Literatura
Lazarillo de Tormes
El "Lazarillo de Tormes" es una novela escrita en forma de autobiografía durante la época del Renacimiento. Su fecha de publicación no se conoce con exactitud, aunque de acuerdo con algunas investigaciones, parece ser que se produjo en el año 1554.
El autor de dicha obra se desconoce. No obstante varias son las hipótesis que se han barajado con respecto a la identidad del mismo.
Importantes investigadores, con gran cantidad de datos, han adjudicado esta obra a distintos intelectuales del siglo XVI. Entre los propuestos figuran el sacerdote Juan de Ortega, de la orden de los Jerónimos, en cuya celda se encontró un manuscrito de la obra; el historiador y diplomático Diego Hurtado de Mendoza, quien estaba en Toledo cuando Carlos V realizó las cortes mencionadas en la novela, y el poeta e intelectual Sebastián de Horozco, quien se distinguió por sus criticas a los malos sacerdotes. Estos tres personajes estudiaron en Salamanca. El hispanista Fouger de Hann, en 1903, sugirió el nombre de Lope de Rueda, prestigioso autor y director de comedias, quien en su juventud fue pregonero en Toledo. Por último, no ha faltado el que afirme que el libro fue escrito por un autentico pícaro, lo cual es muy difícil por las muestras de cultura literaria que en él aparecen. Del mismo modo, otros investigadores - entre ellos Américo Castro y Lázaro Carreter - han indicado la posibilidad de que el autor sea un judío converso, quien puso especial cuidado en conservar el anonimato por razones de seguridad.
Hoy en día, la mayoría se inclina por lo propuesto por el francés Alfredo Morel-Fatio: seguir considerando la obra como anónima, porque ningún argumento de los dados es convincente.
CONTEXTO HISTÓRICO Y SOCIAL
El Lazarillo de Tormes nació en el momento en que España poseía la hegemonía europea, situación que conservó a lo largo del siglo XVI. Sin embargo no faltaban en esa época gravísimos problemas y altibajos que, de algún modo anunciaban la decadencia que sufriría el país durante el siglo siguiente.
Esta época es también la de los últimos tiempos del mandato de Carlos I. Es un período de agitada política internacional en el que el país se ve envuelto en las guerras religiosas que se desataron en Centroeuropa a raíz de la Reforma de Lutero (1517); de este modo, la conquista de América y la explotación de sus riquezas no sirvieron más que para financiar las campañas bélicas que se desarrollaron. En estas circunstancias las fuerzas del ejército español eran muy frágiles debido a que no existía una estructura económica lo suficientemente resistente para mantenerlo.
A diferencia de otros países europeos, en la España del siglo XVI no se produjo el desarrollo de una burguesía comerciante, industrial y financiera. Nuestra sociedad era todavía señorial y su economía se basaba fundamentalmente en la agricultura y la ganadería.
Como consecuencia de todo lo anterior, el español de la época careció de muchas posibilidades que le permitieran un desarrollo importante.
SÍNTESIS DE IDEAS Y CONTENIDOS DE LA OBRA
Lo que encontramos en esta novela mirándola de forma general, es la autobiografía de un pregonero, es decir, un hombre de clase social muy baja, llamado Lázaro de Tormes.
Dentro del relato están plasmadas las ideas propias del anónimo autor con respecto a diferentes aspectos de la vida social de la época.
Un aspecto importante a resaltar dentro de esta obra es la sátira anticlerical que hace el autor, resaltando de los ministros de la iglesia, por ejemplo, el materialismo y la falta de caridad cristiana. Este rasgo se puede ver en el mezquino clérigo del tratado segundo; en el fraile de la Merded del tratado cuarto, el cual es más aficionado a las prácticas mundanas que a las religiosas; y en el capellán del tratado sexto, del que también da una opinión negativa.
De este último cabe decir que en parte Lázaro tenía razón, ya que después de cuatro años de trabajo, el pobre no pudo comprarse más que unas cuantas prendas viejas de vestir.
El episodio en que mejor podemos comprobar dicha sátira es el quinto, durante el cual Lázaro es testigo de cómo el farsante del buldero, su actual señor, movido por la codicia se aprovecha de la buena fe de la gente del pueblo, vendiéndoles sus bulas mediante engaños y trampas.
La nobleza, representada por un escudero, es otra víctima de la crítica de esta obra, así como figuras relacionadas con la justicia, como es el caso del alguacil que acompaña en sus engaños al buldero.
