Imagen, Audiovisuales y espectáculos
La naranja mecánica; Stanley Kubrick
ÍNDICE
FICHA TÉCNICA E INTRODUCCIÓN
BIOGRAFÍA Y FILMOGRAFÍA DE STANLEY KUBRICK
SINOPSIS ARGUMENTAL
ESTRUCTURA DEL FILM
ANÁLISIS DE LA PELÍCULA
CONCLUSIÓN
CURIOSIDADES
BIBLIOGRAFÍA
FICHA TÉCNICA E INTRODUCCIÓN
Título en español: La Naranja Mecánica.
Título original: A Clockwork Orange US (1971)
Duración: 137 minutos
Color
FICHA ARTÍSTICA | FICHA TÉCNICA |
Malcolm McDowell Alex Patrick Magee Sr. Alexander Michael Bates Guardia jefe Warren Clarke Dim Adrienne Corri Sra. Alexander Carl Duering Dr. Brodsky Paul Farrell Hobo Clive Francis Lodger Miriam Karlin Mujer del gato James Marcus Georgie Aubrey Morris Deltoid Godfrey Quigley Alcaide Sheila Raynor Madre Madge Ryan Dr. Branom Anthony Sharp Ministro de Interior Philip Stone Padre de Alex Pauline Taylor Psiquiatra Steven Berkoff Constable Lindsay Campbell Inspector Michael Tarn Pete | Productor Stanley Kubrick Director Stanley Kubrick Guionista Stanley Kubrick Cámara John Alcott Editor Bill Butler Compositor Walter Carlos Diseño de producción John Barry Director artístico Russell Hagg Peter Shields Vestuario Milena Canonero Maquillaje Freddie Williamson Barbara Daly BASADA EN LA NOVELA DE ANTHONY BURGESS |
El objetivo de este análisis es el conocimiento más profundo del filme analizado. En mi caso la película elegida ha sido La naranja mecánica dirigida por Stanley Kubrick y protagonizada por Malcolm McDowell. A lo largo del comentario analizaré diferentes aspectos interesantes del filme.
El primer paso será fructífero para acercarnos un poco más a la vida fílmica del director de la película, unos de los grandes hitos y mitos de la historia del cine. Autor de grandes películas que pasarán a los libros de historia del cine.
Tras haber conocido mejor al autor intentaremos conocer mejor la película, para ello nos ayudaremos de una pequeña sinopsis argumental para recordar la temática del filme a aquellos que no la recuerden con claridad. Aún así para una mejor comprensión del comentario es necesario haber visualizado con anterioridad el texto fílmico.
A partir de este momento nuestro trabajo consistiré en ir desglosando la película para una mejor comprensión de las intenciones del director y creador. En este apartado analizaremos la película mediante la estructura y los recursos expresivos y narrativos utilizados por Kubrick.
Para finalizar con el análisis recogeré una serie de curiosidades que se pueden ver al o largo del filme, así como comparaciones con otras películas del mismo director.
BIOGRAFÍA Y FILMOGRAFÍA DE STANLEY KUBRICK
Stanley Kubrick nació el 26 de julio de 1928 en el Bronx, Nueva York. En 1951, a los 23 años, Kubrick usó sus ahorros para financiar su primer film, un documental de 16 minutos sobre el boxeador Walter Cartier, que había sido objeto de uno de los trabajos periodísticos que le había asignado la revista Look. El hombre que se lo alquilaba le enseño a utilizar el equipo, actuando Kubrick como director, fotógrafo, montajista y sonidista. El día de la pelea (Day of the fight) fue comprado por la RKO para su serie "Esto es América" y se exhibió en el teatro Paramount de Nueva York, dejándole a Kubrick un pequeño beneficio. Poco después, Kubrick deja su trabajo en la revista Look para dedicarse a filmar tiempo completo.
La RKO le adelanta dinero para que filme un documental de corta duración para sus series Pathé Screenliner. Llamado Padre volador. En 1953 fue contratado por la Unión de Marinos Internacionales para dirigir y fotografiar un documental industrial de 30 minutos. Fue el primer film de Kubrick en colores. Se llamó Los marinos (The seafarers). Ese mismo año, consiguió 13 mil dólares de sus parientes para realizar su primer largo llamado Miedo y deseo (Fear and desire), que filmó en la montaña San Gabriel, cercana a Los Ángeles, con un equipo de menos de 10 personas.
Miedo y deseo es el único film de Kubrick que no puede conseguirse en video ni para distribución en salas de cine, y él mismo Kubrick ha sido el responsable de ello.
En 1955, Kubrick consiguió reunir 40 mil dólares de amigos y parientes y filmó su segundo largometraje: El beso del asesino (Killer´s Kiss). Pudo vender el film, de 64 minutos, a la United Artists para que lo distribuyera mundialmente. En 1956, Kubrick y su amigo James B. Harris fueron a Hollywood a hacer su primer película de estudio, Casta de malditos (The Killing), basada en una novela, con un presupuesto de 320 mil dólares, y un elenco de notables actores de reparto.
