Literatura
La verdad sobre el caso Savolta; Eduardo Mendoza
LA VERDAD SOBRE EL CASO SAVOLTA
1. Entre la historia, la política y el relato social
En la novela se entrecruzan la novela social, política, histórica o policíaca. Unos críticos literarios creen que predomina una y otros, otra.
La verdad sobre el caso Savolta deviene de un relato policial en indagación política. Mendoza reconstruye la agitación revolucionaria acaecida en Barcelona durante el periodo 1917-1919. Se trata de un argumento complejo en un marco histórico atractivo, la Barcelona de 1917 con altas cotas de prosperidad burguesa pero con una clase proletaria que rozaba la miseria y el hambre. Parece que los personajes aspiraran a ser tipos representativos del momento histórico y la novela, un documento histórico y social de la época.
2. Marco histórico y social
Mendoza sitúa su novela entre 1917 y 1919, periodo muy conflictivo en Barcelona y Cataluña. La burguesía, que ha acumulado grandes capitales durante la primera guerra mundial (1914-1918), gracias a la rentabilísima neutralidad, ve como se resquebraja su imperio económico desde el fin de la guerra y contempla asustada unas convulsiones sociales, justifícadísimas por la grave crisis que se avecina y los bajos salarios, que darán como resultado un panorama de despidos, huelgas e incluso asesinatos.
El movimiento obrero catalán es muy fuerte en esta época, y aunque su orientación profesional es apolítica, el anarquismo había empezado a infiltrarse. El enfrentamiento entre patronos y obreros desembocó en una lucha de clases, acentuada porque los primeros se veían en bancarrota y los segundos, dirigidos por anarquistas, creían llegado su momento. Las autoridades actuaban de acuerdo con los patronos, con lo que el clima social adquirió gran violencia, con la intervención de pistoleros a sueldo y terroristas anarquistas. La situación llegó a ser insostenible: dirigentes sindicales fueron asesinados.
3. Argumento y estructura: el relato de Javier Miranda
Javier Miranda, protagonista y narrador-testigo del “caso Savolta”, con la excepción más aparente que real de algunas secuencias, relata una historia con modelos reales: la realidad histórica del momento y el asunto llamado “Barcelona Traction” que llenó las portadas de la época con el asesinato nunca resuelto de un industrial.
La novela está dividida en dos partes bien diferentes en estructura y complejidad. La primera, a su vez, se compone de cinco capítulos organizados en secuencias narrativas o fragmentos hasta un total de 111. La segunda presenta diez capítulos que alcanzan un total de 73 secuencias, si bien a partir del capítulo VI, secuencia 53, la narración es lineal hasta el final del relato.
El relato de Javier Miranda surge, como excusa literaria, de sus declaraciones ante un juez norteamericano, el juez Davidson, a partir del 10 de enero de 1927, por razones que conocerá el lector a la conclusión de la novela. Es, por tanto, una recreación de la memoria de la protagonista que, conforme a las técnicas contemporáneas, justifica su compleja estructura y su caos temporal.
4. Argumento
A) Primera parte. Capítulo 1. Este capítulo es el más complejo. En narrador presenta, por decirlo de alguna manera, a los principales personajes en sus distintos escenarios. Las variadas secuencias se van intercalando y superponiendo en un perfecto montaje como si todos los hechos estuvieran situados en un mismo plano temporal. Las referidas al desarrollo del interrogatorio de Miranda son como el hilo conductor del relato, que en resumen cuenta lo siguiente: a raíz de un artículo de Domingo Pajarito de Soto en La voz de la justicia, Lepprince, directivo de la empresa Savolta, decide entrar en contacto con él. Estos contactos tienen lugar en el despacho del abogado de Cortabanyes, también relacionado con la empresa Savolta, donde trabaja Javier Miranda, quien a partir de ese momento colaborará con Lepprince.
Ante la amenaza de huelga, éste decide contratar a dos matones, dos forzudos que acompañarán en un número de cabaret a María Coral, gitana de gran protagonismo en la novela, para que den un escarmiento a los dirigentes de la huelga. Ellos actúan y la huelga fracasa. Miranda, entre tanto, se reparte entre la colaboración con Lepprince y la amistad con Pajarito de Soto y su mujer Teresa. Como contrapunto a esta historia aparece una fiesta de fin de año en casa de Savolta y la declaración jurada escrita por comisario Vázquez en que da la primera versión de los hechos del “Caso Savolta”.
