Literatura


Literatura española romántica siglo XIX


LA LITERATURA ROMÁNTICA

  • GENERALIDADES

  • Movimiento literario que dominó la literatura europea desde finales del siglo XVIII hasta mediados del XIX. El Romanticismo fue en su origen un movimiento propiamente revolucionario que adoptó las ideas políticas y filosóficas elaboradas a lo largo del siglo de las luces: libre expresión de la sensibilidad y afirmación de los derechos del individuo. Quiere desvelar la parte del ser humano oculta por las convenciones estéticas y sociales.

    CARACTERÍSTICAS GENERALES:

    • Primacía de la emoción sobre el pensamiento racional, la emoción sobre la lógica y la intuición sobre la ciencia.

    • Libre expresión de la sensibilidad (religiosidad, melancolía, sentimiento de la naturaleza).

    • Preponderancia de la imaginación sobre el análisis crítico.

    • La evasión a través del sueño.

    • El pasado (resurrección de la Edad Media) o del exotismo (conocimiento de Oriente y de África).

    • El individualismo y el culto al yo (en oposición a la disciplina clásica).

    • Antepone el contenido a la forma, permite una mayor libertad estilística.

    Constituye un movimiento cultural, estético y literario, de alcance europeo, que se desarrolla en el período histórico de la transición al mundo moderno.

    El concepto de arte romántico es una oposición al arte clásico: mientras que en éste predomina la armonía, la regularidad, la serenidad, el arte romántico se complace en la mezcla de elementos heterogéneos (diversos), en la ruptura de las reglas, en la fusión de los distintos géneros (la tragicomedia y la mezcla de lo grotesco y lo sublime), en los contrastes, en la agitación, en lo fragmentario (imperfecto) e irregular.

    El espíritu romántico se abastece del culto al individuo y a la libertad del espíritu humano. Deseando liberarse de las convenciones y la tiranía, y subrayando el gran valor de los derechos y la dignidad del ser humano.

  • SUCESOS HISTÓRICOS DEL MOMENTO

  • La revolución industrial inglesa, iniciada en 1760, y la Revolución Francesa de 1789, marcaron la transición al mundo moderno.

    La oferta laboral atrae hacia los núcleos industriales y urbanos a un considerable número de campesinos: se inicia el éxodo del campo a la ciudad.

    Las condiciones de vida mejoran; se produce un importante crecimiento demográfico. Pero el aumento de la riqueza y el lujo tiene su contrapunto en la situación de explotación y miseria en que viven los obreros.

    La Revolución Francesa acaba con la sociedad estamental y da paso a una sociedad de clases.

    Todos los países temen la expansión de los ideales revolucionarios, por ello, tras la derrota de Napoleón, las potencias europeas se reúnen en el Congreso de Viena (1815) y establecen un pacto de ayuda mutua (La Santa Alianza).

    Literatura y política: los escritores románticos participan activa-mente en la vida política y toman partido en las distintas corrientes ideológicas del momento.

  • EL ROMANTICISMO EN ESPAÑA

  • Prerromanticismo (o primer romanticismo): 1770-1808

    Se produce el despertar de la conciencia romántica en la literatura española, aparecen temas y actitudes típicas del Romanticismo.

    REVITALIZACIÓN NEOCLÁSICA: 1808-1833

    Durante la guerra de la Independencia (1808-1813), toda la actividad intelectual se pone al servicio de la defensa de la patria contra el invasor: poesías de exaltación patriótica de Quintana, panfletos y periódicos de sátira política, etc.

    - Se hizo la Constitución de 1812 en las Cortes de Cádiz.

    Al regreso del rey Fernando VII tras la derrota de los franceses en 1814 se implanta el régimen absolutista.

    En 1820 el pronunciamiento del teniente coronel Rafael de Riego obligó al rey a acatar la Constitución de 1812. En 1823 termina con al intervención del ejército francés de la Santa Alianza (los cien hijos de San Luis). Se restablece el absolutismo que obligó al exilio a un importante número de escritores, profesores y políticos liberales, que tuvieron que escribir fuera de España.

    En el interior, toda la actividad cultural era vigilada y sometida al férreo control del gobierno y a los criterios de la censura eclesiástica.

    La literatura de creación, cuando la hubo, siguió siendo neoclásica.

    DESARROLLO DEL ROMANTICISMO: 1833-1850

    La muerte del rey en 1833 marca el final del régimen absolutista y da paso a una etapa de gobiernos constitucionales. Don Carlos, hermano del rey, reclama sus derechos al trono y sus partidarios se sublevan: estalla la guerra carlista, que durante siete años constituye un foco de inestabilidad que pesará negativamente en el intento de normalizar la vida política española.