Tras Casta de malditos, Kubrick y Harris fueron contratados por Dore Schary, el jefe de producción de la MGM, para desarrollar proyectos que la empresa tenía. El proyecto que siguió fue la adaptación que Kubrick, Willingham y Jim Thompson escribieron de la novela Paths of Glory (Senderos de gloria, título original de La patrulla infernal). Kirk Douglas aceptó protagonizarlo. Terminó siendo el primer clásico de Kubrick, y a menudo se la recuerda como una de las mejores películas que se han hecho sobre la guerra.
En 1959, Kirk Douglas estaba produciendo Espartaco (Spartacus). El director original, Anthony Mann, había sido despedido a las dos semanas de comenzada la producción y Douglas le ofreció a Kubrick el trabajo, y éste lo aceptó. El film fue el primer éxito de taquilla de Kubrick y recibió la atención de la Academia de Hollywood.
El siguiente proyecto que Kubrick y Harris llevaron a cabo fue Lolita, basado en la controvertida novela de Vladimir Nabokov. A fines de la década del 60 Kubrick se mudó a Inglaterra y desde entonces realizó todos sus films allí.
Después de Lolita, Harris y Kubrick terminaron su sociedad. Fascinado con "el delicado equilibrio de terror" propio de la Guerra Fría que halló en la novela Alerta Roja (Red alert), Kubrick la adaptó transformándola en la comedia satírica Dr. Insólito (Dr. Strangelove). Esta vez Kubrick tuvo un éxito propio, el film recibió la aclamación crítica y nominaciones para el Oscar.
Inspirado por el relato de Arthur C. Clarke llamado El centinela, Kubrick y Clarke comienzan a escribir un esbozo de lo que sería 2001: una odisea del espacio en abril de 1964. Hoy día, 2001 está considerado como uno de los mejores films de la historia del cine.
Fue entonces cuando Kubrick adaptó la novela La naranja mecánica (The clockwork orange) para la pantalla. A pesar de su calificación X en los Estados Unidos, el polémico film fue un gran suceso y le mereció 3 nominaciones para el Oscar: como adaptador, director y productor. En Inglaterra debió ser retirado de circulación por Kubrick y la Warner Bros., debido a que una pandilla violó a una mujer mientras sus integrantes cantaban el tema musical "Cantando en la lluvia".
Después creó Barry Lyndon, una historia situada en el siglo XVIII, escrita en el XIX por William Makepeace Thackeray.
En 1980, El resplandor (The shining), basada en una novela de Stephen King.
Pasaron otros 7 años hasta que Kubrick estrenó Nacido para matar (Full metal jacket).
A mediados de 1995 la Warner Bros informó que Kubrick estaba aún ocupado en la preproducción de la muy compleja AI, pero que podía realizar primero un film llamado Eyes wide shut, interpretado por Tom Cruise y Nicole Kidman. En marzo de 1996 comienza el proceso de preproducción del film, que terminará de rodarse en 1998, rodeado del más profundo secreto, tras estar los protagonistas un año recluídos en Inglaterra bajo las órdenes del director y afrontar varios cambios en el rodaje (Harvey Keitel por Sidney Pollack, Jennifer Jason Leigh por Marie Richardson). El film fue escrito por Kubrick y el escritor Frederic Raphael, y se basa en un viejo proyecto en el que Kubrick había pensado tras finalizar el rodaje de La naranja mecánica, la adaptación de la nouvella de Arthur Schnitzler llamada
Traumnovelle.
El 8 de marzo de 1997 el Director´s Guild of America recompensó a Kubrick con su más alto honor, el premio David Ward Griffith. En septiembre del mismo año, se le concedió el León de Oro a la trayectoria en el Festival de Venecia.
El 7 de marzo de 1998 Kubrick muere en su casa de campo cercana a Londres de un ataque al corazón mientras duerme.
El 9 de marzo, la Warner libera un trailer de Eyes Wide Shut con Nicole Kidman y Tom Cruise desnudos que satura las páginas de Internet que lo exhiben y debe ser pasado con censura electrónica por los canales de televisión.
SINOPSIS ARGUMENTAL
Alex, un joven conflictivo que vive en la Inglaterra del futuro sale cada noche con sus drugos a perpetrar crímenes, actos violentos y violaciones, a ritmo de Beethoven y leche del Voloko Bar. Alex es el jefe de la banda y sus tres amigos hacen lo que él les aconseja. Pero un día pretenden revelarse a lo que Alex responde demostrando su autoridad en el grupo.
En una de las noches de juerga violenta Alex es traicionado por sus amigos y le captura la policía.
Pasa una temporada entre rejas hasta que se informa de un nuevo tratamiento que el Gobierno está desarrollando para recuperar a los criminales, aún está en fase de prueba y necesitan un conejillo de indias. Alex se ofrece voluntario para probar el Tratamiento Ludovico. Durante el tratamiento el protagonista sufre intensos dolores y arcadas, llega hasta al punto de odiar a Beethoven, su artista favorito.
Tras unas duras semanas de tratamiento Alex está curado y listo para reintegrarse en la sociedad a la que antes maltrataba. Pero las cosas han cambiado. En su familia hay un nuevo miembro que hace que el tenga que abandonar su hogar, sus amigos y compañeros de fechorías se han convertido en policías corruptos que le humillan y golpean hasta que pierde el sentido y cuando al fin consigue que alguien le ayude resulta ser una de sus víctimas que le reconoce y tortura como castigo por haber sido el responsable de la muerte de su esposa.
