Derecho
La criminología. Seguridad pública en México
“LA CRIMINOLOGIA”
CONCEPTO
Como punto de partida para desarrollar este capítulo, consideramos a la Criminología como una Ciencia Sintética, causal, explicativa, natural y cultural de las conductas antisociales.
La anterior definición fue por don Martiano Ruiz Funes, esto al principio, y luego, completada por el maestro Quiroz Cuàron.
Ruiz Funes consideraba a la Criminología como “Ciencia sintética y empírica, sus limites están fijados por su contenido: el estudio triple del delincuente y del delito bajo los aspectos antropológico-biológico, psicológico y sociológico”. Posteriormente substituyò el termino “delincuente y delito” por el de “fenómenos criminales”.
La definición que antes sé diò ha sentado sus reales en México y se ha utilizado en los programas oficiales de estudio, pues ya que se puede comprobar en diversas publicaciones.
La definición de Criminología es un problema a discutir, varios autores no dan una definición con certeza y otros se basan en darla etimológicamente.
En 1995 en el Bedford College de Londres, se reunieron un grupo de criminólogos con el fin de establecer criterios sobre la enseñanza de la criminología, estaos patrocinados por la UNESCO y organizada por la Sociedad Internacional de Criminología; donde llegaron al acuerdo de que la “criminología en una ciencia sintética que se propone, hoy como ayer, la disminución de la criminalidad, y en el terreno teórico que debe permitir llegar a este fin práctico, propone el estudio completo del criminal y del crimen, considerado este ultimo no como una abstracción jurídica, sino como una acción humana, como un hecho natural y social. El método utilizado por la criminología es el método de observación y experimentación, empleado en el marco de verdadera clínica social”.
DEFINICIONES DE LA CRIMINOLOGIA POR ALGUNOS TRATADISTAS.
Para dar una idea más amplia, y tomando en cuenta que no hay un acuerdo definitivo sobre la definición, como ejemplo citaré aquí algunas definiciones hechas por tratadistas importantes:
RAFAEL GAROFALO.
Conceptúa la criminología como la ciencia del delito, pero haciendo diferencia entre delito sociológico o natural (al que llama también crimen) y el delito jurídico. Este último seria el que el legislador considera como tal y lo incluye en el Código Penal.
FERRI.
Dice que son delitos las acciones determinadas por motivos individuales y antisociales que alteran las condiciones de existencias y lesionan la moralidad media de un pueblo en un momento determinado.
QUINTILIANO SALDAÑA.
En su obra “Nueva Criminología”, (ya no tan nueva), define la criminología como “ciencia del crimen o estudio científico de la criminalidad, sus causas y medios para combatirla”.
1.2.4 DON CONSTANCIO BERNALDO DE QUIROS.
Define la criminología como la ciencia que se ocupa de estudiar al delincuente en todos sus aspectos; expresando que son tres grandes ciencias las constitutivas a saber: la ciencia del delito, o sea el Derecho Penal; la ciencia del delincuente llamada Criminología; y la ciencia de la pena, Penologìa, por cierto es este criminólogo quien hace una diferencia entre criminología y criminalogìa, aclarando que la Criminalogia es singular y por lo tanto estudia al delito en particular y la Criminología es en plural y es la ciencia que abarca todo en conjunto.
1.2.5 ABRAHAMSEN
Dice que la criminología es la “investigación que a través de la etiología del delito (conocimiento de las causas de éste), y la filosofía del delito, busca tratar o curar el delincuente y prevenir las conductas delictivas”.
CUELLO CALÒN.
“La criminología es el conjunto de conocimientos relativos al delito como fenómeno individual y social”.
HURWITZ.
Anotando que el termino Criminología puede emplearse en diversos sentidos, dice que en su obra designa aquella parte de la ciencia criminal que pone en relieve los factores de la criminalidad mediante la investigación empírica, es decir, los factores individuales y sociales que fundamentan la conducta criminal.
MARQUISET.
Es el “estudio del crimen, considerado como fenómeno como fenómeno individual y social, de sus causas y de su prevención”.
RESTEN.
Opina que la “criminología consiste en la aplicación de la antropología diferencial el estudio de los factores criminológicos de origen biológico, fisiológico y sociológico, y en la búsqueda de sus bases racionales en que apoyar la profilaxis del crimen y la regeneración del criminal”.
TABIO.
Piensa que la criminología es una ciencia de contenido variado como ninguna, y cree firmemente que en esta ciencia causal explicativa esta el refugio y la esperanza de los que nos preocupamos de veras por este fenómeno humano que se llama delito, esta ciencia supone y significa el tratado de los crímenes, es decir, el estudio del crimen desde un ángulo panorámico más amplio.
BONGER.
En su obra dice que “entendemos por criminología la ciencia que tiene por objeto el estudio del fenómeno llamado criminalidad en toda su extensión (Criminología teórica o pura); junto a esta ciencia teórica, y fundada en sus conclusiones, encontramos lo que conocemos con el nombre de Criminología practica o aplicada.”
HANS GROSS Y ERNEST SEELIG.
Conciben al crimen como una “conducta psíquico-corpórea y culposa de un hombre, que por ser contraria a la sociedad está jurídicamente prohibida y amenazada con una pena”. Afirman que el crimen es objeto de dos ciencias deferentes (Criminología y Derecho Criminal), según se observe como fenómeno naturalìstico o sentido jurídico, y dan a la criminología una extensión enciclopédica notable.
DURKHEIM.
Tiene un punto de vista por demás particular y digno de tomarse en cuenta, ya que para él es de constarse “la existencia de ciertos actos que presentan un carácter exterior y que, una vez realizados, determinan por parte de la sociedad esta reacción particular que se llama pena. Hacemos con ellos un grupo sui generis al cual imponemos una rubrica común: Llamamos delito todo acto castigado, y hacemos del delito así definido el objeto de una ciencia especial: la Criminología”.
GÖPPINGER.
Da un concepto amplio de la criminología, afirmando que es “una ciencia empírica e interdisciplinar. Se ocupa de las circunstancias de la esfera humana y social, relacionadas con el surgimiento, la comisión y la evitación del crimen, así como del tratamiento de los violadores de la ley”.
BENIGNO DI TULLIO.
No se preocupa por definir esta ciencia, y cuando le fue preguntado sobre que era para el la Criminología,. Respondió: “criminología, es la ciencia de la generosidad”.
En términos a fines en su obra, apunta como finalidad a seguir por los criminólogos es el de “dar vida a una verdadera y propia ciencia de la bondad, mediante la cual se haga posible combatir más eficazmente la causa de los más graves y más frecuentes actos antisociales y criminales, y buscar los medios aptos para desarrollar en cada hombre una más profunda y mas activa bondad, que constituye la premisa esencial de todo verdadero mejoramiento de la persona humana y, por ello, de la misma humanidad”.
LIVERA DIAZ.
En su Criminología peruana dice que la criminología es aquella “disciplina que a la vez que explica y estudia las causas de la conducta delictiva y peligrosa, estudia también la persona del delincuente”.
CLASES DE CRIMINOLOGIA.
Manuel López rey distingue cuatro clases de Criminología: científica, aplicada, académica y analítica, opinando que difieren en cuento a contenido y función.
Nos parece de interés hacer un breve análisis de estas categorías pues ya que son de mucha utilidad.
CRIMINOLOGIA CIENTIFICA.
“Conjunto de conocimientos, teorías, resultados y métodos que se refieren a la criminalidad como fenómeno individual y social, al delincuente, a la víctima, a la sociedad en parte y, en cierta medida, al sistema penal”.
Creemos correcto el enfoque, pues la científica (que podríamos llamar también, y quizás con mayor propiedad teórica), es la criminología que trata de explicar la conducta antisocial (crimen), el sujeto que la comete (criminal), el que la padece (victima), al conjunto de conductas antisociales (criminalidad) y a la reacción social que estas provocan.
CRIMINOLOGIA APLICADA.
Para López Rey está constituida por las aportaciones de la criminología científica y de la “empírica”, creada por aquellos que forman parte del sistema penal.
Para nosotros la Criminología aplicada tiene una mayor extensión, y rebasa los límites del sistema penal, pudiendo aplicarse a los diversos mecanismos de reacción y de control social.
Es indudable que la criminología aplicada alcanza su más alto nivel en el momento en que pasa a integrar, junto con otras disciplinas, la Política Criminología.
CRIMINOLOGIA ACADEMICA.
“Es esencial aunque no sé exclusivamente descriptiva, y está constituida por la sistematización, a efectos de enseñanza o diseminación del conocimiento, de la criminología en general”.
Esta obra de Criminología académica, ya que pretende sistematizar la historia, las teorías, los conceptos y los métodos criminológicos, con finalidad didáctica.
CRIMINOLOGIA ANALITICA.
“Su finalidad es determinar si las otras criminologías y la política criminal cumplen su cometido”.
Esta clase de Criminología, que se distingue de la critica en cuento que “descomposición y recomposición no significan demolición”, ejerce una función de supervisión, y “su existencia se halla justificación por razones científicas y políticas a fin de evitar las frecuentes desmedidas pretensiones de la criminología científica, la conocida insuficiencia de la aplicada, la frecuente superficialidad de la académica y los errores de la política criminal”.
EL OBJETO DE LA CRIMINOLOGIA
Si no se tiene una gran precisión en cuanto al objeto de estudio de la criminología, podemos entrar en serias complicaciones. La confusión en el objeto de estudio de la Criminología es lo que ha producido que no esté clara, en ocasiones, la diferencia entre Derecho penal y Criminología; entre Medicina Forense y Criminología; entre Criminalìstica y Criminología, creando un fenómeno de invasión de campos científicos.
En otras materias la confusión es verdaderamente grave, un ejemplo claro son la Penologia, el Derecho Ejecutivo Penal y el Derecho Penitenciario, que son frecuentemente tratados en forma homogénea, sin distinción de objeto, llegando como es lógico a conclusiones erróneas.
El objeto nos condiciona el método de estudio, y hay posibilidad de que para el estudio de un mismo objeto se constituyan varias ciencias (por lo que la idea de ciencia única con objeto único va desapareciendo), lo anterior se hace por comodidad o por exigencias metodològicas o de investigación.
Hay que recordar que la escolástica distinguió un objeto formal, que confiere a todo sistema un sentido homogéneo, y un objeto que podíamos llamar material, que puede ser estudiado desde diversos ángulos.
En nuestro caso, no tenemos duda de que el objeto de estudio de la Criminología son las conductas antisociales y, por lo tanto, los sujetos que las cometen.
La cuestión del objeto de estudio de la Criminología es por demás controvertida, y es interesante conocer opiniones diversas a la nuestra.
Para Stanciu y Lavastigne, el objeto de la Criminología es “sencillamente el hombre”, basándose en que “los Limites entre los hombres criminales y no criminales no son fijos, sino de gran movilidad. Una división de la humanidad en dos partes no tendría fundamento, en efecto, así como el criminal puede transformarse un día en héroe moral, así también, el más honesto y equilibrado de los hombres puede llegar a ser criminal”.
Don Constancio Bernardo de Quirós piensa que, dados los tres términos que integran el problema de la delincuencia 8delito, delincuente y pena), se puede inferir que el primero es objeto del estudio del Derecho Penal y la pena lo es de la Penologia. Por tanto, se diría que la Criminología es la ciencia que tiene por objeto el estudio de la personalidad del delincuente.
Jiménez de Asúa, por su parte, opina que “el objeto de la criminología, son las causas del delito y la naturaleza del delincuente”. José Ingenieros, el extraordinario argentino, dice que “el objeto de la Criminología es el estudio de las causas determinantes de los delitos, los actos en que se manifiestan, los caracteres fisiopsiquìcos de los delincuentes y las medidas sociales o individualizadas de profilaxia o de depresión del delito”.
Como podemos observar, gran cantidad de autores utilizan la palabra “delito”, entre ellos Exner, Altavilla, Von Hentig, Middendorf, Garòfalo, Abrahamsen, Cuello Calòn, Tabio, Olivera Díaz, Almaraz, Constancio B. de Quirós, Jiménez de Asúa, Ingenieros, etc. La mayoría afirma, siguiendo la tradición de Garòfalo, que se refieren a un delito natural o sociológico, y no al delito jurídico o legal.
Otros autores, tratando en mucho de evitar la palabra “delito”, que se presta tanto a confusión, utilizan el término “crimen”, así Pinatel, Quintiliano Saldaña, Hurwitz, Marquiset, Resten, Di Tullio, etc.
Lo importante es conocer si el autor considera como objeto de estudio o punto de partida el “delito” como descripción de conducta dada por una ley penal, o lo interpreta en alguna otra forma, pues las consecuencias van a ser notables no sólo en cuestión metodològica, sino en la naturaleza y en alcance de la criminología.
