Literatura


Leyendas; Gustavo Adolfo Bécquer


Leyendas de Bécquer

1. LA CREACIÓN:

Había una vez un Dios llamado Brahma que creaba mundos perfectos en los que no existía la muerte, que creaba criaturas perfectas y una vez unos niños miraron por el ojo de la cerradura, vieron su laboratorio y quedaron asombrados.

Cuando se fue cerro mal la puerta, entraron los niños revolvieron todo y crearon nuestro mundo, un mundo entremezclado en el que existía fuego y también hielo, en el que convivían la vida con la muerte...

Entonces llego el sabio y dijo que porque habían creado ese mundo, y dijo un niño que se lo regalara, Brahma penso que en manos de niño no podía durar mucho y se lo regalo ya que en manos de un niño no duraría mucho.

2. MAESE PÉREZ EL ORGANISTA

Maese Pérez es un viejo organista de la Catedral de Sevilla que es querido por todo el pueblo. Todos admiran su forma de tocar que alcanza su máxima brillantez en la Misa del Gallo.

Fue precisamente en esta fecha cuando murió repentinamente el viejo. Sin embargo, el alma de maese Pérez continua allí, en su órgano, tocando las magníficas piezas de siempre. Todo el pueblo fue testigo de este insólito suceso, pero en el momento en que se deshicieron del órgano el alme de maese Pérez no volvió.

3. LOS OJOS VERDES:

Personajes principales: Iñigo(montero mayor del conde de Argensola) y Fernando de Argensola (primogénito de Almenar).

Contexto donde se desarrolla el elemento fantástico: Fernando, en la caza de un ciervo, se adentra hasta una fuente, la llamada fuente del Álamo sobre la cual pesa una leyenda que asegura que si te aproximas a ella caerá sobre ti un mal. Tras esto, Fernando estuvo escuchando durante días nombres, voces, etc., y una tarde que acudió a sentarse en los bordes de la roca a las orillas del agua, donde esperaba que apareciesen los ojos verdes, de una hermosa mujer, de la cual se había enamorado, al fin esta apareció e nuevo del agua y le incitó, prometiéndole amor, a ir con ella, así Fernando cayó al agua donde supuestamente murió, ya que no se volvió a saber nada más de él.

4. LA AJORCA DE ORO

Esta leyenda cuenta la historia de un enamorado de una caprichosa joven. Un día el joven enamorado encontró a su amor llorando; le preguntó qué quería y ella le contestó que quería la ajorca de oro de la Virgen del Sagrario. El pobre enamorado decidió conseguir esa ajorca para ella. Al entrar en la catedral, comenzó a imaginarse que las estatuas le miraban y sabían lo que quería hacer; pero fue al coger la ajorca de oro y dar media vuelta cuando vio a todas las estatuas moverse de lugar y dirigirse a él. Cuando a la mañana siguiente entraron los curas a la capilla, se encontraron al pobre enamorado totalmente loco.

6. EL RAYO DE LUNA

Dice Bécquer que no sabe si es una historia o un cuento, pero que tiene algo de verdad.

        

El protagonista Manrique, un joven poeta, que le gusta leer, los monasterios, los bosques... el prior de un monasterio le ha dicho que las estrellas son otros mundos, él sueña con la hermosura de las mujeres de éstos.

En Soria hay un puente que conduce al convento de los templarios. Él una noche de verano se paseaba por allí cuando vio como el traje blanco de una mujer se agitaba por ahí. Quiso seguirla, qué podía hacer a esas horas. Le pareció que en una barca cruzaba el río, él echó a correr a ver si la pillaba.

Después se puso a seguir a la gente que venía del otro lado del río, para saber dónde se hospedaban y vio en una casa que un rayo de luz que se reflejaba en la casa de enfrente. Enseguida supo que esa era la casa de ella, incluso vio un balcón con la luz encendida. Se quedó allí toda la noche, hasta que por la mañana salió un escudero. Tras ser interrogado dijo que en esa casa no había ninguna mujer, sino Alonso Valdecuellos, que estaba enfermo.

7. LA CRUZ DEL DIABLO:

En esta leyenda, solamente leyendo el título se ve una clara antítesis, ¿Como puede ser que una cruz sea de el diablo? Por lo tanto ya se ve que en esta leyenda tienen que predominar las fuerzas sobrenatura-les del mal.

