Literatura


Leyendas; Gustavo Adolfo Bécquer


2.- EL MONTE DE LAS ÁNIMAS

Esta leyenda narra la historia de un noble soriano, que recibe la visita de su escéptica prima de la corte francesa. Tras una partida de caza, el anfitrión narra a su prima una leyenda sobre el monte al que fueron a cazar; ésta relataba la aparición de espectros el Día de todos los Santos. Continuaron conversando sobre diferentes temas hasta que salió el de la despedida. Al tocar este tema, el joven noble quiso obsequiar a su bella prima con un joyel que aceptó la prima con miedo a que significase un compromiso; tras recibirlo le dijo, con cierta ironía, que el regalo que pensaba darle se encontraba perdido en el Monte de las Ánimas y que tendría ir a buscarlo. Tras mucho discutirlo, el noble fue a buscarlo en mitad de la noche con miedo a dos cosas: quedar en ridículo y ser atacado por algún espíritu.

Al día siguiente el joven noble amaneció muerto y la prima despertó horrorizada al ver el regalo que había perdido, ensangrentado a los pies de su cama.

3.- LOS OJOS VERDES

Esta es una leyenda de amor. Amor de un reconocido héroe (Fernando) hacia una mujer de ojos verdes que habita en un lago.

La leyenda comienza en una cacería. Fernando de Argensola encabeza la cacería, que se había convertido en una persecución. Perseguían a un pobre ciervo que huía herido. Como último recurso, el ciervo se adentra en una zona de árboles. Al ver esto, un montero al servicio de Fernando de Argensola, gritó "¡Alto todo el mundo!"; y pidió a su señor que por favor abandonase la cacería, argumentando que había oído leyendas sobre esa zona a la que llamaban la fuente de los Álamos. Fernando se negó rotundamente a desperdiciar esa pieza y, haciendo caso omiso a las palabras de Iñigo, el montero, decidió adentrarse en aquella zona boscosa y conseguir aquel ciervo que tanto se había resistido hasta entonces.

Han pasado días desde que don Fernando se adentró en el bosque y volvió con la pieza sano y salvo; mas su montero no se queda tranquilo y observa en él un cambio de color y bastante sombrío. Le comento a su amo sus observaciones y éste le contesta que estaba enamorado, enamorado de una mujer que vio en la fuente de los Álamos pero que nadie la había visto antes. Le enamoraron sus ojos verdes. Fernando de Argensola le pide a Iñigo que le ayude a encontrarla y a averiguar quien era aquella mujer tan bella.

Un día de los que Fernando rondaba por la fuente de los Álamos en busca de aquella hermosa mujer, la encontró de nuevo y dándose cuenta que aquella ocasión no se repetiría muy a menudo, rápidamente se le declaró. La bella mujer vacilaba la pregunta y le insinuó a Fernando si le seguiría amando si ella no fuese o dejase de ser una mujer de carne y hueso, a lo que Fernando contestó, sin dudarlo, sí.

Tras esta respuesta, Fernando percibió como el susurro del viento le decía: " Ven, ven...", Fernando se acercó a la mujer y, con un beso, se adentraron en las aguas del lago.

4.- MAESE PÉREZ EL ORGANISTA

Esta leyenda comienza con la burla de un turista a una anciana que sostenía que durante la misa del Gallo, el alma del Maese aparecía; y no había aparecido. La anciana se defendió argumentando que aquel no era el órgano de Maese Pérez.

Maese Pérez es un organista que, según la leyenda, toca el órgano de forma casi celestial. En la misa del Gallo, la catedral se llena pues quiere deleitarse con la música del Maese.

Esta vez, corre por la catedral el rumor de que Maese Pérez no va a poder asistir a la misa pues se encuentra enfermo. Toda la catedral se escandaliza pues no saben quien podría tocar el órgano en su lugar. Pero aun en su lecho de muerte, Maese Pérez quiere tocar el órgano y hace que le lleven a él. La catedral tiembla de emoción mientras Maese Pérez es transportado hasta el órgano. Durante la misa, Maese Pérez deleita a los oyentes, pero de repente, un ruido estridente interrumpe la canción, Maese Pérez a muerto haciendo lo que más le gustaba, tocar el órgano en la misa del Gallo.