Capítulo 2. Muy breve, se compone de dos secuencias, una referida al segundo interrogatorio del juez a Miranda, y otra, donde el protagonista recuerda en un salto atrás su trabajo en el despacho, sus contactos con Pajarito, su relación íntima con Teresa, el encargo de Lepprince a Pajarito de realizar una investigación sobre la empresa Savolta, una impresionante descripción de los barrios periféricos de Barcelona, la encerrona de Lepprince a Pajarito y la muerte de éste en extrañas circunstancias.
Capítulo 3. Mantiene la complejidad del primero a través del hilo conductor del interrogatorio del juez a Miranda. Prosigue relatando la amistad de Miranda con Lepprince después de la muerte de Pajarito de Soto, cada vez más estrecha, hasta el punto de ser invitado a su casa; asimismo se continúa la declaración del comisario Vázquez y, en un salto atrás, las conversaciones de Miranda con Pajarito de Soto, el cual le pone en contacto con una célula anarquista. No obstante, el relato se centra de forma especial en la fiesta de Savolta, que llega a su clímax al final del capítulo, cuando el empresario es asesinado a tiros delante de sus invitados.
Capítulo 4. Presenta una mayor ordenación lógica. Con la excepción de dos secuencias de Miranda ante el juez, otra que continúa la declaración del comisario Vázquez, otra en que Cortabanyes cuenta la historia de la empresa Savolta y otra que recoge unas cartas de Claudedeu (directivo de Savolta); el resto de las secuencias forman un contrapunto alternativo preciso: por un lado, Miranda narra el entierro de Savolta, el ascenso de Lepprince a la cúpula de la empresa y su proyecto de matrimonio con María Rosa Savolta, la aparición de un nuevo personaje, Max, guardaespaldas de Lepprince, el asesinato de Claudedeu y el atentado contra Lepprince por parte de Lucas el Ciego; por otro, un narrador aparentemente omnisiciente en tercera persona hace entrar en escena a un nuevo personaje, Nemesio Cabra Gómez, confidente de la policía, que a partir de ahora tendrá un papel relevante en la novela.
Capítulo 5. Junto a secuencias que conectan con capítulos anteriores (declaración de Miranda ante el juez), este capítulo presenta un progresivo afianzamiento de Miranda en la narración: Vázquez sigue los pasos de Miranda y de Lepprince, pero el comisario es desterrado a Tetuán; Lepprince se casa con María Rosa Savolta y Miranda entra en una situación personal lamentable que le obliga a viajar a su tierra, Valladolid. Prosigue la grotesca historia de Nemesio Cabra y algunas secuencias transcriben la correspondencia entre el comisario Vázquez y el sargento Totorno, que le mantiene informado de las novedades del caso.
B) Segunda parte. La novela cambia a partir de ahora su estructura, evitando la complejidad de forma evidente. Sin embargo, pueden separarse dos bloques, uno del capítulo 1 a 5 y otro del 6 al 10.
Capítulos 1 a 5. Presenta el contrapunto de tres relatos que van alternándose casi simultáneamente en las secuencias. El primero cuenta cómo Miranda entra en contacto de nuevo con María Coral, a la que salva la vida en momentos muy delicados, y tras ello, la propuesta de Lepprince para que se case con ella ofreciéndole un buen trabajo, con lo que él la mantiene como amante; Miranda accede, pero su boda, su viaje de novios y su vida con María Coral son un desastre, sólo aliviado por su amistad con Lepprince y María Rosa Savolta.
El segundo relato toma como asunto una fiesta en la mansión de los Lepprince: María Rosa prepara la fiesta, recibe a sus invitados (entre ellos los Reyes de España), pero Lepprince tiene que afrontar los primeros problemas de la bancarrota de la empresa y el enfrentamiento de Pere Parells, uno de los accionistas, que morirá asesinado en el capítulo 5. El tercero, muy importante, es un salto atrás en el tiempo: la narración recrea la historia de Nemesio Cabra Gómez en el momento en que conoce a Pajarito de Soto y es testigo de su muerte, es contratado por Parells e intenta avisar a unos conocidos anarquistas del peligro que corren (acusados de la muerte de Savolta, serán fusilados en Montjuic) y al comisario Vázquez de todo lo que sabes sobe el caso. Este tercer relato aclara puntos oscuros de la primera parte.