LA CRIMINOLOGIA DE AYER, HOY Y MAÑANA.
La criminología, por su característica multidisciplinar, suele llevar casi siempre un adjetivo que explicite su rasgo más sustantivo. Hasta hace poco tiempo, y sobre todo en Europa, predominaba la criminología jurídica, es decir, la apoyada en el derecho y concretamente en el derecho de concepción indoeuropea que se basa en un derecho que controla con rigidez y rectitud la vida del pueblo, y que admite o necesita el Estado como centro de las relaciones comunitarias. Esta criminología, ubicada principalmente en las facultades de derecho, admitía y fomentada el método comparativo, pero se fijaba solo en grandes èlites de los países desarrollados, con la pretensión de dirigir y colonizar las criminologías de los demás países. Así, los sistemas legales ingleses, franceses e ibéricos han transplantado sus coordenadas político-criminales a las culturas autóctonas de África, de Asia y de América Latina.
La criminología de hoy, sobre todo la angloamericana, supera muchas facetas de la tradicional criminología jurídica; adopta un talento sociológico, pues se apoya en la sociedad más que en el derecho y no reside en las facultades jurídicas sino en las ciencias sociales.
Estos cambios significan un avance positivo sobre la criminología anterior.
La criminología contemporánea fomenta o al menos admite una comparación y una confrontación menos colonizadora que la criminología anterior pues los países en desarrollo van logrando el reconocimiento de que su criminología debe ser autóctona y evolucionar como tal. Lo prueban algunos países de Latinoamérica y países en desarrollo de otros continentes que procuran ir elaborando una criminología propia para regular la convivencia.
Las soluciones que aporta a la política criminal esta criminología sociológica de hoy nos satisfacen, plenamente. Nuestras ciencias sociales respetan demasiado las exigencias del Estado y prestan excesiva atención a las paredes maestras de la Dikè y del Ius de los griegos y romanos. Así como en los tiempos próximos pasados fueron el comunismo y el fascismo los que demostraron las grietas de nuestro desarrollo comunitario, actualmente el terrorismo -cierto terrorismo- patentiza que nuestra criminología debe cambiar todavía más.
La criminología de mañana superará la criminología de ayer y hoy, especialmente en las dos facetas a que nos estamos refiriendo. No será ni sociológica, sino, por así decir, criminología comunitaria o, con otras palabras, criminología personal. Será la criminología del hombre y de las ciencias del hombre, con su centro en la relación interpersonal. Para algunos especialistas, y para muchos vascos, esta criminología arranca concepciones preindoeuropeas que se mantienen todavía en algunos pueblos como el vasco, que admiten difícil y escasamente el Estado-Leviathan, que ponen reservas el derecho como rector y controlador de las relaciones comunitarias y que, al contrario, pretenden entrelazar personalmente en la igualdad a todos y en la libertad de todos, sin poderes absolutos y sin dirigismos centralistas.
Esta criminología del futuro fomenta estudios comparativos, sin fronteras y sin preferencias, más fecundos que los llevados a cabo hasta ahora. En la actualidad el respeto al Tercer Mundo no alcanza el plano de la igualdad sino que se limita a permitir que los países en desarrollo tengan su criminología propia. En cambio, la criminología comparatista de mañana se caerá en la cuenta de que los países desarrollados no se bastan sino que necesitan también la aportación de la criminología tercermundista. Las criminologías contemporáneas diversas y, en cierto sentido, opuestas, no deben desaparecer sino enriquecerse mutuamente, en beneficio de la variedad.
¿PARA QUE SIRVE LA CRIMINOLOGIA?
La criminología tiene múltiples aplicaciones que han ido variando en el tiempo. En principio es para estudiar y solucionar el problema de criminalidad y de los delincuentes. En sus orígenes, de fines del siglo pasado y comienzos del presente, era la criminalidad de los pobres y marginados, de los que están sancionados en los códigos penales y estigmatizados por una sociedad dirigida por los detentadores del poder. En las últimas décadas es también la criminalidad de los ricos, de los poderosos, de los que agraden a la sociedad desde el poder no solo político sino fundamentalmente económico.
¿Por qué se es delincuente? Al principio se dijo que eran una raza inferior, y que se debía a factores como enfermedades (epilepsia y alcoholismo). Hoy se sabe que eso no es cierto, que cualquier individuo puede llegar a ser delincuente y que los más grandes se ocultan detrás de las siglas anónimas de las empresas o de las grandes corporaciones financieras y económicas. También la explicación de los `factores' ha perdido vigencia y se han ensayado otras de tipo culturalista, sociológica y política que veremos al analizar las teorías más modernas del estructural-funcionalismo, del interaccionismo y la criminología critica radical.
Una vez delineados estos puntos previos podemos afirmar que nuestra disciplina tiene un campo teórico y uno práctico de investigación. Que también se la ha utilizado en las instituciones de control social, como la policía, los tribunales, las cárceles, los institutos de menores, los patronatos y demás engranajes de lo que se llama administración de justicia. En el campo de la investigación se han realizado numerosos trabajos sobre la situación de las prisiones, donde se advierten fallas considerables y lo mismo sucede con los institutos de menores.
Existen pocos estudios sobre el funcionamiento y el rol cumplido por la policía.
La criminología ha prestado servicios al plantear la humanización del sistema de justicia penal, a través del tratamiento que no ha mostrado su eficacia y donde se advierte la falta de estudio sobre esta ciencia.
PROBLEMAS DE LA INVESTIGACION CRIMINOLOGICA.
PROBLEMAS:
Dentro de los numerosos problemas que han sido estudiados por la Criminología podríamos hacer una gran clasificación y dividirlos en: tradicionales y modernos.
Los temas tradicionales son los estudios sobre delincuentes en las prisiones, menores infractores, alcoholismo, prostituciòn, farmacodepencia, prisiones.
Entre los modernos se encuentran: delitos de cuello blanco o de los poderosos, y entre ellos podemos contabilizar:
Delitos cometidos por empresas transnacionales;
Delitos ecológicos;
Corrupción administrativa;
Evasión impositiva;
Fraudes en alimentos;
“Dumping” de productos medicinales.
Otros temas actuales son la influencia del urbanismo en la criminalidad, la violencia (institucional y no institucional), la violación de derechos humanos, el genocidio, el trafico de armas, los abusos de poder, la delincuencia organizada (mafias).
Sobre la delincuencia tradicional se han realizado numerosos estudios de corte positiva y clínica y sobre los que ya me he ocupado, por lo que considero de mayor interés hacer un listado de los numerosos problemas de la criminología moderna que todavía no son bien investigados.
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LISTA DE TEMAS POCO EXPLORADOS:
Señalaré algunos temas que pueden resultar de interés dejando a salvo que será enunciativa y no exhaustiva.
DELINCUENCIA ECONOMICA:
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Acaparamiento.
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Balances falsos.
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Contrabando.
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Delito contra el consumo.
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Evasión o fraude fiscal.
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Exportación de capital.
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Falsificación de moneda.
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Lavado de dólares.
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Monopolio.
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Trafico de drogas.
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Trafico de armamentos.
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Trafico de dólares.
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Quiebras fraudulentas.
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Usura.
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Simulación de inversiones extranjeras.
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Soborno.
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Cohecho.
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Fraudes de alimentos.
DELINCUENCIA POLITICA:
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Tortura y tratamiento cruel, inhumano o degradante.
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Liquidación política de oponentes, disidentes o sospechosos.
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Sedición.
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Rebelión.
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Detención indeterminada e ilegal de oponentes políticos.
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Privación de derechos de los disidentes.
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Intimidación policial.
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Genocidio.
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Terrorismo.
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Corrupción.
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Espionaje.
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Prohibición de organización de trabajadores.
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Secuestro de disidentes o con fines políticos.
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Crímenes de guerra.
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Violencia institucional y no institucional.
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Ajusticiamiento de civiles por tribunales militares.
OTROS TEMAS.
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Delincuencia contra el patrimonio arqueológico y artístico.
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Saqueo de piezas arqueológicas.
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Fraudes cometidos con ayuda de computadoras.
FINALIDAD DE LA CRIMINOLOGIA.
La criminología es una ciencia de aplicación práctica. Busca antes que nada el conocer las conductas antisociales y sus factores causales para evitarlos, para combatirlos, no se completa en la comprensión de las conductas antisociales mismas, sino que trata de prevenirlas, no busca la represión, sino la prevención.
Si a pesar de todos nuestro cuidados preventivos las conductas antisociales llegan a realizarse, entonces la Criminología se aplica en aquella rama, una de las más útiles que es la Criminología Clínica; la aplicación de las conocimientos para conocer el porque del crimen, pero porque de un crimen en particular, porqué Juan mató a Pedro. Buscar las causas por las cuales un individuo ha cometido un hecho antisocial; si este hecho antisocial es un delito, para que el juez pueda juzgar efectivamente, porque juzgar no es nada más aplicar un artículo del Código y la pena que este señala, ya que juzgar significa mucho mas que eso, por esto se debe tener tanto respeto a la función de juez; y posteriormente es necesario poder curar, poder socializar, poder integrar socialmente el sujeto que ha cometido ese hecho antisocial, siempre con la mira de la prevención, es decir, para prevenir que ese sujeto reincida.
No cabe duda de que, como dice Veiga de Carvalho, la Criminología Clínica informa en el proceso, esclarecer en el juicio y colabora con la ciencia penitenciaria en el cumplimiento de la sanción ordenada.
Indudablemente que el criminólogo estudia los problemas y propone soluciones, aunque no siempre sea escuchado, ya que la decisión y ejecución de los planes preventivos está acargo de organismos por lo general de carácter oficial.
Lo que más importa señalar aquí particularmente el cuidado que debe ponerse al hacer ciencia criminologica, de no perder de vista la finalidad preventiva y de bien común, pues de lo contrario puede caerse en la criminología de gabinete, de teoría brillante, pero de utilidad nula.
“PROBLEMAS CRIMINOLOGICOS ACTUALES”
2.1 INTRODUCCION.
Los maestros italianos llegaron a afirmar que la criminalidad no desaparece, sino que solo se transforma. Hay una gran verdad en esto, pues la delincuencia tiende a evolucionar, pero también es cierto que, en el mundo actual, tan complejo y cambiante, nacen actitudes y actividades antisociales desconocidas con anterioridad.
Ante la aparición de nuevas formas de criminalidad, así como del surgimiento de modalidades y técnicas de ejecución modernas, antes ignoradas, la moderna Criminología se ve obligada a dedicarse a su estudio, implicando esto un cambio en cuanto a la metodología y a algunas estructuras tradicionales.
En este capítulo comentaré algunos de estos nuevos aspectos de criminalidad, así como los problemas que plantean a la criminología.
Los cambios más importantes son en cuanto al sujeto criminal, a las modalidades de ejecución y a las técnicas empleadas, así como a un enfoque diferente tradicional.
En cuanto al sujeto criminal, uno de los puntos más interesantes es que, personas que antes no realizaban conductas criminales, ahora pasan a engrosar las cifras de criminalidad. Esta “extensión criminal” la encontramos, principalmente en la delincuencia infantil y juvenil, la criminalidad con vehiculo de motor, los actos antisociales de industriales, financieros y banqueros, la participación de diversos aspectos del crimen organizado, así como conductas autoagrasevias muy difundidas, como la utilización de drogas y tóxicos.
Por lo que respecta a las modalidades, encontré los actos atentatorios a ciertas libertades y garantías realizadas por grandes complejos transnacionales, así como el abuso del poder político y económico.
Los procedimientos criminales se hacen cada vez mas violentos, manifestándose principalmente en dos de las actividades mas reprobables: tortura y terrorismo, aunque por otra parte se desarrollan métodos de la mas alta tecnología, dando lugar a la criminología electrónica o computarizada.
Las victimas preocupan de sobremanera a la Criminología actual, de manera que se ha desarrollado una nueva rama llamada Victimologìa.
2.2 DELINCUENCIA EN MENORES.
La criminalidad es cada vez más precoz, las edades de iniciación en el crimen tienen una tendencia a disminuir, de manera que cada vez tendremos delincuentes más jóvenes.
Según parece, los piases de mayor desarrollo económico padecen de mayor magnitud el problema de la delincuencia juvenil.
Las conductas criminales realizadas por menores de edad son cada vez mayores en número, en calidad y en diversidad.
En los países latinoamericanos, cuya tasa de crecimiento es superior al 3% anual, la disminución de las edades trae consigo un aumento de menores de edad, y lógicamente de la delincuencia en menores.
