Literatura


La Vida es Sueño; Calderón de la Barca


“Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo”

*Franz Grillparzer*

3ºFILOLOGÍA HISPÁNICA

C.M.LITERATURA BARROCA

ÍNDICE

Índice - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 3

Pedro Calderón de la Barca - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -4

Obra - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 6

La Vida Es Sueño - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 9

El asunto y las fuentes - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 9

Argumento y estructura - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -10

El Concepto de Libertad en La Vida Es Sueño - - - - - - - - - - - - -- - - -12

Definición del concepto de “libertad” - - - - - - - - - - - - - - - - - - 12

Cadena perpetua - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -13

Segismundo vs. Destino - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 15

Conflicto de intereses - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -19

Conversaciones consigo mismo - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 22

Conclusiones - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -25

Bibliografía - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 27

PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA

Insigne poeta y dramaturgo español, nació en Madrid el 17 de Enero del año 1600 y murió en la misma ciudad un 25 de Mayo, 81 años más tarde. Era hijo de don Diego Calderón de la Barca, secretario del Consejo de Hacienda, y doña Ana María de Henao y Riaño. Estudió Teología en el Colegio Imperial de Madrid e ingresó posteriormente en las universidades de Alcalá y Salamanca. Muy pronto puso de manifiesto su vocación literaria: se le atribuye el haber escrito un drama a los trece años. A poco de terminar sus estudios se dio a conocer como notable poeta en las fiestas patronales de Madrid (1620-1622). Un año después, parece haber intervenido en las guerras que España sostenía en Europa, pero en 1625 le encontramos de nuevo en Madrid, batiéndose en duelo con el actor Pedro de Villegas, que había herido traidoramente a un hermano de Calderón. Incorporado de nuevo a los Tercios, se batió en Milán y en Flandes hasta su regreso a España en 1629 para dedicarse por entero a las actividades literarias. Es en este período cuando inunda la escena española con su notable y copiosa producción, que pronto le convertirá en favorito del público, puesto privilegiado que conservó sin disputa durante siglo y medio. Empieza a dar muestras de verdadera madurez dramática en el tercer decenio del siglo, y en 1635 tenía ya compuestas obras maestras como: La vida es sueño o El príncipe constante.

La existencia de Calderón, en notable contraste con la azarosa vida de Lope de Vega, se deslizó plácidamente en la Corte al amparo de la admiración del público y del favor real, sin apenas otro incidente que su intervención, en calidad de miembro de la Orden de Santiago, en la represión del alzamiento catalán contra la política del Conde-Duque de Olivares en 1640. Dos años más tarde, Calderón se retira definitivamente de la milicia.

En 1651, hastiado de la vida mundana y decidido a poner en orden sus asuntos espirituales, abrazó el estado eclesiástico y resolvió abandonar sus actividades literarias. Pero las insistentes súplicas del monarca, así como la necesidad de seguir contando con ingresos económicos, hacen que el dramaturgo vuelva a tomar la pluma para no abandonarla hasta el lecho de su muerte. Ese mismo año de 1651 ocupa la capellanía fundada por su abuela doña Inés de Riaño, para hacer lo propio con la capellanía de los Reyes Nuevos de Toledo en 1653.

Regresa a Madrid en 1663, siendo nombrado capellán de honor de Felipe IV y, tres años más tarde, capellán mayor de la Congregación de Presbíteros de Madrid. Tras la muerte del rey en 1665, las representaciones palaciegas sufrirán un parón de cinco años, reanudándose con el estreno de Fieras afemina amor. A partir de ahora, será el encargado oficial de la preparación de los autos para el Corpus, que serán publicados en un tomo de doce piezas en 1677.

En Mayo de 1681, cuando está acabando de componer los autos destinados al Corpus de ese año, Calderón muere. Es enterrado con todos los honores, y su cadáver, revestido de sus ornamentos sacerdotales y del hábito de la Orden de Santiago, es llevado, de acuerdo con las propias palabras de su testamento, “descubierto, por si mereciese satisfacer en parte las públicas vanidades de mi mal gastada vida”.

Calderón representa la cumbre de las artes escénicas de un período irrepetible. Su estatua, erigida en 1881 en la Plaza de Santa Ana de Madrid, se levanta frente al Teatro Español, emplazamiento del antiguo Corral del Príncipe. Desde ella, cuando se cumplen más de cuatrocientos años de su nacimiento, reclama la memoria de un tiempo y de una obra que nació bajo el signo de la crisis de la modernidad y que aún mantiene la emocionante y vigorosa contemporaneidad de un clásico.

OBRA

Calderón representa a la vez la síntesis final de un largo proceso (el Siglo de Oro de la literatura española) y la entrada en la época moderna del espíritu europeo. Aplica las dos variantes de la poesía española del momento: el conceptismo -poesía de ideas, contrapuestas y enfrentadas paradójicamente, en efectos de sorpresa y deslumbramiento- y, en menor dosis, el culteranismo -poesía de pinceladas visuales, entrechocadas como fuegos artificiales-. Pero lo realmente importante en la obra de Calderón es su inventiva aplicada sobre todo a la creación de variadísimos mundos teatrales.

