Sociología y Trabajo Social
Instituciones públicas o sociales en México
ANÁLISIS INSTITUCIONAL
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HOSPITALES PSIQUIATRICOS
ORIGENES
IMAGEN NEGATIVA
Lo que denominamos como imagen negativa abarca expresiones tales como" loquero", asusta, amenaza, para siempre, el que va ahí Queda fuera de la sociedad, es un paria, depósito, abandono de personas, para locos, algo feo, encierro, no salís mas- para problemas crónicos, depósito, lugar extraño y misterioso, - despierta miedo- - lo imposible de solucionar- trataba mal a los pacientes- descuido- deterioro- uno tocó fondo si va ahí- peor que ir a la cárcel, tétrico, la tele lo muestra como terrible ,Peor que otros hospitales, te vuelven loco, estigma, Triste, experimentan con personas, no se sale mas, es para pacientes graves que no se van de alta, no se recuperan.
En sus orígenes el hospital no era mas que un lugar de retiro para enfermos indigentes Existe una ley natural social que margina al distinto, al débil, despertando el rechazo de los hombres a través de los tiempos y las culturas. El exilio, el confinamiento en leprosarios, barcos a la deriva, asilos era el destino final de quien por uno u otro motivo no había podido ser incorporado por la sociedad. Locos, marginales y delincuentes eran encerrados indiscriminadamente. Locura que se torna sinónimo de castigo, de condena. Si bien en su devenir las cosas se van modificando continuamente y también el modo de convivir con ellas, esa evolución resulta imperceptible y suele ser a veces sutil en apariencia y trascendente en su fondo.
De la raiz latina hospit, hospites (extraño, forastero) deriva la palabra hospitium con la que algunos monjes designaban lugar en el que alojaban a los enfermos vagabundos que venían a pedirles albergue. De esa misma raíz proviene el término huésped, hospital, hotel, hospicio.
FUNCIONES DE LOS HOSPITALES PSIQUIATRICOS
A diferencia de otros hospitales, todo el hospital psiquiátrico como institución se transforma en un agente psicoterapéutico de gran eficiencia en profundidad y amplitud por lo tanto está expuesto a padecer de aquello que debe enfrentar: la locura con su progresivo deterioro y cronicidad y estos problemas se hacen más agudos en las instituciones que atienden enfermos mentales. Si bien hoy, el objetivo principal es la estabilización de los enfermos mentales y propiciar su enlace con la sociedad, debe diferenciarse muy bien de aquello que le propone la estructura asilar para lo que fue creado. Pues " El asilo tiene en su organización la misma alienación que sus pacientes" Cosificación, pérdida de identidad, contactos sociales empobrecidos, monotonía con fuerte deprivación sensorial, empobrecimiento y vaciamiento de su condición humana. (Signos también de la estructura psicótica con la que trabaja).
Entonces si el objetivo y las intervenciones hoy son diferentes a lo que fueron en sus orígenes, porqué sigue siendo traumático el paso por la internación psiquiátrica?
En 1895 Freud dice que son necesarios dos sucesos para la constitución del trauma. Una primera escena que deja una huella en el psiquismo y una segunda escena de naturaleza semejante, ocurrida después que por alguna asociación evoca la primera y convierte a la primera en trauma produciendo efectos patógenos. En el inconciente se juntan ambas huellas mnémicas y la primera aporta significado a la segunda. Entonces nos preguntamos
¿Es traumática en sí misma la internación psiquiátrica o lo convierte en traumático el retorno a la sociedad y el estigma que de ella le viene como segunda escena que convierte en traumática a la primera?
El cambio de significación de quienes conocen el hospital, o han estado internados allí da cuenta de la buena asistencia y eficiencia en la atención recibida resaltando las cualidades del hospital, también es un lugar de derivación confiable para otras instituciones. No obstante la mayoría tenía una connotación e imagen negativa del mismo. Paradoja que se sostiene al momento de ser dado de alta y de enfrentar el sujeto la comunidad. Las sociedades modernas de masas tienden a despersonalizar las relaciones humanas " El infierno son los demás" decía Jean Paul Sartre. Pero, ¿que queda? ¿El aislamiento o la soledad como consuelo? El infierno son los demás en tanto pueden hacernos la vida infernal al revelarnos nuestras fisuras narcisisticas, nuestros sueños omnipotentes...
Los terapeutas advertidos que las cosas no se sitúan ahí donde debemos esperarlas acompañaremos a los pacientes también a enfrentar el mito, el sistema de creencias que acompaña su padecer y porque no el nuestro frente a tanto "desencuentro".
El desconocimiento que la población tiene de lo que sucede dentro de un hospital psiquiátrico, su enigma arrastra el estigma del encierro, la locura y la segregación puesto de manifiesto al momento de la externación e incrementado hoy por lo que el mundo post moderno le exige a todo sujeto. De manera que consideramos que efectivamente arrastran aquellas marcas del mito fundante para lo que fue creado el psiquiátrico por la falta de difusión o una difusión distorsionada y tendenciosa que a veces los mismos profesionales y personal de la institución sostenemos casi de manera ambivalente y silenciosa.
EL TRATAMIENTO DE LOS PACIENTES
Deberíamos incluir el trabajo clínico de los mitos con el paciente y su comunidad como parte de la intervención institucional comprendiendo que el paciente no podrá eludir el espinoso camino de enfrentarse a lo que significa la marginalidad de la locura y de haber pasado por un hospital psiquiátrico.
El hospital psiquiátrico es un recurso genuino que la comunidad posee en cuestiones de Salud Mental en un momento en que todo aparece degradado. La institución ofrece a estos pacientes los lugares necesarios para desplegar lo dramático de su existencia encontrando en ese contexto a los profesionales dispuestos a acompañarlos con el cuerpo y la palabra en el lugar donde conviven con sus pesadillas, sus vacíos y sus horrores. Una internación de por vida reclama una ética y no se contribuye a mejorar la calidad de vida de quien lo necesita sosteniendo estigma y discriminación. Humillación para los que padecen la cronicidad y encuentran en el hospital el único lugar donde mitigar sus padecimientos.
M. Foucault.
"...hemos sostenido con la enfermedad mental una relación profunda, ética, quizá difícil de formular para nosotros mismos, pero impenetrable para cualquier otro, y en el cual hemos sentido el mayor de los peligros, y acaso nuestra verdad mas próxima. No se dirá que hemos estado a distancia de la locura, sino en la distancia de la locura…. Y aquello que para nosotros hoy designa al Exterior un día acaso llegue a designarnos a nosotros….”
RESUMEN HISTÓRICO DE LA ASISTENCIA A LOS INTERNADOS EN HOSPITALES PSIQUIÁTRICOS
El trato más común al enfermo mental, durante toda la historia ha sido el siguiente: mientras no crearan problemas se les dejaba vagar por las calles. Si su conducta era conflictiva, a lo largo de la historia y de las culturas se procedía a la exclusión social. En el siglo XVIII, la revolución francesa traerá consigo un cambio en la sensibilidad de la sociedad ante el modo en que se trata la locura, dando lugar al llamado tratamiento moral. A partir de Pinel, la psiquiatría se plantea si hay una línea divisoria entre el enfermo incurable/crónico y el curable/agudo. Esquirol fue uno de los principales impulsores de la construcción de asilos y de esta diferenciación dual. Los incurables serán mantenidos en grandes edificios-almacenes, sin otros argumentos que no sea el menor costo posible.
El impulso de la psiquiatría americana (Meyer), resalta la importancia de establecer mayor comunicación entre el hospital psiquiátrico y la comunidad a través de visitas de la familia, papel que desarrollarán los trabajadores sociales (profesión surgida en USA en 1870).
Como consecuencia de la gran depresión económica de los años 20, el estado decide la obligación de ahorrar en la administración pública:
La Asociación Alemana de Psiquiatría, en 1931, crea un premio con el sugestivo título «¿Puede hacerse más barata la asistencia a los enfermos mentales?». Lo gana el director de una clínica de Berlín, Bratz, quien propone medidas gerenciales:
«En interés de la salud de los pacientes se puede permitir el ahorro en calefacción, luz, comida, vestido y medicación. Nuestros establecimientos están ahora al comienzo de su adaptación a los nuevos adelantos científicos, que permitirán que nuestras instituciones se conviertan cada día más en sanatorios que sirvan de cura para los que puedan mejorar y —en el recurso de siempre— los enfermos crónicos sean enviados urgentemente a otras formas de atención más baratas. Estos enfermos, desalojados de los establecimientos caros, pueden ser enviados a familias, asilos, departamentos de atención básica en hospitales o establecimientos de simple asistencia.»
Hasta 1945 se esterilizan en Alemania entre unas 200.000 y 350.000 personas, y unas 42.000 en USA. En 1949, la solución final lleva a la cámara de gas a 75.000 enfermos mentales. No es más que la constatación del nulo valor de la vida de todas estas personas, calificadas como crónicas, incurables, irrecuperables para el sistema y de la actitud médica que, con su visión científica, les niega la categoría de personas.
