Historia
La conquista de América. El problema del otro; Tzvetan Todorov
Universidad nacional de mar del Plata
facultad de humanidades
departamento de historia
Trabajo final: la conquista de América. El problema del otro |
Seminario. Debates sobre historia colonial. Eurocentrismo y nuevas perspectivas historiográficas |
La conquista de América: el problema del otro
De acuerdo a los lineamientos propuestos por el Seminario, realizare aquí un análisis general de la obra, teniendo en cuenta las relaciones, como así también diferencias, que se hacen presentes con los otros autores trabajados durante las clases teóricas y prácticas.
Obra publicada en 1982, T. Todorov, su autor, es un lingüista vinculado a la corriente estructuralista francesa y se propone indagar en su análisis la percepción que los europeos (específicamente los españoles) tienen sobre los “otros”, en este caso los indios americanos. El marco cronológico, en el cual se desarrolla la obra es el S. XVI, comenzando con los primeros viajes de Colon. A su vez el espacio geográfico se ubica en la región del Caribe y México, a grandes rasgos conocemos como Mesoamérica.
La intención del autor no es llevar a cabo un trabajo estrictamente historiográfico, sino contar una historia, en este caso, real, pero desde la óptica de un moralista. Esta idea esta presente a lo largo de toda la obra, la cual esta dedicada a una mujer devorada por los perros, como así también a los miles que murieron en situación similar. El autor también escribe para la comprensión del presente el cual le interesa más que el pasado, escribe a fin de que se recuerde que puede pasar si nos olvidamos y eliminamos al otro.
La obra se articula desde una visión claramente etno-eurocéntricaen la que al autor le interesa la mirada europea del otro1, en la cual América se vuelve junto con sus habitantes en una mera extensión geográfica de Europa. Las alusiones que hace Todorov respecto al “nosotros” es desde una óptica europea, cuando afirma que el descubrimiento de América ha sido “el encuentro mas asombroso de nuestra historia” Todorov no se refiere a la historia mundial, sino a la historia europea. Esta visión eurocentrista presente en toda la obra lo lleva a negar papel alguno en su análisis a los indios americanos, luego nos centraremos en esto
Las fuentes que utiliza en los cuatro capítulos en los que se articula la obra son diversas destacándose las siguientes:
Cap. 1: escritos de Colon, de sus contemporáneos, compañeros, e historiadores de la época, tales como Pedro Mártir, Hernando Colon, Francisco Oviedo y Bartolomé Las Casas
Cap. 2: descripciones, compilaciones y traducciones de los frailes españoles (Motolinía, Duran, Sahagún, Tovar, Landa), escritos en lengua indígena y las obras de los conquistadores (Cortez, Bernal Díaz, F. de Aguilar, entre otros).
Cap. 3 y 4: las fuentes utilizadas son similares a las anteriores, solo hay que añadir los tratados de Sepúlveda, Vitoria y distintos documentos de autoridades eclesiásticas y civiles.
Si bien la obra se articula en torno al conocimiento del otro, hay que marcar dos temas generales sobre los que versa la misma; el primero, que vamos a mencionar, va desde Colon hasta Duran-Sahagún, pasando por los conquistadores y frailes, haciendo referencia a como se establecen las distintas formas y tipologías de conocer al otro. El segundo tema hace referencia a lo que el autor denomina el “proceso de conquista”.
En la problemática de la alteridad, el autor encuentra diferentes planos desde los que se pueden establecer las relaciones con el otro pero es en el plano praxeologico en el que enmarca las distintas ópticas que los españoles utilizan en el Nuevo Mundo, dichas ópticas son el identificacionismo (me identifico con el otro), el asimilasionismo (le impongo mi propia imagen) y la neutralidad o indiferencia.
El primer sujeto con el cual Todorov inicia su análisis del encuentro con el “otro” es Colon. Comienza indagando aquello que lleva al marino genovés a emprender su travesía, que lo depositaria en el Nuevo Mundo, los motivos que el autor marca son por un lado la búsqueda de oro y fortunas, los cuales se vuelven para Colon en un medio antes que en un fin, el cual es en ultima instancia lograr reconquistar Jerusalén, en manos de los musulmanes.
