La metamorfosis

Esta obra es una de las novelas de siglo XX, paradigma del cambio que sufrió la literatura de este siglo junto a otras obras como el árbol de la ciencia o La montaña mágica de Thomas Mann.

Esta gran obra de la literatura del siglo XX narra una historia que sucede en un ambiente burgués muy marcado por el deseo por el dinero y la enfermiza preocupación por el empleo.

La novela narra una historia por completo surrealista, que sale de los límites del tiempo y el espacio, pero el modo en el que está contada es absolutamente realista. Trata los acontecimientos absurdos, que en ella suceden, como algo corriente, susceptible de suceder cada día en ese tipo de ambiente.

Esta manera de contar la historia esconde en su interior un sentido más profundo. Muestra las inquietudes, frustraciones y ambiciones comunes al ser humano de una forma sutil al mismo tiempo que rompedora.

Gregor Samsa es un empelado que viaja mucho y que mantiene orgullosamente a su familia permitiendo entre otras cosas que su hermana siga con sus estudios de música. Una mañana despierta de sus inquietantes sueños para descubrir que no es el mismo que cuando se durmió. Su alma y su mente están intactas, pero su cuerpo ha sufrido una horrible transformación. Asustado por la situación, y aterrorizado con su nuevo aspecto intenta desde un principio que las nuevos acontecimientos no salpiquen a su empleo y a la relación con su familia. Esto se convierte en una tarea inútil; su apariencia repugna a todos y aunque en un principio, algunos de ellos intentan ayudarle, acaban desistiendo y se vuelven en su contra. Pasa de ser el cabeza de familia a ser un pesado lastre y no ser valorado. Desde una determinada perspectiva podría considerarse que muestra la deshumanización del hombre, de como, tras la conveniencia, nos volvemos frívolos y esta transformación es el castigo por esa forma de ser o por el contrario es el grado máximo de frivolidad que llega a transformar al ser humano por completo incluso físicamente. Todo esto dentro del contexto surrealista de la obra.

Representa una sociedad en la que el individuo es rechazado por los demás cuando se sale de la “normalidad”. Habla de la desolación, de la soledad y el aislacionismo. Otro modo de considerar que el protagonista de la obra se convierta en un gran insecto podría ser una manera de expresar el aislacionismo de las personas que no siguen las pautas que dicta la sociedad o que al no seguir esas pautas nos convertimos en insectos, extraños para los demás.

En cualquier caso, es tanto una crítica hacia la sociedad de ese momento y hacia su modo de ver la vida como una critica hacia el protagonista, que parece haber recibido su merecido por ser un claro representante de esa sociedad que ahora le repudia.

El resto de la historia narra las penurias que va sufriendo el personaje. Cada vez más, va asumiendo su nuevo papel y disfruta en algunas ocasiones de su existencia repugnante. Huye de la luz como el resto de la familia huye de él.

Pero durante la obra vemos una excepción; la criada sigue tratándolo como si nada hubiese pasado y se comporta bien con él e incluso le da de comer y conversan amigablemente. Es una forma de decir que ella tampoco pertenece a la sociedad frívola y únicamente preocupada por la ganancia. Por esa razón se entiende a la perfección con Gregor ya que ambos son dos extraños en su mundo, con una gran diferencia entre los dos claro está.

Finalmente Gregor muere a causa del golpe de una manzana, lanzada por su madre, que atraviesa su caparazón. Su muerte no afecta a nadie ya que estaba considerado de antemano como alguien o algo que ya no pertenecía a sus vidas.

La criada es la única que se percata de su muerte y la arroja al cubo de la basura diciendo: “¡Pobre bestia!”

En esta obra se utilizan los símbolos de manera muy realista y se explican en profundidad y de manera objetiva los estado de ánimo.

Este tipo de ideas, soledad, desolación, aislacionismo tan presentes en esta obra, también son muy comunes en el resto de la literatura de Kafka.