Educación y Pedagogía
La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada; García Márquez
ANÁLISIS
I. INFORMACIÓN EXTERNA
1.- BIOGRAFÍA:
Gabriel García Márquez
Nació en Aracataca (Magdalena) el 6 de marzo de 1928.Vivió con sus abuelos maternos
hasta 1936. Inicia su bachillerato en Barranquilla y lo termina en el Liceo Nacional de Zipaquira. En 1947 ingresa a la universidad Nacional de Colombia a estudiar derecho, más descubrió su vocación periodística y a ella se dedicó. En 1954 el diario “El Espectador” lo envió a Italia para realizar varios reportajes, aprovecho para estudiar cine en roma y conocer otras capitales. En París se encontró sin trabajo y sin dinero.De regreso a América estuvo en Colombia ( contrajo matrimonio en Cartagena, en 1956 con Mercedes Barcha, con quien tiene dos hijo Rodrigo y Gonzalo) y se radicó en Venezuela durante dos años, trabajando como redactor de diarios y revistas en Caracas. En 1959 ingresó al cuerpo de periodistas “Prensa Latina” en Bogota. En 1960 se trasladó a Nueva York y luego a México, donde inició su carrera fructífera como escritor, dando a conocer cuentos y novelas. Cuando ya se hizo mundialmente famoso, se fue a vivir a España. En 1982 ganó el premio Nobel.
2.- OBRAS:
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La hojarasca, 1954.
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Relato de un náufrago, 1955.
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Un día después del sábado, 1955
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El coronel no tiene quien le escriba, 1961.
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Los funerales de la Mamá Grande, 1962.
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La mala hora, 1962.
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Cien años de soledad, 1967.
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Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo, 1968.
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Relato de un náufrago, 1970.
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La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada, 1972.
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Cuando era feliz e indocumentado, 1973.
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Chile, el golpe y los gringos, 1974.
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Ojos de perro azul, 1974.
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El otoño del patriarca, 1975.
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Todos los cuentos (1947-1972), 1976.
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Crónica de una muerte anunciada, 1981.
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Textos costeños, 1981.
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Viva Sandino, 1982.
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El olor de la guayaba, 1982.
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El secuestro, 1982.
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El asalto: el operativo con el que el FSLN se lanzó al mundo, 1983.
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Erendira, 1983.
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Diatriba de amor contra un hombre sentado, 1994
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El amor en los tiempos del cólera, 1985
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Las Aventuras de Miguel Littín Clandestino en Chile, 1986
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El general en su laberinto, 1989.
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Doce cuentos peregrinos, 1992.
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Del amor y otros demonios, 1994.
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Noticia de un secuestro, 1996.
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Obra periodística 1: Textos costeños (1948-1952)
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Obra periodística 2: Entre cachacos (1954-1955)
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Obra periodística 3: De Europa y América (1955-1960)
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Obra periodística 4: Por la libre (1974-1995)
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Obra periodística 5: Notas de prensa (1980-1984)
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Vivir para contarla, 2002.
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Memoria de mis putas tristes, 2004.
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Ricardo es un joto,2006
II. INFORMACIÓN INTERNA:
1.- ARGUMENTO:
Narra este cuento cómo empezó la desgracia de Eréndira, quien vivía con su abuela en una gran mansión, “extraviada en la soledad del desierto”, llena de estancias y salones amueblados con viejo esplendor y entre cuyos muros la vieja era servida por su nieta.
Después de gastar dos horas en arreglarla y vestirla con un vestido de flores ecuatoriales la llevó a un corredor y la sentó en una poltrona donde la dejó escuchando “discos fugaces del gramófono de bocina”... “mientras la abuela navegaba por las ciénagas del pasado, Eréndira se ocupó de barrer la casa que era oscura y abigarrada, con muebles frenéticos y estatuas de cesares inventados, y arañas de lágrimas y ángeles de alabastro y un piano con barniz de oro… la casa estaba lejos de todo, en el alma del desierto, junto a una ranchería de calles miserables y ardientes donde los chivos se suicidaban de desolación cuando soplaba el viento de la desgracia” (pp. 98-99).
