Literatura


Literatura Universal Contemporánea: Romanticismo en Europa


EL ROMANTICISMO

EN EUROPA

LITERATURA UNIVERSAL CONTEMPORÁNEA

EL ROMANTICISMO EN EUROPA

(A) INTRODUCCIÓN

A finales del siglo XVIII se produce en Europa una serie de acontecimientos revolucionarios que marcan el inicio del nuevo orden social. La Revolución Industrial asentaba los ideales liberales y significaba el auge burgués, la Americana creaba los derechos individuales y la Francesa proclamaba la libertad, igualdad y fraternidad de los pueblos.

Por lo que se refiere al mundo de las ideas, esta es una época donde los pensadores comienzan a minar las reglas y el concepto de la razón, tan utilizado durante años atrás. Kant es quien se encargó de demostrar, a través de “Crítica a la razón pura”, que el motor ilustrado ya no servía.

El origen del Romanticismo se encuentra en Alemania y Reino Unido a principios del siglo XVIII y extendido por el resto de Europa realmente durante el XIX. El Romanticismo supuso el fin del orden clásico, sobre todo en la cuestión perspectivista. Acabó con la Monarquía absoluta, con la razón y la regla. Creó un nueva escala de valores donde predominaba el `yo' en detrimento de la realidad exterior. Se produjo una supremacía de lo popular, lo que implicaba un rechazo del Neoclasicismo (que abogaba por un estilo elitista). Se encuentra un fuerte componente nacionalista en contra de las actitudes universalizantes de los ilustrados. Por otro lado, la mayoría de los autores románticos reivindicaron el Cristianismo frente al paganismo grecolatino.

Otra de las características de este movimiento fue la inversión del orden de la aproximación humana a la realidad. Si los neoclásicos condicionaban la emoción a la realidad, los románticos condicionarán la realidad a la emoción. Y, por tanto, la emoción no debía tener trabas. Reclamaban realizarse en plena libertad. Una libertad del individuo frente a la sociedad, de la mujer frente al hombre, de la nación frente al imperio, de la colonia frente a la metrpoli, del obrero frente al burgués, una libertad educativa y de culto.

(B) ROMANTICISMO ALEMÁN

Hablar del Romanticismo en Alemania es hablar del “Sturm und drang” (del alemán `tormenta e impulso') como su antesala. De difícil definición, el “Sturm und drang” son un conjunto de jóvenes alemanes revolucionarios que publican entre 1767 y 1785. Unidos por aquello que rechazan más que por lo que proponen, estos escritores forman un impulso que busca la excepción, el ser extraordinario.

Este período se conoce como la época del `geniegeist' (época del prerromanticismo alemán). El cimiento básico es la oposición directa a la razón por la creencia en la existencia de un `genio' superior a ésta. Entendiendo `genio' como la expresión de lo inexplicable. Por tanto, los `geniales' nos clarifican aquello que en principio es inclarificable.

Los jóvenes del grupo abogaron de nuevo por el Cristianismo. Según Korff, si la Biblia fue dictada por Cristo, ¿se puede escribir mejor que Dios? Los románticos alemanes encontraron en este documento el modelo que se debía seguir. Herder dirá: “la Biblia es poesía y la poesía, Biblia”.

Partiendo de esta religiosidad, se planteó una nueva relación con la Historia y los documentos antiguos. Rousseau pensaba que la Historia era un proceso degenerativo del arte y de la cultura, esto es, cada composición estará más lejana a Dios a medida que avance el tiempo. La solución era retornar a lo divino cambiando la moral y la sociedad.

También fue una causa de este interés histórico el hecho de buscar una relación con su pasado. En Alemania durante esta época se perfiló el elemento nacional. Un nacionalismo creado por las circunstancias políticas y literarias. Aunque en un principio el movimiento quería ser universalista, medievalizante y muy europeo (de hecho se interesan por Calderón de la Barca, Cervantes, Dante...), lo cierto es que comenzaron a conectar con documentos históricos, autores primitivos, tradiciones populares, canciones antiguas, etc. La atracción por el pasado hace que se encuentren con “los Nibelungos”, hecho que se convierte en un gran acontecimiento. Este es un poema de larga extensión del que se editaron libros, se hizo obra de teatro y de ópera. Es el gran descubrimiento alemán del que emanaron documentos nacionalistas.

Otro ejemplo del afán por acercarse a las tradiciones de los románticos alemanes lo encontramos en los hermanos Grimm. Los considerados como los padres de la filología moderna viajaron por pueblos alemanes para recopilar los testimonios de los relatos e historias que la gente contaba oralmente.