Por último destacar que pese a que este libro fue escrito en una época próspera en la mayoría de los sentidos para el país, en el mismo se muestra la situación de muchas personas que viven en la pobreza y la mendicidad. Esto se ve sobre todo cuando durante la estancia de Lázaro con el escudero, un gran número de personas es obligado a abandonar el lugar donde viven al prohibirse la mendicidad.
PERSONAJES A DESTACAR
A lo largo de esta obra, y pese a ser muchos los personajes que aquí se encuentran, solo uno de ellos guarda especial interés, Lázaro. El resto son expuestos de forma muy esquemática y sin desarrollo de personalidad.
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Lázaro: es el único personaje cuyo carácter sufre evolución alguna a lo largo del relato. El cambio más significativo se produce sin duda durante su estancia con el ciego, y más concretamente cuando éste le da un golpe contra la estatua del toro en Salamanca; es ese golpe el que lo hace despertar de su inocencia infantil y le permite darse cuenta de que el mundo es lucha y tiene que enfrentarse a ella.
Desde un principio se nota en él que es astuto y observador, pero son las circunstancias desfavorables por las que pasa, las que le hacen aguzar su ingenio para sobrevivir.
Lázaro no es un sinvergüenza que se porta mal por capricho o ambición, lo hace muchas veces porque no le queda otro remedio; en la vida no tiene más armas de las que valerse, que su inteligencia.
A pesar de que en algún momento comete malas acciones, como cuando estrella al ciego contra el poste - algo que por otra parte se puede justificar teniendo en cuenta los malos tratos recibidos -, también sabe ser generoso con el único amo al que tiene cariño, aunque éste lo mata de hambre: el escudero.
Ya en el desenlace, Lázaro parece haberse convertido en un hombre práctico. Ha conseguido una "buena" posición social que no está dispuesto a arriesgar ni aún cuando las habladurías de la gente acusan a su mujer de serle infiel.
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El ciego: es un hombre lleno de experiencia, obligado por las circunstancias a aprender todo acerca de la vida para poder sobrevivir.
Es un hombre muy solitario que al parecer siempre ha vivido solo; aunque eso no le ha impedido conocer todos los secretos acerca de la convivencia. Es más, durante el tiempo en que Lázaro le acompaña y a pesar de todas las pillerías que el joven le hace, él nunca baja la guardia y acaba cazándolo en sus trampas.
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El clérigo: después de su estancia con el ciego y de abandonarlo, Lázaro salió a la calle en busca de un amo que le procurase mejor vida. Sin embargo la suerte aún no estaba de su parte ya que fue a parar con un hombre que aunque estaba al servicio del Señor, no compartía con él su generosidad. Por el contrario, hacía pasar al pobre Lázaro más hambre inclusive que el ciego. Esto llevó al muchacho a cometer algunos pequeños robos que le costaron su estancia en la casa del hombre.
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El escudero: este personaje, perteneciente a la baja nobleza fue el único al que Lázaro mostró cariño y con el que compartió su pan, algo que no había hecho con ningún otro. Eso se debe sin duda a que el hombre en ningún momento lo trató mal, y si apenas le daba de comer no era por egoísmo como otros, sino porque el pobre no tenía ni con qué alimentarse a sí mismo. El único fallo reprochable bajo mi punto de vista es el modo en que lo abandonó sin ni siquiera despedirse.
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El buldero: es uno de los personajes más mezquinos de la obra ya que utilizaba el hecho de estar al servicio del Señor para engañar a las buenas gentes que confiaban en él y en el alguacil que lo acompañaba. Su rasgo más reprochable es la codicia, y la forma tan poco ética de satisfacerla.
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El capellán: después del buldero éste fue su siguiente amo. El hombre era un poco explotador; después de cuatro años trabajando para él, lo único que Lázaro puede hacer es comprarse algo de ropa vieja. A pesar de todo no deja de ser el que más suerte le trajo y el que mejor futuro le procuró.
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El alguacil: es el último amo que Lázaro tiene ya que después de éste se independiza con su cargo de pregonero. Después de su estancia con él es cuando Lázaro llega a su mejor posición.