5.- EL BESO

Las tropas francesas entran en Toledo. Un joven oficial y sus dragones descansan en una iglesia. El oficial se despierta y ve una estatua de mujer en mármol que le enamora. Al día siguiente, el oficial se la describe a sus camaradas; estos, bastante escépticos, deciden ir a verla esa noche mientras brindan con "champagne". Cuando llegan, quedan todos fascinados y se ponen a cantar, beber, pelear, bailar... todos lo pasan bien excepto el joven oficial.

Un camarada se cerciora y le dice que brinde que se lo pase bien. El joven oficial, empujado por sus compañeros, brinda por la mujer de mármol y el hombre de mármol que era su marido. Ya borracho, el oficial habla con el hombre de mármol y le echa vino a la cara "para que beba". Tras esto, decide besar a la mujer de mármol, pero cuando acercaba su cara a la pétrea, cayó al suelo sangrando por los ojos y la cara. La única explicación que encontraron los camaradas, fue que el hombre de mármol le había asestado un mortífero golpe en la cabeza con su guante de piedra.

6.- RAYO DE LUNA.

El noble y solitario poeta Manrique, sensitivo y fantasioso, buscaba a la mujer ideal, y creyó verla en la fugaz blancura de la orla de un traje blanco, en medio de la oscuridad de una noche en Soria. Se lanza velozmente en su seguimiento, pero ella desaparece. Durante dos meses son vanos sus esfuerzos.

Sin embargo, al regresar una noche al mismo lugar de la primera visión, esta se repite, igualmente fugaz: era un rayo de luna que penetraba a intervalos por entre los arboles cuanto el viento movía sus ramas.

Ello lo lleva a pensar que el amor y la gloria son un rayo de luna, mentiras, fantasmas. Todo el mundo lo cree loco menos el autor del relato

7.- EL MISERERE.

Esta leyenda comienza con el descubrimiento, por parte de un hombre, de un libro en una abadía. Al leer el hombre el libro, descubre en el borde de una página una palabra de la que no conocía el significado, así que le pregunta a un hombre de edad si sabía el significado de esta palabra. El anciano reconoce la palabra y le cuenta al “investigador” una vieja leyenda.

La leyenda decía que tiempo atrás, un hombre entró en esa abadía pidiendo cobijo y un trozo de pan. Los que por aquel entonces habitaban en dicha abadía no tuvieron problema alguno en dárselo, ya que prácticamente ese era su oficio. En la cena, los monjes comenzaron el típico “interrogatorio” que se hace a un desconocido. El hombre fue contestando pacientemente a todas y cada una de sus preguntas hasta que llegaron a la de siempre, “¿a qué se dedica usted?”. El hombre contestó que era músico y que en esos momentos trataba de finalizar el Miserere para que el señor le perdonase todos sus pecados. Al oír esto, uno de los curas allí reunidos le dijo que su trabajo había terminado pues en un monasterio que había en las montañas se oía entonar a los curas muertos todas las noches el Miserere. El músico decidió ascender hasta aquel monasterio y tomar notas para poder finalizar la partitura. Ya se encontraba dentro cuando vio como el monasterio se reconstruía solo y los esqueletos de los monjes trepaban por la ladera de la montaña hasta colocarse en fila india para entonar la canción. El hombre atónito trató de permanecer atento a la respuesta de tantos años de trabajo, pero cuando los curas iban por el versículo 10, un gran resplandor le dejó cegado e hizo quedar inconsciente. Cuando despertó al día siguiente, descendió la montaña hasta llegar a la abadía y allí pidió refugio para poder escribir el Miserere. Escribió todo lo que escuchó, mas cuando intentó hacer el final (sin haberlo oído), le fue imposible. Escribió gran cantidad de borradores pero no lo consiguió, fue tal su frustración que murió enloquecido.

INDICE.

  • - FICHA BIBLIOGRAFICA

  • - EL MONTE DE LAS ÁNIMAS

  • - LOS OJOS VERDES

  • - MAESE PÉREZ EL ORGANISTA

  • - EL BESO

  • - RAYO DE LUNA

  • - EL MISERERE




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    Enviado por:Mogurite
    Idioma: castellano
    País: España

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