Sociología y Trabajo Social
Investigación participativa
1. LA INVESTIGACIÓN PARTICIPATIVA
Se trata de una propuesta metodológica que emergió de la crisis en las ciencias sociales que se desarrolló en los años 60 en América Latina y en Europa. Esta crisis se puede explicar mediante dos factores analíticos que funcionan a manera de ejes convergentes y concausales, son el factor de relevancia social y el factor paradigmático.
El factor de relevancia social surge paralelamente a los acontecimientos que en los años sesenta conmocionaron a Europa y Latinoamérica y exigían la participación de la Psicología Social. La crítica ideológica minimiza la importancia y la adecuación social del proceso y la producción de conocimientos psicosociales, aquí es donde la Psicología social se convierte en un aparato ideológico del Estado, que supone, una tecnología de control social para prevenir problemas en la estructura que sostiene a los que detentan el poder.
S. Moscovict propone un acercamiento a la Psicología Social europea con personalidad propia comprometida con la realidad social y los problemas actuales más relevantes, lejos de la Psicología norteamericana. Se inicia un replanteamiento de los criterios que determinan que problemas son de carácter científico o si se encuentran dentro del campo metodológico, esto se une a su determinación a partir de su relevancia social, lo que implica tomar una postura ideológica explicita o implícitamente.
Todo esto define el factor relevancia social como “todo elemento o proceso extracientífico que, interviniendo en el interior de una práctica científica, frena, impide o desnaturaliza la producción de conocimientos” , se producen estas crisis cuando en un momento dado de su desarrollo una ciencia choca con problemas científicos que no tienen solución por los medios teóricos existentes.
El factor paradigmático describe que la Psicología Social no puede estar actualmente cambiando de paradigma, ya que se encuentra en una etapa preparadigmática; según Ibáñez Gracia existe una contradicción fundamental entre el marco epistemológico asumido por la Psicología Social y la naturaleza misma de su objeto.
Althusser plantea una nueva definición del objeto de la Psicología Social, que requiere de un método, más acorde con el paradigma emergente en las ciencias postmodernas.
Morin, reflexiona sobre la relación sujeto - objeto, donde encuentra que no hay ni habrá jamás un observador puro, ni un conocimiento absoluto, todo conocimiento para un observador es a la vez subjetivo, al remitir a su propia organización interior y objetivo al remitir al mundo exterior.
Estos dos factores-ejes de la crisis (la relevancia social y el paradigmático) están vinculados estrechamente a la crisis estructural, social, económica y política que vive una gran parte de sus países.
Los modelos positivistas y funcionalistas, predominantes guante décadas, manifiestan una incapacidad e sus métodos y técnicas para dar cuenta de realidades sociales complejas y contradictorias, mucho menos pueden dar respuesta a problemas sociales urgentes.
Se cuestiona a orientación científica de las investigaciones sociales, aproximándose a un laboratorio, donde se examinan los fenómenos sociales y psicológicos, separando los valores del investigador al observar y analizar. Se pretende una ciencia neutra, apolítica y no comprometida, cuyo objetivo es constatar, describir, predecir y que termina siendo utilizada como herramienta de ingeniería social para modelar y uniformar patrones de comportamiento definidos por los dueños del poder, a través de instituciones para el control social.
Los científicos sociales que desconocen la relevancia de los movimientos populares se aferran a un conocimiento científico errático y a-histórico, asumen una lógica tecnocrático-academicista para solucionar problemas de marginalidad y pobreza, excluyendo a estos grupos populares fuera del proceso de investigación y de la generación de proyectos para la mejora de la calidad de vida.
