Religión y Creencias
La mujer en el Islam
LA MUJER EN EL ISLAM
INTRODUCCIÓN
Intentaré tratar en este trabajo, en la medida de lo posible el concepto islámico de la mujer.
En un principio, es conveniente señalar, que el debate a cerca de la liberación, igualdad e independencia de la mujer, es algo que surgió en Occidente. Puesto que desde un principio en el Islam se daba por supuesto la igualdad de la mujer con el hombre y se tenía claro que ésta, como persona y ser humano que es, al igual que el hombre, disponía tanto de derechos y libertades como de deberes.
Muy a menudo, se ha podido ver una completa falta de información. Se escuchan muchas preguntas que evidencian la total ignorancia a cerca de este tema. Como por ejemplo, si el Islam considera que la mujer tiene alma, si las mujeres tienen o no las mismas obligaciones religiosas que el hombre respecto con Dios, si el Paraíso es sólo para los hombres, etc.
De acuerdo a estas teorías, la mujer musulmana es una persona sin espíritu, existente en un mundo de sombras, oprimida y suprimida, que cuando muera pasará a una especie de limbo para las personas sin alma. Esta impresión ha sido alimentada con frecuencia en el pasado por los misioneros cristianos, alguno de los cuales puede que incluso creyeran ellos mismos que era verdad. Junto a esta imagen, existe otra imagen proyectada por los medios de diversión y de ocio, de que la mujer musulmana es un miembro que forma parte de un harén, según las versiones que nos da Hollywood de las noches árabes. Aquí, la mujer forma parte de un conjunto de jóvenes, ligeras de ropa, con un escaso nivel intelectual, que están en los palacios esperando la oportunidad de ser vistas por su dueño y señor, el sultán.
Estas imágenes, por supuesto, son muy atractivas para la mentalidad occidental. En primer lugar, la misteriosa y pudorosa mujer con velo, temerosa de su celoso y brutal marido; ella es la tradicional doncella triste que espera a que S. Jorge mate al dragón y la rescate, y en segundo lugar, la joven esclava, ataviada deslumbrantemente de sedas y joyas, esperando complacer a su dueño.
Una imagen que sin duda, reaviva la fantasía. Queremos creer que estas mujeres existen para poder soñar con ellas, aunque públicamente debamos condenar una situación tan claramente contraria a los principios de la liberación de la mujer.
Por lo tanto, esto es una fantasía y, mientras lo reconozcamos como tal, es una agradable forma de evasión. Pero, estamos aquí para hablar sobre la mujer en el Islam y mostrar cuál es el papel esperado de una mujer musulmana.
La mejor fuente de información sobre este tema no debe ser una fantasía de la imaginación, ni las escogidas representaciones que nos ofrece Holywood, sino que la fuente hay que buscarla en el Libro del Islam, es decir, en el Corán y en el Hadiz, que son los dichos y hechos del profeta Muhammad. Así como en la sirat (historia de la vida del profeta) e historias de las vidas del sahaba (sus compañeros).
Mi intención es dar a conocer algunos de los versos del Corán y de los dichos del profeta que se refieren a la mujer, e intentar sacar algunas conclusiones sobre lo que esto significa o debería significar en la práctica, con respecto a la vida de la mujer. No pretendo describir la posición de la mujer musulmana en países concretos, pasados o presentes, puesto que varía considerablemente de un período a otro, y de un lugar a otro, debido a la influencia de las costumbres regionales que proceden de factores pre- islámicos o de la cultura moderna.
