Literatura


La muerte de Artemio Cruz; Carlos Fuentes

FACULTAD DE CIENCIAS Y HUMANIDADES.

DEPARTAMENTO DE LETRAS.

PROFESORADO EN LENGUAJE Y LITERATURA.

LITERATURA III: NARRATIVA.

LA NOVELA SURREALISTA: LA MUERTE DE ARTEMIO CRUZ



FECHA: 20062011

UNIVERSIDAD DE El SALVADOR

Contenido

Introducción 4

ANÁLISIS DE LA MUERTE DE ARTEMIO CRUZ 5

CONTEXTO SOCIO- POLÍTICO, ECONÓMICO Y CULTURAL DE LA ÉPOCA DEL AUTOR. 5

CONTEXTO SOCIO- POLÍTICO. 5

CONTEXTO ECONÓMICO. 8

CONTEXTO CULTURAL. 9

Los pintores: 9

Los escritores: 9

BIOGRAFÍA DEL ESCRITOR 9

Producción artística- literaria. 10

Novelas 10

Relatos y cuentos 11

Ensayo 11

Teatro 11

Libretos de ópera 12

Cine. 12

Reconocimientos 12

MOVIMIENTO LITERARIO. 13

El Surrealismo. Definición: 13

Características. 14

CLASE DE NOVELA. 14

La novela surrealista. Definición: 14

Características. 14

Orígenes y representantes. 14

MOTIVACIÓN DEL AUTOR PARA ESCRIBIR SU OBRA. 15

SÍNTESIS ARGUMENTAL. 15

UBICACIÓN ESPACIO TEMPORAL DE LA NOVELA. 23

Lugares y épocas. 23

Ambientes. 23

Ambiente geográfico: 23

Ambiente emocional- psicológico: 23

Ambiente dualista: 23

CARACTERIZACIÓN DE LOS PERSONAJES. 24

Personaje principal: 24

Personajes secundarios: 24

TEMA PRINCIPAL Y TEMAS SECUNDARIOS. 26

Tema principal: 26

Temas secundarios: 26

PUNTO DE VISTA. 26

Narrador extradiegético. 26

Narrador intradiegético: 26

Narrador en segunda persona: 27

TÉCNICAS NARRATIVAS. 27

Tratamiento del tiempo. 27

REALIDAD Y FICCIÓN. 29

FIGURAS LITERARIAS. 30

Metáfora: 30

Enumeración: 30

Polisíndeton: 30

Interrogación retórica: 31

Sinestesia: 31

Anáfora: 31

Epítetos: 31

VISIÓN DE MUNDO DEL AUTOR. 31

JUICIOS CRÍTICOS EN TORNO A LA OBRA. 32

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS. 33

Introducción

La novela y todos sus subgéneros poseen una variedad temática muy amplia. Dependiendo de la forma, de lo que intenta transmitir el autor y por supuesto del momento en el tiempo y espacio en que se escribe, en la actualidad se ha logrado clasificarlas en picarescas, policiales, de caballería, entre muchas otras; pero en esta ocasión se ha hecho una análisis de la novela surrealista, tomando como gran representante al escritor Carlos Fuentes y su famosa novela “La Muerte de Artemio Cruz”.

Para iniciar ha de realizarse un pequeño recorrido por la historia de México (1915-1968), su política, sociedad, economía y la cultura en esa época, como se encontraba el país durante el periodo de vida del escritor y como su entorno pudo motivarlo o no a escribir, además de un estudio de la vida de Fuentes y su creación literaria. Luego, se hablara un poco acerca del movimiento literario y la clase de novela, sus características y orígenes, asimismo se analizara La Muerte de Artemio Cruz, tiempo y espacio, personajes, temas; clase de narrador, las técnicas narrativas que el escritor emplea, la realidad y ficción dentro de la historia y las figuras literarias.

Para concluir se presentan los juicios de valor, pero de manera distinta, se han escrito desde la perspectiva de la estética de la recepción; de manera que, partiendo de la lectura de la obra, se ha escrito un final alternativo para la novela “La Muerte de Artemio Cruz”.

ANÁLISIS DE LA MUERTE DE ARTEMIO CRUZ
CONTEXTO SOCIO- POLÍTICO, ECONÓMICO Y CULTURAL DE LA ÉPOCA DEL AUTOR.

Carlos Fuentes, como uno de los máximos representantes de la literatura mexicana del siglo XX, tomó como principal inspiración para sus obras todo el proceso de la Revolución Mexicana, destacando particularmente el periodo posrevolucionario. Por consiguiente, es relativamente fácil delimitar, al menos, cronológicamente hablando, la fecha de partida de este esbozo del contexto que vivió el autor; sin embargo, como el literato en estudio todavía mora en este mundo, es casi imposible extender el análisis de su medio de vida hasta nuestros días. Razón por la cual se decidió fijar como límite el año de publicación de la novela asignada, La Muerte de Artemio Cruz, en México: 1962.

Hecha la aclaración anterior, inicio la descripción del contexto de vida de Carlos Fuentes, desde la revolución hasta 1962, en la esfera socio- política.

CONTEXTO SOCIO- POLÍTICO.

La revolución se inició con una serie de alzamientos que provocaron la caída del dictador Porfirio Díaz quien había amparado siempre a “los de arriba”: latifundistas y empresarios. Los indígenas, quienes siempre habían luchado contra los conquistadores españoles (los despojadores de tierras y creadores de haciendas), durante dicho levantamiento, pugnaron por “tierra y libertad”. En ese sentido, de todos los comandantes revolucionarios, el que más se preocupó del impulso de la reforma agraria fue Emiliana Zapata. Él se oponía a los latifundios y deseaba que los campesinos tuvieran lo títulos correspondientes de la tierra que cultivaban con sus propias manos.

Este espíritu de Zapata fue plasmado en la Constitución Política de Los Estados Unidos Mexicanos del año 1917. Basándose en este mandato constitucional los gobiernos revolucionarios y posrevolucionarios de dieron a la tarea de repartir la tierra… hasta que, olvidándose del espíritu de la revolución, Venusino Carranza (1917- 1918), quién llegó a la presidencia del país venciendo a los partidarios de Pancho Villa, protegió a los grandes hacendados en contra de la Constitución. Así, como antes, de las esferas del gobierno emanaba un nuevo espíritu autoritario, que daba las primeras luces de un proceso revolucionario fallido. El suceso más trascendente del proceso contrarevolucionario que impulsó Carranza fue la emboscada y asesinaron del líder Emiliano Zapata, el 10 de abril de 1919. Ante esta situación los campesinos, decepcionados, se alzaron de nuevo en armas. Tantas convulsiones socio- políticas derivaron en el asesinato de Carranza.

Luego del asesinato de Carranza (1920), el gobierno provisional de Adolfo de la Huerta (1920) firmó un tratado de paz con Pancho Villa. En ese mismo año, asumió la presidencia Álvaro Obregón (1920 -1924). Éste último, a pesar de haber batallado de la mano de Villa y Zapata, desconoció, también, los ideales de la lucha y volviéndose más pragmático orientó su política en dos direcciones: distribución de tierras para los campesinos (de manera parcial) y fortalecimiento de las prestaciones al sector obrero; pero, al mismo tiempo, favorecer la inversión extranjera y a empresas privadas nacionales.

Entre otros aspectos, amplió las relaciones internacionales de su país (entre las más destacas están la reapertura de lazos diplomáticos con la Unión Soviética) y, a través de su secretario de educación pública José Vasconcelos, promovió la educación para lo sectores más necesitados de la población y el apoyo a las artes (precisamente en esta etapa los artistas Diego Rivera –muralista-, David Alfaro Siqueiros –muralista, escultor- y Gerardo Murillo iniciaron su labor).

Lo anterior le valió el apoyo de la población campesina durante la rebelión de Adolfo de la Huerta, en 1923, quienes reprimieron los afanes políticos del último.

No obstante, luego de ganar la presidencia por segunda vez, en 1928, fue asesinado por correligionarios de su partido en julio del mismo año.

Entre 1924 y 1928 asumió la presidencia Plutarco Elías Calles , quién había sido profesor y General de División durante en la Revolución. Su caso es del típico revolucionario: un pobre que se convierte en multimillonario gracias al tráfico de influencias después de la revolución. Algunos estudiosos1 apuntan que, en el momento que Calles asumió la presidencia su fortuna llegaba ya a no menos de veinte millones de pesos; pero cuando terminó su período, éste tenía una riqueza incalculable.

Entre sus acciones como presidente, destaca su fanatismo anticatólico; llegando, inclusive a promulgar una ley sobre el culto, que hasta prohibió la estadía de sacerdotes extranjeros y clausuró seminarios y conventos. Estas acciones, obviamente, fueron rechazadas por la iglesia de México, derivando tanta tensión en el asesinato de algunos jesuitas. Además, fundó el Partido Nacional Revolucionario (PNR) que luego evolucionó al Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Posterior al mandato de Calles, un período de inestabilidad política marcó la época de los llamados “presidentes interinos”. Éstos, según estudiosos2, fueron hombres de confianza del presidente Plutarco, siendo este último quien en realidad gobernaba, de manera subyacente. Aquí se subscriben: Emilio Portes Gil (1928- 1930), quien murió asesinado; Pascual Ortiz Rubio (1930- 1932), quien renunció súbitamente; Abelardo Rodríguez (1932- 1934). De esta etapa se resalta el espíritu empresarial del gobierno, donde el último acumuló una buena suma de capital invirtiendo en burdeles, casinos, bancos, comida, bienes raíces e hipódromos.

Luego, entre 1934 y 1940, accedió al poder Lázaro Cárdenas. Éste, recomendado por Calles, inició un verdadero período de cambios más acordes al ideal de la Revolución llegando, incluso, a perseguir y exiliar a Calles en Estados Unidos. Se le cataloga como uno de los presidentes más admirados de la historia de México por su actuar honesto, intachable e inflexible: se negó a vivir en el castillo de Chapultepec, redujo su salario a la mitad, estableció ejidos colectivos para combatir a los grandes hacendados, impulsó un sistema educativo socialista para combatir al fanatismo de la iglesia, impidió la acumulación excesiva de capital mediante obreros y cooperativas, nacionalizó diecisiete empresas petroleras extranjeras, consideró que las huelgas de obreros eran antipatriotas y que amenazaban los ideales de la revolución, apoyó a los republicanos españoles durante la guerra civil y dio asilo a los inmigrantes que regaron del triunfo de Franco. Terminado su mandato, se retiro de la política y se dedicó a la vida caritativa.

Después accedió al poder el General de División Manuel Ávila Camacho (1940- 1946). Su gobierno se caracterizó por establecer una paz con la iglesia y un absoluto respeto a la ley. Construyó hospitales, creó campañas de alfabetización y de seguridad social. Normalizó las relaciones con Estados Unidos, le declaró la guerra a Alemania (como reacción inmediata al hundimiento del buque petrolero mexicano “Potro del Llano, en aguas del Atlántico) y apoyó a los aliados con materias primas, petróleos y pilotos.

Sin embargo, con el fin del gobernó de Camacho terminó el período en el gobierno de los héroes de la revolución, que estuvieron treinta años en el poder, y ya no ocuparon de nuevo el cargo.

El siguiente período lo desempeño un civil, abogado de profesión: Miguel Alemán (1946- 1952). Durante su gobierno, aunque la reforma agraria no avanzó mucho, impulsó un ambiente de respeto a las instituciones y de progreso. Se llevó muy bien con la iglesia y recibió mucho aprecio del pueblo. No obstante, su gobierno no estuvo exento de escándalos de corrupción y coima.

