Trabajo Social
La beneficiencia en el renacimiento
TEMA 3: LA ACCION SOCIAL EN LA ETAPA RENACENTISTA: LA BENEFICENCIA
1) Características generales del Renacimiento:
1.- Extensión del fenómeno urbano: las grandes villas europeas van creciendo en torno a sus mercados y son amuralladas.
Las ciudades empiezan a ordenar su vida política según gobiernos municipales. Alejamiento de la red feudal de dependencia: libertad.
La clase social que protagonizó tales cambios fue la burguesía: industriales (artesanos) y mercaderes.
2.- Bases ideológicas de la burguesía: Humanismo y Protestantismo.
Humanismo: entre sus rasgos destacamos:
a.- El intelectual humanista centra su interés en el hombre, como centro microscópico del universo.
b.- Movimiento inicialmente literario que profesaba un verdadero culto por las obras de los clásicos griegos y latinos.
c.- Su rigor intelectual. Desarrollo del espíritu critico de los textos que estudiaban. Respeto por la libertad de opinión.
d.- Desarrollo del concepto “tanto vales, cuanto trabajas”: “individualismo”.
e.- La Iglesia ya no va a tener un poder tan absoluto.
f.- La burguesía comienza a imponer sus gustos.
g.- El interés por las cosas terrenas. Progreso de las ciencias.
h.- Una nueva actitud de sociabilidad.
Protestantismo:
Lucero pedía nuevas responsabilidades al cristiano, al que colocaba solo ante Dios, sin la mediación eclesiástica. Reprocha a la Iglesia Católica que condenaba la usura, el lucro, lo cual impedía a los nuevos burgueses, conciliar su espíritu de lucro con la tranquilidad de sus conciencias.
Calvino: el hombre existe por y para Dios. Predestinación: señales de la divina gracia: industriosidad, el trabajo. Justificación y dignificación de las ideas burguesas acerca del beneficio y el lucro comercial e industrial.
2) La reforma de la beneficencia:
En este siglo asistimos a un espectacular crecimiento de la pobreza lo que conlleva un cambio de actitud hacia la misma.
Por otro lado la expansión económica que se produce a fines del SXV y principios del XVI dio lugar al crecimiento de las formas de organización capitalista. En esta época, pues, hace su aparición el Capitalismo. Nace también en esta época una nueva clase social, la aristocracia campesina.
El hecho de que la fortuna se encuentre en manso de una minoría va a hacer que las condiciones de vida de los trabajadores rurales, los pequeños empresarios y los artesanos empeoren.
Se produjo una transformación agraria que acarreo con ella un coste social. En todos los países esta reforma tuvo el mismo efecto, que fue el empobrecimiento total de la mayoría de la población.
El campesinado era un sector vulnerable, vulnerabilidad dada por el tamaño de la explotación que se tuviera, por el acceso a los terrenos comunales y por la dependencia con el señor. Tenían que seguir pagando los impuestos de tipo señorial.
La mayoría de las tierras estaban en manos de la nobleza y el clero, aunque también la burguesía empieza a almacenar tierras.
Un fenómeno a destacar es el enclousure, que es el cercamiento de las tierras para criar ganado. Esto se produce porque al haber un aumento de la población también aumenta la demanda de carne, además la lana de las ovejas también es requerida por la industria textil. Los cercamientos se hacían tanto si tenia el consentimiento de la gente que vivía en aquellas tierras como sino, lo que acarrea consecuencias tremendas.
En esta época la burguesía empieza, como ya se ha comentado, a invertir capitales en tierras. Las explotan con fines comerciales y producen nuevos tipos de cultivos, tales como el cultivo intensivo, abonos sistemáticos de las tierras, etc. Los motivos que llevan a los burgueses a interesarse por el almacenamiento de tierras son, aparte de los fines comerciales, el deseo de un prestigio social y el proporcionar seguridad a las
riquezas obtenidas en otras actividades.
Cuando los campesinos no podían hacer frente a sus obligaciones acudían a estos burgueses en busca de créditos y se veían abocados, en muchas ocasiones, a la expropiación de sus tierras debido a que no podían hacer frente al pago de dichos créditos. En esta época se consolida la aristocracia campesina.
