Antropología
La Reencarnación
La Reencarnación
Dado el interés que para mí reviste el tema e indagando acerca de él, he tratado de interiorizarme en todo lo que abarca la reencarnación, y aún cuando acepto que dada amplitud del mismo pasarán muchos años más para lograr un conocimiento profundo acerca de la reencarnación, sin duda todo lo que hasta hoy conozco me hace tener la convicción plena de que sólo una experiencia de vida sería escasa para todos el potencial que como seres espirituales tenemos
En el siguiente trabajo me voy a basar principalmente en autores de libros que entienden perfectamente del tema, además de los conocimientos que tengo acerca de la reencarnación. Los autores son Brian Weiss con sus libros A través del Tiempo, Muchas vidas, muchos maestro y Lazos de amor, otro libro es Descubra sus vidas pasadas por Glenn Williston y Judith Johnstone.
Durante los últimos 20 años, tan gradualmente que apenas nos hemos dado cuenta, los de la sociedad occidental hemos sufrido una especie de revolución en la conciencia. Existe ahora toda una generación de jóvenes que han crecido leyendo y oyendo hablar con regularidad de experiencias de regresos de la muerte, regresiones a vidas pasadas, viajes fuera del cuerpo, apariciones de personas muertas y otros fenómenos notables de la vida espiritual. A diferencia de nuestra cultura occidental, en oriente es parte de su lenguaje común y desde siempre hablar de la reencarnación.
Lo que ocurre, según creo, es que nos estamos abriendo colectivamente, en nuestro interior y entre nosotros, a estados de conciencia alterados que nuestros antepasados de tiempos remotos conocían bien, pero que hemos suprimido a cierta altura del desarrollo de nuestra civilización, descartándolos por supersticiosos y hasta demoniacos.
En mi opinión, existe una posibilidad de que este desarrollo pueda ser de gran beneficio a la humanidad, ya que muchos especialistas en el tema han comprobado que cuando practican una regresión a algún paciente por medio de la hipnosis, estos logran curar cualquier problema psicológico o físico que en esta vida los atormenta.
Hay muchas personas que regresan de la muerte y dicen que en todos los últimos momentos de su vida terrenal descubrieron que lo más importante que podemos hacer mientras estamos aquí es aprender a amar.
Creo que sobretodo en esta época de difusión electrónico mundial, es posible que podamos provocar una renovación espiritual, en la que gente del mundo entero se una en el amor y la paz, mediante la propagación de técnicas que han desarrollado, a través del tiempo, distintos psicólogos.
El concepto de la reencarnación consiste en que nuestro espíritu sale del seno de Dios a experimentar para luego volver al padre como un ente creador; a través de las reencarnaciones se experimenta la ley del karma (causa y efecto) porque se debe aprender a dar amor a todos nuestros semejantes utilizando una herramienta única: “el libre albedrío”. Cada uno de nosotros debe experimentar todos los sentimientos como el odio, rencor, etc. hasta llegar a amar a la persona con quien se haya experimentado aquellos sentimientos. Cada uno decide cuando.
El resultado de esta creencia es que cada uno de nosotros es personalmente responsable de sus acciones y sus consecuencias. La verdad es que, de la certeza de que no somos peones del destino, sino que somos libres para crear las vidas que deseemos, entonces surge una gran sensación de libertad.
Antes de seguir hablando acerca de la reencarnación, me parece oportuno comentar desde cuando se tiene conocimientos sobre este tema. El Dr. Brian Weiss, en su libro A través del tiempo (pág.45-47), explica las raíces de la reencarnación: “...En realidad no podía creer que, durante milenios de historia de las religiones occidentales, nadie hubiera escrito sobre experiencias como la mía. Yo no podía ser el primero en recibir esa información. Más adelante descubrí que tanto en el judaísmo como en el cristianismo las raíces de la creencia en la reencarnación son muy profundas...”.
La reencarnación es conocida, desde hace miles de años, en el Judaísmo como una creencia fundamental. El gilgul (reencarnación), hasta 1800 o 1850 fue una piedra fundamental para la fe judía. Esta creencia hasta esa época era muy común para los judíos, época en la cual Europa Oriental necesitaba “modernizarse” y ser aceptadas por el orden occidental, específicamente científica.
En las comunidades Ortodoxas y Jasídicas mantienen la fe en la reencarnación hasta el día de hoy.
La literatura judía mística de muchos milenios atrás, llamada la Cábala, está llena de referencias a la reencarnación.
