Literatura
La Regenta; Leopoldo Alas, Clarín
LA REGENTA: LEOPOLDO ALAS CLARIN
”
1.
Comienza describiéndonos la ciudad de Vetusta, donde ya introduce a varios personajes como es Bismark, Celedonio que es un monaguillo, también aparece Don Fermín de Pas era un magistral de aquella iglesia, de la cual Clarín también ofrece una minuciosa descripción. Celedonio sólo tenía trece años, Don Fermín de Pas que tenía unos 35 años le gustaba subirse a la torre del campanario y observar toda la ciudad de Vetusta, personas, cosas,...
También presenta un nuevo personaje que es un doctor de Teología llamado Saturnino Bermúdez. Una noche recibió la carta de una mujer llamada Doña Obdulia, por la que sentía una gran atracción, quedaba invitado para comer, creyendo él que era una cita pero no era así, ya que lo había invitado para que comentara unos cuadros a unos amigos suyos. Se dirigieron hacia la iglesia a ver los cuadros, dónde Don Saturnino y Don Fermín se quedaron asombrados de ver el cuerpazo y la hermosura de doña Obdulia.
2.
Todos se preguntaban de donde sacaba doña Obdulia el dinero de sus vestidos ya que ella no era rica. Aparece un nuevo personaje que es Doña Ana (la Regenta), que era esposa de Víctor Quintanar, que era el regente de varias audiencias de Vetusta. Se llamaba Ana Ozores Y era una noble, aquel día fue la Regenta y Doña Vuerta???? a confesarse a la catedral pero al final nadie las confesó.
3.
En este capítulo se nos presenta a Ana Ozores que es la Regenta, se muestra en su habitación y se pone a pensar en su infancia, ya echaba de menos a su madre, ella no conoció a su madre, narra la historia que le sucedió en su infancia, una noche siendo ella jovencita se escapó con su amigo Germán a dormir en una barca.
Toda su familia estaba preocupada sobre todo su aya que era Doña Camila, descubrieron donde pasó la noche y la metieron a un internado (colegio). Cuando la Regenta terminó de pensar en ésta historia, le entró un ataque de nervios, de pronto tocó la campanilla y llegaron su criada y su marido Don Víctor de Quintanar, ambos le dieron de beber tila, y al cabo del tiempo se tranquilizó y su marido se fue a dormir (ya que como por las mañanas salía a cazar no dormía con ella para no despertarla).
Aquella noche todos se retiraron a dormir hasta que a la mañana siguiente de madrugada Don Victor se fue a cazar con su amigo Frigilis.
4.
En este capítulo vemos como el autor hace una descripción de la familia de Ana. Su padre se llamaba Don Carlos y se casó con una modista italiana, la cual cuando dio a luz a Ana se murió. Su padre se tuvo que ir durante cierto tiempo a Italia, buscando así una casa de campo para su hija y un Aya (que era doña Camila) que la cuidara, ésta tenía un amante que se llamaba Briarte¿???? el cual era el amo de la casa. Ana Solía recordar la historia que le sucedió con Germán. Ana se dedicaba a leer sobre todo hacia la línea de lo religioso, también destacan las 2 hermanas del padre de Ana que no vieron bien el matrimonio de don Carlos con la madre (madrastra) de Ana.
* En este capítulo ya se habla de la familia, comienza la descripción de la familia, de la infancia de Ana.
5.
El padre de Ana Ozores, don Carlos murió una noche, ocupándose de ella sus tías, doña Ágeda y doña Anuncia. Pero Ana también cayó enferma con un gran estado de nervios. Al cabo del tiempo comenzó a recuperarse. Con el paso del tiempo Ana iba creciendo y convirtiéndose en una tía buenorra (by JM)(es decir, en una mujer bastante hermosa), a la que habían criado sus tías y bajo sus reglas. Ana tenía vocación de literata, es decir, más de una vez había escrito versos. Pero sus tías no querían que su sobrina fuera literata. Ellas querían que se casara con un noble. Con el paso del tiempo conoció a don Víctor Quintanar, con el cual se casó, sin amor, sin quererlo, ya que sus tías decían que tenia mucho dinero. Se casaron.
6.
En este capítulo el narrador nos va describiendo el casino, los juegos, la biblioteca... de Vetusta, y también nos va indicando la gente que va al casino a jugar, allí se habla que la Regenta no se ha querido confesar y quiere cambiar de confesor.
7.
En este capítulo vemos como dos personajes, Paco, y Don Álvaro hablan de la Regenta, ya que uno de ellos está locamente enamorado de ella. Son Paco (Marqués Vegallana) y Don Álvaro (Mesina).
8.
