Filosofía y Ciencia


José Ortega y Gasset


BIBLIOGRAFÍA

José Ortegga y Gasset ¿Qué es filosofía?

José Ortegga y Gasset

Revista de Occidente; Madrid; novena edición;

264 páginas;18x12x1,5;cartoné

ÍNDICE

Lección I(15-29);Lección II(31-48);Lección III(49-70); Lección(71-74); Lección IV(75-96); Lección V(97-120); Lección VI(121-154); Lección VII(155-166); Lección VIII(167-186); Lección IX(187-214); Lección X(125-236); Lección XI(237-264)

RECENSIÓN

Ortega nace el 8 de mayo de 1883 en una familia de la alta burguesía. Cursa estudios en Málaga y Universidad Central de Madrid. Pero fueron determinantes para su formación los tres viajes a Alemania, donde estudian el idealismo. En 1908 es nombrado catedrático de Psicología, Lógica y Ética de la Escuela Superior de Magisterio de Madrid, y en 1910 catedrático de Metafísica de la Universidad Central de Madrid.

En 1916 se va a la Argentina, de gran importancia en su trayectoria profesional. En 1921 publica en forma de libro su diagnóstico de la situación de España (España invertebrada). Y en 1923 ofrece el análisis de su época (El tema de nuestro tiempo). Esta es fruto de la nueva sensibilidad que advierte en el siglo XX. Su ruptura con la Dictadura de Primo de Rivera tiene lugar en 1929 con ocasión de su famoso curso ¿Qué es filosofía? En 1930 publica La rebelión de las masas que tiene una gran repercusión internacional. Es Promotor de la Asociación al Servicio de la República. Muere el 18 de octubre de 1955.

LECCIÓN I

La filosofía no la entendemos como hace años y esto es debido a su situación. Hoy en día se encuentra en el espíritu colectivo, a diferencia de hace años. Últimamente hay un mayor interés por esta ideología, ya que sentimos la necesidad de conocer ideas para llegar a ser más felices. Esa necesidad es la cara de la felicidad y puesto que todos queremos llegar a ser felices, esto lo conseguiremos comprando libros para que nos ayuden a encontrar dicha felicidad. De ahí a que en nuestro tiempo queramos y nos complazca filosofar. ¿Qué es la filosofía? A ello debemos contestar mediante el análisis de la acción filosófica. El filósofo deberá, extremar su propio rigor metódico al investigar y perseguir lo que va a formar parte de sus verdades, pero que al decir dichas verdades deberá huir de los tecnicismos. Hoy la filosofía, es muy diferente según distintas generaciones y decimos que la verdad cambia. Esa verdad es para nosotros ahora creíble e increíble para el mañana. En nuestro pensamiento encontramos que puede desaparecer, mientras que su contenido permanece allí. Pero eso no quiere decir que esos contenidos sean siempre ciertos. Pero ello no quiere decir que las verdades sean siempre ciertas puesto que no permanecen por siempre. Entre los años 1840 al 1900 surge una corriente antifilosófica que no llega a acabar del todo con la filosofía y queda así reducida hasta el mínimo, hoy existe un claro afán de que esa filosofía volviera a su máximo.

LECCIÓN II

La explicación de estas variantes del modo de pensar filosófico, político es igual que si nos preguntamos, por qué el hombre cambia de opinión, de sentimientos, de modo de actuar. Para dar respuesta a ello es preciso que cambie la generación. En todo presente coexisten tres generaciones que son: jóvenes, hombres maduros y viejos. Todos ellos conviven en el presente quieran o no. Todos ellos son contemporáneos ya que, así la historia no se detendrá. Por lo que una generación es una moda integral que se fija imborrable sobre el individuo. Dicho individuo se encuentra unido a una generación, de la que va a poder salir a través de una tendencia propia del organismo. Ya que un adulto espera el futuro como si fuera su muerte. Así que solamente aquellos que tengan ganas por vivir podrán mantener su juventud a un lado y conservarla por más tiempo que aquellos que solo esperan morir. Esa acción de prever de la física es la que define la verdad del conocimiento. Según las conquistas de la técnica la verdad será el precipitado intelectual de la utilidad práctica. Los filósofos llegaron a considerar que la física era más importante que el propio filosofar y por ello redujeron la filosofía a un mínimo a través del cual se explicaba la física, pero no su conocimiento. Así la física llegó a ser importante no tanto por su conocimiento como por la gran aceptación social que tuvo.

