Geografía
Isla Chiloé
DEPARTEMENTO DE HISTORIA
COLEGIO CAHUALA
INTEGRANTES: FERNANDO BRAHM
RODRIGO CASTILLO
GUILLERMO ROA
CURSO: 1° MEDIO
-2000-
Índice
Introducción....................................................................................................2
Historia cultural de Chiloé...........................................................................3
Prehistoria.......................................................................................................7
Descubrimiento del archipiélago..............................................................10
Toma de posesión.........................................................................................12
Ocupación de Chiloé.....................................................................................17
Civilización de los aborígenes....................................................................19
La vida del hombre......................................................................................22
Como son y como viven................................................................................23
El chilote y su hogar...................................................................................25
Vivienda..........................................................................................................26
Idiosincrasia del chilote............................................................................29
Indumentaria................................................................................................30
Islas................................................................................................................32
Pueblos de Chiloé.........................................................................................34
Toponimia.......................................................................................................39
Mitología.........................................................................................................41
Gráficos de la población de Chiloé...........................................................44
Gráficos de la población de los pueblos más importantes.................47
Conclusiones..................................................................................................50
Introducción
Chiloé: archipiélago del océano Pacífico, situado entre los 41°40´y los 43°´de lat. S., y entre los 71°51´y los 78°11´de long. Comprende de 60 a 70 islas y tiene 8000 km. cuadrado de superficie.
Esa es la definición que saldría en cualquier diccionario, pero, ¿realmente es sólo eso?
Chiloé no sólo la isla más grande de Chile, si no que es la más especial.
Sobre esta isla hay todo un mundo para estudiar. Su gente, como siempre tan hospitalaria y llena de diversas costumbres. Su manera de vestir que siempre los ha caracterizado: chombas, gorros, calcetines, y todo confeccionados por ellos mismos, pasando días enteros tejiéndolos con una lana tan gruesa que los protege del frío y de la lluvia que nunca cesa de caer. Pero algo que es imprescindible nombrar es la magia de esta hermosa tierra. La imaginación del chilote a creado los más extraños seres mitológicos para explicarse diversos fenómenos, como el Trauco, la Pincoya, entre otros.
Todas estas cosas se las daremos a conocer a continuación, sin dejar al lado, claro, como empezó a poblarse el archipiélago con los onas, huilliches, entre otros. La llegada de los españoles a nuestra isla, la toma de posesión, la ocupación de ésta, y como los chilotes respondieron a todos estas hechos. También les contaremos como dividen la casa los chilotes y de que manera se distribuyen en ella. Finalmente presentaremos unos gráficos, con los cuales te enteraras de cómo varía al pasar los años el número de habitantes de Chiloé y de sus pueblos más importantes, separándolos por sexo y edad.
Entonces los invitamos a dar vuelta la página y adentrarse a un mundo mágico, con muchas cosas que aprender.
Historia cultural de Chiloé
Chiloé, cuyo verdadero nombre es chilhué (el que deriva de "chille", gaviota, y "hue", lugar poblado de gaviotas), es la provincia del viento y de la lluvia, elementos que impidieron deslumbrar mayores luces del descubrimiento de épocas culturales pasadas; sin embargo, por investigaciones de base científica realizadas en cuevas, se puede determinar la vida prehistórica de esta región.
En primer lugar, la toponimia hace posible revelar enigmas junto a estudios bibliográficos y antiguas leyendas locales de aquellas edades perdidas en el tiempo. Por ejemplo, el toponímico Llanquihue está formado por "llanquín", que quiere decir sumergirse, y "hue", lugar; Reloncaví está integrado por el vocablo rulon", que significa zanjón, depresión de terreno, y "cahuín", reunión. ¿Acaso no tiene que ver algo con terremotos, formación de islas, mares? Lo que afirma la leyenda Caicaivilú y Tentenvilú (la primera, la serpiente del mar que sepultó a los hombres mediante un gigantesco terremoto, y "Tentenvilú", la culebra de la tierra que salvó a los isleños elevando los cerros) lleva a plantear la hipótesis de que la isla es el resultado de un cataclismo producido unos 7000 años a.C. junto a violentas erupciones volcánicas que cubrieron el suelo con gruesas capas de ceniza, lo cual destruyó la fauna y la flora, hecho que se comprueba con la excavación realizada en la cueva de Fell en la Patagonia chilena: aparece una capa que no contiene huesos de las grandes presas pleistocénicas encontrados anteriormente en la primera capa ocupacional especímenes de animales relacionados con utensilios burdos: puntas, lanzas, etc., cuyo fechamiento radiocarbonométrico indica 6689 años a.C., aproximadamente.
Luego del cataclismo los chilotes que se salvaron debieron ser muy pocos y habrían llevados una vida rudimentaria. Se ignora el tipo de hombres existentes. ¿Acaso era una raza de pigmeos o gigantes?.
Al transcurso del milenio se evidencian contactos culturales de los chilotes con los polinésicos, los cuales llegaron en balsas por la ruta Australia-Continente Antártico, como lo afirma Paul Rivet en su obra "Los orígenes del hombre americano".
Los polinésicos habrían influido en su cultura y en muchas de sus costumbres, pues existen similitudes como el horno polinésico, ciertas creencias (taparse bajo las frazadas para ahuyentar malos espíritus o para no verlos), la dalca, el curanto, la obsidiana, las sepulturas sobre el suelo cubiertas con piedras; queda en evidencia, con respecto al idioma, una relación fonética y semántica a la vez. También queda en pie la posibilidad de la llegada de las poblaciones milanésicas por el mar. Las pruebas lingüísticas, antropológicas y culturales concluyen que el Océano Pacífico, más que una barrera, ha sido un medio bastante práctico de comunicación, como fuera demostrado posteriormente por Hyerdahl en 1947, quien atravesó el Pacífico desde el Callao a la isla Raoia en casi cuatro meses de viaje. Todo esto sin descartar la opinión de algunos investigadores de la llegada del hombre americano por el puente de Bering hace unos 21000 a 40000 años y 15000 años a.C., aproximadamente, hasta nuestras tierras.
En los conchales de Castro, en la Isla de Chiloé, se han encontrados dos capas superpuestas. En la más antigua aparecen restos de una industria a besa de guijarros (los conocidos choppers), y en la superior existen hachas cilíndricas entre el material lítico, que son características para los nativos posteriores, y además cerámica tosca. El instrumental de la capa baja recuerda lo que se ha encontrado en la Patagonia Argentina, que a sido fechado a unos 6000 años a.C.
Finaliza el periodo prehistórico chilote con el establecimiento de los onas, que aparecen evidenciados en la quinta capa de la cueva Fell juntamente con los tehuelches; en un asentamiento similar lo tienen los yámanas y alacalufes en el extremo sur.
Siglos después llegaron a Chiloé migraciones del norte, como los huilliches, cuncos. Chonos y payos, ocupando distintas islas y lugares.
Los huilliche se radicaron hacia el norte de las islas junto a los cuncos; los payos en la parte sur, y los chonos poblaron las Guaitecas. Estas tribus hablaron en Chiloé su propio idioma, el "veliche".
El chilote primitivo vivió siempre aislado en medio de un clima inhóspito, con temporales, lluvias, truenos, relámpagos y un mar embravecido en invierno y sólo calmo en el verano. Allí se dedicó a la caza, a la pesca y a la recolección de frutos. Utilizó en los últimos 200 años, tal como sus antepasados, puntas de flechas, anzuelos, arpones, gualatos, boleadoras y paldes de madera. Creó la balsa, la dalca, el bongo y la canoa para trasladarse de una isla a otra y favorecerse en sus labores; trabajó la pierda confeccionando "maichihues" (hachas de pierda), piedras de molino, rallas, piedras para moler grano, la pierda grande y la pierda de mano, hornos, morteros.
