Filosofía y Ciencia
Lo Real. El Principio de Arquímedes; Belen Copegui
COMENTARIO
DEL PRIMER CAPÍTULO.
- LO REAL -
Belén Copegui
Efectos formales literarios: “No importa el contenido sino la forma”.
Es curiosa la relación de la forma literaria y el contenido entre el carácter o el fondo de una persona y su posición en el interior de una historia.
Por un lado, nos encontramos con una forma literaria medida y perfectamente estructurada, viendo el uso intercalado de las voces literarias:
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Uso de la primera persona de singular: Irene Arce, narradora.
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Uso de la tercera persona del singular: En este caso, Irene Arce cambia su posición hacia la tercera persona del singular y narra la historia de Edmundo Gómez Risco.
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Uso de la tercera persona del plural: El coro de asalariados y asalariadas de renta media reticentes aportan su opinión sobre lo que se acontece.
Y por otro lado, nos encontramos con el protagonista, Edmundo, un joven incrédulo, no libre, ateo del bien y un vengador. En la página 32, la narradora especifica: “como si fuera otro, como si de su vida sólo le importara la corteza del limón pero ni uno solo de los gajos” (…) “Alguien había exprimido el limón diciéndole a Jimena quién era Edmundo Gómez Risco”.
Aquí vemos cómo a Jimena le importó más la posición de Edmundo que su carácter o fondo en sí.
La técnica de Copegui es depurada, utiliza metáforas ingeniosas y sensibles, visiones poéticas y centrando la historia en la vida y acciones de un personaje, Edmundo, que representará a una sociedad cotidiana, a sus trabajadores que luchan, aman, sueñan y sobre todo, sufren.
A veces consideramos que forma y contenido son dos términos separados pero en realidad son dos elementos mutuamente complementarios.
En ocasiones, ocurre que el contenido se desarrolla mediante una forma no adecuada y produce incógnitas de comprensión por parte del lector.
Quizá la cuestión no se halle en la dicotomía forma/contenido, quizá se encuentre en el propósito que las enlaza. El propósito de la forma literaria de Copegui será una forma clara y objetiva para la comprensión y el propósito del contenido de su obra, una variedad de ideales fundidos en la forma de ser de Edmundo como personaje común y cotidiano.
Cómo el artista trata su propia experiencia personal hasta convertirla en experiencia colectiva.
Podríamos encontrar matices del subconsciente de Copegui, aspectos de esa subjetividad y mitos colectivos por los temas tratados.
Resulta curiosa la intervención de los coros. Aquí la autora expresa se expresa media la voz no sólo colectiva sino popular. La voz del pueblo que aporta su opinión sobre las acciones de Edmundo.
Página 19: “Pero hoy hemos sabido que circula la historia de
un vengador
un incrédulo
un hombre no libre
uno que convirtió su reticencia en algo concreto
y queremos oírla, y dar nuestro parecer”.
Página 34: “Tienes un padre en la cárcel y dramatizas, Edmundo, pero te nos pareces. Como tú, nosotros y nosotras también hemos crecido en el agravio comparativo de la clase media.
No eres quien eres, Edmundo, ni somos quienes somos por el peso de una fatalidad imponente sino por la pequeña fatalidad. (…) Estamos cansados y cansadas. Hemos representado durante muchas horas. (…) No le hemos dicho a nadie que corremos el peligro de perder la luz en el rostro, que vamos siempre con un poco de retraso en las facciones. (…) Representar cansa.
Mediante estos discursos, imaginando un coro griego representando a unos asalariados de rente media reticentes, el lector no se invade del todo en la historia de Edmundo. Se presenta otra visión crítica acerca de su vida. Otra visión a tener en cuenta para que el lector, indirectamente, también tenga en cuenta la crítica y por tanto pueda aplicarla. El problema de Edmundo se convierte en el problema de todos. Todos somos víctimas de una fatalidad.
Copegui mostrará una ambigüedad entre el bien y el mal. Cada persona que hace un mal lo hace en el nombre de un bien. Dice que no se refiere al Mal, en sí, a la enfermedad o las tragedias de la naturaliza. “La razón del malvado es siempre el bien”. Y aquí engloba a los demás, a nosotros, incluso a los corruptos, los niños que mienten, los que mentimos no siendo niños, al hipócrita explotador, etc… Quién no ha obrado de tal manera que a perjudicado al otro para producirse un bien personal.
