Filosofía y Ciencia


Karl Marx


  • INTRODUCCIÓN.

  • Antes de profundizar en Karl Marx, conozcamos algunos datos interesantes sobre la Sociología y los sociólogos. El objetivo de la misma es comprender cómo se configura históricamente el saber sociológico, a través de su evolución histórica, nos podemos formar una idea de la Sociología.

    La Sociología se entiende como el estudio, que pretende ser científico, de lo social como tal, tanto a nivel elemental de las relaciones interpersonales (microsociología), como en el nivel macroscópico de las relaciones de conjunto como civilizaciones, naciones... (macrosociología). De ahí, las dificultades de establecer cuándo se produce el nacimiento de esta disciplina, aunque puede considerarse que nació con Aristóteles y su obra Política. Se forma hacia 1850, era industrial, en Francia, como consecuencia de la toma de conciencia por parte del hombre de su “yo social”, de lo que para él significa la sociedad (entendiendo por tomar conciencia estudiar, no saber). Surge para conocer los hechos sociales de una forma científica, en la medida en que tengamos unos conocimientos científicos de lo social sabremos el conocimiento válido de cualquier hecho, creando así un verdadero saber científico. La Sociología se confirma como tal, de forma análoga a las diferentes ciencias, es decir, partiendo de la diferenciación con otras ciencias y de la especialización.

    Con la terminación de la Segunda Guerra Mundial, asistimos a un renacer de la Ciencias Sociales y a un resurgir de una vieja polémica que enfrenta, por un lado, a los sociólogos defensores de los clásicos y, por otro, a los sociólogos empiristas. Posteriormente en 1959, los sociólogos marxistas comienzan a participar en la Asociación Internacional de Sociología y, es a partir de entonces, cuando asistimos al diálogo de los ya mencionados defensores clásicos (sociólogos históricos o “presociólogos”) con los “sociólogos empiristas”, formados en las técnicas de investigación.

    El sociólogo cuantifica el hecho que intenta explicar, busca una explicación basada en hechos sociales, se trata de descubrir hechos sociales que no parecen serlo, como por ejemplo el suicidio, el matrimonio, el SIDA...

    Para ello se vale de una serie de preguntas entre las que encontramos las preguntas fácticas, que determinan o detectan los hechos sociales, las comparativas que relacionan las variaciones sociales, las genéticas que analizan la evolución social y las preguntas teóricas, las cuales explican los hechos sociales. Las investigaciones fácticas o empíricas se ocupan de cómo

    suceden las cosas, sin embargo, la sociología no consiste en una mera recopilación de hechos también deseamos saber por qué ocurren y, para hacerlo, hemos de plantearnos preguntas teóricas, a fin de lograr interpretar correctamente los hechos, descubriendo sus causas de cualquier tema en el que se centre un estudio particular.

    Marx opina acerca de la Sociología que su objeto son los factores básicos de producción: comprendiendo el hecho fundamental, comprendo el resto. La sociología inspirada por él (Sociología Histórica), tiende a una interpretación de la sociedad que sitúa a las sociedades en el devenir de la Historia Universal. Según la concepción marxista, el Capitalismo sucedió al Régimen feudal y de igual manera, de un modo inexorable, al Capitalismo le sucederá el Socialismo. Para Marx, tanto el sistema feudal como el Capitalismo, (una minoría propietaria de los medios de producción), se ha apoderado de la plusvalía... pero mañana, (con la implantación de la sociedad socialista) desaparecerán los antagonismos de clases y la plusvalía. Se trata de una concepción del mundo histórica, global, progresista y determinista, donde Marx pone énfasis en la dinámica social, en el cambio social. Para él, las leyes de evolución históricas se fundan en la teoría de las estructuras sociales, el análisis de las relaciones y fuerzas de producción, fundado en la teoría del “Materialismo Dialéctico”.

  • EL MARXISMO.

  • No resulta fácil ofrecer una caracterización precisa del marxismo. Y ello por una serie de razones, que podrían resumirse en dos preguntas: ¿qué es el marxismo?, y ¿qué se debe considerar marxismo?

    Contestando a la primera de ellas es obvio que el término “marxismo” encierra múltiples acepciones y que está en estrechísima relación con la producción teórica y la acción práctico-política de su fundador, Karl Marx. Es importante tener presente cuáles fuero, según Lenin, las tres “fuentes” de la obra de Marx: la filosofía clásica alemana, la economía política alemana y el socialismo revolucionario francés. En relación con estas tres fuentes, cabría señalar al menos tres sentidos del término “marxismo”.

    En una primera acepción, económico-sociólogica, el marxismo es una teoría de realidad social, o mejor, de una determinada sociedad y su peculiar modo de producción: la sociedad burguesa capitalista. En este aspecto, el marxismo es una crítica de la economía política y puede considerarse una “macrosociología”, y en último término, una teoría de la historia. El marxismo encierra así un momento de ”cientificidad”: pretende instaurar y fundar una ciencia.