Se nos presenta a un nuevo personaje que es doña Rojuna, la mujer del Marques de Vegallana. Estaban todos reunidos en casa de Vegallana.
Doña Obdulia, don Álvaro, el Marqués, y vieron pasar a la Regenta con su doncella que parece ser que iba a confesarse.
9.
La Regenta y su criada siguieron andando, la regenta pidió a su doncella Petra que la llevara al campo y así se fueron ambas, la regenta disfrutó de lo lindo, al anochecer volvieron a su casa y por el camino se tropezaron a Don Álvaro y Paco con los que mantuvieron una larga conversación; todo el que pasaba al lado de la Regenta se quedaba asombrado de su belleza y de su hermosura.
10.
Aquella noche Ana regresó a su casa y su marido se disponía para irse al teatro, a Ana no le apetecía de este modo que Víctor se fue solo. Ana se encontraba triste, no era feliz en su matrimonio, se dirigió hacia el despacho de su marido y sin encender la luz se tropezó con algo rompiéndole a su marido, dos o 3 figuras que él admiraba. Ana cansada de estar encerrada se dirigió hacia el parque y se encontró con Don Álvaro, se quedaron mirándose pero Ana echó a correr. Silvia pensaba que no podía comulgar (Ana) sin decirle al Magistral o confesarle la verdad. Cuando vino Víctor del teatro le dijo que estaba ya harto de sus nervios y de su enfermedad y además se puso furioso al ver lo que su esposa Ana había hecho en el despacho.
11.
En este capítulo vemos como el magistral, Don Fermín recibe una carta por parte de doña Regenta diciéndole que necesita hablar con él, este lee la carta delante de su madre Doña Paula, la cual le dice que se lleve cuidado con esa mujer que es un angelito y no hay que decir nada de ella pero que puede hacer algo. Tras esto don Fermín salió a andar durante un tiempo.
12, 13, 14, 15, 16.
Todos se van a cenar a casa de los Marqueses, se van la Regenta, don Víctor, Obdulia, Bermúdez, El Magistral (don Fermín)... en aquella cena vemos como don Álvaro siente una gran atracción por la Regenta. Pero la Regenta de quien de verdad esta atraída, y admira es del Magistral, con quien tiene una pequeña conversación. Después de la cena todos se dirigen con los carruajes a pasear pero el magistral no se va con ellos, a pesar de que la Regenta insiste en que lo acompañen. De pronto don Fermín se acordó que no había avisado a su madre para comer que estaría hecha una furia.
Cuando llegó a la hora de la cena su madre estaba muy enfadada, lo trataba como a un niño. El narrador cuenta la historia de la madre, de doña Pula:
Doña Paula se casó estando embarazada, donde la gente del pueblo decía que era de un cura de allí. Doña Paula es la que dirigía a su marido, ella era la que le tenía que decir qué debía de hacer, hasta que un día su marido murió dejando muchas deudas, doña Paula puso una taberna, para ganar dinero y obligó a Fermín que estudiara para cura. Y éste así lo hizo. Doña Paula en la taberna nunca dejó que nadie se aprovechará de ella y le tocará el chochete (by JM 1999, TQ46).
Ana seguía en la rutina de siempre, se daba cuenta que su marido Víctor no le hacía feliz y además había abandonado las cotidianas tertulias con todos los demás, en resumen se quedaba en casa tocándose la figa (by JM quien sino).
Don Álvaro seguía enamorado de la Regenta aunque él pensaba que ella no lo quería, lo que le en verdad no sabía es que casi todas las noches Ana soñaba con él. Pero lo que tampoco sabía Ana era que el Magistral, con el que se confesaba también pensaba en ella. El Magistral estaba enamorado de Ana (se le notaba un bultico en la sotana, by JM). Él sabía que Ana se había refugiado en la religión ante un problema que él desconocía. Aquella noche salió Ana al balcón y se encontró a don Álvaro que venía en un caballo, ambos mirándose se mostraron la pasión que sentían, cuando estuvieron un largo rato hablando venía Víctor le pidió a Álvaro que convenciera a su mujer (Ana) para ir al teatro para ver Don Juan Tenorio. Ana finalmente accedió. Aquella noche se dirigió hacia el teatro y estaban allí la marquesa, Edelmira, Paco y Quintanar. Al rato largo vino a aparecer el apuesto y guapo Don Álvaro. Ana se quedó un rato mirándolo. Desde que Ana vió a don Álvaro desde el balcón le cambió la vida. Ya no se sentía triste sino contenta. Quedó asombrada ante la obra de don Juan Tenorio, ya que ella se compara con doña Inés y a don Álvaro con don Juan, aunque en verdad sí tenían ciertas semejanzas. Don Álvaro se puso al lado de ella (el cual pensaba que estaba bellísima). Ana también sentía una cierta atracción. Ana se fue antes del Teatro y aquella noche le dice su criada Petra que había estado hablando en sueños, soñando que decía un nombre. Petra no le quiso decir la verdad, es decir que estaba hablando de Álvaro, Petra le dijo que su marido no había oído nada, pero le trajo una carta que era del Magistral, don Fermín, que le decía que la esperaba para confesarla, pero ella no quería y le envió otra carta diciéndole que se disponía mal (se encontraba mal). Ana al hacer esto ante don Fermín se sintió muy mal. Víctor no era partidario de que Ana fuera a la catedral tanto a confesarse.