LECCIÓN III

La filosofía, como bien afirmaban los científicos, no es una ciencia, sino que es mucho más que la ciencia.

Este razonamiento volvió a dar a la filosofía su prestigio, pero además de esto, otro hecho fue determinantes para que acabase con esa época de antifilosofía y son que durante esa época de antifilosofía, la filosofía quedó reducida a la teoría del conocimiento, pero no explicaba en verdad lo que era, faltaba la palabra de la secreta convención.

Por último, se forma una nueva actitud, en la cual, cada ciencia no tiene por qué ser la totalidad entre las demás cada una puede recluirse en su propio recinto y órbita. La física

fue superada recluyendo su conocimiento físico así como los experimentos, los cuales, se

relacionaban con la naturaleza, en su propia órbita. Acepta su limitación, cada ciencia se independiza y no acepta su jurisdicción.

LECCIÓN IV

Encontramos dos tipos de verdad: la filosófica que es inexacta pero suficiente y es, por tanto, más verdadera que la verdad científica que a pesar de ser exacta es insuficiente.

Ya que una verdad puede tener muy poco de verdad y ser exacta, esta sería la respuesta a por qué la verdad filosófica es más verdadera que la verdad científica, ya que en esta última la exactitud de las verdades se ve en aquellos objetos que están sujetos a valores meramente estadísticos y, por tanto, ese valor sólo es probable.

El extenso Universo: para analizarlo, el filósofo a de situarse ante él con una actitud distinta a la que adopta el científico. El Universo es todo cuanto hay, entonces él interesará la totalidad de cuanto hay y considera las cosas en cuanto que son. En la ciencia, en cambio, no se tiene en cuenta un aspecto que es la conciencia del problema, sólo se buscan soluciones. Los problemas los plantea la vida, estos problemas son prácticos, son aquellas actitudes mentales en que proyectamos una modificación de lo real. Cuando nos planteamos problemas teóricos, la teoría empieza negando la realidad. Es entonces, la actividad teórica, la que se encarga de negar al ser y al negarlo convertirse en problema y este hace que nos planteemos problemas teóricos. Por lo que un ser sin deseos, necesidades, gustos que solamente tuviera problemas teóricos, nunca tendría problemas prácticos.

La filosofía es el conocimiento llevado a su máximo intento ya que es el único problema absoluto. Este problema lo admitíamos como insoluble tal vez el Universo o cuanto hay es incognoscible y esto sería por dos razones: o bien porque nuestra capacidad de conocer es limitada, o bien, porque el Universo sea opaco al pensamiento.

Entonces, filosofía es un conocimiento del Universo o de todo cuanto hay, pero al partir ni sabemos qué es lo que hay, ni si lo que hay forma Universo

LECCIÓN V

La única necesidad es la que sentimos de ser lo que somos. La filosofía no se busca por una razón de utilidad. Cuando vemos nuestro ser es solamente un pequeño trozo que todos juntos son nuestra realidad.

La filosofía es el conocimiento del Universo o de todo cuanto hay, y no da nada por sabido anticipadamente. La filosofía es autonómica, ya que es una ley intelectual de sí misma. Toda la filosofía es paradoja, se aparta de la opinión natural que usamos en la vida, porque considera dudosas las creencias. El filósofo no se sumergirá simplemente en

el materialismo del físico sino que buscará de la materia su valor como pieza del Universo y dirá la verdad última de cada caso(ese es el principio de Pantonimio)

LECCIÓN VI

No vamos a vivir las cosas, sino simplemente a contemplarlas.

El género de convicción es tan fuerte en los ámbitos donde vivimos, que la convicción de la filosofía idealista no podrá nunca comparársela en fuerza bruta psicológica.