En la postguerra, el psicoanálisis y la sociología se aplica en la asistencia a los enfermos mentales (aportan que se dedique tiempo e interés a un enfermo).
En la década de los 50 se introducen las terapias farmacológicas.
En 1961, Goffman destapa todos los contrasentidos terapéuticos de las «instituciones totales». Crítica sociológica y necesidad rehabilitadora se conjugan para cambiar la imagen de los manicomios dentro de la filosofía del estado del bienestar.
En 1963 (el presidente de USA, Kennedy leyó al congreso su programa de salud mental), es cuando la cifra de internados comienza a descender por primera vez en la historia.
EL HOSPITAL PSIQUIÁTRICO COMO MARCO GENERADOR DE CRONICIDAD
El hospital psiquiátrico, como institución, ha sido considerado como generador de una carga de cronicidad, de pérdida de habilidades y de deterioro de la población ingresada.
Un ámbito de institución total:
La sociología define la «institución total»: «Un lugar de residencia y trabajo, donde un gran número de individuos en igual situación, aislados de la sociedad por un periodo apreciable de tiempo comparten en su encierro una rutina diaria, administrada formalmente». (Goffman, 1961).
Las características destacadas por Goffman (1961):
- La institución absorbe parte del tiempo e interés de sus miembros proporcionándoles un mundo propio. La respuesta rehabilitadora será centrar el trabajo en los intereses más personales, más individualizados y más externos a la propia institución.
- Obstaculiza la interacción social con el exterior: situación aislada, puertas cerradas, muros altos... La intervención rehabilitadora tenderá a facilitar la apertura del hospital al exterior.
- Rompen las barreras de los tres ámbitos fundamentales de la vida: dormir, trabajar y recrearse. La filosofía de la rehabilitación buscará ámbitos distintos para las tres funciones.
- Hay una escisión radical entre dos grupos de personas: por un lado los internos, y por otro una minoría de empleados o supervisores. La actividad principal del personal no es la orientación ni el apoyo, sino lo asistencial.
La metodología en rehabilitación psicosocial implica un trabajo conjunto con el paciente:
- Informándole de todo el proceso.
- Consensuando los objetivos a conseguir y las intervenciones a realizar.
Con el paciente y con su familia se trabaja en equipo, forman parte del equipo de rehabilitación.
Condiciones de marginación y aislamiento social
El internamiento en un hospital psiquiátrico supone la rendición de una red social que se ha visto desbordada, incapaz de seguir soportando la carga de un miembro con problemas psiquiátricos.
En numerosos estudios se ha encontrado que una deficiencia en el soporte social implica un incremento del riesgo de rehospitalización. También se han encontrado, que los cambios más importantes se dan después de la primera hospitalización, al disminuir el tamaño y la interconexión de la red. Además el hospital tiene un efecto demoledor sobre el soporte social una vez realizado el ingreso. La relación del internado con su red se va debilitando y extinguiendo, si el esfuerzo de los profesionales por enganchar a la familia no lo evita. El hospital se hace cargo de la guardia y custodia legal del internado. La familia pasa a un segundo plano, las funciones tradicionales son asumidas por la «institución total»: alimentación, vestido, aseo, dinero. La situación tradicionalmente alejada de los núcleos urbanos impide el mantenimiento de una relación de colaboración con la familia.
El contexto institucional condiciona una situación de «deprivación estimular», donde la falta de estímulos y objetivos hace innecesaria la comunicación. La institucionalización supone un proceso de socialización secundaria, en cuanto implica la adquisición de nuevos roles, vocabularios y conocimientos.
En un estudio (Jordá et al. 1986), se estimó que el 50% de los internados no se comunicaban con normalidad.
En un hospital psiquiátrico, el tiempo siempre juega en contra: deterioro cognitivo, motor, somático, de las funciones de autonomía personal, cronicidad.
La cronicidad conlleva una pérdida de atributos que constituyen los objetivos principales de la intervención rehabilitadora:
- Deterioros de usos normativos de convivencia más básicos.
- Se hacen innecesarias las tomas de decisiones.
- La comunicación se reduce a niveles primarios.
- La imagen personal se deteriora.
Si no se consiguen contrarrestar estas cuatro variables de cronicidad, todos los programas: Auto cuidado, Intervención comunitaria e Intervención familiar, se harán en el vacío.
MARCO INTRAHOSPITALARIO DE LOS PROGRAMAS DE REHABILITACIÓN PSICOSOCIAL
Características:
1. Favorecer la formación de pequeños grupos homogéneos de residentes que puedan compartir programas de rehabilitación.
2. Estrategias de desmasificación. Buscar lugares pequeños, en pequeñas edificaciones totalmente personalizadas. Es donde el proceso de rehabilitación puede empezar a romper los condicionantes cronificantes de la institución total.
3. Individualización de la intervención.
4. Para garantizar un tratamiento individualizado es preciso el reforzamiento del papel de profesionales, tutores, que supone que todos los internos tendrán un profesional de referencia.
La tutoría asumirá las funciones de:
- Centralizar información y todo el proceso de toma de decisiones del tutorizado.
- Garantizar que todas sus necesidades se cubran de forma satisfactoria.
- Garantizar un tratamiento uniforme y dar continuidad al mismo.
Los tutores deben ser personas con contacto y cercanas al interno. Los tutores serán las piezas claves, los ejecutores de los programas de rehabilitación.
5. Transformación progresiva de todo el hospital psiquiátrico en agentes de rehabilitación:
Una filosofía de rehabilitación psicosocial adecuada no es sólo el entrenamiento de habilidades, sino que el mejor contexto de aprendizaje es el día a día cotidiano, el roce natural de cada momento. Por eso, todo el personal, debe transformarse en un cualificado agente de rehabilitación:
- Intercambio de información rigurosa sobre los pacientes para favorecer el trabajo en equipo.
- Gran esfuerzo de formación y reciclaje continuo, centrado en el personal que más contacto tiene con el enfermo.
La rehabilitación se hace desde abajo, desde el día a día. Las características de los profesionales de rehabilitación:
- Con la mejor formación posible.
- Comprometidos activamente con la rehabilitación.
- Actitud de respeto al paciente como ciudadano de pleno derecho.
- Con expectativas positivas sobre la mejoría e integración del paciente.
- Alta motivación.
- Estilo de atención flexible.
6. Intervenciones familiares grupales e individuales.
7. Iniciar programas de rehabilitación formativo-laboral
ALGUNAS TÉCNICAS UTILIZADAS ANTERIORMENTE EN LOS PSIQUIÁTRICOS ERAN:
Las terapias "disciplinantes" del alma y el cuerpo: rapar, hacer cama por largos períodos de tiempo (ya que lo primero que se debía cambiar era el estado de excitación permitiendo, además, "la observación clínica, la vigilancia y la terapéutica" continuas), el chaleco de fuerza, chaleco químico de los medicamentos, la "maquina eléctrica" (en 1909 el manicomio tenía una completa sala de electroterapia), el shock eléctrico, el absceso de fijación mediante inyecciones de oxigeno, trementina, etc.
EL METODO OPEN DOOR Y LA IMPORTANCIA DEL TRABAJO EN LOS PACIENTES PSIQUIÁTRICOS.
El método Open Door para tratamiento de alienados tiene su antecedente en asilos de Inglaterra a principios del Siglo XIX (Dr. Conolly). Como su nombre en inglés lo indica "sin opresión, sin coerción", se desterró la aplicación de chalecos de fuerza y todo tipo de ataduras fuertes para dominar los accesos de furor de los insanos. Conjuntamente se puso en práctica la medicación con sedantes del sistema nervioso, con un cambio en la conducta de los guardianes, que debían recurrir a la vigilancia permanente y a la contención personal del enfermo sin producirle lesiones. En caso de desborde extremo éstos eran encerrados en celdas acolchadas donde permanecían durante un período de aislamiento sin ver alterado el trato tranquilo y de constante apoyo para superar la crisis.
El ambiente que caracterizaba a los Hospicios, con sus griteríos y chillidos insoportables, se fue calmando y ordenando en un grado desconocido hasta entonces. Se permitió el cultivo de pequeñas huertas y se habilitaron talleres atendidos por los pacientes, pero todavía en escala muy reducida por la ubicación y las características arquitectónicas de estas Instituciones llamadas de orden cerrado, con grandes muros y rejas internas y externas donde nadie podía ver el sol sobre el horizonte.