Capítulos 6 al 10. Este conjunto de capítulos forma una narración lineal, secuencias consecutivas, que llegarán al desenlace de la novela. Los acontecimientos se precipitan. En el capítulo 6, una secuencia, Miranda soporta una situación exasperada con María Coral que le confiesa sus amores con Lepprince e intenta suicidarse. El capítulo VII, cinco secuencias, narra el restablecimiento de María Coral, sus abiertas relaciones con Lepprince en casa de Miranda y su fuga con Max, guardaespaldas de Lepprince, que no es otro que un agente alemán. En el capítulo 8, siete secuencias, Miranda persigue en el coche de Lepprince a Max y María Coral; su encuentro es trágico: Max le quita el coche, huye, se mata y María Coral desaparece.
En el capítulo 9, ocho secuencias, Javier cuenta la búsqueda infructuosa de María Coral, una huelga general en Cataluña, su vuelta a Barcelona en un camión con siete mujeres (misioneras del amor libre), el incendio en la fábrica Savolta donde muere Lepprince, su visita a María Rosa Savolta, la repentina aparición de Vázquez en la casa (el cual relata la historia de Nemesio Cabra y su versión minuciosa sobre el caso Savolta), la visita de Cortabanyes y la transcripción de una carta póstuma de Lepprince que guarda el abogado. El capítulo 10, por último, ofrece en una sola secuencia el desenlace de la historia de Miranda y María Coral y recoge una carta de María Rosa Savolta a Miranda, que aclara, entre otras cosas, el porqué de sus declaraciones ante el juez Davidson.
Como conclusión de este argumento, podemos indicar que hay en el libro DOS NOVELAS DISTINTAS. De un lado, Mendoza ofrece el panorama político y social de Barcelona en un periodo conflictivo y doloroso de su historia, tomando como paradigma una empresa fabricante de armas, pujante en un primer momento gracias a sus exportaciones a Francia, y abocada al desastre económico al final de la guerra entre conflictos laborales, huelgas, intervención de pistoleros y agentes alemanes, represión de sindicalistas del anarquismo y atentados de dudosa autoría; de otro, la peripecia personal de Javier Miranda, verdadero cabeza de turco, cuya historia tiene mucho de folletín melodramático y novela de acción.
5. Personajes y clases sociales
En la novela se muestra una Barcelona en todos sus niveles sociales, desde la alta burguesía hasta sus niveles más ínfimos.
Pueden agruparse los personajes en los siguientes niveles:
a). Alta burguesía capitalista.
En esta clase se encuentran los personajes relacionados con la empresa Savolta, accionistas y directivos (Savolta, Pere Parells, Claudedeu y Lepprince). Todos ellos mantienen una implacable estrategia de explotación a base de intrigas, manipulaciones y maniobras sin escrúpulos. Mención aparte merecen las mujeres (Rosa Savolta, María Rosa Savolta, Neus Claudedeu y la Sra. Parells ), sumisas a sus maridos y atentas sólo a mantener el buen tono social.
b). Clase media-funcionarios.
Grupo que se mueve a la sombra del funcionamiento social. Incluye al abogado Cortabanyes, a los policías comisario Vázquez y sargento Totorno y al doctor Flors.
c). Clase social asalariada.
Pequeña muestra de testigos, ingenuos unas veces (Miranda) y mudos otras (Perico Serramadriles y la Doloretas ) que observan atemorizados o impasibles los acontecimientos y a veces se ven implicados.
d). Proletariado.
En el polo opuesto a la burguesía se encuentran los representantes del proletariado. El lector llega a conocer muy bien a los personajes de la burguesía pero apenas tiene ocasión de enfrentarse a algunos de los personajes obreros, que actúan en la novela como un colectivo.
Atención a parte merecen Domingo Pajarito de Soto, que no pertenece exactamente al proletariado, pero sí está ligada a él su labor intelectual; su mujer, por la mísera vida que lleva y, Lucas “el Ciego”, pistolero de los obreros.
e). Lumpenproletariado.