Las motivaciones (problemática teológica, casuística del honor matrimonial, etc..) constituyen algo consabido: el público y Calderón se encontraban de acuerdo en una serie de preceptos y conceptos que observar. Sobre eso, el autor inventa repetidamente diferentes mundillos, no sólo variando el argumento, sino cambiándolo todo: ambiente, decoración, reglas escénicas, etc.. Así, pasa ágilmente del drama teológico a la comedia de enredo, a la comedia de gran fantasía, al auto sacramental, a la comedia mitológica, etc.., y dentro de cada uno de estos pequeños géneros, vuelve a crear en cada caso un nuevo tejido de supuestos para el juego teatral.

Teatralmente, Calderón comenzó a escribir teatro siguiendo el modelo de la comedia lopesca; esta imitación constituye su Primera Época. Se distingue la Segunda Época de la Primera porque es la etapa de madurez, donde sin modificar sustancialmente las características de su modelo, sí que aporta ciertos rasgos personales:

  • Enfoques de los asuntos en Calderón más inmediatos (consecuencia de su ideología y sus estudios): Calderón de la Barca fue una persona autodidacta. En sus obras se aprecia una preferencia por lo simbólico e ideológico (ej: La vida es sueño y los autos sacramentales).

  • Construcción de sus obras más cuidadas: Lope de Vega era más descuidado que Calderón, quien cuida hasta el más mínimo detalle. Así, es lógico que prefiera la unidad de acción que rechazó Lope. A pesar de eso, Calderón conserva la típica dualidad de la comedia lopesca. Esta doble acción tiene la función de aligerar el contenido ideológico, abstracto o simbólico de sus obras.

  • La comedia en manos de Calderón pierde la espontaneidad y frescura que tenían las obras de Lope: son creaciones más reflexivas, más arte que naturaleza.

  • Calderón responde al gusto más extremado del Barroco: sus versos revelan la preocupación formal de la época y en ellos aparecen todos los artificios que tenía la lengua a disposición de todos los lectores. Calderón utiliza tanto los recursos culteranos como los conceptistas.

Nos ha dejado unas 120 comedias y 80 autos sacramentales, más un bueno número de obras menores (entremeses, loas, jácaras, etc...). Las obras de Calderón se han clasificado según sus diferentes géneros.

  • Comedias de enredo: constituyen el grupo más numeroso. En ellas Calderón explotó los esquemas típicos de la comedia de capa y espada; estas obras solían desarrollarse en un ambiente urbano y versaban sobre enredos amorosos; personajes convencionales que ilustran las ideas de las clases elevadas. A pesar de estos elementos tan manidos, Calderón destaca a la hora de desarrollar la trama; sobresale por su habilidad, manteniendo el interés y el suspense. Eran obras puramente de diversión. Los dos ejemplos más conocidos son La dama duende y Casa con dos puertas mala es de guardar.

  • Dramas religiosos: atrajo a Calderón debido a su oficio de capellán y por su formación. En su Primera Época destaca la obra La devoción de la cruz, escrita para promover la devoción por la cruz. El mágico prodigioso corresponde a su Segunda Época; en esta obra tiende al desarrollo de importantes temas teológicos.

  • Comedia Costumbrista: no es fácil discernir entre ésta y la comedia de enredo. Suele basarse en motivos más populares, de carácter rural. Se pudo muy de moda sobre todo en el primer cuarto del siglo XVII con Lope de Vega. Destaca la “versión” de El alcalde de Zalamea de Lope, al que llegó a superar.

  • Drama Histórico: gracias a él, se ofrecía la propia visión de los acontecimientos presentes acudiendo a lo pasado, para oferecer un discurso político. Plantean conflictos entre el rey y la nobleza, entre ésta y el pueblo, etc... Se ofrecía una exaltación “patriotera” de España y la monarquía. Calderón exaltó la figura del rey, aunque éste no convencía a casi nadie. En El sitio de Breda, se narra la victoria de España en Flandes. La Cisma de Inglaterra fue censurada por la reforma protestante.

  • Tragedia de Honor: tema típico de algunos dramas de Calderón como El médico de su honra o el Pintor de su deshonra. En estas dos obras, el dramaturgo lleva a sus máximas consecuencias el código del honor de Lope.

  • Comedia Mitológica: la mayoría de estas obras las compuso a partir de 1651, con mucha experiencia ya como dramaturgo; ya tenía fama y el beneplácito del poder. Se representaban en el Palacio del Buen Retiro, construido y habilitado para las fiestas y estas obras. Estas piezas mitológicas le permitían disponer de todos los medios para crear ese espectáculo total; pretendía sorprender a los más difíciles: la Corte, la nobleza, etc... Compuso unas veinte comedias mitológicas, entre las que destacan El mayor encanto amor, Fieras afemina amor, El hijo del Sol, Faetón o Eco y Narciso.

  • Dramas Filosóficos: se nos muestra aquí el Calderón más trascendente, preocupado pos la ortodoxia católica, la fugacidad de la vida, etc.. Es una representación exacta del pensamiento barroco. La vida es sueño o En esta vida todo es verdad y todo mentira representan ese pensamiento.

  • Autos Sacramentales: alcanzan su máxima perfección y profundidad con Calderón; les dio más extensión; aplicó en ellos su rigor teológico hasta que él mismo definió su autos como “sermones puestos en verso”; se inspiró en las Sagradas Escrituras (La cana del rey Baltasar), en temas marianos (La hidalga del valle) y en asuntos mitológicos (El divino Orfeo).

  • Teatro Menor: no tiene autonomía, servía de acompañamiento a la representación teatral, se insertaba entre acto y acto y al final de la obra. Calderón escribió mojigangas, entremeses, etc... El desafío de Juan Rana, Los Guisados, Don Pegote, etc...