Así, el mal no es el Mal, es una estructura social la que lo produce.
La moralidad como condición de la literatura. Irene, se convierte por tanto, en una narradora completamente objetiva.
Utilizará dos perspectivas:
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La de Marx: el mal está en la sociedad.
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Nietszche: los valores tienen que ver con quien domina. Los “de arriba”. Ellos dicen lo que está bien o mal.
Entonces, el mundo en el que Edmundo se rodea es de hipocresía social. Su mundo descrito tal y como nuestro mundo funciona. Nuestro mundo de hipocresía social.
El discurso literario del coro de trabajadores enfadados se ha convertido en un estudio sociológico. Edmundo es “un hombre no libre”, Edmundo es como ellos, uno más.
Una cosa es la ley y otra cosa es cómo juzgamos a las personas aunque no se comporten respecto a la ley. Habrá que juzgar a sangre fría.
Página 18: “Duro y mullido es mi juicio, pues contiene los pasteles que comí, las palabras que me hirieron, los contratos que firmé, la tela de la ropa que he tocado. Duros y mullidos son los ojos con que miro las vidas de los otros y mi vida”.
La relación que Edmundo mantiene con Jimena es la bocanada de aire fresco que necesitaba. Ella estaba fuera de su mundo. Un mundo que le dolía porque Edmundo se contenía y fingía la condena de su padre. La mancha de Edmundo era su padre. Y él pensó que Jimena estaba muy por encima de todo eso, que realmente, haría desaparecer su mancha. Pero aquí el amor se nos presenta como la posición social de uno y de otro. A Jimena le importa su mancha lo suficiente como para no mancharse también.
Edmundo quiso decirle: “Ya no soy diez horas mayor que tú, Jimena, sino diez años”. El daño, su mancha, le abarcó el Alma entera. Y se hizo más viejo. Porque el dolor nos arruga en experiencia y así Edmundo vio la otra cara del amor. El amor que pone reglas, el amor que no se deja amar por amor.
Edmundo envejece en experiencia mientras que a Jimena le envejece sus impedimentos y condiciones.
Seguramente, a más de uno le habrá ocurrido lo mismo que a Edmundo porque nuestra cultura nos aporta nuestra visión del amor. Y aquí se narra algo común: el rechazo.
Nuestro entorno es el que nos provee de los valores que vamos interiorizando. Cada
cultura posee sus propios valores y debemos respetarlos.
¿Cómo se aprecia la relatividad moral?
Entenderemos relatividad moral como los diferentes valores que pueden tener una persona y su complementación en el consenso moral.
No sólo en Edmundo encontraremos esa relatividad moral, el coro de trabajadores manifiestará sus valores en sus intervenciones.
La relatividad moral es distinta en Edmundo, en sus padres, en Jimena, Fernando y demás protagonistas. No es la misma moral que el coro de trabajadores cuando Edmundo se siente rechazado por Jimena hasta el punto de no ver nada más que su dolor.
La moral de la madre de Edmundo es aguantar, la templanza. Y la de su padre, su insignificancia. Así, cada uno de los personajes se percibe por un modo de ser y la moralidad se va fraguando de distinta manera en cada uno de ellos.
Nadie nace con valores establecidos. Cada uno de nosotros hemos adquirido valores en el seno de nuestro hogar y dentro de un marco cultural determinado.
El aprendizaje elemental de valores ocurre en los primeros años. Se interiorizan los valores porque las personas que nos los inculcan son significativas para nosotros.
Por eso, Edmundo aprendió a fingir y a ser discreto (como la actitud de su madre o como la cena tranquila que tuvieron antes de que encarcelaran a su padre)
Después viene el aprendizaje significativo. Edmundo empezó a cambiar cuando estudió su carrera y fue buscando sus intereses personales en la hemeroteca o en el Registro de la Propiedad.
Encontramos la moral autónoma fuerte intensificada en la personalidad de Edmundo, ya que abarca la adolescencia y la juventud, y en su caso el sentido de la propia obligación personal se agudiza más de lo usual como mecanismo de defensa hacia su debilidad:
A continuación, varios ejemplos donde se describe la personalidad de Edmundo:
Página 20: “Edmundo tenía catorce años cuando empezó el juicio. Frente a sus compañeros de colegio estaba obligado a fingir que comprendía el fondo del asunto”.