POSICIÓN ESPIRITUAL DE LA MUJER
Comenzaré aportando una clara evidencia para corregir los errores sobre la posición espiritual de la mujer y sobre si tiene o no alma que disfrutará del Paraíso. El Corán dice categóricamente que los hombres y mujeres que practiquen los principios del Islam, recibirán igual recompensa por sus acciones:
(33-35) “Por cierto que los musulmanes y las musulmanas creyentes, consagrados y consagradas, sinceros y sinceras, perseverantes, timoratos y timoratas, caritativos y caritativas, ayunadores y ayunadoras, pudorosos y pudorosas, recordadores de Dios frecuentemente y recordadoras, Dios les tiene destinada la indulgencia y una magnífica recompensa” (diez veces se subraya en esta aleya la igualdad espiritual entre el hombre y la mujer)
(16-97) “A quien practique el bien, sea hombre o mujer, y sea creyente, le haremos vivir una vida buena y le recompensaremos con un galardón superior a lo que haya hecho”.
Cada uno de los pilares del Islam, la fe, la oración, el ayuno, el azaque y la peregrinación, es tan importante para los hombres como para las mujeres y no existe diferencia en su recompensa.
Como dice Dios en el Corán:
(49-13) “¡Hombres! Os hemos creado de un varón y de una hembra y hemos hecho de vosotros pueblos y tribus, para que os conozcáis unos a otros. Ante Dios el más noble de entre vosotros es el que más Le teme. Dios es omnisciente, está bien informado”.
(La nobleza del temor de Dios es la que priva ante Él).
Uno de los místicos del Islam, Rabi'a al-Adawiyya, era una mujer.
Así pues, en la época pre-islámica, en un mundo donde la mujer no era más que un objeto de uso y placer sexual para el hombre, y en un tiempo que los círculos religiosos alegaban sobre si la mujer era un ser humano o no, con alma propia, el Islam proclamó:
(49:13) “ OH Humanidad! Nosotros los creamos a partir de un solo (par) de un hombre y una mujer”
(4-1) “OH Humanidad! Reverenciad a vuestro Señor Protector, que os creó de una sola persona, y creó de ella a su pareja, de ellos esparció a innumerables hombres y mujeres. Tened temor de Dios, a través de quien demandáis vuestros mutuos derechos y respetad los úteros (que os guardaron), porque Dios siempre os vigila”.
Hombres y mujeres son de la misma familia, y como tal, tienen los mismos derechos y deberes, ya que el Señor les promete:
(3-195) “Nunca Despreciaré el trabajo de quien obre de vosotros, sea hombre o mujer, ya que lo uno es de lo otro”.
El Islam eliminó algunos de los falsos conceptos sobre la mujer. Negó, por ejemplo, la idea de que Eva tentó a Adán a desobedecer a Dios, y causó así su perdición. El Corán menciona a varias mujeres con gran respeto, por ejemplo, la esposa de Adán, Abraham, Mahoma, las madres de Moisés y Jesús. Algunas de ellas (María y Sara) fueron visitadas por ángeles y conversaron con ellas. Esto pone claramente a la mujer sobre un pedestal de respetabilidad social y personal que jamás habían gozado antes.
NORMALIDAD/CASOS AISLADOS
Dentro de la globalidad de aleyas y hadices hay que distinguir entre dos grupos.
En primer lugar se encuentran las referentes a situaciones normales, es decir, extraídas de hechos de la vida cotidiana. Hablan del desarrollo de una persona normal, o en la normalidad, tratan temas generales, deberes y derechos de las personas en la generalidad.
Por otro lado están los casos aislados, las excepciones, referentes a situaciones de problemática, marginación, desacuerdo, agresiones (físicas, psíquicas, económicas...crímenes, etc.).
Jamás deben emplearse textos referentes a situaciones aisladas para tratar casos en la normalidad. Por ello al estudiar una aleya, deben observarse escrupulosamente los siguientes puntos:
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la posición de la aleya lingüísticamente: significado de los vocablos (no sólo literalmente). Debe tenerse en cuenta además el significado que en su época se daban a determinadas palabras o expresiones, distinto al empleado en la actualidad, como sucede en todas las lenguas.
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Cuándo fue revelada: en qué contexto se haya, dentro de qué situación.
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Dónde fue revelada.
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Y por qué razones fue revelada.
Todo esto puede decir muchísimo sobre la aleya y resolver muchas dudas, confusiones y malentendidos.