Clase social ínfima, desharrapada que busca ante todo la propia subsistencia: Nemesio Cabra Gómez, Rosita la idealista, los forzudos matones, las prostitutas del cabaret y sus clientes…
Estudiaremos los más destacados.
Javier Miranda.
Es un personaje inseguro, desorientado, ignorante del sentido de sus propias acciones y de su condición de títere. Resulta igualmente testigo de los acontecimientos, se ve implicado en todos, relacionado con personas de uno y otro grupo, pero jamás comprometido con nada. Hasta su compromiso matrimonial se mueve por razones económicas y sociales. Su ideología es contradictoria, al tiempo simpatiza con el movimiento obrero y se deslumbra ante las perspectivas que le ofrece Lepprince.
Paul André Lepprince.
Lo que Miranda tiene de indeciso e inocente lo tiene Lepprince de escurridizo y pérfido. Resulta un personaje atractivo. Francés de madre española, llega a Barcelona en 1914 y pronto se le conoce en los más elegantes círculos por su inteligencia y distinguidas maneras. Muestra habilidades poco comunes para desenvolverse en todos los ambientes sociales: conquista a Savolta, deslumbra a las mujeres… Los únicos que desconfían de él son el comisario Vázquez y Pere Parells, que descubre sus maniobras en la empresa. Lepprince va a ser el eje de la trama con sus amores clandestinos, ambiciones de poder, intrigas financieras y políticas, presiones y amenazas.
Domingo Pajarito de Soto
Pajarito es un idealista muy peculiar. Por un lado, arriesga su vida de forma consciente por la lucha obrera desvelando los entresijos de la empresa Savolta; pero, por otro lado, sus preocupaciones sociales proporcionan sólo desamparo a sus seres cercanos: mujer e hijo. (Rana) Su mujer lo describirá oscilante entre momentos de una avasalladora creatividad y súbitas depresiones.
Nemesio Cabra Gómez
Colaborador de la policía y de todo aquel que pague bien sus servicios, es un pícaro que acaba en la locura del místico.
María Coral
La gitana María Coral es un personaje enigmático cuya biografía traza una huida constante de la miseria aún a costa de prostituirse. Los golpes de la vida la han hecho fría, calculadora y consciente de la seducción que provoca su belleza. Confluyen en ella rasgos de personaje romántico: origen oscuro, exotismo, belleza… y también de personaje folletinesco: ajetreada vida sentimental, vejación moral y psicológica…
El comisario Alejandro Vázquez
Vázquez debe mucho a la novela policial norteamericana. Representa al buen policía, cuyo celo profesional llega a resultar molesto al poder y sufre una depuración.
María Rosa Savolta, Teresa y Rosita la idealista.
Las tres mujeres forman en su conjunto los tres eslabones de las clases sociales de la novela: María Rosa, el burgués; Teresa, el proletariado, y Rosita, el lumpemproletariado.
María Rosa Savolta simboliza la buena educación burguesa. Muchacha acostumbrada a vivir sin problemas, cuando la situación económica es adversa, su propia indefensión la conduce a la locura. Es frágil y delicada, una niña asustada que busca en el amor la salida vital y cae en las manos de Lepprince.
Teresa es la mujer desamparada que arrastra junto a Pajarito una vida de sobresaltos. También busca en el amor la solución a su abandono. Sin embargo, será la suya una salida fallida por la cobardía de Miranda.
Rosita la idealista es un producto de la marginación social. Prostituta, relacionada con el anarquista Julián, ayuda al movimiento obrero y muestra compasión con el ciego Basilio y compadece a Nemesio.
Cortabanyes, Claudedeu y Parells.
Forman parte del poder de la empresa Savolta, el primero como abogado y los otros como directivos. En el despacho de Cortabanyes tienen lugar contactos e intrigas fundamentales. Claudedeu, jefe de personal de Savolta, y Parells, asesor fiscal de la empresa, representan a los capitalistas, el primero más conservador y el segundo más liberal. Ambos tendrán un final violento, uno bajo los disparos anarquistas y el otro por la acción de los esbirros de Lepprince.
Parells es importante en el relato. Llega a conocer las maniobras de Lepprince y eso le llevará a la muerte.
