conocían: la Marquesa del Tango. El chico de la taberna les informa que el cambio se debe a que “heredó del finado difunto de su papá, que entodavía vive” (E. III, 61). El chico sólo dice el porqué de Marquesa, pero no el porqué de “Tango” ni de “Pisa Bien”. “Pisa Bien” parece aludir a una bonita forma de caminar, mas teniendo en cuenta “Marquesa del Tango”, la posible explicación se acerca más al ámbito del baile. Puede que se tratara de una buena bailarina, en especial de tango; que fuera de origen argentino, aunque no hay nada en que apoyarse para afirmarlo; o que simplemente sea una burla o un elemento que pretende dar un aire exótico al mote.
En alguna ocasión, “Pisa Bien” va antecedido por “Niña” (un elemento caracterizador más) y tras este personaje, algunos ven a una vendedora de lotería cuyo apodo era: Ojo de Plata.
Consuelo García Gallarín: Los nombres de pila españoles, Madrid, Ed. Del Prado, 1998.
En cuanto al Rey de Portugal, él mismo da la solución a Max y a don Latino en la E. III (66) “¡Consideren ustedes que me llama Rey de Portugal para significar que no valgo un chavo! (...)”.
La burla de la Pisa Bien no se queda en el alias que le puso, se permite jugar con él: “¿Es que temes perder la corona? ¡Entra de incógnito, so pelma!” (E. III, 65). El apodo, permite también que la Pisa Bien se refiera a ella misma como “la morganática del Rey de Portugal” (65). El empleo de cultismos estridentes en medio de un discurso en lengua vulgar es una de las características del habla madrileño.
De Pica Lagartos sólo se sabe que al personaje no le gusta su mote y prefiere que le llamen Venancio. La propuesta sobre este apodo es la de relacionarlo con la desconfianza que caracteriza al personaje y que, tal vez caracteriza a los lagartos en general, por lo menos sí a las lagartijas.
Por el apodo de la Lunares se conoce a la prostituta con la que charla Max en un paseo en la E. X. Hay dos posibles motivos por que fuera llamada así: o era una mujer cuyo aspecto físico destacaba por tener lunares, o, y esto quizás sea más probable, su vestimenta en general o alguna prenda concreta que pusiera habitualmente llevaba lunares.
En la conversación con Max, éste le pregunta por su aspecto físico: color de pelo... Ella al final, cuando Max le pregunta por el color de sus ojos, se compara con Pastora Imperio y dice que parece una gitana (E. X, 152).
Pastora Imperio era el nombre artístico de Pastora Rojas Monje, una gran figura del flamenco en la década de los años 30; le destacaban sus bonitos ojos, motivo por el que sale en la conversación entre Max y Lunares.
Si la Lunares dice que “ toda yo parezco una gitana” y se compara con una bailarina flamenca, es muy probable que su mote derive de la vestimenta. Los trajes folclóricos andaluces y los gitanos son recordados, principalmente, por ser de colores vivos y ser la tela de lunares.
El capitán Pitito forma parte del grupo que representa el poder oficial en “Luces de Bohemia”. La función del diminutivo es la misma que en Dieguito: la de burla. “Pitito” es el diminutivo de “pito”; planta pequeña, como un silbato, de sonido agudo. Este objeto era el empleado, y aún lo es, por los policías y lo emplean para hacerse oír, imponer autoridad; en este caso al ser el diminutivo, el objeto se convierte en burla y transmite la idea de que el personaje ejerce poca autoridad sobre los demás. La burla incluso aumenta cuando Pitito es empleado a solas, por ejemplo en la acotación E. IV, “Pitito, capitán de los équites municipales,...” (82), además de contrastar con la solemnidad con la que se aclara su profesión.
El último nombre de este grupo es el Pollo del Pay-Pay: No hay ninguna explicación del mote en el texto, por tanto lo que se diga serán hipótesis, como hasta ahora. El apodo seguramente es una creación literaria de Valle-Inclán, con ella asocia características de la personalidad del personaje con las que se suelen asociar a aves como el gallo; esta ave representa la presunción y el Pollo del Pay-Pay está caracterizado por sus actos, un poco chulesco.
En cuanto a “Pay-Pay”, en español lo más parecido es la palabra “paipay”: especie de abanico. El mote, entonces, puede representar un ave con una cola vistosa (p. ej. el pavo real) que simbolice la fanfarronería del personaje.
Los personajes del tercer grupo son los más aproximados a arquetipos, si es que no lo son todos; aun así algunos están un poco individualizados porque se conoce el nombre. Como ya están mencionados en la clasificación, sólo estarán de los que haya algo que decir.
El chico de la taberna (denominado el coime de la taberna en la lista de personajes) es llamado por primera vez Crispín cuando a don Latino le interesa su complicidad en la E. XV.