    De otra parte, en su significado político, el marxismo es una práctica o acción revolucionaria encaminada a la transformación de la realidad y de la estructura económico-polílico-social. En este sentido lleva a cabo una crítica de la alienación en que vive el hombre, crítica hecha desde una teoría acerca de la naturaleza humana y de la sociedad. Incluso podría decirse que ”el gran objetivo” al que sirve toda formulación teórica del marxismo es la intervención práctica en el movimiento histórico. Este principio revolucionario, que da forma a toda su obra teórica, hasta los últimos escritos de su vida, ha sido expresado por Marx ya en su temprana juventud: “Los filósofos se han limitado a interpretar variamente el mundo; pero lo que importa es transformarlo”.

    En su significado “crítico-filosófico”, el marxismo es una crítica de la filosofía o, al menos, de una cierta idea y función de ella. La crítica marxista se ejerce principalmente sobre el idealismo de Hegel y el materialismo mecanicista de Feuerbach. El marxismo no es s´lo filosofía, sino que lleva a cabo una dura crítica de la misma y proclama sus superación y desaparición. Ello no quiere decir que el marxismo no sea también un filosofía; lo es y encierra toda una ontología.

    La respuesta a la segunda pregunta que nos hacíamos puede formularse de la siguiente manera:

    Por marxismo cabe entender la obra de Carlos Marx y, a decir verdad, junto a la del propio Engels. También puede considerarse marxismo tanto lo que, a partir de la producción de Lennin, cabe denominar “ escolástica soviética”, como las diferentes “lecturas” que en le siglo XX se han hecho de Marx, como por ejemplo la de Althusser, Sartre, interpretaciones como una “teoría crítica de la sociedad” llevada a cabo por la Escuela de Francfort o reflexionesy reapropiaciones como las de I ukács, Gramsci o Bloch.

  • KARL HEINRICH MARX.

  • BIOGRAFÍA.

  • (Mordecari era el apellido familiar judío). Nació en Tréveris (Alemania), concretamente en Renania en 1818, y murió en Londres, 1883. Las numerosas ambigüedades en que se desenvolvió su vida configuran una personalidad tan compleja como seductora.

    De familia burguesa acomodada, su padre era abogado, es bautizado a los seis años en la Iglesia Evangélica y enviado a los doce al Gymnasium (semejante a un instituto de bachillerato) de los padres jesuitas. Aunque su origen es judío, se convirtió por oportunismo al Protestantismo, sin embargo en el fondo era indiferente. Su infancia está rodeada de una atmósfera racionalista y arreligiosa. Estudia derecho en Bonn y Berlín, a la vez que

    preside con otros la “Unión estudiantil treverina de amigos de la juerga”. Participa en varios duelos.

    A los dieciocho años se promete en secreto con Jenny Von Westphalen. A partir de entonces, comienza a estudiar la filosofía hegeliana. Periodista, trabajó primero en la Gaceta Renana, funda en 1843 los Anales Francoalemanes y al año siguiente marcha, no de grado, a París, donde traba contacto y amistad con Friedrich Engels y publica “La Sagrada Familia”. Más tarde, viaja a Bruselas donde se le permite la estancia “sólo si se dedica a la filosofía” y escribe además de “Filosofía de la miseria” varias teorías sobre el conflicto social. Deseoso de tener hijos varones, ya que no mostraba gran aprecio por el sexo femenino, de sus ocho hijos -uno ilegítimo- sólo sobrevivirán tres hembras.

    Siempre perseguido por la policía, pasa de París a Berlín y Viena, viendo prohibidas sus publicaciones periódicas (Nueva Gaceta Renana). En 1848 escribe su obra más conocida “El Manifiesto Comunista”. Expulsado definitivamente de Prusia en 1849, reside en Londres, donde puede sobrevivir gracias a la desinteresada ayuda de una pensión mensual de Engels (fija a partir de 1856). Colaborador del New York Herald Tribune, intenta en vano emigrar a Estados Unidos. En 1866 se celebra el primer congreso de la Internacional Socialista, animada por Marx y, al año siguiente, aparece el primer libro de El Capital. En 1872 rompe definitivamente con los anarquistas de Bakunin, y en 1875 con el partido socialdemócrata de W. Liebknecht.

    Amigo fiel de sus amigos (aunque algo egoísta), pequeño burgués en costumbres y sensibilidad artística, intransigente hasta un grado máximo en lo referente a las “buenas costumbres” victorianas, político no demasiado hábil (consigue más escisiones que adhesiones), es sin duda, en el plano histórico, uno de los mayores genios de la humanidad.

    Su filosofía, a despecho de lo que hayan hecho de ella “sus seguidores”, quiso ser abierta y crítica: más un método de análisis que un sistema dogmático. Sus ensayos de economía política (fruto de casi veinte años de estudio ininterrumpìdo en la Biblioteca Nacional de Londres) son casi irreprochables desde el punto de vista científico. En él confluyen lo más granado de la filosofía clásica (Hegel), los hallazgos científicos de los economistas ingleses (Smith y Ricardo) y la utopía revolucionaria de los socialistas franceses (Fourier y Saint-Simon, entre otros).