Otros personajes
Entre todos los demás sobresale Max, el guardaespaldas de Lepprince; los compañeros de Miranda en el despacho de Cortabanyes: Perico Serramadriles y la Doloretas (atención a su vida, secuencia 55 de la segunda parte y a el paralelismo con el final de María Rosa Savolta); Julián y su grupo de anarquistas…
También aparecen alusiones a personajes históricos de la época como Cambó, Maura o el rey Alfonso XIII.
6. Espacio, tiempo, estructura.
La verdad sobre el caso Savolta tiene una construcción en forma de pirámide. Sus secuencias narrativas, múltiples en principio, van ascendiendo hasta su vértice final reduciendo su complejidad y contrapunto hasta desembocar en una sola acción, que mantiene una andadura lineal y aclara, como en toda novela de intriga, la trama anterior. Como en un perfecto montaje cinematográfico, Mendoza va encajando fragmentos de la historia, localizándolos en unos espacios y tiempos concretos. El autor tiene empeño en que todos queden registrados con claridad y así los perciba el lector.
7. Una aventura urbana.
Excepto en cuatro momentos argumentales, la novela de Mendoza se desarrolla en Barcelona, verdadera protagonista. Los cuatro momentos son, por orden de aparición, la sala del tribunal del estado de Nueva York, ante la que presta declaración Javier Miranda; la ciudad de Valladolid, adonde viaja el protagonista de la secuencia final de la primera parte por escapar de una mala situación emocional; el hotel donde pasan su viaje de novios Miranda y María Coral; y, el viaje de persecución que realiza Miranda tras los pasos de Max y María Coral por la provincia de Lérida, en los Pirineos, pasando por Cervera, Balaguer y Tremp, lugares que describe con gran meticulosidad.
Centrados ya en la ciudad de Barcelona, conviene destacar la maestría de Mendoza para moverse por los heterogéneos espacios de la obra, que se convierten en símbolos y representación de las transformaciones y luchas sociales de la época.
A grandes rasgos podríamos distinguir varias zonas.
El centro de la ciudad: Plaza de Cataluña, las Ramblas…zona común a todas las clases sociales donde transcurren acontecimientos históricos relevantes.
El ensanche, poblado de clase media asalariada y funcionarial, con sus oficinas. Aquí están el despacho de Cortabanyes y la casa de Miranda.
La parte alta de la ciudad, zona de la burguesía, donde se ubican la masión de Savolta y el nuevo domicilio de Lepprince, una vez casado.
La zona de los obreros corresponde a barriadas politizadas en la época, en las que se mezclaban fábricas, viviendas obreras, asociaciones sindicalistas y anarquistas y locales de diversión.
En la parte vieja de la ciudad también se sitúan la casa de Doloretas, el hotel Mérida, la juerga nocturna de Miranda y Perico y el baile de Javier con Teresa.
Ocurre con estas divisiones que son impenetrables sólo en una dirección: la clase obrera no tiene acceso a introducirse en el espacio de la clase elevada, pero ésta sí entra en el ámbito de los desfavorecidos. Así Lepprince y Miranda van a un garito y Pere Parells se entrevista con Cabra en la taberna.
Además de estas grandes zonas, en la novela desempeñan un papel más significativo espacios reducidos como la taberna, el Liceo, las viviendas…
8. El tiempo y su organización.
La historia del Caso Savolta se desarrolla entre 1917 y 1919. El autor tiene verdadero interés en situar la acción cronológica de manera minuciosa. Son muchas las alusiones históricas.
Conviene apuntar que en cuatro ocasiones la novela se sale del marco temporal apuntado. La primera y más importante es la que registra el narrador Miranda como punto de partida de su relato, el momento en que recuerda los hechos, que coincide con sus declaraciones ante el juez Davidson del 10 de enero al 6 de febrero de 1927, casi diez años después de los acontecimientos, lo que explica sus dudas e imprecisiones. La segunda en importancia es la que figura en el “affidávit” prestado por el comisario Vázquez ante el cónsul de Estados Unidos por la misma razón que Miranda el 21 de noviembre de 1926. La tercera se refiere al capítulo final del libro, en la misma fecha que la primera, en la que Miranda relata brevemente su vida en los últimos diez años y recibe la carta de María Rosa Savolta. La cuarta, se refiere a la muerte de Doloretas en 1920, cuando Miranda está ya en América.