A este período sucedió el del presidente Adolfo Ruiz Cortines (1952- 1958), quien entre sus más destacadas acciones como estadista continuó con la expropiación de latifundios y otras tantas obras sociales como la construcción de redes hospitalarias y viales, centros recreativos, mercados, plazas, etc.

Terminado el mandato de Cortines, llega al poder Adolfo López Mateos (1958- 1964), el cual siguiendo los principios de la revolución trató de lograr la integridad nacional, la grandeza de la Patria y el progreso del Pueblo. Entre sus acciones más notables destaca la nacionalización de la industria eléctrica. Sin embrago, este gobierno fue foco de críticas por la marcada tendencia de oprimir movimientos sociales. El encarcelamiento de David Alfaro Siqueiros fue el peor momento de la convulsionada dinámica social durante la presidencia de Mateos que no sólo fue criticada por artistas nacionales, sino que se unieron diversas voces de protesta alrededor del mundo. Una sensible deuda de este mandato fue no concluir, de nuevo, la reforma agraria. Es más, ante las presiones sindicales sobre este punto, la represión fue la respuesta gubernamental.

Como conclusión al estudio del contexto de vida de Carlos Fuentes, apuntamos que la historia de México, en esta etapa, estuvo llena de convulsiones socio-políticas y económicas motivadas por el despotismo de los gobernantes y el abandono a la base de la sociedad y producción de la sociedad: el Pueblo. Esto se hace más evidente cuando se profundiza en los verdaderos alcances de aquel proyecto revolucionario de Zapata y Villa, el cual no cuajó efectivamente en la ideología de sus correligionarios, siendo estos últimos los artífices de una revolución fallida, donde los máximos representantes del poder político actuaron en función del poder económico, cuya única y específica meta fue acumular grandes cantidades de capital utilizando cualquier mecanismo que se les presentase.

Estos “revolucionarios” gobernaron a México con los mismos ideales monetaristas que sus predecesores, adoptando, luego de pasada la fiebre de la Revolución, posturas de choque contra las masas para oprimir a los detractores, cuyo resultado fue la violencia. Unido a esto se encuentra un clima de corrupción más o menos generalizada.

CONTEXTO ECONÓMICO.

En el momento que Carlos Fuentes vino a este mundo, la nación de sus padres se encontraba en el apogeo de la Revolución Mexicana. Sin embargo, el proceso de modernización y reforma de la economía del país azteca había iniciado hace un par de años atrás, a fines del siglo XIX. Este consistió, en esencia, en incentivar alternativas viables de industrialización de la economía agraria, mediante la tecnificación de los procesos de cultivo y ganadería (por mencionar algunos). No obstante, esta apuesta no dio los réditos esperados pues, para los latifundistas históricos de México, la Reforma Agraria, uno de los estandartes de la revolución, minó considerablemente los proyectos de los grandes terratenientes, los cuales se vieron forzados a depender de conglomerados capitalistas emergentes.

Entre estos se encontraban el empresariado industrial- comercial, quienes ante la crisis del sector agropecuario, sostuvieron la economía mexicana por medio de la gradual explotación de la industria –en todas sus diversas ramificaciones- y de la expansión e incorporación de diversos mercados, y las élites que controlaban el sector financiero- bursátil.

Cabe destacar que los rubros más dinámicos y pudientes de la economía del México de principios del siglo XX eran la explotación petrolera, la generación de electricidad y los bienes raíces.

Asimismo, el éxodo del campesinado hacia las metrópolis mexicanas impulsó que éstas creciesen aceleradamente, comenzando así toda una época de cambios en las estructuras sociales de ese país.

En cuanto a las clases sociales de la época, se distinguen las siguientes:

CONTEXTO CULTURAL.

Paralelo a toda la vorágine socio- política y económica de la época, durante la primera mitad del siglo XX hay una extensa y muy rica producción artística en México.

Un suceso de trascendencia universal en la cultura de México fue la visita del creador y precursor del surrealismo, André Bretón, al país azteca, a fines de la década de 1930. Aunque el viaje de aquel insigne artista era más con fines personales (Bretón se disponía a visitar a Lev Trotski, un político disidente ruso, impulsor de la revolución de Octubre), no pudo resistirse al encanto del mundo mexicano3 y aportar en éste valiosos insumos para la explotación de la vanguardia surrealista en toda Latinoamérica.

Casi de inmediato comenzaron a surgir figuras artísticas quienes, bajo los postulados surrealistas, encausaron su labor creativa. Entre estos están:

  • Los pintores:

Frida Kahlo (1910- 1954); Diego Rivera (1886- 1957), quien en un inicio orientó su obra como pintor y muralista a los temas de la revolución, no logró resistir al cortejo surrealista; y Manuel Álvarez Bravo (1905- ¿?), quien dedicó su oficio de fotógrafo al surrealismo. Sin embargo, fuera de la corriente surrealista, y como máximo representante del muralismo mexicano, se sitúa David Alfaro Siqueiros (1896- 1974).

  • Los escritores:

El máximo representante del surrealismo en México fue Octavio Paz (1914- 1998), aunque éste lo conoció hasta dieciséis años después de la visita de Bretón. En esta etapa, el surrealismo destacó en poesía.

Así mismo, fuera de toda estética vanguardista, se perfilan dos grandes figuras de la actuación en México, referentes universales de la riqueza que lleva esta nación entre venas, y que establecen pautas y criterios de una dramaturgia muy latinoamericana: María Félix (1914- 2002) y Pedro Infante (1917- 1956). Fundadores del denominado “Cine de oro mexicano”.

BIOGRAFÍA DEL ESCRITOR

Carlos Fuentes Macías nació en Panamá, el 11 de noviembre de 1928. Su padre era diplomático, y pasó su infancia en diversas capitales de América: Montevideo, Río de Janeiro, Washington D.C, Santiago de Chile, Quito y Buenos Aires, ciudad a la que su padre llega en 1934 como consejero de la embajada de México. Los veranos los pasa en la Ciudad de México, estudiando en escuelas para no perder el idioma y para aprender la historia de su país. Vivió en Santiago de Chile (1940-1944) y Buenos Aires en donde recibió la influencia de notables personalidades de la esfera cultural americana.

Llega a México a los 16 años y entra en la preparatoria en el Centro Universitario México. Se inicia como periodista colaborador de la revista Hoy y obtiene el primer lugar del concurso literario del Colegio Francés Morelos. Se graduó en leyes en la Universidad Autónoma de México y en economía en el Instituto Altos Estudios Internacionales de Ginebra.

En cuanto a su vida como político, en 1975 acepta el nombramiento de embajador de México en Francia como homenaje a la memoria de su padre, durante su gestión, abre las puertas de la embajada a los refugiados políticos latinoamericanos y a la resistencia española. Además, actúa como delegado en la Conferencia sobre Ciencia y Desarrollo en Dubrovnik, Yugoslavia. En 1977 renuncia como embajador en Francia, en protesta contra el nombramiento del ex presidente Díaz Ordaz como primer embajador de México en España después de la muerte de Franco.

Ha alabado la figura de Fidel Castro y le ha puesto, en algunas ocasiones, reparos importantes. Ha elogiado también la apertura de Raúl Castro. Es amigo personal de hombres poderosos de la política mundial, como Bill Clinton o Jacques Chirac y de la economía empresarial como Alberto Cortina (ACS., Banco Zaragozano, etc.), el empresario Javier Merino, el propietario de la multinacional Cámper Llorenç Fluxà, Alfredo Sáenz (Vicepresidente del Banco Santander) los millonarios Josep María Ollé, Leopoldo Rodés o el hotelero Simón Pedro Barceló (Grupo Barceló).

Producción artística- literaria.

En cuanto a su producción artística- literaria, es necesario destacar la multilateralidad de Carlos Fuentes, pues durante su vida ha escrito y hecho de todo. A continuación, esbozo su producción:

Novelas
  • La región más transparente (México, Fondo de Cultura Económica, 1958)
  • Las buenas conciencias (1959)
  • La muerte de Artemio Cruz (1962)
  • Aura (1962). 12. ed. México: Ed. Era, 1977. (Biblioteca Era)
  • Zona Sagrada (México, Siglo XXI, 1967)
  • Cambio de piel (México, Joaquín Mortiz, 1967)
  • Cumpleaños (México, Joaquín Mortiz, 1969)
  • Terra Nostra (1975) Barcelona: Seix Barral, 1977. (Biblioteca breve; 385)
  • La cabeza de la hidra (1978) Barcelona: Argos, 1978.
  • Agua Quemada. Cuarteto Narrativo (1983) México: Fondo de Cultura Económica, 1983.
  • Gringo Viejo (1985) México: Fondo de Cultura económica, 1985. (Tierra firme)
  • Cristóbal Nonato. México: Fondo de Cultura económica, 1987. (Tierra firme)
  • La Campaña (1990); México: Santillana. (Alfaguara)(2002)
  • La Frontera de Cristal. Una novela en nueve cuentos (1995) 2. reimpr. Madrid: Santillana, 1996. (Alfaguara) ISBN 968-19-0268-8
  • Los años con Laura Díaz (México, Alfaguara, 1999)
  • Instinto de Inez (2001) México: Alfaguara, 2001
  • La Silla del Águila (2003), Alfaguara
  • Todas las familias felices (2006), Alfaguara
  • La voluntad y la fortuna (México, Alfaguara, 2008)
  • Adán en Edén (México, Alfaguara, 2009)
  • Vlad (México, Alfaguara, 2010)
  • Antología de cuentos Carolina Grau (México, Alfaguara, 2010)
Relatos y cuentos
  • Los días enmascarados (1954) que consta de seis relatos, entre los que destaca “Chac Mool”, uno de los cuentos más conocidos del autor
  • Cantar de ciegos (1964) Ed. Joaquín Mortiz, México, 1978. (Serie del volador) ISBN 978-97-0749-017-8
  • Chac Mool y otros cuentos (1973)
  • Agua quemada. 1. ed. México: CREA, 1983. (Biblioteca Joven; 4) ISBN 968-16-1577-8
  • Dos educaciones. Madrid: Mondadori, 1991. (Narrativa Mondadori) ISBN 84-397-1728-8
  • El naranjo, Alfaguara, 1994. Libro compuesto por 5 relatos: Las dos orillas (1991-92), Los hijos del conquistador (1992), Las dos Numancias (1992), Apolo y las putas (1991-92) y Las dos Américas (1992).
  • La frontera de cristal. Una novela en nueve cuentos (1995) 2. reimpr. Madrid: Santillana, 1996. (Alfaguara ) ISBN 968-19-0268-8 Incluye: La capitalina, La pena, El despojo, La raya del olvido, Malintzin de las maquilas, Las amigas, La frontera de cristal, La apuesta y Río GRANDE, río bravo
  • Inquieta compañía Alfaguara, 2004. Libro compuesto por 6 relatos: El amante del teatro, La gata de mi madre, La buena compañía, Calixta Brand, La bella durmiente y Vlad, Las Dos Elenas.
Ensayo
  • La nueva novela hispanoamericana (1969) 4. ed. México: Mortiz, 1974. (Cuadernos de Joaquín Mortiz; 4)
  • El mundo de José Luis Cuevas (1969)
  • Casa con dos puertas (1970)
  • Tiempo mexicano (1971)
  • Cervantes o la crítica de la lectura (1976) México: Joaquín Mortiz, 1976. (Cuadernos de Joaquín Mortiz; 42)
  • El espejo enterrado (1992)
  • Geografía de la novela (1993)
  • Tres discursos para dos aldeas. 1. ed., 1. reimpr. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 1993. (Colección popular; 489) ISBN 950-557-195-X
  • Nuevo tiempo mexicano (1995)
  • Retratos en el tiempo, junto con Carlos Fuentes Lemus (2000)
  • Los cinco soles de México: memoria de un milenio 1. ed. Barcelona: Seix Barral, 2000. (Biblioteca Breve) ISBN 84-322-1063-3
  • En esto creo (2002)
  • Contra Bush (2004)
  • Los 68 (2005).
Teatro
  • Todos los gatos son pardos (1970) Versión integra. 8. ed. México: Siglo Veintiuno ed., 1978.
  • El tuerto es rey 1.ed. México: Joaquín Mortiz, 1970. (Teatro del volador)
  • Los reinos originarios (1971)
  • Orquídeas a la luz de la luna. Comedia mexicana. Barcelona: Seix Barral, 1982. (Biblioteca breve; 494)
  • Ceremonias del alba (1990) Madrid: Mondadori, 1991. María Borges
Libretos de ópera
  • Santa Anna, libreto para una ópera en un acto puesto en metro músico por José María Vitier, compositor y pianista mexicano.
Cine.

