Literatura


La Celestina; Fernando de Rojas


CONTENIDO

Nota: Todo carácter en cursiva, a lo largo del trabajo, se refiere a extractos sacados del libro La Celestina.

1º.) Los versos acrósticos.

Definición de versos acrósticos: Composición poética cuyas letras iniciales forman un vocablo o frase.

Los versos acrósticos aparecen en el autor excusándose de su yerro en esta obra que escrivió, contra sí arguye y compara. El acróstico de las coplas lee “El baCHjllEr feRnañDo de roiaS acAbó la Comedia dE calySto Y melybEa Y fve NasCjdo eN la pvebla de MontaLvan” . Traducido al castellano actual, “el bachiller Fernando de Rojas acabó la comedia de Calisto y Melibea y fue nascido en la puebla de Montalbán”. Gracias a estos versos, sabemos que el autor de La Celestina es Fernando de Rojas, al menos de la gran mayoría de ésta. La solución de la lectura de los versos acrósticos, se resuelve en los versos del corrector de la impresión, hecha a cabo por D. Alonso de Proaza.

2º.) La carta del autor a un su amigo.

En la epístola introductoria del “Autor a un su amigo”, Rojas nos confirma que continúa un texto hallado por él mismo, en el que sugiere que su antiguo autor pudo haber sido Rodrigo de Cota o Juan de Mena.

Rojas decidió que todo lo escrito por el antiguo autor se dispusiera en el primer acto de la obra. Gran parte de los estudiosos, viendo los significativos cambios de estilo, lengua, construcciones verbales, fuentes, e incluso actitudes, se han decantado por aceptar la veracidad de la doble autoría, sin querer asignar la autoría del primer acto a ninguno de los hombres sugeridos por Rojas.

Pero siguen aún válidas las palabras de D. Marcelino Menéndez y Pelayo, cuando afirma que: “En absoluto rigor crítico la cuestión del primer acto es insoluble, y a quien se atenga estrictamente a las palabras del bachiller ha de ser muy difícil refutarle” (1910: XIX).

En la carta del autor a un su amigo también se declaran los dos propósitos esenciales de la obra, censurar a los locos enamorados y avisar de la falsedad de alcahuetas y criados. Así como criticar la sociedad de la época, comportamientos como la avaricia, la lujuria, el mundo corrupto de criadas, prostitutas, hechiceras y rufianes que desean ascender en la escala social por medio de engaños y traiciones.

3º.) La presentación de los personajes.

Como ocurre con la narración, los personajes se dividen en principales o protagonistas y los personajes secundarios. En esta obra, los protagonistas son:

  • Calisto: Personaje perdidamente enamorado de Melibea. En la obra no posee la riqueza de matices que tiene Melibea. Muere al saltar desde la pared de la casa de Melibea.

  • Melibea: Amada de Calisto. Al final, accede a los deseos de éste. Evoluciona desde el papel de niña inocente a la mujer que lo arriesga todo para conseguir sus deseos. Se suicida al ver cómo muere Calisto.

  • Celestina: Intermediaria en la relación Calisto - Melibea. Se aprovecha a nivel económico de esa relación. Ella regula todos los conflictos y relaciones que se dan en la obra. Muere al intentar sacar provecho propio de todos los personajes de la obra.

Así mismo, los personajes secundarios de la obra son:

  • Sempronio: Criado de Calisto. Se aprovecha del amor de su amo por Melibea. Autor de la muerte de Celestina. Muere en la obra debido a este hecho.

  • Pármeno: Ídem que Sempronio. También muere con éste.

  • Elicia: Prostituta que es pupila de Celestina. Vive en casa de ésta y ayuda en sus tareas domésticas. Novia de Sempronio.

  • Areúsa: Prostituta a cargo de Celestina. Es más independiente que la primera, pues tiene casa propia. Es utilizada por Celestina para corromper a Pármeno y ponerlo a su favor.

  • Pleberio: Padre de Melibea. En el último acto, maldice el amor, pues es éste el culpable del suicidio de su hija. Representa a la alta burguesía de la época.

  • Alisa: Madre de Melibea. También representa a la alta burguesía de la época.