17.
Al día siguiente Ana recibió la visita del Magistral, ambos se dirigieron hacia el parque. El Magistral le preguntó por su dolor de cabeza, y Ana sin acordarse de la mentira que le echó, el magistral se dio cuenta de que le había engañado, se puso de muy mal humor porque además se había enterado de que fue al teatro y eso en las beatas estaba prohibido. Estuvieron durante un buen rato hablando de la curación del alma de Ana y dándole el magistral las razones de por qué la quería confesar por las tardes también le dijo a Ana que si querían se veían fuera de la catedral (Ana se quedó un poco asombrada ...) también estuvo dando las razones de por qué no tenía que haber ido a ver la obra de Juan el Tenorio ... y así hasta el anochecer. Don Víctor Quintanar vino a casa y como era habitual no preguntó por su esposa, Petra, la criada, estaba preocupada por lo que le iba a decir a su amo si le preguntaba por Ana.
Al día siguiente, Frigilis, buscando unas semillas que había buscado por el parque se encontró con el guante rojo que era de los que llevaban los curas. Le preguntó a Petra que Magistral había estado aquella noche en el parque ya que se le había caído el guante, Petra disimulando para que no se averiguase que había sido don Fermín le dijo que el guante era de su señora Ana (la Regenta).
Don Víctor se había dedicado toda la vida a irse a cazar con Frígilis. El Magistral estaba deseando volver a ver a Ana, estaba impaciente y se subió a la torre de la catedral, y allí, a través de su catalejo vio a don Álvaro y se puso enfurecido, de mal humor, parecía desquiciado.
A los días Ana se dirigió de nuevo al confesionario, el magistral se alegró de verla, y se dirigieron para casa de don Constantino y doña Petronila ya que hablarían mejor, estando Ana y don Fermín sentados en el sofá esperando a los señores el magistral cogió de la mano a Ana, Ana se puso que echaba fuego pero pensó que con una muestra no pasaría nada. Al día siguiente Ana se puso muy enferma, vino el médico don Robustiano y le dijo que la enfermedad que tenía era larga de curar. Ana le pidió a don Víctor que estuviera a su lado, éste sacrificó su vida rutinaria de irse a cazar con su amigo Frígilis durante varias semanas, hasta que dejó de estar con su mujer para salir de nuevo con Frígilis siempre buscaba excusas.
Ana se fue reponiendo poco a poco. El Magistral la siguió observando cuando salía a pasear por el campo con don Álvaro, victor, Paco ... y al poco tiempo se volvió a producir otro encuentro de confesión con el magistral pero la Regenta cae de nuevo enferma. Don Pompeyo que es el presidente de la nueva hermandad también era de Vetusta, estaba casado y tenía sus hijos, y se caracteriza por ser un gran ateo. Don Pompeyo iba muchas tardes a pasarlas al casino, todos quedaron un día para cenar, se pusieron a hablar de lujuria, de amores de Fermín de Pas con la Regenta... Allí se encontraba Paco, el marqués, don Álvaro, don Pompeyo... todos decidieron echar del pueblo y acabar con el Magistral. Llegaba ya el verano a Vetusta y don Álvaro fue a despedirse de Quintanar aunque en verdad fue a despedirse de Ana. Ana le comentó que ellos no se irían a ningún sitio, ya que el médico le había dicho que no podía bañarse ni tomar la brisa del mar. La Regenta a escondidas de su marido seguía leyendo la vida de Santa Teresa de Jesús, Las visitas de Visitación, Obdulia, la Marquesa, a la Regenta eran, debido al calor más cortas. Pero Ana seguía consumida tan triste. Un día le escribió una carta al magistral, en la cual le decía que gracias a él se sentía mejor que parecía haber encontrado un nuevo camino místico y que además se había leído la vida de Santa Teresa, el Magistral estaba feliz ante esto, estaba lleno de emoción; Cuando terminó de leer la carta se dirigió a dar la catequesis a un grupo de niños del pueblo ya que él era el director de impartir el catecismo. Cuando terminó se dirigió hacia la casa de Ana, dónde Quintanar los dejó a solas. Ana comenzó a decirle que gracias a él de encontraba mucho mejor. Él cada vez estaba más lleno de emoción. La Regenta también había introducido a su marido a leer libros religiosos, y por primera vez don Víctor fue a confesarse junto con la Regenta a la catedral. Un día Ana recibió la visita de su amiga Visitación, la cual le dijo que todo Vetusta había visto a don Álvaro, en la estación, que se marchaba junto a la guapa Ministra. Ana se sintió algo celosa y no quería desviarse de su camino religioso. Durante todo el verano Ana seguía viendo al Magistral, el cual había pasado el verano feliz, junto a Ana, sin embargo, don Víctor estaba desesperado, había pasado un verano aburrido y terrible. El verano pasó, volvieron