Arte


Laoconte


'Laoconte'
LAOCOONT I ELS SEUS FILLS

"Laocoonte": sacerdote troyano aniquilado junto con sus hijos por dos monstruos marinos. Los monstruos fueron enviados por Atenea, diosa aliada de los griegos, porque Laocoonte había advertido a los troyanos del peligro que suponía el admitir dentro de sus murallas el famoso caballo de madera regalado por los griegos, que en realidad estaba lleno de soldados. Los troyanos no quisieron escucharle.

Laocoonte y sus hijos

Este grupo escultórico es una de las obras más representativas de las formas helenísticas tardías (desde mediados del siglo II a.C. hasta finales del siglo I a.C.) de la escuela de Rodas. Sus autores fueron los escultores Agesandro, Polidoro y Atanadoro. La obra original, de finales del siglo III o comienzos del II a.C., era de bronce, en tanto que la copia que ahora conocemos es de mármol hecha en un sólo bloque de marmol, seguramente en el siglo I de la Era Cristiana. Tiene un tamaño de 2,42 m de altura.

El lenguaje formal del barroquismo helenístico se manifiesta claramente en este grupo: la unión del patetismo helenístico con la actitud clasicista, la inserción de un movimiento en el que las fuerzas centrípetas compiten con las centrífugas, generan una composición concebida con criterios más pictóricos y escenográficos que escultóricos. En él se representa a Laocoonte, sacerdote del templo de Neptuno de la ciudad de Troya, que es castigado con la muerte por desobedecer a un mandato divino en la preparación del sacrificio de un toro en el ara. Sacrificio que en contra de los dioses había hecho para convencer a los troyanos del engaño que suponía el caballo de madera que los griegos habían colocado frente a las murallas de la ciudad. Apolo, al ver frustrados los planes de destruir Troya, envió a Curissia y Peibea, dos gigantescas serpientes de mar que se enrollaron a los cuerpos de los hijos de Laocoonte, Antipas y Timbreo, y posteriormente en él mismo y con sus anillos los estrujaron asfixiándolos. Por la presión de los cuerpos de las serpientes, el padre y el hijo más joven son lanzados hacia atrás sobre el altar, siendo mordidos por los monstruos. El joven hijo, viéndose desvalido, busca con la mirada angustiosa la protección de su padre. Una fuerte expresividad y patetismo se desprende del recio cuerpo y de la cabeza detalladamente modelada. El complemento del brazo derecho paterno, cuya mano alzaba como un triunfo un ondulante trozo de serpiente, está doblado hacia la cabeza e intenta arrancarse del cuello a la serpiente. Se ofrece a la vista del espectador como un cuadro de impotencia humana lleno de conmovedor patetismo, cuya composición, pese a todo el movimiento contenido, se desarrolla en un plano frontalista. Sus autores lo concibieron para ser contemplado frontalmente, intentando contraponer la tremenda convulsión muscular de Laocoonte con la anatomías más clásicas de los hijos.

Un aspecto muy interesante de este grupo escultórico es el relativo a su descubrimiento el 14 de enero de 1506 en el área del palacio del emperador Tito (79-81 d.C.). Allí la vio Plinio el Viejo, que en sus escritos dejó constancia de ella, calificándola como la primera entre todas las obras de arte. La celebridad del grupo escultórico no sólo quedó registrado en la antigüedad romana; Sangallo y Miguel Ángel presenciaron la excavación de la obra y comprendieron el valor artístico de la misma y aconsejaron al papa Julio II que la adquiriera. En la actualidad se halla en el Museo del Vaticano. Una versión pictórica del mismo tema, sobre un fondo de Toledo, es la realizada por El Greco.

*El soberbio grupo del Laocoonte fue considerado por Plinio "la mejor de todas las obras tanto de pintura corno de escultura". El sacerdote troyano se debate, con todos los músculos en tensión, por liberarse y liberar a sus dos hijos de las serpientes enviadas por Apolo. El grupo del Laocoonte fue realizado por tres autores, cuya firma aparece en el grupo de Escila: "Atanodoro hijo de Hagesandro, Hagesandro hijo de Peonio, Polidoro hijo de Polidoro, rodios, hicieron"; y emplearon para ello piedra local rodia y mármol griego; sólo un fragmento del Laocoonte es de mármol italiano de Carrara. "El Laocoonte se encuentra en la mansión del emperador Tito... Fue esculpido en un solo bloque de mármol por los excelentes artistas de Rodas Hagesandro, Polidoro y Atenodoro y representa a Laocoonte, sus hijos y las serpientes admirablemente enroscadas" (Plinio).

Atanodoro
Nacionalidad: Grecia
Siglo I a.C.

La escuela helenística de Rodas se caracteriza por su admiración hacia lo gigantesco, la expresividad dolorosa de sus figuras y la atracción hacia el movimiento. Todas estas características las encontramos en su obra más significativa, el grupo de Laoconte y sus hijos, elaborado por Atanodoro en colaboración con Polidoro y Agesandro, miembros todos de una misma familia. Los escorzos de las figuras y el sentimiento trágico que transmiten sus rostros hacen de esta obra una de las más destacadas de su época. Fue esculpida en el año 50 a.C. y descubierta en 1506, en el mismo palacio del emperador Tito donde la describiera Plinio.