  • Lucrecia: Criada de Melibea. Se deja contagiar por el deseo sexual al presenciar las aventuras de su ama con Calisto.

  • Sosia: Criado de Calisto. De él se dice que es el mozo de espuelas, es decir, el que se encarga de los caballos. Areúsa se aprovecha de él, para sacarle información.

  • Tristán: Criado de Calisto. Éste y Sosia aparecen en la obra después de la muerte de Sempronio y Pármeno por la justicia.

  • Centurio: Asesino contratado por Elicia y Areúsa para matar a Calisto.

  • Traso: Centurio lo contrata para hacer la labor que le pidieron Elicia y Areúsa.

4º.) Calisto y Melibea conversan.

En el primer acto, Calisto y Melibea se encuentran en el huerto de ésta mientras Calisto persigue un halcón que se le había escapado. Allí, Calisto se enamora perdidamente de Melibea. Calisto empieza a elogiar las virtudes de Melibea comparándolas con las mejores excelencias que existen en el mundo. Melibea rechaza todo tipo de contacto amoroso con Calisto y lo expulsa de su huerto.

La actitudes de Calisto y Melibea en la obra son de deseo amoroso por parte de Calisto, de rechazo y después de amor por parte de Melibea. El deseo amoroso de Calisto es tan fuerte que llega a idealizar y divinizar a la propia Melibea en el primer acto cuando dice:

  • “¿Yo? Melibeo soy, y a Melibea adoro, y en Melibea creo y a Melibea amo […]”.

Melibea también está tan loco de amor como Calisto y así se lo expresa a Celestina en el décimo acto cuando se declara en amor de éste, como se aprecia en estos dos ejemplos.

  • “Que comen este corazón serpientes dentro de mi cuerpo […]”.

  • “Aquel señor que su vista me cautivó […]

El amor que siente Melibea por Calisto, es tal que llega a suicidarse tirándose de la torre de su casa, al ver como Calisto, se resbala de la pared de la casa de ésta, en el acto vigésimo.

Al final, el amor es el causante de la muerte de los personajes de la obra, a la par que la codicia y la riqueza.

5º.) El conjuro de Celestina.

Lo primero que hay que decir es que Celestina es el personaje más importante de la obra. Ella regula todos los conflictos y las relaciones que se dan entre los personajes de la obra, maneja a todos a su voluntad y siempre a provecho propio. Estas causas son las que originan su muerte.

En la obra se dice que tenía seis oficios, así se lo hace saber Pármeno a Calisto en el primer acto, mientras Sempronio se dirige a casa de Celestina:

  • “Ella tenía seis oficios, conviene a saber: costurera, perfumera, maestra de hacer aceites y de hacer virgos, alcahueta y un poquito hechicera […].

Celestina se nos acerca todavía más como hechicera en la obra cuando Pármeno describe su alcoba en el acto primero:

  • “Tenía una cámara llena de alambiques, de redomillas, de barrilejos de barro, de vidrio, de alambre, de estaño, hechos de mil faciones. (...) Hacía con esto maravillas, que cuando vino por aquí el embajador francés, hasta tres veces vendió por virgen a una criada que tenía[…].

Celestina hace un conjuro para que crezca el amor en el corazón de Melibea a favor de Calisto, hecho que ocurre en el tercer acto:

  • “Conjúrote, triste Plutón, señor de la profundidad infernal, emperador de la corte dañada, capitán soberbio de los condenados ángeles, señor de los sulfúreos fuegos que los hirvientes volcanes manan, gobernador de los tormentos y atormentadores de las almas pecadoras, administrador de todas las cosas negras de los infiernos, con todas sus lagunas y sombras infernales y litigioso caos. Yo, Celestina, tu más conocida cliente, te conjuro por la virtud y fuerza de estas bermejas letras, por la sangre de aquella nocturna ave con que están escritas, por la gravedad de estos nombres y signos que en este papel se contienen, por el áspero veneno de las víboras de que este aceite fue hecho, con el cual unto este hilado, a que vengas sin tardanza a obedecer mi voluntad y en ello te envuelvas y con ello estés sin irte ni un momento, hasta que Melibea lo compre y con ello de tal manera quede enredada, que cuanto más lo mirare, tanto más su corazón se ablande a conceder mi petición, y se lo abras y lastimes del crudo y fuerte amor de Calisto; tanto que, despedida toda honestidad, se descubra a mí y me premie mis pasos y mensajes; y esto hecho, pide y demanda de mí a tu voluntad. Si no lo haces con rapidez me tendrás por capital enemiga; heriré con luz tus cárceles tristes y oscuras; acusaré cruelmente tus continuas mentiras; apremiaré con mis ásperas palabras tu horrible nombre. Y otra y otra vez te conjuro […].”