al pueblo don Alvaro y doña Paula, el Magistral seguía sus conversaciones con la Regenta, mientras a la Regenta la volvían del pasado las cosas, las ideas que le habían pasado con Don Álvaro. Se nos describe la mísera muerte de don Santos acompañado de su hija Celestina. Todos los del pueblo opinan que la muerte de don Santos es por culpa del Magistral. Todo el pueblo está en contra de don Fermín de Pas. Al cabo de un tiempo la Regenta se dirigió, aquella Noche Buena a la Misa de Gallo, allí estaban todos sus amigos, incluso Álvaro. En la catedral a Ana le volvieron de nuevo los recuerdos de Álvaro, cuando terminó la misa salió muy aturdida y se dirigió a casa junto con Petra. Se puso a peinarse en su tocador y de repente le entró ganas de ir a la habitación de su marido y acariciarlo, hablar con él, pero una vez que estaba en la puerta de Quintanar no se atrevió, y se dirigió de nuevo a su habitación. Pasó mala noche. Al día siguiente fue de nuevo hacia la catedral, y allí se encontró al Magistral y ambos se dirigieron a casa de Petronila para poder hablar mejor. El Magistral le entró ganas de declararse allí, pero al ser interrumpido varias veces por Petronila quedó con Ana en verse por la tarde en la catedral. El Magistral ya le había dicho que la gente de Vetusta estaba hablando de él y de ella, estaban hablando del honor, pero Ana contestó que a ella le daba igual. Al cabo de un tiempo Quintanar se empeñó en llevar a Ana al baile del casino. Le pidió permiso al Magistral y éste le dijo que sí, todos quedaron asombrados ante la belleza de la Regenta.
Don Álvaro se presentó allí elegante, guapo... Ana en ese momento sintió un gran miedo. Una vez que terminaron de cenar, Quintanar le dijo a Álvaro que bailase con su mujer y así lo hicieron. Ana sintió algo especial, por primera vez sintió que alguien la abrazaba, la cogía (le metía mano, by JM TQ46), y cuando estaban ya un rato bailando Ana cayó desmayada. Pronto la llevaron a su casa dónde recobró la memoria y lo que aquella noche había pasado. A la mañana siguiente Glocester le contó al Magistral todo lo que había pasado en el baile, y que Ana se había desmayado en brazos de don Álvaro. El Magistral se puso muy nervioso, enfadado, muy celoso...
El Magistral no sabía hacia dónde dirigirse, y lo hizo hacia la casa de Petronila y así se reunió con la Regenta. Esta también vino atormentada por lo que le había ocurrido la noche anterior. El Magistral se mostró enfurecido, celoso le dijo a Ana que cómo se atrevía a hacer lo que hizo la noche anterior. En ese momento ante la declaración del Magistral se dio cuenta de que el magistral la amaba, no como una hermana mayor (que eso era lo que pensaba Ana) sino la amaba de verdad, la quería para él (se le notaba un bultico debajo de la sotana, by JM). Ana asustada salió sin despedirse de nadie, y dijo que jamás volvería a ver al Magistral, le había defraudado, la había engañado; Pero al cabo de un tiempo Ana decidió ir un día a la iglesia y pensó que se había pasado con el Magistral, que no debía haber dejado de verlo (es que era calentorrica, by JM). Es decir, Ana después se arrepintió. Al cabo de un tiempo don Pompeyo (el Ateo), se declaró enfermo y el médico le dio muy poco tiempo de vida. Este antes de morir quería confesar, pero solo quería confesar con el Magistral. Fueron a llamarlo y este se quedó muy pensativo ya que siempre había creído que don Pompeyo lo odiaba. Cuando se estaba preparando para ir a casa de Pompeyo le llegó una carta de Ana en la que decía que lo perdonaba y que quisiera volver a seguir ese camino de religiosidad. El Magistral se llenó de felicidad, mientras su madre estaba irritada al pensar que su hijo podía estar otra vez con Ana. Fue a casa de Pompeyo y le dio los sacramentos y lo confesó. Y se dirigió a casa de Ana para hablar con ella. En Vetusta era la época de la Cuaresma y de la Semana Santa, don Pompeyo al cabo de unos días murió. Toda Vetusta se quedó asombrada al ver que Ana iba a salir de nazarena pero descalza. Don Víctor de Quintanar estaba irritado al ver a su mujer allí, y le echaba la culpa al Magistral. Él, Quintanar dijo que prefería ver a su mujer en manos de un amante que en brazos del fanatismo, don Víctor pensaba que su mujer se estaba recuperando cuando vuelve a caer de nuevo, creía que su mujer estaba loca. Pasó la Semana Santa y entró Mayo. Era de noche y Víctor y Ana estaban paseando por el bosque, los marqueses de Vegallana le habían prestado la casa durante un tiempo. Ana se había olvidado de nuevo del Magistral se sentía bien de salud, y estaba feliz junto a su esposo. El doctor Bermúdez le dijo que mejor se fueran a vivir al vivero porque le vendría bien a Ana.