ESCULTURA GRIEGA HELENÍSTICA:

LAOCOONTE Y SUS HIJOS.-

Laocoonte, sacerdote del templo de Neptuno situado en la ciudad de Troya, se esforzó baldíamente por convencer a sus compatriotas del engaño que suponía el caballo de madera. Y pese a que Neptuno más tarde favoreció a los troyanos, de las profundidades del mar salieron dos enormes serpientes que se enrollaron en los cuerpos de los dos hijos de Laocoonte y posteriormente en él mismo, hecho que provocó la incredulidad de las palabras del sacerdote cuyo presagio no había complacido a los dioses. La coincidencia entre el pasaje de la Eneida y la escultura de Laocoonte, obra, para algunos, del arte helenístico del siglo I a.C., ha hecho pensar a algunos investigadores que quizá Virgilio tuviera conocimiento de esta escultura y la tomara como punto de partida de su inspiración poética. Sea ello o no, las correspondencias entre el relato literario y el grupo escultórico son profundas y demuestran los paralelismos o influencias recíprocas entre ambas manifestaciones. Actino, Dionisio de Halicarnaso, Apolodoro, Servio, Higino, Macrobio, Petronio y Apolodoro de Rodas, entre otros, también han tratado en sus escritos aspectos del presente tema.

"Laocoonte, a quien la suerte había designado como sacerdote de Neptuno, estaba sacrificando en el altar un enorme toro. He aquí que desde la isla de Ténedos, por las aguas tranquilas y profundas (yo lo recuerdo con horror) y dos serpientes de gigantescos anillos se extienden pesadamente por el mar y al mismo tiempo se dirigen hacia la orilla; y, erguidos sus pechos sobre las aguas, sus crestas color de sangre dominan las olas. E1 resto de sus cuerpos se desliza lentamente sobre la superficie de las aguas, y su enorme mole arrastraba sus pliegues tortuosos. Resuena el espumoso mar; ya tocan tierra y, los ardientes ojos inyectados en sangre y fuego, con sus vibrantes lenguas lamían sus fauces silbantes.

Exangües ante lo que veíamos, huimos; pero ellas, con avance seguro, se dirigen a Laocoonte, y primero las serpientes se enroscan en los pequeños cuerpos de sus dos hijos y a mordiscos devoran los desdichados miembros; después, al ir el padre en su auxilio con las armas en la mano, le apresan y le estrujan con sus grandes nudos. Por dos veces enroscan su escamoso cuerpo alrededor de la cintura, dos veces también alrededor de su cuello, sobrándoles las cabezas y las colas. É1 intenta arrancar los nudos con sus manos; sus vendas se ven empapadas de baba y de negro veneno y lanza al cielo horrendos gritos; iguales mugidos lanza el toro herido cuando abandona el altar y sacude de su cerviz el hacha mal clavada. Y las dos serpientes huyen deslizándose hacia los altos templos; ganan rápidamente el santuario de la Tritonia y se esconden bajo los pies de la diosa, debajo de la redonda cavidad del escudo".

P. Virgilio.- La Eneida.- En: Varios autores.
Fuentes y documentos para la Historia del Arte antiguo.
Ed. Gustavo Gili. Barcelona 1982. Págs. 156.

LAOCOONTE

LA OBRA

Escultura de mármol (siglo III a.C. ) recoge un episodio de la guerra de Troya en el que el Laocoonte, sacerdote de Apolo, muere estrangulado por serpientes marinas enviadas por Poseidón para que no revelara el secreto del caballo de Troya. Esta escultura apareció en el siglo XVI en las excavaciones de las termas de Tito, estando presente Miguel Ángel, que quedó impresionado con el dramatismo de la obra.

ANÁLISIS FORMAL

La figura del sacerdote, con la anatomía de atleta, se extiende en diagonal, y la cabeza, de voluminosos rizos, está inclinada. Los rasgos de la cara están profundamente marcados y el dramatismo de gesto acompaña al del cuerpo. Las serpientes enlazan a las tres víctimas y conducen la mirada desde el padre a los hijos, cuya factura es más amanerada y pudo deberse a otro artista. La composición es plana, pensada para que se vea de frente, y pudo formar parte de un conjunto escenográfico.

SIGNIFICADO

Esta obra recoge toda la sabiduría del mundo clásico :el anciano sacerdote tiene el cuerpo de un joven atleta, lo que hace más dramática la escena, gracias a que permite representar a un hombre que se defiende con todas sus fuerzas. La cara, en cambio, distorsionada ,es la de un hombre de edad, y el claroscuro de los rasgos recuerda a las imágenes del altar de Pérgamo.




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Enviado por:Anji
Idioma: catalán
País: España

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