Como gran aficionado al cine, Carlos fuentes también ha escrito guiones para numerosas películas, adaptado algunas obras a libretos y algunas de sus obras han sido llevadas a la pantalla grande por diversos directores:

  • Las dos Elenas (1964)
  • El gallo de oro (1964, junto con Gabriel García Márquez)
  • Un alma pura (1965)
  • Tiempo de morir (1966, junto con Gabriel García Márquez),
  • Pedro Páramo (adaptación de la novela de Juan Rulfo, con Carlos Velo, director, y Manuel Barbachano Ponce, 1967)
  • Ignacio (también adaptado de un cuento de Juan Rulfo, 1975).
  • Un alma pura (1965), Muñeca Reina (1972) y Vieja Moralidad (1988); estos tres films se basan en relatos del libro de cuentos de Cantar de ciegos.
  • Complot Petróleo: La cabeza de la hidra (1981).
  • Gringo viejo (1989).

Así mismo, el autor mexicano ha sido objeto de estudios y críticas del cine académico, destacando entre estas las vertidas por el profesor estadounidense Lanin A. Gyurko, de la Universidad de Arizona, quien ha demostrado en dos obras magistrales4, la influencia considerable de Carlos Fuentes sobre el cine norteamericano y la del cine sobre la obra literaria de Carlos Fuentes.

Reconocimientos
  • 1972 Premio Mazatlán de Literatura por “Tiempo mexicano”
  • 1976 Premio Xavier Villaurrutia por “Terra Nostra”.
  • 1977 Premio Rómulo Gallegos por “Terra Nostra”.
  • 1979 Premio Internacional Alfonso Reyes.
  • 1984 Premio Nacional de Literatura de México.
  • 1987 Premio Cervantes.
  • 1992 Legión de Honor.
  • 1992 Premio Internacional Menéndez Pelayo.
  • 1994 Premio Grizane Cavour.
  • 1994 Premio Príncipe de Asturias.
  • 1994 Medalla Picasso de la Unesco.
  • 2000 Doctorado honoris causa por la Universidad Veracruzana.
  • 2000 Doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de Sinaloa.
  • 2001 miembro honorario de la Academia Mexicana de la Lengua.
  • 2004 Premio Real Academia Española de creación literaria 2004, otorgado por la Real Academia Española, por el libro “En esto creo”.
  • 2008 Premio Internacional don Quijote de la Mancha.
  • 2009 Doctorado Honoris Causa en la Universidad de Quintana Roo.
  • 2009 Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica.
  • 2009 Premio González Ruano de Periodismo, otorgado por la Fundación MAPFRE, por el artículo “El Yucatán de Hernán Lara Zavala”.
  • 2009 Doctorado Honoris Causa en la Universidad de Veracruz.
  • 2009 Homenaje Nacional a Carlos Fuentes.
  • 2010 Doctorado Honoris Causa en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.

Para finalizar el esbozo biográfico de la vida de Carlos Fuentes, recalco que aunque su nombre ha figurado en las nóminas de candidatos al Premio Nobel durante las últimas dos décadas, codeándose con escritores de la talla de Mario Vargas Llosa, Ernesto Sábato, Mario Benedetti, entre otros, su proscripción de dicho reconocimiento es, hasta hoy, cuestión que atañe a la Academia Sueca de la Lengua e Historia de la Literatura.

MOVIMIENTO LITERARIO.

Según las especificaciones de la guía de análisis literario para una novela5, de la asignatura de Literatura III: Narrativa, y al subgénero de la novela que me ha sido asignado (la novela surrealista) debo ubicarla en un determinado movimiento literario en particular. Por tanto, diré que esta clase de novela es propia del siguiente movimiento:

El Surrealismo. Definición:

El surrealismo como movimiento artístico nace en Francia a mediados de la década de 1920. Su creador y máximo precursor fue André Bretón quien luego de romper lazos con el movimiento Dadá, publicó en 1924 el primer Manifiesto Surrealista, dando forma a la vanguardia literaria, plástica y de escultura subsiguiente.

El surrealismo no pretendió ser solamente una opción artística sino que quiso ser un movimiento que promoviera la revolución integral, la liberación total del hombre. Pretendió transformar la vida. Esa liberación total que buscan los surrealistas se centra fundamentalmente en dos áreas de la personalidad y de la vida. Por un lado buscan liberar al ser humano de sus propias represiones. En este aspecto, entroncan con la teoría del psicoanálisis de Freud. Pero también pretendieron una liberación de la represión que sobre el hombre ejerce la sociedad burguesa y su modelo de estado. En esta tendencia, el surrealismo se relacionará con el marxismo. En América Latina esta corriente artístico-literaria arriba a inicios de la década del 30, aproximadamente.

Características.

Para conseguir esa finalidad de liberar al ser humano de las represiones personales y sociales, los surrealistas se valieron de una serie de técnicas concretas, todas ellas buscando la libertad de creación y olvidando la razón, que luego pasaron a ser rasgos fundamentales del movimiento:

  • Escritura automática: liberación del lenguaje mediante metáforas, en las que se asocian términos que no tienen relación aparente, permitiendo que aparezcan libremente ideas, asociaciones y palabras que en casos llegan a ensamblarse de manera fortuita.
  • Reseña de sueños: enfatizaron su atención en lo irracional del ser humano, su inconsciente, la parte onírica de la persona.
  • A diferencia del dadaísmo, no reniega de la realidad sino que pretende acceder a la esencia última de esa realidad adentrándose en los campos profundos del pensamiento y dejando a éste libre de toda sujeción racional y, en gran medida, al margen de toda preocupación estética o moral.
CLASE DE NOVELA.
La novela surrealista. Definición:

La novela surrealista, o con las características del surrealismo, denominado también superrealismo, suprarrealismo o sobrerrealismo, es una narración extensa, con tendencias plásticas, que sostiene la primacía de los valores poéticos sobre los lógicos volcándose al terreno de lo onírico e inconsciente, con el propósito de sobrepasar la realidad y darle apariencia de verosimilitud a elementos pertenecientes al campo de los sueños y las asociaciones automáticas del subconscientes, exteriorizando la totalidad del alma humana. Además esta clase de novela rompe con los cánones discursivos de la novela tradicional.

Características.
  • Usa imágenes perturbadoras: presencia de profecías, sueños, humor negro, crueldad, satanismo y alusión a objetos surrealistas, como vías contrarias al sentimentalismo y romanticismo.
  • Recrea un mundo donde se encuentran elementos contradictorios de la vida, bajo la angustia represiva de una moral decadente, mediante la descripción de acciones o anécdotas escandalosas.
  • Emplea el automatismo psíquico, por medio del cual se intenta expresar, verbalmente o por escrito, o de cualquier otro modo, el proceso real del pensamiento, el dictado de la mente, libre de cualquier control de la razón, independiente de preocupaciones morales o estéticas.
  • Confluencia de tiempos y voces narrativas alternas.
Orígenes y representantes.

Esta clase de novela surge entre la década de 1920 y 1930 en Francia, de la mano con la poesía del mismo género. Entre sus precursores están Raymond Queneau (1903- 1976) y Louis Aragon (1897- 1982).

Sin embargo, fuera de las fronteras francesas, el surrealismo también fue cultivado por una pléyade de escritores de renombre universal. Entre ellos destacan:

  • En España, la llamada generación del 27 produjo algunos libros influidos por el surrealismo, como Federico García Lorca, Rafael Alberti y Vicente Aleixandre.
  • Argentina: Julio Cortázar, Jorge Luís Borges.
  • Cuba: Alejo Carpentier, José Lezama Lima.
  • México: Octavio Paz, Juan Rulfo.
  • Perú: César Vallejo.
MOTIVACIÓN DEL AUTOR PARA ESCRIBIR SU OBRA.

La obra de Carlos Fuentes incide en la experiencia de la degeneración, tanto social y política como humana del México de inicios de los años 1960. Como él es, ante todo, un novelista, sus novelas de índole social y política suelen encarnarse en personajes, es decir, conllevan un tratamiento de situaciones humanas concretas o, dicho de otro modo, la estructura de esas novelas se gesta a partir de ciertas existencias singulares. No obstante, sería un yerro total afirmar que la caracterización de Artemio Cruz reside en algún individuo concreto del contexto mexicano. Con el hecho de presentar a un sujeto mal hablado, audaz, corrupto, oportunista, el autor representa las paradojas de la historia reciente de su país, el sistema político que hasta hace poco gobernaba, las costumbres de la clase media y de la clase alta arraigadas en el poder, en conjunto, a través del arquetipo del acaudalado corrupto.

Con la aclaración anterior queda completamente descartada una especie de motivación intrapersonal, en Carlos Fuentes, al momento de estructurar su obra. Más bien, estamos ante un motivo extrapersonal, de corte socio- político, con el cual el autor pretende mostrar no sólo a su gente sino al mundo entero una visión panorámica, una radiografía de la historia contemporánea de México. También, busca exponer la evolución de un revolucionario que sufre una metamorfosis ético-política causada por el encanto del poder.

SÍNTESIS ARGUMENTAL.

La novela, La muerte de Artemio Cruz,no está estructurada en capítulos, sino en pequeños fragmentos que entrelazan las sensaciones él en su lecho de muerte con el recuerdo de los momentos más importantes de su vida, de forma que la novela es un continuo trasloque de tiempos y recuento de esas memorias.

En primer lugar, la narración comienza cuando Artemio, desde ese lecho recuerda el día anterior. Un viaje en avión desde Hermosillo, Sonora, hasta la Ciudad de México. Él es un hombre de negocios, pero no precisamente legales. Los va enumerando: Transportadores de pescado entre Sonora, Sinaloa y el D.F., un periódico, inversiones en bienes raíces (México, Puebla, Guadalajara, Monterrey, Culiacán, Hermosillo, Guaymas, Acapulco), domos de azufre en Jáltipan, las minas de Hidalgo, concesiones madereras en la Tarahumara, la participación en la cadena de hoteles, la fábrica de tubos, el comercio de pescado, las financieras de financieras, la red de operaciones bursátiles, las representaciones legales de compañías norteamericanas, la administración del empréstito ferrocarrilero, los puestos de consejero en instituciones fiduciarias, las acciones en empresas extranjeras -colorantes, acero, detergentes- y quince millones de dólares depositados en bancos de Zurich, Londres y Nueva York.