Ana le escribió una carta al Magistral dándole gracias por la ayuda ofrecida, que se sintió muy bien y había dejado de leer a Santa Teresa, y que el Marqués lo invitaba a una comida el día de San Pedro.
Mientras Ana se dedicaba a escribir en un diario todo lo que le ocurría durante el día, también escribía de Petra, Quintanar, de ella... Llegó el día de San Pedro, y todos comenzaron a comer, aunque el magistral no pudo comer junto a Ana, porque tuvo que comer con los demás curas, que el Marques había invitado. Una vez terminada la comida Ana y las demás mujeres fueron a pasear por el bosque pero comenzaron una serie de truenos, de relámpagos que alarmaron a los hombres sobre todo a Qintanar que salió con los demás hombres a buscar a las mujeres ya que iba a llover por la tormenta. Salieron a buscarlos don Álvaro y Fermín que por el camino discutieron debido a los celos que cada uno mostraba. Y por el camino se encontraron una liga roja. Don Víctor dijo que aquella liga era de Ana pero que se la había dado a Petra. Estos dos no las encontraban, y Pepe, el casero les dijo que las mujeres al empezar a chispear estaban en la casa. Víctor y Fermín (el magistral) iban empapados. Don Fermín sin despedirse de nadie y calado hasta los huesos se marchó furioso ante la ironía de don Víctor, teniendo una gran pelea con su madre. El Verano iba pasando en el vivero y todos los amigos, Paco, Alvaro, Visitación, Obdulia... seguían haciendo excursiones al vivero para estar todos juntos.
Despidieron todos juntos el verano, cenando, Ana seguía feliz y curada de su enfermedad. Seguía la atracción entre don Alvaro y Ana. Llegó la Navidad (Ana y Álvaro ya eran amantes) y Quitanar invitó a comer a don Álvaro, cuando Ana se salió a dar el paseo, Quintanar le confiesa a Álvaro que se estaba acostando con su criada Petra, que tenia miedo de que le hiciera chantaje. Álvaro fue y se lo contó todo a Ana, Ana quedó desanimada, ante lo bien que se había portado con su marido. Álvaro le siguió diciendo que podían seguir siendo amantes ahora más que nunca. El día de San Pedro resultó que el Magistral se había “cepillado” (by JM) a Petra (la criada de Ana y de Quintanar), pero este le hizo un trato a Petra. Le dijo que espiara a Ana y que él Luego echaría a Teresina (su criada) y contrataría a Petra. A Petra le caía mal Ana, la tenía aborrecida ya que pensaba que era una orgullosa y presumida. Por lo tanto Petra aceptó el trato del Magistral. Era una malvada y envidiosa de su ama. Al principio no le contaba a Fermín toda la verdad, hasta que un día llegó llorando a casa de Fermín diciendo le que Ana le había traicionado y que ella misma había visto como se acostaba con don Álvaro, el cual entraba trepando por el balcón de la habitación de la Regenta.
El Magistral se volvió loco y se vengó a través de un plan que hizo con Petra. Como todas las mañanas don Alvaro se iba antes de que don Víctor saliera a cazar, Petra le adelantó el reloj a don Víctor para que tuviera que esperar a Frígilis en el parque (era donde quedaba con él) y que así viera como don Álvaro salía del balcón de su esposa. Y así fue, lo vio y reconoció a don Álvaro. Frígilis no estaba ya que era una hora antes. Pensó en matar con la escopeta a don Álvaro pero no le dio tiempo, después pensó en ir a matar a su esposa pero vino Frígilis y se fueron a la estación a coger el tren para irse a cazar. Pensó que esa venganza se debía por Petra y que el reloj fue adelantado por Petra. Durante todo el día estuvo callado, pensando que no se lo diría a nadie, y pensando en matar a ambos y esconderse en su pueblo natal. En la vuelta hacia Vetusta, Frígilis le dijo que era lo que pasaba, que había estado todo el día callado, Víctor comenzó a llorar y se lo contó todo a su amigo Frígilis. Frígilis le dijo que no hiciera nada de lo que se pudiera arrepentir, le dijo que tratara a su mujer como antes lo había hecho.