“Aquel refugio incomprensible había sido construido por el marido de la abuela, un contrabandista legendario que se llamaba Amadís, con el que ella tuvo un hijo que también se llamaba Amadís, y que fue el padre de Eréndira... cuando los Amadises murieron, el uno de fiebres melancólicas, y el otro acribillado en un pleito de rivales, la mujer enterró los cadáveres en el patio, despachó a las catorce sirvientas descalzas y siguió apacentando sus sueños de grandeza en la penumbra de la casa furtiva, gracias al sacrificio de la nieta que había criado desde el nacimiento”... “sólo para dar cuerda y concertar los relojes, Eréndira necesitaba seis horas” (p. 99).
Después de contar las labores ingentes de su trabajo diario, cuando igual que la abuela, podía seguir caminando dormida, y de servir la mesa en la que la abuela se sentaba con servicios para doce personas y candelabros de plata encendidos, salió para hacer los últimos y numerosos encargos antes de acostarse, entre los cuales estaba dar de beber a las tumbas, fue por fin a su habitación alumbrándose con uno de los candelabros de plata y “vencida por los oficios bárbaros de la jornada, Eréndira no tuvo ánimos para desvestirse, sino que puso el candelabro en la mesa de noche y se tumbó en la cama. Poco después, el viento de su desgracia se metió en el dormitorio como una manada de perros y volcó el candelabro contra las cortinas” (p. 102).
“Al amanecer, cuando por fin se acabó el viento, empezaron a caer unas gotas de lluvia gruesas y separadas que apagaron las últimas brasas v endurecieron las cenizas humeantes de la mansión”... “cuando la abuela se convenció de que quedaban muy pocas cosas intactas, miró a la nieta con lástima sincera —Mi pobre niña —suspiró—, no te alcanzará la vida para pagarme este percance” (p. 103).
Y empezó a pagárselo ese mismo día cuando la vieja dedicó su nieta a la prostitución llevándola de pueblo en pueblo. (A partir de aquí, el relato se hace progresivamente soez e inmoral). “Llevaban entre otras cosas salvadas, un baúl con dos cruces pintadas a brocha gorda con los huesos de los Amadises” (p. 106).
“A los seis meses del incendio le dijo la abuela a Eréndira: si las cosas siguen así me habrás pagado la deuda dentro de ocho años, siete meses y once días”. Uno de esos días llegaron, de paso, un corpulento granjero holandés y su hijo Ulises —“un adolescente dorado, de ojos marinos y solitarios” —.
Esa noche, el muchacho, eludiendo a su padre, se llegó hasta donde Eréndira y después de dialogar con la muchacha, ella aceptó al joven... y a su dinero. Los diálogos continuaron y de esta manera le narró que era contrabandista de naranjas de oro...
A esta altura del relato aparecen unos misioneros del desierto, y se presenta un cruce de palabras entre un misionero español y la abuela, ya que el misionero quería redimir a Eréndira de la mala vida pues era menor de edad.
Seis misioneras indias raptaron en la noche a Eréndira y “no hubo recurso que la abuela no intentara para rescatar a Eréndira de la tutela de los misioneros”, acudiendo, finalmente a la autoridad civil. Por lo pronto se plantó ante la misión, a esperar con paciencia.
Eréndira fue raptada y encargada de oficios humildes, a la vez era testigo de los oficios de las novicias guajiras.
La abuela supo que Eréndira era feliz en el convento y “se le acabaron las esperanzas de que Eréndira escapara para volver con ella, pero mantuvo su asedio de granito” (p. 128).
Después de ridiculizar la labor de los misioneros para casar indias encinta con sus compañeros y padres de sus hijos, en una boda colectiva, se narra como la abuela se las ingenia para hacer casar también a Eréndira con un muchacho indio a quien ella había dado veinte pesos para tal menester, mucho más que los cinco pesos que le daban los padres de la misión para que hiciese la primera comunión. Fue, pues, casada, en ceremonia que celebró el Prefecto Apostólico, en presencia del alcalde militar... y así terminó por irse, nuevamente, con la abuela.
Ulises, entre tanto, buscaba evadir la vigilancia de sus padres y así robarse una naranja de oro. La madre de Ulises y mujer del holandés, era un india guajira pura, y como tal, entendió que su hijo estaba enamorado, pues sólo por amor podía suceder lo que ocurría allí: cuando Ulises tocaba los frascos, éstos cambiaban de color. Esa noche Ulises se escapó de la casa llevándose tres naranjas de oro del naranjal de su padre, y se fugó en la camioneta llena de pájaros... y después de recorrer mucho y de preguntar en dónde se encontraba Eréndira, supo que seguía la comitiva electoral del Senador Onésimo Sánchez.