    Este difícil equilibrio sólo podía mantenerse dinámicamente vivo gracias al poder de síntesis de Marx. A su muerte, el delicado juego de fuerzas comenzaría a tambalearse. De su odio a todo el dogmatismo dan fe las famosas palabras dirigidas a su yerno, Paul Lafargue: “Ce qu´il y a de certain

    c´este que moi, je en suis pas marxiste”. “Lo cierto es que yo no soy marxista”.

    A continuación citaremos algunos títulos pertenecientes a su amplísima obra como: La sagrada familia o Crítica de la crítica contra Bruno Baurer y sus consortes (1845), La ideología alemana (1845), Miseria de la filosofía (1847), La lucha de clases en Francia entre 1848 y 1850 (1850-59), El 18 de Brumario de Napoleón Bonaparte (1852-55), Crítica de la Economía política (1859), entre otros.

  • CONTEXTO HISTÓRICO.

  • Hasta mediados del siglo XIX, la Escuela de pensamiento Socialista mantuvo como centro de acción al “socialismo utópico”. Pero entre 1840-50, los conceptos de los socialistas utópicos fueron seriamente criticados por autores que tenían como misión transformar la sociedad, que querían un cambio fundamental en la sociedad humana. Entre estas críticas destacan las de Marx y Engels.

    “El manifiesto comunista” (1848), fue un encargo hecho a Marx por la Asociación Internacional de Obreros. Esta obra fue una interpretación del papel representado por la clase obrera del pasado, y lo que le espera en el futuro. También representa una llamada a los obreros para conseguir su emancipación y, mediante ella, lograr la libertad del género humano. Señalan la decadencia y desaparición del Socialismo Utópico y el advenimiento del Socialismo Científico. En este sentido, el verdadero autor de éste es Marx.

  • SU PENSAMIENTO.

  • VISIÓN A TRAVÉS DE SU VIDA.

    • Infancia y juventud (1818-1841):

    La unión entre el pensamiento y la acción es la tesis central del marxismo, Karl Marx la vivió antes de enunciarla. Es preciso situar su pensamiento en su vida y en su acción, a través de estas polémicas y luchas es como se precisaron sus ideas esenciales.

    Tras abandonar el estudio de Derecho por la Filosofía en Berlín, estudió sobre todo el pensamiento filosófico de Hegel (filósofo idealista) que falleció en esa misma ciudad donde era profesor unos años antes. Por entonces, aparecieron las obras de un filósofo materialista Feuerbach. (opuesto al

    idealismo). Marx se situará ante estos dos pensamientos, conservando del pensamiento idealista de Hegel la dialéctica y, del pensamiento materialista de Feuerbachl la interpretación del mundo, el materialismo. Este último había hecho de la Religión una crítica radical, denunciándola como una ilusión y Marx estaba preparado, por su niñez arreligiosa, a captar esta crítica de la religión.

    Carlos Marx reprochó tanto a Hegel como a Feuerbach, el no ser más que filósosfos, ya que no se trata solo de explicar el mundo, hay que transformarlo. La Filosofía no es sino un sucedáneo de la religión, una ilusión como ella.

    • De la Filosofía a la acción revolucionaria (1841-1848).

    Karl Marx ambicionaba una cátedra de Filosofía en Bonn, pero en Berlín se había unido a la oposición política; comprendiendo que era en vano esperar un puesto oficial, se lanzó al periodismo llegando a ser redactor jefe de la Gozatte Rhanane. El periodismo le llevó a tomar posición sobre la actualidad, su primer artículo fue sobre la libertad de prensa, sus primeras campañas por la defensa de los labriegos acusados de robo y por viñaderos miserables de la Marselle. Su periódico fue prohibido. En 1843 deja Alemania viajando a París, época que coincide con la 1ª Revolución Industrial, y después a Bruselas. Esta marcha es significativa, renuncia a continuar en Alemania una revolución política por medios políticos; la política es también una ilusión.

    Este intelectual burgués entra en contacto en París con la clase obrera, se forman asociaciones secretas y asiste a las reuniones. Escribe entonces: “Hace falta haber vivido cómo estudian los obreros. Hace falta haber comprobado su sed de instruirse; su energía moral y su marcha irrevocable hacia la evolución, para hacerse una idea de la nobleza humana de este movimiento”. Es entonces se unió a Engels,joven industrial alemán convertido al socialismo por la visión de la miseria obrera. Es él quien le orientará hacia los estudios de economía política.

    Desde ese momento Karl Marx está en posesión de su método, que no es otro que una aplicación de la dialéctica hegeliana a la historia. El sistema

    capitalista lleva en sí un germen de muerte, evoluciona hacia una catástrofe que será el fruto d su desarrollo y también de la acción revolucionaria del proletariado que tomó conciencia de sí mismo en el comunismo.

    Lógico con su pensamiento, se introduce en el movimiento obrero con el fin de preparar la revolución proletaria. En 1847 se adhiere a La liga de los justos que más tarde pasará a llamarse Federación de Comunistas. Durante el invierno de 1847-48, Marx y Engels preparan “El Manifiesto Comunista” donde, como ya hemos visto, se halla lo esencial del pensamiento marxista.