Crímenes que antes eran cometidos solamente por adultos ahora se ven cometidos también por jóvenes, encontrándose el fenómeno de una criminalidad organizada. Asimismo, conductas que antes era exclusivas de los jóvenes ahora principian a verse en niños.
En cuanto a calidad, los hechos antisociales cometidos por menores tienen características fundamentalmente violentas. Una de las conductas más difundidas es la de vandalismo, que se presenta por grupos, en ocasiones muy numerosos, de adolescentes que destruyen cosas y agraden a personas, espontáneamente y en forma totalmente gratuita.
Los niños y jóvenes que antes reñían en forma individual y a puñetazos, ahora agraden en forma colectiva y con instrumentos contundentes (cadenas, manoplas) y punzo-cortantes (navajas, etc.); es alarmante el aumento de agresiones con armas de fuego.
La violencia juvenil se ha presentado de manera muy especial en los centros de estudios, principalmente a nivel medio superior y nivel superior, en muchas ocasiones disfrazadas de de “protesta” de naturaleza política.
Es de aclararse que no toda la violencia estudiantil es inmotivada y gratuita, sino que en ocasiones tiene una validez como expresión, ya que es indudable la participación cada vez mayor de los jóvenes en los problemas nacionales de cada país.
Los medios de difusión, controlados por grandes intereses económicos, han captado que los menores de edad son una población económicamente aprovechable, pues su potencialidad económica es mayor que en otras épocas. La necesidad de satisfactores (necesidad muchas veces creada artificialmente) hace que muchos jóvenes, al toparse con limitaciones para obtenerlos por la vías legitimas, y recibiendo una intensa frustración, tengan que conseguirlos por medios que quedan fuera de la ley.
Es notable el fracaso en lo relacionado a prevención y tratamiento de la delincuencia juvenil. Esto obliga, desde el punto de vista criminológico, a una profunda revisión de una serie de conceptos que han regido durante bastante tiempo, y que posiblemente estén equivocados.
Uno de los aspectos importantes es hacer la distinción y separación entre romanticismo y técnica. El romanticismo ha hecho gran daño y ha impedido una correcta solución del problema. Debe hacerse una diferencia clara y tajante, entre el verdadero delincuente juvenil, que realiza conductas de una gran gravedad (violación, homicidio, asalto a mano armada, etc.) y los niños y los jóvenes que realizan conductas antisociales, de naturaleza culposa o de una gravedad inferior, y que de haberlas cometido un adulto no serían consideradas delictuosas.
Asimismo, el deseo (muy encomiable) de tratar también a casos puramente asistenciales, por parte de las autoridades encargadas de prevención y tratamiento de menores delincuentes, hace dispersar una gran cantidad de esfuerzos y cometer, en ocasiones, serias injusticias.
Las ideas de “protección” y “tutela” han causado, en múltiples ocasiones, graves violaciones a las garantías individuales de que debe gozar todo ciudadano, y a razón mayor todo menor.
Es muy necesario hacer estudios profundos de los verdaderos factores de la delincuencia juvenil, y hacer un replanteamiento en cuanto a medidas de prevención y tratamiento; de particular importancia en esta materia son los documentos internacionales, principalmente: la convención sobre los derechos del niño, las reglas mínimas de las Naciones Unidas para la Administración de la Justicia de Menores (Reglas de Beijing), las Directrices de las Naciones Unidas para la Prevención de la Delincuencia Juvenil (Directrices de RIAD), y las Reglas de las Naciones unidas para la protección de los Menores Privados de Libertad.
2.3 A LA LUZ DE LA CRIMINOLOGIA.
La delincuencia juvenil ha aumentado de forma alarmante en los últimos tiempos, pasando a ser un problema que cada vez genera mayor preocupación social, tanto por su incremento cuantitativo, como por su progresiva peligrosidad cualitativa. La delincuencia juvenil es además una característica de sociedades que han alcanzado un cierto nivel de prosperidad y, según análisis autorizados, más habitual en los países anglosajones y nórdicos que en los euromediterráneos y en las naciones en vías de desarrollo.
Es decir, en las sociedades menos desarrolladas la incidencia de la delincuencia juvenil en el conjunto del mundo del delito es menor que en las comunidades más avanzadas en el plano económico. En las grandes ciudades latinoamericanas, la delincuencia juvenil está ligada a la obtención —delictiva— de bienes suntuarios de consumo y por lo general no practican la violencia por la violencia misma sino como medio de obtener sus objetivos materiales.
Los estudios criminológicos sobre la delincuencia juvenil señalan el carácter multicausal del fenómeno, pero a pesar de ello, se pueden señalar algunos factores que parecen decisivos en el aumento de la delincuencia juvenil desde la II Guerra Mundial.
Así, son factores que se encuentran en la base de la delincuencia juvenil la imposibilidad de grandes capas de la juventud de integrarse en el sistema y en los valores que éste promociona como únicos y verdaderos (en el orden material y social, por ejemplo) y la propia subcultura que genera la delincuencia que se transmite de pandilla en pandilla, de modo que cada nuevo adepto trata de emular, y si es posible superar, las acciones violentas realizadas por los miembros anteriores del grupo.
2.4 CRIMINALIDAD Y AUTOMOVIL.
El automóvil ha modificado las modalidades de expresión antisocial, pero además ha creado una nueva gama de conductas antisociales, así como una nueva forma de criminalidad.
El problema es preocupante, en cuanto que una cantidad de personas, que en situaciones comunes nunca hubieran llegado a un juicio de naturaleza criminal, ahora están expuestas a ello por el solo hecho de conducir un vehiculo de motor.
Muchos sujetos se atreven a delinquir gracias a que el automóvil les da posibilidades que antes no tenían. En varias ocasiones físicas del individuo, limitaciones que se ven superadas gracias a la maquina.
El hombre conduce un vehiculo, al ver modifica su propia corporeidad, pierdo la consciencia de su “yo” biológico para convertirse en una nueva dualidad hombre-maquina.
El automóvil es un fenómeno típico de nuestra época, y se convierte no solo en un medio de transporte, sino también en una clase de comunicación no verbal. El automóvil se transforma en una amplificación de la capacidad física del individuo, y en una manera de superar una serie de problemas psicológicos. El automóvil puede ser la superación de un complejo de inferioridad, se va haciendo una verdadera máscara para el individuo. Los vehículos de motor sirven también como una forma de desahogo y, en muchos casos, como una temible arma agresiva.
En la mayoría de los países con abundante trafico de vehículos, el 50% de los procesos penales se refieren a accidentes de circulación. Lo anterior implica que deben hacerse cambios importantes en la legislación y demás medios preventivos de la criminalidad.
Si la mitad de los “delincuentes” lo son por causa de accidentes o incidentes de transito, el tratamiento que deben recibir es muy diverso al de los demás criminales. Se ha pensado aún en instalaciones separadas, con personal especializado, para este tipo de criminales, para evitar la reincidencia que en algunos casos llega a ser muy alta.
En algunos lugares hay una complacencia criminal (cuando no corrompida) para otorgar las licencias o permisos para manejar. La selección por edad y facultades físicas y mentales de los conductores de vehículos es ya una gran medida preventiva, que debe hacerse con gran cuidado.
Otro problema es el de la utilización por criminales, del vehiculo como instrumento para cometer crímenes y, generalmente, para realizar sus conductas con mayor velocidad y poder escapar de la acción de la justicia. Ante esta gran movilidad de la delincuencia actual, la policía debe estar dotada de medios de transportes rápidos y adecuados, (cosa que en nuestro Estado y País, desgraciadamente no hay en abundancia), y por lo mismo es un País a dispensas del crimen.
2.5 LA MACROCRIMINALIDAD.
Hay formas de criminalidad que, por su extensión y por la intervención en ellas de un mayor número de sujetos, y principalmente por producir una cantidad notable de victimas, pueden denominarse macrocriminalidad.
Estas formas de criminalidad tienen como rasgos comunes:
Una crueldad excepcional.
Una difusa amenaza para el cuerpo social.
Producen un profundo desorden e inquietud en la sociedad.
Pluralidad de autores y de victimas, o de ambos a la vez.
Diversidad de móviles, tanto políticos como económicos o psicopatológicos.
Las victimas generalmente están indefensas ante estas formas de criminalidad.
Quizá el ejemplo más importante de la macrocriminalidad es el terrorismo, que generalmente se dirige hacia cualquier tipo de víctima y en forma cruel y violenta.
Existen otras muchas formas de macrocriminalidad que padecen generalmente victimas inocentes, como el secuestro de aviaciones, la utilización de rehenes, el sabotaje en transportes colectivos, la discriminación racial, cuando no el Genocidio, etc.
Los macrocrímenes pueden cometerlos indistintamente grupos de personas, sujetos aislados, o gobiernos altamente represivos.
Una de las formas más interesantes de la macrocriminalidad, y a la de se quiere referir en esta ocasión, es la llamada “criminalidad de cuello blanco”, termino no muy afortunado en su traducción al español, pero de utilización general entre los criminológicos.
Este tipo de criminalidad, fundamentalmente económica, se desarrolla en múltiples ocasiones dentro de los límites permitidos por la ley, no quitándole esto su peligrosidad desde el punto de vista criminológico.
La macrocriminalidad económica ha sido llevada a su más alta expresión por las llamadas “empresas transnacionales”, en las cuales se dan manejos increíbles de acciones, declaraciones financieras, trafico de divisas, cohecho a funcionarios estatales, etc.
En ocasiones países completos se ven afectados por este tipo de actividades, que difícilmente son perseguidas y castigadas.
Muchos aspectos de la macrocriminalidad económica dañan principalmente a las clases económicamente menos privilegiadas, así todos los manejos para encarecer alimentos, sea por medio de su ocultamiento u ofrecimiento al publico paquetes con menor contenido del acostumbrado, o por el encarecimiento artificial de ciertos productos de primera necesidad disimulándolo en ocasiones con un simple cambio de marca o disfrazando un mismo producto con empaques o presentaciones nuevas o llamativas.
La lucha despiadada por conseguir contratos gubernamentales o mercados provechosos en países débiles, hacen que personas en apariencia intachables realicen actos que van muy lejos de toda ética comercial e industrial, la competencia desleal, la corrupción de funcionarios o el deterioro del medio ambiente.
Este tipo de criminalidad obliga también a un replanteamiento fundamental de muchos conceptos legales y criminológicos, principalmente porque la prevención ya no está en las manos de un solo gobierno, sino que es necesaria la cooperación internacional, al igual que en otras actividades más claramente criminogénicas, y que podrían también considerarse como de macrocriminalidad, como es el caso del tráfico de drogas.
2.6 ABUSO DEL PODER.
Como forma especial de macrocriminalidad nos encontramos con el abuso del poder, que aporta la “cifra dorada” de la criminalidad y que es perpetrada por criminales que detentan el poder político y que lo ejercen impunemente, perjudicando a los ciudadanos y a la colectividad en beneficio de su oligarquía, o que disponen de un poder económico que se desarrollan en perjuicio del conjunto de la sociedad.
López Rey distingue entre exceso y abuso del poder, el primero consiste en una extralimitación criticable, a menudo circunstancial, y que solo excepcionalmente es criminal. Se debe mayormente a un excesivo celo de los agentes del poder, a la imperfección frecuente y falta de coordinación de los órganos de poder.
El abuso del poder es el empleo deliberado del mismo para finalidades especificas que tienden a lograr, hacer, o no dejar hacer algo que legítimamente no puede justificarse (aunque legalmente estuviera permitido).
A menudo el abuso del poder puede ser económico y político, pero también religioso, cultural, ideológico.
La característica más notable del abuso del poder es su impunidad, ya que el poder se protege a sí mismo.
Otra característica es la coalición del poder político con el poder económico, lo que ha llevada a grados de corrupción de altos funcionarios que, en los últimos años, se han efectuado en varias partes del mundo.
Entre los crímenes cometidos por abuso del poder, pueden mencionarse: la evasión de capitales, la infiltración económica, la contaminación propagandística, la invasión ideológica, la conseciòn de monopolios, la discriminación racial, la persecución religiosa, la persecución política, los negocios con contratos oficiales, etc.
Como puede comprenderse, la investigación criminologica de este fenómeno es labor bastante ardua.
2.7 USO INDEBIDO DE DROGAS.
Uno de los problemas criminológicos más graves, y que ha tomado proporciones epidemiológicas, es el de la utilización no médica de fármacos, así como de otros tóxicos.
El problema del consumo se ha extendido rápidamente a todos los pises, principalmente aquellos de gran desarrollo económico.
Los países en vías de desarrollo no han escapado al problema, pero nos encontramos ente el fenómeno de que, más que países consumidores se han convertido en países productores y exportadores de droga.