Conviene asimismo advertir que las fechas exactas son las que figuran en cartas, documentos y declaraciones; en cambio, rara vez el narrador precisa el dato cronológico en su recuerdo, efecto buscado por el narrador para dar verosimilitud al relato, que explica algunos desajustes cronológicos.
Distinguiremos, de acuerdo con las dos partes de la novela, dos espacios temporales: el primero se extiende desde el 8 de octubre de 1917 hasta el año nuevo de 1919, final de la primera parte, con dos periodos, 1917 y 1918, separados por el asesinato de Savolta; el segundo, ocupa todo el año 1919 y coincide con la segunda parte.
9. Procedimientos narrativos.
a) Tradicionalidad y renovación
Los procedimientos narrativos utilizados por el autor combinan técnicas tradicionales con las renovadoras.
La novela tradicional pone en primer plano la intriga, el orden expositivo de los hechos y el transparente tratamiento de los personajes. Mendoza consigue mantener estos objetivos pero aportando numerosos innovaciones. Todos los hechos están suficientemente explicitados para que no quede un resquicio de duda y los personajes tienen un cometido muy claro en la historia y desempeñan un papel concreto en la trama. Una finalidad prioritaria de la novela tradicional es ofrecer una historia que, aún sabiendo el lector, que es pura invención, presente tales apariencias de realidad que llegue a ser creíble. Dos elementos narrativos intervienen ahí: la memoria y los documentos. La memoria constituye el motor narrativo de la novela. Miranda hace crecer de modo progresivo su relato a partir del interrogatorio del juez. Los documentos intercalados son formas de la narración que intensifican aún más el verismo de la historia.
b) Técnicas contemporáneas.
También emplea el autor técnicas contemporáneas como son el caos y los saltos temporales. Mendoza presenta relatos que se van intercalando entre sí, de manera que en la primera parte se superponen la fiesta de Nochevieja, las declaraciones ante el juez, la narración sobre Pajarito de Soto y Teresa, el relato del comisario Vázquez, la historia de Nemesio Cabra, la relación entre Lepprince, Miranda y María Coral, etc. y en la segunda la historia de Nemesio, la fiesta en casa de Lepprince y la peripecia de Miranda.
Por otro lado, la novela presenta un punto de vista múltiple, ya que el lector recibe varias versiones narrativas; así dan su punto de vista Miranda en sus declaraciones y en su narración, Pajarito de Soto en sus artículos, el comisario Vázquez en su affidávit y en su explicación final, el sargento Totorno en sus cartas, Nemesio Cabra Gómez en sus investigaciones… Un perspectivismo que favorece la explicación polivalente de la realidad y que excluye la presencia del narrador omnisciente.
Pero, de todas formas, el procedimiento contemporáneo más llamativo de la novela es el montaje de secuencias, de claro origen cinematográfico. Las piezas van encajando de forma sorprendente desde un verdadero rompecabezas argumental hasta una unidad de acción convergente.
c) Las personas narrativas.
El perspectivismo conduce invitablemente a la consideración de las personas narrativas.
En primer lugar ha de tenerse en cuenta, que en la novela existen varias voces narradoras: los artículos de Pajarito, los diálogos entre el juez y Miranda, la declaración de Vázquez, las cartas…hacen la vez de narradores.
El problema se plantea en el resto del texto, pues surgirán dudas sobre si el narrador el sólo Miranda o si existe además un narrador omnisciente que cuenta los hechos de los que Javier no ha sido testigo. La opinión más generalizada es que el narrador es Javier Miranda, unas veces como testigo presencial y otras por medio de fuentes directas que le llegan a él a través de otros personajes, allí con una primera persona y aquí con una tercera que esconde la primera. Esto es así porque en las secuencias que parecen narradas por un narrador omnisciente, como la fiesta de Nochevieja en la casa Savolta, descubrimos, a medida que nos relatan la celebración que Miranda estaba allí de observador. También la historia de Cabra, aunque Miranda no está presente, puede llegar a conocerla con detalle por Vázquez.
d) La técnica suspensiva
Eduardo Mendoza recurre a la táctica eficaz de la novela suspensiva, consistente en irle entregando al lector por retazos y en una complicada fragmentación todos los elementos que le permitirán, ya al final de su lectura, la visión del complicado rompecabezas.