Pescó, hurgueteó la tierra y comió frutos silvestres como "cauchahues", "calafates", "michayes" y "murtas".
También el hombre primitivo fue un mariscador un cazador, especialmente de aves marinas, dada la escasa fauna de animales mayores existentes. Vivía en cuevas haciendo fogatas, y allí cocía sus alimentos. Después vivió en chozas hechas de ramas y paja; usó como platos valvas de moluscos y como cucharas valvas más pequeñas. Confeccionó de la madera platos llamados "lapas" y cucharas también de madera; luego usó la arcilla y la cancagua.
Su vestuario fue insuficiente, vistiéndose en un estado primitivo de fibras vegetales y de piles de animales salvajes.
También usó el ñapo, especie de coironcillo y el junquillo en sus trabajos.
Mediante la mitología pudieron explicarse algunos fenómenos naturales, y la magia les sirvió para curar sus enfermedades y atraer peces en una lucha constante con la naturaleza para arrancarle sus secretos.
Luego vio que el pez y otro animales nadaban; él también los imitó y nadó. Vio los pájaros volar y soñó con surcar los cielos, y en su imaginación creó seres extraterrenales que volaban y cruzaban sus islas con luces encendidas como las estrellas: eran brujos.
En 1567 aparece el hombre blanco en su sed de riqueza y de conquista, sometiendo a los isleños a su dominio, considerándolos una raza inferior. El blanco aportó ovejas, caballos, chanchos, gallinas, indujo nuevas técnicas en los cultivos, más desarrolladas que la primitiva.
En 1600 aparecieron buques gigantes con blancos velámenes: eran los corsarios holandeses, también en son de conquista. Entonces nacieron leyendas como el Caleuche, la Sirena, la Pincoya, asociándolas posiblemente con blancas y rubias mujeres extranjeras.
Prehistoria
Ni los etnólogos ni los etnógrafos han podido establecer el origen de los primitivos habitantes de esta región. Algunos hablan presuntivamente de un origen polinésico, otros de un origen mogólico.
El historiador chilote Pedro J. Barrientos sostiene que provenían del continente, haciéndolos descender de los indígenas chilenos. Luego sostiene:
"En consecuencia, los "huilliches", hombres del sur en idioma araucano, son los originarios de estas regiones".
Esta aseveración de Barrientos a mucha gente le parece un tanto antojadiza, ya que dicen que los huilliches deben ser considerados como uno de los tantos grupos inmigrantes del archipiélago.
Con respecto a este tema, Narciso García B. dice en su obra "Tesoro Mitológico del Archipiélago de Chiloé":
"En cuanto a la formación étnica de Chiloé, se ha llegado a establecer verdaderas corrientes migratorias de grupos raciales. De éstos los más importantes serían los "chonos" o "payos" y los "cuncos". A estos últimos de les supone residiendo temporalmente en la parte norte del canal de Chacao, de donde habrían sido desalojados a posteriori por los "huilliches". No se incluyen, claro está, entre los grupos integrantes de la población prehispánica chilota las visitas de los navegantes polinésicos, quienes también, según algunos autores, habrían influido en la formación de las características raciales de los aborígenes de esta región.
Aunque García nada dice del origen de los chilotes, su información relacionada con la influencia migratoria es importante.
¿Se trata de un origen exclusivo? ¿Podría pensarse en un grupo étnico sin prescindencias? Aunque no existe una base científica que nos permita cimentar esta suposición, se trata de suponer algunas premisas.
Los aborígenes chilotes seguramente tienen una comunidad de origen con los chonos, alacalufes y vaganes. Aunque al ser descubiertos por los blancos hablaban idiomas distintos, las características antropológicas y el género de vida de estos cuatro grupos tienen muchas similitudes. Desde luego, todos son nómades acuáticos, poseen una estatura similar y sus medios de subsistencias son los mismos, de preferencias los productos marinos. El medio geográfico que los rodea, si no es idéntico ahora, pudo serlo primitivamente. Siendo como son excelentes marinos, podían frecuentar sus extensos dominios, desde el canal de Chacao al canal Beagle; recorridos que aún ahora suelen hacer los loberos chilotes. Sabido es también que los alcalufes se trasladan sin dificultad desde el golfo de Penas a la isla Navarino.
Sobre estos aspectos el etnólogo francés Joseph Emperaire, en su obra "Los Nómades del Mar", manifiesta:
"Repetimos que estos chilotes tienen un género de vida muy cercano al de los alcalufes".
Ahora bien, como los alcalufes son muy parecidos a los yaganes, éstos pertenecen, posiblemente también, al mismo grupo humano que los chilotes. Y como los chilotes estaban visiblemente entroncados con los chonos, podría suponerse con alguna propiedad que estos cuatro grupos étnicos tuvieron un origen común. Con relación a los chonos o payos, debemos tener en cuenta que gran parte del sur de la Isla grande del Archipiélago de Chiloé estuvo habitada por ellos. Y que incluso se le llamaba región de los "payos", de quienes aún quedan descendientes.
Rodolfo Lenz, refiriéndose a ellos, apunta:
"Eran probablemente parientes de los tehuelques del sur y de los onas".
Esta suposición del Dr. Lenz carece totalmente de fundamento. Los tehuelques y los onas, que de seguro estaban emparentados, eran hombres grandes, de un metro ochenta a dos metros veinte de altura. Verdaderos gigantes para los chonos, que apenas pasaban el metro cincuenta. Por otra parte, onas y tehuelques eran nómades esteparios, jamás fueron marinos.
Volviendo al origen común de los chilotes, chonos, alcalufes y yaganes, habría que contestar dos preguntas fundamentales:
¿Fue uno de estos grupos el que existió primitivamente? Si fue así, ¿de donde llegó este grupo de origen? ¿De la Polinesia? ¿De la Mongolia?.
Pasará algún tiempo todavía antes que los científicos estén en condiciones de responder con propiedad estas preguntas.
En cuanto a los chilotes, por razones de emigración tomaron contacto con los cuncos, huilliches y araucanos; posteriormente, con los españoles.
La llegada de los españoles al archipiélago constituyó para los aborígenes chilotes un verdadero cataclismo. Sus hábitos y costumbres experimentaron cambios radicales, sus creencias fueron cambiadas, su libertad perdida y sus vidas quedaron a merced de los invasores. Pero, a pesar de tanta adversidad, el aborigen con su silencio y su laboriosidad subsistió al embate.
Descubrimiento del archipiélago
El descubrimiento de América, hecho trascendental en la historia de la humanidad, realizado por Cristóbal Colón el 12 de octubre de 1942, dio comienzo a una febril etapa de viajes de este continente. Desde España, Portugal, Inglaterra, Holanda, Francia y otros países europeos salían los navegantes en busca de las riquezas fabulosas que permanecían ignoradas en el nuevo continente. Los grandes navegantes, que asombraban a sus contemporáneos con nuevos descubrimientos, dejaban la ruta abierta a mercedes, aventurados, piratas y también a ilustres capitanes.
Para los habitantes del extremo sur del continente americano tiene especial importancia del viaje del navegante portugués Hernando de Magallanes, quien descubrió el estrecho que lleva su nombre el 1° de noviembre de 1520.
Veinte años después se realiza la expedición de Alonso de Carmargo, que fuera equipada por el obispo de Placencia (Gutiérrez de Carvajal). Camargo cruzó el estrecho de Magallanes y llegó con su nave hasta el Perú. Durante el trayecto logró avistar por primera vez las costas del archipiélago de Chiloé en febrero de 1540.