Mientras Frígilis fue a decirle a Álvaro que huyera de Vetusta para no dar lugar a mayores desgracias (un duelo por ej.). Cuando don Víctor entró en su casa se encontró como a un fantasma negro y peludo, era el Magistral, ambos estuvieron hablando de lo mismo, de la infidelidad de su mujer. Don Fermín le metió el dedo en la llaga hablando le de limpiar su honor, de venganza, aunque añadiendo la coletilla de que no debía hacerlo por la religión (lo que la religión le podía importar a don Víctor en ese momento...). La Regenta seguía sin saber nada de lo que estaba planeando su marido. El Plan era un Duelo entre don Víctor y Álvaro. Todos hablaban de lo mismo en el casino. Llegó el día del duelo, don Víctor pensaba dispararle en la pierna sin matarlo, pero al darle en la pierna don Álvaro sin pensárselo le disparó en sus partes, dejándolo mal herido, sin que el médico Bermúdez pudiera hacer nada murió a las pocas horas.
Álvaro se marchó, huyendo por lo que había hecho. Frígilis le contó a Ana que su marido estaba herido debido a la caza, aunque en verdad estaba muerto, Ana no se lo creyó, se imaginaba que a su marido le había pasado algo. Pensó que estaba muerto. Ana se enteró de todo cuando Álvaro le escribió una carta contándole todo lo que había ocurrido. Ana cayó desmayada y atónita. Se pasó un mes enferma en la cama. Frígilis, para ayudar a la mujer de su mejor amigo se fue a vivir a casa de los Ozores. Mientras la gente de Vetusta habló todo lo que quiso acerca de que Frígilis se fuera a vivir con Ana.
Ana al cabo de un largo tiempo se decidió a salir de la casa, para dirigirse a la catedral como hacia antiguamente, pero para ver si de nuevo encontraba el consuelo a través de la religión. El Magistral estaba confesando, se encontró asombrado al ver allí a su amor, él le tendió el brazo, con cara de asesino. Ana sintió miedo no pudo pedir socorro, tuvo miedo y retrocedió pero quedó desmayada, el Magistral se marchó dejándola tirada en el suelo, y Celedonio al encontrase a la Regenta desmayada la besó en los labios, esta sintió que la besaba un frío y asqueroso sapo.
La Regenta
La complejidad de La Regenta
LA Regenta es la historia de cómo unos personajes, inconformes con su mundo desean trascenderlo y son vencidos en el intento. La Regenta posee un enorme complejidad. Podríamos 3 planos de complejidad conflictiva:
Conflictos sociales:
Vetusta, como sociedad de transición entre el Antiguo Régimen y luchas internas. Destaca una sociedad en la que la revolución burguesa ha dejado cimientos del Antiguo régimen.
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La Iglesia muy jerarquizada, y revuelta por intrigas internas, acepta la Restauración, al tiempo que trata de prolongar el antiguo régimen.
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La aristocracia que sigue unos aspectos disciplinados de clase católica
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Las clases medias: destaca una alta burguesía y una pequeña burguesía
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El proletariado que suele vivir al margen de los problemas. Otro subgrupo que aparece en la novela es el de los preavos monaguillos y pilluelos callejeros. En la Regenta tambien hay que destacar un convencionalismo:
En La Regenta también hay que destacar un convencionalismo:
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La Regenta o la honradez y el aislamiento desdeñoso
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El Magistral o la ambición de poder personal
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Frígilis y Camocirán? viven en un mundo aparte y se inhiben de esta sociedad lo que les salva de ser víctimas.
También vemos personajes que están frustrados ante la sociedad como ocurre con:
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Saturnino Bermúdez: La sexualidad reprimida
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Carmenes: La impotencia artística
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Visita (o Visitación ?): La insatisfacción social y amorosa
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Ronzal: La bestia que aspira a señor
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Mesía (Alvaro): La vejez impotenciadora
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Obdulia: La sexualidad sin refinamiento
...
También hay que destacar la descripción de Vetusta: geográficamente bien diferenciada: ambiente gris, lluvia continua, callejas estrechas y sucias en el barrio viejo y con casas pomposas en el barrio nuevo.
También hay que destacar la naturaleza ya que hay momentos de Ana, de Víctor, de Frígilis que transcurren en el campo.