El problema tiene, ante todo, una base económica pues gracias al mercado norteamericano los negocios que pueden hacerse con determinadas substancias son fabulosos.
El fenómeno, que es de gran magnitud por la extensión de la frontera que separa ambos países, se hace muy notable en México por ser país “de paso” para la droga. México produce una buena cantidad de la droga que consume la sociedad norteamericana, pero desde luego no tiene la exclusiva, ya que de otros países de Sudamérica, así como de Oriente y Europa, llega el río de substancias toxicas para el consumo norteamericano.
La acción de las autoridades de ambos países ha sido notable en la lucha contra este denigrante negocio, con éxitos muy notables.
Hay ocasiones en que, posiblemente por sobreproducción o por la fuerte vigilancia en las fronteras, la droga se revierte hacia el consumo interno, aunque en nuestros países no es de uso común la droga “dura”, sino más bien el uso de la mariguana y el abuso de fármacos (anfetaminas). Algunos países, como Perú y Colombia, tienen problemas locales con determinada droga (el árbol de coca).
La restricción de la libre venta de fármacos al público ha dado muy buenos resultados en varios de los países, aunque todavía en algunas partes pueden conseguir drogas (como las anfetaminas) libremente en cualquier farmacia.
En algunos países el problema principia a agudizarse en la referente a inhalantes, muchos de ellos de índole industrial (thiner, gasolina, solventes, cementos plásticos, etc.).
La fácil adquisición y el bajo precio de estos productos los hacen asequibles, principalmente a niños de edades muy cortas.
El problema ha debido replantarse varias veces, por lo menos ya ha quedado claro que sólo personas muy estùpidas o muy mal intencionadas aseguran que la droga (cualquiera que ésta sea), no hace daño o sólo la hace en grandes cantidades. Es necesario reafirmar que los adelantos actuales de la medicina han demostrado la peligrosidad de la droga, aún utilizada una sola vez o en pequeñas dosis.
La difusión del problema de la droga, desde un punto de vista científico, hacia el gran público, he tenido efectos contraproducentes, ya que ha despertado la curiosidad de grandes masas de la población, y debemos recordar que en las investigaciones que hemos hecho, que coinciden con la experiencia internacional, la curiosidad es la primera causa por la que un joven se acerca a la droga.
2.8 VIOLENCIA.
Entre las características más notorias de la criminalidad actual está su clara tendencia hacia la violencia.
Si observamos una curva del desarrollo de la criminalidad, vemos que en un principio fue extraordinariamente violenta, y poco a poco fueron apareciendo delitos menos violentos, el cerebro fue reemplazado a los músculos; la violación fue sustituida por el estupro y la seducción, el asalto a mano armada fue sustituido por el robo con escalamiento, y éste por los fraudes notoriamente elaborados. Sin embargo, todo hace ver que se ha iniciado un retroceso por el que estamos volviendo a la criminalidad violenta, muscular y atávica.
Las estadísticas nos dan la razón, no solamente se cometen cada vez más delitos violentos, sino que una serie de delitos en los cuales ya no había violencia (robo) principian a cargarse de una violencia que, en muchos casos, no parece necesaria.
La violencia parece ser el signo de la época: la música es violenta, el tráfico es violento, el cine es violento, la criminalidad es violenta.
La carga de violencia que nos rodea va en continuo aumento, y ha entrado a preocupantes mecanismos de retroalimentación (Feed Sack), y no sabemos ya si la sociedad es violenta porque el cine, la televisión y demás medios de difusión son violentos, o si éstos son violentos porque la sociedad actual es violenta.
Se plantea también la pregunta, que no deja de ser preocupante, de si los medios de difusión pueden servir de catarsis para la violencia actual, o si por el contrario imitan y provocan la violencia.
La violencia se va convirtiendo en un patrón subcultural que ha encontrado campo por demás propicio en algunos de nuestros países, que han tenido desde siempre problemas de “machismo”.
Sin embargo la violencia actual aparece en muchas de sus manifestaciones como innecesaria y totalmente gratuita, se agradece por el gusto de agredir.
El más grave de los mecanismos de retroalimentación en la violencia es aquel que se forma entre delincuencia-policía-delincuencia. La delincuencia es cada vez mas violenta, está cada vez mejor armada, los cuales medios de comunicación y las modernas y potentes armas la hacen más rápida y peligrosa. Esto ha producido que la policía busque armarse mejor y conseguir medios defensivos y ofensivos más eficaces. Así, vemos que muchos cuerpos de policía cambiaron su tradicional resolver 32 por armas de calibre 38, y actualmente está supliendo éstas armas 357 Mágnum. La delincuencia reacciona consiguiendo también armas cada vez más potentes y eficaces, iniciándose una escala que no sabemos dónde va a terminar.
No solamente la criminalidad se ha hecho violenta, por desgracia estamos ante un fenómeno mundial de violencia institucionalizada, y es necesario reconocer que la policía y los órganos represivos se convierten en elementos de una violencia en ocasiones feroz y ciega.
Preocupa grandemente a la Criminología actual el problema de la tortura que se da, generalmente por parte del Estado, en contra de sus ciudadanos, pero que está siendo usada cada vez con mayor frecuencia por grupos diversos de diferentes colores y tendencias.
La tortura es indiscutiblemente una de las formas de criminalidad pública o privada más denigrante, y que denota mayor grado de desviación y anormalidad. Una vez iniciando el proceso de violencia y de tortura, cuando la policía se vuelve violenta y como medio de “investigación” utiliza la tortura (mental o física), cuando los grupos de oposición al gobierno utilizan como arma el secuestro y el terrorismo, estamos ante una escala muy difícil de tener, y que por desgracia sufrirán, generalmente, víctimas inocentes.
2.9 VICTIMOLOGIA.
Un problema que está siendo actualmente muy estudiado por los criminólogos, es el referente a las víctimas de las conductas antisociales. Aunque pueda parecer extraño, la víctima de la conducta criminal ha sido muy esporádicamente estudiada; parece que frente a la gran preocupación por el criminal hay un olvido absoluto por la victima. Los grandes criminales han pasada a la historia, las víctimas, generalmente, han quedado en el olvido.
Este fenómeno puede tener varias explicaciones, quizá sea que nos identificamos con el criminal y jamás con la víctima, quizá sea que admiramos con el criminal que se atreve a hacer lo que nosotros no haríamos, y no admiramos a la víctima; o, lo más probable, es que todos tememos a un criminal y nadie teme a una víctima.
Sin embargo, a partir de las primeras investigaciones sobre víctimas, los estudiosos se llevaran una sorpresa al descubrir que en una notable cantidad de hechos la victima tenía una gran participación y, en ocasiones, era la verdadera causante del delito.
Se ha intentado hacer una clasificación de las víctimas, encontrándose que, de acuerdo a su culpabilidad, podrían clasificarse en:
Víctima totalmente inocente. Es aquella que no tiene ninguna responsabilidad ni intervención en el delito (infanticidio).
Víctima menos culpable que el criminal (víctima por ignorancia, víctima imprudencial).
Víctima tan culpable como el criminal. Es la víctima voluntaria (riña o duelo)
Víctima más culpable que el criminal (víctima provocadora).
Víctima totalmente culpable (víctima agresora, simuladora, imaginaria, etc.)
Los juristas han encontrado aplicación a esto, ya que al colaborar la víctima en mayor o menor grado, y en ocasiones intencionalmente, podría disminuirse la pena al criminal en el grado que la víctima participó en el delito.
El estudio de las víctimas es ahora de gran importancia; existen sujetos con una gran predisposición vìctimal, que necesitan una mayor atención (niños, débiles mentales, atípicos, ancianos, etc.).
Hay también sujetos con gran peligrosidad victimal, los cuales, por sus peculiares características, son un peligro para sí y para los demás.
No cabe duda de que muchas víctimas necesitan más ayuda, protección y tratamiento que sus victimarios. Gran parte del dinero que el Estado utiliza en diagnostico, prognosis y tratamiento de criminales, debía usarlo en atender a las víctimas, pues éstas representan una grave responsabilidad ante el fracaso de la obligación que el Estado tiene de proteger a los miembros de la sociedad.
Quizá lo más importante del problema de la Victimologìa sea la deducción de que no solamente debemos hacer prevención criminal, sino también prevención victimal.
2.10 EL FRACASO DE LA PRISIÓN.
La violencia institucional no es más que el síntoma del fracaso de los planes de prevención y tratamiento.
Se ha mencionado repetidas veces la crisis de la justicia penal, y en particular, la crisis de la prisión.
En el momento actual, mayor número de datos nos llevan a la idea de que no se trata de una crisis de la prisión, sino de su fracaso. Por esto un de los problemas actuales de la Criminología es el de la substitución de la prisión por otras formas de control social.
El problema se agrava cuando sabemos que la mayoría de las personas privadas de su libertad están en prisión preventiva, es decir, se trata de procesados en espera de sentencia.
En algunos países las personas en prisión preventiva alcanzan el 75 y 80% del total de la población privada de libertad.
Estas personas, teóricamente son inocentes hasta que no se les pruebe lo contrario, tienen seriamente limitados sus derechos, ya que es común que compartan la misma institución que los delincuentes sentenciados, ignoran cuándo saldrán en libertad, quedan registrados en los archivos penales, carecen de los beneficios concedidos a los sentidos, etc.
La magnitud del problema se aprecia si tomamos en cuenta que: los juicios tienen duración media de un año, una alta proporción de procesados serán declarados inocentes, y muchas personas privadas de libertad son simplemente pobres que no pueden pagar la fianza fijada por el juez.
En cuanto a la prisión como pena, ésta trae más que bien, y a pesar de eso es usada en exceso, cuando se ha estimado que solo el 40% de las personas privadas de libertad ameritarían permanecer en una institución cerrada.
La prisión acarrea, como una de sus dañinas consecuencias, la prisionalización o institucionalización, que consiste en una rigidez, rutina y monotonía que lleva a actividades, lenguaje y comportamientos especiales, que lleva actividades, lenguaje y comportamientos especiales, que dificultan seriamente una adecuada reincorporación del sujeto del medio social.
Aunque la prisionalización se da principalmente en sujetos con penas largas de prisión, las personas con penas cortas no están exentas de peligro.
Las penas cortas de prisión carecen de ventajas, y reúnen las desventajas de falta de tratamiento, costo enorme, separación de la familia, pérdida de empleo, etc., lo que las hace indeseables.
A mayor razón debe eliminarse como medio de control la prisión administrativa, de corta duración y negra historia.
El subsistir la prisión es, sin duda, uno de los mayores retos a la imaginación y técnica de los criminólogos.
“LA CRIMINALIDAD EN MÉXICO”
3.1 CONDUCTA ANTISOCIAL Y DELITO.
El objeto de estudio de la Criminología son las conductas antisociales. Debemos hacer una clara distinción entre conducta antisocial y delito.
Conducta antisocial es todo aquel comportamiento humano que va contra el bien común; mientras que delito es la acción u omisión que castigan las Leyes Penales, es la conducta definida por la Ley.
Bien común es aquel que es apto para servir o perfeccionar la naturaleza humana en cuanto tal, independientemente de las condiciones individuales, que provienen en cada ser humano de su raza, nacionalidad, edad, profesión, condiciones sociales o religiosas o económicas.
La Iglesia Católica ha desarrollado notablemente el concepto del bien común, así, el Concilio Vaticano II dice que el bien común implica “el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección”, y Juan XXIII en Mater et Magistra y en Pacem in Terris lo define como: “el conjunto de las condiciones sociales que permiten y favorecen en los seres humanos el desarrollo integral de su persona”.
El bien común puede diferir esencialmente de los bienes particulares, de los bienes de un individuo o grupo de individuos. El bien común lo es en cuanto sirve a la generalidad de los hombres.
Por lo anterior, el orden social es una necesidad para lograr el bien común, pero sólo tiene razón de ser en cuanto logra la realización de éste; no puede entenderse un orden social, jurídico o político sino en función del bien de la totalidad de la colectividad.
La distinción es importante en cuanto que la Criminología ha estudiado en ocasiones solamente conductas que atentan contra determinada clase o grupo (gobierno, propietarios, bancos, comerciantes, iglesias, obreros, etc.), olvidándose de analizar las acciones de estos grupos contra el bien común.
De aquí deducimos con claridad que ni todo delito es una conducta antisocial ni toda conducta antisocial es delito.
Expliquemos: Existen conductas que pueden ser antisociales, que no están tipificadas en los Códigos Penales, por ejemplo: la homosexualidad, la prostitución, el alcoholismo, la drogadicción, otras que son francamente antisocial, y que tampoco son contempladas, por lo general, por la ley penal, como la contaminación del ambiente, la publicidad mentirosa y abusiva, la llamada “criminal de cuello blanco”, etc.