A mediados de siglo un grupo de alienistas escoceses deciden producir un cambio. Suprimen las rejas, derriban los altos muros externos e internos y abren las puertas de la mayor parte de los pabellones para que los enfermos circulen con libertad durante el día. Se conceden permisos bajo palabra para salir del Asilo a pasear y volver de nuevo a él en el plazo previamente convenido. Estos decididos médicos psiquiatras habían comprobado que la necesidad y el deseo de libertad permanece vivo en la mayoría de los enfermos mentales. Pusieron fin a la humillación que significaba la secuestración carcelaria, que contribuía a propiciar el furor y el descontrol en lugar de moderarlo, y hacía del Hospital una "verdadera fabrica de locos e incurables". La libertad debía convertirse en la meta a lograr por todo paciente internado. Derechos humanos y tratamiento científico, comenzaron a ser las bases de la atención psiquiátrica. La libertad era obtenida gradualmente, a medida que el enfermo podía integrarse y responder a un tratamiento médico basado en el trabajo. Para los alienistas europeos, las ocupaciones del campo eran el instrumento rehabilitatorio que más se adaptaba y que al mismo tiempo permitía integrar a una gran número de pacientes. A fin del Siglo pasado el Hospicio de las Mercedes tenía alrededor de 500 insanos cuyo oficio había sido la labranza. Open Door se inicio como una Colonia para la producción agrícola en gran escala. Sus primeros pacientes, cuidadosamente seleccionados, entraron en medio de la ejecución de las obras, y se incorporaron a la construcción de las mismas como albañiles, herreros y carpinteros; pero en poco tiempo el eje de las actividades fue el propio campo.
En la actualidad se sigue sustentando el valor del trabajo para el enfermo mental como se lo hizo en el Siglo pasado. Es que el trabajo oficia como promotor de la vida física, psíquica y social de nuestra especie. En el caso especial del cultivo de la tierra, pero también en los talleres, supone un esfuerzo físico y un aporte psíquico para dirigir la actividad laboral sobre la materia. El paciente va observando directamente las transformaciones que él puede operar para obtener lo que quiere de ella. Si al mismo tiempo, recibe información a través de un sistema educativo, va a ir dinamizando su repertorio de habilidades. Obrando es como observará los cambios, y las condiciones exteriores favorecerán una transformación en su propio orden interno.
Al trabajar: Puede comprender lo que hace y para qué lo hace. Puede interesarse por su propia obra y lo que sucede a su alrededor. Puede formar parte de un grupo de trabajo con el que comparte esfuerzos. Puede sentirse útil. Puede recibir una retribución.
La energía psíquica del enfermo va produciendo cambios cuantitativos que desalojan o neutralizan conductas patológicas que son reemplazadas por las normales, y que afectarán en determinado momento el componente cualitativo. Dejará de desconectarse de la realidad, de usar sus energías en formas activas de "no aprender", para usarlas a favor de la valoración de sí mismo y del control de su propia vida.
Con todo lo observado anteriormente, puede considerarse que el conocimiento histórico puede ser un aporte importante para el tratamiento de los pacientes psiquiátricos, y la mejora de los hospitales como institución social. La información sobre el pasado del Hospital nos enriquece con las experiencias ya vividas y conocerla nos da la posibilidad de elegir con más libertad lo que conviene hacer.
En la historia de los hospitales, hay muchas conductas para imitar, muchas conductas para interrumpir y también, por supuesto, recuperada la memoria, muchas soluciones creativas para encarar los problemas actuales, que cada vez involucran a mas miembros de nuestra sociedad.
ESTADISTICAS sobre enfermedades mentales…
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Una de cada cuatro personas sufre en algún momento de un trastorno mental y el estigma social que conlleva.
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El 50% de las personas con esquizofrenia son menores de 35 años.
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El stress puede causar deficiencias mentales como el alzheimer
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La carencia de nutrientes y una alimentación desbalanceada pueden originar también la aparición de diversas enfermedades mentales.
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Mas del 50% de los enfermos mentales graves en el mundo, no reciben tratamiento.
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La terapia de la risa, es de gran utilidad en el tratamiento de enfermedades mentales, ya que ayudan al cerebro a liberar neurotransmisores como la serotonina y dopamina.
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Casi la mitad de los drogodependientes tienen algún trastorno psiquiátrico.
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El cerebro posee un mecanismo biológico para bloquear los recuerdos indeseados.
BIBLIOGRAFÍA Y DOCUMENTOS
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Ackerknecht, Erwin: Breve Historia de la Psiquiatría, Bs. As. l973.
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Asilo de Puertas Abiertas. Open Door: En Anales de Sanidad Militar. T.6 Año l904.
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Cabred, Domingo: Asilo Colonias para Alienados. Proyecto; La semana Médica Tomo l. l894.
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Elizur, Joel; Minuchin, Salvador: La Locura y las Instituciones. Bs. As. l99l.
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Ingenieros, José: La locura en la Argentina. Bs. As. l957.
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Koestler, Arthur: En busca de lo absoluto. Barcelona l980.
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Malamud, Moisés: Domingo Cabred; Bs. As. l972.
LA FAMILIA
Las instituciones formales por definición, están construidas en torno a relaciones entre posiciones y no entre personas, al punto que un principio que asegura la estabilidad de estas instituciones es, precisamente, la posibilidad de que los individuos que desempeñan esas funciones puedan ser sustituibles y la institución no cambia.
La familia es enteramente lo contrario: el cemento institucional en ella está dado por las relaciones personales. La familia es una relación entre personas, no es una relación entre posiciones. De ahí el carácter no sustituible que tienen sus miembros y la naturaleza básicamente diferente que representa la familia cuando analizamos instituciones intermedias de la sociedad.
La familia es la comunidad básica de la estructura social donde sus miembros, unidos por el amor, encuentran el ámbito insustituible para crecer como personas. “La familia es una comunidad de personas, la célula social más pequeña, y como tal es una institución fundamental para la vida de toda sociedad”
LA FAMILIA COMO INSTITUCIÓN SOCIAL Y COMO GRUPO SOCIAL.
Como institución social:
Instituciones sociales son normas de comportamiento agrupadas alrededor de las necesidades principales de los seres humanos, es decir, todo individuo tiene planteadas unas necesidades que tiene que satisfacer la sociedad, cuando esas necesidades son muy importantes le damos el rango de institución social, en base a las necesidades que tiene que satisfacer la sociedad, luego la primera consideración que hacemos es decir que la familia es una institución social, la familia sirve para satisfacer determinadas necesidades humanas que son vitales para la sociedad.
Como grupo social:
La familia es un grupo social primario ya que cumple las características de tal grupo, especialmente el tamaño, que es reducido, formada normalmente por padres e hijos, en segundo lugar la forma de interacción directa, cara a cara, profunda. La meta que se propone alcanzar es interna, los beneficios de la interacción van a recaer sobre los miembros que integran la familia. (Padres e hijos).
Definición de familia y función de la familia
En la familia se define como grupo de personas directamente ligadas por nexo de parentesco, cuyos miembros adultos asumen la responsabilidad del cuidado de los hijos.
Parentesco: Son los nexos genealógicos que ligan a los consanguíneos.
Matrimonio: Es la unión sexualmente entre dos individuos adultos, socialmente reconocida y aprobada.
Familia de procreación: Familia en la que el individuo entra de adulto y dentro de la cual crece una nueva generación.
Familia matrilocal: Familia que se traslada a vivir con los padres de la novia, donde predominan las circunstancias familiares de la mujer. (Ej. Apellidos de la madre en primer lugar)
Familia patrilocal: Aquí lo que predominan son las circunstancias de la familia del hombre.
Monogamia: Unión de hombre con mujer.
Poliginia: Es la situación de un marido con varias mujeres.
Poliandria: La situación inversa.
Sistemas familiares.
Los sistemas familiares están compuestos de dos formas:
La familia extensa o tradicional:
Es propia del mundo rural anterior a la revolución industrial y que está compuesta por un grupo de adultos y de niños que abarcan a varias generaciones, también se les llama familia patriarcal, tiene como características:
1. Que el parentesco es el principio de organización de la sociedad.
2. La familia extensa es la unidad básica de residencia y de las funciones domésticas.
3. El hogar y el trabajo se fusionan, siendo el hogar el centro de producción dirigido al consumo de sus miembros.
4. Poca movilidad geográfica y social, los hijos heredan el estatus y el rol de los padres.
5. Altas tasas de fertilidad y altas tasas de mortalidad durante la infancia.
6. Las obligaciones con los parientes tienen prioridad por encima del logro individual.
7. Se da especial importancia al deber, la tradición, la sumisión del individuo a la autoridad y las necesidades de la familia.
8. Los hijos se consideran como individuos útiles desde el punto de vista económico, aunque la subordinación y la dependencia de los padres puede continuar hasta la muerte de éstos.
9. Confusión de los límites entre el hogar y la comunidad donde se ubica la familia, dándose un alto grado de sociabilidad comunal.
La familia moderna o nuclear:
Pequeña unidad formada generalmente por los padres y los hijos, surge tras la revolución industrial como consecuencia de la división del trabajo y de la mayor movilidad social y geográfica existente, tiene las siguientes características:
1. El parentesco está separado de las esferas socio-económica y política.
2. La familia nuclear es la unidad básica de residencia y de las funciones domésticas.
3. El hogar y el trabajo está separado, el hogar es el centro de consumo.
4. Alta movilidad social y geográfica, los hijos logran sus propios roles y posiciones sociales.
5. Tasas de fertilidades bajas y controladas, tasas de mortalidad bajas durante la infancia.
6. Las obligaciones con los parientes pierden importancia a favor del logro individual.
7. Los derechos individuales, la igualdad, la realización personal, y la búsqueda de la felicidad tienen una marcada importancia.