Encontró Ulises a la muchacha que dormía con los ojos abiertos, y nada más despertar, le dio las naranjas que esta vez tenían un diamante en su corazón, eran “naranjas vivas”.
Concertaron la forma de escapar ya que tenían la camioneta, los diamantes y una pistola arcaica.
Esa noche la abuela, mientras el viento soplaba y se oía el canto de la lechuza, se había acostado con todo el ritual que solía gastar en su vieja casa, dando órdenes y encargos a su nieta. Nada más amanecer y descubrir la huida de la nieta, fue la abuela a la autoridad con una carta que tenía firmada por el Senador Onésimo Sánchez, y salieron en búsqueda de los fugitivos, ya que también estaba allí, con la misma intención, el padre de Ulises... “cinco minutos después estaban todos dentro de la camioneta militar, volando hacia la frontera, con el viento contrario que borraba las huellas de los fugitivos. En el asiento delantero viajaba el comandante. Detrás estaba el holandés con la abuela, y en cada estribo un agente armado” (p. 141).
Antes de medio día se pudieron orientar por las plumas de los pájaros que el viento iba arrancando a su paso... así hasta que avistaron la camioneta en el horizonte.
A esta altura del relato, el autor, García Márquez, aparece incidentalmente, como personaje, acompañado del desaparecido escritor Álvaro Cepeda Samudio, quienes iban como viajantes por esas regiones desérticas vendiendo, respectivamente, enciclopedias, libros de medicina y máquinas de cerveza... y les condujo la suerte hasta donde se encontraba Eréndira, sometida de nuevo al negocio de su abuela. Por allí también se encontraba Blacamán el bueno y la mujer araña. Esta es la única vez que el autor confiesa haber visto a Eréndira.
“Nunca se vio tanta opulencia junta por aquellos reinos de pobres. Era un desfile de carretas tiradas por bueyes, sobre las cuales se amontonaban algunas réplicas de pacotilla de la parafernalia extinguida con el desastre de la mansión”... la abuela viajaba en un palanquín con guirnaldas de papel... a la sombra de un palio de iglesia”... “su tamaño monumental había aumentado, porque usaba bajo la blusa un chaleco de lona de velero en el cual se metía los lingotes de oro” (p. 148).
Llegaron al mar y la abuela le habló a la muchacha de un futuro holgado y feliz. Fue así como Eréndira empezó a maquinar cómo poder matar a su abuela y llegó a invocar, con tal fuerza a Ulises, que éste, dormido entonces en la casa del naranjal, se despertó y salió de su casa no sin antes escuchar la maldición de su padre que le perseguiría por donde estuviese. Esta vez dio con Eréndira, sin preguntárselo a nadie y la encontró dormida y encadenada con una cadena de perro que la abuela le había puesto después de su frustrada fuga... la abuela dormía y hablaba con sobresaltos por lo que Ulises conoció la nostalgia de la vieja. Fue, entonces, cuando Eréndira le preguntó a Ulises si se atrevía a matarla... Ulises le dijo “por ti soy capaz de todo”. “Ulises compró una libra de veneno para ratas la revolvió con nata de leche y mermelada de frambuesa y vertió aquella crema mortal dentro de un pastel al que le había sacado su relleno de origen... y completó el engaño con setenta y dos velitas” (p. 155).
Cuando ella vio a Ulises le regañó, pero Ulises dijo que venía a pedirle perdón en su cumpleaños... “desarmada por su mentira certera, la abuela hizo poner la mesa como para una cena de bodas”. La abuela se comió sola casi todo el pastel, relamiéndose... se acostó feliz y siguió su sueño natural, después de haber cantado hasta la media noche y de haber tocado el piano... pero la vieja no moría y despertó con la sonrisa de siempre, saludando a Eréndira: “Dios te salve, hija”... lo único raro que ocurrió a la vieja fue la caída del pelo a mechones, por lo que hubo de confeccionarse una peluca de plumas... A las dos semanas nuevamente apareció Ulises y llamó a Eréndira con su canto de lechuza, la abuela tocaba el piano cuando salió la muchacha quien al hacerlo vio la mecha de detonante que salía de la caja del piano... la explosión apenas logró chamuscar la peluca de plumas de la abuela, y “Ulises se escabulló al amparo de la gritería de los indios” (p.159).