En 1808 se produce un nuevo acontecimiento nacional: la aparición de “Fausto” de Goethe. La obra se ofreció como una guía espiritual alemana, era el testimonio de la antigua grandeza de Alemania. En esta atmósfera de fervor cualquier hecho alemán se magnificaba (como el hecho de retomar las obras en la Catedral Colonial, símbolo de la unión alemana). Esta atmósfera explica además el hecho de que muchos artistas se alistaran en el ejército en la Guerra de Liberación.

La poesía alemana conoció el elemento nacional con Goethe y Schiller. Se produjo una mezcla de instinto y pensamiento (una estética nada retórica y poco afectada). Hay dos casos que parecen contradecir esto: por un lado el seguimiento de Shakespeare y por otro el seguimiento de Rousseau. Pero el Romanticismo alemán recogió el Romanticismo tradicional radical y eterno que representa Shakespeare. Además, los poetas alemanes querían conectar con la sensibilidad del lector y, por último, tanto Shakespeare como Rousseau defendían los valores individuales.

Por su riqueza, personalidad y fuerza, los poetas alemanes entusiasmaron en Europa. Fueron estudiados y traducidos en otros países, aunque prematuramente, lo que hizo que fueran admirados pero no entendidos por la mediocridad de estos estudios.

Los autores más representativos del movimiento alemán son Herder, Goethe, Schiller y los hermanos Schlegel. Herder (1744 - 1803) fue un gran admirador del folklore entendido como actitud que emana del propio pueblo. En su obra “El origen del lenguaje” aventuró conceptos lingüísticos e históricos fundamentales para el Romanticismo. Herder explicó que existe un espíritu nacional ligado al idioma y que el desarrollo de cada lengua es el desarrollo de un pueblo. Tradujo a Tácito (“La Germanía”) porque explicaba que en tiempos del Imperio Romano el ejército catalogó la raza aria como una raza superior. Todo ello potenció el nacionalismo naciente.

Goethe (1749 - 1832) también se interesó por el pasado de Alemania influido, en gran medida, por Herder. Su obra “Werther” (1774) tiene el atractivo de ser la primera incursión en el llamado `mal del siglo'. Pero, sin duda, su gran aportación fue “Fausto” (1808). Con esta obra se creó el paradigma del poema épico romántico. Goethe es el gran autor alemán con el que comienza la tradición literaria tan necesaria para Alemania.

Unido a Goethe encontramos a Schiller (1754 - 1805) quien se centró en construir y afianzar un teatro nacional alemán con obras como “Los bandidos” (1781) o “Don Carlos” (1785). Sin embargo, aunque Goethe se fue diluyendo con el paso del tiempo, Schiller se mantuvo.

August y Friedich Schlegel (1767 - 1845 y 1772 - 1829) fueron los grandes padres del Romanticismo alemán. Impulsaron desde la revista “Ateneo” la nueva literatura. Sus aportaciones al movimiento fueron la Edad Media como ambiente, el Cristianismo como moral y Calderón de la Barca como escritor que seguir. A August se le debe una traducción completa de Shakespeare y otra casi completa de Calderón de la Barca. Friedich se encargó de definir cómo debía ser la poesía romántica, esto es: filosófica, mitológica, religiosa e irónica.

Otros autores románticos alemanes son E.T.A. Hoffman (1776 - 1822), quien creó los cuentos fantásticos y de terror; H. Heine (1797 - 1856), quien elevó la canción popular a la categoría de arte adecuando el lenguaje popular con su obra “El cantar de los cantares”; Hegel (1770 - 1831), figura destacada en el mundo del pensamiento; y Schopenhaver (1788 - 1860), quien también marcó con su pensamiento el cambio de siglo.

(C) EL ROMANTICISMO INGLÉS

En el Reino Unido se produjeron dos generaciones románticas. La primera abogó por las doctrinas del Liberalismo político-económico y por el idealismo filosófico. La segunda estuvo influida por la Revolución Industrial y por la nueva forma de producción, la cual pasaba del hombre a la máquina.

  • La primera generación inglesa

La literatura de esta época abogó por la mitología, por las tradiciones escandinava y celta, y por la Edad Media inglesa. MacPherson encontró “Ossián”, escrito del siglo III que se convirtió en la gran moda. Pero no fue un hallazgo, sino una invención propia. Aunque explicó la verdad, la tradición ossiánica perdurará (escriben de un modo determinado: nieblas, nocturnos, sepulcros y tumbas. Inventan una literatura fantástica).

Esta primera generación se completa con un grupo de narradores como Walpole, quien sentó las bases del terror con su castillo encantado: “El castillo de Otranto”. Thomas Gray abrió una meditación fúnebre filosófica con “Elegía escrita en un cementerio campesino” (1751).

  • La segunda generación inglesa

En la segunda generación romántica coincidieron voces espectaculares aunque ninguna tuvo conciencia de pertenencia a grupo alguno. Se vinculan a esta generación: Byron, Shelley, Keats y Quincey. Se crearon grandes debates públicos en torno a la figura de Byron y su `Don Juan' que originó grandes disputas porque Byron no asumía las críticas en silencio.