RESUMEN DE LOS SIETE TRATADOS
Este libro está desarrollado a lo largo de siete tratados, correspondiendo cada uno a lo que le acaeció con los siete amos que tuvo. A pesar de que la evolución del personaje es constante a lo largo de los siete tratados, es en los tres primeros, más elaborados que los restantes, en los que se describe con mayor número de detalles las hazañas del personaje, y por lo tanto en los que mejor se aprecia su personalidad y forma de enfrentarse al mundo. Estos corresponden a su etapa de niñez.
A partir del cuarto comienza a madurar, a crecer y a buscar nuevas formulas para resolver las situaciones a las que se enfrenta.
No es hasta el tratado séptimo que el protagonista por fin logra lo que siempre anheló: una posición social buena que le permitiera al menos alimentarse a diario.
El libro comienza con un prólogo en el que el autor hace referencia a importantes personalidades del mundo cultural. Algunos de ellos son: Plinio (naturalista latino) y Tulio (orador y político latino). Esto a llevado a pensar a diversos entendidos de la materia, que el autor de esta obra no era un simple pícaro ignorante, sino un hombre de cultura.
Durante el primer tratado el narrador, o sea, Lázaro nos cuenta acerca de su familia, de posición humilde. Dice que sus padres fueron un tal Tomé González y una mujer llamada Antonia, la cual lo trajo al mundo en medio del río Tormes, del cual tomó su nombre. Siendo él pequeño su padre fue desterrado al ser acusado de ladrón, y según parece perdió la vida en una armada contra los moros. Después de aquello su madre se dedicó a cocinar para estudiantes y a lavar las ropas de los mozos. Uno de ellos, nos cuenta, iba a su casa, y no se marchaba hasta la mañana siguiente, lo cual nos da a entender los otros oficios a los que su madre se dedicaba. Después de algunos sucesos fue a trabajar a un Mesón, donde conoció al ciego al que poco después entregó a su hijo, con la esperanza de que llegara a ser un hombre de bien.
Nada más salir de su hogar con el hombre que a partir de aquel día sería su "maestro", recibió una lección que sin duda lo hizo despertar de su niñez y empezar a afrontar lo que sería el mundo real. Me refiero con ello al suceso ocurrido con el toro, cuando el ciego le pidió que se acercara a su cabeza para escuchar lo que decía, y acto seguido lo estampó contra el mismo.
A lo largo de su estancia con el hombre otras tantas hazañas corrió el pobre Lázaro, que todo lo hacía por saciar el hambre de su insaciable estómago. Una de ellas es la de las uvas, en la que el ciego decidió compartir un racimo con el muchacho a partes iguales; le dijo que ambos comerían de una en una, pero el astuto hombre comenzó a hacerlo de dos en dos y viendo esto Lázaro, él lo hizo de tres en tres. Al final el ciego se dio cuenta ya que aunque él había roto el trato, el muchacho no le dijo nada.
Y como esa, otras muchas hasta que al final, cansado Lázaro de tanto pasar hambre y de los maltratos del ciego, decidió dejarlo después de tomar venganza. Para ello recurrió a lo que un día el hombre le hizo, consiguió que se estrellara contra un poste.
Después de abandonar al ciego, Lázaro fue a parar a la casa de un clérigo. Este, como el anterior le hizo pasar un hambre que lo llevó hasta un estado físico lamentable. Por ello el muchacho tuvo que ingeniárselas para no morir por falta de alimentarse y encontró la manera de abrir el arca en la cual el clérigo guardaba la comida. Al hombre le hizo pensar que eran ratones los que se comían su pan, hasta que un día pillaron al desafortunado Lázaro y lo echaron de la casa.
En el tratado tercero el joven va a parar a la casa de un escudero, del cual viendo tan educado y tan bien arreglado, pensó que iba a acabar con su mala suerte y con el hambre de su estómago. Pero nada más lejos de la verdad, ya que el hombre, aunque perteneciente a la baja nobleza tenía menos comida de la que disponer que el propio Lázaro. Sin embargo siempre fue bueno con él, lo que llevó al joven a compartir la poca comida que conseguía, e incluso a tomarle cariño. Aunque como siempre la suerte no le sonrió, y el hombre acabó por abandonarlo al no poder pagar sus deudas. Se fue sin despedirse tan siquiera.
En el corto tratado cuarto nos cuenta que se asentó con un fraile de la Merced, el cual no era muy amigo de sus obligaciones como persona al servicio de la iglesia. Al final acabó abandonándolo y a partir de ahí su mala suerte comienza a menguar.