Alex ingresa en el hospital donde comienza a ser el mismo de antes, su familia le pide perdón y el Gobierno pone todo de su parte para que Alex no vea que el fallo ha sido de ellos.
ESTRUCTURA DEL FILME
El esquema que presento a continuación resume lo que yo considero la columna vertebral de la película. Podrían otras muchas maneras de estructurar el filme, ya que es un guión con una historia compleja y que no tiene una triple división clara de momentos importantes que conducen el hilo argumental, como la mayoría de las películas.
PRESENTACIÓN
Créditos y arranque
Presentación
Noches de ultra violencia
Paliza al anciano
Pelea con Billy Boy
Viaje en el Durango 95
Violación
Vuelta al Moloko Bar
Alex vuelve a casa
El responsable de conducta
Tienda de discos
Sexo sin tapujos
DESARROLLO
Problemas con los drugos
Encuentro en casa de Alex
Alex deja las cosas claras
Todo vuelve a ser como antes
Alex es traicionado
Alex encarcelado
Comisaría
Llegada a la cárcel
Misa en la prisión
Alex planeando su salida
Atisbo de libertad
Salida y tratamiento
Despacho del director
Alex en el hospital
Tratamiento Ludovico
Información
Comienzo
Más información
Continúa el tratamiento
Alex está curado
La nueva vida de Alex
Regreso a casa
El ojo por ojo
La venganza de los ancianos
La venganza de los drugos
La venganza del escritor
Acogida en casa del escritor
Alex se descubre
Utilizando a Alex
La endemoniada 9ª sinfonía
DESENLACE
Hospital
Recuperación progresiva
Titulares
Alex no perdona
Vuelta a la normalidad
El Ministro negocia la tranquilidad del gobierno
Alex está curado
ANÁLISIS DE LA PELÍCULA
Lo primero que hay que aclarar es que el grupo de amigos de Alex no utilizan un lenguaje normal. El lenguaje que utilizan se llama Nasdat, son palabras rusas que el autor del libro acercó al inglés para una mejor comprensión. Más adelante pondré unos ejemplos del lenguaje de Alex y sus drugos.
La película comienza con la pantalla en rojo, antes de proyectar ningún texto el rojo permanece inmóvil durante unos segundos. Esto consigue crear una agresividad en el espectador que le hará meterse de lleno en el desarrollo de la película. Después tan sólo tres créditos antes del comienzo: pantalla en rojo con el nombre de la productora en letras blancas básicas, pantalla azul con el nombre del director en las mismas letras y pantalla roja con el nombre de la película con la misma tipografía. Muy célebre es el comienzo de “La Naranja Mecánica”, cuando Kubrick nos introduce al mundo que habrá de mostrarnos. Observamos un zoom out desde el ojo de Alex, el protagonista, quien tiene en uno de sus ojos una enorme pestaña postiza. Nos indica precisamente eso: la mirada subjetiva y algo bizarra del personaje, cuyo adorno -la pestaña- puede interpretarse como su visión propia y única del universo que le rodea. Observamos también que se encuentra rodeado de un grupo de “compañeros”, todos vestidos de blanco, dato curioso al tratarse de “delincuentes”, siendo que el color blanco está universalmente relacionado con la pureza. Y valga decir que estos personajes nada tienen de puros. Este dato se confirma al ver que beben leche, pero una leche con algún tipo de estimulante. Como sabemos la leche, aparte de ser blanca, está considerada como el alimento puro y maternal por excelencia. Esto nos quiere decir, desde ya, que el mundo que Kubrick nos presentará en su obra nada tiene que ver con las apariencias, es decir, postulando una especie de doble estándar que más adelante se evidenciará con mayor fuerza.
Los personajes extraen la leche que consumen cada noche del pecho de unas estatuas femeninas, lo que nos adentra aún más en la dimensión de lujuria que nos quiere mostrar el director.
La mirada de estos personajes, en especial la de Alex, tiene mucho que decir: es profunda, extremadamente pensativa y atractiva, cuya evolución será parte importante dentro de la historia y, en especial, del personaje principal.
Tenemos luego el brutal y cobarde ataque al ebrio anciano dentro de un túnel, un moderno túnel que parece ser extraído de un mundo futurista. Aquí tenemos otra contradicción: en una sociedad aparentemente ultra moderna, aún quedan extractos de marginalidad, tenemos a un pobre viejo borracho que simplemente no calza en el mundo desarrollado. Cabe preguntarse si es realmente posible un completo desarrollo, y si dicho desarrollo al que tanto aspiramos va en beneficio de todos o, simplemente, para algunos, lo que confirma que estamos en una sociedad “no apta” para todas las personas, en donde no todos tienen el privilegio de pertenecer de manera digna y justa.