8. EL CRISTO DE LA CALAVERA:

Esta leyenda está ambientada en la reconquista de la Península Ibérica. El rey de Castilla manda llamar a todos los caballeros hacia Toledo. Todo eran fiestas de bienvenida a los caballeros, pero la gran fiesta era el día previo a la marcha de los caballeros a la guerra. En esta fiesta, la protagonista era doña Inés de Tordesillas, una bella mujer que tenía enamorados a todos los caballeros; pero sólo dos caballeros estaban en el buen camino para conseguir el corazón de la dama. Estos dos caballeros se llamaban Alonso de Carrillo y Lope de Sandoval, que destacaban sobre todo por su rendimiento. El día de la ceremonia, doña Inés dio una vuelta por el salón de los caballeros y se sentó entre el caballero Alonso y el caballero Lope. Estos comenzaron una batalla de piropos que causaron el cansancio de doña Inés. Levantó se doña Inés dejando caer sin querer uno de sus guantes que había dejado en sus rodillas; rápidamente, los dos caballeros se agacharon a recogerlo, pero quedaron en tablas ya que lo asieron ambos cada uno por un lado diferente. Empezaron a forcejear, pero al darse cuenta su majestad de Castilla de lo que podría conllevar aquel forcejeo, se interpuso entre los dos y devolvió el guante a doña Inés.

Dieron se cuenta ambos caballeros que tendrían que batirse para conseguir el corazón de doña Inés, buscaron durante toda la noche un lugar donde poder llevar a cabo el duelo. Encontraron al fin un cobertizo alumbrado por una luz, donde se encontraban un Cristo y una calavera bajo el Cristo. Los caballeros rezaron una oración y se dispusieron a luchar, mas cuando desenfundaron, la luz se apagó. La volvieron a encender, volvieron a desenfundar y... la luz se apagó de nuevo. Esto ocurrió varias veces más hasta que al final sonó una voz que envolvió a los caballeros en el más profundo de los miedos. Tras esto, se dieron cuenta que el señor no quería que ese duelo se llevara a cabo.

Decidieron pues dejar a doña Inés elegir y se dirigieron a su balcón dispuestos a seducirla. Pero cuál no fue su sorpresa al descubrir a doña Inés despidiéndose de su amado. Su primera reacción fue echar mano a sus aceros y matar a aquel hombre, pero después se lo pensaron y soltaron una carcajada que hizo eco precipitando la despedida de doña Inés.

Al día siguiente, en el palco de despedida, se encontraba entre las damas de honor doña Inés, que se encontraba intranquila temiendo que la carcajada hubiese sido causada por la muerte de alguno de los caballeros, pero se tranquilizó al descubrir que entre las filas que marchaban se encontraban los dos caballeros sanos y salvos.

10. LA CORZA BLANCA:

Al principio Bécquer describe el lugar y luego sigue con la historia.

En este relato la historia versa sobre un noble aragonés, llamado don Dionís, que había luchado en la guerra santa y que tenía una hija, Constanza, que a su vez tenía un sirviente personal que se llamaba Garcés. Un día tras acabar la caza se reunieron todos bajo unos árboles y vino un zagal del cual le dijeron a don Dionís que no estaba muy cuerdo pues pensaba que todos los ciervos se habían aliado contra él, y también que un día buscando a los ciervos apareció un grupo de corzas lideradas por una corza blanca que al verlo huyeron despavoridas. Todos se rieron de las gracias de Esteban menos Garcés que no paraba de pensar en el relato sobre la corza blanca. Garcés amaba a Constanza, la azucena del Moncayo y pensó que si la atrapaba la corza blanca para ella, ésta caería rendida en sus brazos. Salió del castillo armado pensando que atraparía su botín y después de luchar contra todos los elementos consiguió verla junto a su manada y gracias al destino, pues la corza blanca quedó atrapada en un matorral, pudo acercarse a ella e intentar cogerla. Pero cuando iba a hacerlo la corza le habló y él quedó tan sorprendido que se liberó e intentó escapar, mas Garcés le tiró una flecha y acertó en el blanco, pero en realidad la corza era Constanza que se revolcaba en su propia sangre tras haber sido alcanzada por la flecha de su pretendiente.

12. LA PROMESA:

Como bien lo dice su título trata de una promesa hecha, que en la muerte de uno de los amantes, la mano se le presenta al otro para librarlo del mal y conducirlo a cumplir la promesa.