Luego enumera los pasos que integraron esa riqueza: Préstamos a corto plazo y alto interés a los campesinos del estado de Puebla, adquisición de terrenos cerca de Puebla previniendo su crecimiento gracias a la intervención del presidente en turno, adquisición de terrenos para fraccionamientos en la Ciudad de México, adquisición de un diario metropolitano, compra de acciones mineras y creación de empresas mixtas mexicano-norteamericanas donde fungirá como hombre de paja para hacer cumplir la ley, hombre de confianza de inversionistas norteamericanos, intermediario entre Chicago, Nueva York y el gobierno de México. Manejo en la bolsa de valores para inflarlos, deprimirlos, comprar o vender a su antojo y utilidad, negociaciones con el presidente Alemán, adquisición de terrenos ejidales arrebatados a los campesinos en las provincias del interior, nuevos fraccionamientos y concesiones en la explotación maderera. Junto a Artemio Cruz en su lecho de muerte se encuentran Catalina y Teresa, su esposa y su hija.

 

Después el hilo de la historia se interrumpe con la incorporación de un relato de épocas pasadas, (1941: Julio 6). Aquí Artemio Cruz va a la oficina en su limusina y al pasar por Bellas Artes ve a su mujer y su hija entrando a una tienda de vestidos de novia. Él se reúne con los gringos, hablan de la explotación de azufre y él negocia sus ganancias Dice que pueden explotar la mina hasta bien entrado el próximo siglo, pero que a él no lo van a explotar ni un minuto más. Luego va a comer con Padilla, su secretario para celebrar el éxito del trato con los gringos mientras su hija y su esposa van a desayunar a un Sanborns. En la calle una pelea de perros asusta a su mujer Catalina y ellas deciden regresar a su casa de las Lomas.

A continuación, las reflexiones y los recuerdos se mezclan en la cabeza de Artemio Cruz tendido en la cama. Por una parte empezamos a intuir que su relación con su mujer y su familia no es precisamente buena y por otra nos narra sus pensamientos, sus convicciones, sus deseos... Por ejemplo admite que siempre envidió y quiso ser como los del norte, como los gringos y que por eso hizo negocios con ellos, para de alguna forma sentirse aceptado por ellos, sentirse su igual. Desprecia a los de aquí, a los mexicanos y admira a los gringos pero se da cuenta de que no es igual que ellos que ven todo en blanco y negro, bueno y malo. Él sabe que todo extremo contiene su propia oposición.

 

Al terminar esos episodios de monologo interior, se arra la visita de Artemio Cruz al Sr. Gamaliel Bernal, diciéndole que fue el último hombre que vio a su hijo con vida, compartió celda con él. (1919: Mayo 20). Ahí ve por primera vez a Catalina, la hija de Bernal. Cenan juntos y hace piecitos con la hija por debajo de la mesa. Gonzalo Bernal, el hijo de Gamaliel, fue fusilado en Perales, pero antes Cruz tuvo una conversación con él. Cuando la tropa fue dispersada por el presidente Carranza Artemio decidió ir a Puebla, consciente de que después de la revolución saber un apellido, una dirección, una ciudad es saber mucho. Pretende aprovechar esta situación y se ríe al pensar que es él el que regresa en vez del hijo fusilado.

Antes de ir a casa de Bernal Artemio hace averiguaciones en el pueblo. El confidente de Bernal es el padre Páez, todo el mundo le debe dinero en el pueblo, aunque este año tiene deudas pues los campesinos se rebelaron y se negaron a utilizar sus tierras. Los deudores también se rebelaron y ya no le quieren pagar más. Artemio urde algo para quitarle las tierras a don Gamaliel. Promete dar préstamos a todos los campesinos a un interés más bajo que Gamaliel y propone que los derechos del viejo hacendado pasen gratuitamente a sus manos. Eso le cuenta al cura y éste se lo cuenta a don Gamaliel.

La hija y el padre hablan de esto y la muchacha se queja de cómo la miraba Cruz. El padre piensa que Cruz es el nuevo mundo surgido tras la guerra civil, la generación nueva que viene a destituir a la vieja destruyéndola. Don Gamaliel le dice a su hija que ese hombre puede salvarlos, que él se merece vivir los últimos años de su vida en paz. Artemio convence a Gamaliel de que entregue las tierras que le piden los campesinos que son malas, gane así su confianza y ellos pronto irán a trabajar las tierras fértiles de ellos. Hasta puede pasar por un héroe de la reforma agraria. Artemio Cruz piensa casarse con Catalina y para ello espanta a un tal Ramón que la pretendía.

En la cama, de nuevo, Padilla, su secretario, le trae a Artemio las grabaciones de sus conversaciones del día anterior, donde discute con los que dirigen su periódico y unos gringos sobre unos asuntos sindicales de los ferrocarrileros y como esto los puede perjudicar. Luego le ponen una inyección y se duerme. Empieza de nuevo a recordar.

 

Recuerda algunos días de la revolución, (1913: Diciembre 4), cuando Cruz se encontraba con los alzados en un pueblo, al lado de una mujer que conoció, Regina. Pasan días felices en el pueblo que está sirviendo de cuartel a los rebeldes. Sin embargo los federales mandan una contraofensiva y Cruz sale de nuevo al campo a combatirlos. Va a caballo con los suyos pero sus pensamientos están en el pueblo con Regina. De pronto los atacan. Su caballo cae abatido por las balas y él huye pensando de nuevo en Regina. Encuentra a un soldado herido, pero lo abandona para ver qué ha sucedido. Al rato aparece otro de los suyos. Cruz hace ademán de huir pero el soldado lo detiene diciéndole que los federales ya huyeron, que llegó la caballería y los vencieron, que no se ve bien, que regresen al cuartel. Artemio asiente pensando en Regina y en que ahora todos sabrán de su deserción en la batalla. Sin embargo el soldado le dice que le recibirán como a un héroe pues él y sus hombres detuvieron sin querer el avance de los federales y así consiguieron que la caballería pudiera reaccionar a tiempo.

Llegan al pueblo y allí descubren que los federales entraron por sorpresa al pueblo y aunque no pudieron llegar al cuartel se vengaron en los barrios aledaños. Él, en unos árboles donde han ahorcado a algunos del pueblo, encuentra a Regina. Lo llevan a acostar para que descanse y él recuerda sus momentos felices con Regina. Entonces entra en la fantasía de que ella no está muerta, sino que se fue hacia el sur, atravesó las líneas enemigas y se fue al siguiente pueblo donde le estaría esperando en otra habitación. Con estas ensoñaciones monta su caballo y atravesando las líneas de los federales siembra la muerte y la destrucción y se dirige hacia el sur.

De nuevo, desde su lecho de muerte, Artemio Cruz maldice a su hija y su esposa que se han quedado a su lado por el interés, por el dinero, pero que en el fondo odian todo lo que tienen pues todo se lo ha dado él. Al mismo tiempo vuelve a oírse una grabación donde hablan de los beneficios de Cruz administrando los empréstitos norteamericanos en los ferrocarriles y como esos líderes comunistas le quieren estropear el negocio. En la represión policial parece que hay un muerto y Cruz ordena a su periódico que tape la noticia y que la policía cierre la imprenta donde los trabajadores piensan publicar la noticia. También hablan de los negocios de la construcción de una carretera que Cruz quiere que pase por unas tierras que él compró, pero otro, Juan Felipe Couto, que también tiene tierras por allí quiere lo mismo y como planea difamarlo desde su periódico con noticias sobre sus líos de faldas.

Artemio piensa como su mujer, su hija y su yerno Gerardo quieren apresurar su muerte para quedarse con sus riquezas. Hacen que venga un cura. Llega el yerno y Artemio se ríe de él. Las mujeres dicen que está fingiendo, que no se va a morir y que solo se está riendo de ellas una vez más. Discuten y luego callan, mientras el cura le unta un aceite en el cuerpo a Artemio y pronuncia su "Ego te absolvo".

De nuevo entre sueños Cruz piensa que vivió setenta y un años sin darse cuenta de cómo funcionaba su cuerpo, pero hoy enfermo empieza a ser consciente de él. Pues la sangre que recorrió durante años una arteria con dificultad hoy ya no lo hará más, se parará y así se quedará estancada, pudriéndose. Entonces Catalina, su mujer, se acercará a él para preguntarle si necesita algo. Acariciará su frente y vendrá a recordarle, aunque sea al final, que la soberbia es superflua y la humildad necesaria. Sus dedos querrán calmar su dolor y decirle tal vez lo que no le dijeron hace cuarenta y tres años.

 

Al terminar ese episodio, Cruz recuerda como su mujer Catalina vive a su lado después de la muerte de su padre (1924: Junio 3). Como ella se pregunta a sí misma por qué no puede ser con su marido  igual de noche que de día, se pregunta si él siente realmente amor por ella. Mientras Cruz hace sus negocios con los campesinos y los convence para que le favorezcan a él y no a un tal Pizarro que también tiene tierras y un molino. Les dice que ya no lleven sus cosechas al molino de Pizarro.

Catalina sigue recordando a su padre y meditando sobre su situación actual al lado de Artemio. Catalina recuerda los últimos días de vida del padre, como él mismo organizó todo y le heredó a su hija y designó al yerno usufructuario y administrador. Los recuerdos de Catalina se entrelazan con la historia de la enemistad de Cruz y Pizarro. Ella se pregunta si no tiene derecho también a ser feliz, él quiere ganarse su amor, ser un hombre nuevo para ella, darle a entender que el tiempo duro ya ha pasado. Él desea borrar el origen de su alianza y hacerle entender que la había amado desde la primera vez que la vio en el pueblo, antes de saber quién era. Pero ella no puede olvidar como él llegó para quitarles todo. Lo ama pero al mismo tiempo no puede perdonar. Se debate entre olvidar y aceptar la posibilidad de una vida feliz o mantener hasta el fin el rencor que siente. Tienen un hijo y otro en camino.

En la presidencia municipal postulan a Cruz para diputado federal, postulación arreglada meses antes en Puebla y México a través de un gobierno que reconocía sus méritos revolucionarios, el haber abandonado el ejército para cumplir los postulados de la reforma agraria y el haber instaurado el orden en la comarca ante la ausencia de autoridad. Los matones de Pizarro le apuntan cuando sube al templete pero antes de que puedan disparar los partidarios de Cruz los matan. Finalmente discutan Cruz y su mujer y aunque Artemio le pide que olvide, que perdone, que sabe que lo quiere; ella se niega, le dice que no, que nunca podrá hacerlo. Así quedan los dos sin ofrecer o aceptar disculpas, separados definitivamente, fracasado el amor. Cruz va entonces a ver a una muchacha india que lo había recibido en su casa durante el primer embarazo de su mujer y la lleva a la casa grande, diciéndole que a partir de ahora ella vivirá allí. Catalina lo espera arriba en la recámara arrullando al hijo.

En el lecho, otra vez, se oyen las grabaciones que Padilla ha llevado. Teresa y Catalina están preocupadas porque no saben si Artemio ha dejado o no testamento y dónde se encuentra. Esto les puede acarrear muchos problemas y tratan de sacarle esta información. Pero él en sus pensamientos las maldice, por haberles dado todo y no habérselo agradecido. Porque, ¿qué hubieran sido sin él?, unas pobres “clasemedieras”, porque él les dio todo sin pedirles nada. Hubieran preferido que él fuera un “empleaducho”, pero él fue por todas, hay que ser de arriba o de abajo, no de en medio, sin embargo ellas siguen teniendo la cabeza de la mediocridad. Él recuerda a Regina que dio su vida por él y que se amaron.