En los años 60 se delinean estrategias para romper con lo que se denomina el monopolio del saber, la investigación y los procesos educacionales empiezan a adquirir una connotación marcadamente política. Se buscan métodos y técnicas que permitan conocer transformando. Se inicia así un movimiento latinoamericano de reacción y recusación al predominio esterilizante del positivismo empiricista en la práctica de las ciencias sociales. Esto sucede simultáneamente con algunos acontecimientos significativos en Latinoamérica que generan insatisfacción, lo que lleva a algunos científicos sociales a postular la necesidad de vincular la actividad científica con los procesos generales de transformación socioeconómica y política, así la investigación se torna comprometida, inserta en los procesos de transformación social y abierta a los sectores populares y se incrementa el consenso sobre la necesidad de una serie de cambios estructurales que deben ser apreciados en su totalidad si se desea entender sus partes.
El Simposio Mundial sobre Crítica y Política en Ciencias Sociales, celebrado en Cartagena, Colombia en 1977, se considera como la plataforma de lanzamiento de la Investigación Participativa a otras partes del mundo, se observan dos vertientes, una que la plantea como opción teórica derivada del materialismo histórico y la otra como opción metodológica instrumental. Se establece la definición de Investigación-Acción Participativa y se crea la Red de Investigación Participativa, mediante el apoyo del Consejo Internacional para la Educación de Adultos. Este Simposio dio pie a una serie de reuniones y seminarios en todo el mundo.
En el Tercer encuentro Mundial de Investigación Participativa (Managua, Nicaragua, 1989) se consolida una organización y una comunidad mundial centrada en la perspectiva participativa. Los objetivos se dirigen a confrontar y analizar en profundidad los procesos de investigación participativa en los diferentes países, así como elaborar principios orientadores para un nuevo enfoque que permita la evaluación de esta práctica y el avance en otras investigaciones.
Al final de la década de los 80 y principios de los 90, ocurren una serie de transformaciones en Latinoamérica, tras las que el enfoque participativo crece y se diversifica en sus opciones teóricas y técnicas, ideológicas y políticas.
Los conceptos básicos de la investigación participativa y sus principios fundamentales provienen de paradigmas, teorías, disciplinas y experiencias prácticas diferentes:
- Paradigmas precursores: el materialismo dialéctico-histórico, con modelos de organización - movilización, conflicto y transformación de estructuras - relaciones sociales, también la influencia del estructural - funcionalismo, con modelos de armonía, integración y modernización, así como la de algunos otros paradigmas: fenomenología, etnometodología e interaccionismo simbólico.
- Disciplinas como: la Psicología, contribuciones de C. Rogers (educación y participación), G.H.Mead (socialización), K.Lewin (cambio social, dinámica de grupos), S.Freud (psicología de masas, malestar en la cultura), entre otros.
Desde la Filosofía se incorporan planteamientos sustanciales como los de G.Bachelard (epistemología y estructuralismo), J.Piaget (epistemología, psicología y pedagogía), N.Chomsky (lingüística) y J.Ortega y Gasste (vivencia existencial).
También desde la Ciencia Política influencian teorías de A.Gamsci (participación-organización)
En Comunicación Social, se nota la influencia de Beltrán y Mattelart.
En Antropología está C. Lévy-Strauss, M. Mead y Sol Tax con antropología- acción; C. Rodríguez Brandao con Cultura Popular; H. Garfinkel con etnometodología.
En Educación Popular, se encuentra P. Freire que aporta una filosofía pedagógica, dialógica, liberadora y transformadora. Descompone el proceso metodológico en 3 momentos: problematización - reflexión - acción.
Desde la Sociología: O.Fals Borda, J. Bosco Pinto, R. Stavenhagen, P. Gonzalez Casanova, H.Habermas, T.Adorno, la Escuela de Frankfurt, la Escuela de Chicago, P. Bourdieu, A.Touraine, H.Lefebvre y C.Wright Mills, que desde esta disciplina promueven la participación y la movilización de los grupos oprimidos y marginados.
Desde la Sociología, Fals Borda desarrolla una estrategia metodológica que denomina Investigación-Acción (también conocida como sociología crítica o sociología-acción). En esta línea teórica se parte de una concepción de ciencia que distingue la ciencia dominante (que privilegia la continuación del sistema capitalista) de una ciencia popular, la del conocimiento empírico, práctico, de sentido común, que es posesión ancestral de las bases sociales y que les ha permitido crear, trabajar e interpretar su realidad.