  • Zarzuelas: piezas teatrales que hizo sobre todo para fiestas privadas palaciegas por encargo del rey; los actores eran la propia familia real. Suele utilizar la mitología, como en el caso de El golfo de las Sirenas.

LA VIDA ES SUEÑO

El asunto y las fuentes:

El príncipe Segismundo de La vida es sueño duda de la realidad del mundo que le rodea unos años antes de que Descartes se pregunte también si el mundo es una ilusión; incluso cuando este personaje de Calderón se resigna a no saber si sueña o está despierto, está entregándose ya a la única solución que más adelante propondrá Kant: “el espacio y el tiempo pertenecen a la realidad sólo como parte de la mente, como intuiciones con las que las percepciones son medidas y valoradas”.1

La vida es sueño es el gran drama filosófico del siglo XVII: donde la preocupación intelectual y moral es honda expresión del espíritu europeo de su época. Calderón lo compuso en 1635, cuando ya había alcanzado la madurez. Existe otra versión, pero es una obra de juventud; la segunda se conoce mucho mejor. Aún existe otra más, que es el auto sacramental que lo convirtió el propio dramaturgo.

Para esta obra, Calderón utilizó elementos y fuentes que ya existían en la época:

  • El cuento del durmiente despierto: de origen oriental, parte de Las Mil y Una Noches; en él, un mendigo despierta siendo rey y luego otra vez mendigo.

  • La leyenda de Buda y su adaptación cristiana en la Leyenda de Barlaam y Josafat: en la primera, Buda se mantuvo alejado del mundo para que no se produjera lo vaticinado por el brahmán. En la segunda, se predice que Josafat acabará convirtiéndose al cristianismo.

  • La tradición de los textos bíblicos, como el Libro de Job, donde se alude al tema del sueño.

  • El mito de la caverna de Platón, recogido en su República.

  • El estoicismo senequista, heredado de su estancia con los jesuitas.

  • La literatura ascética, a la que pertenecía la idea de concebir la vida como un sueño, algo que entroncaba con un tema tan barroco como la inconsistencia de la vida.

  • La labor de Calderón fue recoger estos elementos y ponerlos en una obra de teatro (La vida es sueño). Así consigue apurar todas las posibilidades gramaticales, ideológicas y humanas.

    Argumento y estructura:

    La obra comienza con la entrada violenta en escena de Rosaura, quien, ataviada de hombre y en compañía del gracioso Clarín, llega a Polonia dispuesta a probar su noble origen tras ser rechazada por Astolfo debido a su origen ilegítimo. Ambos (Rosaura y Clarín) llegan a una torre donde oyen lamentarse a un hombre, Segismundo, quien al verla trata de matarla. Se produce, entonces, la aparición de su guardián, Clotaldo, padre de Rosaura, quien ignora este vínculo. El mismo Clotaldo acoge a Rosaura en el palacio del Rey Basilio. En este punto, asistimos a la explicación del monarca a sus sobrinos (Estrella y Astolfo) y a toda la corte, sobre el verdadero origen de Segismundo y las razones que le llevaron a encerrarlo. Basilio ha decidido devolver a su hijo a su naturaleza real para poner a prueba su comportamiento y la veracidad de los vaticinios del horóscopo. Por su parte, Estrella y Astolfo serán coronados si Segismundo prueba la verdad de esos vaticinios.

    Por otro lado, Rosaura pasa a ser la dama de compañía de Estrella, y a través de diversas estrategias descubre el doble juego de Astolfo y la verdadera identidad de Coltaldo. Mientras, Segismundo adopta en primera instancia un comportamiento tiránico y despótico; por esa razón, Basilio le devuelve a la prisión donde había permanecido encerrado, haciéndole creer, con la ayuda de Clotaldo, que todo fue un sueño. El ejército, sin embargo, se dispone a liberar a Segismundo, pero lo confunden, en primera instancia, con Clarín, al que Clotaldo había encerrado por intentar chantajearle.

    Segismundo se pone al mando del ejército y Rosaura acude a ayudarle rogándole que le ayude a reparar su honor frente a Astolfo. En la lucha muere Clarín. Segismundo, proclamado rey y aprendida la lección de la prudencia que exigen las circunstancias, manda encerrar en la torre al soldado que proclamó la rebelión contra el monarca, perdona a Basilio y Clotaldo, casa a Rosaura con Astolfo y él mismo contrae matrimonio con Estrella.

    La estructura interna de la obra se corresponde con la división en tres actos preconizada por Lope de Vega: planteamiento, nudo y desenlace. La vida es sueño cumple esta división más o menos. Pero no cumple otra de las reglas de unidad de Lope, la unidad de acción. Calderón nos muestra en esta obra una doble acción:

    • La historia de Segismundo: tomada por la principal.

    • La historia de Rosaura: secundaria.

    Pero, en realidad, no se trata de una acción secundaria la de Rosaura, sino que ambas se complementan y se desarrollan de forma paralela, sobre todo desde el acto III. A primera vista, pudiera parecer que estamos ante dos historias independientes, pero hay argumentos que demuestran lo contrario, como el hecho de que en ambas tramas hay personajes implicados (Clotaldo, Astolfo, etc...); además, las penas de Rosaura y Segismundo son paralelas y, así, desde el primer diálogo entre los personajes, el espectador se da cuenta de que los problemas de uno son los mismo que los del otro; sus destinos están entrelazados.