POSICIÓN INTELECTUAL
¿Qué ocurre en cuanto a la inteligencia, conocimientos y educación de la mujer en el Islam?
El profeta Muhammad dijo:
“la búsqueda del conocimiento es un deber de cada musulmán” (hombre o mujer)
“busca el conocimiento desde la cuna hasta la tumba”.
El “conocimiento” para un musulmán no está dividido en sagrado y secular, y el significado de estos dichos del Profeta en términos modernos es que cada musulmán, chico o chica, hombre o mujer, deberá proseguir su educación hasta donde le sea posible, hasta donde su capacidad le permita. Dios dice en el Corán:
(35-28) “Por cierto que sólo temen a Dios los sabios”.
Por tanto, en el Islam, tanto hombres como mujeres están capacitados para aprender y comprender y para enseñar, y uno de los objetivos de adquirir conocimientos es el de ser más conscientes de Dios. En el Islam se considera que una persona, hombre o mujer, cuanto más estudia la creación y observa sus trabajos, él o ella, se vuelve más consciente del Creador, del Poderoso que hizo y sostiene la creación.
Una de las más famosas mujeres en la historia del Islam es Aisha, la esposa del Profeta. Y la cualidad por la que es recordada principalmente es por su inteligencia y por su excepcional memoria. Se considera como una de las fuentes más fiables del Hadiz, en virtud de estas cualidades. Más de mil hadices son narrados por ella y se la contempla como una de los mejores maestros del Hadiz.
Generalmente hablando, en el mundo musulmán de los primeros tiempos medievales no existía ninguna prohibición sobre que las mujeres realizasen estudios, por el contrario, la religión empujaba a ello. Como resultado de esto, muchas mujeres se hicieron famosas como eruditas en religión, escritoras, poetisas, médicos y maestras, por su propio derecho, tales como Nafisa, una descendiente de Alí, que tenía tal autoridad en el Hadiz, que el Imam al-Safií la sentó en su circulo de al-Fustat, cuando estaba en la cima de la fama, y Shaikha Shuhda, que enseñaba públicamente en una de las principales mezquitas de Bagdad a grandes audiencias tanto sobre literatura como de retórica y poesía, y que fue una de las más eruditas del Islam.
Hay muchos otros ejemplos de mujeres musulmanas cultas que han sido maestras, escritoras y poetisas, tenidas en gran respeto por la sociedad musulmana. Existe, por tanto, un gran estímulo para que una mujer musulmana realice estudios en cualquier campo, en su propio beneficio intelectual y para utilizar su preparación académica o profesional en el bien de la comunidad.
CONCEPTO DE IGUALDAD EN EL ISLAM
De acuerdo a la visión del Islam nunca es motivo de disputa si el hombre y la mujer son iguales o no como seres humanos y si sus derechos familiares deberían ser o no iguales en importancia. De acuerdo al Islam, tanto la mujer como el hombre son seres humanos y se les distribuyó derechos equitativos.
El Islam mantiene que el hombre y la mujer, sobre la base de la misma realidad de la diferencia de sexos, no son idénticos en muchos aspectos. El mundo no es exactamente igual para ambos y sus naturalezas y genios o tendencias no están destinados a ser las mismas. Particularmente esto requiere que en muchos deberes, derechos y sanciones no fuesen a tener una posición idéntica.
Entonces el Islam concibe que en consecuencia de esta distinción rotunda en las funciones y objetivos, ha diferenciado la Naturaleza al hombre y a la mujer, y para enfrentarse cada uno de ellos a sus necesidades fundamentales, la vida le ha suministrado todas las facilidades posibles, y se le ha otorgado la adaptación adecuada respecto a su función.
La IGUALDAD en lo humano es una cosa NATURAL y una demanda razonable ya que la mujer y el hombre son las dos partes tanto de la Humanidad como del mismo ser humano, pero, ¿podemos nosotros aplicar la igualdad absoluta en las funciones de la vida y sus métodos?, ¿se podría cambiar la naturaleza de las cosas, haciendo al hombre participar como la mujer en la gestación, parto y lactancia?, ¿sería posible que existiera por ahí, una función biológica sin que haya una adaptación psico-corporal específica?.