8. Gran preocupación por el desarrollo de los hijos, la adaptación inmediata y el futuro potencial, después de llegar a la edad adulta, los hijos se separan de la autoridad paternal.
9. Línea bien marcada entre el hogar y el mundo exterior, el hogar se considera como un refugio privado y se da mayor importancia a la privacidad familiar.
Las funciones de la familia moderna:
En la actualidad son tres las necesidades que satisface la familia en primer lugar el desarrollo afectivo y emocional de los miembros que integran la familia, tradicionalmente la familia era reducto donde se daban las relaciones sexuales entre la pareja, hoy en día al haber más permisividad sexual, la familia cumple el cometido, pero ya no de una forma exclusiva (legal).
Lo que se pide a la familia es que proporcione una estabilidad afectiva de manera que sus miembros gocen de un equilibrio emocional.
Satisfacer las necesidades económicas y educativas para los miembros de la familia, de forma que se trabaja fuera de la familia para obtener los medios económicos necesarios para el sustento de los miembros de la familia.
Socializar a sus miembros en la cultura de la sociedad de la que forma parte, atendiendo a las necesidades de carácter psicológico y social respecto a la formación de la personalidad de los miembros de la familia y de forma especial de los hijos.
Transformaciones recientes en la estructura de la familia.
Como dice Burgess, la familia es una unidad de personalidades en interacción, por lo tanto seguimos el planteamiento de que la familia es un grupo primario, no nos interesa la familia como un contrato o como una definición jurídica, nos interesa la familia por la interacción que se da entre sus miembros, interacción que se fundamenta en lo siguiente: En el afecto mutuo, comunicación íntima, comprensión empática, dependencia emocional, compatibilidad de temperamentos, logro de la felicidad, logro del desarrollo personal y relaciones democráticas e igualitarias entre sus miembros, como fácilmente se ve, el incumplimiento de todas estas características nos ofrecería un tipo ideal de familia, pero la realidad nos dice que se está produciendo una diversificación y están apareciendo modelos diversos.
1º. Tenemos que hacer mención a que la esfera privada es un ámbito cada vez menos reglado, por unos patrones únicos que la sociedad impone a sus miembros, de ahí el menoscabo de la institución del matrimonio.
2º. Los cambios que se han producido en la sociedad respecto a la mujer, a cambiado el rol tradicional de la mujer, se ha incorporado al mundo del trabajo, ha logrado una independencia económica, lo que se traduce en la natalidad, en el auge del feminismo y el valor y significación del trabajo.
Otras consecuencias son, un incremento del individualismo que en lo que afecta a la mujer, altera los roles sexuales tradicionales, así como, la socialización que lleva a cabo la familia.
Otro hecho son los divorcios con la consiguiente aparición de nuevas formas de hogar, así hoy se habla de hogares unipersonales, familiar monoparentales, familias de segundas nupcias, cohabitación de jóvenes y mayores, así como la cohabitación de personas separadas, todo ello pone en cuestión a un ciclo de formación de la familia en donde no está siguiendo pautas que se venían siguiendo de forma tradicional, lo tradicional que era una relación de pareja que fructifica en una relación de reconocimiento social (con papeles) es sustituida por la cohabitación, por el vivir en común, sin necesidad de un reconocimiento social, lo que lleva a algunos autores ha hablar de la familia proteiforme y a otros autores a hablar de familias en vez de familia.
Todo esto en un reconocimiento por parte de la sociedad de que no existe anormalidad o desviación en esa diversidad de formas que plantea la familia, no obstante se presagia el advenimiento de un sistema familiar basado en los siguientes puntales:
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La variedad de formas.
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La optatividad.
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El tránsito por itinerarios vitales bastante variados.
Concretándose en dos modelos que son extremos, en donde encajarían las distintas formas de familia.
Estos modelos son FUNCIONAL e INDIVIDUALISTA.
FUNCIONAL: Caracterizado por afectividad intensa, fusión entre los miembros de la pareja, compañerismo afectivo, comunidad de intereses y realización del uno a través del otro.
INDIVIDUALISTA: Se fundamenta en una relación contractual, un vínculo de carácter asociativo y como finalidad maximizar las gratificaciones de los miembros de la familia.
La encrucijada de la familia.
La familia se encuentra sometida a una doble paradoja, por un lado su tendencia a la psicologización, es decir, a aproximarse más al campo psicológico y por otro lado la creciente divergencia entre las demandas que le son planteadas y los medios que dispone para satisfacerla, se dice que la estabilidad emocional de los hijos depende cada vez más de la familia, lo que supone un apoyo a las tesis de que las funciones de las familias son cada vez más sicológicas, se reconoce también que la escuela y los medios de comunicación asumen funciones que anteriormente correspondían a la familia y que la familia se especializa cada vez más en la socialización emocional, ante esta situación cabría pensar que habría que dejar en manos de los sicólogos la investigación de los problemas familiares, y en particular los relacionados con la educación de los hijos, pero esto no es así dado que la justificación de la sociología de la familia estriba en que existen modelos y pautas familiares que no tienen solo que ver con la manera de ser de los hijos y de los padres, sino que más bien tiene que ver con la posición que se ocupa en la estructura social de la sociedad.
Nuestra sociedad es universalista, abierta, basada en el espíritu del logro, de forma que la posición social de los individuos depende cada vez más de los valores y normas que se le inculcan desde la infancia y esto en dos sentidos:
1. La eficacia socializadora de la familia es esencial para el futuro de la estabilidad emocional de los niños, de manera que cuando se habla de fracaso social, drogadicción, etc. Suele hablarse de un conflicto familiar mal resuelto.
2. Las aspiraciones sociales, las motivaciones, las ambiciones en la vida de los individuos son resultado de identificaciones o rechazos cuando eran niños de los modelos que encarnaban sus padres.
Vemos de estas dos condiciones que los valores más básicos e íntimos de la personalidad del niño se adquiere en la época de la infancia cuando la influencia de la familia es muy poderosa y casi exclusiva, luego el destino futuro de los niños se decide en el seno de su familia, no solo en el estatus social que le transmiten, sino a través de los valores muy importantes para configurar su futuro como persona, así las funciones cada vez más sicológicas de la familia tienen cada vez efectos sociales más importantes, pues de ellas va a depender la futura ubicación social de los niños.
Si nos fijamos en la familia occidental, vemos las siguientes situaciones:
a. Cada día la familia recibe mayores presiones y exigencias para que cumpla cometidos que son imprescindibles para la reproducción social.
b. Cada vez encuentra mayores dificultades para desempeñar las funciones que se les reclama, tal vez menores en cantidad pero mayores en calidad.
La llamada crisis de la familia se cimienta en que por un lado se les pide que forme a ciudadanos para incorporarse a la sociedad y que sean estables y la adaptación sea lo más simple posible.
Nuestra sociedad está llena de tensiones a las que no se escapa la familia, y a pesar de eso se le pide que sea un abrigo contra las inclemencias de una sociedad dura y competitiva, y esto en un ambiente donde sus miembros son martilleados sin cesar por la publicidad para que busquen el éxito material, el culto al cuerpo, el triunfo social y el consumo ostensible.
Cabe hacer la siguiente pregunta ¿Todos los miembros de una sociedad pueden alcanzar las metas dichas anteriormente? La realidad es que unos pocos pueden acceder a ellas aunque la tentación llegue a todos, y esto en una familia a la que también se le invita al consumo, al hedonismo como forma de vida, la defensa a ultranza del bienestar material, actitudes acomodaticias de los padres, etc.
La actuación del estado ante esta situación preocupante se traduce en una política familiar que se concreta en viviendas dignas, protección social, subsidio familiar que contrarresta mínimamente las tensiones que estamos comentando y que, no podemos engañarnos, son inherentes a los fundamentos de nuestra civilización.
El destino de la familia con sus lacras, pero también con sus potencialidades, así como su capacidad para llevar a cabo correctamente cometidos que le asignan, corre pareja con la evolución de nuestra sociedad y sus miras de futuro, de manera que la familia dependerá en gran manera del rumbo que tome nuestra sociedad de la que no es ajena y esta es una tarea que compite a todos.
Familia e Institución
Elizabeth Jelin, intenta construir una reflexión sobre tema partiendo de la dimensión institucional, y recuperando elementos de lo que ella llama el "concepto clásico".
"La familia es la institución social que regula, canaliza y confiere significado social y cultural a estas dos necesidades". (la sexualidad y la procreación) "Incluye también la convivencia cotidiana, expresada en la idea del hogar y del techo: una economía compartida, una domesticidad colectiva, el sustento cotidiano, que van unidos a la sexualidad 'legítima' y la procreación".