Cuando este anciano es atacado por el grupo, notamos que éstos cometen su fechorías de manera bastante especial, entonando viejas canciones que nos confirman el alto grado de locura de estos jóvenes. El primer plano de Alex mientras habla con el viejo es magistral y muy famoso en el mundo del cine. El ataque nada tiene que ver con dinero, sólo es atacar por atacar, hacer daño por hacer daño, sin tomar en cuenta la debilidad de la víctima, de la imposibilidad de defensa que posee este anciano. Pero a los jóvenes no les importa. Con sus jocosos gorros y sus delicados movimientos, casi de ballet clásico, se deleitan con el sufrimiento de su víctima.
Posteriormente, se nos presenta otra contradicción. En un gigantesco teatro, o algo así, el grupo de “drugos” (palabra explícitamente relacionada con la droga), ve como una pandilla rival ataca salvajemente, al igual que ellos al anciano, a una hermosa joven. Ya la tienen desnuda y se disponen a ultrajarla. Pero esto les parece mal a los “drugos” quienes, más que ir en su defensa, buscan el enfrentamiento con la banda enemiga con el afán de “marcar territorio”.
Aquí observamos una maravillosa escena de pelea: nuevamente tenemos que los protagonistas se enfrentan en una batalla armónica, como danzando, pero con un salvajismo bastante particular, casi un goce sexual al luchar con la banda enemiga. Kubrick utiliza la cámara lenta para esta escena lo que aumenta su belleza y parece casi un baile clásico acompañado por la música clásica que tiene presencia en toda la película. No será la última vez que el director utilice el recurso de cámara lenta en la película, sobre todo para las peleas.
Mientras van conduciendo a toda velocidad su pequeño auto por una carretera, atropellando a seres indefensos como un pobre ciclista, volvemos a detener la atención en la mirada de Alex: su sed de destrucción aumenta cada vez más y nada parecerá detenerlo. Mientras más fechorías comete, más se excita, más crece el deseo de Alex por hacer daño.
Cuando el grupo de maleantes llega a la casa que posteriormente atacarán, lo hacen con un cinismo espectacular: Alex demuestra que es todo un caballero, psicópata, pero un caballero a fin de cuentas. Sus gustos son refinados y hasta los crímenes los comete con elegancia. Esto nos hace reflexionar que, en un mundo donde supuestamente está todo, algo pasa que algunos deciden simplemente salirse de toda regla. Tenemos un hogar moderno y burgués. Un reflejo de lo que aspira la sociedad. Un travelling horizontal nos muestra la casa a grandes rasgos. La mujer que atiende a Alex, que cae generosamente en la trampa de los jóvenes, está vestida de rojo. Podemos interpretar que es aquel rojo, aquel sexy traje, el que alimenta aún más la sed de lujuria de los malhechores.
Nuevamente el ataque de Alex y sus secuaces estará acompañado por disfraces jocosos: aquellas máscaras con narices largas nos vuelven a demostrar que esto no es más que una diversión para ellos. Es su pasatiempo, y apara llevarlo a cabo qué mejor que hacerlo de la manera más “entretenida” posible. Además como el protagonista dirá más adelante utilizan las máscaras para no ser reconocidos por las víctimas posteriormente.
El escritor dueño de la casa, un viejo malhumorado concentrado en su literatura, se siente horrorizado al contemplar el salvaje ataque de los jóvenes a su señora, mientras es salvajemente golpeado y obligado a contemplar el ultraje de su esposa. Los primeros planos del anciano nos introducen dentro de la angustia que siente un marido cuando ve como se aprovechan de su mujer.
Esta escena, acompañada del canto de Alex, quien interpreta “Singin'in the Rain”, posee tal fuerza que ya se ha convertido en un verdadero clásico del Cine. La mezcla que se produce entre el brutal ataque y el canto armónico de Alex nuevamente nos induce a un estado paradójico, en donde volvemos a adentrarnos en un mundo de doble estándar, y donde confirmamos la locura de los jóvenes, especialmente del protagonista.
Después de haber hecho lo que han querido, los jóvenes vuelven a su bar. Ahora apreciamos qué tipo de personas lo frecuentan: elegantes personajes vestidos de gala rodeados de formas femeninas que nos invitan a la lujuria y, por qué no decirlo, a un mundo hecho por y para el hombre, donde la mujer encuentra su lugar como simple objeto sexual.
Los individuos del bar, con sus elegantes vestimentas, nos hacen pensar en el cinismo de esta “alta sociedad”, consumida absolutamente por el placer y la lujuria.
En esta escena. Alex comienza a tener las primeras discrepancias con sus secuaces, quienes le reprochan su excesiva manipulación hacia ellos. Con su varilla los “domina” y les demuestra quién manda. Claro que después nos daremos cuenta que el autoritarismo ejercido por Alex hacia sus compañeros se convertirá en un arma de doble filo.
Posteriormente, nos adentramos en la morada de Alex, en el hogar que comparte con sus padres. Nos damos cuenta que es hijo único, y que por lo mismo sus progenitores lo tratan consentidamente.