Los conflictos del yo
Cada personaje vive su personal frustración:
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Ana Ozores, la Regenta: hay toda una serie de conflictos.
Por un lado es una desclasada, como hija de aristócratas que traiciono su clase en todos los frentes
Por otro lado Ana presenta una gran falta de pasión familiar, su padre no supo compensar la falta de una medre y encima su institutriz subrayó más su angustia hacia la falta de su madre
La Falta de hijos
Acusaciones que recibe desde niña por su relación con Germán en la barca
Ana tiene una experiencia de soledad moral
Ana tiene una gran tendencia al misticismo. Ana se mueve en una serie de acciones y reacciones que la hacen ilusionarse. Una vez adulta intenta compensar sus tremendas insatisfacciones bien por el misticismo (don Fermín) o bien por el erotismo (Alvaro Mesía). Estas dos son vías para escapar del rechazo de la realidad, del mundo cotidiano de Vetusta.
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El Magistral, Fermín de Pas: Se da con enorme fuerza el impacto del pasado sobre el presente. Y todo para compensar el gran sacrificio del pasado, ese gran agujero negro de la mala conciencia, en que Fermín se siente redimido de la miseria a costa de la condenación de su madre.
Paula, madre del Magistral: vive constantemente alerta en cuanto a los deseos carnales de su hijo. Hasta tal punto esta Fermín dominado por su madre, ala que por otra parte ama, que es impotente para rebelarse.
Se siente encerrado en Vetusta, su carrera se estanca , desprecia a los vetustenses. Y es cuando aparece Ana la más bella mujer, es cuando empieza a amar a Ana. Pero Fermín busca el equilibrio, por un lado no puede rebelarse ante su madre y el otro es la unión espiritual con Ana. Hasta que Ana lo lleva a llegar a desearla sexualmente.
Ana tiene sueños eróticos y Fermín lo sabe, Ana sufre una insatisfacción sexual y Fermín lo sabe. Ana necesita amor y Fermín anhela serlo todo para ella, ve que su deseo cada vez crece más y tiene que reconocer que lo que siente por Ana es amor, que la quiere como esposa.
Se rebela contra la sotana, pero no se rebela con su madre, es un cobarde.
Se limita a vivir dolorosamente, desgarradamente su impotencia.
El ahora le hará daño a Ana, a Mesía y a todos. No puede librarse de las cadenas de su cárcel, Fermín nunca ha sentido a Dios, es más ateo que don Álvaro.
Él busca la venganza, traiciona a Ana.
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Don Álvaro: Es el símbolo de la vida vetustense, tiene sabiduría, es caballero...
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Don Víctor y don Pompeyo. Son dos románticos retrasados, dos idealistas ingenuos y grotescos. Don víctor no vive en la realidad, vive en un mundo de cartón piedra, de comedia de capa y espada, de redondillas, grandes gestos y duelos. Don Pompeyo tampoco vive en la realidad, una realidad prosaica. El ateo de Vetusta, combate por imponer el ateísmo, cree ser una figura viviente y es una figura ridícula. Víctor no comprende el drama de su mujer ni quiere comprenderlo. Pero lugo don Víctor descubre o vive el drama de honor con el que tanto había soñado.
Los demás personajes se agrupan en torno a dos bloques, en torno al Magistral y en torno a Ana
En torno al Magistral
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doña Paula (madre) y Teresina (criada) en el núcleo familiar
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Camoirán, Glocester, don custodio, Rupamildu, Celedonio ... en el núcleo clerical
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Carraspique, Paez, Olvido, el grna Constantino, Santos Barinaga... en el núcleo social
En torno a Ana (la Regenta)
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Don Víctor (marido), Petra (criada) y Frígilis (amigo del marido) en el núcleo familiar
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Mesía, el Marqués y la marquesa (de los que a su vez dependen Obdulia, Visita, Pedro, Paco, Vegallana, Orgaz, Saturnino Bermudez, Edelmira), y Somoza, todos ellos en el núcleo social.
Confictos entre los personajes:
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Entre álvaro y Fermín que luchan por Ana y por el poder. Ambos son de poderes políticos
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También el Magistral y el Arcediano Glocester se enfrentan por el poder
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J. Orgaz y Petra: Luchan por la ascensión social individual.
Espacio en La Regenta
Se nos ofrece como un mundo abierto y vivo donde aparecen una serie de individuos con sus pasiones y frustraciones a cuestas.
La Regenta es la crónica de una ciudad, de sus habitantes y sus costumbres
Donde destacan calles, plazas, barrios, iglesias...
La Regenta refleja la época de la Restauración. Vetusta está formada por un gran convencionalismo como vemos cuando Fermín observa toda Vetusta desde la torre de la catedral.