Reconoce que el animal humano, a partir de los diversos diagramas sociopolíticos y productivos, ha ido conformando organizaciones familiares (y de parentesco) extremadamente variadas. "La literatura antropológica se ha dedicado extensa e intensivamente a la heterogeneidad de las estructuras de parentesco, desarrollando una compleja taxonomía: matri y patrilinealidad, matri y patrilocalidad, linajes y clanes, reglas de endogamia, monogamia y poligamia/poligenias de diversas formas, etc. Sin embargo, toda esa heterogeneidad cultural tiene algo en común: se trata siempre de cómo se organiza la convivencia, la sexualidad y la procreación".
Como toda institución, La Familia es menos un objeto discreto claramente discriminable que un complejo campo de fuerzas en permanente proceso de transformación. Visto así, la familia no cambia sino que es el cambio lo que la define como institución, se inscribe en el cambio, transita, deviene, como corresponde a la propia noción de proceso. Visto de esta manera, vale más preguntarse acerca de lo que la familia está siendo (qué ha sido, hacia donde tiende a ir) y de acuerdo a en qué situaciones concretas se inscribe, antes de qué es. En este sentido, tampoco vale jerarquizar una forma específica de organización sobre otras, lo cual puede conducirnos a la naturalización de ciertos modelos. Es útil recurrir a la literatura antropológica, para establecer ciertos planos desde los cuales sería posible establecer un mapeo de la institución familiar. Esta literatura se ha encargado de establecer una distinción analítica entre grupo residencial, unidad reproductiva, unidad económica de producción, unidad de consumo y parentesco. "Esta distinción se torna empíricamente significativa cuando aquellas unidades se separan y se diferencian entre sí, estableciendo tipos y grados diversos de superposiciones, correspondencias y disyunciones en la membresía. En las culturas occidentales, esta diferenciación es un proceso en curso a partir de un pasado en el que estas unidades tendían a coincidir. En otras tradiciones culturales -en la familia china tradicional o en la organización social de diversas culturas africanas y asiáticas- los sistemas de co-residencia, producción, consumo y parentesco son sumamente complejos, pues muestran una considerable superposición y entrecruzamiento de instituciones y normas".
Desde aquí, y siguiendo con Jelin (y con Foucault), podríamos pensar a la Familia como un campo de fuerzas destinado a instituir ciertos comportamientos, sistemas de creencias y representaciones lógicas de sentido,("Todo comportamiento más o menos forzado, aprendido. Todo lo que en una sociedad funciona como sistema de coacción sin ser enunciado (...)" .
Referencias bibliográficas:
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Filgueira, Carlos; "El rescate del capital social", en Género, Familia y Políticas Sociales .Montevideo, Trilce, 1997.
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Castro, Sylvia; "Para construir un concepto de familia", Revista Uruguaya de Psicología (tomo I Nª IV), Imago, Montevideo, 1980.
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Jelin, Elizabeth: Pan y afectos. La transformación de las familias, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1998.
-
Foucault, Michel: Historia de la sexualidad. Tomo I. La voluntad de saber, México, SXXI, 1987
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Jelin, Elizabeth: Pan y afectos. Las transformaciones de las familias, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1998
-
Foucault, Michel: "El juego de Michel Foucault", en Verdad y Poder, Madrid, Ediciones de la Piqueta.
ASILOS
“La ancianidad es una experiencia común, ligada a lo humano como tal. Y, no obstante, es la única etapa del desarrollo que no se disfruta como un estatuto social positivo; al contrario, en nuestra sociedad, se la considera negativamente.
(...) Sin embargo, tanto la experiencia como la investigación demuestra que la vejez puede ser un tiempo propicio para el crecimiento".
Renée Salomon
Las Residencias de ancianos ya no son los antiguos asilos de ancianos aunque hay mucha gente que todavía los llama así. No es justo. Decimos que el abuelo o la abuela (o los suegros, o los propios padres) son un problema, cuando lo que sucede es que tienen un problema -la vejez lo es, se mire como se mire- y no pueden, por sí solos, enfrentarse a él. Que las ciudades son cada vez más grandes y las casas cada vez más pequeñas es una verdad sólida como las piedras. A pesar de las facilidades que las Administraciones vienen prestando a los ancianos en materia de asistencia social y domiciliaria, tranquilidad y comodidad están, en principio, más garantizadas en una residencia de ancianos, residencia de la tercera edad, geriátricos o asilos de ancianos (pública o privada) que en el piso propio. Las residencias de ancianos, geriátricos -sobre todo las más modernas- están pensadas con criterios ergonómicos ad hoc, es decir, todos sus elementos, escaleras, cuartos de baño, ascensores, comedores, peluquería, enfermería, etc., tienen las formas y tamaños más adecuados para los potenciales usuarios, o por lo menos, deberían tenerlos.
¿Qué es el cuidado de los ancianos?
En general, las personas están viviendo más y mejor por períodos de tiempo más prolongados. Esto ha creado un área relativamente nueva y creciente de servicios para el cuidado de la salud y proveedores de dichos servicios, que se conoce como el cuidado de los ancianos. El cuidado de los ancianos incluye una amplia variedad de aspectos, incluyendo la selección del médico adecuado para la atención del paciente anciano y la toma de decisiones acerca del traslado del anciano desde su hogar a una residencia que proporcione los cuidados necesarios. El sector de la población de más rápido crecimiento es el de las personas de 65 años de edad o mayores. Muchas personas ancianas tienen vidas independientes, activas y saludables. Sin embargo, a medida que las personas alcanzan los ochenta y noventa años de edad, aumenta el número de ancianos que necesitan atención para realizar las actividades de la vida cotidiana, y al mismo tiempo que aumentan las responsabilidades de las personas que cuidan de ellos.
La problemática que presentan los ancianos ha sido motivo de atención permanente por organizaciones internacionales OMS y OMU, que la definen como imperativa en la política de Salud Pública del fin de este siglo.
La vejez no es solo una etapa de la vida sino, parte del desarrollo del hombre. Los países desarrollados tienen mayor expectativa de vida al nacer que en los en vías de desarrollo, la expectativa de vida ha aumentado en unos 25 años a partir de los 65 años en este siglo. La Organización Mundial de la Salud considera que la población de edad avanzada se puede dividir en "tercera edad" (recién jubilados) y cuarta edad (viejos jubilados), por lo general con más de 75 años.
Por otra lado, los pertenecientes a la tercera edad necesitan más de la Geriatría Preventiva que aminora déficits, retarda el aislamiento y demora la instalación de la discapacidad física sumada a la patología asociada creciente.
Clases De Dependencia
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Física: Cuando por sí mismo no es capaz de realizar los diferentes movimientos y actividades corporales que le son necesarias para el diario vivir.
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Psíquica: Cuando por la alteración de su esfera psíquica no puede reaccionar con conductas en la medida de su conveniencia (pensar, opinar, decidir)
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Socioeconómica: Cuando por sí mismo no puede reaccionar, no puede obtener vivienda, alimentación y asistencia médica, encontrándose en un estado de inhabilitación social.
Hogar De Ancianos
Hogar Geriátrico, Institución Geriátrica, Residencia Geriátrica o Establecimiento Geriátrico. Es el establecimiento destinado fundamentalmente al alojamiento, para mantener el bienestar psíquico y social de la población de más de 65 años de edad, cuya situación de salud no altere o ponga en riesgo la normal convivencia. Puede o no contar con atención médica y si la tiene la misma está destinada a verificar o controlar problemas de salud para la eventual derivación de quien los padece. Estos servicios "brindan" alojamiento para mantener el bienestar físico, psíquico y social en salas, pabellones o sectores de los establecimientos asistenciales con internación general.
Institución Versus Vejez
No existe un profundo conocimiento del porque los ancianos continúan internados en estos establecimientos una vez que los problemas de salud que han causado la internación han sido resueltos. El análisis de los diagnósticos de ingreso revelan que la mayoría de estos ancianos han sido institucionalizados, por procesos degenerativos (afecciones mentales), metabólicas (diabetes con sus secuelas), alteraciones de la vista, oído, caídas y accidentes, que los conducen con frecuencia a la pluripatología, cronicidad e invalidez. Las frecuentes alteraciones funcionales a las que nos acabamos de referir, sumadas a trastornos y situaciones socio-familiares conflictivas agravan la enfermedad por su gran interrelación. Además, existe un elevado porcentaje de internaciones por "causas sociales" que están vinculadas con la problemática de los ancianos. En este sentido las políticas de salud para este grupo deberían orientarse hacia la gerontología preventiva, la cual podría detectar precozmente las alteraciones funcionales en los ancianos, de índole física, mental o social, ya que detrás de ellas suelen existir una serie de procesos patológicos no diagnosticados ni tratados que pueden mejorar o curar en un elevado porcentaje de casos, si son abordados adecuadamente.
Si esto no se tiene en cuenta, el pase a la cuarta edad se verá acompañado de situaciones de dependencia que hacen dificultosa su permanencia en el seno de la familia.
Si lo analizamos desde la perspectiva del geronte, desconocemos el grado de aceptación de los mismos de permanecer alejados de su entorno familiar.
Se sabe que la familia muchas veces no es la mejor de todas en las respuestas a las necesidades de los ancianos, a pesar de que en la vejez es cuando esta adquiere un papel especial debiendo proporcionar respaldo y compañía.