Página 22: “Edmundo había comprendido que para defenderse de la compasión, de esa manifestación tan temible del poder que era la compasión, el orgullo no bastaba. Y supo Edmundo, quizá sin formularlo con palabras aún, que la verdad tarda, que el débil no ha de exclamarla nunca a trompicones: sólo el fuerte puede ir por la vida con arrebatos de verdad y eso a riesgo de debilitarse”
Página 33: “En realidad yo no soy yo, no soy un adolescente sino que soy mi padre y tú, claro, no quieres beberte un café con mi padre. Pero también soy algo más además de ser mi padre. Yo pensaba que tú sabías eso”
Página 37: “A Edmundo terminó por no molestarle demasiado esa naturalidad, no sentía la tensión de ser otro, de estar disimulando, tal vez porque no concebía un espacio en donde poder mostrarse abiertamente, no en su casa de Madrid, no con una próxima Jimena o con Fernando (Alguien que le juzgue o no le llene interiormente), no con su madre siquiera (…)
Página 40: “Hacia la mitad del primer curso se hablaba de Edmundo como de un chico interesante, aludiendo así a una categoría situada por encima del chico inteligente y por debajo de esa otra categoría de joven talento que Edmundo nunca quiso pues estaba reñida con la discreción. Hacia la mitad del primer curso Edmundo ya había adquirido cierta seguridad, pero él necesitaba más, necesitaba toda la que pudiera conseguir”.
Página 41: “Aunque apenas modificó su actitud de silencio y disimulo, y siguió comportándose como si no tuviera nada que ocultar”.
Página 43: “Y a diferencia de los otros él, una, diríamos, pequeña parte de él, se dejaba llevar por la nostalgia del estallido, por el deseo de que al fin pasara algo y ganaron los malos en el cine y Edmundo pudiera bajar la guardia durante algún tiempo”.
Página 52: “Del encarcelamiento de su padre había tenido, sí, que defenderse. Nunca creyó, sin embargo, que debiera hacérselo perdonar. En cambio por el artículo del hombre del jersey sí tenían que perdonarle (…) ya no seguía en pie. Había tropezado, estaba a punto de caerse por falta de fuerza o equilibrio”.
Edmundo finge, hace lo correcto, evita la compasión (la detesta), se calla y siente vértigo cuando comete algún error que altere su estricto reglamento de comportamiento. A Edmundo no le gusta sentirse como un perdedor. No quiere convertirse en su padre.
Cuando realiza el reportaje sobre las viviendas de protección oficial de un barrio de Barcelona y a los pocos días descubrió que lo que él consideraba “una inminencia”, se había convertido en su defensa personal hacia una estafa. Y aunque, nadie relacionó las dos noticias, Edmundo sentía la necesidad de que le perdonasen. Aquí podemos observar que su sentimiento de culpabilidad se basa en que Edmundo se ha modelado según los factores que de alguna manera le han dañado y en esta ocasión, él ha dañado mediante el engaño hacia las personas que tienen una idea depositada en él. La mentira que había provocado formaba parte de su vida, aunque en secreto, y eso la hacía convertirse en una nueva y silencio mancha sobre él.
En la página 59 dice: ¿Y qué? ¿De qué nos sirve el ilusionismo cuando lo que necesitamos es hacer desaparecer las cosas realmente?
Vemos que Edmundo elude a la realidad mediante una pregunta que no obtendrá respuesta pero que quizá sea el eje que centraliza su daño.
PRINCIPIO
DE
ARQUÍMEDES
(Preguntas)
Director: Gerardo Herrero
Guión: Belén Copegui
Sinopsis de la película
El principio de Arquímedes y cuatros personajes enmarcados en una sociedad competitivamente cruel. Sonia es una mujer trabajadora pero hace tiempo que dejó de ser ambiciosa. Pasa sus días trabajando sin apenas poder conseguir tiempo para cuidar a su hijo y es frecuente que tan sólo le vea en pijama o estando ya dormido. Observa cómo se exprimen las naranjas en la cafetería donde desayuna. Sonia se siente así, exprimida. Y cuando se le ha exprimido todo el jugo a una naranja, ésta ya deja de valer. Esto ocurrirá con todos.
