LA VIDA ES SUEÑO. ...............Pedro Calderón de la Barca.

Que ambos están es una situación en la que, a pesar de estar vivos, se sienten muertos y creen que la muerte debe ser mejor que la situación que padecen (“siendo un esqueleto vivo/ siendo un animado muerto”). Cuando Segismundo ve a Rosaura es la primera vez que ve a una mujer, por lo que cree sentir algo parecido al amor (“cuanto te miro más, /aún más mirarte deseo”) y considera que la muerte es un destino mejor que dejar de verla (“viendo que el ver me da muerte/ estoy muriendo por ver”). Los dos intentan que no hagan daño al otro, pues Rosaura también ha sentido algo fuerte por Segismundo, y se protegen de Clotaldo.

Cuando Clotaldo entra por primera vez en escena, descubre a Rosaura y Clarín en la celda de Segismundo, en ese momento ni se plantea el hecho de no llevarles ante el rey o, si estos se oponen con dureza, matarles. Ante la posibilidad de encarcelarles pide que se desarmen, en ese momento, Rosaura extrae una espada, la cual Clotaldo reconoce en el momento; es la que le entrego a Violande (su supuesta mujer/amante) para que la portase su futuro hijo, y que este le reconociese como padre. Por lo que cuando Rosaura llegó portando el arma, queda claro que es hija de Clotaldo.

El gran dilema que a Clotaldo se le plantea está relacionado con su honor. Por el hecho de haber entrado en la celda de Segismundo, debe llevar a Rosaura a una audiencia con el rey, pero eso supondría su muerte. Por eso decide llevarla al rey y que este decidiese su muerte, ella morirá sin saber que es su padre, pero su consigue que le indulten, le ayudará a “vengarse de su agravio”.

Escena I: Se suspende el final ya que Rosaura y Clarín dejan de hablar para poder escuchar con atención lo que está diciendo Segismundo cuando estos entran en su casa en busca de acogida (son extranjeros).

Escena IV: Se suspende la acción porque Rosaura, Clotaldo y Clarín deben marchar hacia en palacio y, mientras, se debe mostrar al público la decisión de Basilio de nombrar finalmente heredero a Segismundo y liberarlo de su cárcel.

Escena V: Se suspende cuando Astolfo anuncia la entrada del rey Basilio, cuando ya les es imposible hablar debido al ruido que ocasiona el séquito real (“tanto sonoro instrumento/ que avisa que sale ya/ el rey con su parlamento”).

El sol “entraba sañudamente con la luna en desafío; es decir, que había un eclipse el día del nacimiento de Segismundo, de cuyo parto, murió su madre, como esta llevaba pronosticando desde hacía meses influenciada por sus sueños. La comparación hace referencia a el tremendo eclipse que, según la biblia, se desarrolló cuando la muerte de Cristo; quiere hacer referencia a que el nacimiento de Segismundo fue una atrocidad comparable a lo que supuso la muerte de Jesucristo para los creyentes.

Basilio admite que, preso del horror de verse sometido bajo un hijo, se haya visto influido mas de la cuenta por sus predicciones (“hados”), por eso se da cuenta de que, por evitar los pecados de su Segismundo, fue él el que los cometió (“por reservar a otro de tirano y de atrevido pueda yo serlo”) sin darle oportunidad a Segismundo de vencer al destino y ser un rey digno de Polonia. Por lo que decide que el día siguiente mismo, había de ir a buscarle para poder brindarle la oportunidad que años atrás le arrebató. Entonces descubre que Segismundo es un tirano con había predicho, decide devolverle a su prisión donde este completa el proceso de transformación en un buen sucesor a la corona, descubriendo por él mismo la actitud que debe presentar para ser digno de ese cargo.

Ambos consideran la deshonra un acto que solo puede equivaler a la muerte, y que, para recuperar el perdido honor, hace falta la venganza de sangre (así, una vez recuperado el honor, pueden volver a vivir dignamente). Esto se demuestra cuando ambos hablan sin tapujos de la venganza que Rosaura ha de acometer matando a su enemigo con la espada que le dio su madre.

Se da cuenta de que la ha visto antes, pero no reconoce de cuando, por eso la cree cuando esta dice que es dama de Estrella, ya que el da por hecho que la vio cuando conoció a su prima. Esta frase se entiende como un piropo que Segismundo le da a Rosaura (requiebro=acción o efecto de alabar a una mujer destacando sus atractivos).

En un primer lugar decide que ese debe ser otro sueño, y que prefiere seguir en su torre a salir a las armas y hacerse ilusiones para luego perderlas. A pesar de que los soldados le muestran al pueblo a su favor, este sigue creyendo que es un sueño. Finalmente, siguiendo en esa creencia, decide luchar por su trono contra su padre, ya que si la vida, aunque sea sueño, es tan corta, debe aprovecharla, ya que puede despertar en cualquier momento. Pero desea hacerlo bien en este segundo “sueño” (“quiero obrar bien, pues no se pierde obrar bien, aun entre sueños”).

Basilio utiliza a la naturaleza, ya que esta es imparables, da igual la acción humana. Concretamente usa las imágenes de un caballo desbocado, la corriente imparable de un rio que se dirige corriendo al mar, un peñasco desprendido de la cima de una montaña. Basilio reconoce haber errado al intentar evitar lo inevitable, que el pueblo reclame a su legítimo rey y rechace a uno extranjero, y así, este es el principal culpable de la guerra y de la destrucción de su imperio.

Segismundo decide que aquello no puede ser un sueño porque la historia que Rosaura le ha contado contiene demasiados detalles para ello. Por eso empieza un soliloquio en el que decide que es muy difícil distinguir entre sueño y realidad, por lo que hay que intentar disfrutar y hacer el bien en todo momento, para poder ser feliz al menos en los instantes en los que lo realizas.

Segismundo le recrimina que, si no le hubiese encerrado, no acabaría actuando como un fiero animal la primera vez que descubre la libertad y desea dar uso de sus impulsos más salvajes sin pensar en las consecuencias solo con intención de calmar su rabia. Alega que él es bueno de nacimiento, pero que la dura educación que vivió hizo que actuase de esa manera. Pone de ejemplo, entre otros, que si a una persona le pronostican la muerte a manos de la espada que lleva en la mana, no la debe desenvainar y acercársela al corazón; compara así esa espada con su encierro.

Durante la primera jornada transcurren dos días, y durante la segunda y la tercera un día en cada una, por lo que la obra trascurre a lo largo de cuatro días, pero hay que tener en cuenta pequeñas analepsis en los recuerdos de Rosaura y de Clotaldo.

Si la vida es sueño, se produce su despertar cuando el sueño acaba, es decir, al morir, entrando en la vida eterna (aquí se encuentra una importante alusión a la cristiandad).

El parecido de las situaciones de Rosaura y Segismundo es destacable, ya que ambos empiezan en una situación de total infelicidad, buscando su propio yo. La resolución del problema de identidad de Rosaura es esencial para que Segismundo también pueda descubrir la suya propia y así, pueda actuar debidamente. Además, cuando Segismundo le dice a Astolfo que debe casarse con Rosaura (Segismundo promete a su amiga que recuperaría su honor, lo cual también es importante en dicho proceso), él pide también en mano a Estrella, completando su transformación.