Después de hacer éste, Celestina se dirige a casa de Melibea, con la excusa de querer venderle algo de hilado. Allí se encuentra con Alisa, la madre de Melibea, ésta se creyó la mentira de Celestina de querer vender hilado, y la dejó subir con Lucrecia, criada de la familia de Melibea. Ésta se dejó embaucar sin quererlo por Celestina gracias a las artimañas y los recuerdos que tenía Lucrecia de ella.

Hay que destacar el cambio de actitud de Melibea, que pasó a rechazar a Calisto cuando se encontraban en el huerto de ésta en el primer acto:

  • “Más desventuradas de que me acabes de oír, porque la paga será tan fiera cual merece tu loco atrevimiento, y el intento de tus palabras, Calisto, ha sido […].

Hasta la declaración de amor que confiesa Melibea a Celestina a favor de Calisto en el décimo acto:

  • “Que comen este corazón serpientes dentro de mi cuerpo […].

  • “Aquel señor que su vista me cautivó […].

La aparición del carpe diem resalta en el séptimo acto, cuando están Areúsa, Celestina y Pármeno en la casa de la primera. Celestina compara su infancia con la situación actual de Areúsa, Ella insta a Areúsa a que aproveche el momento y su juventud que tiene ahora y no la desperdicie en objetos banales. Este hecho aparece en la página 127 de la obra:

  • “¿Qué es eso Areúsa? ¿Qué son esas extrañezas y esquivedad, estas novedades y retraimiento? Parece, hija, que no se yo que cosa es esto, que nunca vi estar un hombre con una mujer juntos y que jamás passé por ello y gozé de lo que gozas y que no se lo que pasan y lo que dicen y lo que hacen […].”

6º.) Melibea descubre la fuerza de su pasión.

En el décimo acto, Melibea llama a Celestina, para que vaya a su casa ya que quiere comentarle algo. Lucrecia acompaña a Celestina hasta la alcoba de Melibea. Allí, Melibea se declara cual es, sin ningún tipo de hipocresía, soberanía, posición social, rol, etc. Se declara en amor de Calisto, y se deja en manos de Celestina, para que ella haga lo que crea oportuno en la relación amorosa existente entre ambos:

  • “ ¡O mi Calisto y mi señor! ¡Mi dulce y suave alegría! Si tu corazón siente lo que ahora el mío, maravillada estoy cómo la ausencia te consiente vivir. ¡O mi madre y mi señora!, haz de manera cómo luego le pueda ver, si mi vida quieres.”

  • “Se quebró mi honestidad, se quebró mi empacho, aflojó mi mucha vergüenza y, como muy naturales, como muy domésticos, no pudieron tan livianamente despedirse de mi cara, que no llevasen consigo su color por algún poco de espacio, mi fuerza, mi lengua y gran parte de mi sentido […].

7º.) La primera cita.

Este hecho ocurre en el duodécimo acto de la obra. La primera cita de los dos enamorados se produce en casa de Melibea, a las doce de la noche. Inicialmente, Melibea se muestra esquiva y bastante mordaz, pues según argumenta ella, no quiere perder su honra:

  • “ La sobrada osadía de tus mensajes me ha forzado a haberte de hablar, señor Calisto. Que habiendo habido de mí la pasada respuesta a tus razones, no sé qué piensas más sacar de mi amor, de lo que entonces te mostré. Desvía estos vanos y locos pensamientos de ti, porque mi honra y persona estén, sin detrimento de malas sospechas, seguras […].”

Según transcurre la noche, Melibea se deja contagiar por los sentimientos del entorno, y concierta una cita con Calisto para la noche siguiente:

  • “Y aunque muchos días he pugnado por lo disimular, no he podido tanto que, en tornándome aquella mujer tu dulce nombre a la memoria, no descubriese mi deseo.”