    En el terreno cultural, el regreso de los exiliados, un mayor contacto con la literatura europea a través de las traducciones, el debilitamiento del rigor de la censura y, en resumen, el marco más amplio de libertades, estimulan la creación literaria y favorece el auge del Romanticismo.

    En un balance general, se puede decir que el Romanticismo no cala hondo en los escritores españoles. Falta en las obras el vigor imaginativo, la reflexión profunda sobre el conflicto entre el Yo y el mundo, la inquietud y la angustia espirituales ante el fracaso de la razón y los peligros del progreso, que son la base de las grandes creaciones román-ticas.

    El Romanticismo español atiende sobre todo a los aspectos formales y externos del momento, a su retórica gesticulante y teatral.

    En este panorama destacan dos excepciones: Espronceda en poesía, y Larra en la prosa periodística. La visión del mundo de Larra se fundamenta en los principios de la Ilustración, pero el fracaso de sus ideales, la decepción y el pesimismo la erosionan profundamente. Larra supo expresar esta crisis encarnada en su experiencia amarga y desengañada de la realidad española.

  • LA POÉTICA DEL ROMANTICISMO

  • El eje de la poética romántica reside en colocar en primer plano al artista, al Yo creador. Los aspectos fundamentales en los que se concreta esta nueva visión del arte literario son:

    LA OBRA LITERARIA COMO EXPRESIÓN DEL MUNDO INTERIOR DEL ARTISTA:

    Desde Platón y Aristóteles se consideraba que el arte imitaba la realidad, era un proceso de elaboración artística cuyo resultado es la obra literaria: representación de acciones humanas de carácter general.

    Los románticos otorgan la primacía al sujeto creador: La obra debe ser ante todo la expresión del mundo subjetivo del artista. El escritor ya no representa ninguna realidad ajena, sino que revela su interior al proyectar en la escritura sus sentimientos, emociones y pensamientos. A través de la obra, el lector puede llegar a conocer la mente y la intimidad del autor.

    EL PODER DE LA IMAGINACIÓN: LA TEORÍA DEL “GENIO”:

    Para la estética neoclásica, la creación artística era fruto de la disciplina y del trabajo del escritor. Se admitía la importancia de la inspiración, pero siempre subordinado a las reglas de la razón. Los románticos ponen al acento justamente en ese elemento irracional y misterioso que irrumpe en el poeta al margen de toda norma y disciplina (la inspiración), nace de las facultades interiores del hombre, especialmente de su imaginación.

    En el Romanticismo la imaginación alcanza una importancia extraordinaria; por medio de ella el hombre puede penetrar más allá de la superficie de las cosas y descubrir el rostro oculto e insospechado del universo. El poeta se convierte así en un ser privilegiado, dotado de “genio”, es decir, de la capacidad creadora innata de engendrar nuevas realidades por medio de la fuerza de la imaginación.

    AUTONOMÍA DE LA OBRA LITERARIA:

    (Antes): La calidad de una obra literaria se juzgaba precisamente en función de su respeto a las reglas, que se consideraban universales y atemporales.

    (Ahora): Los románticos rompen decididamente son este plantea-miento. Para ellos la obra literaria se justifica en sí misma y por sí misma, atendiendo solamente a los dictados de la inspiración; cualquier otro afán viciaría la pureza de la creación artística.

  • TEMAS DE LA LITERATURA ROMÁNTICA

  • EL DOLOR CÓSMICO O LA ANGUSTIA METAFÍSICA:

    En los románticos hay un constante anhelo de plenitud, una búsqueda de lo absoluto, de la perfecta armonía entre los deseos y la realidad; por eso la frustración y el pesimismo (“fastidio universal”).

    LA REBELDÍA FRENTE A LAS NORMAS SOCIALES, MORALES Y RELIGIOSAS:

    Se exalta el mito de Don Juan, prototipo del hombre audaz, cínico, arrogante, en el que lo importante ya no es su rasgo de conquistador de mujeres, sino su rebeldía frente a la moral tradicional y a la religión.

    Un rasgo importante de los personajes románticos en su ambivalencia moral, la confusión entre vicio y virtud. El pecador es a la vez inocente, porque es la sociedad la que corrompe a los hombres. Así la literatura romántica dará preferencia a los personajes marginados y proscritos como el pirata, el ladrón, el bandolero, el verdugo, etc.

    LA EVASIÓN DEL MUNDO HACIA ÉPOCAS HISTÓRICAS LEJANAS EN EL TIEMPO (LA EDAD MEDIA) O EN EL ESPACIO (ORIENTALISMO, EXOTISMO):

    Los románticos se sienten atraídos por las épocas y las culturas primitivas en las que creen descubrir los signos más genuinos y espontáneos del espíritu de los pueblos de la sabiduría popular.