Años más tarde, Pedro de Valdivia, con el objeto de obtener antecedentes geográficos que permitieran facilitar la navegación de los buques que venían de España, organizó una expedición para explorar los mares australes hasta el estrecho de Magallanes. Entregó el mando de la expedición el capitán Francisco de Ulloa, quien salió de Valdivia a fines de octubre de 1553 llevando como piloto a Francisco Cortés Ojea.
Francisco de Ulloa entró al canal de Chacao el 8 de noviembre de 1553; después de bautizar este canal con el nombre de "Coronados", recorrió el golfo de Ancud, el Corcovado y luego continuó hacia el sur hasta llegar al estrecho de Magallanes. De regreso hizo una serie de reconocimientos para diversas islas y canales, incluyendo el archipiélago de Chiloé. De ahí que se le considere como el descubridor y primer explorador de estas tierras.
Toma de posesión
El joven gobernador de Chile García hurtado de Mendoza centró sus actividades especialmente en la pacificación de Arauco y en la conquista de nuevas tierras para la Corona. Para cumplir con el segundo objetivo, envió hacia el estrecho de Magallanes una nueva expedición a cargo de Juan Fernández Ladrillero, reservándose para él la pacificación del Arauco y la conquista del territorio sur de su gobernación.
Ladrillero salió de Valdivia el 17 de noviembre 1557 con dos navíos, el "San Luis", que era comandado por él, y el "san Sebastián", capitaneado por Francisco Cortés Ojea.
Viajando alejados de la costa, después de ocho días de navegación llegaron a la cercanía del canal Fallos. El 9 de diciembre una violenta tempestad dividió para siempre a los dos navíos.
Francisco Cortés Ojea, arrastrado por las corrientes y las tempestades, se encontró en enero del 1558 al sur del canal Nelson. Dadas las malas condiciones en que se encontraba su nave, luego de consultar a su tripulación hizo rumbo al norte. Debido a nuevas tempestades y al estado miserable en que se encontraba su embarcación, tuvo que refugiarse en una caleta. Ahí, ante la posibilidad de poder continuar viaje con el "San Sebastián", tomó la resolución de construir un bergantín. Después de dos meses de trabajo y sufrimientos, sus hombres consiguieron dar término a la obre. El navío, que bautizaron con el nombre de "San Salvador", salió de la caleta el 29 de julio de 1558. Navegado a remo y a vela, llegaron a los canales de Chiloé y penetraron en la ensenada de Carelmapu en el mes de septiembre.
Juan Fernández Ladrillero, por su parte, cumpliendo su cometido, el 9 de agosto de 1558 tomó poseción del estrecho a nombre de la Corona de España; luego regresó al norte.
García Hurtado de Mendoza, después de despachar a Juan Fernández Ladrillero, inició los preparativos para explorar por tierra el sur de sus dominios.
Los indígenas, al conocer sus deseos, para verse libres de él, lo incitaban a realizar el viaje asegurándole que existían allí grandes riquezas. García Hurtado de Mendoza, impulsado por la codicia y su afán de gloria, partió con su expedición de Villarica a principios del mes de febrero de 1558. Le acompañaban en esa empresa Julián Gutiérrez de Altamirano y el poeta madrileño Alonso de Alonso de Ercilla y Zúñiga.
De las dificultades que tuvieron que vencer los expedicionarios para cruzar la maraña de las selvas sureñas, nos da cuenta Alonso de Ercilla en algunos fragmentos de "La Araucana":
Nunca con tanto estorbo a los humanos
Quiso impedir el paso la Natura
Y que así de los cielos soberanos
los árboles midiesen de altura;
ni entre tantos peñascos y pantanos
mezcló tanta mezcla y espesura,
como en este camino definido
de azar, breñas y árboles tejido...
(Canto XXXY)
García Hurtado de Mendoza llegó al golfo de Reloncaví el 24 de febrero de 1558; continuó enseguida al sudeste y después de tres días de marcha se encontraba con su expedición en la ribera norte del canal de Chacao. Era el final de la jornada: los conquistadores al llegar a esas tierras se sintieron visiblemente impresionados.
Por otra parte, fueron recibidos por los indígenas en forma muy cordial y afectuosa, trato el cual no estaban acostumbrados los españoles, ya que en el resto del país siempre fueron considerados como enemigos.
El hecho queda relatado en "La Araucana", Canto XXXVI, cuando Ercilla, describiendo la llegada de una embarcación, apunta:
Donde un gracioso mozo bien dispuesto
Con hasta quince en número venía,
Crespo de pelo negro y blando gesto,
Que el principal de todos parecía,
El cual, con grave término modesto
Junto a nuestra esparcida compañía,
Nos saludó cortés y alegremente,
Diciendo en lengua extraña lo siguiente:
"Hombres o dioses rústicos, nacidos
en estos sacros bosques y montañas,
por celestes influencia producidos
de sus cerradas y ásperas entrañas,
¿por cuál caso o fortuna sois venidos
por caminos y sendas tan extrañas
a nuestros pobres y últimos rincones
libres de confusión y alteraciones?
Y si queréis morar en esta tierra,
Tierra donde moréis aquí os daremos,
Si os place y os agrada más la sierra,
Allá seguramente os llevaremos;
Si queréis amistad, si queréis guerra,
todo con ley igual os lo ofrecemos;
escoged lo mejor, que a elección mía
la paz y la amistad escogería".
Los visitantes, al escuchar los labios del traductor lo que el mocetón decía, desconfiaron; no estaban acostumbrados a ese trato. Pero cuando el joven, advirtiendo la escasez de alimentos que tenían, les entregó los que llevaba en su embarcación, sin aceptar por ello paga, comprendieron la sinceridad del aborigen.
Aparte de esto, contaron además con la cooperación total de esos indígenas; de ahí que García Hurtado de Mendoza pudiese disponer de las mejores piraguas para que un grupo de sus hombres cruzara el canal de Chacao.
El grupo de exploradores que atravesó el canal de Chacao no era muy numeroso; lo comandaba el licenciado Julián Gutiérrez de Alatamirano y en él iba también el poeta Alonso de Ercilla Zúñiga. Como consta en "La Araucana", cruzaron el canal el 28 de febrero de 1558.
Julián Gutiérrez y sus hombres recorrieron durante tres días las islas del archipiélago de Chiloé, del cual Ercilla describe con propiedad:
Era un ancho archipiélago poblado
De innumerables islas deleitosas,
cruzando por el uno y el otro lado
góndolas y piraguas presurosas;
marineros jamás desesperado
en medio de las olas fluctuosas
con tanto gozo vio el vecino puerto
como nosotros el camino abierto.
(Canto XXXV)
Vi los indios y casas fabricadas
De paredes humildes y techumbres,
Los árboles y plantas cultivadas,
Las frutas, las semillas y legumbres;
Noté de ellos las cosas señaladas,
Los ritos, ceremonias y costumbres,
El trato y ejercicio que tenían
Y la ley y obediencia en que vivían.
(Canto XXXVI)
El 28 de febrero de 1558 puede considerarse como la fecha de toma de posesión de Chiloé por parte de la Corona española.
Ocupación de Chiloé
Después de la expedición de García Hurtado de Mendoza, los españoles no se preocuparon mayormente de la ocupación definitiva del archipiélago. Aunque en 1561 el gobernador Francisco de Villagra intentó la empresa, debido a su quebrantada salud no consiguió realizarla, frustrándose así su propósito.