En el tratado quinto, Lázaro entra al servicio de un buldero, el cual iba de un lado para otro vendiendo sus bulas. Iba también en compañía de un alguacil como era costumbre, y entre los dos urdían los engaños con los que conseguían que la gente comprara sus bulas. El dinero era lo que los movía, y eso Lázaro supo verlo al ser testigo de sus múltiples engaños. Con él estuvo alrededor de cuatro meses.
Después del buldero el joven se asentó con un capellán, el cual puso a su servicio un asno y cuatro cántaros para que trabajase. El trato era que él se quedaría con las ganancias que sobrepasaran de treinta maravedíes y lo que consiguiera los fines de semana. Al cabo de cuatro años sus ganancias le alcanzaron solo para comprarse una cuantas ropas viejas, aunque para Lázaro eso significaba una gran mejora.
Después de abandonar también al capellán, se asentó con un alguacil. Pero el tiempo que con él estuvo fue muy corto, ya que consideraba ese trabajo muy peligroso. Pensando de qué iba a vivir a partir de ese momento, la suerte le sonrió ya que consiguió el cargo de pregonero de vinos que ya sí conservó. Este le trajo la mejora que él siempre anheló y el orgullo de ser reconocido en el oficio que tenía. A través del mismo fue que conoció al arcipreste de San Salvador, la persona que le presentó a la que más tarde sería su esposa. Gracias a ella fue que obtuvo el favor de este personaje, y una posición en la sociedad que él siempre deseó; por eso cuando por las calles comenzaron a correr los rumores de que su esposa le estaba siendo infiel, él prefirió hacer oídos sordos por no arriesgar todo lo que tanto le había costado conseguir.
COMENTARIO CRITICO
En la obra, lo que más destaca con respecto a las ideas del autor, es la crítica que hace a la iglesia, por lo que demuestra con ello su descontento y su particular modo de ver ese mundo.
La mayoría de los hombres que acompañan a Lázaro en la historia están de algún modo relacionados con la iglesia, como es el caso del clérigo, el buldero, el fraile... Y a ninguno de ellos le ha otorgado un solo rasgo que actúe a su favor; por el contrario, el uno es bastante egoísta a la hora de compartir la comida, el otro un mentiroso, y el que menos es muy dado a la buena vida o es falto de caridad.
La crítica que hace a la iglesia es bastante dura lo cual debió ser una razón de gran peso a la hora de decidirse a ocultar su identidad. Lo que me parece que no hizo de manera muy acertada en este aspecto es que sólo resaltó de estos personajes sus defectos (la avaricia, la falta de caridad...). A ninguno de ellos le atribuyó una sola cualidad mínimamente alabable, pese a que seguramente alguna tendrían.
Aunque durante el relato aparecen una cantidad razonable de personajes, solo uno de ellos puede decirse que tenga carácter, o al menos solo se nos muestra el del protagonista. El autor debería haber desarrollado también la personalidad de algún otro individuo, o mostrarnos al menos más puntos de vista sobre los que aparecen. De ellos solo conocemos lo que son y hacen por las opiniones de Lázaro, pero éstas bien pudieran no ser del todo acertadas, y en todo el relato no se nos da la oportunidad de comprobarlo, porque carecemos de más puntos de vista que no sean el del protagonista.
Sin embargo me parecieron muy acertadas tanto las hazañas por las que pasa Lázaro cómo su forma de relatarlas. Me gustó en especial la última que vivió con el ciego, cuando hace que se estrelle contra el poste. Se nota que disfruta con su venganza, es un sentimiento que se transmite, sobre todo por la forma en que se despide de él diciéndole: "¿cómo, y olistes la longaniza y no el poste? ! Olé, olé!". Fue un momento con el que disfruté mucho porque, aunque no justifico lo que hizo el muchacho, si puedo entenderlo después de todo lo que él había pasado durante tanto tiempo.
También me pareció muy acertada la forma autobiográfica en que está redactado el libro. Creo que lo que le confiere credibilidad a todo el relato es precisamente eso, que no sea un extraño quien te cuente lo que le sucedió a otro, sino que sea la persona que pasó por todo aquello la que lo haga. Es así como mejor te identificas con el protagonista porque no hay que olvidar que aunque se puede hacer, no deja de parecer extraño que otro persona conozca los pensamientos y sentimientos de otro personaje.
El hecho de que hable de sitios muy concretos del mapa da también credibilidad al relato, porque nos es más fácil situarnos e imaginar todo lo que ocurre así que si te describiera mundos extraños y llenos de fantasías.