    • Al lado del movimiento obrero en su tarea liberadora (18848-1883).

    Después de su corta estancia en Francia y Alemania, Marx se instala definitivamente en Londres, donde llevará una vida precaria, llevando a cabo una labor encarnizada:

    • Primeramente, trabajo intelectual. Prepara los elementos de su obra maestra “El Capital”, de la cual no publicará más que el primer tomo en 1887, los otros dos son publicados después de su muerte por Engels.

    • También la acción revolucionaria. Representa un papel de guía en el movimiento obrero. Contribuye a la fundación de la Primera Internacional Obrera en 1864 en esta misma ciudad. Tendrá el doble cuidado de asegurar la unidad de movimiento obrero y de luchar contra las desviaciones: el cooperativismo del socialismo alemán de Loscalle, el reformismo del socialismo francés de Proudhon, el anarquismo ruso de Bakounine.

    La Comuna de París, donde el pueblo se hizo dueño provisionalmente del poder, le hizo reflexionar sobre ciertas condiciones de la revolución, en particular sobre la necesidad de la dictadura proletaria, al mismo tiempo que sobre la ciudad comunista. Antes de su muerte, tuvo el presentimiento de que sería Rusia, tal vez un día, la patria de la revolución.

    Aparecen así, a través de breves reseñas sobre su vida, las grandes líneas del desarrollo de su pensamiento.

  • DESARROLLO DEL MISMO

  • Podemos distinguir en el pensamiento de Marx su análisis de la realidad, donde denuncia las falsas soluciones al problema del hombre, a través de cinco alienaciones: la religiosa, filosófica, política, social y económica.

    • La alienación religiosa:

    Desde la terminación de sus estudios Marx es ateo, este ateísmo radical es definitivo, no lo pondrá nunca en duda sino que, en su acción, es llevado a denunciar que la religión es nociva. Su crítica de la Religión se desarrolla en tres etapas: Crítica del estado cristiano, Crítica del Estado laico y Crítica de la alienación religiosa.

    • Para Marx el Estado cristiano es contradictorio en tanto que Estado, el Estado cristiano no tiene necesidad de ser cristiano, su inspiración viene de la razón, no del Evangelio. Y, en tanto que cristiano, el Estado no es ya el Estado fundado sobre la razón, pues reemplaza la igualdad de derechos por los privilegios religiosos. El Estado cristiano no es, por tanto, un Estado verdadero. Hay que liberar al estado de la Religión y establecer la autonomía política.

    • En su crítica del Estado laico, Marx se pregunta si es suficiente conseguir un Estado laico permitiendo la religión privada y separar la Iglesia del Estado. Llega a la conclusión de que no es suficiente ya que el hombre permanece alienado e igualmente el Estado. Hay que ir más lejos y suprimir la Religión.

    • Según la crítica de la alienación religiosa, afirma que la Religión es una ilusión, es una solución ilusoria al problema del hombre ya sea bajo forma de resignación (todo se resolverá en el más allá) o, de justificación de las formas políticas y sociales existentes (lo que va mal es consecuencia del pecado original), es una conciliación ilusoria. No reconcilia al hombre con la Naturaleza ni al hombre con el hombre. Deja a éste dividido entre el cielo y la tierra, entre el individuo y la sociedad.

    • La alienación filosófica:

    Según Marx la filosofía es otra evasión posible, no es más que un sucedáneo de la religión y sirve como ella, para justificar las formas políticas. Depués de haber criticado el idealismo de Hegel, superó el materialismo de Feuerbach, critica la actitud filosófica misma y propone una actitud nueva que concilia el pensamiento y la acción: la praxis, criticar el mundo es prepararse a transformarlo, hay que pasar de la reflexión a la acción; de esta forma la Filosofía se suprime, realizándola. La crítica de la religión y de la filosofía llevan a la crítica del mundo profano, tres niveles: lo político, social y económico.

    • La alienación política:

    La crítica marxista se refirió primero a la sociedad política, es decir, al Estado (nivel de las relaciones públicas), al cual hay que diferenciarlo de la sociedad civil (nivel de las relaciones privadas). A los ojos de Marx, el Estado constitucional de 1879, es incapaz de conciliar los intereses individuales. Pretende reemplazar la arbitrariedad de los soberanos por una democracia pero queda el privilegio de una clase dominante, la burguesía, que tiende a oprimir a las otras. Esta democracia es política y no social, subsiste una desigualdad real de los ciudadanos, por ello hay que más lejos y buscar en el nivel de la sociedad civil la fuente de esta contradicción.

    • La alienación social:

    Los intereses particulares son inconcebibles en el nivel de la sociedad política, porque los individuos se oponen unos a otros como miembros de grupos sociales. La sociedad civil está dividida en clases sociales opuestas y esta ocasión es la proyección exterior de la división interior del hombre, que es fuente de una nueva alienación, la alienación social.