Desde el lecho con el olor del incienso del cura recuerda otros tiempos. Recordará a sus hijos, al padre Páez, a esa mujer que amó con cuatro nombres, Regina, Laura, Catalina, Lilia. Recordará una conversación con el mayor Gavilán en un burdel después de la revolución, donde los hombres hablarán con la lengua del poder, de su futuro, de sus planes de servir a la patria siempre que eso ayude a sus intereses personales, que les ayude a enriquecerse y los que vengan después de ellos que se apañen. Rechazará la culpa de una moral que no escogió, que se encontró ya hecha. Artemio Cruz querrá ser inocente.

 

Posteriormente, se narra el encuentro de Cruz con un comandante de la policía (1927: Noviembre 23) y mientras juegan a la ruleta rusa éste último lo intenta convencer para que se ponga de su lado, es decir, del lado del presidente entrante, que piensa fusilar a los curas, y en contra del anterior. Una visita a la casa de citas de la Saturno con el general Jiménez y los suyos mientras su mujer Catalina esconde al padre Páez en el sótano de su casa. A la mañana siguiente después de recibir una llamada, el diputado Cruz se dirige a ofrecerle su lealtad al nuevo presidente y allí encuentra al general Jiménez y a otros que han ido a hacer lo mismo que él.

Al finalizar el recuerdo, Artemio sigue desde la cama disimulando, fingiendo que intenta recordar donde guardó el testamento. De pronto dice que en el doble fondo de un estuche de caoba. Ellas lo buscan en una mesa y lo encuentran, pero al abrirlo allí no hay nada. Sigue oyendo las cintas de Padilla donde se oyen las conversaciones en que Cruz habla con el subsecretario y lo insta a reprimir a los huelguistas o él y sus asociados retirarán su capital del país, más de cien millones de dólares. Artemio delira. Piensa en cosas de comer. Piensa en su familia. Piensa que chinguen a su madre. Luego, su subconsciente hará reflexiones sobre la chingada. Su masonería: la orden de la chingada. Su ley: chinga o te chingarán.

 

(1947: Septiembre 11)

A esa apología de la expresión “Chingada” se narra unas vacaciones de Cruz con Lilia, una amante para las vacaciones. Van desde el hotel donde se hospedan hasta un yate. Suben en una lancha que los llevará allí con un tal Xavier Adame. Cruz observa a su amante comer durazno y coquetear con Adame. Sabe que van a quedar en verse más tarde. Regresan al hotel y Lilia dice que va a acostarse a hacer la siesta. Él espera un rato y cuando sube a la recámara Lilia ya no está allí.

De nuevo, en su cama, siguen los problemas con los ferrocarrileros y sus mujeres siguen buscando el testamento. A la ves, un recuerdo que Catalina comparte con Artemio: “¿Lorenzo sin ti en aquella montaña? ¿Gonzalo contigo en este calabozo?” querrá hacerle recordar esto para hacerlo sentir culpable. Pero Artemio intentará recordar los días pasados con su hijo en su hacienda de Veracruz antes de que el partiera para España, intentará recordar aquellos días felices que su madre no conoció, tal vez para borrar el recuerdo culpable que Catalina quiere imponerle.

 

Ahora vuelven los recuerdos: El capitán Cruz va con un destacamento a interceptar alguna columna en fuga de Francisco Villa. (1915: Octubre 22). Con sus fuerzas leales a Carranza se interna en un cañón y los caballos villistas les tienden una emboscada. Un indígena yaqui, de nombre Tobías cae con su caballo y éste le aplasta las piernas. Caen en poder del coronel villista Zagal que los quiere llevar a la prisión de Perales. Lo montan a él en un caballo junto con el yaqui herido y se internan por los vericuetos de la sierra que solo son conocidos por los villistas para llevarlos al poblado chihuahuense y de allí a la prisión. Entran en una mina abandonada y el yaqui le dice que en la entrada está lleno de chiflones, que ruede del caballo y que allí no lo han de encontrar, que se olvide de él pues tiene las piernas rotas. Así lo hace. Desde su escondite oye los rumores de su persecución y espera. Intenta salir, pero los villistas han clausurado la entrada por donde él escapó con piedras. Busca el aire que sale por otras aberturas para buscar otra salida. Por fin sale por una abertura con la mala fortuna de que allí le esperan los villistas comiendo una cabra que han cazado. Llegan al pueblo de Perales. Meten al yaqui en el calabozo y el coronel llama a Cruz para que platique con él. Éste le propone que le informe de los planes de su ejército, pues sabe que ellos no eran más que una columna de expedición, y que él lo dejará libre. Cruz se niega y lo llevan al calabozo donde se encuentra el yaqui y el licenciado Bernal, un enviado de Carranza, a que espere la hora del fusilamiento.

Conversa Cruz con Gonzalo Bernal que fue enviado allí por Carranza para intentar convencer a los villistas de que se rindan y también le cuenta de Puebla y de los suyos. A Cruz no le gusta Bernal y sus modales de intelectual en medio de una guerra y entonces decide contarle un plan falso al coronel, pedir la vida del yaqui y dejar morir a Bernal. Así lo hace y el coronel le dice que si los está engañando lo sabrán y lo fusilarán. No puede hacer nada por el yaqui y los otros dos prisioneros son fusilados, pero en ese momento se oye llegar a los de Carranza. En la confusión del ataque Cruz consigue desarmar al coronel Zagal. Quedan solos pues todos los soldados villistas salen al encuentro de sus enemigos. Se baten en duelo y Cruz mata al coronel.

 

De vuelta en su lecho de muerte lo visita Gloria, su nieta. Siguen las rencillas familiares mientras parece que ya se han puesto bajo control los problemas con los ferrocarrileros. Cruz vuelve a despreciar a su familia. No los odia, simplemente no le interesan, los recuerda con la indiferencia de un trámite molesto y piensa que por supuesto que por ahí hay un testamento donde se acuerda de todos. Para que se sientan tranquilos.  También se sentirá un sobreviviente, pues tuvo que elegir, que tomar decisiones y otros murieron a su paso. Decidir, escoger uno de los caminos, abandonar todos los demás. Muchos morirán en el camino, pero él no, él sobrevivirá.

 

Siguiendo con los recuerdos, Artemio Cruz revivirá en su mente la temporada que pasó en París con una de sus amantes, Laura (1934: Agosto 12). Platican en el departamento que ella acaba de arreglar, que por lo que entendemos le ha puesto él para que puedan verse cuando quieran y recuerdan juntos aquella temporada en París, los conciertos, las visitas a los museos. Recibe Laura de pronto la llamada de una amiga, es Catalina, la mujer de Artemio y hablan sobre su departamento y un sofá que Catalina le quiere comprar para su casa. Beben whisky y platican sobre su mujer, sobre ellos, sobre París. Laura le insinúa que debe elegir, pero Cruz le dice que prefiere que todo siga como hasta ahora, que esas cosas hacen daño, que deben guardar las apariencias.

 

Repentinamente, despierta Cruz con un terrible dolor en el estómago, como si le hubiesen clavado un puñal en el ombligo. Su mujer e hija se acercan asustadas y llaman al doctor. Éste lo observa pero es incapaz de decir en qué consiste la enfermedad, una hernia estrangulada, una peritonitis, un cólico nefrítico...

 

Entre todo ese alboroto, Artemio recuerda de nuevo a su hijo. Como al principio lo dejó habitar el mundo de su madre tan alejado del trabajo paterno, pero a los doce años lo llevó a Cocuya, a la hacienda que había comprado solo para él, para que se criara en el campo, con la caza, los caballos , el nado , la pesca. Recordará un día cabalgando con su hijo y caminando por la playa escuchando los cantos jarochos y recordará cuando su hijo le habló del mar y le dijo que ya había comprado un pasaje para un barco que partía dentro de diez días. El hijo le dirá que al traerlo allí a Veracruz es como si hubiera vuelto a vivir la vida de Artemio y le comunicará su intención de unirse al frente en la guerra civil española.

 

El recuerdo siguiente narra como Lorenzo, el hijo de Artemio Cruz, se encuentra en una azotea con un español, Miguel, en los últimos momentos de la guerra civil española (1939: Febrero 3). Los dos cubren la retirada de algunos soldados republicanos ametrallados por los fascistas. De pronto llegan los aviones enemigos y empiezan a bombardear. Ellos deciden dejar su escondite y salen a la calle. Allí se encuentran con unas mujeres que, al verlos algo desorientados, les dicen que vayan con ellas. Salen todos de la ciudad y se encuentran frente a un puente. La decisión es clara: o cruzarlo o esperar a que los fusilen. Miguel dice que la guerra ya está pérdida, que no les queda nada más que huir, cruzar la frontera, llegar a Francia. Siguen caminando y Lorenzo va escribiendo a su padre, sus impresiones de la guerra, de España, de las ilusiones republicanas, de sus compañeros de armas... Siguen caminando y les llama la ilusión de llegar a la frontera, mientras Lorenzo se va enamorando de Dolores, una de las milicianas que los acompañan. Sin embargo ya en la fila de refugiadas que van a Francia con todas sus pertenencias, de pronto oyen el ruido del motor de un avión. Todos se esconden menos Lorenzo que es el único que trae un fusil con dos balas y entonces la ráfaga de metralla lo alcanza y muere.

 

Después del recuerdo, entre delirios Artemio Cruz oye los reproches de Catalina por la muerte de su hijo, de la cual lo cree culpable. El por su lado piensa en la muerte de su hijo y en la carta que recibió y en todas esas preguntas, ¿dónde, cuándo murió, quiénes lo acompañaban, cuáles eran sus nombres, qué dijo, cómo iba vestido? Mientras los médicos siguen discutiendo cual será la causa de la enfermedad de Cruz y él de pronto vomita sus propios excrementos para horror de todos los presentes. Piensa Artemio Cruz ahora desde la cama en la lectura de la carta de su hijo muerto y fantasea sobre la posibilidad de haber escogido otra vida, piensa en qué hubiera sucedido si hubiera hecho otras cosas, si hubiera tomado otras decisiones, qué hubiera sido de él, en qué se habría convertido. Piensa en el recuerdo mismo y también en la muerte.

 

Al terminar el episodio anterior, se narra la fiesta de San Silvestre en la enorme residencia de Coyoacán de Artemio Cruz (1955: diciembre 31). Allí está su amante Lilia, con la que parece vivir, ya que Catalina vive en su casa de las Lomas. Cruz oficia toda la ceremonia desde su sillón, como el anfitrión-rey  al que todos rinden pleitesía y nadie se atreve a molestar. Manjares de todo tipo, champán y otras bebidas, más de cien invitados y bailarinas exóticas. El poder festejándose a sí mismo. Retrato de la hipocresía.

 

De nuevo, Cruz delira sobre su lecho, ahora parece que una ambulancia lo lleva al hospital. Sus pensamientos vagan de nuevo por su pasado, sus mujeres, las que lo amaron y él amó, por su hijo, sus muertos, su propia lucha contra la muerte aquí y ahora. Lo bajan de la ambulancia y es mandado a la mesa de operaciones. Recuento, recapitulación al borde de la muerte. Parece que Artemio Cruz ya se prepara a morir y piensa en desprenderse de todo, deja todo y aún así hace recuento de los amores a su tierra, de todas sus cosas, grandes y pequeñas, buenas y mezquinas, para tal vez alcanzar la paz, ahora que el fin se junta con el principio y el origen con el destino.