Por último, lo que termina de hacer esta obra tan popular y reconocida a pesar de que ya han pasado siglos desde que se escribió, es el hecho de que refleja problemas reales. Quizás en nuestros días muchos de ellos ya no son tan comunes, o han dejado de existir, pero para la gente de la época resultaban muy cotidianos, y sin duda muchos de ellos no sólo se identificaban con el protagonista, sino que compartían sus ideales.
Gracias a esta obra podemos abrir una especie de ventana al mundo de aquellos tiempos, que nos permite conocer como vivían el día a día, las dificultades por las que pasaban, y como es que se enfrentaban a ellas.
LENGUAJE Y ESTILO
El Lazarillo de Tormes es una obra escrita en prosa y en castellano del siglo XVI, por lo tanto hay muchos términos que ya han dejado de utilizarse, y otros tantos que han variado su significado o su forma de entenderlos con el paso de los siglos.
Este relato combina el lenguaje coloquial con un ingenio que se manifiesta en el uso de determinados vocablos y expresiones. Pero es probable que lo más destacado haya sido dar a la obra esa apariencia de sencillez que encaja a la perfección con su protagonista. Éste relata su historia utilizando el habla común de la época, sin mezclarla con la de las gentes más cultas o preparadas, lo que confiere realismo a toda la obra.
El lenguaje es además muy expresivo y con expresiones y refranes de la época como son los siguientes: "saber un punto más que el diablo", "maldita la gota se perdía", "escapar del trueno y dar en el relámpago", "juntarse el cielo con la tierra"... entre otros muchos.
Pertenece al movimiento que se produjo en toda Europa entre los siglos XIV y XVI, y al que se llamó Renacimiento. En España, dentro del campo del arte y de la literatura se produjo un desarrollo sin precedentes a partir del reinado de los Reyes Católicos. La base ideológica sobre la que se gestó este movimiento fue el redescubrimiento y valoración de la antigüedad clásica grecolatina.
Esta obra supone el nacimiento de una nueva forma narrativa, la novela picaresca. Entre esta primera obra de dicho género y la siguiente (Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán, 1599) transcurrió medio siglo, y debido a esto y a todas las diferencias que separan a ambas, muchos críticos han negado la existencia de la picaresca como género.
Algunas de las características principales del mismo serían las siguientes:
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El héroe suele ser un hombre de baja extracción social.
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El relato suele estar narrado en primera persona.
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Esta autobiografía comienza al menos con la niñez del protagonista.
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El pícaro va de un lugar a otro, trabajando para distintos amos.
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Presencia de crítica o denuncia social.
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La vida del pícaro es un conjunto de aventuras.
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La narración sirve para justificar una vida (presente) sin honor.
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Los sucesos narrados no son fantásticos, sino "realistas": hablan de una realidad que el lector reconoce como cercana y posible.
La novela picaresca tiene carácter episódico. Su estructura está formada por escenas sueltas, situadas en diferentes lugares y en las que intervienen distintos personajes. El único lazo de unión es la presencia del pícaro.
Otras novelas picarescas del siglo XVII son:
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Mateo Alemán (Primera parte, 1599; Segunda parte, 1604).
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La pícara Justina. Francisco Lope de Úbeda (1605).
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Vida del escudero Marcos de Obregón. Vicente Espinel (1618).
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Francisco de Quevedo (1626).
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Teresa del Manzanares. Castillo Solórzano (1632).
Pese a que éste ha sido considerado siempre como una gran obra, no la había podido leer hasta el momento, y reconozco que es digna de toda la admiración que le profesan. Me gustó mucho conocer los problemas de la gente de la época y comprobar que muchos de ellos son los mismos de hoy en día.
Lázaro me pareció un personaje muy humano, y que tiene como única prioridad en la vida llenar su estómago. Pareciera que todo lo que hace durante más de la mitad de los tratados es buscar a alguien que puda mantener lleno su estómago, pero ni en eso la suerte lo acompaña.
Es una de las novelas de la época que más me han gustado, quizás porque no utiliza un lenguaje excesivamente complicado y no es muy difícil de entender y asimilar. Tiene un estilo sencillo y ameno.
Así concluyo diciendo que mi valoración general sobre la obra es muy positiva, me gustó mucho el libro.
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Enviado por: | Lucia |
Idioma: | castellano |
País: | España |