Por lo tanto, el Islam no considera que ambas partes sean idénticas e iguales (en lo antedicho), considera que, ambas se complementan una con la otra, simétricamente, de manera que sería una extraña anomalía, la existencia de una forma en ausencia de la otra.
RELACIÓN ENTRE SEXOS
Habiendo dejado ya claro el status de independencia espiritual e intelectual de la mujer en el Islam, me referiré ahora a su status con respecto a los hombres. Aquí se observa una relación de interdependencia. El Corán dice:
(30-21) “Y entre sus signos está el de haberos creado esposas de entre vosotros para que os consoléis con ellas y os vinculó por el amor y la piedad. Por cierto, que en esto hay signos para los sensatos”.
Esta es una definición importante de la relación entre marido y mujer. Se espera que hallen tranquilidad el uno en compañía del otro y que estén unidos no sólo por las relaciones sexuales sino por el amor y la piedad. Esta descripción comprende el cuidado, consideración, respeto y afecto mutuos.
Existen numerosos hadíces, particularmente los narrados por Aysha, que dan una clara visión de la forma en que el Profeta trataba a sus mujeres y de cómo ellas le trataban a él. La cuestión más notable respecto a esto, es su demostración del mutuo cuidado y respeto de las relaciones matrimoniales. No hay servilismo por parte de las esposas y existen probablemente más pruebas de los que hacía él para complacer a sus mujeres, que de lo que hacían sus mujeres para complacerle a él.
El Corán se refiere a las esposas en general, en otro capítulo que dice:
(2-187) “ellas son vestidos para vosotros y vosotros sois vestidos para ellas”
En otras palabras, igual que el vestido proporciona calor, protección y decencia, lo mismo un esposo y una esposa se ofrecen mutuamente intimidad, comodidad y protección.
De lo señalado anteriormente en el Corán se desprende que uno de los principales objetivos de las reglas de comportamiento y de las relaciones humanas en el Islam es la preservación de la unidad familiar de manera que se pueda desarrollar y florecer en una atmósfera de tranquilidad, amor y piedad y de tener conciencia de Dios, en beneficio del esposo, de la esposa y también de los hijos del matrimonio.
Por tanto, al examinar la conducta esperada del hombre y de la mujer, del uno con respecto a la otra, tanto dentro como fuera del matrimonio, deberemos recordar siempre estos objetivos y sopesar sus beneficios para las personas y para la sociedad.
Tampoco debemos olvidar que el Islam tiene una idea coherente de la vida y que sus diferentes aspectos no deben ser considerados aisladamente unos de otros. Significa una forma de vida completa y cada parte de ella necesita ser contemplada en el contexto general.
Para comprender el papel de la mujer en una sociedad musulmana, debemos examinar tanto sus deberes como sus derechos, el comportamiento que de ella se espera respecto a los hombres y cómo deben los hombres comportarse con ella.
DERECHOS Y OBLIGACIONES
Examinemos en primer lugar cómo deben comportarse los hombres con respecto a la mujer.
El Corán dice:
(4-34) “los hombres son los sostenedores de las mujeres con los dones con que Dios les ha agraciado más abundantemente a unos que a otras y también con los que puedan gastar de sus pertenencias”.
Por lo tanto, en una sociedad musulmana el hombre tiene la total responsabilidad del mantenimiento de su familia. Esto no es sólo una obligación moral, sino también una obligación legal. Cualquier cosa que la mujer posea es de su absoluta propiedad y puede disponer de ella tanto para sí misma como si desea contribuir con ella al presupuesto familiar.