La convicción científica, viene desde fuera. En esa periferia, está la inteligencia pretenden reflejar nuestro ser.

La inteligencia es la en todos, aunque unos tengan de ella mayor porción que otros. La inteligencia en vano pretenderá luchar en forma de convicción con las creencias irracionales, habituales.

Parejamente, siempre el hambre y sed de comer y beber será psicológicamente más fuerte que el hambre y sed de justicia. Las funciones vegetativas fallan menos que las sensitivas, y estas, menos que las voluntarias y reflexivas.

La idea no puede luchar frente a frente con el instinto tiene que domesticarlo y conquistarlo. La idea usa la táctica inmortal de la feminidad que busca imponerse atmosféricamente.

Frente al radical vivir la teoría es juego, no es cosa terrible, grave, formal. Todo el mundo, hombre o mujer, debe aspirar a ese fin y hacer de los más bellos juegos el verdadero contenido de su vida.

La cultura vive, florece y fructifica en temple espiritual en jovialidad. La jovialidad

es el estado de ánimo en que suele estar la cultura.

“Lo sabemos por Fausto: Gris, caro amigo, en toda teoría, y verde el árbol áureo de la vida.” El gris es el ascetismo del color.

El pensamiento filosófico tenía que cumplir dos leyes u obligaciones: la de ser autónomo, no admitiendo ninguna verdad que él mismo no se fabrique, no contentándose definitivamente con ninguna posición que no exprese valores universales.

Una teoría sólo es de verdad cuando se compone de evidencias y por evidencias procede. La teoría se compone de combinaciones, de conceptos, de juicios. La verdad es

la coincidencia entre el hablar sobre una cosa y la cosa misma de que se habla.

Juicio es verdadero en la medida en que las cosas de que habla puedan verse. Y cuando aceptamos la verdad entendemos que el juicio es una verdad evidente.

La evidencia no tiene nada que ver con lo sentimental. La evidencia, por el contrario, es el carácter que adquieren nuestros juicios cuando lo que en ellos afirmamos, es porque lo hemos visto.

Así el positivismo tenía razón en cuanto exigía lo positivo, pero aparte de esto, acusamos al positivismo de círculo vicioso. Porque dice que nada podemos decir que existe si no nos es presente, y por presente entiendo ser sensible. Pero el positivismo se encierra en un círculo vicioso.

No hay más verdad rigorosa que las verdades fundadas en evidencia, implica que para hablar de las cosas tenemos que exigir verlas.

La palabra intuición quiere decir presencia inmediata. Así comparamos el modo de estarnos presentes con tres objetos: el color, la naranja y el esferoide.

El radicalismo de la filosofía no la permite aceptar para sus frases otro modo de verdad que el de total evidencia fundado en intuiciones adecuadas.

La Doxa es la opinión espontánea. La filosofía se ve obligada a desasirse de ella ir tras ella o bajo ella en busca de otra opinión, de otra Doxa más firme que la espontánea.

Hay, pues, que distinguir estas tres clases de cosas: las que acaso hay en el Universo, las que creemos erróneamente que hay, pero que, en verdad, no las hay, y aquellas de que podemos estar seguros que las hay.

Los datos son los que no es problema. Los datos nos dan una realidad insuficiente, nos presenta algo que se contradice.

Para que el pensamiento actúe tiene que haber un problema delante y para que haya un problema tiene que haber datos.

Pero la filosofía tiene que extremar su heroísmo intelectual y llevar al superlativo el rigor.

LECCIÓN VII

Hay una nueva división de dos tipos en el gran grupo de las tres clases de cosas: unas veces afirmamos que un objeto existe fundándonos en un razonamiento. Esta seguridad por inferencia, llega a afirmar la existencia de un objeto partiendo de otra seguridad previa en la existencia de otro objeto. Para afirmar por inferencia hay que partir de una seguridad más radical.

La duda metódica, ha desgastado la solidez, la seguridad del mundo exterior y lo ha volatilizado.

Las cosas, la naturaleza, no tienen existencia evidente, no es dato radical, ese mundo que nos rodea resulta ser de existencia sospechosa.