Por otra parte, J. Bosco Pinto, trata de integrar las posturas de Freire y Fals Borda en un proceso metodológico único. Surge también la variante “observación militante” brasileña (Darcy de Oliveira, De Miguel y Rosica), así como la “investigación militante venezolana” (Gajardo). Entre los objetivos de estos estilos militantes esta la formación de cuadros capaces de participar en la elaboración de políticas y no solo en su aplicación, su compromiso se basa en colocar el conocimiento al servicio de los intereses populares para la transformación de la sociedad en general.
Por otro lado, C. Rodríguez Brandao, desarrolló la “Investigación Popular” basada en la etnometodología y en el interaccionismo simbólico, se desarrolló en el campo de la educación de adultos/as, la educación y la cultura popular indígena, al cual que la esfera académica universitaria latinoamericana comenzaba su proceso de transformación.
Tambien se dan derivaciones técnicas, en las que la comunidad misma es la protagonista:
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La encuesta participante, la encuesta participativa y la concientizante.
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El autodiagnóstico, la autoevaluación, la autoinvestigación, el seminario operacional.
El objeto de estudio es la realidad social vivida por las personas en una relación dialéctica, hacia la concienciación popular y la participación.
Al inicio de la década de los 80, la tendencia emergente de rápida generalización, es la modalidad de “Investigación Participativa” (IP), surge en un contexto de regímenes autoritarios latinoamericanos, dentro de una época de transición que va de un subcontinente de mayorías campesinas hacia otro de mayorías urbanas. Surge en el contexto de modelos de desarrollo concentradores en lo económico.
La IP se define como una propuesta metodológica inserta en una estrategia de acción definida, que involucra a los/las beneficiarios/as de la misma en la producción de conocimientos.
Según M. Gajardo, las bases operativas y conceptuales de la IP, son:
El punto de partida es la realidad concreta de los grupos con que se trabaja.
La lucha por establecer relaciones horizontales y antiautoritarias.
La prioridad de los mecanismos democráticos en la división del trabajo.
El impulso de los procesos de aprendizaje colectivo, a través de los grupos.
El reconocimiento de las implicaciones políticas e ideológicas subyacentes a cualquier práctica social.
El estímulo a la movilización de grupos y organizaciones para la transformación de la realidad social, o para acciones en beneficio de la misma comunidad.
El énfasis a la producción y comunicación de conocimientos.
En síntesis, el objetivo de la IP es la transformación de la realidad social y mejora del nivel de vida de las personas inmersas en esa realidad, a través de la implicación y la participación de la propia comunidad beneficiaria.
2. PRINCIPIOS EPISTEMOLÓGICOS
La Investigación Participativa, representa una propuesta metodológica para el cambio social. Es una perspectiva científica e ideológica para promover, apoyar y facilitar los procesos de transformación, especialmente en la organización y las relaciones (asimétricas) de poder entre grupos y estructuras sociales.
Sus principios epistemológicos significan una manera de acercamiento a la realidad social, se trata de conocer transformando. Los principios fundamentales son principios vigentes en la práctica operativa y en la teórica, y son aglutinantes de la Comunidad IAP
Para la clasificación de los principios, a partir de su contenido, los que van del primero al sexto, tienen una carga de carácter epistemológico, puesto que constituyen la base para la construcción de la relación con la realidad y para diseñar o realizar modos diferentes de vincularse con el conocimiento.
1º Principio: el punto de partida está ubicado en la perspectiva de la realidad como una totalidad.
Se contrapone a la reducción del mundo real a una sola dimensión (a la dimensión de la extensión y de las relaciones cuantitativas). Se trata de la realidad entendida como un todo que posee su propia estructura y organización que se desarrolla y de donde se obtienen las conclusiones para el estudio, descripción, comprensión, ilustración y valoración de ciertos sectores tematizados de la realidad.