La esposa es responsable del cuidado de la casa y del bienestar de su familia. Puede expresar sus opiniones y hacer sugerencias respecto a cualquier tema, pero el mejor papel que puede desempeñar manteniendo el lazo marital intacto y fuerte, es el de reconocer a su esposo como a la persona responsable de los asuntos de la familia, por tanto, obedecerle incluso si a su juicio no tuviese razón en una cuestión concreta, siempre y cuando él no sobrepase los límites del Islam.
Es un reconocimiento al papel del esposo como el cabeza de familia y la lealtad de ambos, esposo y esposa, a una ley superior, la del Islam.
Se espera de un hombre que cuide de su esposa y muestre consideración hacia ella. El concepto de caballerosidad tuvo su origen en los primeros tiempos del mundo musulmán y muchos sabios afirman que pasó de los musulmanes a Europa en la época de los trovadores en la Francia medieval.
Este concepto de caballerosidad se ha ido perdiendo a lo largo de los últimos cincuenta años, hasta llegar al momento actual en que las mujeres deben competir y luchar por su sustento en un mundo duro, de la misma forma que lo hacen los hombres.
El papel de la mujer musulmana en la casa es de vital importancia para la felicidad colectiva de la familia y para el desarrollo físico y espiritual de sus hijos. Sus esfuerzos deben dirigirse a que su familia tenga una vida agradable y alegre y que su hogar sea un lugar lleno de paz y seguridad. Esto, unido a la temprana educación de los hijos, tiene un efecto determinante sobre el comportamiento y actitudes de la próxima generación, cuando lleguen a la adolescencia y después sean adultos.
MATRIMONIO EN EL ISLAM
Veamos ahora el proceso de matrimonio en el Islam:
Cuando una muchacha alcanza la edad del matrimonio, es una costumbre que los padres desempeñen un papel importante en la elección del futuro esposo, pero ella debe ser consultada:
Cuando una joven fue al profeta quejándose de que la habían casado sin consultarla, el profeta dijo que era libre de disolver ese matrimonio se así lo deseaba ella.
En nuestros días, las muchachas musulmanas tienen mucho que ver en la elección de su esposo, pero todavía se sigue considerando de gran importancia la opinión de los padres sobre el futuro marido, y es raro que una chica o chico, se casen en contra del deseo de sus padres. (Es raro pero existen casos). Forma parte de la tradición musulmana el casarse con el consentimiento de los padres o tutores.
Sin embargo, una mujer viuda o divorciada puede casarse con quien desee, probablemente porque se la considera con la suficiente madurez y experiencia como para decidir por sí misma.
Al casarse la chica, es parte esencial de la boda que el novio dé a la novia una dote (mahr), que puede ser de un valor cualquiera que se haya acordado anteriormente. Esta dote no es como la vieja dote europea, que el padre daba a su hijo cuando esta se casaba y se convertía entonces en propiedad del marido. Tampoco la dote musulmana es como “el precio de la novia” que se paga en África, en donde el novio debe realizar un pago o compensación al padre de la novia. La dote musulmana es un regalo del novio a la novia y se convierte en algo que es de su exclusiva propiedad.
(Sigue siendo de su propiedad aunque luego se divorcie).
En el caso del JAL', es decir, de divorcio a petición de la mujer, puede darse la circunstancia de que se le exija devolver toda o parte de la dote.
El tratamiento que se espera del esposo, esté o no en buenas relaciones con su esposa, está claramente expresado en el Corán:
(4-19) “vivid con ellas con amabilidad y si no os gustan, quizás no os agrade algo en lo que Dios ha puesto muchas virtudes”.
Otro importante beneficio para las esposas en el Islam es que en la esfera moral no existe una dualidad de normas. Aunque sea la costumbre de los hombres en todo el mundo de culpar a las mujeres por las acciones que ellos mismos realizan, de acuerdo al Corán y a las enseñanzas del Profeta, Dios exige el mismo elevado nivel moral de conducta a los hombres que a mujeres por el infringimiento de las leyes morales. Así que, incluso si se decide el divorcio, el buen trato al que nos referíamos antes, sigue siendo necesario.