La filosofía comienza por decir que el mundo exterior no es dato radical, que su existencia es dubitable y que toda proposición en que se afirme la realidad del mundo externo necesita ser probada.

¿Qué queda entonces en el Universo? Queda la duda, con este pensamiento inicia Descartes la filosofía moderna.

Dudar significa parecer que algo es dudoso y pensarlo es la misma cosa. La duda es un pensamiento. El pensamiento es la única cosa del Universo cuya existencia no se puede negar ya que es el hecho primario del Universo.

El pensamiento es el dato radical, porque el pensamiento se tiene siempre a sí mismo no por lo que la duda tiene especialmente de duda resulta imposible dudar de ella sino

porque es uno de tantos pensamientos.

La idea de la subjetividad es el principio básico de toda la Edad Moderna, pero la idea de la subjetividad es tan enorme que no podemos hacernos ilusiones de superarla fácilmente.

La resolución de la duda universal es sólo el anverso de otra resolución más positiva: la de no admitir como contenido de la ciencia sino lo que podamos probar.

Para la teoría la verdad primera sobre lo real es que, el pensamiento existe y no podemos partir de la realidad del mundo exterior.

El pensamiento cartesiano consiste en ser para sí, en darse cuenta de sí mismo, en ser para dentro de sí propio, en reflejarse en sí.

LECCIÓN VIII

El descubrimiento de la conciencia, subjetividad, del yo se pudo hallar entre esas cosas si existen o no en el Universo, una cuyo modo de ser la diferenciaba del resto, y esta era el pensamiento. Cuando decimos que una cosa existe nos referimos en cuanto estar ahí, en cambio, si nos referimos al pensamiento decimos que existe cuando y porque me doy cuenta de él, cuando lo pienso.

Toda realidad de las cosas que vaya más allá de la que derivada de primacía que poseen como contenidos de la conciencia. Será que el mundo exterior está en nosotros, es nuestra representación y la realidad es idealidad que existe sólo en el pensante, el consciente. Aparecen, por tanto, los estados de subjetividad.

La subjetividad se descubrió como tal del pensamiento en su interioridad por el hombre moderno.

La naturaleza, plantea constantemente problemas de subsistencia y defensa. Eso significa que el hombre que vive más en la naturaleza, atiende más a lo visible y tangible, pero en ocasiones, instantes meramente fugaces, se atiende a sí mismo. Esta es lo que podemos llamar la actitud natural de la conciencia.

Según el espiritualismo de Aristóteles, los astros tienen alma, conciencia. El hombre antiguo descubre esa alma partiendo desde fuera, desde el exterior, y por ello, interpreta la percepción sensible y la vida intelectual. Entonces, tenemos que el cristianismo y el modernismo son opuestos. Ya que no se aceptará el uno al otro.

Las dos raíces de la subjetividad moderna son:

Escepticismo negativa y Cristianismo positiva.

Son inseparables. El escepticismo enseña al hombre a no creer en la realidad del mundo exterior y a desinteresarse de él. Mientras que el motivo positivo, el cristianismo, tiene interés por la subjetividad para que esta retraiga sobre sí la atención y se instale en el primer plano.

LECCIÓN IX

Damos, el idealismo, del cual no vamos a retroceder ya. Sean cuales sean nuestros designios, hoy iremos más allá del idealismo y lo vamos a conservar.

En la tesis idealista el yo, se traga el mundo exterior, el yo idealista es un tumor. En el caso del yo moderno, este se ha tragado el mundo y se ha quedado solo. El idealismo casi consigue convencer al hombre de que el medio en el que vive solamente era imagen suya y él mismo. Por otro lado, la mente primaria, nos presenta todo eso como una realidad distinta de nosotros. Si fuese así como creyéramos, todo sería una gran desilusión.

Debemos liberar al yo de su prisión, curar su ensimismamiento, intentar su evasión.

La verdad sólo desciende sobre quien la pretende. Se desea una determinada verdad y se deja atrás a sí mismo y va a buscar la verdad. El hombre se hace o bien ilusiones o bien desea la verdad.