En ese momento, se escuchan gritos y jaleo desde las calles. Calisto y sus dos criados, Sempronio y Pármeno, se apresuran a abandonar corriendo el lugar, para no ser vistos por la multitud, y así, no perder su honra. Los padres de Melibea, Pleberio y Alisa, se despiertan por el jaleo procedente de la calle, y preguntan a su hija por los ruidos que provienen de su habitación. Ella se excusa diciéndoles que había mandado a Lucrecia a por una jarra de agua, puesto que tenía sed.

8º.) La muerte de Celestina.

Este hecho ocurre en el duodécimo acto, después de que Calisto, Sempronio y Pármeno abandonaran la casa de Melibea. Calisto se queda en su casa para dormir lo que queda de noche. Los dos criados se dirigen a casa de Celestina, pues quieren cobrar parte del cordón de oro que le entregó Calisto, por haber conseguido que Melibea se enamorara de él, pues ese había sido el acuerdo al que habían llegado los criados con Celestina.

Sin embargo, tanto la codicia como la pasión por la riqueza, hacen que Celestina se niegue a repartirse el botín, que había conseguido gracias a la relación entre Calisto y Melibea. Celestina intenta echar a los dos criados de su casa para que no vuelvan más. Sempronio y Pármeno, al ver que el trato no se va a cumplir, instan a Celestina a que les dé su parte, amenazándola con que si no lo hace, la matarán. Ante la nueva negativa de Celestina de no querer repartir el botín, Sempronio y Pármeno la asesinan y se escapan por la ventana. Desgraciadamente, ambos son aprehendidos por la justicia, y ajusticiados en la plaza al día siguiente.

Calisto se despierta con la noticia de la muerte de Celestina y sus dos criados. Sosia, mozo de espuelas, y Tristán, otros dos criados de Calisto, le cuentan que Sempronio y Pármeno están degollados en la plaza. Calisto se culpa de la gran deshonra que puede tener este hecho para el resto de su vida. Cuando Calisto se entera también de la muerte de Celestina, se preocupa todavía más de su honra, ya que es muy posible que se publicara el acuerdo que habían conseguido ambos, por el amor de éste por Melibea.

Elicia y Areúsa, prostitutas pupilas de Celestina, deciden vengar la muerte de sus dos amantes (Sempronio y Pármeno, respectivamente). Por ello, contratan a Centurio, asesino a sueldo, para que mate a Calisto.

9º.) En el huerto de Melibea.

Este hecho ocurre en el acto decimonoveno. Calisto está acompañado por Sosia y Tristán, mientras se dirigen al huerto de Melibea. Allí, los dos criados sujetan una escala a la pared por la que sube Calisto a ver a su amada. En ese momento, florecen la pasión amorosa entre los dos amantes como se aprecia en las siguientes frases:

  • “Vencido me tiene el dulzor de tu suave canto; no puedo más sufrir tu penado esperar. ¡O mi señora y mi bien todo! ¿Qué mujer podía haber nacida que desprivarse tu gran merecimiento? ¡O salteada melodía! ¡O gozoso rato! ¡O corazón mío! ¿Y cómo no pudiste más tiempo sufrir sin interrumpir tu gozo y cumplir el deseo de ambos?”

  • “¡O sabrosa traición! ¡O dulce sobresalto! ¿Es mi señor de mi alma? ¿Es él? No lo puedo creer […].

Otro hecho de innegable valor que resalta en el encuentro de los dos amantes, es la aparición de la naturaleza y su incorporación al mundo de los sentimientos de los dos enamorados, así como la entrega de ambos al amor. Este hecho resalta en ciertas frases del acto:

  • “Todo se goza en este huerto con tu venida. Mira la luna cuan clara se nos muestra, mira las nubes cómo huyen, oye la corriente agua de esta fuentecita, cuanto más suave murmuro zurrió lleva por entre las frescas hierbas. Escucha los altos cipreses, cómo se dan paz unos ramos con otros por intersección de un templadito viento que los menea. Mira sus quietas sombras, cuan oscuras están, y aparejadas para encubrir nuestro deleite […].