    EL CONCEPTO DE LIBERTAD EN LA VIDA ES SUEÑO

    Definición del concepto de “libertad”:

    • Libertad: del latín libertas; facultad que tiene el ser humano de obrar o no obrar según su inteligencia y antojo.// estado o condición del que no está prisionero o sujeto a otro.// falta de coacción y subordinación.// facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas, de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres.// confianza, franqueza.// pl, osada familiaridad.// falta de obligación.// tomarse la libertad: poder o privilegio que se otorga uno mismo.

    • Sinónimos: espontaneidad, confianza, soltura, licencia, familiaridad, franqueza, sencillez, desembarazo, osadía, sinceridad, albedrío, voluntad, excarcelación, facilidad, libertinaje, autodeterminación, autonomía, emancipación, privilegio, exención, dispensa, permiso, atrevimiento, liberación, independencia.

    • Antónimos: esclavitud, recato, rigidez, torpeza, predestinación, prisión, dependencia.

    • Libertinaje: actitud irrespetuosa de la ley, la ética o la moral de quien abusa de su propia libertad con menoscabo de la de los demás.// desenfreno en el modo de obrar o de hablar.

    • Libre Albedrío: potestad de obrar por reflexión y elección.// facultad de decidirse por una conducta mejor que por otra totalmente posible.// capacidad de autodeterminarse o escoger el motivo por el que uno se decide a obrar o no obrar de una u otra manera.

    • Voluntad: facultad de hacer o no hacer una cosa.// ejercicio de dicha facultad.// libre albedrío o determinación.// intención o deseo de hacer una cosa.// esfuerzo, coraje.2

    Cadena perpetua:

    “Libertad es el derecho a escoger la propia esclavitud”, Ivan Guirior

    La segunda de las acepciones que encontramos en la definición anterior del término “libertad”, alude a “la condición del que no está prisionero”. Este es el primero de los tipos de libertad que nos encontramos en La vida es sueño: el hecho de que Segismundo se encuentre encadenado en una prisión real, ignorando el motivo de ese encierro, e incluso ignorando su propia identidad (motivo del encarcelamiento). A esa prisión llegan Rosaura y Clarín, y escuchan las lamentaciones de Segismundo, donde, en ese primer monólogo, expresa esa carencia de libertad, comparándose con todas las criaturas de la naturaleza:

    ¿Qué ley, justicia o razón

    negar a los hombres sabe

    privilegio tan süave,

    excepción tan principal,

    que Dios le ha dado a un cristal,

    a un pez, a un bruto y a un ave?

    Segismundo es un esclavo en el más literal de los sentidos: encerrado, con cadenas, grilletes, sin poder salir al exterior, etc...

    En la Antigüedad, la esclavitud fue considerada como una institución necesaria para la sociedad; se trataba de un grupo social que debía existir por naturaleza. Aquélla (la sociedad) estaba dividida en varios grupos, y uno de ellos eran los esclavos. Hay que pensar, quizás, que si en la época clásica no se hubiera puesto tan de moda la esclavitud, la cultura no habría tenido el auge que entonces tuvo, puesto que, no olvidemos, que los romanos tenían por esclavos (entre otros) a griegos cultos, quienes enseñaban a sus hijos y a ellos mismos todo lo que sabían. Pero todo esto es una mera hipótesis; no hay que atribuir ese mérito a la existencia masiva de esclavos y sí hay que pensar que, sin ellos, se habrían valido de otros medios para desarrollar esa cultura. La esclavitud, pues, nunca puede ser una excusa.

    Las grandes revoluciones, por su parte, contribuyeron a definir la libertad individual e incluso la libertad nacional (Declaración de Independencia de EE.UU., Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, consecuencia de la Revolución Francesa).

    El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En ella, se considera “que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”.3

    Además, se prohíbe la esclavitud:

    “Artículo 4

    Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.”4

    Esta esclavitud que condena la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es la sufrida en primera instancia por nuestro protagonista: una privación de la libertad física. Una esclavitud prolongada, como es el caso de la obra, conlleva, irreparablemente, el embrutecimiento de Segismundo, el comportarse como un animal en el momento en que se ve libre, lo que hace pensar a Basilio que, en efecto, los hados tenían razón. Sin embargo, una vez que se ve devuelto a la prisión, su carácter parece apaciguarse levemente, cuando el ejército acude a liberarle y él se encuentra con Clotaldo:

    Levanta, padre, del suelo,

    que tú has de ser norte y guía

    de quien fíe mis aciertos;

    que ya sé que mi crianza

    a tu mucha lealtad debo.

    Segismundo vs. Destino:

    “Los días no adquieren sabor hasta que uno escapa a la

    obligación de tener destino”, Emilie M. Ciorán

    Lo más inmediato que viene a la mente cuando se nos consulta el significado de “libertad”, es que ésta existe cuando un hombre hace lo que quiere; o sea, él es quien tiene la facultad interior para decidir y moverse. Esta libertad deja de existir cuando hay algo, o alguien, que no nos permite realizar nuestra voluntad. En estos términos, se encuentra el tema del horóscopo o la divinidad.