    El pasado se idealiza. No interesa presentar un panorama fiel de la época histórica en la que se sitúa la acción; se busca la espectacularidad, el halo misterioso de los escenarios medievales en los que los personajes viven, sienten y padecen al modo romántico. Los motivos preferidos son las ruinas de los castillos, las fortalezas de los antiguos caballeros, los templos góticos, etc.

    EL AMOR Y LA MUERTE:

    En general, el amor se concibe como pasión totalizadora que te ciega de las convenciones sociales de y los códigos morales, y por ello te lleva a un final trágico. El amor romántico aparece con frecuencia unido al suicidio o a la muerte.

    EL PAISAJE Y LA NATURALEZA:

    El paisaje y la naturaleza dejan de ser realidades ajenas al hombre y se convierten en reflejo de su interioridad. Se produce una íntima comunicación entre el estado anímico del poeta y el mundo exterior hasta el punto de que éste se transforma en una extensión de aquél.

    Los románticos gustan especialmente de la naturaleza en sus formas salvajes, violentas y rurales (los acantilados, las montañas empinadas, los bosques impenetrables,...) y de los escenarios misteriosos, solitarios y sobrecogedores (cementerios nocturnos, lugares abandonados, etc.)

  • GÉNEROS Y FORMAS EN EL ROMANTICISMO ESPAÑOL

  • POESÍA:

  • La poesía lírica: la lírica es uno de los géneros preferidos por los románticos, que encontraron en ella el molde literario más adecuado para la expresión del sentimiento y de la emoción. Los poetas románticos tienden a mostrar su intimidad sin pudor alguno, con una especie de exhibicionismo del alma que se manifiesta a través de un tono enfático; con: interjecciones, frases exclamativas, interrogaciones retóricas, adjetivación plástica y sensorial, efectos sonoros, etc. En cuanto a la métrica, triunfa la polimetría, y se utilizan todas las variaciones métricas existentes. Se cultivan poco a poco las estrofas que poseen una estructura rígida, y se prefieren los poemas largos en silvas, octavas reales o tercetos encadenados.

  • La poesía narrativa: nuestros románticos cultivaron, más incluso que la lírica, la poesía narrativa, que proviene de la tradición literaria medieval del Romancero. En esta tendencia, sobresalen los “Romances históricos” (exaltan el pasado medieval y los valores patrióticos de los españoles: el honor, la caballerosidad, el arrojo, la generosidad...), del Duque de Rivas y las “Leyendas” (se basan a veces en fuentes históricas, pero con mayor frecuencia recogen relatos de tradición oral o son producto de su imaginación. En ellas se busca crear un clima de misterio o de terror), de Zorrilla; ofrecen una evocación idealizada del pasado español.

  • La novela: la gran aportación novelesca fue la novela histórica, ésta domina en la producción narrativa. Pretende resucitar por medio del arte a personajes, situaciones o conflictos del pasado histórico. Pero los románticos buscan en el pasado las raíces del presente, y llevan a él los problemas de su tiempo y de su sociedad.

  • El costumbrismo: se limita a la observación de los aspectos típicos y pintorescos de las costumbres locales. Se pierde así el carácter crítico y la intención de reforma social que animaba a los observadores del XVIII. Los costumbristas son observadores atentos de la realidad que les rodea y la describen en forma de escenas, breves cuadros ligeros y entretenidos de algunas situaciones típicas como una romería, una procesión, etc.

  • El teatro: fue el resultado de la lenta evolución de las formas del teatro barroco. Gozaban del favor del público las comedias de magia (con sus trucos sorprendentes, y efectistas) y los melodramas (comedias lacrimosas y sentimentales de misterios y crímenes). Durante estas tres primeras décadas del siglo, la situación del teatro en España era penosa.

  • Larra nos ha dejado complida cuenta de ello en sus artículos, en los que se queja repetidamente de la mala formación de los actores, del exceso de traducciones deplorables, de la censura y la despreocupación del gobierno, de la falta de apoyo a los autores,... Este sombrío panorama empieza a cambiar con la llegada a los escenarios del drama romántico, éste responde a una teoría dramática que separa vida y teatro, y que antepone el arte a la realidad. En el drama romántico no interesa la verosimilitud, sino el exceso, el contraste, el efectismo y la teatralidad. Predomina la intriga y la preferencia por personajes misteriosos y excéntricos, perseguidos por un destino fatal. El drama romántico no triunfó plenamente. Muy pronto fue atacado por razones morales (sus contenidos se juzgaban inmorales y groseros), o por razones artísticas (artificiosidad, exageración, inverosimilitud).

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    Enviado por:Cristina
    Idioma: castellano
    País: España

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