  • “Jamás querría, señora, que amaneciese, según la gloria y descanso que mi sentido recibe de la noble conversación de tus delicados miembros”

  • “Señor, yo soy la que gozo, yo la que gano; tú, señor, el que me hace con tu visitación incomparable merced.”

10º.) La tragedia.

Este hecho ocupa dos actos, el final del acto decimonoveno y el acto vigésimo, preludio del final de la obra. Elicia y Areúsa han contratado a Centurio, un asesino a sueldo, para que mate a Calisto, puesto que ellas creen que el amor de éste por Melibea, ha sido el causante de la muerte de Celestina y sus “amigos” Sempronio y Pármeno, respectivamente. Areúsa, con malas artimañas, consigue que Sosia le cuente donde va a ser el próximo encuentro de los amantes.

Traso y más rufianes, a cargo de Centurio, se dirigen a la huerta de Melibea, para quitarle la vida a Calisto. Allí, se encuentran con los dos siervos de Calisto, Tristán y Sosia que repelen la agresión. Sin embargo, Calisto sale en defensa de sus dos siervos, y mientras baja por la escala, resbala, cae al vacío y muere. Es de recibo mostrar como Calisto muere en el único momento de la obra en el que esta resuelto a ayudar a alguien, sin ningún tipo de provecho propio, sólo para proteger a sus dos criados.

Melibea, al escuchar la noticia de la muerte de su amado, se inventa un dolor de corazón y hace que Pleberio, su padre, vaya a comprar unos instrumentos musicales para aliviar su dolor. Despedido su padre, Celestina y su criada Lucrecia, suben a lo alto de la torre de su casa. Allí, Melibea se despide de Lucrecia, cierra la puerta tras de sí, y espera a que su padre vuelva y contarle todo lo sucedido: su amor por Calisto, las citas entre ambos, etc. Mientras Melibea se confiesa, se apoya en diversos autores y libros. Se procederá a enumerarlos:

  • “Y caso que por mi morir a mis queridos padres sus días se diminuyesen, ¿quién duda que no haya audito otros más crueles contra sus padres? Bursia, rey de Bitinia, sin ninguna razón, no aquejándole pena como a mí, mató su propio padre. Tolomeo, rey de Egipto, a su padre e madre e hermanos e mujer, por gozar de una manceba. Orestes a su madre Clistenestra. El cruel emperador Nero a su madre Agripina por solo su placer hizo matar. Estos son dignos de culpa, estos son verdaderos parricidas, que no yo; que con mi pena, con mi muerte purgo la culpa, que de su dolor se me puede poner. Otros muchos crueles hubo, que mataron hijos e hermanos, debajo de cuyos yerros el mío no parecerá grande. Philipo, rey de Macedonia; Herodes, rey de Judea; Constantino, emperador de Roma; Laodice, reina de Capadocia, e Medea, la nigromantesa. Todos estos mataron hijos queridos e amados, sin ninguna razón, quedando sus personas a saludo. Finalmente, me ocurre aquella gran crueldad de Phrates, rey de los Parthos, que, porque no quedase sucesor después del, mató a Orode, su viejo padre e a su único hijo e treinta hermanos suyos.” La alusión hace pensar a Castro Guisasola (1924: 166) en la copla 133 del Laberinto, donde mena dice: “Estava sus hijos despedazando/ Medea la inútil nigromantesa”.

Todo este largo añadido del interpolador deriva del De Remedis utriusque Fortunae (I, 52, B 7-22); Cfr. Deyermond (1961: 67-8). Se observa que la enumeración de Melibea es selecta y abreviada.

  • “Porque cuando el corazón está embargado de pasión, están cerrados los oídos al consejo, y en tal tiempo, las fructuosas palabras, en lugar de amansar, acrecientan la saña.” Las palabras de Melibea son un recuerdo de las de Diego de San Pedro; Vid. Castro Guisasola (1924: 185).

ESTILO

1º.) Las diferencias del lenguaje.

Una de las características más importantes, es que en la obra La Celestina, el autor introdujo la novedad de hacer hablar a cada personaje de la obra según al estrato social al cual pertenece, el contexto en el que se encuentran los personajes, el interlocutor o receptor al cual se está refiriendo, etc.