En otras ocasiones los campesinos se veían obligados a emigrar a la ciudad para trabajar en las industrias artesanales lo que, en ocasiones, generaba aun mas pobreza.
Por otra parte ya se ha comentado que asistimos en esta época al triunfo del capitalismo comercial y mercantil.
El capitalismo es un sistema de producción en tierras de propiedad privada, cuyas producciones serán luego vendidas en un mercado libre. Se produce así una acumulación de la riqueza en manos de los comerciantes.
Entre los factores que contribuyen al auge del capitalismo comercial podemos citar: la consolidación de la monarquía o el crecimiento de los estados nacionales; el desarrollo del mercado publico, los monopolios, las letras de cambio; el comercio intercontinental, el cual recibe un impulso y se reemplazan las rutas mediterráneas por las atlánticas; los descubrimientos geográficos y el desarrollo de la ciencia; el alza de los precios, etc.
El comerciante es el primer monopolizador de las riquezas, regula el mercado e impone el ritmo de producción de la industria artesanal, establecen los precios, las condiciones de producción, los salarios de los trabajadores, aportan la materia prima, se encargan de vender el producto elaborado, etc. Al monopolizar todos estos factores los comerciantes esperan obtener grandes capitales, esto, a su vez, hace que un gran número de pobres que dependen de ellos para trabajar, tengan la vida en sus manos.
3) Actitudes sociales frente a la pobreza
Asistimos en estos momentos a un gran aumento de la riqueza, que se concentraba solamente en manos de unos pocos, lo que produce una gran división dentro de la sociedad, ya que mientras la riqueza se almacenaba en manos de esos pocos, el numero de pobres aumento extraordinariamente y, además, las condiciones de vida de estas personas empeoró también de forma acusada. Según Antón, en el SXVI, se consideraba pobres a todas aquellas personas que, sin serlo, estuviesen a punto de convertirse en ello. En esta época, pues, cualquier persona sencilla corría el peligro de convertirse en pobre. Había una gran inestabilidad.
Los diferentes grupos que corrían este riesgo eran los siguientes:
Los jornaleros, eran aquellos trabajadores del campo que no tenían un empleo fijo, solamente se valían de sus brazos para el trabajo, lo que conllevaba que su vida se caracterizase por una gran inestabilidad.
Los campesinos, estos eran victimas tanto de las malas cosechas como de la ocupación de sus tierras por parte de las tropas. En ocasiones, se veían desprovistos de sus tierras, que eran su medio de vida, lo cual los empujaba a la pobreza.
Los empleados, aquellos a los cuales su trabajo les obligaba a estar en continuo movimiento. Este es el caso de los marineros, los mercaderes ambulantes, etc. Se caracterizaban por no tener domicilio fijo y permanente. Se encajan en este grupo también los moreros, los piconeros, etc.
Los pequeños artesanos, victimas también del desempleo, de la carestía de la vida, de la enfermedad, de la vejez, etc. En definitiva, victimas de cualquier cambio en la coyuntura económica, que les afectaba de manera considerable. Debido a dichos cambios, estos grupos, podían derivar en la pobreza y en la mendicidad. En este grupo había un gran número de niños expósitos, sobre todo antes del SXVIII.
Los peregrinos, el numero de estos se ve aumentado por la presencia de falso peregrinos y de clérigos vagabundos. Muchos clérigos son pobres y, por tanto, viven de la limosna. A partir del XVIII, la Iglesia se hace cargo de sus clérigos con lo cual esta figura desaparece de dentro de este grupo.
Hay un grupo heterogéneo próximo al vagabundo, en el se encuentran los vendedores de reliquias, los contadores de historias, los prestidigitadores, etc.
Con respecto a los pobres, a fines de la Edad Media e, incluso, en siglos posteriores, nos encontramos con dos actitudes contradictorias:
La primera, defendida por los humanistas y cristianos. Consideran la pobreza como un ideal y los pobres, identificados con Cristo, son considerados como los intercesores ante Dios. Consideran, también, a la sociedad responsable de la pobreza ya que han tratado mal a aquellos que la sufren. Sin perder de vista el ideal de pobreza, pensaban que había que combatir los males que de ella surgían: los pobres tenían derecho a ser ayudados y la sociedad tenía la obligación de ayudarlos.