El problema de nuestro tiempo es intentar superar el idealismo. El Cosmos, es lo que nosotros primero tomamos como real. En el caso del filósofo antiguo, busca el ser de las cosas e inventa conceptos que interpreten su modo de ser. Para el idealismo, el Cosmos tiene una realidad, de ser verdaderamente primordial.

Toda cosa tiene un carácter estático y consiste en un ser quieto, es una cosa inmutable, invariable movimiento. Carecemos de conceptos adecuados y del idioma necesario para poder entender el pensamiento, debemos, reformar la idea del ser.

El pensamiento consiste en una reflexión. Esa reflexión, a su vez, no es sino un pensamiento sin más ser o realidad que ser pensada.

Para que un pensamiento exista, basta con que lo piense, dándole ser y con ello, ejecutándolo.

El idealismo trata de encontrar distintos modos de ser que le permite acabar su tesis, encontramos que del sujeto del pensamiento pasamos al objeto. Buscando aquello que es aceptable e inaceptable en la tesis del idealismo encontramos que: es aceptable que la presunta realidad externa del mundo es sólo una realidad en sí, independiente de mí es muy problemática. El idealismo tiene una problemática en el hecho de situar el mundo exterior. Según esto, o tiene una realidad absoluta fuera de mi o la tiene en mí. Analizándolo se ve claramente que, al no poder yo salir de mí mismo, reconoceremos su existencia en mí, como contenido mental. Pero anteriormente a esto, el idealista debería haberse propuesto lo siguiente: el que si tiene sentido llamar a ese teatro contenido de la conciencia o mental o más bien cuadrado redondo. Pronto se advierte el absurdo de esto y el idealista se defiende retirando la expresión teatro-contenido de la conciencia y diciendo esta otra lo que es contenido de mi pensamiento o conciencia es solamente mi pensar el teatro, la imagen o el imaginar. El teatro estará entonces, no dentro de mi pensamiento formando parte de él, pero tampoco fuera de mi pensamiento, está junto, inseparablemente junto a mi pensarlo. Yo soy frente a ese teatro, soy con el mundo, somos el mundo y yo. Y entonces podremos decir que el mundo no es una realidad subsistente en sí con independencia en mí, sino que lo es para mí o ante mí. El mundo será solamente un ser aparente y no hay porqué buscarle una sustancia tras esa apariencia.

Según el idealismo sin objetos no hay sujeto, este fue el error principal del idealismo, convertirse en subjetivismo. El error fue hacer que entre el yo y el mundo se estableciese una relación de independencia.

Al buscar el dato radical del Universo, encontramos que hay un hecho primario y fundamental, ese hecho es la existencia conjunta de un yo o subjetividad y su mundo. Al hallarme a mí hallo siempre frente a mí un mundo.

Por tanto el dato radical no es propiamente mi existencia sino que es mi coexistencia con el mundo.

LECCIÓN X

Hemos hallado una realidad radical nueva, para lo cual los conceptos de realidad y de ser tradicionales no sirven. Con esta realidad nueva, se inicia la idea de nuevo ser, de una

ontología nueva de una nueva filosofía. Siguiendo la ruta seguida hasta llegar con el vivir como dato radical nos encontramos con lo siguiente: la existencia de las cosas como existencia independiente de mí es problemática, por consiguiente, abandonamos la tesis realista de los antiguos. Es indudable que yo pienso las cosas, que existe mi pensamiento y que la existencia de las cosas depende de mí, es mi pensarlas; esta es la porción firme de la tesis realista. El idealismo nos dice que las cosas que pensamos dependen de nosotros. Esta es la que no aceptamos, puesto que es un contrasentido a lo anteriormente dicho. Por tanto, la verdad es la coexistencia del yo con el mundo. Existir es principalmente coexistir, es ver yo algo que no soy yo, amar yo a otro ser, sufrir yo de las cosas.

El error del idealismo fue que aceptó el sentido tradicional de ser y existir diciendo que El ser que para ser no necesita ningún otro o que el ser sustancial es el ser suficiente.