La abuela echó cálculos sobre sus pérdidas y la conclusión fue que la deuda de su nieta había aumentado, a más de unas quemaduras que su nieta le trató con claras de huevo y mostaza.
Ulises apareció de nuevo y esta vez tomó un cuchillo y en cinco puñaladas, terminó con la abuela... Cuando Eréndira se convenció de la muerte de la abuela “su rostro adquirió de golpe toda la madurez de persona mayor que no le habían dado sus veinte años de infortunio... con movimientos rápidos y precisos, cogió el chaleco del oro y salió de la carpa”. “Ulises la vio salir y la llamó a gritos pero no recibió ninguna respuesta... y vio que Eréndira empezaba a correr por la orilla del mar...” y no pudo alcanzarla... “Eréndira no le había oído, iba corriendo con el viento, más veloz que un venado y ninguna voz de este mundo la podía detener”. “Todavía siguió corriendo con el chaleco de oro más allá de los vientos áridos y los atardeceres de nunca acabar, y jamás se volvía a tener la menor noticia de ella ni se encontró el vestigio más ínfimo de su desgracia” (pp. 162-163).
2.- TEMA CENTRAL:
Es la historia de una pobre muchacha huérfana que tras incendiar, por accidente, la casa de su abuela, esta le obliga, para pagar esa deuda, prostituyéndose.
3.- SUB. TEMA:
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La prostitución
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La crueldad
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El verdadero amor
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La envidia
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Odio
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Rencor
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Otros.
4.- ESTRUCTURA DE LA OBRA:
La obra fue escrita en prosa
5.- VALORACION TECNICO - LITERARIA:
García Márquez pone el título de este cuento como título de toda la obra. Y con razón, porque éste es, entre todos los relatos del libro, el más largo y el mejor estructurado y escrito. Los personajes alcanzan aquí una mayor consistencia, sin llegar a revelar —más que en Ulises, y, ocasionalmente en Eréndira— mucha hondura. Y es que, en toda la obra no se encuentra un solo personaje que tenga fondo. Son todos personajes lineales, sin tercera dimensión. Viven en el momento y, si acaso, recuerdan viejas grandezas, como la abuela desalmada (p. 98: “la abuela navegaba por las ciénagas del pasado”), sin que repercutan en sus acciones.
La imaginación febril del autor nos presenta en este cuento a un personaje pantagruelesco: la abuela. Es un personaje que desborda el marco de la realidad. Ella, más que el medio ambiente, tiene una “naturaleza desatinada” (p. 97). Más aún que por parecer una “hermosa ballena blanca” (ibid.), lo es por la suciedad de sus esquemas mentales, por sus gestos y por la incoherencia que hace que toque “piano toda la tarde”, a la par que usa un vocabulario soez y vulgar. Ulises, que es un joven fuerte, tiene que hacer esfuerzos titánicos para matarla y después de logrado su intento queda agotado por la lucha.
El viento es un “personaje” que está siempre presente en la historia. Ya en la primera frase del cuento se habla del viento de la desgracia de Eréndira (p. 97); el viento incendiará la casa de la abuela; el viento seco, arenoso de la Goajira estará presente cuando aparezcan los misioneros, un viento tan fuerte que “apenas les permitía tenerse en pie” (p. 121). Y al final, Eréndira huirá “corriendo contra el viento” (p. 162), “más allá de los vientos áridos” (p. 163). Esta insistencia del autor es un recurso estudiado que presta unidad a todo el cuento, y que lo invade todo, creando una sensación muy bien lograda de desasosiego y aridez.
El lenguaje es más fluido que en los demás relatos. Vivo, directo y lleno de las imágenes a que tanto nos tiene acostumbrados el autor. Aunque, a decir verdad, estas no son tan exageradas como en las otras obras o aún en otros cuentos de este mismo libro, como si García Márquez quisiera que la exageración se evidenciara en los mismos personajes y situaciones, más que en las descripciones. Así, Eréndira gasta dos horas para arreglar a su abuela (p. 98) y seis para dar cuerda a los relojes (p. 99)...
6.- VALORACION DOCTRINAL
Moralmente, este cuento es rechazable. El autor pinta, además del lenguaje naturalista —soez y vulgar— de la abuela y de muchos personajes secundarios, situaciones morbosas y torpes. Esto, y el mismo argumento del cuento hacen desaconsejable su lectura.