El nombre recuerda al personaje del criado fingido de Benavente en “Los intereses creados”.
(Siguiendo otros criterios de clasificación este personaje podría ir con el Marqués de Bradomín porque ambos se relacionan con la literatura. También al preso podríamos cambiarlo de grupo porque tiene base histórica).
El ministro se llama Francisco y se dirigen a él de muy variadas formas: don Francisco, don Paco y Paco éste ya mas familiarmente (como curiosidad, en 1920 se llamaba Manolo). Se suele hablar de este personaje por su identificación con Julio Burell o con Augusto González Besada 8.
El preso se identifica como Mateo, pero Max quiere llamarle de otra forma: “yo te bautizo Saulo (...)” (E. VI, 101).
El nombre de Mateo recuerda, además de por la ideología, a Mateo Corral, el anarquista que arrojó una bomba contra Alfonso XIII y Saulo es el nombre hebreo del apóstol San Pablo; la relación que Max establece entre ellos es clara: ambos fueron mártires, por lo tanto hay un ennoblecimiento del preso.
A la portera le llaman “señá Flora”, con “señá” estamos ante un vulgarismo.
Los nombres de los dos subgrupos que forman el grupo de las denominaciones genéricas se pueden dividir según a qué haga referencia la denominación :a profesiones, características físicas, edad...
El grupo de la denominación coral está formado por los modernistas también llamados : coro de modernistas, grupo de modernistas o Epígonos de Parnaso Modernista (denominación rimbombante que usa en sentido irónico por oposición a la baja calidad poética de estos escritores). Los componentes de este grupo están individualizados tanto en una acotación de la E. IV (77) como en la lista de “dramatis personae”. Rafael de los Vélez, Lucio Vero, Mínguez y Gálvez no tienen discurso propio como Clarinito y Pérez, pero todos tienen en común que no se especifica en ningún sitio si sus nombres son verdaderos o no, sí se sabe que tras ellos están poetas modernistas secundarios. El hecho de que no se diga explícitamente que son verdaderos hace suponer que son falsos. Gálvez es la excepción porque sí se sabe de la existencia de un Pedro Luís de Gálvez. Dorio de Gádex sí cumple los requisitos para poder incluirlo en uno de los otros grupos: se sabe que es un seudónimo verdadero y tiene discurso propio.
De los nombres puestos en la boca de los personajes, además de lo que ya se dijo antes de algunos, se pueden quitar algunos rasgos comunes:
-Hay formas que expresan un trato familiar entre los personajes, por ejemplo Max, Latino, Collet, Rubén, Paco, etc.; y otras que transmiten un tratamiento de respeto entre ellos, por ejemplo Madama Collet, don Max, don Dorio, etc.
-Otras formas reflejan la pedantería de algunos personajes, especialmente los bohemios y los políticos, por ejemplo: el Excelentísimo Señor Ministro de la Gobernación (por Dieguito); más que nombres son formulas y “maestro” es la más usada.
Por último “don Latí” ejemplifica la presencia de rasgos del habla madrileña, en este caso se trata de la tendencia a reducir las palabras a la mitad.
José Cepeda Adán: <<El fondo histórico-social de Luces de Bohemia>>, Cuadernos Hispanoamericanos, Madrid, 1966, julio-agosto nos 199-200, pág 241
Los nombres o apodos de personajes citados de la realidad sirven para encuadrar la obra en la actualidad de los años 20, cuando fue publicada “Luces de Bohemia”. Los nombres se agrupan en nombres de:
Toreros: Rafael, el Gallo; Juan Belmonte, Terremoto; Espartero, José Gómez, Gallito...
Personajes relacionados con el pensamiento y el arte: Ibsen, Don Benito el Garbancero, Miguel de Unamuno, Cavestany, Papá Verlaine, Víctor Hugo, Hermanos Quintero, Goya...
Políticos: Castelar, Maura, Silvela, Narciso Díaz, Manuel García Prieto...
Personajes literarios: Ofelia, Hamlet, Fantomas (personaje de unos folletines franceses)...
Personajes pertenecientes a la realeza: Carlos II, Felipe II, Alfonso XIII...
Otros: El Sargento basallo, Martín de Tours...
Los antropónimos mitológicos greco-latinos sirven para dar un aire culto que contrasta con el lenguaje de la mayoría de los personajes.
Para acabar, una breve referencia al nombre de “el Buey Apis”. Este apodo simboliza o evoca un poder sobrenatural, se trata del editor del periódico que rechaza a Max. Probablemente este nombre encubre una broma de la época, de todas formas recuerda el mote de un personaje de la novela “Pequeñeces” del Padre Coloma.
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Amorós, Andrés: Leyendo <<Luces de Bohemia>>, Cuadernos Hispanoamericanos, Madrid, 1966, julio-agosto nos 199-200, pág. 271-283.
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