La segunda, tuvo mayor éxito tras la reforma protestante. Desde esta perspectiva se entiende la pobreza como una maldición porque degrada al hombre. Los pobres dan miedo y resultan sospechosos de muchos males. La pobreza tiene su origen en la incapacidad del pobre, por lo tanto, es necesario reformarlo para que afronte con éxito su situación.
El aspecto de esta pobreza mantiene una característica por su movilidad. El problema de los pobres se presenta en dos aspectos:
La llegada masiva de éstos a la ciudad procedentes de zonas rurales contribuía a la bajada de los salarios, debido al aumento de la población y, por tanto, de la mano de obra. Los salarios bajan y los precios aumentan.
Ante esta masiva llegada las ciudades, en ocasiones, cerraban sus puertas y los pobres que quedaban fuera de ella, se asentaban en los alrededores llegando a formar verdaderos guetos.
La haraganería y el vagabundeo se convierten en fenómenos de masas, por lo cual aumentan las medidas de control y represión. Ya que tanto la mendicidad como el vagabundeo constituyen una tentativa para todos los pobres.
Se produce un cambio en la mentalidad social de la época, ya no se entiende que una persona que pueda trabajar pueda ser indigente. La condena que se hace es más moral que económica.
No es hasta el SXVI, coincidiendo con un aumento de la pobreza, la mendicidad y el vagabundeo, cuando las escrituras tomen una actitud distinta.
El cambio en la visión de la pobreza respecto a la Edad Media estuvo motivado porque se vinculaba a los pobres a los siguientes elementos:
La malnutrición, se convirtió en un mal crónico. Debido a ella cualquier tipo de enfermedad afecta más a la población pobre que a cualquier otro estrato de la sociedad. El miedo al contagio hizo que se creasen medidas de control y un registro de pobres, lo cual pone de manifiesto la desigualdad existente entre los pobres y el resto de los ciudadanos.
Los vagabundos se convierten en una amenaza para el orden público. Constituyen una masa de personas para utilizar en los motines agrarios, los ataques a los cargamentos de trigo, etc.
Se tiende a vincular el vagabundeo y la mendicidad con el vandalismo. Los actos vandálicos estaban a la orden del día: se robaba en los corrales, en los cepillos de las iglesias, se mutilaba a los animales, etc.
La profesionalización del status de mendigo
Dependiendo de la época el ser mendigo llega a convertirse en una profesión. Los mendigos llegan a fingir todo tipo de enfermedades para que la gente se compadezca de ellos.
Tan grande es el fenómeno en esta época que llega a desarrollarse una literatura que los evoca por su aspecto pintoresco y curioso, acompañándolos la característica de farsantes.
El hecho de que el ser mendigo se convierta en una profesión llevara a inventar términos profesionales, costumbres e, incluso, a crear organizaciones de tipo corporativo. Se conoce la existencia de contratos de mendigos. El mendigo tenia, incluso, un atuendo determinado y mientras mas mendigo aparentase ser mas lastimaba provocaba. Mostraban, además, todo tipo de enfermedades, malformaciones físicas, etc., lo que les servia para legitimar la actividad de la mendicidad y suscitar la lastima con mayor eficacia.
La inseguridad ciudadana en forma de altercados públicos se producía en aquellas ciudades en las que existía un gran número de pobres.
Aunque la mayoría de estos altercados eran provocados por los pobres, no se distinguía a pobres de mendigos de vagabundos, otros eran provocados por algunos nobles.
La carencia de domicilio se convierte en un criterio dominante a la hora de definir a los destinatarios de las ayudas que se repartían.
El miedo a la inseguridad dio pie a que se desarrollasen toda una serie de medidas de control y represión.
A partir del SXVI aparece una literatura que exalta a la persona que trabaja, exaltación que implica una condena a la ociosidad, que era considerada la causa de todos los males y de todos los vicios. De nuevo nos encontramos con que la condena, en este caso de la ociosidad, es más moral que económica.