Para investigar y actuar en una realidad es necesario entender el proceso como método de pensamiento de lo abstracto a lo concreto. Cada fenómeno social es entendido como elemento del todo. Sin embargo, la interpretación de la realidad social es por una parte subjetiva (la persona que lo interpreta asigna un sentido y un significado) y por otra parte objetiva (las categorías de interpretación representan una síntesis particular configurada a través de la interacción social objetiva, esto es, en tanto que sujeto histórico).
2º Principio: se parte de la realidad concreta de los propios participantes del proceso. Fomentar que las personas como seres en situación reflexionen sobre su propia situacionalidad en la medida en que actúan sobre ella.
La realidad concreta está compuesta por hechos y datos objetivos y la percepción subjetiva que de tales hechos y datos tiene la población involucrada. Esta población define, analiza y resuelve el problema y su origen, buscando la transformación de su realidad concreta, de la mejoría de sus condiciones de vida.
Este principio implica la instrumentalización in situ: vivencial, necesariamente interdisciplinaria y dialógica.
3º Principio: los procesos y estructuras, las organizaciones y los/las sujetos, se contextualizar en su dimensión histórica.
Este principio explica la relevancia que tiene en la investigación participativa, el restituir críticamente su historia a las culturas populares, reforzando su identidad y sentido de pertenencia, es decir, conocer su propia realidad, participar de la producción de ese conocimiento y tomar postura al respecto, creando así una conciencia histórica colectiva.
La influencia de esta perspectiva histórica de los fenómenos, hechos y procesos logra cambios en métodos y técnicas (se sustituyen los estudios sincrónicos por los de carácter diacrónico, longitudinales).
4º Principio: la relación tradicional de sujeto-objeto entre investigador-educador y los grupos populares se convierte en una relación sujeto - sujeto.
Esta última relación se conceptualiza y se instrumenta mediante lo que P.Freire fundamenta cono principio de dialogicidad, propone una horizontalidad a la relación del investigador/a-educador/a con los grupos populares.
No se trata de transformar a los seres humanos sino a la realidad.
La práctica se convierte en la superación de las relaciones asimétricas entre el/la científico/a social (como agente externo) y los sectores populares con los que trabaja. Esto produce una recuperación de lo humano en la persona y su capacidad de ver desde esa nueva situación.
5º Principio: la unidad de la teoría y la práctica.
Supone construir la teoría a partir de la práctica reflexionada críticamente.
P.Feire señala que la teoría, separada de la práctica, se transforma en simple verbalismo, la práctica separada de la teoría, no es más que activismo ciego.
La práctica social viene a ser la que determina tanto la percepción como el conocimiento del objeto social y el marco teórico se estructura sobre la participación específica y concreta de dicha práctica social.
En la investigación participativa se establece una nueva relación entre teoría y práctica, entendida esta última como la acción hacia la transformación a través de la participación popular.
Entre teoría y práctica transformadora media una labor de organización de los medios y planes de acción concretos dentro de la investigación participativa se focalizan además en/con grupos organizados.
6º Principio: el conocimiento científico y el popular se articulan, críticamente, en un tercer conocimiento nuevo y transformador.
Este principio se basa en el reconocimiento de la existencia (dentro de los sectores organizados de cultura popular) de procesos y estructuras propias, orgánicas, para la producción y reproducción del saber popular.
La intervención participativa persigue fortalecer el saber popular como vehículo para llegar en última estancia al fortalecimiento del poder popular contra hegemónico, es decir, lograr una ciencia popular en e sentido de ciencia comprometida con la causa popular y de pensar a partir de la lógica del pueblo.
Ton de Witt y Vera Gianotten, apuntan que la participación se ubica en el proceso orgánico de convertir el saber popular espontáneo en un saber popular orgánico (conocimiento científico), la participación es considerada como elemento facilitador de procesos y estructuras para la producción-reproducción del conocimiento, evitando siempre la invasión cultural tradicional.