Esto es aún más imprescindible cuando se produce la viudez, en especial del hombre, al cual le resulta más dificultoso vivir solo, llevándolo a institucionalizarlo aún en situaciones de auto validez. Se sabe por experiencias publicadas que para el manejo adecuado de un paciente geriátrico es imprescindible que el servicio hospitalario en el que se atiende cuente con una serie de niveles asistenciales (unidad de agudo, media y larga estancia, hospital de día, servicio de apoyo y de enfermería a domicilio), que mejoren sus asistencia, acorten su estancia hospitalaria, geriátrica, faciliten su rehabilitación y eviten su recaída y luego el ingreso al hospital. Cada paciente debe estar en el nivel asistencial que corresponde y debería ser restituido a su hogar o geriátrico lo más pronto posible, contando siempre con el apoyo del equipo de salud si fuera necesario.
Se debe:
Lograr una asistencia continuada, la cual consistiría en la provisión de servicios diagnósticos, preventivos, terapéuticos y de soporte a pacientes de la tercera edad y con enfermedades crónicas, severas o incapacidades que pudieran provocar un deterioro funcional grave. Se deben cuantificar las necesidades de los ancianos a fin de proporcionarles con los recursos existentes una asistencia integral.
Movilizar todos los recursos posibles para mantener el mayor número posible de ancianos dentro de su familia o entorno con una digna calidad de vida.
Asistir a los ancianos crónicos e inválidos: Asistencia continuada (domicilio, unidad de larga estancia, residencia asistida).
Capacitar al equipo de salud a cargo de estos pacientes para el manejo adecuado de los mismos.
El desarrollo de políticas sociales que contemplan los problemas de envejecimiento en los países desarrollados es muy notorio en relación a nuestro país, donde impera la incertidumbre y el desamparo, a pesar de los esfuerzos de organismos no gubernamentales, profesionales y personas relacionadas con la atención de la ancianidad.
En este contexto se observa el crecimiento de la institucionalización de los ancianos, al mismo tiempo de una reducida cantidad de publicaciones en el campo de las ciencias sociales destinadas al análisis de los procesos que intervienen en este fenómeno, complejo y multideterminado.
La decisión de institucionalizar al anciano
Las entrevistas semidirigidas realizadas por las autoras a los familiares de los residentes remiten a que los entrevistados relataron diferentes situaciones que los condujeron a la inevitabilidad de la internación por la imposibilidad de brindar una atención adecuada a familiares ancianos. La mayoría de ellos prestó cuidados en forma personal y en el hogar al anciano enfermo y solo cuando la situación los desbordó decidieron la internación.
Dieciocho de los veinte entrevistados informaron sobre el deterioro mental de los ancianos, situación que es analizada en la bibliografía como determinante en el momento de decidir el pasaje al geriátrico, por el sufrimiento que le representa a la familia.
Las experiencias previas a la internación geriátrica de estos cuidadores pueden ser factores explicativos del distanciamiento de las instituciones de larga estadía, cuando el anciano ha ingresado a una de ellas que se expresará en pocas visitas en algunos casos y una visión conformista en otros.
Muchos aspectos mejoran en la percepción inicial que tiene el familiar acerca de la atención del anciano pero especialmente el familiar necesita reiniciar su vida normal y para ello necesitarán pasar varios meses y en algunos casos hasta años, antes de conocer y actuar en relación a un mejoramiento de la atención a su familiar.
El sentimiento de culpa del familiar que se responsabiliza de la atención del anciano en el geriátrico predomina entre los entrevistados en el proceso de decisión previa a la internación. La búsqueda de familiares de residentes a ser entrevistados permitió concretar 17 de las 20 entrevistas entre mujeres, situación coincidente con el análisis realizado en la bibliografía sobre el predominio de las mujeres en el cuidado de familiares ancianos enfermos. El protagonismo femenino derivado de relaciones de género en las que se encuentra naturalizada la responsabilidad de las mujeres por el cuidado de la salud de la familia, hace comprensible la presencia del sentimiento de culpa ante la posibilidad de decidir el ingreso del anciano al geriátrico.
Un factor adicional, y no de menor importancia en la formación de este sentimiento, lo constituye la imagen del geriátrico como "depósito", "antesala de la muerte" y "negocio", y la falta de control en instituciones relacionadas con la tercera edad y las organizaciones no gubernamentales como para la atención de sus integrantes más necesitados. El entrelazamiento de niveles y responsabilidad en la institucionalización de ancianos se hace evidente en las interpretaciones de algunos familiares.
La selección de la institución para el cuidado de los ancianos
Una de las decisiones más difíciles que una familia debe tomar es saber cuando es el momento adecuado para trasladar al anciano del hogar a un centro residencial con asistencia. Muchas personas siguen cuidando de los ancianos en el hogar, incluso cuando la tarea se vuelve agotadora física y emocionalmente. Algunas veces el traslado a un centro residencial de asistencia podría ser la decisión más realista para garantizar el mejor cuidado para el anciano. Deberá considerarse el traslado del hogar a un centro residencial de asistencia, cuando encuentre una o más de las siguientes situaciones:
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El anciano necesita atención constante, las 24 horas del día.
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El anciano no puede realizar las actividades cotidianas sin ayuda (alimentarse, ir al servicio, bañarse, etc.).
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El anciano es propenso a arranques violentos de ira (de tipo físico o verbal, o ambos) o puede dañarse a sí mismo o a otros.
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El anciano "ha deambulado" lejos del hogar o de los alrededores seguros del vecindario.
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La salud y el bienestar del cuidador se ve afectada en forma adversa si continúa proporcionando los cuidados en el hogar.
Tipos de opciones fuera del hogar para los ancianos
Hay muchos tipos de opciones de cuidados fuera del hogar para los ancianos, según el nivel de ayuda que necesiten. Éstas pueden incluir las siguientes:
El centro de vivienda asistido
Proporcionan independencia máxima para aquellos ancianos que permanecen relativamente activos y saludables. Generalmente en un centro de vivienda asistido, una persona saludable puede vivir junto a su cónyuge enfermo. La mayoría se caracterizan por viviendas estilo apartamento que incluyen cocina individual y muchos servicios para ancianos, tales como seguridad las 24 horas del día, transporte y programas sociales y recreativos.
El centro residencial de asistencia
Son para los ancianos que ya no pueden vivir solos e independientes, pero que no necesitan cuidados de enfermería especializados. Aquí, el anciano puede recibir ayuda con su higiene y arreglo personal, con otras actividades de la vida cotidiana, así como cuidados al lado de la cama por enfermedades leves y temporales. Generalmente ofrece habitaciones, no apartamentos, y proporciona algunos servicios sociales y recreativos para los ancianos.
Los centros con cuidados de enfermería especializados
También se conocen como asilos de ancianos, centros de convalecencia y casas de reposo. Aquí, los pacientes ancianos reciben cuidados de enfermería continuos bajo la supervisión de una enfermera graduada o una enfermera con licencia profesional. Proporcionan cuidados más extensos que los que proporcionan los centros de vivienda asistidos o los centros residenciales de asistencia. Estos servicios incluyen alimentación intravenosa, control de la presión sanguínea, inyección de medicamentos y cuidados para pacientes con respiradores artificiales. Estos centros a menudo proporcionan programas recreativos, de rehabilitación y sociales para los residentes.
Otros
Hay otros centros de cuidados especiales disponibles para personas con condiciones médicas determinadas, tales como la enfermedad de Alzheimer o demencia. Para los pacientes que muestran conducta violenta o perturbada o que representan peligro para sí mismos o para otras personas, las instituciones psiquiátricas especiales pueden ser una opción.
Qué hay que considerar cuando se selecciona una institución de cuidados para ancianos:
En general
· ¿El personal de la institución es receptivo a que usted recorra las instalaciones y visite a los residentes a la hora de las comidas?
· ¿Qué servicios de atención proporcionan? ¿Cubren estos servicios sus propias necesidades?
· ¿Cuánto aporta el individuo y la familia en la vida y el cuidado diario?
· ¿De qué selección de alojamientos disponen?
· ¿Tienen diferentes niveles de atención disponibles? Por ejemplo, en caso de necesario, ¿se puede trasladar a los residentes de un centro de vivienda asistido a un nivel de asistencia mayor?
· ¿Qué artículos personales pueden traerse de casa? ¿Qué artículos no se permiten?
· ¿Pueden los residentes tener su propio vehículo en las premisas?
· ¿Cuál es la política de visitas?
· ¿Tiene la institución una afiliación religiosa en particular y si esto es así, el individuo se encuentra satisfecho con esta afiliación?
· ¿Cómo maneja la institución una situación de emergencia, tal como incendio o tormenta de invierno intensa? ¿Tiene la institución un plan vigente para manejar las emergencias o las crisis?
La institución
· ¿Está la institución limpia y ordenada en su totalidad? ¿Se cumplen estrictamente todas las normas sanitarias?
· ¿Se toman todas las medidas de seguridad apropiadas (salidas de emergencia claramente marcadas, pasillos bien iluminados, barras para sostenerse en los cuartos de baño, sistema de llamada de emergencia dentro de los cuartos, etc.)?