Existe hostilidad hacia las órdenes mendicantes. En esta nueva mentalidad social la existencia de los mendicantes como de no trabajadores era dañina para el bien publico y nociva para el Estado, por tanto, era funcional. Las órdenes mendicantes empiezan a perder prestigio. La literatura del XVI compara a estas ordenes con los holgazanes y se les reprocha que se aprovecharan de los que les pertenecía a los indigentes y miserables. En el Concilio de Trento (1545-1563) se toman medidas contra estas órdenes.
4) Aparición de una política social represiva.
Existe una clara conexión entre la condena de la ociosidad y la reprobación del vagabundeo y ciertos factores demográficos y económicos básicos tales como: paulatino crecimiento de la población, aumento del coste de vida, la transformación agraria, intensificación de las corrientes migratorias del campo a la ciudad y la aparición del capitalismo comercial.
Esta explosiva situación social movió a los gobernantes de las ciudades a desarrollar una serie de medidas legislativas, las cuales pasamos a resumir a modo de síntesis en:
1.- Expulsión de los mendigos extranjeros de las ciudades, impidiendo que permanecieran en ellas más de tres días.
2.- Prohibición de mendigar, a excepción de inválidos, viejos y enfermos siempre que en sus ciudades tuvieran licencia para ello.
3.- Castigos corporales para aquellos mendigos que no cumplieran las normas dictadas.
4.- Empleo forzado en trabajos públicos para aquellos pobres útiles que practicaran la mendicidad.
¿Qué provocó la reforma de la beneficencia?
Todas estas medidas se hicieron mas duras a medida que pasaba el tiempo y se constataba su fracaso. Su alcance era más bien limitado, su eficacia de corta duración y respondían a necesidades inmediatas, y ello por varias razones:
Falta de medios para aplicar las medidas de control y represión.
La magnitud del problema
Enfrentamiento entre el poder civil y el religioso:
Debate de la pobreza
Muchas autoridades eclesiásticas y todos aquellos que forman parte de la Iglesia rechazan todas las medidas puestas en marcha para combatir la pobreza. La clave fundamental de la disputa es la interpretación del imperativo cristiano de ayudar a los pobres
Los intereses del capitalismo comercial. Los comerciantes y los industriales estaban interesados en mantener el orden público y buscaban mas medidas para asegurarse mano de obra muy barata.
Falta de apoyo por parte de la población y de los mismos administradores y persistencia de un espíritu cristiano que se niega a identificar al mendigo con el sospechoso.
A modo de conclusión, estas medidas fracasan porque no se afrontan las verdaderas causas: concentración de la riqueza en manos de una minoría.
5) Rasgos fundamentales de la reforma de la beneficencia.
Las medidas adoptadas para remediar el problema de la pobreza tuvieron todas una sorprendente unanimidad. Cinco principios nuevos:
1.- Restringir el libre ejercicio de la mendicidad.
2.- Obstaculizar la libertad de movimientos de los vagabundos.
3.- Excluirlos del tratamiento asistencial otorgado por las diversas instituciones benéficas en especial las controladas por las autoridades locales y la burguesía municipal.
4.- La centralización de la beneficencia en instituciones cívicas.
5.- El trabajo obligatorio para los aptos.
a) Medidas de reorganización de la gestión y el control administrativo de la beneficencia:
1.- La administración de los hospitales se hace laica.
En esta época los hospitales eran pequeños establecimientos con un número reducido de camas. Los administradores de éstos llegaron a ser verdaderos prevendos, esto es, tenían un empleo en el que trabajaban poco y ganaban mucho. Se apropiaban estos prevendos de ciertas cantidades del dinero destinado a los pobres.
Vives propone una serie de reformas en los hospitales, entre ellas, la incorporación de laicos para ejercer un control sobre la gestión administrativa. El objetivo de esta reforma era alcanzar la mayor rentabilidad y eficacia del dinero que estos centros recibían.
Otra de las reformas que afectaban a los hospitales era la agrupación de varios de ellos pequeños en uno solo, de mayor tamaño y capacidad. Esta fusión era necesaria por varias razones, entre ellas, las dificultades económicas, el aumento del número de pobres y la exigencia del orden publico.