Sólo en 1566 el gobernador Rodrigo de Quigora logró realizar la ocupación de Chiloé. En contra de la opinión de los cabildos de Santiago y otras ciudades, Quigora organizó en secreto esa expedición, entregando los preparativos de la empresa a su verno don Martín Ruiz de Gamboa.
Gamba, instalado en Valdivia, hizo construir una fragata; pero con tal diligencia y responsabilidad que cuando Quigora llegó a esa ciudad, la embarcación ya estaba lista para hacerse al mar.
Una vez que la fragata fue equipada, Gamboa, después de fijar la prueba de su partida, se dirigió a Osorno, donde consiguió reunir unos ciento diez hombres, con los cuales emprendió el viaje. Los expedicionarios, unos a pie y otros a caballo, salieron de Osorno en los primeros días de enero de 1567, llegando al canal de Chacao alrededor del 20 del mismo mes.
Luego de realizar el balseo de las tropas con la ayuda de los indígenas comarcanos, la caravana continuó su camino al sur por la costa oriental de la isla. Aprovechando las bajas mareas y ayudados por la fragata equipada en Valdivia, pudieron avanzar por las playas sin mayores dificultades. Después de diez días de marcha, a principios de febrero de 1567, llegaron a la ensenada donde desemboca el río Gamboa. Ese mismo mes, entre el 10 y el 12, fundaron la ciudad de San Antonio de Castro sobre una meseta desde la cual se denomina un extenso y hermoso paisaje.
Pusieron ese nombre a la ciudad en recuerdo del licenciado López García de Castro, gobernador interino del virreinato del Perú. Al mismo tiempo dieron a la provincia el nombre de Nueva Galicia en honor al gobernador de Chile don Rodrigo de Quigora, que era gallego.
Martín Ruiz de Gamboa designó gobernador de la ciudad al maestre de campo don Alfonso Benítez; enseguida emprendió el regreso. De paso hizo algunos reconocimientos de la región, observando detenidamente las costumbres y elementos de vida de los chilotes. De estas observaciones dedujo que la ciudad que acababa de fundar se encontraba bastante alejada de Osorno, Valdivia y Villarica, por lo cual sería muy difícil comunicarse con ella. Era necesario entonces establecer un contacto intermedio entre esas ciudades, razón por la cual se creó la Villarica de San Antonio de Chacao, que fue ubicada junto a la caleta que se conoce como Chacao Viejo. Formalizada la creación de la nueva ciudad, en marzo de 1567, los expedicionarios regresaron a Valdivia.
De esta manera, la conquista de Chiloé quedaba terminada y el archipiélago incorporado a los dominios de España. Todo resultó sumamente fácil y se hizo sin resistencia de parte de los aborígenes y sin derramamiento de sangre.
Civilización de los aborígenes
Cuando los conquistadores españoles llegaron a Chiloé, los aborígenes isleños tenían una civilización virtualmente adelantada. Por lo menos muy superior a la alcanzada por las tribus del norte, cuncos y valdivianos. Bastará un somero detalle de sus actividades y formas de vida para comprobar que en realidad era así.
a) Viviendas: Disponían de habitaciones que construían utilizando madera para los muros y paja para la techumbre. Las cabañas estaban sujetas a la necesidad del grupo familiar; eran ubicadas a las orillas de las playas y distanciadas unas de otras. Los aborígenes no construían sus viviendas en grupos; jamás formaron caseríos ni aldeas.
b) Vestuario: Utilizaban el telar de mano y para sus tejidos empleaban la lana del "chilihueque", carnero indígena. Incrementaban las telas con plumas vistosas. Por la impresión que causaron a los europeos sus vestidos, se supone que estaban bastante adelantados en el empleo del telar.
La cabeza cubierta y adornada
con un capelo en punta rematado,
pendiente atrás la punta y arribada
a las ceñidas sienes ajustado
de fina lana de vellón rizada
y el rizo de colores variado,
que lozano y vistoso parecía,
señal de ser el clima y tierra fría.
(Canto XXXVI)
c) Medios de comunicación: Para sus comunicaciones, poseían los isleños una embarcación llamada "dalca", con esta embarcación, que ellos construían de tres y cinco tablones, superaban en arquitectura naval al resto de los aborígenes chilenos. Por otra parte, eran verdaderos lobos de mar, diestros y de una rapidez pasmosa. Se trasladaban en sus "dalcas" de un lugar a otro, sin retroceder jamás ante ningún peligro. Impulsaban el movimiento a sus embarcaciones en cuatro o seis pares de remos, según fuera el tamaño de la "dalca".
d) Agricultura: Cultivaban el campo, empleaban en esas labores una especie de arado compuestos de dos estacas de luma aguzadas y endurecidas al fuego. Empujando estas estacas con el bajo vientre, revolvían es suelo hasta dejarlo apto para la siembra. De esta manera sembraban la papa, el maíz, la quina y el mango. El mango era una gramínea, especie de cebada, que el naturalista Claudio Gay encontró cultivada en uno de los huertos de Chonchi a mediados del siglo dieciocho. Utilizaban además para sus labores agrícolas el "gualato", que era una especie de azada, y el "troncue", que hacía las veces de barreta; estas herramientas las construían de madera dura (luma).
e) Alimentación: Aparte de los productos agrícolas, disponían para su sustento de la pesca y de la gran variedad de mariscos que las playas les ofrecían en abundancia. Para realizar la pesca se valían de los corrales que construían a base de piedras o de estacas junto a las ensenadas. La acción de las mareas se encargaba de efectuar la pesca; ellos se preocupaban solamente de abrir compuertas para permitir la entrada de los peces y cerrarlas para evitar su salida cuando se producía la baja marea.
Todos sus alimentos los comían cocidos, para los mariscos se valían del famoso "curanto", y en el rescoldo de sus fogones cocían las papas. Para guardar, secaban y ahumaban el pescado; lo mismo hacían con los mariscos. Esto nos indica que tenían el sentido de previsión y nos da la pauta del progreso alcanzado por los aborígenes.
f) Organización familiar: el padre era el jefe de la familia; aunque la mujer lo secundaba en todas sus labores, que debía obediencia al igual que loa hijos. La poligamia no era practicada por los indígenas, pero se producían casos aislados sin que a nadie le llamara la atención.
La vida del hombre
Su aislamiento lo hace trabajar en comunidad y nacen las mingas, medanes, corrales de pesca y otras costumbres; incrementa y progresa en sus trabajos y cultiva la tierra y planta árboles al lado de su casa formando "huertas", y también aumenta su ganado.
Se sabes que antes de la llegada de los españoles había venados, vicuñas, guanacos y perros. Su organización social era a base de grupos pequeños que vivían en cada isla o lugar.
El hombre primitivo cree en los seres sobrenaturales con poder diabólico, como los brujos, tienen un invunche a quien practican ritos y ceremonias, al que denominan "Machucho" o "Butamacho".
Luego empieza a comprender otros fenómenos de la naturaleza: del caballo español nace la leyenda del caballo marino, porque vio que, como en tierra existe un caballo, también debe existir uno igual en el mar. Y en su mente, como una fábrica, van naciendo y brotando mitos en torno a aves, animales y plantas, y empiezan a surgir creencias, pues nunca tuvieron un dios como los araucanos, que vivían en grandes comunidades, sino que tuvieron varios pequeños dioses o deidades a quienes dedicaban ciertas ceremonias: por ejemplo, para ellos cierta divinidad hacía bailar el thropón, con cuyo baile se alejaba de la lluvia y nacía de nuevo el sol y ellos danzaban junto al thropón a fin de alejar a las fuerzas del mal. No hay conocimiento que haya existido influencia incásica y que los chilotes hayan adornado al sol, ni el pillán ni otros dioses superiores.