Hay que destacar una gran atmósfera de erotismo, sensualismo: La piel de tigre de Ana, sus sábanas...
En los 15 primeros capítulos transcurren tres días donde se da a conocer gran parte de Vetusta y de los personajes y su pasado.
La gran parte de la novela se desarrolla en el espacio de la “Encinada” pero el espacio novelesco es inmenso.
El espacio, como ya hemos visto, lo constituye a través de los personajes, pero en otras ocasiones este espacio se independiza y queda reflejado en cuadros de costumbres.
Algunos de los cuadros de costumbres son por ejemplo, la vida en le casino, en le teatro, la misa de gallo en la catedral, escena de paseo....
Tiempo en La Regenta
Destaca el tiempo de todos los santos, semana Santa, primavera, otoño, verano, excursiones...
El tiempo y el espacio están bastante distantes e inmensos
Estructura, partes de La Regenta I/II (temas)
Hay una gran diferencia entre la primera parte y la segunda parte.
Primera parte:
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En la 1ª parte apenas sucede nada, es un parte estática, morosa, descriptiva de años anteriores (de personajes)
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Confesión de Ana, pasado de Ana, situación de Ana en Vetusta, estudio de la Vetusta burguesa del casino.
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Figura de Fermín, lo define, lo describe, infamia de algunos personajes.
Segunda parte:
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El autor se centra en el hilo narrativo esencial, vaivén de Ana entre deber y deseo, entre amor y sacrificio.
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Se van desarrollando más los caracteres de cada personaje. Álvaro - Ana , Ana - Fermín ....
Estructura:
Se divide en tres rasgos estructurales:
La primera escena de la novela ocurre en octubre
En la catedral protagonizada por Celedonio
Y la última escena también ocurre en octubre, también en la catedral.
Personajes:
Los personajes se rigen por una rígida jerarquía social.
No son personajes arquetipos.
1. Presencia de rasgos físicos
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Visitación, siempre lleva una golosina en la boca
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Marquesa, siempre aparece tumbada
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Edelvira, destaca su robustez aldeana y propensa a los sofocos
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Petra, rubia de carnes fuertes y blancas, excitada, encendida, chispeante.
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Teresina, tiene el rostro pálido y los ojos de dolorosa
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Doña Paula: (madre del magistral) huewsuda, alta, aspera, mal conformada
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Magistral: cruzarse de manos en la zona del vientre, enrojecer fácilmente
2. Individualización de personajes, vestidos
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Obdulia: lo aparatoso, espectacular, limpísimo.
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Visitación: bajos de la ropa interior
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Magistral: impecable y elegantisimo
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Camoirán: Anda hecho un desharapado
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Ronzal: Imita a Mesia
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Frígilis: Viste de campesino
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Víctor: Viste como un actor de teatro el cual se caracteriza por su hablar como teatra Lerna
3. Formas de hablar
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Mesía (Alvaro): Lenguaje técnico - amoroso al que se reduce a términos groseros
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Ana: nunca expresa, es decir, nunca consigue lo que quiere expresar, no reconoce sus sentimientos
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Magistral lenguaje inteligente, claro, sistemático.
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Saturnino; Retórica academicista, barroca.
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Se intenta expresar a través de los personajes el espacio novelesco, de Vetusta. Vetusta surge de la imagen que vemos reflejada en los Marqueses, Visita, Obdulia...
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Ana, la Regenta:
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Tiene un gran complejo de víctima. Ana se pasa una vida autocompadeciendose, exigiendo la compasión de los demás, Ana sólo habla de sus problemas, de sí misma, de sus alegrias, ideales, tristezas...
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Ana nunca se entrega definitivamente a su cambio de vida, por eso tarda tanto en aceptar el adulterio. Su miedo a la aventura real. De vez en cuando compara a Mesía (Álvaro) y a de Pas (Fermín).
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Mesía (Alvaro): Es el héroe prosaico, es bello, positivo, eficaz, sabe sacar partido a todo. Es el jefe del partido liberal, no cree en nada. Mata a don Víctor por miedo ya que no quería matarlo. Viene a se un don Juan.
Mesía, Ana y Fermín son los personajes de más importancia en la novela, el resto de personajes se puede englobar en conjunto como vetustenses.
Los dos personajes que apenas intervienen en la novela son:
- Frígilis y Camoirán: Representan un vitalismo sano, basándose en la naturaleza. Frígilis no sabe como evitar la muerte de su amigo don Víctor. Y cuando se decide para ayudar a Ana es tarde. Camoiran se centra en la religión, caridad y solidaridad. No puede hacer nada frente al carácter del Magistral y el de su madre.
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Enviado por: | Carmen Cgv |
Idioma: | castellano |
País: | España |