UNA NUEVA PERSPECTIVA PARA UNA ANTIGUA ASPIRACIÓN.
Hay cambios significativos en Educación Especial en la forma de pensar y de actuar con relación a la educación de niños con deficiencias. El enfoque tradicional se limitaba a separar a los niños “normales” de aquellos que tenían “deficiencias” y clasificarlos según estas, esto hace que se les diese una educación especifica a sus necesidades. Eran ayudados mediante técnicas especificas, profesorado preparado y materiales específicos.
Aunque esto hizo disminuir las expectativas de darles una educación y un aprendizaje.
El nuevo enfoque se basa en las ideas de necesidades- integración- currículum- colaboración. Todos los alumnos son iguales en sus diferencias y todos tienen derecho a ser educados en función de esa diferencia.
Los profesores “ordinarios” se encuentran con la dificultad de tener que adaptar la enseñanza a estas particularidades tienen que hacer la función de “especialistas” y no están preparados para ello. Se rodean de un ambiente nuevo para ellos.
UNA MIRADA RETROSPECTIVA HACIA LA REALIDAD ESPAÑOLA.
Respecto a este tema están sucediendo unos cambios legislativos que lo apoyan. Primero con la constitución, después basada en esta la Lismi, apoyada también por el real decreto de ordenación de la educación especial, más tarde la Ley Orgánica de ordenación General del Sistema Educativo ( LOGSE) .
CARACTERISTICAS DEL PROGRAMA DE INTEGRACIÓN ESCOLAR DEL MEC.
Se comienzan los Programas de Integración Escolar, estos se centran en recursos humanos y materiales o los alumnos que son propios de integración. Este programa se pone en marcha en el curso 85/86. En principio sólo se inician en cursos de preescolar y ciclos iniciales de EGB. En principio ayuda al profesorado enfrentándose con unas demandas “abarcables”. Según van avanzando los programas comienzan las dificultades. Este plan no promovió la integración de “ todos los alumnos con necesidades educativas especiales”, se comenzó con alumnos con dificultades de menor grado, aquellos que poseían deficiencias más graves eran introducidos en menor número para que el profesorado no tuviese una reacción negativa hacia el nuevo plan.
Otro aspecto que hizo que esta integración se viese desde un punto de vista positivo fue la introducción extraordinaria de recursos humanos y materiales congruente con el reconocimiento de las necesidades de las demandas especiales. Se incorporaron especialistas de apoyo para estas necesidades. Las dotaciones económicas también aumentaban para poder eliminar las barreras arquitectónicas con las que se encontraban estos alumnos.
Se crea también el Centro Nacional de Recursos para la educación especial.
Se ha evaluado rigurosamente y constantemente este plan para conocer su impacto sobre la realidad de los centros y de los alumnos incorporados al programa y para introducir los cambios oportunos para su mejora y optimización. La evaluación se realiza en tres momentos : al inicio del programa, durante los cuatro primeros años. En segundo lugar dos encuestas de opinión, la primera dirigida al profesorado para poseer su opinión y “ revalidar” el acuerdo al que se llegó. La segunda encuesta dirigida al Equipo interdisciplinar.
Trataba de conocer y mejorar los posibles efectos de una innovación excesiva.
RESULTADOS DEL PI.
La conclusión y el resultado más evidentes es que ya no se cuestionan la necesidad y la justicia de una medida como la integración de alumnos con necesidades especiales en el sistema educativo ordinario.
Lo que se discute es cómo mejorar y conseguir que la “integración” responda adecuadamente a las necesidades de los niños. Se reclaman recursos, medidas administrativas y la formación que les permita responder de forma personal y profesional. También que este programa se extienda a alumnos con deficiencias más graves.
Las adaptaciones curriculares serán muy necesarias y decisivas en el éxito de estos alumnos. Las evaluaciones han permitido diferenciar tipos de centros en función de esta capacidad de enfrentarse como “equipo docente”. Se observan mejores pronósticos para estos alumnos, pero para ello hay que tener una actitud positiva y un trabajo en equipo y colectivo. Esto se consigue con una buena formación que ayude al profesorado a resolver los problemas con los que se encuentra, con nuevos recursos humanos y materiales.