El gilgul e resumido por el rabino Moshe Chaim Luzzatto en su libro The Way of God como “una sola alma puede reencarnar varias veces en diferentes cuerpos, y de esta manera, rectificar el daño hecho en encarnaciones previas”.
En el caso del cristianismo, hasta el siglo IV, la reencarnación era una creencia aceptada en su religión y respetadas por todos, pero el emperador Constantino borró del Nuevo testamento, cuando el cristianismo se convirtió en religión oficial del Imperio Romano, esta creencia porque este concepto de reencarnación amenazaba la estabilidad del imperio, ya que los ciudadanos creían tener otra oportunidad de vivir, por lo que no respetaban y obedecían las leyes promulgadas por el emperador.
En el siglo VI, en segundo Concilio de Constantinopla, respaldó la decisión de Constantino y declararon la reencarnación como herejía. Constantino y la iglesia temían que la idea de tener vidas anteriores debilitara y socavara su creciente poder, brindando a los seguidores mucho tiempo para buscar la salvación. Ellos aseguraban que para que los ciudadanos actuaran bien y tengan conductas correctas, era necesario el látigo del Juicio Final.
Además de la Era Cristiana Primitiva, otros padres de la iglesia como Orígenes, Clemente de Alejandría y San Jerónimo, aceptaban la reencarnación al igual que los gnósticos. En el siglo XII, los cátaros cristianos de Italia y sur de Francia, sufrieron grandes brutalidades por creer en la reencarnación.
Los cátaros, gnósticos y cabalistas además de creer en la reencarnación, creían que la experiencia personal directa, más allá de lo que vemos y conocemos con nuestra mente racional o por lo que nos enseña una estructura religiosa, es una gran fuente de sabiduría espiritual. Y esta experiencia personal directa f0omenta poderosamente el crecimiento espiritual y personal. Lamentablemente, como podían ser seriamente castigados por las creencias no ortodoxas, esos grupos aprendieron a mantenerlas en secreto.
De todo esto podemos concluir que las represiones de las enseñanzas y creencias sobre vidas anteriores o la reencarnación, no han sido espirituales, sino que más bien política.
A pesar de todo lo que aconteció en ese entonces, los psicólogos, psiquiatras e incluso las personas ajenas a algún estudio de éstos, se han interesado en el tema y han incursionado mucho más en éste, dándose cuenta que la regresión a vidas pasadas puede curar y transformar la vida. También las personas se vuelven mejores, más útiles como miembros de una sociedad y una familia, con mucho más que ofrecer.
La exploración de vidas pasadas está, por supuesto, basado en el concepto de la reencarnación, según el cual el alma reaparece en una serie de vidas correspondientes al mundo físico para ir enriqueciéndose hasta alcanzar la madurez total.
Otra de las respuestas más profundas que proporciona la regresión a vidas pasadas es la eliminación del miedo a la muerte. Hay muchas personas que le tienen miedo al hecho de que al morir dejen de existir. Es por esto en la regresión, la muerte se experimenta como un distanciamiento del momento final de la vida sin sufrimientos en el que normalmente la persona adopta una forma espiritual para observar la actividad que rodea su cuerpo, del que él o ella acaban de salir y sí el recuerdo de una o más experiencias en donde esa persona consciente se da cuenta que anteriormente ha muerto y ha pasado a otra vida sin dolor y sin dejar de existir, se recupera de esa fobia que vivía en él o ella permanentemente.
Entre el nacimiento y la muerte hay vida; y entre la muerte y el nacimiento también. Existe un mundo intermedio del cual muchas personas que han experimentado las regresiones, las describen como un estado de plenitud y de paz.
Brian Weiss, en el libro Muchas vidas, Muchos maestros (pág.92-93), alude mediante una regresión practicada a una mujer llamada Catherine acerca del mundo intermedio:
“...Hubo una pausa larga.
-¿Tienes algún pensamiento sobre la vida que acabas de abandonar?.
-Eso es para después. Por el momento sólo siento paz. Es un tiempo de consuelo. La persona debe ser reconfortada. El alma... aquí el alma encuentra paz. Se dejan todos los dolores físicos atrás. El alma está apacible y serena. Es una sensación maravillosa... maravillosa, como si el sol brillara siempre sobre una. ¡La luz es tan intensa! ¡Todo viene de la luz! De esa luz viene la energía. Nuestra alma va inmediatamente hacia allí. Es como una fuerza magnética que nos atrae. Es maravillosa. Es como una fuente de poder. Sabe curar.
-¿Tiene algún color?.
-Tiene muchos colores. Hizo una pausa, descansando en la luz.
-¿Qué estás experimentando? - aventuré.