Como es de esperar, todos los personajes que pertenecen a la clase alta, se expresan en un nivel culto, como es el ejemplo de Calisto, Melibea y los padres de ésta. Estos personajes se caracterizan por su escrupuloso respeto a las normas de pronunciación, de entonación, por el empleo correcto de las formas verbales y sobre todo, por su riqueza en el vocabulario, lo cual permite una claridad y precisión que no consiguen los personajes de la clase baja, así como la solidez en las construcciones sintácticas, con cierta complicación retórica, en algunos momentos de la obra.

Ejemplos de conversaciones, en nivel culto, son muy variadas a lo largo de la obra, por ejemplo:

  • Las conversaciones de Calisto y Melibea, ya sean en la declaración de amor del primero a Melibea en el primer acto, como en las citas que tuvieron los dos protagonistas, en los actos duodécimo y decimonoveno.

  • La confesión de Melibea a su padre Pleberio, antes de tomar la decisión de suicidarse, en el acto vigésimo.

Los personajes que pertenecen a las clases bajas de la sociedad, como pueden ser: Sempronio, Pármeno, Sosia, Tristán, Elicia, Celestina, Lucrecia, etc. se expresan en un nivel vulgar, que se caracteriza, entre otras cosas, por una articulación relajada, la falta de rigor en el empleo de ciertas formas verbales, el empleo de construcciones sintácticas cortas y sin ninguna dificultad de comprensión, el empleo de la fraseología popular, a saber, refranes, frases hechas, etc.

Ejemplos de conversaciones en registro vulgar se dan, obviamente, entre los personajes de la clase baja:

  • Conversaciones entre Celestina y los criados responsables de su muerte, Sempronio y Pármeno.

  • Conversaciones entre Sempronio y Pármeno, Areúsa y Elicia, Elicia y Celestina, etc.

Un detalle muy preciso de La Celestina, es cuando un personaje de la clase baja: Celestina, Lucrecia, … empieza a dialogar con un personaje de la clase alta: Melibea, Calisto, … En ese momento, el personaje de la clase baja eleva su nivel de expresión en presencia de éste.

Algunos ejemplos de este tipo de conversación también pueden ser muy variadas:

  • La conversación entre Calisto y Celestina.

  • La conversación entre Celestina y Melibea, Calisto y Sempronio, …

Gracias a este empleo de la lengua, La Celestina ha sido la responsable de que el español alcanzara el rango de lengua culta, y ya no necesita, de ningún tipo de giros latinizantes y de ningún tipo, para ennoblecerla.

2º.) La prosa de la obra.

La Celestina, es una obra en prosa. Como toda obra escrita en prosa, presenta una gran variedad de recursos literarios, ya sean:

  • Recursos fónicos: Onomatopeyas, aliteraciones, …

  • Recursos semánticos: Antítesis, metáforas, …

  • Recursos morfosintácticos: Anáforas, paralelismos, …

  • Otros: Exclamaciones, interrogaciones retóricas, …

Hay que destacar que la mayoría de los recursos estilísticos presentes en la obra, sólo los utilizan aquellos personajes que tienen el nivel necesario, es decir, a los que tienen un nivel lingüístico superior a los demás. Por eso, no es extraño que los recursos literarios sobresalten en aquellos actos en los que los personajes, que pertenecen a las clases sociales más altas, actúan.

Ejemplos de ello se dan:

  • En la declaración de amor de Calisto a Melibea, en el huerto de ésta, durante el primer acto.

  • “¿Por gran premio tienes esto, Calisto?

  • ¡O bienaventuradas orejas mías, que indignamente tan gran palabra habéis oído!

  • Durante las citas que se llevan a cabo entre Calisto y Melibea, actos duodécimo y siguientes.

  • “¡O mi señora y mi bien todo! ¡O salteada melodía! ¡O gozoso rato! ¡O corazón mío!”

  • “¿Dónde estabas, luciente sol? ¿Dónde me tenías tu claridad escondida?”

  • Durante la confesión de Melibea a Pleberio, antes de tomar su decisión suicida.

3º.) El espacio y el tiempo en la obra.