 

De ahí se narra un importante suceso en la infancia de Artemio Cruz, de la que hasta ahora se sabía que había pasado en Veracruz (1903: Enero 18). El niño Cruz vive en una choza al lado del río con el mulato Lunero haciendo velas y pescando. Por la narración de Lunero nos enteramos de que Cruz lleva con él trece años y que es hijo de un terrateniente de aquellas tierras venido a menos, un tal Atanasio Menchaca que robó las tierras a los anteriores propietarios y luego se las robaron a él y lo mataron. Atanasio gustaba de ir por sus tierras violando a cuanta india o mulata se pusiera a su paso y una de éstas fue la hermana de Lucero, madre de Artemio.

Al lado del lugar donde viven Lunero y Cruz vive también la anciana madre de Atanasio Menchaca, Ludivinia; que lleva treinta años encerrada en su casa, desde que su hijo murió y les robaron las tierras, enloquecida; junto con su otro hijo borracho, Pedro. Hace treinta años murió Atanasio y eso le permitió a Lunero quedarse con el niño, ya que Atanasio lo hubiera mandado matar. Cuando las tierras pasaron al otro cacique llegaron muchos hombres a trabajar sus tierras y Lunero tuvo que inventar el trabajo de las velas y otros para poder seguir quedándose con Artemio y seguir viviendo allí, cerca de la casa de los Menchaca. Pero ahora Lunero está preocupado pues ayer llegó a visitarlo el enganchador del cacique y le dijo que se necesitaban hombres, que vendrían por él al día siguiente. Sabe que hoy tendrá que abandonar al niño y se quiere asegurar que sabe hacer bien su trabajo y que podrá apañárselas por él mismo. Artemio sospecha algo y cree que los responsables de la marcha de Lunero son los de la casa de al lado, los Menchaca. Sin hacer caso a las recomendaciones de Lunero se acerca a la casa, agarra una escopeta que encuentra en la puerta y cuando ve a Pedro Menchaca le dispara en la cara asesinándolo. La anciana Ludivinia sale al rato de oír el disparo y encuentra al enganchador que le pregunta por el negro y el niño, pero ella no sabe responder y los dos parecen haber escapado del lugar.

 

Artemio Cruz sigue delirando y entre estos delirios aparecen nuevas reflexiones sobre el tiempo pasado y recuerda el sonido de herraduras y el disparo que oyó a sus espaldas y que mató a Lunero.

 

Finalmente se narra brevemente el nacimiento de Artemio Cruz, el parto de Isabel Cruz en aquella choza asistida por su hermano Lunero (1889: Abril 9)y su subconsciente va describiendo como Artemio Cruz muere en la mesa de operaciones.

UBICACIÓN ESPACIO TEMPORAL DE LA NOVELA.
Lugares y épocas.

La historia en general se realiza durante todo el lapso de vida de Artemio Cruz, específicamente desde el nueve de abril de mil ochocientos ochenta y nueve (9-04-1889) hasta aproximadamente el nueve de abril de mil novecientos cincuenta y nueve (9-04-1959), fecha en la Artemio Cruz padece una ataque gástrico que lo tiende en cama. Curiosamente, el período de vida del personaje principal concuerda con momentos históricos de México: la época prerevolucionaria (finales del siglo XIX e inicios del sigloXX), época de la Revolución (1910 – 1919) y el período posrevolucionario (1920 – 1960).

Así mismo, en la obra se mencionan lugares geográficos concretos de México, entre ellos: Veracruz, el Distrito Federal, etc.

Ambientes.
  • Ambiente geográfico:

Este puede evidenciarse en esta breve descripción de una zona de la capital mexicana: “Él vio pasar el domo naranja y las columnas blancas, gordas, del Palacio de Bellas Artes pero miró hacia arriba, donde los cables se unían, separaban, corrían —no ellos, él con la cabeza recostada sobre la lana gris del asiento— paralelos o se enchufaban en los distribuidores de tensión: la portada ocre, veneciana del Correo y las esculturas frondosas, las ubres plenas y las cornucopias vaciadas del Banco de México…”6

  • Ambiente emocional- psicológico:

Este puede evidenciarse en cada una de las intervenciones en primera persona del personaje central: “No, no voy a abrir los labios: o esa línea arrugada, sin labios, en el reflejo del vidrio. Mantendré los brazos alargados sobre las sábanas. Las cobijas me llegan hasta el vientre. El estómago... ah... Y las piernas permanecen abiertas, con ese artefacto frío entre los muslos. Y el pecho sigue dormido, con el mismo hormigueo sordo que siento... que... que sentía cuando pasaba mucho tiempo sentado en el cine. Mala circulación, eso es. Nada más. Nada más. Nada grave. Nada más grave. Hay que pensar en el cuerpo. Agota pensar en el cuerpo. El propio cuerpo. El cuerpo unido. Cansa. No se piensa. Está. Pienso, testigo. Soy, cuerpo. Queda. Se va... se va...”7

  • Ambiente dualista:

Este se hace evidente con los recuerdos de Artemio Cruz: “YO siento esa mano que me acaricia y quisiera desprenderme de su tacto, pero carezco de fuerzas. Qué inútil caricia. Catalina. Qué inútil. ¿Qué vas a decirme? ¿Crees que has encontrado al fin las palabras que nunca te atreviste a pronunciar? ¿Hoy? Qué inútil. Que no se mueva tu lengua. No le permitas el ocio de una explicación. Sé fiel a lo que siempre aparentaste; sé fiel hasta el fin.” (Presente); "El señor Bernal, riendo, lo tomó del collar de cuero rojo y murmuró alguna excusa. Él no la entendió. De pie, abotonándose el saco con los movimientos precisos de la vida militar, alisándolo como si aún vistiera túnica de campaña, permaneció inmóvil ante la belleza de esa joven que no traspasaba el marco de la puerta. —Mi hija Catalina. No se movió. El pelo liso y castaño que caía sobre el cuello largo, caliente —desde lejos pudo ver el lustre de la nuca—, los ojos a un tiempo duros y líquidos, con una mirada temblorosa, una doble burbuja de vidrio: amarillos como los del padre, pero más francos, menos acostumbrados a fingir con naturalidad, reproducidos en las otras dualidades de ese cuerpo esbelto y lleno” (Pasado, recuerdo de la primera vez que vio a Catalina).8

CARACTERIZACIÓN DE LOS PERSONAJES.
  • Personaje principal:

Artemio Cruz: Más que el personaje principal es quién sustenta y da sentido a la diégesis. Toda la obra gira en torno a su vida. En el transcurso de la misma, su carácter va evolucionando desde los ideales de la Revolución hasta el pragmatismo y existencialismo.

  • Personajes secundarios:

Padilla: secretario personal de Artemio Cruz. Una de las pocas personas en las que verdaderamente confía Artemio: “Ah, Padilla, acércate. ¿Trajiste la grabadora? Si sabes lo que te conviene, la habrás traído aquí como la llevabas todas las noches a mi casa de Coyoacán. Hoy, más que nunca, querrás darme la impresión de que todo sigue igual. No perturbes los ritos, Padilla. Ah sí, te acercas. Ellas no quieren […] Yo asiento. Trato de sonreír. Como todos los días. Hombre de confianza, este Padilla. Claro que merece mi confianza. Claro que merece buena parte de mi herencia y la administración perpetua de todos mis bienes. Quién sino él. Él lo sabe todo. Ah, Padilla. ¿Sigues coleccionando todas las cintas de mis conversaciones en la oficina? Ah, Padilla, todo lo sabes. Tengo que pagarte bien. Te heredo mi reputación.”9

Regina: mujer revolucionaria, primer amor auténtico de Artemio Cruz. Único refugio de él en los difíciles momentos de la revolución: “La imaginación del joven saltó por encima del amor: la contempló dormida como si reposara del nuevo amor que en breves segundos la despertaría. ¿Cuándo es mayor la felicidad? Acarició el seno de Regina. Imaginar lo que será una nueva unión; la unión misma; la alegría fatigada del recuerdo y nuevamente el deseo pleno, aumentado por el amor, de un nuevo acto de amor: felicidad. Besó la oreja de Regina y vio de cerca su primera sonrisa: acercó el rostro para no perder el primer gesto de alegría. Sintió que la mano volvía a jugar con él…” 10Murió en una emboscada.

Gamaliel Bernal: latifundista, padre de Gonzalo y Catalina. Según las impresiones de Artemio, aquél era un hombre de honor, enchapado al antigua: trato amable, fino, pero no sin dar muestras de superioridad y aristocracia: “Él no perdía de vista los ojos ambarinos del anciano, demasiado resueltos a crear un ambiente de cordialidad, demasiado seguros detrás de la máscara de dulzura paternal. Quizás esos movimientos señoriales de las manos, esa nobleza fija del perfil y del mentón barbado, esa inclinación atenta de la cabeza, eran naturales. Él pensó que, no obstante, aun la naturalidad puede fingirse; a veces, la máscara disimula demasiado bien los gestos de un rostro que no existe fuera o debajo de ella. Y la máscara de don Gamaliel se parecía tanto a su verdadero rostro, que inquietaba pensar en la línea divisoria, en la sombra impalpable que podría separarlos: lo pensó y también que algún día podría decírselo al viejo sin tapujos.11

Gonzalo Bernal: hijo de Gamaliel Bernal. Artemio lo conoció horas antes de ser fusilado, a manos de un general de división de la tropa da Villa. Anarquista arrepentido, se dolía que la revolución hubiese perdido su razón de ser: “Mírame a mí. Toda la vida leyendo a Kropotkin, a Bakunin, al viejo Plejanov, con mis libros desde chamaco, discute y discute. Y a la hora de la hora, tengo que afiliarme con Carranza porque es el que parece gente decente, el que no me asusta. ¿Ves qué mariconería? Les tengo miedo a los pelados, a Villa y a Zapata... —Continuaré siendo una persona imposible mientras las personas que hoy son posibles sigan siendo posibles...”12Murió unos instantes antes de que las tropas de su bando liberasen tomases la base militar.

Catalina Bernal de Cruz: esposa de Artemio Cruz. En la novela se describe como una mujer bella: “El pelo liso y castaño que caía sobre el cuello largo, caliente —desde lejos pudo ver el lustre de la nuca—, los ojos a un tiempo duros y líquidos, con una mirada temblorosa, una doble burbuja de vidrio: amarillos como los del padre, pero más francos, menos acostumbrados a fingir con naturalidad, reproducidos en las otras dualidades de ese cuerpo esbelto y lleno, en los labios húmedos y entreabiertos, en los pechos altos y apretados: ojos, labios, senos duros y suaves, de una consistencia alternada entre el desamparo y el rencor”.13 Se casó con él a edad de veinte años. Odiaba a Artemio por haberle destruido su vida. Nunca lo amó de verdad.