Igualmente nos podemos encontrar con el caso de delito, es decir, de tipos claros en el Código Penal que no contengan una conducta antisocial.
Ya ha sucedido en la historia, la existencia de tipos absurdos, en los cuales se prohíba al sujeto abrir determinando número de ventanas, o vemos por ejemplo algunos Códigos en los cuales es un delito el no trabajar (que desde luego el no trabajar puede ser una conducta antisocial, pero puede también no serla). Muchos de los delitos políticos están en este caso; los delitos políticos no siempre tipifican conducta antisocial; en muchas ocasiones lo que tipifican son conductas que dañan solamente a la clase dominante o que ponen en peligro al grupo, familia o partido en el poder.
Hay que poner atención en no confundir hecho antisocial con delito. El objeto del Derecho Penal son las normas que rigen al delito, que es ente y figura jurídica; el objeto de la Criminología es el hecho antisocial, fenómeno y producto de la naturaleza.
Por esto, una de las funciones del criminólogo, es determinar que conductas son efectivamente antisociales y cuales no, lo que sin duda es un reto desde todos los puntos de vista.
Una gran ayuda para resolver el problema lo representan las declaraciones de Derechos Humanos, tema en el que todos los autores están de acuerdo (y si no lo están al menos no lo dicen). Parece irrebatible la afirmación de que toda violación a los Derechos Humanos debe ser considerada como una conducta antisocial.
3.2 FORMAS DE CONDUCTA.
Para precisar con mayor claridad el objeto de estudio de la Criminología, es necesario distinguir cuatro tipos de conducta: Social, asocial, parasocial, antisocial.
3.2.1 CONDUCTA SOCIAL.
Es la que cumple con las adecuadas normas de convivencia, la que no agrede en forma alguna a la colectividad, es la que cumple con el bien común.
La mayoría de las conductas en la humana convivencia son de esta clase, nuestras relaciones con los semejantes siguen determinadas normas (jurídicas, morales, sociales) y buscan la realización de ciertos valores (amistad, negocio, oración, aprendizaje, etc.). Así, el asistir a una conferencia, ir a un restaurante a comer con amigos, abrir una cuenta bancaria, galantear a una dama, son (en principio) conductas sociales.
3.2.2 CONDUCTA ASOCIAL
La conducta asocial es aquella que carece de contenido social, no tiene relación con las normas de convivencia ni con el bien común.
La conducta asocial se realiza por lo general en la sociedad, en el aislamiento. Cuando cerramos la puerta de nuestra alcoba los convencionalismos sociales quedan fuera, al quedarnos solos nuestra conducta queda, por lo general, desprovista de contenido social o antisocial.
3.2.3 CONDUCTA PARASOCIAL.
Se da en el contexto social, pero es diferente a las conductas seguidas por la mayoría del conglomerado social. Es la no aceptación de los valores adoptados por la colectividad, pero sin destruirlos; no realiza el bien común, pero no lo agrede.
Ciertas modas, ciertos usos o costumbres diferentes, son captados por la mayoría como extravagantes o francamente desviados. La diferencia con la conducta asocial es que la parasocial no puede ser aislada, necesita de los demás para poder darse.
3.2.4 CONDUCTA ANTISOCIAL.
Va contra el bien común, atenta contra la estructura básica de la sociedad, destruye sus valores fundamentales, lesiona las normas elementales de convivencia.
El ejemplo que puede darse de esta forma de conducta es clásico: el privar la vida a un semejante lesiona el bien común; es una conducta indeseable, daña no sólo a la victima, sino a la familia y a la sociedad; destruye el valor supremo: la vida, sin el cual no pueden darse los otros bienes.
A la Criminología le interesan sobre todo las conductas antisociales, pero esto no implican que desatienda a las conductas parasociales, en cuanto que algunas de éstas pueden convertirse con cierta facilidad en conductas francamente antisociales.
En de aclararse que el término de conducta desviada, tan utilizado actualmente, es de gran utilidad, principalmente por ser descriptivo y no valorativo, y nosotros lo usaremos en forma general, pues una conducta desviada es una conducta diferente de la generalidad, y puede ser parasocial, o, en algunos casos simplemente asocial.
3.3 TIPOS DE SUJETO.
Cualquier puede cometer actos sociales, asociales, parasociales o antisociales, pero cuando prevalece determinado tipo de conducta, podemos utilizar otro nivel de interpretación, y así distinguir sujetos sociales, asociales, parasociales o antisociales.
3.3.1 SUJETO SOCIAL.
Por lo común el concepto de sociabilidad se interpreta como facilidad de interrelación, de comunicación humana para los efectos de la materia se debe considerar como cumplimiento de las normas de convivencia y realización del bien común.
3.3.2 SUJETO ASOCIAL.
Se aparta de la sociedad, no convive con ella, vive independientemente, no tiene nada que ver con el bien común, pero sin agredir a la comunidad.
En la antigüedad tenemos varios ejemplos de estos sujetos en la persona de los anacoretas, que se separaban de la sociedad para vivir independientemente, haciéndose compañía a si mismos, con el deseo (quizá egoísta) de su personal superación. En la actualidad aún nos encontramos con el misántropo aislado, o con patéticos casos patológicos como puede serlo el esquizofrénico, que vive su personal mundo interno.
3.3.3 SUJETO PARASOCIAL.
Se da paralelamente, al lado de la sociedad, no cree en sus valores, pero no se aparta de ella, sino comparte sus beneficios, en mucho depende de ella para sobrevivir.
Es el ejemplo de ciertas sectas o grupos minoritarios, incrustados en la sociedad, o de las subculturas que corren paralelas a la gran cultura colectiva. El sujeto perteneciente a estos grupos no acepta las normas sociales o jurídicas, pero las cumple en el mínimo suficiente para evitar ser molestado. No introyecta los valores generales ni lucha por el bien común, pues tiene sus propios valores y lucha por el bien de su grupo, causa o idea. La Criminología actual reconoce en estos sujetos el “derecho a ser diferente”.
Lo mismo podemos decir del alcohólico, el limosnero, el toxicómano, el homosexual, etc.
3.3.4 SUJETO ANTISOCIAL.
Arremete al bien común, destruye los valores básicos de la sociedad, no respeta las leyes elementales de convivencia, no vive en sociedad sino contra ella.
Respecto al sujeto antisocial podemos hacer la misma reflexión que hicimos con las conductas antisociales: a la Criminología le interesan sobre todo los sujetos antisociales, pero esto implica que se descuide a los parasociales, que en un momento dado puede convertirse en antisociales.
Así, el homosexual que pervierte a niños, o el toxicómano trafica con droga, no puede considerarse ya como parasociales, han encontrado la categoría de antisociales.
En cuento a los sujetos desviados, es preciso hacer la misma aclaración hecha para las conductas desviadas: sujeto desviado es aquel que toma un patrón de comportamiento diferente al del común de la colectividad, y por lo tanto, el desviado puede ser asocial, parasocial o antisocial. La diferencia será de importancia suprema en el momento de planear, ejecutar y evaluar la política Criminológica.
3.4 CRIMEN, CRIMINAL Y CRIMINALIDAD.
En Criminología, el fenómeno antisocial puede analizarse en diferentes niveles; la distinción es importante, pues tiene consecuencias metodológicas e interpretativas notables.
Es aceptable citar algunos datos sobre los niveles de interpretación criminológica, pues la confusión entre ellos lleva a muy serias equivocaciones, así debemos distinguir como la hace Pinatel:
CRIMEN. Conducta antisocial propiamente dicha, es un episodio que tiene un principio, un desarrollo y un fin.
En este nivel se analizan todos los factores y causas que concurrieron para la producción del evento. Los aspectos biológicos, psicológicos, antropológicos, que llevaron al “paso al acto”.
Se debe recordar que conducta antisocial y delito son dos conceptos diferentes, y que no podemos interpretar el crimen como el delito jurídico, es decir, como la violación a la ley penal. Las actuaciones judiciales en el caso de un delito pueden ser de gran interés al criminólogo, pero no debe guiarse tan solo por ellas. Además, debe tenerse en cuenta que muchas conductas antisociales no están tipificadas, y no por eso el criminólogo dejará de analizarlas.
CRIMINAL. Es el autor del crimen, es el sujeto individual, actor principal del drama antisocial.
En el momento actual, el concepto de “criminal” o sujeto antisocial es muy amplio y no se limita al infractor a la ley penal. Pensando que los términos “criminal” y “antisocial” pueden ser estigmatizantes y valorativos, se ha propuesto en su lugar utilizar el concepto de “desviado”, que puede ser más descriptivo, sin embargo, es necesario señalar que no todo desviado es antisocial, y por lo tanto criminal.
CRIMINALIDAD. Es el conjunto de las conductas antisociales que se producen en un tiempo y lugar determinados.
Para poder estudiar a al Criminalidad, es necesaria la intervención de la Demografía, la Historia, la Etnografía, la Psicología Social, la Estadística, etc. Pues se trata de un estudio global del fenómeno.
La interpretación de la criminalidad como la totalidad de los delitos cometidos en un lugar y época determinados es muy general y por demás errónea. Es indudable que los datos de más fácil acceso sean los oficiales, tales como estadísticas judiciales.
No podemos olvidar que gran parte de la investigación criminológica actual está dedicada a la obtención de la cifra negra (delitos no conocidos por la autoridad), a la cifra dorada (conductas antisociales y delitos cometidos por políticos, compañías transnacionales influyentes, industriales, etc.) y al estudio de conductas desviadas o peligrosas no consideradas oficialmente como tales.
La importancia de la diferencia en los niveles de interpretación salta a la vista, pues no es lo mismo hablar de homicidio, que del homicida, que de los homicidios, es diferente estudiar un comportamiento antisocial, un sujeto antisocial o la antisocialidad. Debe entenderse pues que la Criminología estudia la conducta antisocial en tres niveles distintos: El Crimen, el Criminal, y la Criminalidad.
3.5 LA CRIMINOLOGÍA CAUSAL.
En la definición que nos ha servido de base, encontramos que la Criminología es una ciencia sintética, causal explicativa, natural y cultural, de las conductas antisociales. Es necesario exponer en qué sentido la Criminología es causal.
La Criminología intenta describir y explicar la conducta antisocial, situarla en un momento y lugar determinado y dar leyes de aplicación universal. Pero no es solamente descriptiva, sino que busca ante todo encontrar las causas que producen y los factores que favorecen el fenómeno, y por lo tanto encontrar la forma de evitarlo.
De aquí que la Criminología sea ciencia aplicada y no ciencia pura, que sea eminentemente práctica y no solamente teórica, pues busca resolver los problemas conociéndolos y proponiendo medios para atacar sus factores y causas. Esto es lo más valioso, pues la Criminología, como toda ciencia moderna, es, ante todo, prevención.
Causa, factor, móvil y factor causal son llamados conceptos operacionales de orden explicativo. Es necesario distinguirlos, pues son utilizados en Criminología en sentido demasiado amplio o excesivamente restringido.
CAUSA. Según la definición de las Naciones unidas, es: “La condición necesaria sin la cual u cierto comportamiento no se hubiera jamás manifestado”.
Causa es la conexión constante, unívoca y de carácter genético entre acontecimientos naturales; (explicaré estos conceptos:)
Es constante en cuanto implica una conexión necesaria; es universal porque la conexión es tal que dado el efecto, éste tiene una causa, y dada la causa ésta producirá un efecto; y es genética ya que un suceso engendra otro, no solamente lo acompaña.
FACTOR. Por el contrario, es todo aquello que favorece en cualquier forma el fenómeno criminal, así, el alcoholismo, la promiscuidad, las alteraciones fisiológicas, pueden ser factores criminógenicos.
MOVIL. Es el elemento subjetivo que lleva a un sujeto en particular a realizar una conducta antisocial.
FACTOR CAUSAL. Es aquel que, siendo un impelente para cometer el crimen en lo general, lleva a un sujeto en lo particular a realizarlo.
Adelantaremos que los conceptos operacionales no pueden aplicarse en todos los niveles de interpretación, así, sería erróneo hablar de “causas” de la criminalidad, en la que solamente es válido manejar el concepto “factores”.
Criminológicamente buscamos cadenas causales, es decir, no tratamos de localizar la causa inmediata, sino las causas mediatas, aplicamos el principio causa causae causa causati ets (la causa de la causa es causa de lo causado), sabemos que atacar la causa inmediata no resuelve el problema.
En la vasalidad jurídico-penal solo importa la causa inmediata, o sea que buscamos la relación causa-efecto unida por el nexo causal, por lo tanto la causa de la causa no es tomada en cuenta como causa de lo causado.