Como son y como viven
El pueblo chilote es tranquilo, hospitalario, trabajador; viven en casas confortables de madera con estufas a leña instaladas en la cocina-comedor, que mantienen en su interior durante el invierno temperaturas agradables de 20 grados. En los hogares campesinos de nivel económico inferior, predomina el "fogón chilote", que tiene forma rectangular y está excavado en la tierra, para mantener una temperatura adecuada. Nuevas técnicas aplican en sus cultivos y ganadería, dejando atrás muchos de sus instrumentos que por años le sirvieron en forma primitiva para cultivar sus campos; igual ocurre con sus embarcaciones y métodos de pesca.
Todos son dueños de un pedazo de tierra que quieren y trabajan con esmero.
En sus mitos y leyendas explican fenómenos de la naturaleza y de la vida. Para su protección creó normas de conducta, imaginó parejas, macho y hembra, semejantes a él, en la mitología; así tenemos el thrauco y la thrauca, el pincoy y la pincoya, el brujo y la voladora.
El campesino chilote posee un fuerte mestizaje integrado por sangre huilliche y española, que se conocen con el nombre de "mestizos". También existen indígenas puros, y españoles, pero en menor proporción.
El chilote trabaja en cien actividades diferentes: marino, pescador, lobero, cholguero, mariscador, agricultor, quilinejero, lamillero, cipreso, y alercero en las Guaitecas, esquilador en Magallanes, minero en Río Turbio y obrero del petróleo en Comodro Rivadavia, en la República Argentina. Labra sus tierras; va al bosque a cortar la madera; sale a la pesca con redes; pesca en corrales o con espineles, que son largos cordeles con anzuelos que dejan en el mar bajo y que en la pleamar pican los peces y quedan atrapados; cuida su ganado; navega en faluchos y barcos mercantes.
Son pequeños de estatura, macizos, firmes y arrogantes, trabajadores e inquietos; en sus hombros llevan ponchos de gruesa trama; los calcetines de lanas (medias) que usan con zapatos u ojotas, las llevan encima del pantalón; mujeres con rebozos y polleras repolludas en tonos rojos y oscuros, comercian con papas, mariscos, pescado, latas de manteca, corderos, manzanas, frazadas, mantas y chalones.
En las noches, en las lanchas varadas en los puertos de los centros comerciales, esperan el amanecer para vender sus productos y luego emprender el regreso a su tierra surcando sus canales en lanchas pintadas de blanco y negro, como grandes gaviotones, en medio de canciones, creencias y romances, para incorporarse a ese mundo mítico, legendario y orquestal que es Chiloé, esa tierra de gaviotas.
El chilote y su hogar
Cuando llegan a la juventud, los chilotes viajan a la Argentina o hacia el norte del país en busca de medios económicos. Una vez que lo han logrado, trabajando un par de años, vuelven a su tierra para casarse.
Cumplida esta aspiración, siguen la costumbre de sus antecesores constituyendo un hogar y participando enseguida de lleno en el acontecer social. Para ello dispone primero de una casa, un terreno, una embarcación, ganado y algunas semillas para la siembra. Toma en cuenta para cada labor, la tradición o el consejo de sus mayores para hacer tal o cual cosa; participa en su mundo social por intermedio de diferentes actividades comunitarias que lo relacionan con sus vecinos, tales como: mingas, medanes, remates de chicha, “reitimientos” de chancho y tantas otras fiestas; se integra en lo religioso en misas, novenarios y celebraciones de rezos, casamientos y otros. Sigue la costumbre de sus padres en el uso del mar en veleros que se dedican a la pesca, a la caza, a la mariscada y la conducción de la madera, sin descuidar la agricultura. Esta última la realizan de preferencia las mujeres, que hacen tal labor mejor que los hombres y cuyos conocimientos y prácticas las han adquirido desde niñas. También las mujeres son buenas pescadoras, remadoras y excelentes pilotos y marineras.
Vivienda
Las viviendas chilotas son de madera y constan de uno hasta tres pisos; algunas llevan “miradores” en el segundo o tercer piso.
Estos miradores, que son pequeñas piezas, están provistos de ventanas, donde generalmente hay un dormitorio que es usado por los dueños de casa o para las visitas importantes. Hay viviendas divididas en dos casas, una grande que lleva techo y tingle de madera y otra chica llamada cocina que lleva tingle de madera y techo de paja, de junquillo o de coironcillo. En las otras casa, la cocina está ubicada en una pieza de la casa grande, dentro del mismo edificio.
Las casas chilotas tienen varias dependencias. Por ejemplo: el salón, que es una sala grande, donde está la puerta principal y las ventanas. Aquí están los muebles y sirve para hacer bailes, reuniones sociales, como medanes (dar cosas) o remates de chicha, o también para velar, a los muertos; la “cocina-comedor” es donde está la estufa de fierro que calienta a base de leña que tempera la pieza a una temperatura de veinte grados; aquí está el comedor, es sofá, banquetas y sillas. Es sofá siempre está adornado con grandes choapinos o mantas típicas del lugar. En esta “cocina-comedor” se juntan todos los familiares y amigos a la hora del almuerzo y de la cena o merienda; para la sobremesa conversar sobre la fantasía chilota. En un rincón cerca de la estufa, los niños hacen sus tareas escolares, la abuelita hila en su huso con una tortera de teja y las mujeres jóvenes hacen la comida; en otro rincón está en “armario”, donde se guardan los platos, la manteca, la harina, el chuño, las tortillas y otros alimentos. También está aquí el esquiniero, que es donde se guarda la losa y las ollas. Al lado de la cocina está el “chunguero”, donde están las “chungas” y los baldes con agua; más allá el “zaguan”, en que está el “peinador”; luego sigue el “soberado” o entretecho, que es utilizado a veces como bodega para papas y otras veces como dormitorio. Si la casa es grande pueden vivir hasta tres familias, pero todas separadas por tabiques. En cada división la respectiva familia hace su comida y practica sus costumbres. Otras costumbres son las de edificar sus viviendas una cerca de la otra en un mismo sitio de su propiedad.
Las casa pobres que no tienen estufa a leña usan fogón y el collín, del cual pende una cadena que se amarra a unas vigas del soberado en cuyos eslabones se cuelgan las ollas mediante colgadores de fierro de distintos tamaños; debajo de estas ollas arde la leña del fogón, y para conservar el fuegopara el día siguiente, se hace un hoyo en la ceniza y se entierran los tizones, los que amanecen ensendidos. Si se apaga, se pide fuego en la casa del vecino, siempre que salga humo de ella; ésta es la señal que en aquella casa hay fuego y se va por un tizón. En caso que no haya fuego, frotan dos astiles de luma entre sí, y con la chispa hacen fuego. También frotan un astil liso con una pierda plana, o en su defecto, dos pierdas blancas en un sitio oscuro, que emiten chispas: hay que estar listo con alguna yesca para capturar el fuego.
En las vigas que forman el collín se cuelgan, para ahumarlos, el pescado y los mariscos. En el soberado se hacen hurones de papas que más tarde serán “choes”, porque quedan arrugadas como pasas y tienen un sabor dulce.
También se colocan los “deches” (pelotas de orujo de papa rallada) para la molienda.
Otra dependencia de la casa es el “Cairizo” (caedizo), galpón de construcción ligera donde se guardan los animales durante la noche; por ejemplo, bueyes, ovejas y gallinas, en sus respectivos “cahues” (que es una especie de caballete donde duermen cómodamente). Al despuntar el día, los gallos con su canto despiertan a los isleños. Otra dependencia es el “chiquero”, donde duermen los chanchos.