    En La vida es sueño, Basilio se deja guiar por lo que le predice el horóscopo de Segismundo, y por esta causa le encierra. Desde el momento en que no es él quien decide ese encierro por propia iniciativa, Basilio deja de actuar libremente, lo hace condicionado por lo que otro le ha dicho. Esto es sólo una consecuencia de la ideología de la época en que Calderón desarrolla esta obra; una época donde predomina el teocentrismo. La idea de la existencia de Dios es indiscutible, así como la acción que ejerce sobre nuestros actos. Según esto, estaríamos condicionados por Él (o por las estrellas) y nada de lo que hiciéramos o dejásemos de hacer tendría plena autonomía o libertad.

    Así, pues, esa existencia divina condiciona la nuestra propia. Nietzsche propuso para esto la muerte de Dios: “con la muerte de Dios el hombre se libera de sí mismo, quitando del medio lo que no le había dejado ser hombre”.4 Para el filósofo alemán, la idea de Dios es lo que impide al hombre ser hombre, llegar a ser el superhombre. Piensa que para que viva el hombre ha de morir Dios, si Dios vive no puede vivir el hombre.

    Volviendo a la obra, llegamos a la conclusión de que la privación de libertad física sufrida por Segismundo es una consecuencia de la falta de libertad “mental” que sufre Basilio al ser condicionado por las estrellas, expresada de manera magistral en el discurso que él mismo hace al final de la jornada I ante sus sobrinos y el resto de la corte:

    Llegó de su parto el día,

    y los presagios cumplidos

    (porque tarde o nunca son

    mentirosos los impíos),

    nació en horóscopo tal,

    que el sol, en su sangre tinto,

    estaba sañudamente

    con la luna en desafío.

    [........................]

    Pues dando crédito yo

    a los hados, que adivinos

    me pronosticaban daños

    en fatales vaticinios,

    determiné de encerrar

    la fiera que había nacido,

    por ver si el sabio tenía

    en las estrellas dominio.

    Esta idea de que nuestros destinos están escritos, el concepto de predestinación, no son nuevos. Es casi imposible, una vez leída la obra de Calderón, no pensar en el Edipo rey de Sófocles. En la obra del griego, el rey de Tebas, Layo, al predecirle el oráculo que su futuro hijo le iba a matar y se casaría con su propia madre, nada más nacer aquél, manda que se lo lleven lejos del reino; con esto, Layo pretendía burlar los vaticinios del oráculo. Sin embargo, el mismo oráculo es consultado por Edipo años más tarde, e intentando también burlar al destino, huirá lejos de quienes creía sus padres con tan mala “suerte” que llegará a Tebas y matará a Layo y se casará con Yocasta (su madre), ignorando los verdaderos vínculos que les unen. Así, pues, en esta ocasión se nos muestra al destino como algo sagrado que no se puede burlar ni tomar a la ligera.

    La vida es sueño, por contra, tiene un final harto distinto al de la obra helena. Segismundo no somete a su padre como habían predicho los hados. Aunque si en un principio sí se mostraba cruel y tiránico, no fue por causa del destino, sino por el embrutecimiento causado por su prolongado encierro, al que ya me referí en el epígrafe anterior.

    ¿Qué os admira?¿Qué os espanta,

    si fue mi maestro un sueño,

    y estoy temiendo en mis ansias

    que he de despertar y hallarme

    otra vez en mi cerrada

    prisión? Y cuando no sea,

    el soñarlo sólo basta;

    pues así llegué a saber

    que toda la dicha humana,

    en fin, pasa como sueño.

    Y quiero hoy aprovecharla

    el tiempo que me durare,

    pidiendo de nuestras faltas

    perdón, pues de pechos nobles

    es tan propio el perdonarlas.

    Por tanto, Calderón nos ofrece una visión menos conformista que Sófocles; no hay que resignarse al destino, sino revelarse contra él. Nada rige nuestras acciones, sólo nosotros mismos. Sin embargo, esto no es una renuncia el concepto de Dios como Creador y motor de nuestras acciones. San Agustín lo explica muy bien: “en Dios las cosas no comienzan a ser ni dejan de ser, sino que son eternas”. 5 Con esto nos quiere decir que Dios nos ha dado la voluntad pero sabe qué vamos a hacer con ella, pese a ello somos libres, ya que el poder divino da el libre albedrío, que es igual a la libertad.

    Esta manera de pensar que se deduce del final de la obra entronca con la filosofía estoicista reinante en la época, en la que el hombre es considerado parte de un universo controlado por leyes naturales inquebrantables; los estoicos ven el mundo como un todo unitario y armónico, que se rige por la ley universal. La naturaleza está entre el caos de la sociedad y refugiando al hombre de este desorden. El principio activo es el fuego a partir del cual se desarrollan todas las cosas; este fuego produce y penetra todo, es Dios; por lo tanto, el universo, para ellos, es un todo con movimiento y divino, nada escapa a la ley que lo rige todo, los hechos están predeterminados por una cadena inquebrantable.

    Resumiendo: Segismundo es víctima, en un principio, de lo que le han predicho las estrellas a Basilio, o de lo que él ha creído interpretar en ellas. Algunos dirían que es víctima de su propio destino, de la mano de Dios o de la ley universal que lo rige todo. Pero al final de la obra, esos vaticinios no se cumplen, con lo que quedan anuladas las predicciones del horóscopo. En realidad, los hados se han cumplido en parte: el reino se ha visto bañado en sangre así como él ha estado postrado a los pies de su hijo. Desde esta perspectiva, se observa que no era tan descabellada la idea de creer en el horóscopo, puesto que, aparentemente, se cumplieron algunas de esas predicciones. ¿O quizás todas? Puesto que en esa revelación de los hechos que sucederían tras el nacimiento de Segismundo, se decía que el reino se vería bañado en sangre y Basilio a los pies de su hijo; mas nunca se le dijo al monarca que eso significara que aquél iba a ser un rey tirano por propia esencia y naturaleza. Quizás esas consecuencias lo eran del encierro que sufrió Segismundo, pero que los hados no explicaron.