Teresa Cruz: hija de Artemio Cruz. Sentía cierta repulsión por su padre pues éste nunca había sabido serlo para ella: “Mira: aprende de tu hija. Teresa. Nuestra hija. Qué difícil. Qué inútil pronombre. Nuestra. Ella no finge. Ella no tiene nada que decir. Mírala. Sentada con las manos dobladas y el traje negro, esperando. Ella no finge. Antes, lejos de mi oído, te habrá dicho: «—Ojalá todo pase pronto. Porque él es capaz de estarse haciendo el enfermo, con tal de mortificarnos a nosotras.» Algo así te debe haber dicho. Escuché algo semejante cuando desperté esta mañana de ese sueño largo y plácido.”14

Lorenzo Cruz: hijo de Artemio Cruz, muere en la guerra civil española: “Todos de boca, entre las rocas, debajo de las carretas. Todos menos ese fusil que todavía tenía dos balas. Y no tira, maldito naranjero, maldita escoba oxidada, no tira por más que apriete el gatillo, de pie, hasta que el ruido pase sobre las cabezas, los llene de esa sombra veloz y de una metralla que gotea sobre la tierra y truena sobre la piedra...

«—¡Abajo, Lorenzo, abajo, mexicano!»

Abajo, abajo, abajo, Lorenzo, y esas botas nuevas sobre la tierra seca, Lorenzo, y tu fusil al suelo, mexicano, y una marea dentro de tu estómago, como si llevaras el océano en las entrañas y ya tu rostro sobre la tierra con tus ojos verdes y abiertos y un sueño a medias, entre el sol y la noche, mientras ella grita y tú sabes que al fin las botas le van a servir al pobrecito de Miguel con su barba rubia y sus arrugas blancas y dentro de un minuto Dolores se arrojará sobre ti, Lorenzo, y Miguel le dirá que es inútil, llorando por primera vez, que deben seguir el camino, que la vida está del otro lado de las montañas, la vida y la libertad, porque sí, ésas fueron las palabras que escribió: tomaron esa carta, la sacaron de la camisa manchada, ella la apretó entre las manos, ¡qué calor!, si cae la nieve lo sepultará, cuando lo besaste otra vez, Dolores, arrojada sobre su cuerpo y él quiso llevarte al mar, a caballo, antes de tocar su sangre y dormirse contigo en sus ojos... qué verde... no te olvides...15

Laura: amante de Artemio Cruz, segundo amor auténtico. Aunque sabía su condición con él, le exigió que dejase a Catalina y se fuesen lejos. Cruz no quiso. La abandonó: “—Date cuenta, Laura, por favor. Esas cosas dañan. Hay que saber cuidar...

¿Las apariencias? ¿O el miedo? Si no pasará nada, ten la seguridad de que no pasará nada.

Debíamos salir.

Ya no. No, ya no. Ponlo más alto.

Los violines chocaron contra los cristales: la alegría, la renuncia. La alegría es esa mueca forzada debajo de los ojos claros y brillantes. Él tomó el sombrero de una silla. Caminó hacia la puerta del apartamento. Se detuvo con la mano sobre la perilla. Miró hacia atrás. Laura acurrucada, con los cojines entre los brazos, de espaldas a él. Salió. Cerró la puerta con cuidado.”16

Lilia: segunda amante de Artemio Cruz. Mujer interesada en la riqueza y el poder: “Entonces él acarició la mano de Lilia y la mujer lo ayudó a subir, tomándolo del codo, agachándose para sostenerlo mejor. Sonrió:—¿No te cansaste mucho? Él negó con la cabeza y volvió a acariciar la mano”.17

TEMA PRINCIPAL Y TEMAS SECUNDARIOS.
  • Tema principal:

Búsqueda del Poder en el estado mexicano post revolucionario.

  • Temas secundarios:

Pérdida del sentido e ideales de la Revolución, Existencialismo y Corrupción.

PUNTO DE VISTA.

Debido a la riqueza de la obra, el autor tuvo a bien emplear más de una modalidad de narrador en la obra. A continuación detallo este aspecto.

  • Narrador extradiegético.

Esta modalidad discursiva es utilizada en todos los recuerdos de Artemio Cruz, donde el manejo de la tercera persona, como testigo de los sucesos, y la omnisciencia son evidentes:

Él aprovechó que el viejo le daba la espalda para descargar la interrogación oculta. Ni un solo rasgo del señor Bernal rompía la armónica nobleza del conjunto: visto de espaldas, caminaba con elegancia y rectitud: el pelo blanco, un poco suelto, coronaba al anciano que se dirigía a la puerta. Era inquietante —se inquietó al pensarlo otra vez—; era demasiado perfecto. Posiblemente, su cortesía no era sino la compañera natural de su ingenuidad. El pensamiento le molestó: el viejo caminaba con pasos lentos hacia la puerta, el perro ladraba: la lucha sería demasiado fácil, carecería de sabor. ¿Pero si, en cambio, la amabilidad disfrazaba la astucia del viejo?18

  • Narrador intradiegético:

Esta modalidad del narrador es utilizada en cada intervención de Artemio, en el presente, cuando va dando sus impresiones ante su estado de salud. El manejo de primera persona, como protagonista, es evidente:

YO siento que unas manos me toman de las axilas y me levantan para acomodarme mejor contra los almohadones suaves y el lino fresco es como un bálsamo para mi cuerpo ardiente y frío; siento esto pero al abrir los ojos veo enfrente de mí ese periódico abierto que oculta el rostro del lector: pienso que Vida Mexicana está allí, estará todos los días, saldrá todos los días y no habrá poder humano que lo impida. Teresa —es la que lee el periódico— lo suelta con alarma.”19

  • Narrador en segunda persona:

Esta última modalidad del narrador presente en la obra no es muy común en la literatura. Sin embargo Carlos Fuentes, influenciado por las corrientes vanguardistas de la época y como precursor de una nueva narrativa latinoamericana, hace acopio de él. Aunque, es necesario destacar que el manejo de los tiempos verbales de este narrador, casi en su totalidad, es en tiempo futuro:

TÚ cerrarás los ojos, consciente de que tus párpados no son opacos, de que a pesar de que los cierras la luz penetra hasta la retina: la luz del sol que se detendrá, enmarcado por la ventana abierta, a la altura de tus ojos cerrados: los ojos cerrados que eliminan el detalle de la visión, alteran la brillantez y el color pero no eliminan la visión misma, la misma luz de ese centavo de cobre que se derretirá hacia el poniente. Cerrarás los ojos y creerás ver más: sólo verás lo que tu cerebro quiera que veas: más que lo ofrecido por el mundo: cerrarás los ojos y el mundo exterior ya no competirá con tu visión imaginativa. Cerrarás los párpados y esa luz inmóvil, invariable, repetida del sol creará detrás de tus párpados otro mundo en movimiento: luz en movimiento, luz que puede fatigar, amedrentar, confundir, alegrar, entristecer: detrás de tus párpados cerrados, sabrás que la intensidad de una luz que penetrara hasta el fondo de esa placa reducida e imperfecta podría provocarte sentimientos ajenos a tu voluntad, a tu estado. Y sin embargo, podrás cerrar los ojos, inventar una ceguera pasajera. No podrás cerrar tus oídos, simular una sordera ficticia; dejar de tocar algo, así sea el aire, con tus dedos, imaginar una insensibilidad absoluta…” 20

TÉCNICAS NARRATIVAS.
  • Tratamiento del tiempo.

A grandes rasgos, la novela “La Muerte de Artemio Cruz” es una constante de saltos históricos. Dicha manera de disponer el tiempo se conoce como TRASLOQUE, la cual siendo herencia directa de la técnica surrealista “Cinematografía”, consiste en la ruptura lógica del tiempo en función de la trama. Así, a primera vista, la novela no tiene una consecución tradicional de los capítulos. Sólo se muestra un mosaico de 38 fragmentos de extensión variada.

Sin embargo, al hacer la lectura y el análisis correspondiente, la obra revela que la estructura formal e interna de estos fragmentos permite organizarlos en 12 partes integradas por tres fragmentos cada una, a la que se agregan dos fragmentos finales, a manera de epílogo. Estas 12 partes constituyen verdaderos capítulos de organización formal paralela, compuestos cada uno de tres instancias diferenciadas por la triple determinación del tiempo (presente, futuro, pasado), la persona verbal (Yo, Tú, Él) y el portador de la perspectiva (la conciencia, el subconsciente, la memoria). Los fragmentos que ocupan el primer lugar en cada una de estas partes, iniciados todos por el pronombre Yo, van entregando el presente de la conciencia de Artemio Cruz en su agonía. En ellos se mezclan las voces de quienes lo asisten, sus propios pensamientos y ciertas asociaciones recurrentes, que van reflejando, por medio de una dislocación sintáctica progresiva, la disolución de esta conciencia ante el avance de la muerte.

Los segundos, encabezados por el pronombre personal Tú, revelan una voz intemporal, que cogiendo algunos elementos de la conciencia, esboza en futuro, una posibilidad de opción, de elección, abstraída de ciertos momentos claves y definitorios en la existencia del personaje.

Por último, los fragmentos que van en tercer lugar, encabezados por el pronombre personal Él, rescatan del pasado, por medio de la memoria, 12 episodios de la vida de Artemio Cruz, 12 momentos que constituyeron otras tantas posibilidades de elección que al resolverse fueron conformando el ser definitivo de ese personaje que ahora agoniza. Estos fragmentos de la novela indican la fecha precisa del día, mes y año en que ocurrieron los sucesos que actualizan.

Es necesario decir que en los fragmentos o párrafos finales (37 y 38), el Yo de la conciencia y el presente son apenas un último aliento de vida que se deslíe en el sueño de la anestesia y la muerte, y luego el subconsciente vagamente alcanza a registrar el instante último de la disolución definitiva. No está allí el fragmento del pasado que completaría desde el punto de vista formal el paralelismo, porque éste está constituido en cierto modo por toda la obra, por ese último día de Artemio Cruz, que cierra el ciclo total del nacimiento y de la muerte, ahora que “su vida y su destino son la misma cosa”. Lo expuesto hasta aquí, se puede ver con mayor claridad en el siguiente gráfico:

YO (Consciencia)

TÚ (Subconsciente)

ÉL (Memoria)

1

1

2

3

2

4

5

6

3

P 7

8

9

4

R 10

F 11

P 12

5

E 13

U 14

A 15

6

S 16

T 17

S 18

7

E 19

U 20

A 21

8

N 22

R 23

D 24

9

T 25

O 26

O 27

10

E 28

29

30

11

31

32

33

12

34

35

36

37

38

Asimismo, en la historia se identifica la técnica de los vasos comunicantes, donde cada una de las voces complementan, a través de sus respectivos relatos, una historia subyacente englobante: la vida de Artemio Cruz. Esto se evidencia en los siguientes ejemplos:

Él descendió del caballo. Se acercó. Abrazó la falda almidonada de Regina con un grito roto, flemoso: con su primer llanto de hombre. Aparicio y Gavilán lo condujeron al cuarto de la muchacha. Lo obligaron a recostarse, le cambiaron el trapo sucio por una venda, le limpiaron la herida. Cuando salieron, él abrazó la almohada y escondió el rostro. Quería dormir, nada más, y en secreto se dijo que acaso el sueño podía volver a igualarlos, a reunirlos. Se dio cuenta de que era imposible; de que ahora, sobre esa cama de mosquiteros amarillentos, podía percibirse con una intensidad superior a la de la presencia el olor de la cabellera húmeda, del cuerpo liso, de los muslos tibios. Estaba allí como nunca lo había estado en realidad, más viva que nunca en la cabeza afiebrada del joven: más ella, más suya, ahora que la recordaba. Quizás, durante sus breves meses de amor, nunca vio la belleza de los ojos con tanta emoción, ni pudo compararlos, como ahora, con sus gemelos brillantes: joyas negras, hondo mar quieto bajo el sol, fondo de arena mecida en el tiempo, cerezas oscuras del árbol de carne y entrañas calientes.”21 Aquí Artemio hace referencia a Regina y su muerte, a su recuerdo y de los sentimientos que sintió por ella. Luego, en el siguiente fragmento, hablando en primera persona, hace referencia de nuevo, a dicho recuerdo: “YO sobreviví. Regina. ¿Cómo te llamabas? No. Tú Regina. ¿Cómo te llamabas tú, soldado sin nombre? Sobreviví. Ustedes murieron. Yo sobreviví. Ah, me han dejado en paz. Creen que estoy dormido. Te recordé, recordé tu nombre. Pero tú no tienes nombre. Y los dos avanzan hacia mí, tomados de la mano, con sus cuencas vaciadas, creyendo que van a convencerme, a provocar mi compasión. Ah, no. No les debo la vida a ustedes. Se la debo a mi orgullo, ¿me oyen?...”22Con lo anterior se evidencia que aunque hay tres narraciones diferentes en la obra, todas están interconectadas en una historia mayor. La vida de Artemio.