Rocío es la vecina de Sonia, no trabaja y además de cuidar a su hija, a veces ayuda cuida al hijo de Sonia cuando ésta se lo pide por su sobrecarga de trabajo. Pero la situación dará un giro cuando Sonia recomienda a Rocío en su empresa para ayudarla a sentirse más realizada, lo que no sospecharía, quizá, es que le diesen su puesto de trabajo y que de pronto se viese viviendo esa vida que Rocío tenía y no valoraba. Ambas alcanzaron lo que la otra envidiaba.
Sus maridos no encajan con los deseos personales de cada una. El marido de Sonia, Mariano, es ambicioso y, al no ver tanto a su mujer, deposita su atención en Rocío, con la que mantiene una aventura a escondidas. Y el marido de Rocío, Andrés, tras intentar un hueco en la nueva ajetreada agenda de Rocío, se da cuenta de que él no se encuentra entre sus ambiciones, que dejó de interesarle. Así, individualmente, Sonia y el marido de Rocío se darán cuenta de la aventura secreta pero no dirán nada hasta que de buenas a primera les sorprenden juntos y simulan entre ellos otra aventura.
Esta es la historia, con un final justo para cada uno de los personajes puesto que, como dice el principio de Arquímedes, flotar o no flotar no depende sólo de la materia sino también del líquido laboral y afectivo en el que se intenta nadar.
Parejas: Deseos, condiciones laborales y ambiciones.
Las parejas de esta película no son peculiares. Más de uno podrá identificarse con la manera de ser de uno de estos personajes. Ambas parejas tienen un hijo y obligaciones que desempañar día tras días. El deseo, entre ellos, se va deteriorando más y más. Influyen las condiciones laborales y las ambiciones porque, en ambos casos, la pareja de Sonia y Mariano pierde comunicación por el trabajo de Sonia, y en la otra pareja, ocurre exactamente lo mismo cuando Rocío ocupa el puesto de Sonia.
Una relación de pareja se desgaja en cuanto interviene en ella una falta de comunicación efectiva que dará lugar a una interpretación distorsionada de las acciones del otro.
En este caso, observamos cuatro individuos, de los cuales, tres trabajan. En un principio, Sonia, Mariano y Andrés (aunque no tiene ambiciones laborales) y después, Rocío, Andrés y Mariano.
En el caso de Rocío, su vida cambió en cuanto inició su labor en la empresa de Sonia, se creció y vivió una aventura con su marido. Si esto no hubiese ocurrido, probablemente Rocío no hubiese engañado a su pareja.
En el caso de Sonia ocurre lo contrario, se siente con ganas de vivir en cuanto deja de trabajar y puede dedicar más tiempo a su hijo, interesándose, sobre todo, por la lucha sindical y la defensa de los trabajadores.
A veces, las parejas no están unidas en afectividad pero sí en otros lazos que les amarra de otra forma: los hijos, la manutención, la falta de un trabajo, miedo a no encontrar a otra pareja, etc.
Estas parejas cambiaron en el momento en que uno de ellos quiso algo diferente. Estaban acoplados a su vida pero no a sus deseos individuales. Así, cada uno de ellos encontró un espejo en el otro miembro de su pareja vecina. Encajaron las piezas del puzzle de la estabilidad que estaban buscando para sí mismos.
Es obvio, que una pareja necesita atención y la falta de tiempo y la dejadez sólo producen un hueco que se va ensanchando poco a poco.
En esta película se aprecia que el éxito se mide distinto para el hombre y para la mujer, y de la difícil compaginación del trabajo con la maternidad.
¿Qué es lo que determinan las parejas?
Una pareja es la relación íntima que mantienen dos personas afectivamente. Es el profundo conocimiento de la persona que amas, el descubrimiento de sus inquietudes, deseos, actos y formas personales que te interesan y que te gustan.
Normalmente, entre ellas comparten los mismos intereses y gustos pero no necesariamente. Si cada persona es un mundo, una pareja será el Universo.
Hay parejas liberales que se aman pero necesitan estar con otras personas y, ¿quién determina si son o no parejas? Hay parejas que se limitan y se imponen condiciones como si fuesen pertenencias a un uso exclusivamente propio.