3. PRINCIPIOS METODOLÓGICOS
A partir de la clasificación de los principios según su contenido, Los principios que van del séptimo al décimo, tienen una mayor carga teórico-metodológica y representan un modo específico de relación con la realidad; de relación explicita con el conocimiento y su particular proceso de producción, así como de construcción del objeto.
7º Principio: la participación popular debe estar presente a través de todo el proceso de investigación-educación-acción.
Se exige que la comunidad forme parte de y tome parte en cada una de las etapas del triple proceso, especialmente en los momentos de toma de decisiones.
Para F. Borda la participación popular debe estar presente en el proceso desde el comienzo hasta la producción final, a favor de la abolición de la explotación y dominación, las autocracias centralistas y el monopolio del poder..
Según De Witt y Gianotten, la participación popular es inherente al proceso y debe darse en todas sus etapas, partiendo de un saber popular como base de la investigación, en beneficio de la misma comunidad.
Yopo, reclama la autogestión y la autodeterminación como principios rectores de la organización social. Define participación como la influencia en los procesos de toma de decisiones a todos los niveles de actividad social y de las instituciones sociopolíticas.
8º Principio: el compromiso político e ideológico del investigador/a - educador/a es con el sector popular y su causa.
Este principio esta formulado contra la supuesta neutralidad positivista de los/las científicos/as cuyo trabajo es finalmente beneficia el conocimiento y poder de los grupos dominantes.
P.Freire niega la existencia de la neutralidad científica y de la imparcialidad del científico/a, considera que debe poner su ciencia al servicio de su acción política. Afirma que explícita o implícitamente todos lo hacen.
Rodríguez Brando considera que no se trata de vivir y pensar como el pueblo, sino con el pueblo. Se trata de construir un tipo de lógica y de pensamiento diferente, para que, con todo el rigor de la ciencia, sea capaz de pensar desde el punto de vista de las clases populares.
9º Principio: reconocer el carácter político e ideológico de la actividad científica y de la educativa.
Se desarrolla como principio teórico al concienciar y explicitar el compromiso político del investigador/a. En su práctica social y en su metodología al investigar y coordinar procesos sociales adopta consciente o inconscientemente una postura ideológica y una opción política.
Según Freire es un error no entender la dimensión y las implicaciones políticas de la práctica pedagógica, es prácticamente imposible una concientización estrictamente pedagógica, aséptica y sin compromiso político.
Mas allá de reconocer una dimensión política en el quehacer científico y educativo, se trata de explicitar una definición o un proyecto político y sobre todo una acción o práctica concreta vinculada a movimientos y grupos populares.
10º Principio: la investigación, educación y acción se convierten en momentos metodológicos de un solo proceso para la transformación social.
Son momentos diferentes en sus etapas que están en constante reflujo entre agentes externos y comunitarios; siempre hacia la misma finalidad transformadora.
Cualquiera de los tres momentos, aislados, resultan insuficientes para la transformación de una realidad social, una totalidad concreta y compleja. De aquí que su conjugación en formas conceptuales diferentes, metodológicas y operativas, se hace necesaria.
4. DOS EXPERIENCIAS DE CARÁCTER COMUNITARIO
4.1. PARTERAS TRADICIONALES.
Las Parteras Tradicionales (PT) actúan en los países en desarrollo, atienden entre el 60% y el 80% del total de partos habidos en un año. Esta cifra se eleva a más de 90% en países y regiones en situación de pobreza extrema y en condiciones de marginalidad socioespacial.
Ante esta realidad, los/las estudiosos/as han dividido sus opiniones:
Por un lado, los/las seguidores/as de la medicina oficial, que aseguran que debido a la existencia de las PT, las tasas de morbilidad y mortalidad materna e infantil siguen siendo altas.
Por otra parte, están quienes opinan que gracias a la existencia de las PT, como recurso de salud en las comunidades, se ha podido evitar las muertes de madres e hijos que habitan en zonas donde la medicina oficial no alcanza a cubrir las necesidades de salud.
La PT constituye un recurso primario de salud dentro de la comunidad, las PT informadas, orientadas y capacitadas resultan ser un recurso de atención primaria a la salud disponible y aprovechable para logros mas ambiciosos a largo plazo.