    La alienación social es a la vez esta división de la sociedad en clases opuestas, y de otra parte la idea que la sociedad es un todo, un cuerpo social donde las clases se completan. Esta idea de conciliación de las clases sociales se expresa en diferentes ideologías: del lado burgués el liberalismo económico, del lado del proletariado las diversas formas del socialismo. Todas estas conciliaciones no son más que ilusorias porque, la división de la sociedad en clases y la división del hombre en clase, burgués o proletario, es algo real cuya fuente, aún más profunda, habrá que buscar.

    La división en clases sociales responde, según Marx, a dos tipos de factores: la noción de clase y el número de clases. Se puede definir clase social mediante dos géneros de factores: los sociológicos, similitud y oposición, de género de vida (trabajo, habitación, técnica), de intereses (nivel de educación) y de cultura (modo de pensar, diversiones, mentalidad); y un factor psicológico: la toma de conciencia colectiva de esta solidaridad y de esta oposición, llevan a una representación, a una expresión en un movimiento. Karl Marx habla de un cierto número de clases, alta aristocracia, aristocracia financiera, burguesía capitalisat, pequeña burguesía, agricultores, proeltariado, infraproletariado... Pero en el momento en que redacta con Engels “El Manifiesto Comunista”, una cristalización se opera alrededor de dos polos, la burguesía, partido del Orden y el proletariado, partido de la Revolución. Esta evolución era necesaria, ya que estas dos clases, tienen una significación propia y un papel histórico privilegiado.

    La burguesía se origina a partir de tres acontecimientos: el descubrimiento de América (que trae el desarrollo del comercio y la supresión de los límites geográficos), la división del trabajo industrial (que permite la supresión de los límites técnicos) y el advenimiento del mercado industrial (que suprime los límites económicos).

    Beneficiada por esta revolución económica y disponiendo de una soberanía política absoluta, la burguesía juega un papel revolucionario:

  • Transforma profundamente la sociedad destruyendo todas las relaciones orgánicas antiguas (familias, corporaciones), dejando cara a cara los individuos relacionados exclusivamente con vínculos económicos.

  • Es una potencia de progreso indefinido, condenada al mismo, so pena de perecer. Necesita siempre ir adelante, mejorar las técnicas, abrir nuevos mercados, romper todas las barreras.

  • Así la burguesía tiende doblemente a que la civilización sea universal, por una parte considerando a los individuos todos iguales por otra, suprimiendo todos los límites. Este resultado es contradictorio, ya que la burguesía engendra otra clase también universal, el proletariado.

    Encontramos en “El Manifiesto Comunista” las siguientes palabras: “El desarrollo de la burguesía, es decir, del capital, tiene como contrapartida exacta el desarrollo del proletariado, la clase de los obreros modernos”.

    El proletariado es una clase universal, al igual que la burguesía, como ya hemos visto, pero esta universalidad es negativa. Es una clase esencialmente diferenciada en razón de:

    • la división del trabajo y de la introducción del trabajo parcelario;

    • la tendencia a tratar al obrero como un simple gesto de producción;

    • la deshumanización mediante la fábrica, que prepara la constitución de masas anónimas;

    • la uniformidad introducida por el mundo del trabajo en contra de todas las diferencias naturales y sociales que distinguen a las personas.

    En este carácter indiferenciado, masivo da el proletariado su universalidad pero, cuando la universalidad de la burguesía es una universalidad en la riqueza, la universalidad del proletariado es una universalidad en la pobreza. El proletariado es el reverso de la burguesía. En definitiva, es el proletariado el privilegiado; él tiene también un papel histórico revolucionario.

    Utilizado en un principio por la burguesía en su lucha contra la monarquía absoluta, el proletariado ha tomado conciencia de sí mismo y empieza a organizarse contra la burguesía. Puramente sindicalista al principio, se transforma en partido político. La clase proletaria tiene una significación histórica directamente opuesta a la de la burguesía, frente a la universalidad negativa, pero concreta.

    En esta lucha de clases es el proletariado el privilegiado por doble título:

    • su universalidad es real y concreta, cuando la de la burguesía es teórica y abstracta. La civilización burguesa es una promesa para todos peor solo teóricamente, ya que ella engendra el proletariado que le resulta extraño, mientras que el proletariado tiene efectivamente para sí el número y, alcanza progresivamente a todos los hombres.

    • Su universalidad es negativa, cuando la de la burguesía es positiva. Ésta una vez en el poder, se ha dedicado a conservar sus privilegios; el proletariado, que nada tiene, conquista el poder para edificar una sociedad en la que no existan ya privilegios.

    Las dos clases privilegiadas no sólo están opuestas, sino que son radicalmente hostiles, su esencia es la lucha por la abolición de la clase opuesta. La lucha de clases, es por otra parte, la ley de toda la sociedad que ha existido.

    “Hombre libre y esclavo, patricio y plebeyo, varón y siervo, maestro y artesano, y compañero, en una palabra opresores y oprimidos, estuvieron en oposición constante unos contra otros, y llevaron a cabo una lucha sin tregua, ahora disimulada, ahora abierta que, cada vez, terminaba la transformación revolucionaria de la sociedad entera o con la destrucción común de las clases en lucha”. (Manifiesto Comunista).