Un detalle importante de la obra es el continuo ir y venir de los personajes, por los escenarios tanto cerrados, la casa, como abiertos, la iglesia, el huerto de Melibea, o las mismas calles de la ciudad. Ese detalle consigue que la acción discurra de una manera precisa, aunque debido a la ausencia de acotaciones durante la obra, compete una mayor dificultad de comprensión de la obra.

Ejemplos de ello son variados: Calisto dirigiéndose a casa de Melibea, acto duodécimo; Celestina va a casa de Melibea para vender hilado, cuarto acto; Pármeno y Celestina van a casa de Areúsa, séptimo acto; …

El tiempo también tiene gran importancia en La Celestina, ya que éste no pasa de manera lineal durante la obra, sino que se va adecuando a la acción de la obra. Existen períodos cortos para dar sensación de lentitud o períodos más largos para indicar justamente lo contrario. Sin embargo, la acción de la obra discurre en un período de tiempo no demasiado grande. Desde el inicio de la obra hasta el acto decimosexto la acción dura tres días; entre el acto decimosexto y decimoséptimo transcurre un mes; desde ese acto hasta el acto vigésimo primero, final de la obra, transcurre en un solo día.

4º.) Los apartes y las acotaciones.

Los apartes se dan en aquellas partes de la obra, cuando ocurre una acción alternativa, durante la consecución de la acción principal. Ejemplos de ello son:

  • La conversación entre Sempronio y Pármeno, mientras Celestina y Calisto cierran su trato, primer acto.

  • La conversación entre Sempronio y Pármeno, durante la cita entre Calisto y Melibea, duodécimo acto.

Las acotaciones son distintas a las obras de teatro común. Éstas aparecen al principio de cada acto; resumiendo la acción que va a pasar en éste; y no durante el acto del que se trata, hecho que ocurre en otras obras de teatro.

5º.) Los diálogos y los monólogos.

Existen dos tipos de conversación en las obras teatrales: los diálogos y los monólogos.

Mediante el diálogo, el autor “moldea” a los personajes, ya que en el diálogo teatral, los personajes se dan a conocer a sí mismos, a través de sus palabras. Pero también, a través del diálogo, se va creando la acción de la obra, ya que son los personajes los que muestran los acontecimientos que ocurren.

Ejemplos que lo corroboren son muchos y variados. Calisto, a través de sus palabras, se nos presenta como un personaje que está acostumbrado a conseguir lo que quiere, sin importar lo que tenga que hacer. También se nos muestra como una persona egoísta e impaciente.

En ocasiones, un personaje puede hablar sin dirigirse a otro personaje que está en la escena. Esta circunstancia se conoce como monólogo. El monólogo, suele expresar lo que el personaje está pensando, y suele plantear problemas de tipo afectivo o relacionado con tomas de decisiones.

Un excelente ejemplo de monólogo es el de Celestina, cuando se encamina a casa de Melibea, durante el acto cuarto.

VALORACIÓN

1º.) La Celestina: historia de un amor pasional.

El tema central de la obra es el amor, todo gira en torno a él. Tal como está presentado en la obra, conduce a la destrucción de todos los personajes.

La mayoría de los personajes viven, desean o tienen experiencias de amor, a lo largo de la obra. Hasta en el último acto de la obra, el Planto de Pleberio, la escena más triste de la obra, este personaje critica el amor y recuerda el gozo de éste durante su juventud:

  • “¡O amor, amor! Herida fue de ti mi juventud, por medio de tus brasas pasé […].”

También aparece en el carpe diem que pronuncia Celestina a Pármeno y Areúsa, durante el séptimo acto; Cuando Lucrecia desea ser amada, en el acto decimonoveno; en la relación entre Elicia y Sempronio, Areúsa y Pármeno,…

La relación entre Calisto y Melibea, tema central de la obra, es una relación de tipo sexual, más que una relación de dos enamorados. Es más, el único propósito de Calisto es la de poseer sexualmente a Melibea, antes que empezar con ella una relación de tipo amoroso.

2º.) La nueva mentalidad social.

Uno de los hechos más característicos de la obra es que los personajes de las clases bajas de la sociedad, como pueden ser: Celestina, Elicia, Pármeno aparecen al mismo nivel que los personajes de la clase alta como los nobles amantes, o los padres de Melibea.