Se comienza ahora a distinguir entre aquellos hospitales adonde iba la gente a envejecer y morir, y el hospital que tenia una función terapéutica, debido a los progresos en higiene, a la especialización y a la competencia medica. Se crean hospitales, también, destinados a las personas que ejercían una determinada profesión, es decir, se agrupaban los hospitales por profesiones.
De manera que avanza el siglo se ira haciendo una clara distinción entre la labor a desarrollar por los laicos, que era la gestión administrativa, y la que desarrollaban los capellanes, encargados del cuidado del aspecto espiritual.
2.- La estructura de la administración se hace mixta: laica y eclesiástica.
Cada parroquia tenía una hucha donde se recogían las ofrendas individuales. Dicha hucha estaba controlada por una comisión formada por el párroco y por representantes laicos de las comunidades locales. Estas comisiones tenían que elaborar un listado de pobres y saber el oficio, las rentas, etc., de éstos.
Las limosnas eran repartidas una vez por semana y se hacia de forma concienzuda para dárselas a aquellos que de verdad las necesitaban.
3.- Centralización de la asistencia social en las ciudades.
Todas las instituciones de caridad se unificaron en un fondo común controlado por una serie de personas. Esto se hizo para garantizar a los enfermos y verdaderos pobres la ayuda necesaria.
Esta centralización de ayuda permitía que se explotara a la gente con horas de trabajo excesivas a cambio de la ayuda.
4.- Aparición de figuras e instituciones de control y gestión.
5.- Vigilancia por parte de los gobiernos locales sobre los mendigos y vagabundos.
6.- El poder central se reserva la tutela directa de la beneficencia y las medidas de represión.
b) Medidas de represión y control:
1.- Registros parroquiales de los pobres merecedores de ayuda.
2.- Aislamiento de los pobres en guetos, para evitar el contagio en caso de epidemias.
3.- Distinción clara entre pobres hábiles y pobres no hábiles.
Se impuso que los pobres llevasen una insignia que los identificase. También fue frecuente la denominación de cartas de rutas que pertimia a los pobres pedir en una determinada zona. Se pensaba que al verse reducidas las zonas de mendigar poco a poco esta costumbre se iría perdiendo.
4.- Trabajos forzosos para los pobres hábiles en obras publicas.
Los pobres hábiles tenían la obligación de trabajar y llevar el salario a casa, en el caso de no cumplir este trato, el pobre seria borrado del listado de pobres, y por tanto, dejaría de beneficiarse de las ayudas destinadas para ellos. Se deduce así que si aun trabajando permanecían en las listas de pobres era porque el salario que recibían era insignificante y no permitía mantener a la familia.
Aquellos que eran mendigos de profesión debían ser arrestados y castigados a trabajar severamente en el caso de no asistir al trabajo.
5.- Prohibición estricta de mendigar en las calles, plazas, iglesias y por las casas.
Tan solo podían mendigar aquellas personas a las que les estuviese permitido. En el caso de coger mendigando a una persona a la que no le estuviese permitido se le arrestaba y se le condenaba.
6.- Los pobres estaban obligados a permanecer en su lugar de nacimiento o de residencia. Prohibición de acceso a las ciudades y expulsión de los que vagabundean.
Se hacia excepción con los soldados que hubiesen participado en guerras.
En el caso del incumplimiento de esta medida los pobres eran sometidos a todo tipo de penas, incluyendo la pena de muerte.
7.- Los hijos de los mendicantes tenían que aprender un oficio, o entrar al servicio domestico de alguien.
Esto se hacia para evitar que el niño cayese en la situación del padre. Ademas recibían una educación, se les enseñaba a leer y escribir.
c) Medidas asistenciales:
1.- Todas las ciudades tenían que garantizar el sustento y apoyo de los mendicantes para que no tuvieran que pedir fuera de su lugar de residencia.
2.- Asistencia organizada para los “verdaderos pobres”, para los que por sus condiciones físicas no pudiesen ganarse el sustento por si mismos.
3.- Impuestos especiales y regulares para sostener las medidas de asistencia.
4.- Medidas educativas para los menores y los desempleados de oficios de taller, domésticos, etc.
5.- A los peregrinos se les autoriza el descanso en los hospitales
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Enviado por: | Cinta |
Idioma: | castellano |
País: | España |