Literatura


La casa de Bernarda Alba; Federico García Lorca


Análisis de los elementos más importantes de La casa de Bernarda Alba

La casa de Bernarda Alba es una obra de teatro escrita por Federico García Lorca en el año 1936. En ella se trata el problema de las mujeres en los pueblos, de vidas restringidas de libertad y, sobre todo, de una sexualidad totalmente restringida. Esto llevará a una revolución interna, cuya única salida física es la muerte.

La casa de Bernarda Alba comienza con el velorio por la muerte del segundo marido de Bernarda, Antonio María Benavides. Desde un primer momento notamos la hipocresía que refleja a lo largo de todo el relato Lorca, así como la miseria espiritual de la mayoría de sus personajes.

En la primera escena, la criada y la Poncia, criada personal de Bernarda están arreglando la sala para recibir el duelo del difunto marido de Bernarda. Tras conversaciones entre las dos y la aparición de una mendiga, entra el duelo en escena y, cuando éstas se van, Bernarda aprovecha para criticar a las mujeres que habían llorado la muerte del difunto.

En el resto de la obra, se relata el futuro casamiento de la hija mayor de Bernarda, Angustias, con Pepe el Romano, el personaje que interpretará todos los deseos reprimidos de las cinco hermanas, pasión, celos y será uno de los causantes de la muerte de la hermana menor, Adela.

Tema central de la obra

El tema central de la obra es el enfrentamiento entre una moral autoritaria (representado por Bernarda) y el deseo y libertad (encarnado por Maria Josefa y Adela.)

Bernarda intenta imponer sus normas opresivas mientras que tanto Maria Josefa como Adela intentan revelarse y hacer frente a su dominio. Las demás hijas aceptan con resignación, aunque Martirio parece enfrentarse a su madre en alguna ocasión.

Las criadas viven bajo el dominio y la autoridad de Bernarda: la temen y se limitan a murmurar a sus espaldas.

El impulso amoroso de Adela y su deseo de libertad son más fuertes que su temor a la autoridad materna, y por eso, desde el principio, manifiesta su rebeldía: lleva un abanico de flores en lugar del abanico negro preescrito por el luto, se prueba su vestido verde y lo luce ante las gallinas, y expresa su decisión de romper con las normas de Bernarda. Con su suicidio se cierra para las hermanas el camino de la libertad.

Maria Josefa da cauce a su rebelión a través de la locura.

Otros temas secundarios son: el amor sensual y la búsqueda del varón; la hipocresía (el mundo de las falsas apariencias); los sentimientos de odio y envidia; la injusticia social; la marginación de la mujer y la honra.

El amor sensual y la búsqueda del varón.

El drama de estas mujeres encerradas se concreta en la ausencia de amor en sus vidas y en el temor a permanecer solteras.

Va a ser Maria Josefa quién denuncie el sufrimiento de las muchachas y las causas de su mal.

La aparición de Pepe el Romano desencadena las pasiones de estas mujeres que desean casarse para liberarse de la tiranía de Bernarda.

La pasión de Adela. Ya en el acto primero se ofrece algunos indicios de la pasión de Adela: el abanico de flores rojas y verdes, que simbolizan amor y pasión.

En el segundo acto se produce la evolución de Adela. La muchacha pasa de los deseos a los hechos.

Martirio también se ha enamorado de Pepe el Romano, y al ver que lo pierde, intenta destruir a Adela. Angustias va al encuentro de los hombres. Amelia y Magdalena participan también de la necesidad del hombre.

La hipocresía (el mundo de las falsas apariencias)

Simbólicamente, esta preocupación por las apariencias se refleja en la obsesión por la limpieza.

El miedo a la murmuración es una constante en la vida del pueblo y marca la conducta de Bernarda. Por miedo a los comentarios de sus vecinas, oculta a su madre.

El mundo de las falsas apariencias y de la hipocresía como forma de comportamiento social afecta fundamentalmente a Bernarda y en menor medida a Martirio (falsedad de Adela y Martirio cuando dice que se alegran de que angustias se case.)

El odio y la envidia

Bernarda se convierte en objeto de odio de sus criadas y de los vecinos del pueblo. Se convierte en un personaje detestable.

Angustias es odiada y envidiada por el resto de sus hermanas. Por su parte, ella también las odia.

El odio, la envidia, los celos, llegan a Martirio a acusar a su hermana Adela. Toda la obra está repleta de pasajes en los que se manifiesta el odio.

También la desigualdad y la injusticia social provocan el odio de las criadas hacia Bernarda.

La injusticia social

A lo largo de toda la obra, Lorca pone de manifiesto la tensiones de la sociedad en su época. Plantea una jerarquía social bien definida.

La desigualdad económica afecta incluso a las hijas de Bernarda. La diferencia entre su riqueza provocará, en cierta medida, el drama, puesto que Pepe el Romano elegirá a Angustias precisamente por su fortuna.

Bernarda, codiciosa, es incapaz de cualquier impulso de generosidad.

La crítica social predomina en el primer acto.

La marginación de la mujer

Lorca ha querido denunciar la marginación de la mujer en la sociedad de su época. Para ello, enfrenta dos modelos de comportamiento femenino: el basado en una moral relajada (Paca la Roseta, la hija de la Librada, la prostituta) y el otro es el basado en una determinada concepción de la decencia (Bernarda.)

Los hombres trabajarán en el campo, mientras que las mujeres cuidarán de la casa.