    Por tanto, más que una decisión inevitable, consecuencia de las estrellas, la actuación de Basilio encerrando a su hijo pudo ser una mala interpretación de las mismas. Él mismo, al final de la obra, reconoce su culpa, su imprudencia al encerrar a Segismundo y al liberarlo posteriormente sin calibrar las consecuencias que ese acto podría tener.

    Hay una defensa de la libertad, pero con un margen de “inclinación” de los hados. Calderón aboga por esa libertad; para él, esas fuerzas irracionales no son determinantes en el devenir de los actos de cada uno; inclinan hacia una u otra dirección, pero no condicionan absolutamente nuestros actos. Como escolástico, admite una influencia indirecta de las estrellas y propone una solución: el hombre prudente vence a las estrellas. Segismundo, pues, gana esa batalla final contra el destino.

    Conflicto de intereses:

    “Al querer la libertad descubrimos que ella depende enteramente de la

    libertad de los demás”, Jean-Paul Sartre

    Definiendo el control del individuo como la totalidad de las sanciones a las que recurre la sociedad para asegurar que la conducta del individuo se ajuste a lo establecido, podemos decir sin temor a equivocarnos que la sociedad controla constantemente al individuo, desde su más tierna infancia hasta el último instante de su vida.

    Desde este punto de vista, la actitud de Basilio ante las predicciones del horóscopo no deja de ser algo completamente normal para la época en la que se desarrolla la obra. Aunque ahora le culpemos de crédulo y de cosas peores, su comportamiento no tenía nada de raro para el ambiente y la sociedad en la que “vivía”. Él sólo aplicó todas las enseñanzas que adquirió a lo largo de la vida; de no haberlo hecho, probablemente hubiera sido tachado de revolucionario contra el Estado. Así, pues, no actuó con plena libertad, una vez más. Ya no estaba condicionado sólo por el horóscopo, sino que esa consulta y el haber encerrado a Segismundo fueron consecuencia también de unas leyes impuestas por la sociedad.

    Sobre este tema, se expresó muy bien el filósofo alemán Hegel, defendiendo esa privación de libertad por parte del Estado: “la voluntad del Estado prevalece sobre la voluntad individual de las personas en caso de conflicto”.6

    Vemos, entonces, que no se puede concebir la libertad plena del hombre desde el momento en que pertenece a una sociedad regida por leyes, normas y prohibiciones. Aunque no seamos conscientes de ello (como tampoco lo era Basilio o cualquiera de los personajes de La vida es sueño) todos actuamos de acuerdo a unas normas o unas modas impuestas por la sociedad y la época en la que vivimos. Cualquier otra cosa sería inconcebible, puesto que, aún sin llegar a los términos de Hegel, considero imposible la idea de una sociedad anárquica, sin prohibiciones, sin límites, etc...

    Individuo y sociedad están en constante conflicto. La sociedad busca la homogeneidad y el individuo reclama su peculiaridad; en ocasiones, al individuo le resulta insoportable la presión social y, a ésta, intolerable la rebeldía individual. Sin embargo, han de aprender a convivir, puesto que uno no es sin el otro.

    Calderón, en este término, dramatiza el tema de la educación y castiga a Basilio por su pecado con un levantamiento. Es por esa “mala educación”, por ese encierro de Segismundo, que éste se comporta como un tirano, vilmente. Desde el momento en que es encerrado y tratado como un animal, como una fiera:

    soy un hombre de las fieras

    y una fiera de los hombres.

    Ya no es culpa de los hados su comportamiento, sino de esa educación, puesto que ésta es la principal influencia que todo ser humano tiene a lo largo de los primeros años de su vida. Así que si Segismundo ha sido tratado como un animal, es lógico y comprensible que, una vez que es puesto en el trono, se comporte como tal, puesto que es la única enseñanza que ha adquirido en la torre donde estaba preso. Al anular todo ejercicio de la libertad en su hijo, a Basilio no le es posible ni legítimo juzgar el resultado de su experimento, lo cuál le hubiese exigido un proceso de educación del príncipe completamente distinto.

    No sólo Basilio actúa condicionado por esas normas y modas, sino que todos los personajes de la obra (todos los individuos, en realidad) hacen o dejan de hacer de acuerdo con lo que les impone la sociedad o con lo que han aprendido en la vida. Es inevitable que Rosaura acuda a Polonia con la intención de vengarse de Astolfo, puesto que le han enseñado que el honor de una dama es lo primero; es igualmente inevitable que Clotaldo, una vez que Segismundo le perdona y le confiesa que va a luchar contra su padre, decida no aliarse a él y ser fiel al rey, puesto que la fidelidad a la corona era algo indiscutible.

    Pues, señor, si el obrar bien

    es ya tu blasón, es cierto

    que no te ofenda el que yo

    hoy solicite lo mesmo.

    A tu padre has de hacer guerra.

    Yo aconsejarte no puedo

    contra mi Rey, ni valerte.