El Corán dice:
(2-229) “entonces, mantenedlas dignamente o repudiadlas con benevolencia y no os está permitido quitarles nada de lo que les hayáis dotado”.
Por tanto, la dote u otros regalos que el esposo pueda haberle dado, no pueden serle quitados. El Corán dice:
(2-231) “si divorciáis a las mujeres y ellas han cumplido el término prefijado, mantenedlas dignamente o emancipadlas con benevolencia. No las retengáis por la fuerza violando sus derechos, pues quien así lo hiciera se condenará a sí mismo”.
Un trato amable a la esposa y a la familia es parte de la religión en el Islam. El profeta dijo:
“aquellos creyentes que tienen un temperamento agradable y son amables con sus familias, estos son los que demuestran la fe mas perfecta”.
Y de acuerdo a otro hadiz:
“los mejores de entre vosotros son los más amables son sus mujeres”.
Esta vedado unirse en matrimonio con:
(4-23) “os está vedado casaros con vuestras madres, vuestras hijas, vuestras hermanas, vuestras tías paternas o maternas, vuestras nodrizas, vuestras hermanas de leche, vuestras suegras, vuestras hijastras, que estén bajo vuestra tutela, <hijas de las mujeres con quien os hayáis casado>; pero si no habéis tenido contacto con ellas, no seréis recriminados, porque las desposéis. También os está vedado el casaros con vuestras nueras, <esposas de vuestros hijos carnales> y uniros en matrimonio con dos hermanas, salvo el hecho consumado, porque Dios es indulgentísimo, misericordiosísimo”.
EL DIVORCIO
Es un derecho conjunto para ambos cónyuges concedido
por el Islam al matrimonio hace 1500años, velando por el bien del ser humano, partiendo de la idea de la inutilidad de sufrir, y que la familia se encuentre en mejores condiciones cuando ambos conviven felizmente y con amor y respeto mutuos y no cuando ya está rota.
DIVORCIO DEL HOMBRE: consta de tres fases.
separación de tres meses sin abandonar el hogar matrimonial. Aquí se les conceden derecho de reconciliación.
En caso de volver a pedir el divorcio por segunda vez, se considera otra separación de cuatro meses conviviendo ambos en el mismo hogar.
La tercera le obliga la ley al divorcio conservando todos los derechos de la mujer, especialmente si el matrimonio tiene hijos.
Después de la tercera ya no pueden volver a contraer matrimonio, divorcio definitivo, salvo en el caso de que la mujer contraiga matrimonio con otro hombre, se divorcie de él, y entonces podrían volver.
A parte de todo esto, tras el divorcio, el hombre debe pagar a la mujer una determina cantidad dependiendo de su situación económica.
DIVORCIO MUJER: No pasa por fases, considerando el Islam que la mayoría absoluta de las mujeres no piden el divorcio salvo encontrarse en casos extremos. Entonces obliga al hombre a divorciarla inmediatamente. En acuerdo económico mutuo le concede a la mujer acabar con este matrimonio hasta se ello supone la devolución de todas las cosas que se le dieron al casarse.
Esto sucede cuando no hay hijos. Si los hay, le obligan al hombre al divorcio, conservando la mujer y los niños todos los derechos.
DERECHO DE LA FAMILIA Y LA SOCIEDAD A INTERVENIR EN UN DIVORCIO: cuando la familia y la sociedad observan que la vida familiar es un infierno, tienen el derecho (bajo circunstancias clarísimas) a separarles. Sobre todo cuando en medio hay hijos perjudicados por esa relación.
Estos son las líneas generales de lo que la legislación islámica, en lo referente al divorcio proscribió hace 1500 años, dejando un amplio margen con el cual poder contemplar y adaptar las situaciones y las leyes a todas las épocas, teniendo siempre en cuenta, primero el beneficio de los niños, segundo el de la mujer, tercero el del hombre, cuarto el de la familia y quinto la sociedad. Dejándose muy claro en todos los textos coránicos y los hadices que el divorcio es la licitud más odiada concedida por el Islam, siendo una necesidad humana.