Hay parejas y parejas pero quizá, lo debidamente correcto, sería que entre ellos existiese la completa confianza como para evitar limitar al otro. La comunicación es básica, sin ella se pueden sacar conclusiones equívocas o hacer perder el interés y la pasión.
Es necesario que exista una afectividad constante para que se sientan seguros de sí mismos con respecto a la relación que se mantienen.
En una pareja no será tan importante la raza, edad o el estatus social si los dos componentes de la relación no se dejan limitar por ese tipo de prejuicios pero sí es cierto que con el tiempo, este tipo de relaciones, se tienden a desquebrajar si uno de los dos integrantes se ve influidos por factores externos de la sociedad.
No importan los intereses o ambiciones siempre y cuando no se encuentren en el primer lugar de la escala de valores dentro de una relación. Así que es complicado definir qué es lo que determina una pareja cuando, hoy en día, nada es seguro y estable. Es algo que va modificándose con el paso del tiempo. Una pareja de la época griega no sería la misma pareja en la época actual.
Papel del sindicato en la película.
En el principio de Arquímedes tienen gran peso los sindicatos, en el especial la Confederación General del Trabajo (CGT)
En esta película se ve reflejada la sociedad del momento. Aquellos trabajadores que sufren de explotación laboral, coacciones, sueldos ínfimos y tratos despreciables. Trabajadores que defienden su papel como ciudadano trabajador así como sus derechos dentro del marco social.
Sonia, una trabajadora que dedicó parte de su vida básicamente a su trabajo, descubrió que no era la única naranja exprimida, que existen más personas que se encuentran en su lugar o en uno mucho peor. Y Sonia descubre que hay cosas más importantes como volcar tu vida en algo que no te aporta más que horas de cansancio físico y mental cuando ni tan siquiera es seguro, cuando te sustituyen en cuanto dejas de aportar lo que esperan para ellos.
Mariano también forma parte del sindicato y quizá, esto fuese lo que más le unió a Sonia. Ambos defendían el mismo ideal y un mismo derecho.
Así que el papel del sindicato en esta película se muestra como la doble cara de una empresa poderosa y egoísta que utiliza estratagemas para cambiar sus escalas.
Detrás de esa empresa hay algo más que maquinaria y tecnología, hay algo más que codiciar lo máximo posible. Y ahí se muestra la voz de una trabajadora que dedicó su vida a la empresa y que se quedó sin nada. Una voz apoyada por sus compañeros del sindicato, la opción de poder decir ya basta porque existen unos derechos que se han de respetar.
OS CUESTIONES SOBRE
LO REAL,
BELÉN COPEGUI
Y
LAS REGLAS DEL ARTE,
PIERRE BOURDIEU.
Definición sobre cómo se tiene que describir la realidad.
Lo real, Belén Copegui:
Página 17: (…) Contaré lo que he sabido que ocurrió, lo que he imaginado que tuvo que ocurrir y contaré lo que pase de ahora en adelante. No dejaré que crezcan los quizás, los acasos, ni diré que hay momentos ocultos, instantes guardados en la manga como el que reserva el católico para el arrepentimiento final. Las historias se componen de cuanto se ha narrado y, por tanto, los episodios que no figuran en el guión o en el libro nunca deben albergar fuerzas opuestas sino que cualquier fuerza o tensión, cualquier fractura posible, ha de estar contenida en la estructura de la materia contada.
He aquí la ley para que podamos todos hablar ahora y en el futuro de cómo ocurrió entonces lo que nos afecta aquí.
Una cosa es la ley y otra distinta el juicio. (…)
Con esta definición de Copegui sobre cómo piensa describir la realidad de Edmundo, entendemos que la literatura ha de tener sangre fría a la hora de narrar un acontecimiento y una sociedad.
Finaliza diciendo que una cosa es la ley y otra distinta el juicio. Así, no debemos quedarnos tan sólo con lo que está establecido como bien y como mal en las acciones de las personas sino en el trasfondo que hay detrás de tales acciones. Juzgar a sangre fría significa contarlo todo sin posibilidad de dudas. Contar lo ocurrido sin ocultar nada, sin defender ni criticar lo ocurrido, poniendo la historia sobre la mesa, sin más.