    A tus plantas estoy puesto;

    dame la muerte;

    Por lo tanto, a pesar de que desde este punto de vista los personajes no tienen plena autonomía para obrar como quieran puesto que es la sociedad la que decide por ellos qué está bien y qué no lo está, no es algo criticable desde el momento en que no es posible concebir una sociedad plenamente anárquica en la que cada cual haga su voluntad sin rendir cuentas a nadie. En el instante en que existen dos hombres, ambos deben adaptarse al otro y limitar, así, su propia libertad.

    Es evidente, pues, que la cultura y la sociedad influyen en el comportamiento humano, lo condicionan. Lo que distingue conductualmente al ser humano del animal, es precisamente que no se deja guiar por los instintos, sino que su conducta es más plástica y está mediatizada por la cultura. Las circunstancias refuerzan o atenúan la predisposición genética (o de los astros, para quien lo quiera ver desde esa perspectiva). Ya lo dijo Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mis circunstancias”.7

    Conversaciones consigo mismo:

    “La verdadera libertad consiste en el dominio absoluto

    de sí mismo”, Michel de Montaigne

    Kant definía a la persona como “la libertad e independencia frente al mecanismo de la naturaleza entera (......) la persona es la libertad de un ser racional sometido a leyes morales”.8 Esa independencia, que ya hemos visto que no es plena, queda condicionada en último término por la propia persona; y esta vez, la privación de la libertad es, si cabe, más inconsciente que en los casos anteriores.

    Segismundo, una vez que se deja llevar por la ira que lleva dentro, no es libre, sino que es esa ira, esas pasiones, las que le hacen actuar de una manera o de otra:

    No

    me estorbe nadie, que es vana

    diligencia; y ¡vive Dios!

    si os ponéis delante vos,

    que os eche por la ventana.

    Es, pues, esclavo de sus pasiones, de la ira. En el momento en que la exaltación hace acto de presencia, Segismundo deja de tener la voluntad para decidir.

    En la época, era habitual esa crítica a las bajas pasiones en cuanto en tanto se refieren a las pasiones amorosas; se condenaba el amor sexual y carnal puesto que no se actuaba con plena libertad, sino que la excitación y la lujuria impulsaban a esos actos deshonestos.

    En los mismo términos se hablaba de la ira, puesto que también se trata de una pasión, de una exaltación incontrolable. Desde el momento en que no se pueden calibrar las consecuencias de esa ira, deja de ser un acto libre, ya que no podemos controlar lo que va a suceder.

    Cuando Segismundo es liberado la primera vez de su encierro por parte de Clotaldo y Basilio y es advertido de su verdadero linaje y de los motivos de su prisión, su enfurecimiento es tal que no le permite reflexionar sobre su nueva situación y decide arremeter contra su padre y hacer uso (y abuso) de su condición de rey. Le ciega la rabia, la ira; no puede controlarse y, como consecuencia de ello, será vuelto a prisión haciéndole creer que todo ha sido un sueño.

    Sin embargo, ese dejarse arrastrar por la ira, es algo comprensible desde el momento en que Segismundo es tratado como una fiera en su encierro,

    como un animal salvaje. Éstos (los animales), es sabido (o se cree que así es) que se mueven por instinto, no deciden voluntariamente lo que hacer o no hacer, no tienen libertad en ese sentido. Del mismo modo, Segismundo actuará por instinto, sin voluntad ni libertad.

    A lo largo de la obra, deberá luchar consigo mismo, con su naturaleza animal interior, con esa fuerza incontrolable que le hace actuar de una determinada manera.

    La reflexión moral que se saca de este pasaje es que hay que saber no dejarse llevar por las pasiones, puesto que las consecuencias de ese dominio no tardarán en llegar. Segismundo aprende la lección y, cuando de nuevo se ve libre de su encierro, no se deja arrastrar por la furia ni la ira, consiguiendo así que la historia tenga un final feliz. Esta capacidad de reflexión de Segismundo y el dominio que muestra de su violencia serán una prueba de la libertad humana. También lo será el hecho de entregar a Rosaura a Astolfo en matrimonio, refrenando así sus pasiones, el amor que ha sentido por ella desde el principio. Todo hombre vive en constante lucha entre la pasión y la prudencia, y ésta debe imponerse a la primera.

    Al principio, Segismundo dice que estaría dispuesto a morir por Rosaura:

    Con cada vez que te veo

    nueva admiración me das,

    y cuando te miro más

    aún más mirarte deseo.

    Ojos hidrópicos creo

    que mis ojos deben ser;

    pues cuando es muerte el beber,

    beben más, y desta suerte,

    viendo que el ver me da muerte,

    estoy muriendo por ver.

    Esta pasión incontrolada debe desaparecer para que Segismundo sea completamente libre y se “humanice”, siendo así total merecedor del trono de Polonia. Este proceso de conversión de Segismundo, no es brusco, no se da, como pudiera pensarse, de forma repentina con el despertar del sueño en el final del segundo acto. La humanización se da desde la primera escena, es una constante lucha entre pasión y razón, que termina con el triunfo de la segunda sobre la primera.

    El vencerse a sí mismo no es tarea exclusiva de Segismundo, sino que es algo que también tendrá que hacer Basilio y el resto de los personajes. Todos deberán combatir las diferentes pasiones y obstáculos que les impidan ser completamente libres.