El único ser indubitable que hay es la interdependencia del yo y de las cosas, por tanto el ser indubitable no es el suficiente sino el ser indigente. Ser es necesitar lo uno de lo otro.

El vocablo vivir se aproxima a un sencillo abismo sin frases, no se enmascara.

Hallaremos, una serie de atributos de la vida. Vivir es lo que hacemos, es esa realidad extraña, que tiene el privilegio de existir para sí misma. Es el descubrimiento incesante que hacemos de nosotros mismos y del mundo de alrededor.

El mundo en que al vivir nos encontramos está compuesto de cosas agradables y desagradables. Originariamente, se decía que el cuerpo es algo que nos resiste y estorba o bien nos sostiene y lleva; el mundo es lo que nos afecta. Y vivir es hallarse cada cuál a sí mismo en un ambiente de temas, de asuntos que le afectan.

Nuestra vida consiste en que la persona se ocupe de las cosas o con ellas y, por ello, lo que nuestra vida sea depende tanto de lo que sea nuestra persona como de lo que sea

nuestro mundo. Vivir no es entrar por que nos apetece en un sitio, nuestra vida es siempre una sorpresa, no nos anuncia lo próximo... decimos entonces que nosotros vivimos sosteniéndonos en vilo a nosotros mismos, llevando nuestra vida por entre las esquinas del mundo. En todo instante tenemos un problema, de cualquier tipo y magnitud que hemos de resolver sin que quepa transferir la solución a otro ser, es decir, sin antes haber estado resuelto. Entonces, en todo instante, nos sentimos obligados a optar por cientos de posibilidades que determinarán el rumbo que lleva nuestra vida.

LECCIÓN XI

El espíritu, para vivir, requiere negar su propio pasado, pero no puede hacer esto, si a la

vez, no lo mantiene vivo en su interior. Ya que si lo matase de una vez por todas no podría seguir negándolo y superándolo a la vez y se tendría que empezar de nuevo. Superar es heredar y añadir.

Hallamos que podemos decir que nos encontramos en un nivel superior a la antigüedad ya que en esta no se planteó el problema de los datos radicales y podemos decir que

hallamos que no es la conciencia, el sujeto, sino la vida que incluye al sujeto y al mundo, esto hace que escapemos del idealismo y alcancemos un nivel superior.

La primera categoría sería el vivir, ya que me doy cuenta de mí en el mundo, del yo y del mundo.

La teoría(consecuencias que se aplican la filosofía) y su modo extremo es el ensayo que la vida hace trascender, desocuparse, desvivirse, desinteresarse de las cosas. Desinteresarse es interesarse en la identidad personal de cada cosa, es dotarla de independencia, de personalidad.

Nuestra vida se anticipa, no se nos da hecha. El mundo vital se compone de cada instante para poder hacer las diferentes cosas. Las posibilidades de lo que podemos hacer no son limitadas y hay que decidirse, y para que eso tiene que haber a la vez limitación. Toda nuestra vida se decide a si misma. La vida es fatalidad y libertad. La fatalidad nos ofrece posibilidades que a su vez nos ofrecen diferentes destinos. Nosotros lo que hacemos es decidirnos por un destino (vivir es nuestro destino). La vida es, a la vez, fatalidad y libertad, es posibilidad limitada.

CRÍTICA ARGUMENTADA

Los argumentos que da José Ortega y Gasset en el libro ¿Qué es filosofía? sobre que es la filosofía y de qué trata en realidad la filosofía.

A su vez me ha resultado muy difícil de entender ya que el libro es bastante extenso, y también el autor incorpora algunas argumentaciones de filósofos griegos (Platón, Aristóteles), son muy difíciles de entender ya que algunas no están traducidas y no poseo conocimientos para traducirlas, y las que están traducidas no las entiendo en su mayoría.

Pero en conclusión en libro me ha servido para darme cuenta de cómo puede ser otra manera de ver la vida, y como se puede cambiar la vida según la manera de la que la mires.




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Enviado por:Nufema
Idioma: castellano
País: España

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