También en la actualidad los chilotes han construido bodegas para guardar las cosechas de sus herramientas de labranza. Antes lo hacían en los “soberados” o en alguna pieza de la casa o de la cocina, cuando estaban divididas en dos viviendas.
Idiosincrasia del chilote
Los chilotes son bajos y macizos; fuertes y sanguíneos, firmes y arrogantes. Se mueven con destreza en sus faenas. Tienen ojos negros y vivaces, pómulos salientes, labios carnosos, tórax fuerte, hombros amplios, cuello más bien corto extremidades gruesas y cortas, pies un tanto grandes, piel morena, dentadura excelente, cabello liso, barba escasa.
Las mujeres tienen las mismas características somáticas que los hombres; son bajas, gruesas y simpáticas.
El chilote es un pueblo especial que no corresponde a ningún otro aborigen de Chile, pues por investigaciones realizadas descenderían de pueblos polinésicos que un día llegaron por el mar a estas tierras. Sólo en algunas islas quedaron chilotes puros. El mestizaje ha aumentado considerablemente con extranjeros y pueblos que llegaron en oleadas desde el norte y se establecieron los últimos siglos en algunas regiones de la Isla Grande.
El chilote vive en dos mundos diferentes: el de convivencia diaria y el de su propia vivencia intima. Este es el mundo que sólo él conoce y que sólo a él pertenece, en el que no tienen cabida los extraños y el que muchas veces se niega a revelarnos: es su mundo mítico, poblado de seres fantasmales que en cualquier momento adquieren propiedades y facultades y se transforman en deidades. Es algo suyo, obra de su imaginación, de ahí la riqueza mitológica de esta tierra.
Sus hombres y mujeres son inteligentes, amables y a veces tímidos; pero, por sobre todo, hospitalarios.
Sus usos y costumbres las conservan desde antaño por su aislamiento, distinguiéndose por estas tradiciones de los demás habitantes del país. Tienen sus propias costumbres, en su niñez y adolescencia, en su hogar, en su relación social, en la religión, en su vejez y velatorios cuando termina su existencia, e incluso los relativos al mar y a la tierra.
Indumentaria
Del varón:
Actualmente el vestido masculino para el trabajo es censillo, visten una gorra en forma de triángulo con una bellota que le llaman “copia”. Usan una chalina de lana o género de vistosos colores, una cotona de lana cerrada en el cuello con dos bolsillos delante. Visten camisa suelta adornada con botones pequeños y de colores. Como pantalón usan el carro o huíporra, que es un pantalón de lana tejido a telar, o bien el “briche”, que se parece al pantalón de montar y que es angosto en su base, abrochado con cordones del mismo hildo en ojales hechos con palillos; para amarrarlo usan una faja de tres tramas, de tres y medio metros, ya que debe dar vueltas a la cintura y quedar un pedazo para sujetarla. Esta faja sirve para proteger y afirmar el cuerpo de las fuerzas que se hagan en el trabajo. Calzan ojotas y medias de lana a rayas, que colocan encima del pantalón para no embarrar la bastilla del carro. Llevan un poncho de lana para protegerse del frío y de la lluvia. Para los días de fiesta usan un terno dominguero, de preferencia de color azul, una flor en el ojal de la solapa del vestón; llevan sombrero enhuinchado, en que van incrustadas plumas de aves, como ser de loro, gallina, picaflor. Los zapatos son negros y se los colocan en la casa, antes de partir a la fiesta o a la ceremonia religiosa.
De la mujer
Todas las mujeres visten del mismo modo. Usan para el trabajo vestido de lana de oveja a palillo o a telar, de distintos colores; chombas también de lana, cerradas en el cuello, más una “toca”, que es una especie de pañuelo para amarrarse el pelo, y un pañolón negro o chal que cuando trabajan atan a la cintura. Cuando llevan a una guagua la amarran con un rebozo a sus espaldas (cheque). Para los días de fiesta se ponen un vestido floreado de percal, ancho en su base; si es rojo lleva cintas blancas, y si es blanco, cintas rojas y azules. Usan los vestidos largos. Las blusas son de género floreado. Las ancianas llevan en su cabeza un pañuelo de seda o de género negro para amarrarse el pelo, las viudas deberán siempre vestir de luto; en cambio, las jóvenes solteras usan trenzas que amarran con largos cintajos rojos, o bien sujetan su pelo con pinches, peinetas o prendedores de colores. Adornan con zarcillos sus orejas y con anillos de metal sus manos. Las mujeres llevan sus zapatos y medias de seda en sus manos cuando van a misa o a una fiesta; antes de llegar, en un arroyo se lavan los pies, se ponen las madias y luego los zapatos.
Con la punta de sus pañuelos atan el dinero que llevan.
Algunas mujeres usan coloretes para pintarse la cara, a base de tintas que adquieren en las tiendas.
Islas
La isla grande Chiloé tiene 2.450 millas cuadradas, o sea, 8.394 kilómetros; su altura máxima llega a 792 metros. En el extremo norte de la isla se alza el morro Lobos a una altura de 76 metros. Las islas Chauquenes están a tres millas del morro de Quicaví, de la Isla Grande; el grupo se compone de 16 islas, siendo cuatro las más grandes y que por su tamaño se llaman “Chauques grandes”: Tac tiene 2.5 millas de largo por una de ancho; Meulín, tres millas de largo por una y media de ancho; Linlin mide dos millas de diámetro; Lligua, 1.5 millas de largo por 1.25 de ancho; Cahach, 3 millas de largo y 1.5 de ancho; Quinchao, la mayor del archipiélago insular, mide 18 millas de longitud por 5 millas de ancho; Chelín tiene 5.5 kilometros cuadrados; Quehui 6 millas de largo con un ancho máximo de tres millas; Chaulinec, 6 millas de largo por 1.5 de ancho: Alao, 2 millas de largo por 1.5 de ancho; Apiao, 4 millas de largo por 1.5 de ancho.
El grupo de las islas Desertores, al SF.. de la Isla Grande, se componen de varias islas, entre ellas: Talcán, Imesquiña, Chulin, Nayahué, Nihuel; la mayor es Talcán, que mide 8.5 millas de largo y por 3 de ancho.
Los archipiélagos de las Guaitecas y Chonos están atravesados por el canal de Moraleda. El nombre de Moraleda se debe al distinguido marino español, don José de Moraleda, que exploró estas regiones por los años 1792 a 1796 y levantó un plano de orden del virrey del Perú don Francisco Jil y Lemos. El canal de Moraleda tiene un ancho de 13 millas en su extremo norte y 2 millas en el extremo sur, y está comunicado con el océano y con varios canales.
Las principales islas del archipiélago de las Guaitecas, principiando por el norte, son: La de Guafo, Socorro, Ascensión, Clotilde, Lucaye, Verdugo, Serrano, Aguayo, Elvira, Tumapu, Valverde, Garrao, y otras, Guamblin.
Los puertos principales son: Melinca, en las islas Ascensión; Puerto Ballena, en la isla Mulchei, en la San Francisco; Cuptana, en la isla del mismo nombre; Puerto Francés, en la Tránsito; Puerto Americano, en la isla Melchor. De estos puertos el más importante es Melinca, fundado en 1859. El nombre de Melinca es ruso. Se lo dio el fundador del puerto, don Felipe Westof, en memoria de su hermana Melinca.
