Son el ejemplo perfecto de adaptación al medio, concretamente a unas condiciones que por su dureza no permiten siquiera el crecimiento de ninguna planta, por lo que su actividad es únicamente de caza y pesca. Las teorías más extendidas afirman que su asentamiento en las regiones más frías del planeta se debe al rechazo de que fueron objeto por parte de los indios americanos hace 12.000 años cuando llegaron a Alaska desde el nordeste de Asia y a través del Estrecho de Bering. A pesar de que habitan una superficie muy extensa con escasas ocasiones de reunión, han conservado sus hábitos y su cultura con una uniformidad impresionante. Después de un aislamiento tan extremo, es el contacto con la civilización occidental lo que más ha alterado sus modos de vida. Pese a ello, y aunque no forman ni pertenecen a ninguna nación, son un pueblo solidario, pacífico y hospitalario.
Son de corta estatura, 1,60 m los hombres y 1,50 m. las mujeres, de cuerpo macizo y fuerte, con brazos y piernas relativamente cortos. Viven de la caza y de la pesca, que ahora practican con armas de fuego, pero tradicionalmente utilizaban arcos, flechas y lanzas con puntas de hueso. Utilizan los perros tanto para acosar a las presas como para arrastrar los trineos, su principal medio de transporte y que inicialmente inventaron para ser arrastrado por hombres.En invierno viajan a las costas y cazan focas, osos y morsas sobre el hielo. En primavera, lo hacen en el mar, desde sus kayak de piel sobre armazón de huesos de ballenas y maderas, el umiak o barca grande de madera y piel en el que tienen espacio para media docena de cazadores y en la actualidad también con botes a motor. Este nomadismo es más señalado en los esquimales que habitan más al norte. Apenas tienen sentido de la propiedad debido a su naturaleza nómada, ni conocen fronteras ni herencias. Su civilización se basa en la familia, patriarcal y poligámica, en la que cada hombre tiene más mujeres cuanta mayor es su riqueza. Todos ellos, pero muy especialmente las madres, veneran a los niños por considerarlos reencarnaciones de los antepasados, y muy raramente los reprenden.
De los animales que cazan lo aprovechan todo: carne, grasa, piel, huesos e intestinos. Su dieta habitual era carne hervida, pero lo lento de este procedimiento y la escasez del combustible animal que precisaba, les obligaba con frecuencia a comer carne cruda. De este hecho derivó el término esquimal, aportado por los algonquinos (que habitan al norte de Alaska) a partir de su término eskimau: "comedor de carne cruda". En invierno viven en cabañas de madera o si no la encuentran, planchas de pizarra recubiertas de turba o nieve. En verano, durante las expediciones de caza, habitan iglús de nieve que constituyen una de las soluciones arquitectónicas más ingeniosas del mundo. En sólo unas horas pueden fabricar, únicamente con hielo, una estancia amplia y cómoda cuyo interior calientan con un fuego de aceite o grasa de foca y en el que se conserva la temperatura gracias a la capacidad aislante del hielo y a que el túnel de acceso es en su parte media más bajo que el suelo del interior. En ocasiones, construyen varios comunicados con una red de túneles para que varias familias puedan vivir juntas.
Sus vestidos se basan en pieles de foca con el pelo hacia dentro y forradas de piel de oso o zorro que las mujeres mascan con sus dientes y curten con orina. Estas ropas se cosen con tendones de animales. El Anorak y la Parka, inventados por ellos, se han popularizado en todo el mundo debido a su gran eficacia. Su lengua es el esquimal, con cuatro dialectos muy parecidos, que sólo tiene sustantivos y verbos y se basa en unir partes de una frase para formar una palabra de muchas sílabas. Tienen una extensa literatura oral, basada en narraciones épicas y cantos.
Su convivencia se basa en la hospitalidad y la camaradería. Sus pocas disputan se resuelven pacíficamente mediante una especie de ritual poético-musical (tordlotut) en que intentan ridiculizarse mutuamente ante la asamblea tribal. El jefe se limita a liderar las expediciones de caza, por lo que es siempre el mejor cazador. Se establece un cierto comercio de trueque entre los esquimales de la costa y los del interior, mediante un tipo de expediciones comerciales en los que la tacañería y el regateo están considerados de pésimo gusto.
Su religión cree en la existencia de seres superiores a los que no es necesario rendir culto ni rezar. Sedna es la diosa del mar y Sila el espíritu del aire. La Luna, que vive en incesto con su hermano el Sol, es la diosa de la reproducción. Creen también en muchos espíritus que habitan en todos los seres y objetos de la naturaleza y entienden la enfermedad como un mal que roba el alma. Sus hechiceros utilizan un lenguaje ritual pero en general se limitan a conjurar sortilegios y preparar amuletos para protegerse de los espíritus. También realizan rituales para intentar controlar la meteorología y establecer un vínculo con los espíritus.
Desde el siglo XVIII se ha extendido entre ellos la fe del cristianismo como consecuencia de su contacto con misioneros, tramperos y comerciantes norteamericanos, que también trajeron enfermedades que les eran desconocidas (tuberculosis, gripe, sífilis, alcoholismo). La poca fecundidad de las mujeres y la alta mortalidad infantil hizo peligrar su supervivencia como raza aunque durante este siglo se ha ido recuperando.
Sin embargo su mayor amenaza es el descubrimiento de que debajo del hielo que habitan se esconden vastos yacimientos de petróleo y gas natural. El hecho de que no tengan una organización nacional y su carácter abierto y afable les sitúan en una posición desventajosa que hace peligrar su forma de vida.