La educación sentimental: La relación sentimental de Frédéric con Mme Arnoux.
Breve resumen:
La obra de La educación sentimental reflejará los verdaderos sentimientos de Flaubert. Su protagonista, Frédéric Moreau, mantendrá su pasión por Mme Arnoux, el equivalente en la ficción a lo que Flaubert sentía por Elisa Foucault en la realidad.
Por una parte, Flaubert plasmará en su obra lo que siente por Elisa (Mme Aronux), más que amor será una adoración casi religiosa y más que el amor carnal, Frédéric quiere encontrar a una mujer serena y con rasgos maternales que le quiera.
Por otro lado, además de ser una obra autobiográfica, es una gran fuente de información sobre la sociedad francesa en la época de las revoluciones liberales, pese a la pasividad de Frédéric ante los acontecimientos.
La historia de La Educación sentimental comienza cuando Frédéric conoce al matrimonio de Arnoux y se enamora de la señora. Aunque mantendrá una relación no muy seria con una cortesana, Roxanette. A los pocos años, Frédéric les dará un préstamo al matrimonio Arnoux, por lo que volverá a ver a su amada. Se confiesan su amor mutuo pero cuando se citan, Mme Arnoux no aparece. Frédéric decide ver de nuevo a Rosanette y vivir con ella pero volverá a ver a Mme Arnoux en la casa de Mme Dambreuse, lugar donde Mme Arnoux le desvela el porqué no acudió a la cita y cuando Rosanette confiesa estar embarazada de Frédéric.
Sin embargo, Frédéric mantiene una aventura con Mme Dambreuse pensando que podría ayudarle a materializar sus ambiciones mundanas pero la abandona cuando descubre que ésta tiene intenciones de casarse con él y en un arrebato, rompe primero con Rosanette, y después con Mme Dambreuse. Decide regresar a su pueblo para casarse con una vecina de la infancia, Louise Roque, que pensando que no tiene posibilidades con Frédéric, se casa con su mejor amigo, Deslauriers.
Veinte años después, Frédéric y Mme Arnoux vuelven a encontrarse. Ella, una anciana, fue a devolverle el dinero que les confió. Se dan cuenta que su amor ya no tiene sentido y descartan toda posibilidad de unirse.
Al final de la obra, Frédéric y Deslauriers, establecen balance de su fracaso. Sólo les quedan los recuerdos de su juventud; el más valioso, el de una visita a casa de la Turca, es la historia de una derrota: La señora Dambreuse dejó a Frédéric para casarse con un inglés. Louise, la esposa de Deslauriers, se había fugado con un cantante y la viuda de Arnoux, vivía en Roma con su hijo.
Tras este breve resumen sobre los inestables sentimientos de Frédéric podemos observar un sentimiento claro y constante: su amor hacia Mme Arnoux. Aunque al final de la obra, sea un amor derrotado y sin sentido, fue “una especie de soporte imaginario de su indeterminación” hacia la indiferencia que muestra en los objetos comunes de la ambición burguesa.
Mme Arnoux y Mme Dambreuse, especialmente, funcionarán como símbolos de una posición social.
Mme Arnux, Rosanette y Mme Dambreuse se definirán por oposición a las las otras dos : Rosanette se opone a Mme Arnoux como la chica fácil a la mujer inaccesible, que se rechaza para seguir soñándola y amándola en pretérito irreal, una divertida y retozona y llena de movimiento, la otra grave y casi religiosa. En cuanto Mme Dambreuse, se opone tanto a una como a la otra: es la antítesis de todas las formas de <<pasiones infructuosas>>.
Podemos decir, entonces, que el amor que Frédéric siente por Mme Arnoux es idealizado y profundo. Su vida avanzará paralela a la suya pero siempre, por una cuestión o por otra, inalcanzable. Y ese límite se convertirá en su interés depositado en Arnoux. Le ama porque es imposible y por su forma de ser, podría decirse que es un deseo prohibido que late dentro del amor platónico. En las otras mujeres, Frédéric buscará un interés e intentará satisfacer su amor frustrado hacia Arnoux con dos mujeres contrapuestas entre sí. Pero llegará un momento en el que se haya hecho tarde para soñar y tan sólo quede tiempo para hacer un balance de los pasados fracasos y sonreír mientras se recuerda.
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