Entre los canales del archipiélago de Guaitecas y Chonos hay una diversidad de canales, siendo los más importantes el canal Simpson, Baeza, King, Memory; Bynon, Goñi, Pevez, Minualac, Chivato, Darwin, Williams, Chacabuco, Lincura y otros. La mayor parte de los canales mencionados son limpios y profundos, son navegables y sus islas ofrecen puertos abrigados y seguros. Su riqueza está en sus bosques de cipreses, alerces, robles, muermos, tepúes. También ofrece mariscos y pesquería. En sus valles se cultivan manzanos, hortalizas y papas.
Pueblos de Chiloé
Dalcahue: (lugar de dalcas)
Tiene su origen desde la instalación de algunas flias en calidad de encomenderos en el siglo XVII. Ha tenido gran importancia en la construcción de embarcaciones. En 1828 se instaló el segundo aserradero mecanizado de Sudamérica. En 1879 su astillero producía ocho Goletas y Balandras en general. Es muy conocido por su feria artesanal que se realiza todos los domingos; artesanos de distintas localidades e islas, llegan a esta feria con sus tejidos, cestería y otros productos chilotes.
Es el punto de enlace a la isla de Quinchao a través de un transbordador, donde se aprecia un paisaje espectacular. Tiene una población urbana de aproximadamente mil habitantes. (Censo 1982 I.N.E.)
Achao: (lugar de gallinas o playa arenosa)
Ubicado en la isla Quinchao a 41 kms. De Castro. Geográficamente es llamada ciudad de las islas. Este pueblo desde sus inicios fue centro misional jesuita, como lo muestra una real cédula (11 de agosto de 1713) donde se ordena, “reedificar iglesias, casas de la isla destruyendo sus ramadas y camaricos”. La arquitectura de sus casas de tradición original con grandes ventanales, corredores y miradores, usando diferent6es cortes de tejuelas (Alerce, Ciprés). Aquí se aprecia la llegada de gente, típicamente chilota, en sus lanchas desde las islas cercanas.
Su iglesia, patrimonio nacional construida en tarugo de madera es de un gran valor y riqueza arquitectónica. Población urbana aproximadamente 1900 habitantes, según el censo de 1982 del I.N.E.
Queilen: (Ciprés colorado)
“Puerto Grille” en el siglo XVIII en honor al encomendero español Antonio Grille. A la llegada de los franciscanos a Chiloé reparan la destruida iglesia. En 1867 es el puerto de la isla, con pocos habitantes. A fines del siglo XIX se desarrolla en torno al auge maderero, con la llegada de los barcos de carga e instalación de aserraderos y astilleros, dieron origen a un desarrollo cultural y económico. En 1937 la exportación de madera y la vida del pueblo decae, se produce gran inmigración de sus habitantes. En 1959 sufre una gran crisis económica. En 1976 se abre el camino de Chonchi, lo que ha producido cambios y actividad al pueblo.
Atractivo: Emplazado en una angosta y larga península que da lugar a dos extensas playas de arenas. Es el único pueblo de Chiloé que tiene mar en sus dos costados.
Población urbana aproximada: 1000 habitantes.
Chonchi: (Tierra roja - gente flaca)
“Ciudad de los tres pisos”. Este pueblo del siglo XVIII, fue fundado por el Gobernador de Chiloé Guil y Gonzaga. Llamado por los españoles “fin de la Cristianidad”. A comienzo de este siglo fue de gran prosperidad, por sus construcciones de grandes veleros y exportación de maderas; protagonizado por el legendario Ciriaco Alvarez “Rey del ciprés”.
En la arquitectura tradicional en madera, se observan grandes casas pintadas, empinados techos, largos corredores, galerías; acentuado con elementos decorativos de orden neoclásico. Con estas voluminosas construcciones el chonchino quiso reflejar su prosperidad.
Su iglesia declarada Monumento Nacional, posee en su interior imaginería de gran valor histórico.
En su gastronomía ofrece: las ricas choscas chonchinas, el licor de oro y mistelas.
Lugares de atracción turística: lagos; Huillinco, Cucao, Tarahuín y tepuheico. Población urbana aproximada: 2500 habitantes (I.N.E. Censo 1982)
Puqueldón: (Puquelón: región de maquis)
Ubicado a 36 kilómetros de Castro en la isla Lemuy (isla bocosa).
Pueblo e indios erigido villa fines siglo XVIII. En 1766 se hablaba de Detif, Ichuac, Aldachildo. Capilla citada en 1785. Moraleda en 1792 habla de Lemuy y Puqueldón. En Censo de 1787 Puqueldón, Ichuac, Aldachildo residían 1021 españoles y 374 indios.
Atractivos: su arquitectura religiosa. Iglesias del siglo XIX de estilos neoclásico, como la de Ichuac, Aldachildo, Detif, Licura. Las lagunas de Puchilco para camping y pic-nic. Desde aquí se puede atravesar en bote hacia las islas Quehui y Chalín. Playas de arena Aldachildo y Detif.
Población urbana aproximada: 200 habitantes.
Curaco: (agua sobre piedras)
Ubicado en la isla de Quinchao a 31 kilómetro de Castro. Esta villa del siglo XVII, fue levantada con la llegada de los primeros colonizadores españoles, militares en tránsito y misioneros jesuitas (aproximadamente, 1620); estos encontraron poco pobladas por huilliches y los que actualmente existen tienen sus raíces en las islas vecinas. El apellido “Vélez”, es el primer encomendero llegado al lugar que lo llamó “Villa Curaco de Velez”.
Lugar de nacimiento del ilustre almirante héroe del combate de Angamos Don Galvarino Rivaros Cárdenas. Iglesia antigua (1901 M.nac), era de espaciosos naves y adornos, incendiada 1971.
Lo más atractivo del pueblo; muestra las características propias de la arquitectura vernacular de Chiloé: molinos de piedra; casas con sus cortes típicos de tejuelas, balcones y miradores; que le dan un aspecto de simpleza y originalidad, uniendo esto con el paisaje insular.
Población urbana aproximada: 300 habitantes.
Quemchi: (Tierra arcillosa)
Ubicado al nordeste a 68 kms. De Castro.
Este pueblo se desarrolló en torno al auge maderero (fines del siglo XIX-principios del siglo XX).
En esta época Quemchi era importante por sus aserraderos y astilleros. En 1826era sólo un corto caserío. En 1882 se habilita como puerto menor. En 1884 comienza a poblarse. En 1895 llegan las primeras flias alemanas que le dan a las viviendas economía y confort. En 1903 habían dos aserraderos con maquinarias modernas y se introducen productos extranjeros a través de los barcos. En 1933 se encendía la antigua iglesia. Por el maremoto de 1960 desaparecen los palafitos y con la apertura de caminos decae el transporte marítimo. Ahora es centro comercial y de servicios frente a los caseríos e islas vecinas.
Atractivo turístico: la Isla Aucar, atravesando un puente rústico de madera de 500 metros de largo, se encuentra una iglesia y un cementerio.
Población urbana aproximada: 1100 habitantes.
Toponimia
Abato: (Península). Fin del continente.
Añihue: Lugar de aves azules.
Butachauques: Pato grande, isla grande unida.
Butalcura: Pierda grande.
Cahuach: Isla abandonada.
Cailín: Isla solitaria.
Calén: Otro ciprés.
Caucahue: Lugar de gaviotas grandes.
Caulín: Pajonal de gaviotas.
Coldita: Isla en forma de pez.
Compu: Tierra anegada.
Cucao: Lugar de chuchao.
Urahue: Lugar de piedras.
Chacao: Caleta de tacas.
Chadmo: Región emboscada.
Chaulinec: Isla cercana
Chaullín: Isla casi unida.
Chelín: Gente del pajonal.
Chiloé: Lugar poblado de gaviotas.