- Nada... Sólo paz. Una está entre sus amigos. Todos están allí. Veo a muchas personas. Algunas me son familiares; otras, no. Pero estamos allí, esperando...”.
En esta parte del libro nos podemos dar cuenta que existe un momento después de la muerte tan tranquilo y maravillosos que nos hace olvidarnos del dolor y de todo lo que hemos vivido en la Tierra. Además nos podemos dar cuenta que la muerte no es algo que debamos temer, sino que por el contrario, es algo que debamos esperar con tranquilidad, ya que sabemos que vamos a olvidar todo sufrimiento que podemos estar sintiendo.
Estamos tan habituados a los conceptos del tiempo y espacio que tenemos dificultades para comprender las dimensiones de una existencia sin tiempo ni espacio. Pensamos en el plano espiritual como un lugar separado y diferente a lo terrenal, con su estructura de tiempo lineal. Este “lugar” donde estamos a la espera de otra encarnación, es llamado por algunos autores Gran Siempre o Santo Sanctorium.
Como lo he mencionado anteriormente para poder saber sobre nuestras otras vidas es necesario someterse a regresiones, y éstas se logran mediante hipnosis.
La terapia de regresión es el acto mental de retroceder a una época anterior, cualquiera que sea, a fin de recobrar recuerdos que puedan estar influyendo negativamente, sobre la vida actual de la persona y que son, tal vez, la fuente de sus síntomas. La hipnosis permite a la mente cruzar las barreras de la conciencia para aprovechar esa información.
La hipnosis es una técnica que se utiliza para ayudar a las personas en el acceso a recuerdos de vidas pasadas. Ésta es un estado de concentración enfocada del tipo que mucho experimentamos todos los días.
Estar hipnotizado no es estar dormido. La conciencia sabe siempre lo que uno experimenta mientras se está hipnotizado. Tenemos siempre control sobre lo que decimos. Algunas personas, durante la hipnosis, contemplan el pasado como si estuvieran viendo una película. Otros participan más vívidamente, con reacciones más emotivas. Hay personas que “sienten” las cosas, más que “verlas”. A veces, la reacción predominante es la de oír y hasta de oler. Después la persona recuerda todo lo experimentado durante la sesión de hipnosis.
Cuando se ven y experimentan las razones centrales, cuando se las comprende y resuelve, los síntomas desaparecen. Las enfermedades mejoran. La astilla ha sido arrancada y el dolor ya no existe. No hay necesidad de proyectar, de defender y anestesiar, de utilizar drogas, de seguir enfermos. Tal vez por eso la terapia realizada en ese estado, desde una perspectiva más alta, parece ser sumamente efectiva. El aprendizaje se produce a un paso muy acelerado. A veces no es necesaria siquiera la regresión a la infancia o a una vida pasada. Cuando se hace terapia en un estado relajado, meditativo, más “elevado”, el aprendizaje, la asimilación y la mejoría suelen producirse con bastante celeridad.
En muchas regresiones practicadas a personas, se ha podido comprobar que éstas se encuentran en todas las vidas pasadas pero en distintos roles. Por ejemplo una persona que en esta vida tiene un hermano, ese hermano en otra vida fue su padre, o sea todas las personas se relacionan y encuentran en cada vida.
Del mismo modo funciona el alma gemela. Tener un alma gemela significa, en realidad, compartir con otra alma muchas vidas, penas y alegrías, triunfos y desesperación, amor y perdón, enfados y perdones y, sobretodo, un infinito crecimiento. Un alma gemela suele ser alguien con quien sentimos un vínculo instantáneo en el primer encuentro, como si lo conociéramos desde hace mucho. En realidad, probablemente sea así. No hace falta tener una relación romántica con una persona para experimentar la satisfacción y la plenitud del vínculo con el alma gemela.
Podemos tener más de un alma gemela al mismo tiempo. Nuestra pareja en el amor puede completar nuestra alma en cierto sentido, pero también pueden serlo, en otros sentidos, el mejor amigo, el padre, la madre o un hijo.
A medida que crecemos por la interacción con nuestras almas gemelas, ascendemos por la escala de las vidas. Trascendemos viejos patrones, llegamos a experimentar plenamente el amor y el gozo y perdemos hasta el último vestigio de miedo y enojo. Con correr el tiempo, llegamos al punto en que podemos elegir, voluntariamente, entre renacer para ayudar a otros directamente a permanecer en la forma espiritual, para ayudarlos desde otro plano. Entonces ya no es necesario la reencarnación para el crecimiento emocional. Podemos pasar de este sendero de crecimiento al sendero de crecimiento por el servicio. Pero esto último ocurre después de muchas reencarnaciones y un aprendizaje intenso que nos permite “brillar” como seres espirituales
Así lo experimentó Brian Weiss en su libro Lazos de amor, en el cual dos personas que sin tener alguna relación entre ellos, supieron que se encontraron en vidas anteriores y ahora se volvieron a encontrar gracias a una regresión que Weiss les hizo a cada uno por separado y para tratar otros problemas totalmente distintos que los aquejaban.