En el plano comunicativo Colon realiza sus interpretaciones en tres enfoques, una divina, una natural y la otra humana, el enfoque divino tiene la particularidad de ser llevado a cabo en una óptica de autoridad, en la que Colon prácticamente conoce de antemano aquello que encuentra, basándose en la voluntad divina y en las profecías de las cual es un ferviente creyente; por su parte la interpretación de la naturaleza se realiza desde la admiración, en la cual solo importa el disfrute, esta forma rechaza en si la interpretación de aquello que observa, la cual solo es practica cuando se refiere a aspectos vinculados a la navegación y cuestiones meteorológicas. Es en el plano de los hombres en el que nos interesa la interpretación que Colon hace respecto al otro, la misma se basa en la no comprensión (argumenta el autor), cuando los percibe es desde una óptica cambiante, en un primer momento ve al indio como un ser completo, idéntico a él, desembocando en una óptica asimilacionista, en la que se proyectan los valores europeos sobre el indio, el cual es una hoja en blanco. Pero luego esta óptica de igualdad va cambiando a fin de desembocar en una posición superioridad/inferioridad que introduce una ideología esclavista, la cual lleva a ver al indio no desde una posición sujeto/sujeto sino como un mero objeto viviente productor de objetos. Es así que Colon pese a descubrir América, concluye Todorov, no logra descubrir a los americanos, no quiere conocer al otro y cuando lo hace es desde una posición de superioridad negando al otro, el que se vuelve un ejemplo de la no-cultura (antes que otra cultura), incluso carente de lengua.
En el periodo que va de Colon a Cortes, la percepción del otro argumenta el autor, se modifica, de otro reducido a objeto, se abre con Cortez la comprensión del otro como sujeto reducido al papel de productor de objetos
Esta nueva comprensión no impide que se detenga la destrucción de los indios y de su sociedad; si bien los españoles en particular Cortez admiran a los indios, poniéndolos siempre un paso delante de los europeos, esto no implica que se equipare al otro con el yo europeo, con un reconocimiento pleno del sujeto indio. Este conocimiento del otro como productor hace gala que la comprensión de Cortez esta vinculada solo con fines de explotación. Esta comprensión que plantea el autor deviene en explotación terminando finalmente en la destrucción ¿Por qué ocurre esta modificación de actitudes? Aquí el autor se hace dos vías para explicar la situación, por un lado esta el deseo de la riqueza, que pasa a ser considerado desde una óptica moderna , en la que todos los valores se subordinan al dinero; y por el otro lado, estableciendo las diferencias de las sociedades con sacrificio respecto a las sociedades con matanza llega a la conclusión de que el homicidio español es fruto del hombre moderno, que surge a raíz de la perdida de contacto con su metrópoli y con la moral que lo rige en su país.
Esta situación que deviene en la consideración del indio como un ser desigual inferior al español, es la que posibilita la guerra como así también la esclavitud.
A esta posición basada en la desigualdad/inferioridad surge la concepción opositora de la igualdad, cuyo máximo exponente es B. Las Casas, su posición es analizado a través de los debates de Valladolid que enfrentan al dominico con Sepúlveda. Desde la posición lascasiana de la igualdad que deviene en identidad tampoco se llega a un entendimiento del otro, en el cual solo se presentan rasgos de un incipiente cristianismo, que permitiría llevar a cabo una política de asimilación con miras a reforzar el sistema colonialista. Es dentro de esta forma de conocimiento asimilacionista en la que no se llega a ningún conocimiento del otro como sujeto autónomo, sino que se impone al indio lo que los españoles quisieran que fueran, tanto en el caso de Cortez, como Las Casas y Vasco de Quiroga, entre otros
Por su parte aquellos que se identifican con el otro, en el caso del indio, son tratados a través de numerosos casos, el ejemplo mas recurrente es el de la Malinche, por el lado español, el autor solo menciona el caso de Guerrero, aunque si marca la existencia de diversas identificaciones parciales, tales como la de Cabeza de Vaca y la de los frailes analizados. Esta última visión que llevan a cabo los frailes tiene como objetivo evangelizar, pero también implica el conocimiento del otro. Así tanto Duran como Sahagún vienen a representar la unificación y el sincretismo de las dos culturas, anunciando un dialogo de culturas que caracteriza a nuestro tiempo (otra vez el análisis del pasado para comprender el presente) “un dialogo en el que nadie tiene la ultima palabra, en que ninguna de las voces reduce a la otra al estado de simple objeto. Duran y Sahagún abren así el camino en el que se reconoce al otro en tanto sujeto.
El segundo eje sobre el que versa la obra es el referido al proceso de conquista.
Todorov esgrime diversos factores que lleva a la conquista del indio, señala el comportamiento ambiguo y vacilante de Moctezuma, las divisiones internas que rigen en los diversos grupos que forman el Imperio Azteca, también esgrime la superioridad en materia de armas de los conquistadores; pero estos son analizados en torno a una base común, que a su vez los explica y define. Los españoles dominan por que poseen un aparato simbólico, basado en la escritura, que es mas desarrollado que el del “otro” recién descubierto, el cual esta basado en la oralidad. La escritura según el autor es un indicio de evolución de la estructura mental y en esta los europeos aventajan al indio, quienes poseen una estructura mental inferior debido a la falta de escritura.