    Las conciliaciones ilusorias, para Marx, tiene tres partidas: el liberalismo económico, los falsos socialismos y el Socialismo y comunismo utópico.

    • De la parte burguesa: el liberalismo económico. El sistema económico, como el sistema social, marcha con la regularidad de las leyes de la naturaleza. Para que funcione bien, hace falta y basta, que cada una obre mirando su interés propio. De la anarquía de las naciones individuales nace el equilibrio del conjunto. Si hay crisis económicas, no son sino desórdenes pasajeros y aparentes que las leyes misteriosas de compensación se encargan de resolver.

    • De la parte del proletariado: los falsos socialismos, entre los que Marx destaca el socialismo reaccionario y el conservador o burgués.

    El primero de ellos, inspirado por la aristocracia, el clero o la pequeña burguesía, predica una vuelta a las normas del Antiguo Régimen. Es evidente que aunque su vuelta sea una utopía, nos llevaría a las alienaciones actuales.

    El socialismo conservador o burgués no pretende en el fondo más, que conservar el presente, suprimir las tareas más aparentes. No ha sabido analizar la situación actual y percibir la misión revolucionaria de un proletariado que prepara un futuro enteramente nuevo.

    - El Socialismo y el Comunismo utópico. Owen, inglés y, Saint-Simon, Fourier franceses, son teóricos del socialismo que han visto bien el antagonismo de las clases sociales pero, no han sabido discernir la energía propia del proletariado. No habían captado las condiciones materiales de la emancipación del proletariado. Son incapaces de llegar a una acción revolucionaria y no pueden hacer otra cosa que propagar un sistema ideal de vida social, solución abstracta, sin nexo con lo real. Es ilusorio buscar una conciliación de las clases al nivel de la realidad social.

    • la alienación económica:

    La oposición de dos clases de la humanidad es el reflejo de un hecho económico único, la producción capitalista que tiende perpetuamente a dividir a los hombres en dos grupos sociales opuestos. Según marx, el hombre está alienado en su trabajo, tanto el trabajador como el patrón.

    La alienación del trabajador está relacionada a varios factores:

    • En relación con el producto de su trabajo ya que, no sólo pertenece a otro sino que le avasalla, transformado en capital que lo explota. El obrero pone algo de sí mismo en el producto de su trabajo, pero este producto se le escapa y le oprime. El obrero es un desposeído, es una alienación. Tanto más trabaja el obrero, tanto más acrecienta este poder del capital que lo avasalla, cuanto más trabaja, más se empobrece.

    “El trabajo produce maravillas para los ricos, pero para el trabajador produce despojamiento. Produce los palacios, pero para el obrero produce tugurios” (Karl Marx).

    • En relación al acto de trabajo, el trabajo es exterior al obrero, no es una apertura espontánea de su energía, sino una actividad forzada, impuesta; no le pertenece a él, sino a otro que ha alquilado su fuerza de trabajo.

    • En relación a la naturaleza. Mediante su trabajo, el hombre debería entrar en relación con la naturaleza que es como su cuerpo orgánico. Por su trabajo el hombre debería realizarse a sí mismo humanizando la naturaleza. En el régimen capitalista, donde el producto del trabajo se le escapa, el obrero encuentra a la naturaleza enfrentada con él como una extraña y enemiga.

    • En relación al hombre, en lugar de unirlos en el trabajo, la producción capitalista los opone.

    La alienación del capitalista también está relacionada a varios factores: - En relación al producto del trabajo, ya que el trabajador recibe pasivamente un producto que no es fruto de su trabajo.

    • En relación a la actividad del trabajo, el propietario no tiene necesidad de trabajar, es el capital y el obrero quienes trabajan por él.

    • En relación con la naturaleza, no tiene ninguna actividad directa sobre la naturaleza.

    • En relación al hombre, conflicto con el trabajador.

    La alienación es mantenida porque la economía política clásica, la producción capitalista en nombre del postulado liberal: el orden económico es un orden natural e irreformable. El error de la economía política ha sido el estudiar de una manera estática los fenómenos de superficie, cuando se trata de analizar en profundidad la revolución del sistema (la producción capitalista y sus leyes de desarrollo).

    Éste es el objeto de “El Capital”, obra maestra de Marx. La fuente de la alienación se descubre al término de un análisis que estudia primero el valor, después la explotación capitalista.

  • SÍNTESIS DE SU SOCIOLOGÍA.

  • Es esta obra, “El Capital”, su verdadera aportación científica que, como se acaba de comentar, supone el estudio y el análisis de la sociedad capitalista.

    Marx debate a Hegel, ya que éste consideraba la sociedad civil como un reflejo del Estado, sin embargo, para Marx el Estado no es la encarnación de la idea, sino el reflejo de la sociedad civil.