13. EL BESO:

Personajes principales: un capitán, sus soldados.

Contexto en el cual se sucede el elemento fantástico: un capitán alojado en una iglesia, celebra una fiesta con unos amigos. El capitán está como enamorado de la estatua de una bella mujer, la cual aparece arrodillada en su tumba al lado de su marido que también esta de pié y como su esposa, es una estatua de mármol. El capitán, ebrio, intenta besar la estatua, pero en su intento es sorprendido por la fuerte bofetada que la estatua que se mantiene de pie le da y que le origina un ferviente brote de sangre por nariz, boca y ojos.

14. EL MONTE DE LAS ÁNIMAS

Dice que la oyó en el mismo lugar en la que sucedió.

        

Era noche de Todos los Santos. Faltaba poco para que sonara la oración de los Templarios y las ánimas de los difuntos tañeran su campana.

        

Hablan un primo y una prima y ella no se lo cree. Se llaman Beatriz y Alonso. Él le cuenta la historia del Monte de las Animas, monte que cedió el rey a unos hombres mitad guerreros, mitad monjes para que defendieran Soria de los árabes, lo que fue un insulto para los caballeros castellanos que siempre se llevaron mal y que preparando una emboscada cometieron una matanza en ese monte. Todos los cuerpos fueron enterrados en la capilla de arriba. Desde entonces el Día de Difuntos en la medianoche las almas salen envueltas en jirones de sus sudarios.

        

Alonso y Beatriz se iban a separar pronto y él le dice que le va a regalar un joyel que sujetaba en su sombrero una pluma. Ella dice que su regalo va a ser una banda azul, pero que se le cayó en el monte. Él no quiere ir esa noche a recogerla pero ella se burla y él va. Esa noche ella oye como pasos, estaba muy intranquila y casi no pudo dormir. Cuando la luz de la mañana iluminó su habitación se encontró la banda manchada de sangre y le contaron la noticia de que Alonso había sido devorado por los lobos. Ella se quedó muerta, muerta de horror.

        

Dicen que una vez sucedido esto un cazador tuvo que pasar la noche de Difuntos en ese monte y al día siguiente antes de morir contó cosas horribles, como que unos esqueletos de guerreros perseguían a una mujer que daba vueltas sobre la tumba de Alonso muerta de horror.

16. EL MISERERE:

Esta leyenda comienza con el descubrimiento, por parte de un hombre, de un libro en una abadía. Al leer el hombre el libro, descubre en el borde de una página una palabra de la que no conocía el significado, así que le pregunta a un hombre de edad si sabía el significado de esta palabra. El anciano reconoce la palabra y le cuenta al “investigador” una vieja leyenda.

La leyenda decía que tiempo atrás, un hombre entró en esa abadía pidiendo cobijo y un trozo de pan. Los que por aquel entonces habitaban en dicha abadía no tuvieron problema alguno en dárselo, ya que prácticamente ese era su oficio. En la cena, los monjes comenzaron el típico “interrogatorio” que se hace a un desconocido. El hombre fue contestando pacientemente a todas y cada una de sus preguntas hasta que llegaron a la de siempre, “¿a qué se dedica usted?”. El hombre contestó que era músico y que en esos momentos trataba de finalizar el Miserere para que el señor le perdonase todos sus pecados. Al oír esto, uno de los curas allí reunidos le dijo que su trabajo había terminado pues en un monasterio que había en las montañas se oía entonar a los curas muertos todas las noches el Miserere. El músico decidió ascender hasta aquel monasterio y tomar notas para poder finalizar la partitura. Ya se encontraba dentro cuando vio como el monasterio se reconstruía solo y los esqueletos de los monjes trepaban por la ladera de la montaña hasta colocarse en fila india para entonar la canción. El hombre atónito trató de permanecer atento a la respuesta de tantos años de trabajo, pero cuando los curas iban por el versículo 10, un gran resplandor le dejó cegado e hizo quedar inconsciente. Cuando despertó al día siguiente, descendió la montaña hasta llegar a la abadía y allí pidió refugio para poder escribir el Miserere. Escribió todo lo que escuchó, mas cuando intentó hacer el final (sin haberlo oído), le fue imposible. Escribió gran cantidad de borradores pero no lo consiguió, fue tal su frustración que murió enloquecido.




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Idioma: castellano
País: España

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