En la 29 Asamblea de la OMS, en 1976, se recomienda utilizar y complementar la asistencia de las zonas infradotadas con los curanderos tradicionales, incluidas las PT. Estas recomendaciones se formalizan en 1978 y dan pie a la reglamentación de los programas de adiestramiento. En todos estos programas se percibe una ideología de estudio y mejoramiento de los/las infradotados/as a partir de la observación a distancia y la planificación de despacho, el programa oficial nace y se desarrolla sin la participación de los/las destinatarios/as.
Este sistema de determinar, organizar, capacitar y clarificar desde arriba, hace que el programa sea autoritario y asimétrico a pesar de que en el discurso y en las intenciones se trate de aparentar lo contrario. Se intenta imponer la medicina científica/oficial, desacreditando así la medicina empírica basada en tradiciones, costumbres y creencias populares, ya que analizadas desde la ideología médica dominante son descalificadas ya que no cumplen sus principios y normas. Este sistema no tiene respeto a los valores culturales y mantiene una actitud de omnipotencia y colonización.
La medicina moderna proporciona atención a la enfermedad y no reconoce a la persona como un ser integrado a su entorno social, cultural, económico, familiar y ambiental, aspectos que sí tiene en cuenta, de manera espontánea, la PT.
El reconocimiento oficial internacional a la importancia de la PT surge a partir de que la OMS precisa y regula las formas para capacitarlas y aprovechar su experiencia.
Durante los años 1985-1987 se crea en México, un espacio de análisis y discusión entre profesionales e instituciones interesadas con el fin de profundizar sobre el conocimiento y el quehacer de la PT, de potenciar el conocimiento y las habilidades de la PT, así como de conocer y reconocer sus prácticas terapéuticas.
En 1985, algunas instituciones normativas y operativas del sector salud, inician una etapa diferente de percepción y solución a los problemas, algunas de estas instituciones son el Instituto Nacional Indigenista (INI) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
En 1985 nace el Primer Proyecto de Investigación Participativa con Parteras Tradicionales y comunidad de usuarias de las zonas indígenas de Oxaca (México). La investigación es la primera, en su género, que se realiza con metodología participativa:
Se recoge información:
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De y con la propia PT.
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De y con las mujeres de la comunidad.
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De y con los/las médicos/as.
Todos en un proceso colectivo de reflexión crítica de la práctica y de la realidad social.
Es un proceso donde se intercambian experiencias y se revalora la labor asistencial de la PT. Se propicia un proceso continuo de producción de conocimientos, donde se amalgama el conocimiento popular con su contraparte científica-académica para dar paso a un conocimiento nuevo.
Los métodos e instrumentos para la investigación se diseñan bajo el paradigma teórico de la educación popular de Freire, y de la investigación -Acción- Participativa (IAP).
Algunos de los métodos e instrumentos utilizados fueron:
- Entrevistas colectivas. - Círculos de reflexión. - Autodiagnóstico.
- Asambleas Populares. - Talleres de sistematización.
La sabiduría popular, el potencial creativo, la dignidad y la experiencia de las parteras se manifiestan cuando de manera natural el grupo reflexiona y opina sobre lo que quiere y lo que entiende por capacitación, lo que entiende (y lo que no) del lenguaje sofisticado de la medicina y la cultura occidentales; de los conocimientos científicos que percibe necesarios, apropiados y apropiables para su trabajo.
La construcción colectiva de propuestas para un diseño de programa capacitador mas cercano a la realidad indican que la capacitación se inicia en el momento en que ambos grupos se sientan a la mesa de las reflexiones, donde se abordan diferentes aspectos relativos a la PT (características, funciones - tanto médicas como sociales-, aspectos de su capacitación, representatividad social…)
Las PT consideran el momento del parto no como una intervención médica (operación) sino como un proceso social y humano, en el que se debe respetar las condiciones humanas y desechar el mecanicismo frío.