    Por otro lado, la crítica que Marx hace a la religión parte del hombre. Es éste el que hace a la religión, y no a la inversa. El hombre no es abstracto, sino que vive inmerso en la sociedad y el Estado, por tanto, ambos son los que crean la religión, y ésta es una conciencia invertida del mundo. De ahí, que para Marx la lucha contra la religión deba empezar por la inversión del mundo. “La religión es el opio del pueblo -dice- y es preciso acabar con ella”.

    También plantea el punto de la emancipación política del pueblo alemán, que será la emancipación del proletariado a través de la emancipación de la filosofía. En este sentido, la superestructura social y política, ésta comienza por favorecer el desarrollo económico, aunque más tarde le pone trabas...

    Pero, ¿cuál es la función de “lo económico” en el proceso histórico? Engels lo aclara afirmando que Marx y él creen que el desarrollo económico es el que, en última instancia, condiciona el desarrollo histórico. El desarrollo político, jurídico, descansa sobre la economía: pero, a su vez, existen casos de acción y reacción recíproca en las que distintos sectores de la superestructura ideológica condicionan la estructura económica. No es, pues, cierto, qe la causa económica sea la única causa activa y, que la ideología sea un tipo de acción pasiva. Las relaciones políticas y jurídicas influyen sobre las la Economía, aunque antes es ésta la que ha creado las formas jurídicas. El factor ideológico desempeña un papel importantísimo dentro de la sociedad, pero “lo ideológico” ha surgido de “lo económico”.

    En cuanto a la lucha de clases nos encontramos con las siguientes ideas, aparecidas en “El Manifiesto Comunista”: Marx sostiene que toda la Historia de la Humanidad ha sido una historia de lucha de clases, lucha entre pobres, esclavos, patrones, maestros... en definitiva, entre opresores y oprimidos, llegando a su fin con la destrucción de una de las clases. La sociedad burguesa ha surgido de la sociedad feudal, ha creado nuevas clases, nuevas condiciones de opresión, que han sustituído a las antiguas. De este modo, distingue en la sociedad dos clases o categorías: La capitalista y la obrera.

    Para Marx, la lucha de clases no es negativa, sino que es fundamental para las grandes transformaciones sociales, y sólo puede ser resuelta mediante la abolición del capitalista. Es de aquí de donde parte su análisis de la sociedad capitalista: la existencia de las clases sociales está relacionada con determinadas luchas históricas que acompañan al desarrollo de la humanidad; añade también que la lucha de clases, conduce a la dictadura del proletariado (fase de transición hacia la sociedad sin clases). La explotación de unas clases por otras es lo que da origen a esa lucha que provocará el antagonismo de clase, que no es otra cosa que la acción revolucionaria. Y es este antagonismo el creador de la conciencia de clases, que es la conciencia de la comunidad de intereses de una clase determinada, que aparece en el transcurso de la lucha de clases.

    En lo referente a la división de los individuos que componen la sociedad capitalista, Marx distingue a: capitalistas (poseedores de los medios de producción), proletariado (no poseen ningún medio de producción, venden su fuerza de trabajo) y pequeños empresarios (poseen sus medios de producción trabajados por ellos mismos). Esta última clase sería, de acuerdo con el esquema marxista, la clase media, que oscila entre capitalistas y proletariado.

    Según Marx, de todas las clases que luchan contra el Capitalismo, la única clase auténticamente revolucionaria es la proletaria ya que, la clase media, amenaza con su manejo al proletariado para luchar contra la burguesía y el capitalismo supone también una amenaza contra las clases medias... Sin embargo, la clase media es reaccionaria, no revolucionaria.

    Otra clase que se ajusta dentro de su sistema, el “lumpenproletariat” al que define como “esa podedumbre pasiva, ley de la vieja sociedad”, es la contrarevolucionaria, en servicio del sistema capitalista. Las condiciones de sistema de la vieja sociedad, están abolidas por las condiciones de existencia del proletariado. Para esto la moral, las leyes, la religión, son prejuicios burgueses ,detrás de los cuales, se esconden intereses burgueses.

    Sin embargo, la clase verdaderamente revolucionaria, la única capaz de abolir el Capitalismo es sin duda, para Marx, el proletariado, cuyo mito es de alcance mundial.

    Todas las clases que a lo largo de la Historia se han hecho con el poder, han colocado en el centro del sistema su modo apropiación. Según Marx, la llegada de los proletarios al poder llevará la destrucción de cualquier tipo de apropiación y, deberá destruir toda garantía privada. Los mitos históricos han sido mitos de minorías; pero el mito del futuro será, a su parecer, de inmensa mayoría.

    El Estado, dice Marx, es producto de la lucha de clases. Surgió al llegar un cierto momento de desarrollo en la sociedad, en el que ésta crea un órgano superior en el que se desintegra la propia sociedad. El Estado se convertirá en “estado” de la clase dominante, de tal forma que, en lo que en principio es un órgano para evitar los ataques internos y externos, se convierte en un órgano de coacción de la clase poseedora de los medios de producción.