En su habitación, confirmamos el carácter culto y burgués del protagonista: vemos un gigantesco cuadro de Beethoven, con una mirada profunda que alumbra el cuarto. Aquí nos damos cuenta de la naturaleza humana de Alex, quien al deleitarse con la música del compositor nos demuestra que es una persona con sentimientos. El juego de planos al ritmo de Beethoven nos vuelven a meter en un mundo de lujuria y pecado, el pecado original representado por la serpiente y el cuerpo de mujer y las figuras ironizando con la muerte de cristo.
Los padres de Alex parecen absolutamente pasivos antes sus acciones, sabiendo que ha delinquido y sigue delinquiendo, pero auto negándoselo. Por lo mismo, la complacencia de los padres será fundamental en la construcción de su personaje: tenemos el típico caso de un “niño mimado” por sus padres, quienes no le prestan la suficiente atención. Sus padres son el reflejo de una sociedad ciega ante las crecientes necesidades de la juventud en estos tiempos. Alex lo tiene todo pero algo le falta, y esa falta es precisamente resuelta mediante sus brutales acciones nocturnas.
A la mañana siguiente, una especie de tutor llega a despertar a Alex. Este personaje, notablemente más represivo que los padres, no demuestra preocupación por el joven, sino más bien por las barbaridades que hace. Es el responsable de su conducta, quien en vez de intentar ayudarlo, sólo lo amenaza. Cuando agarra sus genitales con fuerza, demuestra la represión que puede ejercer sobre Alex -el uso de la fuerza sobre la razón-, haciendo que Alex asienta pero no que tome en serio las amenazas. Es la reacción natural hacia la fuerza: en el momento ceder, pero una vez que desaparece, se vuelve al mismo estado. En otras palabras, de nada sirve que la fuerza predomine sobre la razón. Sólo sirve para engendrar más odio y violencia, tal como sucede con Alex, quien a pesar de recibir castigos continúa con su locura, cada vez más macabra.
Después vemos que Alex va a una tienda a satisfacer dos deseos: adquirir música nueva y buscar mujeres para saciar su apetito sexual. Ambas cosas las consigue y con una elegancia brillante. Con los vendedores nos damos cuenta que Alex es un experto en la música docta, mientras saluda galantemente a no una sino que a dos bellas jóvenes damas. Alex las seduce con su música, con su encanto innato. Ellas caen rendidas a sus pies. Tenemos aquí claros rasgos del machismo que afecta en gran medida a la humanidad.
El asunto es que Alex consumó el acto sexual con ambas damas, sin absoluto rasgo de sentimientos de por medio. La escena de sexo que nos regala Kubrick es, quizás, una de las más pornográficas que se han hecho en Cine de carácter popular y no clandestino. Pero con su mano maestra, fue capaz de convertirla en una obra de arte por excelencia, acompañada de “Guillermo Tell” de Rossini. Rodándolo en cámara rápida, Kubrick nos enseña el sentido banal de nuestras relaciones. Además, durante el resto de la película se hace cero referencia a la vida sentimental del protagonista. De hecho, en ninguna parte de la película aparece un “amor” de Alex (más que su culebra y su música). Y quizás es eso lo que diferencia a “La Naranja Mecánica” de las otras películas: que no tiene una historia de amor. Simplemente presenta una historia humana, tomando a Alex como referencia: es él la naranja.
Según datos, 28 minutos de sexo orgiástico fueron filmados en cámara rápida.
Más tarde después de que los “drugos” y Alex ya tuvieron sus primeros problemas, el protagonista, con su arrogancia y brutalidad comunes, nuevamente les demuestra a los chicos su poderío.
Pero después, cuando Alex ha supuestamente accedido a “cambiar las reglas” de su relación con ellos, los lleva a la orilla de un Río, en un paisaje frío, algo nos dice que está mal. Así, Alex golpea y noquea a sus tres compinches, él solo, demostrando ahora su poderío con hechos, con una violencia extrema que Kubrick, a diferencia de la escena de sexo, nos muestra en cámara lenta y también con Rossini haciendo el contrapunto: es una escena de extrema violencia igualmente hermosa, donde observamos los movimientos de ballet con que Alex les demuestra a sus secuaces quien manda. Y nuevamente lo hace mediante la violencia, esa misma violencia sádica que, por ejemplo, usaba su tutor sobre él.
Así las cosas, sus supuestos camaradas lo inducen a cometer un gran golpe en la casa de una mujer. Evidentemente, el impetuoso joven accede y es el primero en tomar la iniciativa, demostrando de esta forma su liderazgo. Para entrar, utiliza la misma fórmula que antes, mas no le resulta y entra por una ventana. La casa es una lujosa mansión, llena de gatos, decorada con extraños objetos tipo “pop art”, incluyendo un pene de porcelana gigante, en el cual Alex ve reflejado todo su poderío de macho, la fuerza animal que lo empuja a hacer las cosas que hace. Aquí Kubrick trata el sexo como una obra de arte, todos los cuadros de las paredes tienen connotaciones sexuales y la dueña de la casa afirma que el pene de porcelana es una obra de arte. De hecho, es con el mismo pene que le dará muerte a la infortunada señora. Ella, histérica ante la locura de su victimario, muere reventada por la sexual escultura, implicando necesariamente una relación entre el poder fálico -no sólo expresado en sexualidad- sobre los más débiles. Y qué más débil que una mujer indefensa, cuya única compañía son los gatos. Mientras, la mujer se defiende con un busto de Beethoven, autor predilecto de Alex. Aquí vemos la lucha entre el poder irracional y el racional. Vemos también enfrentadas a la parte animal y la humana de Alex.