· ¿Está la institución ubicada en un sitio seguro y conveniente?
· ¿Tiene la institución seguridad las 24 horas del día?
Habitaciones
· ¿Son las habitaciones individuales iluminadas, alegres y espaciosas? ¿La disposición de la habitación permite tener privacidad? ¿Las habitaciones individuales tienen ventanas para permitir el paso de la luz natural y una vista agradable?
· ¿Son las áreas comunes (cuartos de actividades, vestíbulo, cuartos para reuniones) amplias, iluminadas y con buen mantenimiento?
· ¿Es el comedor agradable, espacioso, no atestado, y resulta fácil moverse en él?
· ¿Está el área de la cocina limpia y organizada?
Respeto para el anciano
· ¿Tiene la institución una política escrita acerca de los derechos y responsabilidades de los pacientes? ¿Puede obtenerse sin demora?
· ¿Está el personal capacitado para tratar a los residentes con dignidad y respeto?
· ¿Se incluye a los pacientes y a sus familiares en el desarrollo del plan de atención para el paciente?
Personal
· ¿Cuál es el número de miembros del personal disponible por turno?
· ¿Es el personal amable y respetuoso con los pacientes?
· ¿Son el entrenamiento y educación continuas elementos prioritarios?
· ¿Específicamente qué servicios médicos son proporcionados por el personal (por ejemplo médico, enfermería, fisioterapia, cuidados respiratorios y terapia ocupacional)?
Cuidados de enfermería
· ¿Cuál es la proporción enfermera-paciente?
· ¿Se proporcionan cuidados de enfermería las 24 horas del día?
· ¿Cuáles son las autorizaciones necesarias para el personal de enfermería?
Costos
· ¿Qué servicios están incluidos en los precios básicos o estándar? ¿Hay cobros adicionales por otros servicios proporcionados?
Consideraciones médicas
· ¿Hay un médico disponible para emergencias?
· ¿Se permite a los médicos de cabecera que visiten a sus pacientes en la institución o es el médico de la institución el que atiende a los residentes?
· ¿Tiene la institución arreglos con un hospital cercano en caso de que ocurra una emergencia?
· ¿Dispone de transporte de emergencia?
Actividades
· ¿Hay un programa completo de actividades sociales y recreativas para grupos e individuos? Por ejemplo ¿ofrece la institución excursiones, clases de arte y manualidades, salidas al cine, clases de ejercicios, grupos de lectura y otras actividades similares?
· ¿Permanece la institución activa y en comunicación con la comunidad de sus alrededores?
· ¿Se planean viajes y actividades regularmente?
Necesidades alimenticias
· ¿Se proporcionan las comidas en la institución y cuáles son las opciones del plan alimenticio?
· ¿Está el menú aprobado por un nutricionista autorizado?
· ¿Puede la institución satisfacer las necesidades de aquellas personas con restricciones dietéticas especiales?
· Para las personas que desean tomar algunas comidas en privado ¿hay alguna cocina o cocineta pequeña disponible en la habitación individual o apartamento?
Servicios adicionales
· ¿Hay servicios de limpieza de casa y lavandería disponibles? Si es así, ¿están incluidos como parte del costo total o se proporcionan a un costo adicional?
· ¿Hay transporte disponible para viajes al centro comercial de la localidad, tienda de productos alimenticios, biblioteca y banco?
BIBLIOGRAFÍA
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Libro de Geriatría Tomo 9 Enero - Marzo 1989 -Autor: Rossjanki S. y Matusevich D.
-
Fornós, M. (1996) Estereotipos, Prejuicios y Vejez. La Tardor, Revista gerontológica, nº1 III Época
-
Moragas, R. (1991) Gerontología Social.. Barcelona : Herder
-
Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (1995). Residencias para personas mayores. Barcelona : S.G. Editores.
UNIVERSIDAD
Historia
La educación superior universitaria se inicia en México en el siglo XVI, al establecer la Corona Española y la Real y Pontificia Universidad de México por Cédula Real de fecha 21 de septiembre de 1551.Los cursos se iniciaron el 25 de enero de 1553, impartiéndose seis cátedras: teología, sagrada escritura, cánones, leyes, artes, retórica y gramática; la cátedra de artes comprendía lógica, matemáticas, astronomía, física y ciencias naturales. Más tarde se creó la cátedra de medicina. La universidad fue denominada “Real y Pontificia” porque, como las demás universidades del mundo hispánico, se creó por concesión del Monarca y del Papa. Se rigió por los estatutos de la Universidad de Salamanca, y la Corona podía intervenir por conducto del Virrey, los visitadores o los miembros de la Audiencia, para vigilar su buena marcha.
La segunda universidad creada por la Corona Española fue la Real y Literaria Universidad de Guadalajara, por Cédula del Rey Carlos IV, de fecha 18 de noviembre de 1791, efectuándose su inauguración el 3 de noviembre de 1792, con cuatro cátedras iniciales: cánones, leyes, medicina y cirugía.
Es pertinente señalar, que además de los orígenes de la educación universitaria, existieron otras instituciones de educación superior; establecidas en distintas fechas y diseminadas en un gran número de poblaciones en todo el territorio de la Nueva España. En los primeros años del período independiente, y antes de la reforma liberal, se fundaron dos universidades religiosas: la de Mérida en 1824, y la de Chiapas en 1826; ambas desaparecieron años después, la primera en 1861, y la segunda en 1872. En el último tercio del siglo XIX y primeros años del XX, tres seminarios diocesanos se convirtieron en universidades: Mérida (1885); México (1896) y Puebla (1907).
A lo largo del siglo XIX se crearon por los gobiernos de los estados los llamados institutos científicos y literarios, o colegios civiles, establecidos como instituciones laicas de educación media. En algunos lugares estos colegios civiles se crearon paralelamente a los religiosos, ya existentes, o bien los suplieron, por disposición legal. El proceso de cambio se realizó durante varias décadas, como resultado de la transformación del país durante la centuria, y respondió a un propósito y una idea definidos en relación a la función de la educación, concebida como una actividad de interés público que corresponde al Estado organizar y realizar. En la segunda mitad del siglo XIX se establecen escuelas de tipo profesional en diversas regiones del país. La Ley Orgánica de Instrucción Pública en el Distrito Federal, promulgada en 1867 y modificada en 1869, es expresión de esta tendencia orientada a la creación de estudios profesionales superiores. En esta Ley se establecían los estudios de jurisprudencia, medicina, agricultura y veterinaria, ingeniería civil, topográfica, de minas, mecánica y otros. En algunos estados de la República, los institutos científicos y literarios y los colegios civiles incluían estos estudios profesionales, principalmente medicina y jurisprudencia; en otros estados se crearon independientemente los estudios profesionales, pero en todos prevaleció una misma concepción sobre la naturaleza y el carácter de la educación en estos niveles.
La Real y Pontificia Universidad de México, convertida en Imperial y Pontificia durante el Imperio de Iturbide, pasó por una serie de conflictos que la llevaron a la clausura y la inmediata apertura, en 1833, 1837 y 1861, hasta el año de 1865, en que el emperador Maximiliano ejecutó el decreto republicano de 1857, desapareciendo la Real y Pontificia Universidad. A partir de la ya mencionada Ley Orgánica de Instrucción Pública en el Distrito Federal, la educación superior se impartió en la ciudad de México en las escuelas superiores, hasta el año de 1910, al inaugurarse la Universidad Nacional de México. Al establecerse la Universidad Nacional, Justo Sierra propone en México la primera teoría moderna de la educación universitaria, concebida como la culminación de la educación mexicana, para la enseñanza profesional, de grados y la investigación. La universidad no se concebía como un lujo para el país, sino como el lugar en el que se formarán los mexicanos que condujeran, en los niveles directores, un conocimiento al servicio de toda la nación. Durante varios años la Universidad Nacional se mantuvo como la única institución de nivel superior con estudios correspondientes a carreras diversas, pero en 1917 se crea la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo; en 1922 la Universidad de Yucatán; en 1923 la Universidad de Yucatán; en 1923 la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y en 1925 la Universidad de Guadalajara. De 1930 a 1948 surgen las universidades de Nuevo León, Puebla, Sonora, Sinaloa, Guanajuato, Colima y la Veracruzana. El resto se crea a partir de 1950, siendo las más recientes la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (1973), La Universidad Autónoma Metropolitana (1973), la Universidad Autónoma de Chiapas (1975), la Universidad Autónoma Agraria “Antonio Narro” (1975); la Universidad Autónoma de Baja California Sur (1976) y la Universidad Autónoma de Tlaxcala (1976).
La Institución privada de educación superior más antigua es la Escuela Libre de Derecho, establecida en 1912. En 1935 se fundó la Universidad Autónoma de Guadalajara; en 1943 el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey y la Universidad Iberoamericana, pero la mayor parte de las instituciones privadas que funcionan actualmente se crearon después de 1960.