Los villanos del cuento —la abuela y otros personajes secundarios— son consistentemente malos. En el caso de la abuela, se llega a la perversidad. Pero aún los personajes que parecen buenos, adolecen de inmoralidad. Ulises, por ejemplo, que llega a asesinar por amor. Eréndira, que es un robot amoral, insensible, hasta encontrarse con Ulises, observa la muerte de su abuela —que ella misma ha incitado— “con una impavidez criminal” (p. 161).
Es cierto que la situación que el autor explota como tema central del cuento —la explotación de los propios parientes, degradándolos por el vicio— se ha dado, y quizá se continúe dando en el ambiente retratado, pero para fustigarla no hace falta entrar en los detalles descarnados que presenta el relato.
Por último, el autor critica la labor de los misioneros, quienes, según él, incurrirían en violencias y coacciones para regularizar las situaciones matrimoniales de las parejas indígenas: “Por esa época los misioneros rastrillaban el desierto persiguiendo concubinas encinta para casarlas. Iban hasta las rancherías más olvidadas en un camioncito decrépito, con cuatro hombres de tropa bien armados y un arcón de géneros de pacotilla. Lo más difícil de aquella cacería de indios era convencer a las mujeres, que se defendían de la gracia divina con el argumento verídico de que los hombres se sentían con derecho a exigirles a las esposas legítimas un trabajo más rudo que a las concubinas, mientras ellos dormían (...). Había que seducirlas con recursos de engaño, disolviéndoles la voluntad de Dios en el jarabe de su propio idioma para que la sintieran menos áspera, pero hasta las más retrecheras terminaban convencidas por unos aretes de oropel. A los hombres, en cambio, una vez obtenida la aceptación de la mujer, los sacaban a culatazos de los chinchorros y se los llevaban amarrados en la plataforma de carga, para casarlos a la fuerza”. (p. 128). Como se ve, una crítica irreverente y una acusación de ineptitud a la labor de los misioneros en Colombia. Se puede entrever aquí el mito a priori, mal digerido, de algunos sociólogos marxistas que pretenden echar abajo la labor durísima y sacrificada de la Iglesia por medio de sus misioneros.
7.- PERSONAJES:
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PERSONAJES PRINCIPALES
La cándida Eréndira, niña de 14 años, “lánguida y de huesos tiernos”, “demasiado mansa para su edad” (p. 97) es el personaje principal. Inicialmente vive una condición de esclava, acostumbrada a trabajar hasta en sueños: llega a “dormir caminando” (p. 100), en el desempeño de sus múltiples tareas. Es explotada después por su desalmada abuela, para pagar la supuesta deuda en que incurre cuando, por accidente, se quema la casa donde viven. Se supone que durará más de ocho años ganando dinero para saldar la deuda. Se enamora de Ulises, y es separada de su abuela —a la fuerza— por los misioneros. En el convento es feliz (lo dice ella misma: p. 128), pero “hechizada” por su abuela, lo abandona, casándose con un muchacho que desaparece del relato. Vuelve Ulises y lo convence de asesinar a su abuela. Una vez consumado el crimen desaparece para siempre, con el dinero que ella misma había ganado.
La abuela desalmada es una “Dama” del mundo y de la tierra del contrabando, mujer sin sentimientos, ambiciosa, que se cobra la “deuda” de su nieta al duro precio de la venta pública de la muchacha.
Ulises, “hijo de un corpulento granjero holandés”, “era un adolescente dorado, de ojos marinos y solitarios” (p. 113). Entra en tratos con Eréndira, como hemos visto en el resumen inicial, y acaba enamorándose de ella. Su psicología, quizá lo más interesante del cuento, es la de un soñador, un poco niño, capaz de emociones verdaderamente humanas, y capaz de hacer que Eréndira las sienta ella también. Al fin, llevado por su amor a Eréndira, decide liberarla —“por ti soy capaz de todo” (p. 154)— asesinando a la abuela. Y todo esto para perderla, quedándose “bocabajo en la playa, llorando de soledad y de miedo”... (p. 162).
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PERSONAJES SECUNDARIOS:
Los demás personajes —el senador, el holandés padre de Ulises y su esposa, el mismo autor, los misioneros, etc. , aparecen apenas esbozados, como comparsas que realzan el papel de los tres personajes mayores del cuento.