El elemento más significativo de la técnica suspensiva es la Carta de Pajarito de Soto. Pajarito, viendo lejano su fatal desenlace, escribe una carta que echa al correo antes de morir. Esta carta traerá de cabeza a todos los implicados en la trama, pero especialmente a los relacionados con la empresa Savolta con muchas cosas que ocultar, pues desconocen el contenido y alcance de lo escrito. Es así como un papel cuyo texto, peregrinaje y destinatario conocerá el autor al final de la novela, se convertirá en el motor de muchos acontecimientos, incluido algún asesinato. Llama la atención la habilidad de Mendoza para provocar expectativas sobre ella sin desvelar su importancia real.
La primera vez que se cita es en el relato de la muerte de Pajarito de Soto. Más adelante vuelve a hablarse de ella en el interrogatorio del juez Davidson, en el affidávit de Vázquez, en las conversaciones de Vázquez con Nemesio y Miranda. En la segunda parte, Pajarito la muestra a Nemesio al enviarla por correo la noche de su muerte. Cortabanyes recuerda la carta durante la fiesta en la mansión de Lepprince y admite la posibilidad de que pueda estar en manos de Parells, que morirá en atentado, quizá por esa sospecha. De hecho Lepprince y el abogado registrarán su despacho en su busca. La solución al enigma la encontrará el lector en el relato final del comisario.
e) Influencias: la técnica impresionista de Baroja y la esperpéntica de Valle.
Pío Baroja influye al autor en la mezcla de varias historias y en la expresión narrativa. La técnica impresionista de este autor en la narración ágil y la descripción en pinceladas rápidas puede rastrearse en la novela de Mendoza y percibirse en la captación de ambientes colectivos, tratados como si fuesen una sencilla grabación significativa de un ambiente (conversación de señoras en la fiesta). Igualmente se nota esta influencia en el contraste de ambientes: salones de la aristocracia, casas de los pobres, casino, tabernas de mala nota…
Muy relacionada con esta técnica impresionista está la técnica valleinclanesca: una deformación de la realidad, reducción al absurdo, intencionalidad crítica y sarcástica, animalización… Existen numerosos pasajes y personajes con estas características. La cruda descripción del cabaret, el tratamiento del personaje Nemesio Cabra…
f) Parodia
Hay parodia en su recreación de la novela policial, de la novela rosa o sentimental, de la novela social de finales del XIX, de la literatura melodramática de folletín, de los registros idiomáticos (véase, por ejemplo el interrogatorio del juez Davidson).
10. Procedimientos lingüísticos y estilísticos.
Uno de los indudables atractivos de esta obra reside en su amplia variedad de registros lingüísticos. Esta variedad arrastra consigo en no pocas ocasiones la parodia de diversos estilos.
Agruparemos estos registros en variedades de tipo literario, de tipo social y de tipo cultural.
a) Variedades de origen literario
1. Lenguaje narrativo. Constituye junto al diálogo una de las bases de la novela. Su prosa fluye de una manera torrencial, con un ritmo que arrastra al lector en su relato.
2. Lenguaje descriptivo. Retratos impresionistas de los personajes a base de breves pinceladas de aspectos significativos.
3. Lenguaje detectivesco. Con él entramos en los lenguajes que suponen al mismo tiempo la recreación de un tipo escogido de la tradición literaria y su propia parodia. Un ejemplo muy claro lo presenta Mendoza en las sucesivas intervenciones del comisario Vázquez.
4. Lenguaje sentimental de novela rosa. Al igual que en el anterior, participa de la recreación y la parodia. Las historias amorosas de Lepprince Y Miranda con María Coral proporcionan numerosos momentos.
5. Lenguaje místico. La parodia de este tipo de lenguaje es más explícita. A partir de la locura de Nemesio, Mendoza pone en boca del personaje largas conferencias de marcado origen místico pero tratadas en clave deformante.
6. Lenguaje epistolar. Dentro del género epistolar se muestran variantes que van desde el estilo culto y literario de María Rosa Savolta hasta el coloquial del sargento Totorno.
b) Variedades lingüísticas de origen social.