Y son estos mismos gatos quienes rodearán a Alex después de haber consumado su delito. Ellos, con pose acusadora y astuta, son los testigos de lo que acaba de hacer Alex: un homicidio. Pueden considerarse su conciencia, más aún sabiendo que, al igual que estos astutos animales, sus propios amigos lo han traicionado. Y con la misma blanca bebida alucinógena que compartían, Dim, el “drugo” más afectado por los arrebatos de violencia de Alex, le quiebra una botella en la cara, dejándolo indefenso ante la inminente llegada de la policía.
En la comisaría, los policías lo degradan hasta más no poder. La mirada de Alex sigue desafiante, pero su herido rostro, después adornado de un escupitajo de su tutor, demuestra que el protagonista ha perdido algo de esa vitalidad que lo caracterizaba. Kubrick representa la ahora inferioridad de Alex con una orgía de picados y contrapicados ensalzando el poder de la policía y del tutor de Alex.
Cuando llega a la cárcel, una moderna y grandilocuente construcción, comienza a ceder la persona de Alex ante el sistema. Todos los elementos de la sala de recepción de la prisión, las cajas ordenadas, la línea blanca, el formulismo burocrático, subrayan la ridícula rigidez legal que impera en esta institución, así como el empleado de la prisión con su característico tono de voz, entre marcial y estúpido. Ante esto, Alex acata con absoluto respeto las órdenes y las reglas, comenzando por dejar de lado su típica postura relajada o en posición de ataque, cambiándola por una mucho más rígida y recta.
La lectura de la Biblia alimenta en Alex las fantasías sádicas (latigazos a Jesús y degüello de un soldado enemigo) y eróticas (Alex rodeado por un harén de mujeres semi desnudas). Así, continúa siendo él mismo, le da asco el mundo de la cárcel pero por propia conveniencia intenta estar bien con sus dirigentes. De nuevo aparece su rostro extasiado, su mirada característica.
Esta secuencia de imágenes de ensueño, montadas magistralmente por Kubrick, reflejan la esencia de Alex, y la nula reacción ante supuestas salvaciones -como la religión- que le ofrece la sociedad.
De hecho, Alex utiliza a su amigo cura para salir libre y reformarse. “No sé cómo, pero quiero ser bueno Padre”. Y finalmente le da resultado, por lo que Alex está listo para “arreglarse” tal como un aparato mecánico, como sugiere el título.
Así las cosas, vemos como Alex se ha refugiado en la religión para obtener una oportunidad de libertad.
Cuando el Ministro va en busca de un preso para probar el novedoso método Ludovico, queda encantado por la personalidad de Alex, por lo que es elegido unánimemente para probar el nuevo tratamiento, que consiste en “videar” películas durante dos semanas. Ante esto, Alex queda encantado, sin saber bien de qué se trata. Aquí podemos encontrar una fuerte analogía con respecto a los medios de comunicación y a su poder sobre la conciencia y actitudes humanas.
Célebre es la escena donde vemos a nuestro protagonista atado a una butaca en una sala de proyección, donde se exhiben en una gran pantalla horrorosas escenas de muerte, ultraje y destrucción, todo acompañado de la Novena Sinfonía de Beethoven. Aquí nos encontramos con la tan en boga y cuestionada influencia que ejercen los grandes medios de comunicación masivos sobre las personas, lectura que se confirma por los poderosos efectos que ejercen sobre la persona de Alex. Y ni siquiera él, un joven aparentemente fuerte, puede resistir tanto horror durante tanto tiempo. La imposibilidad de cerrar los ojos y evitar observar tan crudas imágenes se interpreta como el excesivo rol de los medios sobre el ser humano.
Aquí vemos cómo la mirada y expresión de Alex cambia rotundamente: ahora su rostro clama por auxilio. Sus ojos, horrorizados, nos demuestran que el hombre, como condición natural e innata, es sensible ante ciertas experiencias. Definitivamente, Alex ya no será el mismo. Hasta Beethoven se ha vuelto en su contra. Así, no sólo el protagonista ha perdido su hambre de sadismo y lujuria, sino que también su parte más intrínsecamente humana, como era el deleite que sentía por la música.
La sala donde tiene lugar la prueba de la regeneración de Alex reproduce la estructura de un teatro. Primero, un matón provoca y humilla infructuosamente a nuestro protagonista, que es incapaz de defenderse sin sentir un terrible dolor. A continuación, una bella mujer desnuda es ahora el objeto de la frustrada tentación.
Ante ambas representaciones, vemos como Alex sucumbe en su propia conciencia sin poder hacer nada. Dos de sus mayores placeres, el sexual y la violencia, han dejado de ser una posibilidad para él. Vemos cómo ha perdido gran parte de su esencia humana.