Dentro de este marco el autor analiza el comportamiento simbólico (recepción y producción de los discursos y símbolos) primero de los indios y luego de los españoles. El análisis del indio se basa en la figura de Moctezuma, al que el autor toma como ejemplo de dicha sociedad, ya que es la personificación máxima de dicha civilización en el manejo de la palabra ritualizada. La sociedad azteca practica una comunicación basada en la interacción entre el individuo y el mundo natural y especialmente entre la persona y el mundo religioso. Es esta ultima la que rige la vida de los aztecas, interpretando los mensajes cargados siempre de una concepción religiosa, a través de formas notablemente elaboradas basadas en la adivinación en su vertiente cíclica o aquella basada en el presagio, dentro de una concepción cíclica del tiempo. Este éxito en la comunicación divina no va acompañado de una comunicación interhumana efectiva. A su vez la palabra que practica el indio es la palabra ritual, memorizada, que surge ante la falta de escritura, esta palabra ritual es una forma de conservar y asegurar de una generación a otra la identidad colectiva
La falta de escritura explica una evolución de la estructura mental inferior que revela el comportamiento simbólico general y explica, junto a una comunicación con el mundo, la concepción deformada que habrán de tener los indios para con los españoles, que al no poder equipararlos en un sistema de otredades humanas, lo analizan a través de su comunicación religiosa, llegando a la conclusión de que son dioses, en retorno de su reino.
Esta sociedad ritualizada, cíclica y profundamente religiosa se vuelve incapaz de resolver una situación en la que ahora predomina sobre todas las cosas la comunicación interhumana.
Esta comunicación interhumana es en la que resultan dominantes los españoles, especialmente Cortez, encargado de llevar a cabo la conquista. La necesidad de comprender, en el plano de las relaciones humanas, se vuelve determinante y de eso es consciente Cortez quien a través del manejo de la lengua logra encontrar las diferencias internas entre los distintos grupos que forman el Imperio Azteca, estas divergencias resultan decisivas en la fase final de la conquista.
Los españoles a raíz de su dominio en la comunicación, rápidamente logran identificar al indio en un sistema de otredades, pese a no conocerlo y ejercer un papel preponderante en la interacción comunicativa. En esta situación en la que Cortez entiende y habla el lenguaje indio, a través de diversos intérpretes, logra operar distintos datos a fin de recrear un mito propio del lenguaje del otro. Basándose en el retorno de Quetzalcóatl encarnado en el propio Cortez, se forma una concepción divina de los españoles la cual es aceptada momentáneamente por los aztecas, quienes se limitan a ver como se destruye su reino; cuando se den cuenta de la realidad, la situación ya había legitimado a Occidente sobre el mundo indio.
Este es a grandes rasgos el análisis que Todorov nos plantea en su obra, un análisis estructuralista en el que se olvida el papel del sujeto y se enfoca en las formas en que la conducta humana es determinada por las estructuras, en este caso lingüísticas, este desplazo del sujeto nos impide observar el papel que juega el hombre en la formación y transformación de las estructuras. A su vez nos impone una visión claramente etnocentrista, que relega el papel que juega el indio en todo el proceso, el cual no es un sujeto tan pasivo, como gusta de mostrar el autor. A raíz del choque cultural que significa el descubrimiento del otro, el indio se modifica a fin de sobrevivir recreando su propia identidad y apropiándose de elementos de los europeos, en este sentido el papel que juega el indio es el de un actor activo capas de configurar su pasado y presente tomando elementos propios de los europeos, tal es el caso de la escritura, de la que se apropian para preservar la cultura indígena, dejando de lado así la concepción de comunidades inmersas en la oralidad o privadas de memoria, a fin de cuentas esta re significación de la cultura india se extiende prácticamente a todos los ámbitos
Bibliografía:
Tzevetan Todorov.La conquista de América. El problema del otro. Siglo veintiuno editores Argentina. 2003
Serge Gruzinscki. La colonización de lo imaginario. Sociedades indígenas y occidentalización en el México español. Siglos XVI-XVIII. Fondo de Cultura Económica. México 1995
Serge Gruzincki. Las imágenes, los imaginarios y la occidentalización en Marcelo Carmagnani, Ruggiero Romano, Para una historia de América T. I. Fondo de Cultura Económica. México
1 Dicha mirada es concebida como no-cultura o extracultura de acuerdo a la óptica de los sujetos históricos (se destacan Colon y Cortez, entre otros )
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Enviado por: | Juan Cruz |
Idioma: | castellano |
País: | Argentina |