El HIYAB
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Obligación religiosa tanto para el hombre como para la mujer. Al igual que el hombre no puede dejar al descubierto ciertas partes de su cuerpo, la mujer tampoco. Aunque esta última tenga que dejar de enseñar más partes.
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El hiyab es un mandamiento islámico que también fue comprendido en las demás religiones del Libro con textos casi idénticos literalmente: disimular el cabello y el pecho, viene igual en todos los Libros.
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El hiyab es una obligación individual que no trasciende de ningún modo al nivel de imprescindibilidad de los cinco pilares.
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El hiyab es una filosofía religiosa relacionada con que la religión vela por la dignidad del ser humano dentro del matrimonio. Ya que uno de los objetos de la religión en la sociedad es alejar la sociedad del libertinaje y caos sexual que es la causa principal del derrumbamiento y descomposición de todas las sociedades humanas que han existido a lo largo de la existencia de la humanidad.
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Hiyab como mandamiento religioso físico: no es cubrirse con una prenda determinada, es para ambos sexos ir con ropa no insinuante ni sexual ni económicamente.
Por lo tanto el Islam con ello pretende buscar el bien común de la sociedad, jamás como discriminador de la mujer. El hiyab es una ley amoldable, puesto que permite la adaptación de sus formas a la época, cultura y edad.
El ABORTO
Al igual que el divorcio, es un asunto jurídico, religioso, humano e individual.
PTOS. GENERALES:
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considerado como un derecho de ambos padres, con acuerdo mutuo.
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Se contempla dentro del marco de las características propias de cada caso. Bajo el asesoramiento de un médico especialista.
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Teniendo en cuenta: 1) hasta cuarenta días de embarazo el aborto está permitido por causas menores, se determina dependiendo de la situación clínica de ambos padres, y la situación económica… etc de la familia. 2) se contempla hasta cuatro meses por causas mayores y particularidades propias de cada caso. A partir de los cuatro meses NO está permitido el aborto bajo ningún concepto, teniendo en cuenta que el Islam no abre las puertas en general para facilitar el aborto.
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Se tienen en cuenta cuatro derechos básicos:
1) derecho del feto: como feto, no como ser humano.
2) derecho de la madre: luego del padre.
3) derecho de la sociedad
4) derecho del creador.
POLIGAMIA
La poligamia es un derecho en el Islam, siendo en el resto de las sociedades humanas, de uno u otro modo, un hecho consumado y hasta condecorado.
La poligamia es un tema muy amplio en el que no me extenderé, puesto que requeriría, al igual que los demás puntos citados con anterioridad, un trabajo en exclusiva que tratase cada uno de ellos.
Hay que tener en cuenta también que para el estudio del Islam, no se puede aislar ningún tema de otro, hay que verlo todo desde un punto de vista global, ya que es así como se concibe esta religión.
BIBLIOGRAFÍA
“El casamiento y el divorcio (según la legislación islámica)” Nezar Ahmad Al-sabbag.
“Ahkam al-jal fi-l-islam” Taqyy-l-din l-hilali
“El Corán” Julio Cortés
“la condición de la mujer musulmana” serie islámica nº10. oficina de IFTA
“la poligamia” artículo, revista “Islam” nº22
“el aborto” artículo, revista “Islam” nº16
“la mujer musulmana” nº19, 20, 21, 22
“la mujer en el Islam” Muhammad Qtb
“la familia islámica” Khyrshid Ahmad
“mujeres del mundo” “atlas de la situación femenina” Robin Morgan.
“la mujer en el Islam” Corteza Motahari
“la mujer en el Islam” Paul Rider
“al-maratu fi-l-Islam” Layla hasan s. l-din.
“al-zaway al-islamyy” Muhammad said m.
“al-muytama al-islamy” Muhammad Amin l-misry
“la poligamia en el islam” Nezar Ahmad Al-Sabbgh
“Manamatu l-mara fi-l-islam” M.M. Al-sarawi.
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