4.2. CREACIÓN DE ESPACIOS EDUCATIVOS CONTRAHEGEMÓNICOS.
A nivel mundial se percibe la tendencia generalizada de redireccionar la medicina para que sea más comunitaria, preventiva, social y primaria.
La Antropología de la salud, ha demostrado que la tendencia de convertir los modelos médicos en modelos de salud se ve muy bien en el papel y los discursos, porque en la universidad y en la práctica médica, la presencia del modelo hegemónico es omnipresente y ha convertido las buenas intenciones en copias mal hechas del modelo médico: clínico, curativo, individualista, reparador, autoritario y medicalizado.
Algunas facultades de Medicina incluyen en sus planes de estudio, asignaturas comunitarias. El /la estudiante y sus maestros/as asisten a la comunidad (generalmente pobre), prestos a medicalizar la vida de las personas. La inclusión de contenidos temáticos sociales, de salud publica o de medicina comunitaria, en los planes curriculares no garantiza que la universidad provoque el surgimiento del nuevo paradigma preventivo, mas colectivo, mas humanista y popular
Se trata de agregar conocimientos y prácticas que permitan un ejercicio más cercano a la realidad y necesidades sociales. Sin embargo, la universidad prepara al estudiante para que a través de sus labores intelectuales y técnicas se coloque en la cúspide de la pirámide social y de espaldas a las necesidades de la población. La universidad como un sistema teórico-práctico que dirige y organiza los conocimientos hacia una dirección concreta: el modelo médico dominante basado en la ideología del poder. La educación médica transforma al estudiante curioso y creativo en una persona indiferente, con una gran capacidad para la observación y la crítica, que no se vincula con la realidad social.
En 1985 se diseñan y se ponen en marcha estrategias de educación alternativas en la formación de médicos/as. Esta experiencia dura cinco años y se lleva a cabo en la Facultad de Medicina de Xalapa, México. Se les denomina “espacios educativos contra hegemónicos” donde se reflexiona críticamente sobre la práctica y la educación médica, sobre la realidad social del país y el futuro de la medicina, con el fin de posibilitar una coyuntura para la transformación del paradigma de la enseñanza, para ello se diseñaron estrategias bajo los referentes teóricos de la IAP, de la Sociología de la Medicina y la Antropología de la salud.
La primera estrategia utilizada fue la reflexión crítica de la práctica médica y del modelo médico hegemónico. Se introducen nuevos contenidos, métodos y técnicas.
Otra de las estrategias es la creación de un campo de prácticas para la salud comunitaria, que permite modificar patrones dominantes de observación y conocimiento de la realidad. Surge así el programa docente-asistencial para las zonas marginadas y periféricas de la ciudad. Se evita la encuesta y la consulta médica como recursos de penetración en las comunidades. Los/las estudiantes inician su relación primero con los/las niños/as, escuelas y maestros/as. Mientras aprenden de la comunidad y enseñan a conservar la salud también vivencian los problemas reales de salud y enfermedad, inician contacto y comunicación con personas sanas y no solo enfermas.
La estrategia de la participación comunitaria, entendida como toma de decisiones sobre la salud personal y familiar, se logra a través de procesos de información permanente y reflexión. Se diseña la “Feria de la Salud” y surgen desde la comunidad las técnicas participativas y lúdicas que cuestionan la actitud pasiva, expectante y receptora de los pacientes.
En 1988 y 1990 la feria recibe dos reconocimientos internacionales. Como estrategia de participación comunitaria es adoptada por la Seguridad Social del Estado de Veracruz, el Departamento de Servicios Médicos de la Universidad Nacional Autónoma de México, más dos facultades de Medicina.
Desde 1987 las ferias de salud se realizan por los/las propios colonos/as.
Una estrategia mas la constituye el Centro Universitario para la Salud Integral (CUSI), diseñado para vincular la teoría y la práctica, es el sitio para que los/las estudiantes de cursos avanzados practiquen los conocimientos clínicos y de salud.
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Enviado por: | Auskalo |
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