8.- ESPACIO
Toda la historia se desarrolla en el desierto pues la mansión de los Amadises estaba situada en el desierto, pues al estos ser contrabandistas el desierto era su mejor aliado para refugio, luego del incendio en la mansion Eréndira y su abuela salen en un tipo de feria donde vendian el cuerpo de Eréndira, toda esta travesía fue a travez del desierto, en pueblos pobres. Cuando unicamente no se situa en el desierto es en la culminación, pues esta es frente al mar. Todo este martirio para Eréndira a mi entender y dejandome llevar por datos del autor dura mas de veinte años.
9.- MENSAJE:
El cuento de la “Cándida Eréndira” es un cuento que tiene personalidad y esencia propia es bastante sencillo de entender y muy ameno, además es un reflejo de las sociedades actuales de la vida misma.
Así mismo, la similitud política que muestra Gabriel García Márquez con la mayoría de sus novelas, a manera de crítica, ¡Y vaya que lo es! ya que el contexto de el autor en su pasado lo amerita, como un hecho definitorio de lo es la situación de Colombia, pero en general de América Latina, situando así de una excelente forma la descripción de lo es la América Latina con respecto a lo que son los Estados Unidos, es decir, todo coincide perfectamente, la vela que prende Eréndira es la búsqueda de la libertad, el que la abuela se niegue a aceptar el pago de la deuda, es la avaricia de los Estados Unidos, con la guerra contra Irak, y no me refiero a tomarla a cuenta a partir de los hechos del 11 de septiembre, con el derrumbamiento del W.T.C, sino desde las malas relaciones que se vienen estableciendo entre ambos con anterioridad y claro, la sangre verde de manera viscosa de la abuela es el color del dólar, el color del dinero, brillante, gruesa, en relación atractiva y ostentosa a lo que es el dinero, además, no se le mata con veneno, es decir, el terrorismo y los males que le ocasionan los países árabes a Estados Unidos no es de ninguna manera dañino. Esto es de lo que está hecha la abuela, es relevante la asimilación, añadiendo que como lectura es divertida, genial y entretenida.
10.- SÍNTESIS:
Eréndira es una chica de 14 años, que vive con su abuela en una enorme mansión extraviada en la soledad del desierto.
La niña cansada de sus labores realizadas, puso el candelabro en la mesa y se durmió. Poco después, el viento de su desgracia volcó el candelabro contra las cortinas.
La joven ha causado un incendio y la casa ha sido totalmente destruida. Por lo cual la abuela le obliga que le pague todo y la lleva a prostituirse con todos los hombres del pueblo.
Posteriormente ella conoce a Ulises de quien se enamora, el cual hace todo para estar con ella incluso el llegar a cometer un homicidio.
11.- OPINION PERSONAL
El contenido de la novela es muy interesante porque desde un principio hace que te adentres a la historia e imagines las situaciones por las que paso Eréndira.
En el desarrollo de la historia surgen distintos contextos en que te ponen a pensar o simplemente hacen que nazca la incógnita del porque hace todo eso la abuela, porque actuó de esa manera.
El cuento de la "Cándida Eréndira" es un cuento que tiene personalidad y esencia propia es bastante sencilla de entender y muy ameno, además es un reflejo de las sociedades actuales de la vida misma.
Por ultimo, puedo decir que esta novela me gusto, por la manera en que manejan los sentimientos en cada una de los aspectos y entornos en que se desarrollan los personajes principales de dicha novela.
12.- CONCLUCION
En conclusión y en mi opinión esta ha sido una de las lecturas más interesantes que halla leido, el hecho de tu pensar en esta crueldad te da rabia y tienes la necesidad de continuar leyendo para saber como terminará todo, sientes la necesidad de saber cuando terminará el sufrimiento de la pequeña Eréndira, necesitas saber si la pequeñina estallara en rabia y decidira escapar o matar a su abuela. Esta lectura te hace internarte en lo que lees, te sientes como si estuvieras siendo testigo del sufrimiento de la niña y es el tipo de descricion clara y precisa que utiliza García Marquez el que te permite sambullirte en el relato y sentirte parte de este.
13. - MAPA CONCEPTUAL
SE ANALISAN OBRAS LITERARIAS DE DIFERENTES AUTORES
“LA INCREÍBLE Y TRISTE HISTORIA DE LA CÁNDIDA ERÉNDIRA Y DE SU ABUELA DESALMADA”
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Enviado por: | John E |
Idioma: | castellano |
País: | Perú |