Consecuencia inmediata de las diferencias sociales que existen en la novela es el abanico lingüístico que ofrecen los distintos personajes, desde el formal y culto hasta el vulgar incorrecto.
1. Lenguaje formal. La corrección es habitual en la expresión de personajes como Lepprince y Miranda, incluso la elegancia acompaña al primero.
2. Lenguaje coloquial cursi. El buen tono de la burguesía adinerada presenta unos rasgos lingüísticos contaminados de la más empalagosa pedantería.
3. Lenguaje coloquial vulgar. En contraste con el anterior el registro coloquial vulgar, muestra la cara opuesta de la sociedad, el lenguaje de las clases bajas y su particular jerga barriobajera. Rayando con la incorrección, los personajes emplean un léxico malsonante y directo que identifica espacios tan concretos como el cabaret y las tabernas.
4. Lenguaje vulgar incorrecto. Propio de personas sin cultura y con una formación deficiente, este registro tiene textos con la intervención de Doloretas en la segunda parte.
Comentario aparte merecen, por sus frecuentes recurrencias coloquiales las cartas del comisario Vázquez y el sargento Totorno.
c) Variedades lingüísticas de origen cultural
Fundamentalmente recreados durante la primera parte, son lenguajes específicos, profesionales o científicos, pero casi siempre están tratados en tono paródico.
1 .Lenguaje humanístico-histórico. La novela evoca hechos históricos y situaciones sociales reales, por tanto el narrador recurre a la forma más adecuada de dar credibilidad a lo que piensa.
2. Lenguaje político. Muy cercano al anterior, sobresale en especial por su carácter de discurso político y mitin propagandístico. Generalmente este lenguaje lo reserva el autor para Pajarito de Soto, bien en sus artículos, bien sus conversaciones con Miranda.
3. Lenguaje jurídico y judicial. Contemplado en todo momento con una mirada irónica y paródica, este lenguaje se transcribe en la comparecencia de Miranda ante el juez Davidson. Mendoza monta un minucioso interrogatorio judicial, exagerando la tenacidad del juez por aclarar los hechos hasta el límite del ridículo.
4. Lenguaje administrativo. Se registra en los documentos que aparecen en la novela. El caso más notorio es el affidávit o declaración jurada que ante el cónsul de Estados Unidos presta el comisario Vázquez.
5. Lenguaje periodístico. Es posible ver en algunas secuencias rasgos del lenguaje periodístico, así por ejemplo, la que relata el asesinato de Claudedeu.
d) Otros aspectos estilísticos. Nombres motivados.
Para concluir los aspectos estilísticos, destacaremos los nombres del los personajes importantes. Salvo, Teresa y Vázquez, todos ellos parecen tener un nombre escogido a conciencia por el autor.
Así, es manifiesta la motivación en Javier Miranda; su apellido es acorde con la caracterización de espectador, de mirón que no se implica en nada. En Pajarito de Soto; el personaje es en verdad un pájaro que revolotea por todas partes, pero su ingenuidad e indefensión le llevarán a ser anulado por la misma selva que tan bien él ha observado. En Nemesio Cabra, el nombre no necesita mucha explicación, teniendo en cuenta que es un loco, mezcla de pícaro y místico. En María Coral, el nombre, que alude a un objeto de joyería, simboliza el papel del personaje en la novela, que no es otro que el de objeto de valor y conquista para los hombres.
Mayor sutileza presenta la motivación de los nombres catalanes. Así Cortabanyes -literalmente cortacuernos-, representa el poder diabólico en la sombra (los niños catalanes llaman al diablo “banyetes”).Claudedeu, que hace estremecer a los obreros, el “Hombre de la Mano de Hierro”, significa en catalán “clavo de Dios”, férrea mano justiciera que oprime a los obreros. Savolta sería en mallorquín “la vuelta”, puede simbolizar el motivo de la novela el cambio de las cosas. Lepprince, el caballero elegante, vendría de el francés “el príncipe”. Igualmente, Doloretas será la persona que sufre y María Rosa, la dueña de la belleza y el frescor de una rosa.
Descargar
Enviado por: | Jessica |
Idioma: | castellano |
País: | España |