    Conclusiones:

    “La esclavitud más denigrante es la de ser esclavo de uno mismo”,

    Lucio Anneo Séneca

    Encontramos, pues, en La vida es sueño, varios tipos de esclavitud, de no libertad en los personajes, fundamentalmente en Segismundo y Basilio, todos ellos conectados entre sí y con repercusiones los unos sobre los otros.

    • En un primer lugar, la esclavitud física de Segismundo, que se encuentra encerrado en una prisión como consecuencia del dictado de los astros, quienes predijeron que sería un tirano y que causaría un baño de sangre en la corte. Basilio, por estos vaticinios, decidió someterle a esa prisión, a ese encarcelamiento. Así, pues, la carencia de libertad física de Segismundo sería fruto, en primera instancia, de la carencia de libertad del hombre como tal (personificada en la figura de Basilio); de la supuesta imposibilidad del ser humano para luchar contra su destino y de elegir libremente.

    • Esa imposición del destino sería la culpable (una de ellas) del encierro de Segismundo. Parece ser que estaba escrito en las estrellas que iba a ser un mal rey, un tirano y un déspota; con todo esto, Basilio, procurando lo mejor para su pueblo, optaría por el encierro de su hijo, creyendo que, de esta manera, sería capaz de burlar al destino y a los hados.

    • Una vez que Basilio decide liberar a su hijo y comprobar si los vaticinios se cumplen, Segismundo es víctima de otra esclavitud: la producida por la educación que ha recibido. Ésta, al ser prácticamente nula, pues ha sido tratado como un salvaje, como un animal, condicionará su comportamiento de una forma negativa. No sabrá asumir correctamente las aptitudes de un soberano y se comportará de la única forma que sabe: como una fiera. Esa misma educación condiciona también a Basilio desde

    el momento en que es por ella por lo que se decide a consultar a los astros y a interpretar sus predicciones. Sus consecuencias ya las conocemos.

    • En el momento en que Segismundo actúa como un animal, por instintos, controlado por esas pasiones, ya no es libre de sí mismo. Se produce, así, una nueva esclavitud: la originada por el descontrol de las pasiones, por la ausencia de autodominio de Segismundo, fruto, como ya he señalado, de su educación en su encierro.

    La suma de estas carencias de libertades (física, moral, social, etc...) son el motor de la magistral obra de Calderón de la Barca. El resultado de esa suma es un ser totalmente asilvestrado, sin conciencia del bien y del mal, sin conciencia de sí mismo. Una vez que Segismundo logra el autodominio, el resto de las libertades las va adquiriendo por efecto dominó, demostrando que están interrelacionadas y que la sola privación de una de ellas supone casi la alineación del propio individuo frente a la religión, la sociedad y frente a su misma persona.

    BIBLIOGRAFÍA

    • Aleu Benítez, José: Filosofía y libertad en Kant, PPU, 1987.

    • Arellano, Ignacio: Historia del teatro español del siglo XVII, Cátedra, Madrid, 1995.

    • Asociación para las Naciones Unidas en España: Declaración Universal de los Derechos Humanos: comentario artículo por artículo, ed. Icaria, 1998.

    • Brehier, Emile: Historia de la filosofía, Tecnos, Barcelona, 1988.

    • Calderón de la Barca, Pedro: La vida es sueño, edición de Ciriaco Morón, Cátedra, Madrid, 2000.

    • Calderón de la Barca, Pedro: La vida es sueño, edición de Enrique Rull, Clásicos Taurus, Madrid, 1992.

    • Hegel, Georg Wilhelm Friedrich, Principios de la Filosofía del Derecho, Edhasa, 1988.

    • Kant, Immanuel: Crítica de la razón práctica, Círculo de Lectores, 1998.

    • Maravall, José Antonio: Teatro y literatura en la sociedad barroca, Crítica, Madrid, 1990.

    • Malpartida Ortega, Juan: Claves de “La vida es sueño” de Calderón, Ciclo Editorial, Madrid, 1990.

    • Nietzsche, Friedrich: Crepúsculo de los ídolos, Alianza Editorial, 1997.

    • Ortega y Gasset, José: Ensayos escogidos, Taurus Ediciones, 1996.

    • San Agustín: Escritos varios I, Biblioteca de Autores Cristianos, 1988.

    1 Kant, Immanuel: Crítica de la razón práctica, Círculo de Lectores ,1998

    2 http://www.diccionarios.com

    3 Asociación para las Naciones Unidas en España: Declaración Universal de los Derechos Humanos: comentario artículo por artículo, ed. Icaria, 1998

    4 Ibíd. (Asociación para las Naciones Unidas en España: Declaración Universal de los Derechos Humanos, ed. Icaria, 1998

    4 Nietzsche, Friedrich: Crepúsculo de los ídolos, Alianza Editorial, 1997

    5 San Agustín: Escritos varios I, Biblioteca de Autores Cristianos, 1988

    6 Hegel, Georg Wilhelm Friedrich, Principios de la Filosofía del Derecho, Edhasa, 1988

    7 Ortega y Gasset, José: Ensayos escogidos, Taurus Ediciones, 1996

    8 Ibíd. Kant, Immanuel: Crítica de la razón práctica, Círculo de Lectores, 1998

    El concepto de libertad en La vida es sueño

    27

    El concepto de libertad en La vida es sueño




    Descargar
    Enviado por:Goretti
    Idioma: castellano
    País: España

    Te va a interesar