A partir del linchamiento de la hija de la Librada, podemos comprobar cómo Adela va identificándose progresivamente con las mujeres de moral relajada.

La honra

Bernarda se mueve guiada por unos principios que exigen un comportamiento público determinado, es decir, una imagen social u honra limpia e intachable. Por eso Bernarda recrimina a Angustias cuando mira a los hombres durante el funeral.

Los personajes

Angustias es una mujer madura (de treinta y nueve años) y mala constitución física. Tampoco posee belleza y la vida bajo el mando dictatorial de su despótica madre le ha vuelto el carácter agrio. Su nombre implica la intranquilidad con padecimiento intenso por la amenaza de una desgracia, la cuál se producirá al finalizar la obra.

Magdalena (de treinta años), la más afectada por la muerte de Antonio María Benavides, realista y objetiva y protege a su hermana Adela sobre las demás. Muestra sumisión y tiene amargas protestas: hubiera preferido ser un hombre. Magdalena, al igual que María Magdalena, es una mujer penitente y arrepentida de sus pecados.

Amelia ( de veintisiete años) desconfiada, envidia a Angustias y sabe que ser mujer en esa época era el peor castigo posible. Su nombre significa sin miel. Es el personaje más desdibujado: resignada, tímida.

Martirio, una de las hermanas menores (exactamente de veinticuatro años) se pudo casar, pero lo impidió Bernarda: explica su resentimiento. Su nombre significa padecimiento largo y muy intenso.

Adela, la hermana menor (de veinte años), es la más hermosa, apasionada y franca. Es la encarnación de rebeldía. Su nombre significa de naturaleza noble. Está llena de vitalismo: hace exclamaciones escandalosas. Está dispuesta en convertirse en el amor de Pepe.

Bernarda Alba, de sesenta años, es el personaje principal en la cual gira toda la obra. Ejerce una dictadura sobre los habitantes de su casa, los cuales utiliza a su antojo. Hipócrita, mantiene tanto a sus hijas como a la Poncia restringiendo la libertad, y en el caso de la segunda, mediante el chantaje (la madre de la Poncia era prostituta.) Piensa que es mejor guardar las apariencias que mostrar sentimientos y es cotilla. Su nombre significa con fuerza de oso y es la encarnación de la fuerza represiva. Tiene una mentalidad tradicional vigente. Trata a las mujeres con mayor rigidez y piensa que a los hombres todo se consiente. Pertenece a la capa social superior y por ello impidió el noviazgo de Martirio. Encarna su autoridad y su poder en el bastón.

María Josefa, madre de Bernarda, de ochenta años, a la que encierran por “loca”, aunque en sus gritos podemos encontrar desesperación por salir de la casa dictatorial de su hija y deseos frustrados. Proclamará una tragedia anunciada.

El espacio

Toda la obra se representa en el interior de la casa de Bernarda Alba. Destaca la blancura de las habitaciones, los muros gruesos que evitan que las cosas de dentro puedan salir al exterior (incomunicación entre el exterior y el interior.) El mobiliario de cortinas de yute y sillas de enea sugieren lo áspero, lo duro, como característica de esta casa, donde se palpa la ausencia del calor del hogar.

Los tres actos coinciden en la sencillez y sobriedad de sus elementos, y los tres tienden a fortalecer la sensación de monotonía. Existe una degradación de la blancura, la luminosidad se va perdiendo conforme la escena se aleja del mundo exterior para desembocar en el patio. Este movimiento hacia el interior y esta pérdida de color y de luz son símbolos del aislamiento de las mujeres.

Frente al mundo interior de la casa, o espacio visible, existe el mundo exterior o espacio aludido; y en medio, como puente de unión, la Poncia.

La casa simboliza el espacio cerrado, donde han de vivir recluidas y encerradas.

El río y el olivar son en la poética lorquiana lugares donde se manifiestan el erotismo.

La ventana y el corral son lugares de encuentro con el mundo exterior. La ventana es el lugar del encuentro permitido; el corral es el de los encuentros prohibidos, el lugar de las relaciones eróticas condenadas por la moral.

A través de la ventana se establece el contacto con el mundo exterior y con el hombre.

El tiempo

Son los propios personajes lo que nos informan del tiempo cronológico.

Al principio de la obra, las campanas juegan un papel esencialmente dramático, pero a lo largo de ella, aparece como indicadores temporales.

En el primer acto, Bernarda propone un luto de ocho años y se conoce la intención de Pepe de casarse con Angustias; en el segundo, las hermanas están bordando el ajuar; y en el tercero, sabemos que faltan tres días para la pedida de mano.

En lo que respecta a la época del año, sabemos que la obra se sitúa durante el verano. Las referencias son continuas y claras. En cuanto al tiempo interior, la acción es lenta porque Lorca quiere reflejar la monotonía de las vidas de estas mujeres, que carecen de esperanzas, de ilusiones y proyectos.

En este proceso se llega a la absoluta negación final del futuro: el suicidio de Adela cierra cualquier posibilidad de salir al exterior.

Simbología

Abanico con flores de Adela (pasión y esperanza), olivar y corona de flores de la Roseta (erotismo), flores en la cabeza de Maria Josefa (deseo de libertad.)

El blanco se utiliza para simbolizar la vida, la alegría, el amor y la libertad; el negro, para acentuar la tristeza, el odio, la represión y la muerte.

El caballo se relaciona con la pasión sexual (símbolo fálico.)

El agua, vida en el río y muerte en el pozo.

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Idioma: castellano
País: España

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