La causa aquí es interpretada como la conexión entre la actividad y el resultado natural; en los casos de omisión, los juristas interpretan que, en la inactividad, la conexión es normativa.
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Por ejemplo: si un sujeto hiere a otro, éste es recogido por una ambulancia, la cual sufre un accidente y el herido muere, al heridor no puede responsabilizársele jurídicamente por homicidio, sino solamente por lesiones, la cadena causal ha sido rota.
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Si un sujeto comete un delito conduciendo su automóvil en estado alcohólico, y sabemos que la embriaguez es la causa del delito, como criminólogos buscaremos la cadena causal: ¿por qué se emborracha el sujeto?. Supongamos que lo hace por un problema psicológico, causado a su vez por un trauma sufrido en la niñez por culpa de sus padres. Esto es intrascendente para el derecho, no puede responsabilizarse a los padres, pero es de gran interés para el criminólogo, que debe atacar la causa primaria.
3.6 LO EXPLICATIVO DE LA CRIMINOLOGÍA.
Lo explicativo en Criminología, significa que ésta recorre los tres niveles de investigación: descripción, clasificación y explicación.
DESCRIPCIÓN. Describir es representar el aspecto de las cosas, es definir imperfectamente algo, no por sus predicados esenciales, sino dando una idea general de sus partes o propiedades.
CLASIFICACIÓN. El paso siguiente es el la clasificación, el intento de establecer una tipología, el ordenar o disponer por clases.
EXPLICACIÓN. La explicación consiste en el intento de reducir leyes; el fin último de toda ciencia, como dice Duverger, es formular leyes, es decir relaciones constantes entre fenómenos.
La explicación Criminólogica implica la descripción y clasificación de las conductas criminales, pero es además la precisión de los diversos procesos existente, de los enlaces internos de los diferentes fenómenos y de sus conexiones con otros procesos, determinando las características de la intervención de los diversos factores criminológicos.
“LA INSEGURIDAD PUBLICA EN MEXICO”
4.1 SINTESIS.
A la luz de la magnitud del problema de la inseguridad y los costos que ocasiona a la ciudadanía, el gran reto de las autoridades es controlar y reducir la delincuencia para no permitir la destrucción del capital o tejido social que hace posible la convivencia ciudadana y el desarrollo económico del país.
Aunque la criminalidad es un tema sumamente complejo, un tipo de delincuencia conlleva a otro: los asaltos o robos en las calles y el homicidio no están del todo desligados. De no controlarse la delincuencia, sus costos serán cada vez mayores para los ciudadanos y las empresas, con consecuencias económicas poco promisorias. El crecimiento y persistencia de la inseguridad ha conducido a que sólo una cuarta parte de las personas que sufren un delito lo denuncien. Esto revela la poca confianza que tiene la sociedad en las autoridades.
4.2 LA INSEGURIDAD PÚBLICA: LA CIFRA NEGRA DEL CRIMEN EN MÉXICO
El significativo aumento en los índices de criminalidad en todo el país han provocado una creciente polémica sobre el verdadero nivel del problema de inseguridad pública en México.
Aunque las cifras oficiales confirman el importante aumento de la delincuencia en México en los últimos 20 años (véase primera parte en Entorno, septiembre 2002), la falta de un sistema de administración de justicia confiable y expedito ha provocado que la sociedad no denuncie ante las autoridades los actos criminales, lo cual ha mermado nuestra capacidad para entender la dimensión real de la delincuencia. Lo que sí es claro es que la inseguridad ha alcanzado a la mayoría de los ciudadanos sin importar su nivel de ingreso, causando una profunda consternación en la sociedad.
Con el fin de entender mejor la dimensión del problema de inseguridad en nuestro país, el CEESP presenta en esta segunda parte un análisis de la evolución de la delincuencia en el contexto mundial, así como cifras alternas (confiables pero no oficiales) sobre actos delictivos y las pérdidas económicas que estos generan en México. El objetivo es contar con un parámetro de comparación internacional de la criminalidad y conocer su magnitud actual en el país.
El documento presenta la llamada cifra negra del crimen en México, dada a conocer recientemente por el Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, A. C. (ICESI), lo que nos permite conocer los elevados costos sociales y pérdidas de bienestar que sufren las víctimas de la delincuencia. Igualmente, con base en información de la encuesta sobre criminalidad que lleva a cabo las Naciones Unidas, se compara el nivel de delincuencia en México con el de otros países; esto permite inferir que los niveles de criminalidad que se presentan en algunas regiones del país se cuentan entre los más altos del mundo.
4.3 LA DELINCUENCIA EN EL MUNDO
La literatura sobre la evolución de la criminalidad en el mundo se está incrementando rápidamente. Muchos autores han estudiado el crecimiento de la delincuencia tanto en países industrializados como en desarrollo desde la década de los ochenta, y su efecto no sólo en la calidad de vida y bienestar social, sino también en la actividad y crecimiento económico. A continuación se presenta una descripción sobre la criminalidad en distintas regiones del mundo, con el fin de tener un patrón de comparación para México sobre el desarrollo del fenómeno de la delincuencia.
El análisis de la evolución de la criminalidad a nivel mundial se realizó con base en la encuesta sobre crimen que lleva a cabo las Naciones Unidas periódicamente. Para facilitar la exposición de los resultados se clasificaron 116 países en seis regiones de acuerdo con la división regional que utiliza el Fondo Monetario Internacional: África, América Latina, Asia, países desarrollados, Medio Oriente y países en transición.
Los resultados de la encuesta se elaboran a partir de las denuncias en cada país, las cuales se presentan en términos de su número por cada 100,000 habitantes. Las denuncias incluyen delitos por robo o asalto, robo a propiedad, daño a propiedad ajena, homicidio, violación, secuestro y tráfico de drogas. Se debe señalar que es probable que las cifras oficiales no reflejen la magnitud real de la criminalidad dado que existen altos niveles de subdeclaración de delitos alrededor del mundo. Sin embargo, aunque no se declaren todos los actos criminales, la tasa de crecimiento en el número de denuncias nos permite al menos conocer el cambio en la tendencia de la criminalidad.2 También se debe mencionar que la encuesta no incluye datos sobre la criminalidad en México por no existir información adecuada sobre el número de denuncias.
4.4 TASAS DE CRIMINALIDAD POR REGIONES
La criminalidad en el mundo ha registrado tasas de crecimiento y/o niveles delictivos importantes tanto en países industrializados como en desarrollo. De 1980 a 1997, las denuncias de actos criminales aumentaron en 131 por ciento a nivel global, lo que equivale a una tasa promedio de crecimiento anual de casi 8 por ciento.
La región que presentó el mayor crecimiento en la criminalidad fue el Medio Oriente, donde destaca un aumento de 347 por ciento en el número de denuncias en Israel a partir de 1994. Por lo que respecta a la región de América Latina, esta ocupó el tercer lugar en el crecimiento de la criminalidad, antecedida por los países en transición, reportándose un crecimiento de 88 y 192 por ciento, respectivamente, durante el periodo.
REGION | DUNUNCIAS | VAR % PERIODO | TASA PROMEDIO ANUAL |
AFRICA | 2.376 | 25.34 | 1.48 |
AMERICA LATINA | 3.530 | 88.46 | 5.20 |
ASIA | 1.160 | 24.43 | 1.44 |
DESARROLLADOS | 6.449 | 13.77 | 0.81 |
MEDIO ORIENTE | 2.616 | 441.68 | 26.98 |
SIN TRANCISION | 2.069 | 192.36 | 11.31 |
GLOBAL | 18.198 | 130.87 | 7.70 |
FUENTE: encuesta del Crimen Mundial, ONU.
En contraste, la región que registró el menor crecimiento de criminalidad, de acuerdo con los datos de la encuesta, fue la de los países desarrollados, la cual presentó un incremento de sólo 14 por ciento en el periodo, lo que equivale a un crecimiento promedio anual ligeramente menor a uno por ciento.
Sin embargo, si uno observa la tasa de criminalidad -el número de denuncias por cada 100,000 habitantes- los países desarrollados tienen el mayor número de denuncias (6,449), seguidos por Latinoamérica (3,530), como se puede apreciar en el cuadro. Así, de acuerdo con las cifras de la encuesta, puede decirse que los países desarrollados tienen un nivel alto de criminalidad, pero no está aumentando significativamente; mientras que, por el contrario, los países en transición, por ejemplo, tienen un nivel de criminalidad moderada pero en rápido crecimiento. Por lo que respecta a la región de Latinoamérica, el problema de criminalidad es relativamente alto y se está acentuando a un ritmo no despreciable.
Si se excluyera a Israel del cálculo de la criminalidad -el país con el mayor número de denuncias en la región del Medio Oriente pero que sufre un conflicto que requiere la presencia militar- la región de América Latina ocuparía, en términos de su tasa de delitos por habitantes, la segunda posición como una de las regiones con mayor nivel y crecimiento en delincuencia, a nivel mundial.
La evolución en el crecimiento de la criminalidad en el mundo se puede apreciar mejor en la gráfica siguiente, la cual presenta los datos de criminalidad por región en forma de índice. Tres cuestiones resaltan: el cambio en la tendencia del crecimiento de la criminalidad a partir de mediados de los ochenta y principios de los noventa para las regiones de América Latina y los países en transición (Hungría, Polonia y Rusia, entre ellos); un fuerte incremento a partir de 1994 en el Medio Oriente, y un muy moderado o casi nulo crecimiento en la criminalidad en las regiones de África, Asia y los países desarrollados durante los años de 1980 a 1997.
Destaca que el aumento en la criminalidad en Latinoamérica y los países en transición coincide con la segunda mitad de la llamada década pérdida por la falta de crecimiento económico para la primera, y con la transformación de una economía planeada a una de mercado en la segunda, lo que revela que el aumento de la criminalidad tiene entre sus causas el deterioro económico que se resintió por aquellos años en dichas regiones.
Crimen violento y no violento a nivel mundial
Por lo que respecta a la evolución del crimen violento y no violento en el mundo, se presentan las tasas de denuncias conocidas por robo y homicidio intencional por cada 100,000 habitantes. Como se mencionó en el número anterior, el homicidio intencional se considera como una aproximación del crimen violento en contraste con otros delitos, como el robo, para apreciar el aumento de la violencia en los últimos años.
Las tasas de criminalidad por robo y homicidio reflejan no sólo el importante aumento de la delincuencia, como se mencionó anteriormente, sino también el de la violencia a nivel mundial desde principios de la década de los ochenta. Mientras que el robo se incrementó en 59 por ciento, el homicidio intencional aumentó en 87.5 por ciento de 1975 a 1994.
Por periodos resalta que, a pesar de un ligero retroceso en las tasas de homicidio de 1980 a 1984, en los siguientes años ese delito creció en 60 por ciento. Por su parte, el robo presentó un nivel similar durante los ochenta para dar lugar a un crecimiento de 26 por ciento en los primeros años de los noventa. Esto indica que el uso de la violencia se incrementó en 2.3 veces más que la tasa de delitos por robo durante la primera mitad de los noventa.
Con base en lo expuesto anteriormente, se puede deducir que el fuerte crecimiento de la criminalidad en el ámbito mundial es consecuencia del importante crecimiento en tres regiones principalmente: América Latina, Medio Oriente y los países en desarrollo. No obstante, si excluimos la zona del Medio Oriente, destaca que la criminalidad se focalizó en regiones en vías de consolidar sus economías de mercado y sistemas democráticos. Aunque ciertamente es muy preocupante el aumento de la delincuencia, quizá debería serlo más el de la violencia y agresión por parte de los criminales, en especial durante la última parte del siglo pasado. Sin duda, el problema de la inseguridad pública constituirá uno de los retos más importantes por resolver durante el nuevo siglo en un gran número de países.
4.5 EL NIVEL DE DELINCUENCIA EN MÉXICO
En México, la criminalidad también ha presentado un crecimiento significativo durante los últimos años, en paralelo con la evolución mundial. En la edición anterior de Entorno se presentó el incremento de la delincuencia de acuerdo con las cifras oficiales. En esa publicación se resaltó el importante incremento de 142 por ciento en el número total de presuntos delincuentes en el país durante las últimas dos décadas y sus repercusiones en el crecimiento económico y la competitividad de las empresas.