Kubrick, mediante una hermosa escena, sobre todo la de la mujer desnuda, es capaz de transmitirnos el dolor que siente Alex al reprimir sus instintos, quien con su rostro implora por que todo se acabe hasta sucumbir en el suelo. Es aquí la elipsis de la historia, en donde la naranja ha sido ya mecanizada y, por lo tanto, perdido ya su carácter natural.
Alex ha logrado salir en libertad y sólo quiere volver a su hogar. Cuando regresa a su casa, ve que su lugar ha sido ocupado por un joven inquilino. Todas sus pertenencias han desaparecido. Incluso su adoraba boa. En vano reclamará su antiguo puesto, ya que la actitud de sus padres y del nuevo habitante es de una clara indiferencia, incluso de rechazo.
Vemos una escena típicamente familiar, donde los padres y su nuevo “hijo” desayunan y leen el diario, como si nada. Alex, con una actitud mucho más humilde, no entiende qué sucede. Pero era de esperarse que, como anteriormente dijimos, sus padres nunca le prestaron atención, por lo que no les costó mucho encontrar un reemplazante. Es decir, para ellos un hijo es nada más que el adorno perfecto para una familia feliz.
Alex no sólo ha perdido sus cosas y sus deseos. Expulsado de su propio hogar, Alex pasea apesadumbrado por la orilla de un río. La idea del suicidio pasa por su cabeza, pero un viejo borracho se acerca hasta él. Se trata del mismo a quien, junto con sus “drugos”, apalearon al principio de la película. Aquí tenemos cómo siempre, a pesar de haber supuestamente pagado nuestros errores, el pasado nos condenará: el eterno suplicio de nuestros errores.
Con peinado refinadamente nuevo y de terno, imagen completamente opuesta a la postura desafiante que antes poseía, nuestro protagonista deambula confiado por las mismas calles que fueron testigos de sus fechorías.
El viejo, vos de la sabiduría, le replica a Alex que “nunca olvida una cara”. Y qué más sabio que el pasado, que la experiencia, que tampoco olvida rostros ni, menos, errores. El perdón no existe y Kubrick nos lo demuestra con la siguiente escena, donde es golpeado por una turba de ancianos en el mismo túnel en donde agredió a uno de los viejos al comienzo. El aniquilador es ahora una víctima impotente. Nada puede hacer Alex para defenderse. Los viejos, las voces y de la culpa, habrán de castigarlo por sus pecados. Es la vejez despachándose a gusto con la juventud, la reivindicación de la experiencia por sobre la vitalidad, cualidad que Alex ya ha perdido.
Por obra del destino, acuden en su ayuda dos de sus antiguos amigotes, quienes paradójicamente son ahora policías. Vemos en el rostro de Alex una tremenda expresión de sorpresa al ver a sus “drugos”. En pleno día, lo llevan por la misma carretera en que corrieron arrasando con todo a su paso, donde le propinan una tortuosa golpiza que casi lo mata.
Nuevamente el pasado ha condenado a Alex, esta vez encarnado en dos de sus viejos compinches, los mismos que lo traicionaron, los mismos de los cuales Alex abusaba. Y están en forma de guardianes de la ley. Aquí interpretamos cómo, en ciertas ocasiones, los mismos organismos que nos reprimen -o según algunos custodian la ley y el orden- están representados por individuos que, en algunos casos, han obrado u obran aún peor que los mismos perseguidos. Es decir, nuevamente nos enfrentamos con el doble estándar de la sociedad.
Después de la paliza, Alex se arrastró como pudo hasta llegar a una casa que, sin darse cuenta aún, era del mismo escritor al que golpeó salvajemente y violó a su mujer, quien producto de ello falleció tiempo después.
Otra vez veremos enfrentarse a Alex con la culpa y el pasado.
Ahora tenemos al escritor en silla de ruedas, visiblemente desgastado, quien accede de inmediato a socorrer a Alex.
El hombre reconoce a Alex como víctima del tratamiento Ludovico, y llama a unos colegas para planear como usar esto en contra del gobierno.
Mientras se baña, involuntariamente Alex canta “Singin'in the Rain”, lo que le permite al viejo identificarlo como el agresor de él mismo y de su mujer. Este descubrimiento hace que a la utilización de Alex como arma contra el gobierno, se sume su propia venganza personal. Y fue la propia naturaleza humana de Alex que lo delató: el entonar una melodía fue su sentencia.
Aquí tenemos una clara alusión al mundo burgués intelectual, ese que habla mucho pero que, en la práctica, poco hace. El escritor, quien accedió inicialmente a auxiliar a Alex, al descubrir que fue éste quien lo enclaustró en su silla de ruedas, aparte de utilizarlo con fines políticos saciará su sed de venganza. Esto demuestra que, cuando las cosas le suceden a uno, cambia diametralmente la perspectiva, y se dejan de lado convicciones y principios. Es de nuevo el doble estándar que está presente, y de nuevo el choque entre el perdón y la eterna culpa.
Cómodo y confiado, Alex se sienta a la mesa a comer y a beber vino, sin saber que el viejo ya lo descubrió. Desde que salió de la cárcel que no se sentía tan bien, mas vendría aún lo peor.