Es cierto que es difícil no preguntarse si el recuerdo de una vida anterior no es una fantasía psicológica, para esto Brian Weiss responde basándose en su experiencia en el libro A través del tiempo (pág.62): “...siempre dentro de mi experiencia, la diferencia consiste en que, dentro de los sueños, tal vez un setenta por ciento de su contenido se compone de símbolos y metáforas; un quince por ciento, de recuerdos reales, y el último quince por ciento, de distorsión o disfraz. En cambio he descubierto que en el recuerdo de vidas pasadas las proporciones suelen ser muy distintas. Tal vez un ochenta por ciento consistirá en recuerdos reales, otro diez por ciento, en símbolos y metáforas; el diez por ciento restante, en distorsión o disfraz...”, “... De igual modo, un recuerdo de vida anterior puede tener una cualidad de “novela histórica”. Es decir: el núcleo importante de la verdad puede estar rellenado con fantasías, elaboraciones o distorsiones, pero la médula será un recuerdo sólido y exacto. El mismo fenómeno se produce en el material soñado y en las regresiones dentro de la vida actual...” (pág. 62-63).
La verdad es que no hace falta creer en las vidas previas ni en la reencarnación para que la regresión a vidas pasadas dé resultado.
Creo que hay que comprender que la vida no es sólo lo que tenemos a la vista, sino que va más allá de los cinco sentidos que todos tenemos y hay que aprender a investigar las vidas anteriores, sobretodo para sanar algún problema psicológico que no nos deja vivir en paz. Además debemos de aprender a vivir en plenitud, sin tener miedo a la muerte y cada uno busque la armonía y la paz interior, ofreciendo amar a los demás incondicionalmente.
Mi creencia en la reencarnación se basa fundamentalmente en que siendo Dios, en quien creo firmemente, un Padre amoroso, es imposible a mí entender que él otorgue sólo una experiencia de vida de gran opulencia para unos y de enorme pobreza para otros, de mucha salud para algunos y de limitaciones físicas para otros.
Creo entonces que nos son otorgadas innumerables experiencias de vida, tantas como sean necesarias para aprender. La espiral es siempre ascendente hacia el Padre y de cada experiencia de vida tomamos lo que debemos aprender y superar- sea éste egoísmo, falta de tolerancia, falta de perdón, humildad- valores netamente espirituales, pero que solamente se aprenden a través de la experiencia física de la vida.
Es más, creo que cuando nos encontramos entre vidas o Gran Siempre, se nos permite incluso escoger, con ayuda de seres espirituales y como parte de nuestro libre albedrío, la experiencia de vida que deseamos tener al encarnar, allí elegimos incluso las personas de quienes queremos rodearnos- familia, amigos, etc.- para cumplir de mayor forma el objetivo de esa vida.
Por ejemplo Conny Méndez en su libro Metafísica 4 en 1 al hablarnos de una de las reencarnaciones del maestro Sain Germain nos cuenta que Roger Bacon que fue el nombre que tuvo en esa vida escogió vivir como hijo en el hogar de un rico granjero, lo que le iba a permitir dedicarse a estudiar todo lo que se le antojar, pues nació con una gran avidez por los estudios. Su padre a la vez al descubrir que su hijo no le ayudaría en las tareas de la tierra, pues lo único que lo atraía eran los estudios, se dio ante los hechos y lo llevó donde un cura. Al dedicarse a ser cura Franciscano pudo hacer lo que era su objetivo de vida en ese momento, estudiar incansablemente.
Todas las experiencias de vida son necesarias, pues sólo a través de ella podemos aprender. Cada uno de nosotros crece espiritualmente sólo a través de la propia experiencia. Las vivencias son para quien las tiene, los demás son sólo meros espectadores o actores, pero es el individuo quien graba a fuego en su alma cada situación, sea esta positiva o negativa.
La idea de todo esto es aprender la ley universal que es la de Dios y lo que él nos pide es amarnos incondicionalmente para así amar al resto y así vivir en armonía con todas las personas.
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Enviado por: | Marcela |
Idioma: | castellano |
País: | Chile |