4.5.1 PROBLEMAS DE SUBDECLARACIÓN DEL CRIMEN
Existen, sin embargo, serios inconvenientes en utilizar las cifras oficiales sobre criminalidad -especialmente en el caso de robo- para realmente conocer la magnitud y evolución de dicho problema en nuestro país. El principal de ellos es la subdeclaración de delitos, que se refiere a los crímenes que no se reportan por la poca confianza de los ciudadanos en la procuración de justicia y ocasiona, en consecuencia, a que menos delincuentes sean consignados. Otro grave problema es la excesiva burocracia de las instituciones, la cual impone barreras que obstaculizan la declaración y da por resultado que no se persigan delincuentes por la falta de registros de un gran número de crímenes.
Por lo anterior, el problema de utilizar el número de presuntos delincuentes como una medición de la criminalidad es que, cuanto menor sea la eficiencia de las autoridades policíacas y judiciales para apresar y castigar a un delincuente respectivamente -sobre todo en el caso de robo- tanto mayor será la diferencia entre la cifra real de delitos y la de presuntos criminales.
Se debe mencionar que, aun cuando en los últimos años las autoridades publican el número de denuncias por actos criminales, los problemas mencionados arriba claramente impiden tener un registro confiable sobre la delincuencia. El que no se denuncien los delitos y, por ende, exista un número relativamente reducido de denuncias, ciertamente no equivale a que el problema del crimen sea menor o se esté reduciendo, como argumentan algunas autoridades.
Como opción para solventar el problema de subdeclaración y conocer la cifra real de la delincuencia en nuestro país, la llamada cifra negra del crimen -el número de crímenes cometidos en México y que no son denunciados-, se deben buscar fuentes alternas de información sobre dicho fenómeno.
4.5.2 CIFRAS ALTERNAS SOBRE LA INSEGURIDAD EN MÉXICO.
Recientemente el Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, A. C. (ICESI), llevó a cabo la primera encuesta nacional sobre inseguridad pública en las entidades federativas 2001. El objetivo de la encuesta fue obtener información confiable sobre el problema de inseguridad en México a través de estimar los delitos denunciados y no denunciados, contar con perfiles de victimización (tipo y lugar del delito, tipo de amenaza, monto de pérdidas, edad de delincuentes, etc.), conocer la percepción de inseguridad en cada uno de los estados de la república e identificar el tipo de actividades cotidianas que se han dejado de hacer por temor a ser víctima de un delito.
La encuesta, realizada por cuatro prestigiadas empresas, tuvo un tamaño de muestra de 35,001 hogares en toda la república ponderados por la población de cada entidad federativa. La representatividad de la muestra, al ser científicamente diseñada, tiene un nivel de confianza de 95 por ciento y un margen de error de ± uno por ciento. Los resultados de la encuesta nacional para el 2001 se detallan a continuación.
4.5.3 PRINCIPALES RESULTADOS DE LA ENCUESTA ICESI.
Sobresale que en 14 por ciento de los hogares del país al menos una persona sufrió algún tipo de delito y una quinta parte de ellos (2.8 por ciento) ha padecido más de un delito. Por lo que respecta a la incidencia delictiva en las entidades federativas, los cinco estados con el mayor número de hogares que sufrió algún delito son el Distrito Federal, Baja California, Morelos, el estado de México y Chihuahua. En contraste, los estados con menor incidencia delictiva son Durango, Zacatecas, Baja California Sur, Colima, Puebla y Tlaxcala (véase siguiente tabla).
Por cada 100,000 habitantes, la tasa de delitos fue de 4,412 a nivel nacional en el 2001. La mayor tasa de delitos se registró en el Distrito Federal con 17,718 delitos por cada 100,000 habitantes. Le siguieron Morelos con 5,573, Baja California con 5,531, Chihuahua con 4,979 y el estado de México con 4,778. Los de menor tasa fueron Tlaxcala con 1,448, Zacatecas con 1,453, Michoacán con 1,471 y Oaxaca con 1,595.
ENTIDADES CON MAYOR Y MENOR INCIDENCIA DELICTIVA POR HOGARES 2001.
ENTIDAD CON MAYOR INCIDENCIA | % | |||
DF. | 39 | |||
BAJA CALIFORNIA | 21 | |||
MORELOS | 21 | |||
CHIHUAHUA | 16 | |||
PUEBLA | 6 | |||
COLIMA | 6 | |||
BAJA CALIFORNIA SUR | 6 | |||
ENTIDADE CON MENOR INCIDENCIA | % | |||
DURANGO | 5 | |||
ZACATECAS | 5 | |||
TLAXCALA | 6 |
FUENTE: primera encuesta de inseguridad ICESI. 2001
La encuesta también reporta si las víctimas sufrieron algún tipo de violencia. Resalta que 44 por ciento de ellas contestaron que sufrieron algún tipo de agresión durante la comisión del delito. Lo más preocupante en estos casos fue que en casi la mitad de ellos se utilizó un arma de fuego para realizar el delito. Por lo que respecta al uso de arma blanca y la violencia física, cada una se utilizó en cerca de una quinta parte de los actos criminales.
En cuanto a la incidencia geográfica de la violencia, las entidades que registraron el mayor grado de violencia o agresión fueron el estado de México (63 por ciento), el Distrito Federal (55 por ciento) y Morelos (54 por ciento). En contraparte, las entidades con menor índice de violencia fueron Baja California Sur (18 por ciento) y Chihuahua (25 por ciento).
Por tipo de delito, en el 2001 el 92 por ciento fueron robos, destacando entre los más importantes el robo a transeúntes, de vehículos, casa habitación y comercio. La tasa por 100,000 habitantes es de 4,169, cercana a la tasa nacional en razón de la alta participación de este tipo de delito. Su composición se indica en la siguiente gráfica.
Del resto de crímenes, destacan los delitos de lesiones, abuso de autoridad, daño en propiedad ajena, amenaza, fraude, secuestro, delito sexual, abuso de confianza, secuestro exprés y homicidio. Los delitos por lesiones son los más cometidos después del robo, representando el 50 por ciento del restante de delitos realizados en el año 2001, lo que refleja un alto grado de agresión por parte de los criminales.
En relación con el homicidio (crimen violento) debe mencionarse que las cifras son alarmantes. Por una parte, el estudio de victimización reporta que se cometieron 17,648 homicidios en el país en el 2001, aproximadamente. Esto equivale a 18 homicidios por cada 100,000 habitantes o a 48 homicidios diarios.
Por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública reporta que el número aproximado de denuncias por homicidio fue de 26,769, lo que representa 26 homicidios por 100,000 habitantes o 70.5 homicidios diarios.
Lo anterior indica que hay una menor subdeclaración en el crimen violento y, aunque la discrepancia puede deberse a que los estudios de victimización tienden a no capturar el crimen y violencia entre propios criminales (guerra entre pandillas), el número de homicidios arrojado por estas fuentes coloca a México entre los países con mayor grado de crimen violento en el mundo de los países sin conflictos armados. (Colombia tiene una tasa de más de 89 homicidios por cada 100,000 habitantes).
4.5.4 LA CIFRA NEGRA DEL CRIMEN EN MÉXICO
Con base en toda la información anterior, el ICESI reporta que el número total de delitos en México durante el 2001 fue de 4, 412,000. Esta cifra contrasta profundamente con la cantidad de denuncias que reportan las cifras oficiales a través de la Secretaría de Seguridad Pública, la cual manifiesta que el número de denuncias en ese mismo año ascendió a 1, 439,770 aproximadamente.3
4.5.5 LA SECRETARÍA DE SEGURIDAD PÚBLICA REPORTA EL NÚMERO DE DELITOS DENUNCIADOS DESDE 1997-.
La cifra negra del crimen -medida como la diferencia entre el número de denuncias y el número de delitos cometidos- fue de poco más de 2,900,000 delitos, el doble que lo reportado oficialmente. Lo anterior implica que tan sólo uno de cada cuatro delitos que se cometieron en el país fueron denunciados ante las autoridades, confirmando el grave problema de inseguridad que enfrenta el país y la poca confianza de la sociedad para con las autoridades en el combate a la delincuencia.
4.6 NIVEL DE CRIMEN Y PÉRDIDAS ECONÓMICAS
Antes de presentar el monto de pérdidas económicas que genera la delincuencia para los ciudadanos, sería útil tener una referencia sobre la magnitud del crimen en México en comparación con otros países. Para ello se utilizarán los resultados de la encuesta de las Naciones Unidas citada con anterioridad. Cabe mencionar que, con base en la información obtenido por el ICESI, el nivel de crimen que tienen algunas regiones de México es de tal magnitud que las coloca entre las zonas más inseguras del mundo.
Se reconoce que la información que presenta Naciones Unidas puede contener un alto nivel de subdeclaración que no refleja las verdaderas tasas de delincuencia que prevalecen en otros países del mundo. Aun así, dado que la información de los países desarrollados es más confiable, es razonable tomar estos países como base de comparación. La mayoría de estos países son, de hecho, los que reportan los niveles de delincuencia más altos en la encuesta de las Naciones Unidas, lo que se debe muy probablemente a menores tasas de subdeclaración.
Entre los países desarrollados, Suecia, Nueva Zelandia y Dinamarca destacan como los extremos en criminalidad por cada 100,000 habitantes, con tasas superiores a los 10,000 delitos. Es importante mencionar que estas cifras se refieren a los promedios nacionales, por lo que la criminalidad en áreas metropolitanas pudiera ser mayor que lo aquí presentado.
Con estos datos se puede establecer que el costo promedio de las pérdidas económicas fue de 13,245 pesos por víctima, lo que arroja un costo total nacional de 49 mil millones de pesos en 2001. La magnitud de esta cifra es por demás impactante y equivale a 0.85 por ciento del Producto Interno Bruto. Para comprender mejor el problema y su dimensión, el monto de pérdidas por actos delictivos que sufren las víctimas es equivalente a 350,000 automóviles compactos; o se puede comparar con el presupuesto del gasto programable destinado a salud, medio ambiente y desarrollo social en su conjunto para el año 2002.
Además, la delincuencia obliga a la sociedad a asignar recursos para protegerse. Estos recursos, que podrían utilizar los ciudadanos para otras actividades, los destinan a cubrir las deficiencias de un sistema de seguridad público poco efectivo, representando gastos indirectos que elevan el costo total de la delincuencia. Para ejemplificar el importante crecimiento del gasto en protección en respuesta a la inseguridad, conforme a la encuesta de ingresos y gastos que realiza el INEGI, los hogares de México han incrementado su gasto en vigilancia y seguridad para sus viviendas en poco más de 76 por ciento de 1998 al año 2000, revelando la intranquilidad que tiene la sociedad por el problema de inseguridad.4
4.- Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, 1998-2000. INEGI.
Un efecto intangible pero no menos importante de la criminalidad o delincuencia es la pérdida en productividad de los recursos humanos por el estrés que causa trabajar en lugares o ciudades con un ambiente de alto riesgo delictivo y violento. Esta pérdida de productividad del factor trabajo, el cual tiene una importancia elemental en todos los procesos de producción, disminuye, en consecuencia, la competitividad a lo largo de todas las actividades productivas desarrollados en México. Este impacto de la delincuencia en la población se corrobora con los datos de la encuesta del ICESI, la cual muestra que casi la mitad de los mexicanos (47 por ciento de la población) se sienten inseguros en el lugar donde radican.
Otro efecto importante de la inseguridad es que una cuarta parte de la población (23 por ciento) ha modificado ciertos hábitos o actividades por temor a ser víctima de algún delito. De los principales cambios de hábitos o actividades de quienes han modificado su comportamiento destacan que 81 por ciento evita salir de noche, 44 por ciento no lleva dinero en efectivo consigo y 37 por ciento no utiliza joyas.
4.7 OBSERVACIONES GENERALES
El monto de las pérdidas económicas revelan lo atractivo de las actividades criminales, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de ellas no se reportan. Ello equivale a que los ingresos ilegales son tan seguros como los que se obtienen del sector formal, con la ventaja de que los criminales no pagan impuestos por ese ingreso.
A la luz de la magnitud del problema de la inseguridad y los costos que ocasiona a la ciudadanía, el gran reto de las autoridades es controlar y reducir la delincuencia para no permitir la destrucción del capital o tejido social que hace posible la convivencia ciudadana y el desarrollo económico del país. Aunque la criminalidad es un tema sumamente complejo, un tipo de delincuencia conlleva a otro: los asaltos o robos en las calles y el homicidio no están del todo desligados. De no controlarse la delincuencia, sus costos serán cada vez mayores para los ciudadanos y las empresas, con consecuencias económicas poco promisorias.
El crecimiento y persistencia de la inseguridad ha conducido a que sólo una cuarta parte de las personas que sufren un delito lo denuncien. Esto revela la poca confianza que tiene la sociedad en las autoridades. En nuestra próxima y última publicación sobre la inseguridad en México se presentarán datos sobre el número de delitos que se denuncian y algunos indicadores sobre los resultados de las autoridades en el combate a la delincuencia. Su poca efectividad para consignar y juzgar a los delincuentes es un factor que ha impedido contrarrestar el crecimiento de la delincuencia.