No deja de ser interesante este hecho, ya que los criados de Calisto, supuestamente fieles a su amo, lo traicionan por Celestina, que les promete parte del negocio que saquen del amor de Calisto por Melibea, aún a riesgo de perder su honra; y se ha demostrado que en esa época, quedar deshonrado, es lo peor que le puede pasar a una persona. De hecho, Melibea no aceptaba a Calisto por riesgo a perder su honra, acto duodécimo.

3º.) La mezcla de elementos.

Dos elementos se mezclan a lo largo de la obra, pues ésta se encuentra en la transición de la Edad Media al Renacimiento.

Por ello, se dan de tipos de mentalidades durante la obra:

  • La mentalidad renacentista o ideal, que se relaciona con los dos amantes, Calisto y Melibea, que solo viven para su pasión amorosa.

  • La otra mentalidad, la medieval o real, relacionado con la Celestina o los criados de Calisto, Sempronio y Pármeno, explotadores invisibles del amor de Calisto y Melibea.

Hay que destacar, que el cruce de las dos mentalidades durante la obra, hizo que los personajes murieran. Melibea, al no poder continuar con Calisto, decide tomar el camino del suicidio, para seguir con él en el cielo; Celestina, queriendo quedarse toda la recompensa del botín, fue matada por Sempronio y Pármeno.

4º.) El mundo femenino en la tragicomedia.

La mujer en la tragicomedia se ha visto envuelta en el rol de objeto al servicio del hombre, para satisfacer sus deseos, así aparece Melibea tras hacer la valoración de lo femenino en su tiempo, en el acto décimo:

  • “¡O género femíneo, encogido y frágil! ¿Por qué no fue también a las hembras concedido poder descubrir su congojoso y ardiente amor, como a los varones? Que ni Calisto viviera quejoso ni yo penada […].”

Otro hecho importante es la manipulación psicológica de Celestina en todos los personajes de la obra, intentando sacar el máximo provecho de cada uno, acaparando todas las recompensas que resultaban del trabajo: las cien monedas de Calisto, como prueba inicial del negocio, y la cadena de oro por conseguir la consecución de su objetivo: Conseguir que Melibea se enamorara de Calisto. Al final, su pasión por la riqueza y su avaricia la llevaron a la muerte.

También hay que destacar la dureza de Elicia, incapaz de dejar que alguien la ayudara; los encantos de Areúsa, utilizados por este personaje para corromper a otros de la obra, como por ejemplo, a Pármeno o a Sosia; la complicidad de Lucrecia, criada de Melibea; o la inconsciencia de Alisa, que todavía creía que su hija era virgen, para concertarla en matrimonio.

  • Bibliografía consultada.

http://roble.pntic.mec.es/~msanto1/lengua/1celeste.htm

http://www.cervantesvirtual.com/bib_obra/celestina/

La Celestina [Estudio] Menéndez Pelayo, Marcelino.

La Celestina. Razones para tratar de esta obra dramática en la historia de la novela española... Menéndez Pelayo, Marcelino.

“La Celestina”, panorama sobre las ediciones y su autor, realizado por Miguel Pérez Rosado, en Spanish-Books.net.

Enciclopedia universal Micronet. Edición clásica 2000.

©MICRONET, S.A. Depósito legal: M-41669-1999

ISBN: 84-95831-05-2. W-MN43-20

FORO 1 Lengua Castellana y Literatura

Vicens Vives Bachillerato

Primera edición, 2002

Depósito legal: B. 7.371-2002 ISBN: 84-316-6449-5 Nº de Orden V.V.: O-398

  • Ficha bibliográfica.

Fernando de Rojas.

La Celestina.

©RBA Editores, S.A., Barcelona, 1995, por la presente edición

Edición cedida por Editorial Planeta, S.A.

ISBN 84-473-0117-6 (Historia de la Literatura)

ISBN 84-473-0403-5

Depósito legal: B.24.772/1995

Impresión y encuadernación:

Printer industria gráfica, S.A. Ctra. N-II, km 600.

Cuatro Caminos, s/n. Sant Vicenç dels Horts (Barcelona)

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Enviado por:Alejandro Irimia Mesa
Idioma: castellano
País: España

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