El escritor, ayudado por dos amigos también “intelectuales”, descubre la fobia de Alex por la Novena Sinfonía, y lo induce al suicidio para desacreditar al gobierno. Por última vez, Beethoven se vuelve en contra de Alex de forma casi mortal. Así las cosas, se arroja desde la ventana en altura hacia abajo, cayendo gravemente herido. En el camino de su destrucción total, en donde ya todos le habían aplicado salvajes castigos por sus errores, sólo faltaba que el mismo tomara la determinación hacia la autodestrucción. Ahora no sólo Beethoven y los demás eran enemigos: el mismo Alex se volvió en su propia contra al no poder resistir tanto sufrimiento.
La treta del escritor dio resultado: el gobierno es acusado en la prensa por el intento de suicidio de Alex, quien yace muy malherido en un hospital, habiendo perdido toda noción temporal.
Una psiquiatra llega a la habitación de Alex para hacerle un test que revela su proceso de curación: vuelve a ser el de antes, un ser con posibilidad de elección moral que opta por el mal.
El ministro, que ahora necesita de su colaboración, da de comer con una cuchara nuestro protagonista, quien abre la boca como un polluelo: es la alianza entre Alex y el poder.
Esta escena, brillante como todo el resto, refleja claramente la resignación voluntaria de Alex ante el poder: cada vez que el ministro extiende su cuchara con alimento, Alex abre la boca como pequeño niño para recibir el alimento que le es brindado. Es, en el fondo, la absoluta devoción hacia una fuerza superior que, hasta el día de hoy, nos domina. Es la verdadera pérdida de libertad del ser humano al dejarse llevar por lo que más les conviene, no por lo que realmente sienten.
Dos enormes altavoces hacen sonar la Novena Sinfonía de Beethoven mientras que una nube de periodistas fotografía a Alex y al ministro abrazados. En su rostro aparece un gesto de profundo éxtasis, pero algo más atontado, como sumiso. Es la nueva persona de nuestro protagonista, quien ha perdido toda facultad de razonar por si mismo, entregando se destino a manos superiores. Por una parte recuperó su derecho a elección, pero por otra se ha convertido en un ser completamente dependiente del poder que manda.
Finalmente, y como en los viejos tiempos, la música de Beethoven hace aflorar en su mente una nueva fantasía onírica: Alex, rodeado por un público que aplaude vestido a la manera victoriana, fornica con una joven que lleva medias y guantes negros. Es la representación de, valga la redundancia, su achique ante el poder supremo, pues a pesar de volver a sentir deseo y placer, ahora todo estará determinado por lo que piensen los demás, por lo que digan las grandes masas y los grandes medios.
“Sí, yo ya estaba curado”, termina por sentenciar Alex.
CONCLUSIÓN
Tras haber videado varias veces la película y ayudándome de diferentes informaciones he conseguido formarme una opinión de esta película del enigmático Stanley Kubrick.
Hay varias cosas que me han llamado la atención.
Lo primero que me desconcertó fue el lenguaje que utilizan los protagonistas. A pesar de no conocer nada acerca del tema y sin haber oído antes ninguna de esas palabras cualquier espectador consigue entender el lenguaje de Alex. No te pierdes en ningún momento de la película en incluso rápidamente llegas a acostumbrarte. Relacionas cada palabra que Alex dice con una de tu vocabulario sin ningún tipo de ayuda, lo que demuestra que el director ha conseguido que en seguida te metas en la historia.
Lo segundo que me ha llamado la atención es la composición que kubrick utiliza en muchos de los planos. Muchos de esos planos están en perspectiva. Por ejemplo si esta rodado en una habitación - como en plano en el que está Alex con su responsable de conducta en casa - se ven los dos ángulos que forman las paredes con el fondo de la habitación. Esto sucede en muchas otras situaciones, en el cine durante el tratamiento, el pasillo de la cárcel....
Ésta es una película que para cogerla gusto hay que verla varias veces, poco a poco observas los detalles que realmente magnifican la obra de Kubrick. Los recursos que utiliza para convertir escenas de violencia y de sexo muy duras en auténticas coreografías de ballet clásico impresionan hasta al menos docto en la materia. Escenas como la lucha con Billy Boy a cámara lenta o la escena con las dos chicas en la habitación de Alex pasarán a la posteridad en la historia del cine. Otro de los planos que más me ha impresionado de la película es el contrapicado del escritor cuando se da cuenta de que a quien ha acogido en casa es el violador de su mujer. Crea un marco de angustia y tensión que pocas veces he visto en el cine.
Por otro lado las actuaciones de sus protagonistas son brillantes, Malcom McDowell interpreta un excelente papel, otorgando giros de 180º a su personaje. Su actitud es muy importante a lo largo de toda la historia. Sin esos giros en su personalidad el relato perdería parte de su fuerza.
Para terminar otro detalle que hace original y que otorga categoría al film es que en esta película no se narra ninguna historia de amor, ni siquiera en segundo plano. Algo que no es habitual en el cine y menos en grandes taquillazas como La naranja mecánica.
Creo que no tengo nada más que añadir ya que ha quedado bastante clara mi opinión sobre y hacia la película que ha sentado precedentes en el cine contemporáneo.
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Enviado por: | Bitz |
Idioma: | castellano |
País: | España |