REALIDAD Y FICCIÓN.

Como ya se específico en el estudio del contexto de la obra, la Revolución Mexicana se llevó a cabo con un único objetivo: derrocar a Porfirio Díaz, y con él a todo el aparato hegemónico heredado de la colonia.

Sin embargo, aunque los ideales de dicha insurrección fueron nobles en un principio, los diversos gobiernos que sucedieron al derrocamiento de Díaz repitieron, e incluso fueron más allá, en muestras de corrupción. Esto fue muy bien aprovechado por Artemio Cruz pues en esta situación acumuló sus riquezas. Por ejemplo, un aspecto de ficcionalidad se evidencia en el siguiente fragmento:

“… jauja y consolidación definitivas con el presidente Alemán: adquisición de terrenos ejidales arrebatados a los campesinos para proyectar nuevos fraccionamientos en ciudades del interior, concesiones de explotación de madera.”23

Lo anterior hace referencia a la corrupción latente durante el gobierno del presidente Miguel Alemán (1946 -1952), pero con el aditivo del oportunismo de Artemio. Luego, aunque en la época histórica los periódicos de alguna manera fueron fácilmente adquiridos por los grupos hegemónicos, en la obra se hace referencia a éstos como medios para difundir advertencias o propaganda particular. Veamos el ejemplo:

«—María Luisa. Este Juan Felipe Couto, como siempre, quiere pasarse de listo... Es todo, Díaz... Pásame el vaso de agua, muñeca. Digo: quiere pasarse de listo. Igual que con Federico Robles, ¿te acuerdas? Pero conmigo, no se va a poder...

»—¿Cuándo, mi capitán?

»—Obtuvo con mi ayuda la concesión para construir esa carretera en Sonora. Incluso lo ayudé para que le aprobaran un presupuesto como tres veces superior al costo real de la obra, en la inteligencia de que la carretera pasaría por los distritos de riego que le compré a los ejidatarios. Acabo de informarme de que el lángara también compró sus tierritas por aquel rumbo y piensa desviar el trazo de la carretera para que pase por sus propiedades...

»—¡Pero qué cerdo! Tan decente que parece...

»—Entonces, muñequita, ya sabes; metes unos cuantos chismes en tu columna hablando del inminente divorcio de nuestro prohombre. Muy suavecito, no más para que se nos asuste.

»—Además, tenemos unas fotos de Couto en un cabaret con una güerota que de plano no es Madame Couto.

»—Resérvatela por si no responde...»”24

FIGURAS LITERARIAS.
  • Metáfora:

“… que saldrá de la capital de Sonora, donde hará un calor infernal… ”25

“… alargarás los brazos y detrás de los ojos cerrados verás los colores de tu mente…”26

“… la memoria es el deseo satisfecho…”27

  • Enumeración:

Todo un muro de tu despacho estará cubierto por ese cuadro que indica la extensión de y las relaciones entre los negocios manejados: el periódico, las inversiones en bienes raíces —México, Puebla, Guadalajara, Monterrey, Culiacán, Hermosillo, Guaymas, Acapulco—…”28

“… descenderás con tus diez mil millones de células cerebrales, con tu pila eléctrica en la cabeza, plástico, mutable, a explorar, satisfacer tu curiosidad, proponerte fines, realizarlos con el menor esfuerzo, evitar las dificultades, prever, aprender, olvidar, recordar, unir ideas, reconocer formas, sumar grados…”29

  • Polisíndeton:

El automóvil se detuvo en la esquina de Isabel la Católica y el chófer le abrió la puerta y se quitó la gorra y él, en cambio, se colocó el fieltro, peinándose con los dedos los mechones de las sienes que le quedaron fuera del sombrero y esa corte de vendedores de billetes y limpiabotas y mujeres enrebozadas y niños con el labio superior embarrado de moco lo rodearon”30

  • Interrogación retórica:

¿Qué vas a decirme? ¿Crees que has encontrado al fin las palabras que nunca te atreviste a pronunciar?”31

  • Sinestesia:

pero en tu medio sueño, la fibra nerviosa que conducirá el impulso de la luz no conectará con la zona de la visión: escucharás el color, como gustarás los tactos, tocarás el ruido, verás los olores, olerás el gusto:”32

  • Anáfora:

Siempre verás, siempre tocarás, siempre gustarás, siempre olerás, siempre escucharás: habrás gritado cuando te atraviesen la piel con esa aguja llena de un líquido calmante;”33

  • Epítetos:

Desde la butaca del tetramotor, verás una ciudad plana y gris…”34

VISIÓN DE MUNDO DEL AUTOR.

En La muerte de Artemio Cruz, Carlos Fuentes da una síntesis crítica del poder que emerge del México post revolucionario. En ella se representa la Historia del Poder, a través de una biografía no oficial de su país.

Al mismo tiempo presenta una realidad donde todo se transforma y se reelabora, con una ideología antinacionalista, en el mejor y más saludable sentido de la palabra. Asimismo su crítica a la Revolución no es indulgente porque ésta está prostituida gracias a la acción de sus prohombres. Está vaciada de sentido, puesto que, el Poder que ellos administran la ha transformado en negativo. Además busca plasmar la primera visión pesimista y “negra” de los narradores de la Revolución sin ninguna contemplación.

En cuanto al Poder, Carlos Fuentes postula que éste, unido a su intrínseco aliado: el Capital, le sustrajeron también el sentido al proceso de cambios que habría tenido que refundase con la Revolución: valores de justicia y solidaridad en el país, para hacer de México una verdadera Nación.

JUICIOS CRÍTICOS EN TORNO A LA OBRA.

Él abrió los ojos repentinamente. Una blanca luz, proveniente de alguna ventanuca se estrellaba directo en sus pupilas. Podía escuchar el olor de la sal en las olas, el sabor del viento costeño y los llantos de un par de caracoles arrastrados por el oleaje. Sus manos fueron recuperando poco a poco el vigor y temblorosas palparon las delicadas sábanas que envolvían la cama donde había reposado quien sabe cuanto tiempo. Se sentó, buscó sus sandalias donde la había dejado y salió por una diminuta puerta improvisada a darle los buenos días al poderoso Poseidón.

Al otro lado de la cabaña, un par de disparos llamaron su atención. Él no recordaba qué originaba aquellos ruidos, pero un leve punzón en el pecho lo detuvo un par de segundos con el propósito de que no apresurase el paso. Claro, parecía como si aquel viejo carapacho que envolvía al hombre no hubiese permitido que este fuese más deprisa a contemplar lo que quería.

Cuando llegó nada parecía extraño, salvo la delicada joven que se había sentado sobre una roca labrada por el mar, con la mirada perdida en el horizonte, como esperando con anhelo un deleite que nunca llegaba. El cuadro le pareció extraño, exageradamente extraño, como si al verlo encontrase en el un leve momento de su alma y existencia… de pronto, y de la nada, apareció un joven alto, serio, con el ímpetu de un volcán ardiente en su mirada. Él quiso advertirle a ella del impertinente que se acercaba, pero, de nuevo, su cuerpo, sus labios, su lengua, todos juntos confabularon para que aquel viejo no interrumpiese ese instante infinito… se repuso; enfocó su mirada: el joven, cuyos ojos eran de color verde iba viendo su reflejo en el escaso oleaje que llegaba hasta sus blanquecinos pies; ella, colocándose las manos entre los muslos, lo miró de reojo y hundió nuevamente sus ambarinos iris en el azul del abismo… el la tomó entre sus brazos, ella lo abrazó también… y luego vio al viejo de reojo, con ojos de hielo, con ojos de fuego, con ojos de estrella, con ojos de mar, tierra y cielo. Él lo comprendió, ella se volteó.

Y entre sus ropas blancas, aparecieron los brazos de Regina… su dulce y amada Regina. De nuevo sintió el soplo de la vida en su pecho, cuando élla dijo en tono celestial: -Vamos Artemio, este ya no es nuestro lugar… avancemos entre las olas y fundamos en el amar.

Sí. Él sabía que de nuevo estaba vivo… y vivo con vida nueva: -Ya no habrá quien se interponga entre nosotros –dijo élla- ahora ya nada ni nadie se interpone entre nosotros. Ven… no temas… es tu hacienda y en el banquete te están esperando.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

1 Ko, Hide –Sun. Situación política postrevolucionaria de México en La Muerte de Artemio Cruz. Dankook University.

2 Ibid., p. 10.

3Para profundizar más sobre este suceso, léase el articulo de Oliver Debroise, “Los surrealista y México” en la siguiente referencia: http://www.arte-mexico.com/critica/od65.htm

4 The Shattered Screen. Myth and Demythification in the Art of Carlos Fuentes and Billy Wilder (New Orleans: University Press of the South, 2009); Magic Lens. The Transformation of the Visual Arts in the Narrative World of Carlos Fuentes (New Orleans: University Press of the South, 2010).

5 Existe un evidente divergencia entre la obra de Carlos Fuentes: “La Muerte de Artemio Cruz”, y el movimiento literario y la clase de novela propuesta, ya que la obra tal se circunscribe al movimiento del Boom Latinoamericano y aunque se reconocen elementos surrealistas en la trama, sería limitar la creación del escrito mexicano a la camisa de fuerza del surrealismo.

6 Fuentes, Carlos. La Muerte de Artemio Cruz. Salvat Editores, S.A. España. 1982.

7 Ob. Cit. Pág. 21.

8 Ob. Cit. Págs. 25, 32.

9 Ob. Cit. Pág. 26

10 Ob. Cit. Pág. 50

11 Ob. Cit. Pág. 31

12 Ob. Cit. Pág. 130

13 Ob. Cit. Pág. 33

14 Ob. Cit. Pág. 25

15 Ob. Cit. Pág. 160

16 Ob. Cit. Pág. 146

17 Ob. Cit. Pág. 178

18 Ob. Cit. Pág. 32

19 Ob. Cit. Pág. 42

20 Ob. Cit. Pág. 45

21 Ob. Cit. Pág. 59

22 Ob. Cit. Pág. 61

23 Ob. Cit. Pág. 17

24 Ob. Cit. Pág. 63

25 Ob. Cit. Pág. 16

26 Ob. Cit. Pág. 46

27 Ob. Cit. Pág. 47

28 Ob. Cit. Pág. 17

29 Ob. Cit. Pág. 139

30 Ob. Cit. Pág. 21

31 Ob. Cit. Pág. 25

32 Ob. Cit. Pág. 46

33 Ob. Cit. Pág. 46

34 Ob. Cit. Pág. 16




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Enviado por:Salvador Román
Idioma: castellano
País: El Salvador

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