    Así pues, al surgir el Estado como órgano de la clase dominante, surge una ideología, el Socialismo, que tenderá a destruir el Estado burgués para implantar el Estado proletario a través de la colectivización de los medios de producción. Así, el Estado abolirá las clases y se suprimirá luego a sí mismo. A continuación, confiscará los medios de producción, lo cual, será el último acto de Estado como tal. En esta situación, las relaciones sociales irán perdiendo fuerza y el gobierno sobre las personas será sustituido por la administración de las cosas y por una gestión directa sobre los medios de producción. Después, el Estado no necesita ser destruido porque sólo organiza... en este sentido debe haber, según Marx, una fase de transición.

    Cuando desaparezca la dominación del hombre por el hombre no habrá clases sociales, ni tampoco habrá Estado; pero para llegar a esto, debe haber una transición que está representada por la vanguardia de los partidos obreros.

  • COMENTARIO DE TEXTO.

  • “El problema de si puede atribuirse al pensamiento humano una verdad objetiva no es un problema teórico, sino un problema práctico. Es en la práctica donde el hombre debe mostrar la verdad, es decir, la realidad y el poder, la terrenalidad de su pensamiento. La disputa en torno a la realidad del pensamiento -aislado de la práctica- es un problema puramente escolástico.

    La teoría del cambio de las circunstancias y de la educación olvida que las circunstancias las hacen cambiar los hombres y que el educador necesita, a su vez, ser educado. Tiene, pues, que distinguir en la sociedad dos partes, una de las cuales se halla colocada por encima de ella. La coincidencia del cambio de las circunstancias con el de la actividad humana o cambio de los hombres mismos, sólo puede concebirse y entenderse racionalmente como práctica revolucionaria”.

    La ideología alemana

    Karl Marx

    Este texto pertenece a la obra de Carlos Marx La ideología alemana escrita en 1845, en colaboración con Engels, en el cual se recogen dos tesis sobre Feuerbach. A través de las tesis, Marx realiza una crítica a Feuerbach en éstas, concretamente, denuncia que el problema del pensamiento humano no es teórico, sino práctico, es decir, que el cambio de las circunstancias, de la realidad, del hombre, sólo puede concebirse como práctica revolucionaria y no como puramente teoría.

    Para Marx, la historia en su totalidad es el resultado de procesos que tienen que ver con factores económicos y formas de producción. En la medida en que cambian los modos de producción, cambian consiguientemente la sociedad, las formas de vida, las relaciones humanas, etc. De hecho, en la sociedad de clases, el proletariado es cada vez más alienado porque el salario paga sólo una mínima parte del valor de su trabajo, quedando la principal parte o plusvalía a favor del capital. Por eso la sociedad de clases es cada vez más alienante para capitalistas y proletarios.

    Piensa que la ideología es el lenguaje propio de la sociedad de clases por el que se ocultan o disfrazan las condiciones reales (alienadas) en las que vive el hombre trabajador. Ésta se expresa por medio del lenguaje, de los sistemas políticos, filosóficos, doctrinas religiosas, etc. Que concurren en la sociedad de clases, presentándola como legítimos y aun necesarios para la vida del hombre, y que, de hecho, no son sino la máscara que disimula los intereses de las clases más fuertes e interesadas en explotar al hombre trabajador.

    Marx entiende que solo una revolución haría retornar al hombre a su condición de ser consciente y práctico (práxico, diría él), superando así todas las alienaciones originadas en la sociedad de clases. Esta revolución, como primer paso, elevaría el proletariado al poder (lo que sería la dictadura del proletariado). Se haría así posible, a su juicio, la sociedad comunista: aquella en la que el trabajo no se encamina a beneficiar a nadie sino a todos, a través del desarrollo humano de la naturaleza.

  • COMENTARIO PERSONAL.

  • Este trabajo me ha resultado interesante puesto que, aunque este autor es para mi bastante conocido, lo era más a través de otras miras como la historia o la filosofía, quizás por eso lo elegí. Me ha parecido también muy acertado precisamente esto último, es decir, el poder escoger entre varios personajes facilitando y ajustándonos cada cual a sus posibilidades o recursos.

    En lo referente al trabajo en sí, a Marx, poco cabe añadir ya que la realidad salta a la vista. Ha sido uno de los grandes pensadores y revolucionarios que ha dado la historia y, aunque los hechos han dejado constancia del gran fracaso de su pensamiento, creo que su idea, en el fondo, del cese de desigualdades y privilegios es bastante buena, independientemente, claro, de que su puesta en práctica no diese resultado.

  • BIBLIOGRAFÍA.

    • J. M. Navarro Cordón, T. Calvo Martínez; Historia de la Filosofía, Anaya.

    • Textos COU Filosofía, Editorial Coloquio.

    • La ideología alemana. Karl Marx.

    • Grandes científicos de la Humanidad. Espasa.

    • Gran diccionario enciclopédico Reader´s Digest.

    • Diccionario de la lengua española Espasa Calpe.

    • Otras fuentes:

    - Fotocopias y apuntes de clase de varios niveles: bachiller, COU y universitarios.

    - Internet: información obtenida en Google.

    Sociología

    Karl Marx

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    Enviado por:Elisa
    Idioma: castellano
    País: España

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