4.8 CONSIDERACIONES FINALES
El significativo grado de la delincuencia, junto con las pérdidas económicas que impone, nos obligan a reflexionar sobre su impacto en el bienestar social y en el desarrollo económico. Como se mencionó en la publicación anterior, es claro que la delincuencia se vuelve un obstáculo para el desarrollo del país y el mejoramiento de los niveles de vida de la población en la medida en que el crimen y la violencia deterioran el estado de derecho y, en consecuencia, impiden el crecimiento económico.
Las cifras del lCESI exponen la preocupante magnitud del problema de inseguridad que se vive en el país y demuestran que hoy en día la actividad delictiva ha florecido porque es una opción muy rentable. La impunidad ha conllevado a que las actividades criminales sean sustitutos favorables de las actividades legales como fuentes de ingreso.
Indiscutiblemente, el control de la delincuencia sólo puede mejorar a través de una reducción en el número de delitos que se cometen cotidianamente en las calles, casas habitación y empresas y comercios del país. Dado que la delincuencia tiene entre una de sus causas principales la falta de un sistema de administración de justicia moderno y eficiente, ciertamente la solución del problema requiere una acción policíaca mas efectiva y un poder judicial que castigue apropiadamente a los criminales.
En la actualidad, el costo directo de la delincuencia para los habitantes del país fue cercano a uno por ciento del PIB. La ciudadanía ha dejado, en lo posible, de realizar actividades o incurrido en otro tipo de medidas como la instalación de alarmas en casas y automóviles para protegerse de ser víctima de un acto delictivo, lo que indudablemente eleva el costo social reportado. Como hemos sostenido, de no controlarse la delincuencia y criminalidad, sus efectos negativos en el crecimiento económico y combate a la pobreza pueden aumentar al generarse un ambiente poco propicio para la inversión y la generación de empleos.
1º HEMOS VISTO COMO LA CRIMINALIDAD SE VA TRANSFORMANDO Y VAN APARECIENDO NUEVAS FORMAS Y DIVERSAS MODALIDADES DE CRIMEN. ESTO IMPLICA LA NECESIDAD DE QUE LA CRIMINOLOGIA VAYA EVOLUCIONANDO AL PAREJO DE LA CRIMINALIDAD, Y PONGA TODOS LOS MEDIOS A SU ALCANCE PARA NO QUEDARSE ATRÁS.
2º DEBE ESTUDIARSE LA FORMA DE DESPENALIZAR O DESCRIMINALIZAR DETERMINADAS CONDUCTAS. ACTUALMENTE SE LLEGA A CONSIDERAR COMO DELICTUOSAS O CRIMINALES CONDUCTAS QUE, SOCIAL Y CULTURALMENTE, NO PUEDEN YA CONSIDERARSE PELIGROSAS. A LA ESPADA DE LA JUSTICIA MÀS HAY QUE QUITARLE FILO QUE DARSELO.
3º EN VISTA DE LA ESCACEZ DE LOS MEDIOS A NUESTRA DISPOSICION, LA POLITICA CRIMINOLOGICA DEBE CONCENTRARSE EN LA SOLUCIÒN DE CONDUCTAS CRIMINALES MÀS GRAVES Y PELIGROSAS (MACROCRIMINOLOGIA).
4º EL CAMINO PARA LA SOLUCION DEL PROBLEMA DE LA CRIMINALIDAD NO PUEDE SER EL REPRESIVO; LA TENDENCIA CRIMINOLOGICA GENERAL TIENE QUE SER LA PREVENCION, POR ESTO ES TAN IMPORTANTE EL ENCONTRAR BUENOS SISTEMAS DE EVALUACIÒN DE RESULTADOS.
5º MUCHOS DE LOS CONCEPTOS SOBRE DELINCUENCIA DE MENORES DEBEN REVISARSE Y REESTRUCTURARSE, PUES EN MUCHO HAN DEMOSTRADO SU INEFICACIA. LA CRIMINALIDAD DE MENORES SIGUE AUMENTANDO EN CALIDAD Y PELIGROSIDAD.
6º LOS PROBLEMAS DE MACROCRIMINALIDAD NO PUEDEN RESOLVERSE DESDE UN SOLO PUNTO DE VISTA Y POR UN SOLO PAIS, AQUÌ ES NECESARIA LA AYUDA INTERNACIONAL.
7º LA VIOLENCIA PARECE SER EL SIGNO DE LA ÈPOCA. LA ESCALADA DE VIOLENCIA TIENE QUE ROMPERSE POR ALGUN LADO, Y QUIZA LO MAS FACTIBLE ES QUE SEA EL GOBIERNO EL QUE DE EL PRIMER PASO.
8º EL ESTUDIO TRADICIONAL DEL CRIMINAL, COMO SE HA LLEVADO HASTA AHORA, DEBE COMPLEMENTARSE AMPLIAMENTE CON EL ESTUDIO DE LOS OTROS DOS EXTREMOS DEL FENOMENO CRIMINAL: LAS VICTIMAS Y EL ESTADO.
9º PUEDE TENER GRAN EFICACIA LA PREVENCION VICTIMOLOGIA. NO SOLAMENTE HAY QUE EVITAR QUE ALGUNOS SUJETOS SEAN CRIMINALES, TAMBIEN PUEDE EVITARSE QUE MUCHAS PERSONAS LLEGUEN A SER VICTIMAS, ES IMPORTANTE ENSEÑAR A LA GENTE A NO SER VICTIMA.
10º ESTA ORIENTACION ES NO SOLAMENTE TEORICA SINO TAMBIEN PRACTICA, PUES LA SOLUCION DE UNA GRAN CANTIDAD DE PROBLEMAS CRIMINOLOGICOS SOLO PUEDE REMEDIARSE CAMBIENDO ESTRUCTURAS ESTATALES, Y NO PERSIGUIENDO A ALGUNOS AISLADOS DELINCUENTES CORROMPIDOS O CORRUPTORES.
11º ES ASI PUES QUE CONLUYO ESTE TRABAJO DE INVESTIGACION, ESPERANDO QUE LOS LECTORES COMO YO, HAYAN APRENDIDO ALGO DE TODO LO QUE SE HABLA EN SUS PARRAFOS; YA QUE ES DE MUCHA IMPORTANCIA ENTENDER Y SABER ACERCA DE ESTE TIPO DE TEMAS, MAS DE LOS QUE TRATAN SOBRE LO ESTA ACABANDO CON NUESTRO PAIS “LA CRIMINALIDAD”, “EL DELINCUENTE” Y QUIEN LOS ESTUDIA “LA CRIMINOLOGIA” ENTRE OTRAS CIENCIAS.
ALGUNAS PALABRAS NO MUY COMUNES
UTILIZADAS ESTE TRABAJO DE INVESTIGACIÒN.
ABSTRACCION: (del latín, abstrahere, `destacar', `sustraer' o `abstraer'), concepto filosófico que implica la realización de una operación intelectual que lleva a aislar un determinado elemento, excluyendo otros que puedan encontrarse relacionados con él.
ACAPARAR: Adquirir y acumular productos en más cantidad de la necesaria ante una amenaza de escasez o para especular. /apropiarse de una cosa, en perjuicio de los demás. (ACAPARAMIENTO: acción y efecto de acaparar).
ACUÑAR: Imprimir y sellar una pieza de metal por medio de cuño o troquel. /tratándose de moneda, fabricarla. /dar formas expresiones o conceptos.
AJUSTICIAR: castigar al reo con la pena de muerte. (AJUSTICIAMIENTO: acción y efecto de ajusticiar).
ANGLOSAJON: Nombre que se les da a los individuos provenientes de los Pueblos anglosajones (nombre colectivo que reciben los pueblos germanos que emigraron a Britania en los siglos V y VI d.C. Procedentes de las tierras costeras del mar del Norte, situadas entre los actuales Países Bajos y Noruega, se expandieron por las tierras bajas de Britania. El denominado periodo anglosajón transcurrió desde la primera mitad del siglo V hasta la conquista normanda de 1066).
ARDÙA: Muy difícil.
ASISTENCIALES: Pertenecientes o relativos a la asistencia social.
(Servicio de orientación o beneficencia prestado por instituciones públicas o privadas).
ATÀVICA: perteneciente o relativo al atavismo (semejanza con los abuelos. Presencia en algunos individuos aislados donde no aparecen los padres. Comportamiento instintivo, bárbaro, ancestral).
CATARSIS: En la religión mistèrica griega, se denomina así al período en que el alma, después de la muerte, debía purgar sus faltas, antes de alcanzar la beatitud.
COHECHO: Acción y efecto de cohechar a un funcionario publico o dejarse cohechar este. (COHECHAR: sobornar a un funcionario público).
COLOQUIO: Conferencia o platica entre dos o más personas.
CONSECIÒN: Acción y efecto de conceder, dar, otorgar, etc.
CRIMINALOGIA: Ciencia singular que estudia al delito en particular.
DENIGRAR: Deslustrar, ofender la opinión o fama de una persona.
DESPECTIVO: Palabra que implica la idea de menosprecio.
DIFUSA: Extendido, superabundante en palabras.
DISEMINACION: Extensión o dispersión de un fenómeno patológico.
DISIDENTES: Que deside, que se separa de un creencia u opinión.
DUMPING: venta de producto al extranjero a precios inferiores a los del mercado nacional.
EMPIRISMO: Sistema o procedimiento fundado en una mera práctica o rutina.
EMULAR: Imitar las acciones de otro, procurando igualarle y aun
excederle.
ESTUPRO: Violación de una doncella menor, logrado con uso de confianza o engaño.
ETIOLOGIA: estudio sobre las causas de las cosas.
EVASION: Evadir, evitar, fugarse, escaparse, de alguna dificultad prevista.
GENOCIDIO: en Derecho internacional, crimen de destruir o cometer conspiración para aniquilar y exterminar de forma premeditada y sistemática un grupo nacional, étnico, racial o religioso.
INTROYECTA: Mecanismo inconsciente de incorporación imaginaria de un objeto o de una persona.
MACROCRIMINALIDAD: Criminalidad extensiva donde intervienen un mayor número de sujetos, y que producen un mayor numero de victimas.
MISANTROPO: Persona que rehùye o siente repugnado por el trato humano.
NORDICO: perteneciente o relativo a los pueblos del norte de Europa.
OMISION: Abstención de hacer o decir.
PARRICIDIO: en significación estricta y por extensión, reciprocidad o equiparación legal, muerte violenta que uno da a su ascendiente, descendiente o cónyuge.
PROFILAXIS: Conjunto de medidas destinadas a preservar de enfermedades físicas o mentales a un individuo o a una colectividad. Medidas que se toman para evitar algo.
REBELION: oposición armada al jefe del Estado, gobierno establecido u otra autoridad por aquellos que se encuentran sujetos a su jurisdicción. Es rebelión cualquier alzamiento público para impedir elecciones, disolver las cámaras legislativas, declarar la independencia de parte del territorio nacional, etc.
REPRESION: proceso psíquico que consiste en renunciar a la satisfacción de un deseo, de forma consciente y voluntaria.
RÙBRICA: Rasgo o conjunto de rasgos de forma determinada que cada uno pone en su firma, después del nombre.
SACRILEGIO: Lesión o profanación de cosa, persona o lugar sagrado.
TAUTOLOGIA: repetición de una misma idea o pensamiento en formas diferentes, que no añade nada al conocimiento y lo único que expresa es una identidad vacía. Es decir, una tautología no aporta ninguna información, no dice nada. Es una explicación o definición aparente que emplea términos diferentes para decir lo mismo.
UNÌVOCA: Dicese de lo que tiene igual naturaleza o valor de otra cosa.
USURA: interés que se lleva por el dinero o el género en el contrato de mutuo o préstamo. Interés excesivo en un préstamo.
“MANUAL DE CRIMINOLOGIA” (UN ENFOQUE ACTUAL)
Luis Marco del Pont K.
Ed. Porrùa, S.A.
México, 1990
pp. 205
“CRIMINOLOGIA”
Luis Rodríguez Manzanera
Ed. Porrùa, S.A
México, 1999
pp. 546
“MANUALES: AREA CRIMINOLOGICA”
Instituto de Capacitación PGR
Ed. Osuna de Cervantes, S.A. de C.V.
México, DF., 2000
pp. 133
“DERECHO PENAL Y CRIMINOLOGIA”
Antonio Beristain
Ed. Temis, S.A.
Bogotá-Colombia, 1999
pp. 260
“ENCICLOPEDIA ENCARTA”
Microsoft Corporation
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