Detif: Bahía de ruidos.
Huicha: Costa aliada, arrastrada.
Huillinco: Lagos de nutrias.
Lin-din: Pajonales de ratoneras.
Licura: Pierdas blancas.
Llau-llao: Región de hongos comestibles.
Llingua: Isla blanca.
Mechuque: Isla donde abunda el mechay.
Meulín: Isla lluviosa.
Natri: Lago amargo.
Pid-pid: Lugar de aves sancudas.
Piruquina: Árboles caromidos.
Pudeto: Pescuezo de venado.
Puntra: Región de petas.
Putemún: Región de los temus.
Quetalco: Agua de fuego.
Quetalmague: Faro de fogatas.
Quicaví: Cueva desagradable.
Rauco: Villa gredosa.
Rilán: Cascada peligrosa.
Tac: Isla de tacas.
Talcan: Isla de los truenos.
Tepuhueico: Laguna del tepú.
Tenaún: Agarrar puñados con las dos manos.
Terano: Lugar de matorrales.
Tranqui: Isla con forma de dedo.
Vilupilli: Cerro de los lagartos.
Voigue: Isla del canelo.
Mitología
Hace unos cuantos años en Chiloé, antes de la llegada de los españoles, los indígenas situados en la isla no tenían ni un conocimiento científico sobre ningún tema. Por esta razón poco a poco comenzaron a surgir diferentes preguntas sobre su vida, pero como ellos no podían encontrarlas, lo más lógico que encontraron fue relacionar todo con lo que conocemos hoy por seres mitológicos.
Un claro ejemplo de esto es la creación de Chiloé. ¿Cómo se creo Chiloé?, una pregunta que ellos no pudieron contestar, por lo cual inventaron la siguiente historia:
"Hace muchos miles de años, la zona de Chiloé era tierra firme, pero apareció Caicaivilu, serpiente del mal, enemiga de la vida terrestre, animal y vegetal, que desea incorporar a sus dominios marinos; así inundo todo el territorio; amenazando convertirlo en un mar. Cuando esto ocurría, apareció Tentenvilú o la serpiente del bien, diosa de la tierra y la fecundidad, y en general de todo lo que en ella crece. Espíritu bondadoso, que protege sus dominios de las invasiones del mar.
Esto ayudo a los chilotes a trepar a los cerros y a los que fueron atrapados los dotó del poder de las aves y peces, para que no perecieran ahogados. Pero no bastó; Caicaivilú, siguió elevando el nivel del mar, entonces Tentenvilú empezó a elevar el nivel de los cerros que sobresalían del mar. La lucha siguió por muchos años hasta el triunfo de Tentenvilú, dando por resultado que los valles quedaron sepultados bajo el mar y los cerros convertidos en bellas islas."
Algunas otras de las tantas historias que en esa época los indígenas crearon fueron:
EL CALEUCHE
El Caleuche es una de las leyendas más populares de las islas; es un barco fantasma usado por los brujos que navega de noche tanto sobre la superficie del mar como bajo de esta a altas velocidades y muy iluminado.
A bordo se efectúan fiestas y bailes cuyo ruido y música atrae a los navegantes que deambulan por las islas haciéndolos esclavos que ponen a su servicio.
Conocido es que los que mandan a bordo son brujos que principalmente se dedican al contrabando abasteciendo a comerciantes que tienen pacto con ellos.
El buque tiene la particularidad de que cuando es perseguido se transforma en roca, tronco de árbol o simplemente en alga para pasar inadvertido y así evitar su captura.
El castigo para aquellos que miran al Caleuche consiste en dejarle la boca chueca, la cara hacia la espalda o bien darles muerte en forma repentina.
PINCOYA
Deidad que representa la fertilidad del mar y su entorno. La Pincoya y su marido el Pincoy son seres muy alegres suelen recorrer los parajes solitarios de la costa y los roquerios.
La Pincoya es una hembra de extraordinaria belleza, sensual, de larga y abundante cabellera que le cubre la espalda, le atrae el canto del Pincoy que hace que baile desnuda en las orillas del mar moviendo su cuerpo voluptuosamente como ella misma.
Dice la leyenda que cuando baila de frente al mar habrá abundancia de peces y mariscos ya que al finalizar el baile irá sembrando mariscos por las playas y llenara de peces los canales, si por el contrario baila de espaldas al mar significa que habrá escasez de peces y mariscos.
TRAUCO
Tal vez el mas famoso de todos los mitos de las islas habita en medio de los bosques su tamaño no sobrepasa los 90 cm. Se protege de la lluvia y el sol con un sombrero cónico hecho de quilineja material del cual también esta hecho el traje con que protege su cuerpo. Vive junto con su mujer llamada "Fiura".
A pesar de ser un enano tiene mucha fuerza, lleva consigo un hacha de piedra que usa para derribar arboles con solo tres golpes no importando ni el tamaño ni la dureza de estos.
A los hombres con su aliento puede dejarles la boca torcida o condenados a morir en un breve plazo a diferencia de esto su forma de actuar con las mujeres es completamente distinta ya que es un enamorado de estas. A pesar de su tamaño y aspecto en las mujeres despierta una gran atracción lo que hace que se le entreguen, si se resisten les provoca sueños eróticos hasta que caen rendidas en sus brazos.
Generalmente causa pavor su presencia y es la disculpa que dan algunas solteras para justificar su embarazo.
Gráficos de la población de Chiloé
Población de ambos sexos:
Población de hombres:
Población de mujeres:
Gráficos de la población de los pueblos más importantes de Chiloé
Población de ambos sexos:
Población de hombres:
Población de mujeres:
Conclusiones
Después de terminar el trabajo, podemos decir que la gente chilota con la cual los españoles se encontraron cuando llegaron, era muy diferente a las demás tribus del norte. Primero, nunca formaron aldeas o pueblos, siempre vivían aisladamente, lo cual no ha cambiado mucho. También su arquitectura, como dijimos anteriormente, era bastante avanzada. Lo mismo pasa con sus telares, los cuales impresionaron tanto a los conquistadores cuando llegaron que se piensa que estaban muy especializados en ese ámbito. Esto demuestra como el ser humano se adapta al mundo o hábitat en el que viven. Si es que no hubieran logrado llegar hasta ese grado de avance con sus tejidos, tal vez muchos de ellos hubieran muertos de frío, o el trabajo como la pesca, o en general todos los que practicaban, no los hubieran podido desarrollar bien ya que la constante lluvia causaría un frío que lo impediría.
Con respecto al hombre de estos tiempos, el de campo, aislado de toda civilización, es muy solitario y tímido. Compartir el fuego todas las mañanas demuestra lo solidarios que son. No están muy integrados en el comercio ya que cultivan su propio alimento, lo cual impide toda comunicación con ciudades. Lo poco que venden los hacen en mercados o en la misma calle.
También nos dimos cuanta gracias a los gráficos como la población (ambos sexos) de Chiloé va aumentando considerablemente con el pasar de los años. Sólo hay algunos pueblos que se mantienen en un nivel o que bajan en el caso de las mujeres. Tal vez sea por las pocas posibilidades de trabajo que se encuentran en el lugar, queriendo emigrar a otro mejor.
Pero lo más importante de todo es que a pesar de ser una pequeña isla, comparada con el mundo en que está, tiene mucho que enseñarnos. Cosas que nunca jamás antes alguien se las ha imaginado. Este informe que acabas de leer es una milésima parte de lo que es nuestra hermosa y mágica isla: CHILOÉ.
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Enviado por: | Fernando Brahm Y Otros |
Idioma: | castellano |
País: | Chile |