Este grupo contrasta con sus predecesores porque encarnan la rebeldía romántica. Un grupo en el que coincidieron las peripecias del poeta maldito, marcadas por la precocidad con que empezaron a escribir, la muerte precoz y las desavenencias amorosas.

Lord Byron (1788 -1824) contribuyó a la imagen de poeta romántico. A él se le debe la imagen de poeta inglés. Su primer libro es “Horas de ocio” (1807), donde canta al modo ossiánico como recuerdo de sus antepasados escoceses. Se dedicó a hacer grandes viajes. Su amor incestuoso con su hermana, su conducta cínica con su mujer le venía por su actitud teatral en la vida. Todo esto pasaba por su obra. Sus personajes son negativos, sin luz ni pureza, son eternos rebeldes como Caín.

En su obra “Caín: un misterio”, Byron lucha contra el conocimiento con interés literario, teológico, teatral... Caín es un personaje rebelde en contra del poder. Escribió según la máxima ortodoxia. “Don Juan” (1819) es la obra maestra porque quiere ironizar de todos los aspectos de la vida. Es la obra más interesante. Don Juan recorre Europa en el siglo XVIII y esto le permite interpretar lo que ve.

En un mundo conservador, elige la rebelión contra el máximo poder. Sus obras definen su ideal psicológico. El byronismo se llenó de dolor trágico de la existencia, era el `mal del siglo'. Cuando Byron murió, en París se pintó una imagen de él donde los jóvenes iban a adorar su personaje, su vida.

Shelley (1792 - 1822), en cambio, buscó el compromiso social y político. Inició un trayecto interior, una ruta hacia el paganismo, la metafísica, el retorno a la Grecia Clásica y al contacto con el Mediterráneo. Los fracasos que consiguió con ese paganismo hicieron que el autor cambiara a poemas `más románticos', mirando a Dante y a los autores clásicos. En 1821 publicó “Adonais”, donde se reúnen todas sus experiencias y busca captar la inmortalidad de la belleza (son obras platónicas.) La muerte precoz interrumpió la carrera de Shelley.

Keats (1795 - 1821) pronto comprendió que la nueva conciencia poética ya había nacido. Amigo de Spencer, conoció bien el alcance de la nueva corriente. Vivió bajo tensión por su desesperado amor y por su irremediable tuberculosis. En su vida y obra es clave el 1818. En este año marchó a los Lagos de Escocia donde conoció a su amor y comenzó a escribir “Hyperion” (1819), un poema épico de tentaciones miltonianas. Keats, conocedor de su muerte, comenzó a concluir sus obras fundamentales, entre ellas `La bella dama sin gracia' (1820). Keats está considerado como el mejor del grupo.

(D) EL ROMANTICISMO FRANCÉS

Los románticos franceses aparecieron con debilidad porque los ilustrados tenían un lugar de prestigio ganado por haber protagonizado la Revolución Francesa. Representantes del Romanticismo francés son François René de Chateaubriand, Madame de Stäel, Víctor Hugo y Henri de Saint-Simon.

Chateaubriand hizo innecesario el hecho de recurrir a lo pagano para hacer literatura ya que vio en el Cristianismo una fuente de mitos suficientes. Este hecho se encuentra en su obra “El genio del Cristianismo” (1802).

Madame de Stäel (1766 - 1817) viajó a Alemania donde conoció a Schlegel y se impregnó del Sturm und Drang, del nuevo mundo cultural alemán. Escribió “De l'Allemagne” donde contrasta la superioridad de la raza alemana en detrimento de la francesa. Madame de Stäel causó las iras de Napoleón quien prohibió la lectura su libro, aunque consiguió el efecto contrario: despertar un gran interés.

Víctor Hugo publicó la revista “Cenáculo” en 1827 desde donde atacó las teorías del teatro clásico francés y abogaba por la nueva estética. Por otro lado, intentó separar del Romanticismo el Cristianismo, movimiento éste que según el autor francés no tiene actitud liberal. A él se le debe también algunos intentos de despolitizar la literatura.

Por último, Henri de Saint-Simon (1760 - 1825) propuso una sociedad dirigida por hombres de ciencia, principio que choca con el Romanticismo, que no elogia la ciencia. Propugnó la hermandad cristiana basada en la compasión, ayuda al necesitado y demás principios cristianos. Todo ello lo explicó en su obra “El nuevo Cristianismo” (1825). Además fundó el periódico “L'Avenir” con varias líneas: lucha por un Catolicismo de carácter liberal, una separación entre Iglesia y Estado, una religión más personal e individual y mayor limitación de poderes papales.

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Enviado por:Jorge Cabezas
Idioma: castellano
País: España

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