En 1938-1939 llegó a México la inmigración española, integrada por numerosos intelectuales, y el gobierno federal fundó, con la participación de otras instituciones, la Casa de España en México; en 1940 se convirtió en El Colegio de México, institución que ofrece estudios de posgrado en las áreas de lingüística, historia, economía y demografía, sociología y estudios de Asia y África del Norte. La educación técnica de nivel superior tiene sus orígenes en la época de la Colonia (Entre otros planteles, se creó el ya mencionado Real Seminario de Minería en 1792) y se devuelve en pequeña escala en el siglo XIX, su desarrollo se logra propiamente después de la Revolución Mexicana.
En 1916 se crea la Escuela Práctica de Ingenieros Mecánicos Electricistas y la Escuela Nacional de Química Industrial. En 1922 se establece la Escuela Técnica de Maestros Constructores que se convertiría más tarde en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura. En 1923 se creó el Departamento de Enseñanza Técnica, Industrial y Comercial, del que pasaron a depender varias escuela técnicas de nivel medio y otras de nivel superior, incluidas las ya mencionadas de Ingenieros Mecánicos Electricistas, la de Maestros Constructores, y otras como la Superior de Comercio y Administración.
A partir de 1931, para reorganizar la educación técnica, se establece la Escuela Preparatoria Técnica de cuatro años y la Escuela de Altos Estudios Técnicos de tres años. La Preparatoria Técnica funcionó como antecedente de estudios técnicos profesionales y al mismo tiempo como escuela de capacitación de los estudiantes en diferentes áreas técnicas.
En 1937 el Gobierno Federal crea el Instituto Politécnico Nacional, institución concebida como la culminación de una serie de esfuerzos realizados en el área de educación técnica, en la que se agruparon las escuelas superiores existentes, dependientes de la Secretaría de Educación Pública: Escuela Superior de Construcción; Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica; Escuela Superior de Ingeniería Textil,; Escuela Superior de Comercio y Administración; Escuela Nacional de Ciencias Biológicas y el Instituto Técnico Industrial. Más tarde se han integrado al Instituto Politécnico Nacional otras escuelas: de medicina, de medicina homeopática, de economía, de ingeniería química, de física y matemáticas y algunas más. En 1961 se creó por Decreto Presidencial el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, dedicado fundamentalmente a la investigación y los estudios de postrado. El Centro realiza, desde su fundación, tareas de muy alto nivel orientadas especialmente a la formación de profesores investigadores en diferentes ramas científicas. La necesidad de proyectar a todo el país los beneficios de la enseñanza técnica, llevó a la creación de los institutos tecnológicos regionales, estableciéndose el primero en el año de 1948 en el estado de Durango. Para 1960 había siete de estos institutos y en 1976 sumaban un total de 47, diseminados en varias ciudades de todos los estados de la República. De fecha reciente son los 17 institutos tecnológicos agropecuarios y un Instituto Tecnológico Pesquero. La Universidad Nacional Autónoma de México empezó en los últimos años un programa de desconcentración de servicios, para distribuir mejor sus instalaciones y su población escolar. En la actualidad cuenta con cinco campus distribuidos en la zona metropolitana del Valle de México denominados Escuela Nacional de Estudios Profesionales de Cuautitlán, Iztacala, Acatlán, Aragón y Zaragoza.
Actualmente existen en México cerca de 230 instituciones de educación superior: universidades públicas autónomas; universidades públicas estatales; instituciones dependientes del Gobierno Federal: de enseñanza técnica, agropecuaria, pesquera y de enseñanzas especializadas; organismos públicos descentralizados; instituciones públicas dependientes de los gobiernos de los estados, e instituciones privadas: universidades y de otro tipo de estudios reconocidos por los gobiernos de los estados y por universidades públicas.
LA UNIVERSIDAD COMO INSTITUCIÓN
Quizá lo que más distinga a la Universidad como institución es la intima relación que en ella se da entre investigación y enseñanza. Sólo en una universidad pueden estos dos aspectos del quehacer intelectual integrarse como un todo. Idealmente, no hay maestro universitario que no sea él mismo investigador, y no hay -no debe haber- investigador que no enseñe, que no participe a otros de su trabajo creador. Como un derivado de esa integridad está una segunda característica muy propia de la Universidad: la necesaria convivencia y coparticipación de maestros y estudiantes. El conocimiento del maestro, así como su visión del mundo, lo mismo que los métodos por medio de los cuales adquiere ambos, se comparten con el estudiante; lo cual resulta fácil si el maestro es investigador y no un "detentador de conocimiento", y si el estudiante está seriamente comprometido con el deseo de saber y no solamente con sus propósitos egoístas o extra-académicos. Esta integridad de enseñanza e investigación y este convivio entre maestros y estudiantes que definen la Universidad tienen desde luego carácter local, son notas definitorias o aspiraciones; pueden no realizarse en la práctica en alguna medida o fallar del todo, por diversas razones. El maestro puede no investigar, con lo que degenera en un repetidor de fórmulas aprendidas de memoria; o puede no enseñar verdaderamente, sino contentarse con lucir en la clase una presunta sabiduría que en nada beneficie a sus alumnos. El estudiante puede acomodarse en un rol puramente pasivo, de memorizador de datos que no incorpora en la vida intelectual, sin servir de estímulo ni al maestro ni al investigador. O puede ser "activista", pero no de la causa del conocimiento, sino de causas extrauniversitarias. Ambos, maestro y estudiante, pueden menospreciar la vida de la razón, y derivar hacia propósitos ajenos a la Academia, sean éstos de carácter pragmático, o político partidista, o estético-recreativo. En cuyo caso, habrán dejado de actuar como intelectuales, y habrán debilitado a la institución a que pertenecen que merecerá menos entonces el calificativo de Universidad.
La politización de la Universidad, como constante peligro para esta Institución, merece una consideración especial. Es indudable que el intelectual, como persona, debe tornar posición frente a muchos problemas y causas políticos, nacionales o internacionales. Pero resulta difícil entender cómo podría el intelectual actuar responsablemente dentro de una institución que, como tal, se hubiera pronunciado en favor de determinada medida política. Una definición oficial de posiciones por parte de la Universidad compromete seriamente una responsabilidad social del intelectual muy importante: la de servir de árbitro científico. Nadie puede ser totalmente objetivo en sus juicios; no obstante, los intelectuales tienen asignada la misión de esforzarse por lograrlo. La sociedad supone que el intelectual ve las cosas desde una perspectiva imparcial, con base en el rigor científico adquirido en una Universidad independiente de la política. Este respaldo reviste la opinión del intelectual de la autoridad que la caracteriza. Si la institución que acredita al intelectual se mezcla en política, pone en peligro esa aceptación social, con lo que la sociedad pierde un importante servicio.
La Universidad está dedicada a la enseñanza y la investigación, las cuales no pueden ejercerse sin libertad. Por naturaleza, la Universidad está comprometida con el método de la razón, y éste sólo puede florecer en determinado contexto y se liga con un determinado estilo político: el de la tolerancia de las ideas y el respeto a las personas. Por otra parte, la Universidad sostiene el orden existente, al darle los profesionales y conocimientos que necesita, aunque también tiene entre sus funciones cuestionar ese orden (por ello incluye en sus programas de estudio las ideas consideradas subversivas por la sociedad). Inevitablemente, habrá siempre, por la naturaleza de las circunstancias, un prejuicio político en favor de los principios y estructuras reconocidos por la sociedad. La politicidad de la universidad en estos sentidos, a saber, coincidencia con los valores políticos más generalmente aceptados y al mismo tiempo examen y cuestionamiento de esos valores, es inevitable; pero también es perfectamente aceptable, pues no choca con la libertad de investigación y enseñanza ni con la naturaleza y fines de la Universidad.
En ciertos casos extremos una participación oficial de la Universidad en cuestiones políticas más específicas puede ser legítima. Un Consejo Universitario o una Asamblea de Facultad pueden permitirse tomar acuerdos sobre una cuestión de moral colectiva, de éstas que por su importancia no se presentan todos los días. Ejemplos podrían ser, en Costa Rica, una protesta contra la entrega de nuestros recursos naturales a compañías extranjeras; en los Estados Unidos, la protesta contra la guerra de Viet Nam. En esos casos, el cuerpo universitario debe plantearse el asunto con honda responsabilidad y decidir si debe adoptar una posición y cuál deba ser su pronunciamiento. Pero deberá hacerlo con clara conciencia del peligro de resbalar por la pendiente de una participación en cuestiones que por la naturaleza de la Universidad no le corresponden. Por otra parte, la participación de la Universidad en política puede llegar a ser obligatoria cuando de lo que se trate sea de defender los principios mismos en que la Universidad se sustenta, como la libertad de cátedra o la autonomía de investigación y enseñanza.
La empresa de la educación superior sólo puede prosperar dentro de las libertades gemelas de investigación y enseñanza, regida por personas con preparación y criterio académicos. Por ello, se ha defendido el derecho exclusivo del claustro de hacer nombramientos, preparar planes de estudio y elaborar todas las normas académicas; permitir que un ente externo, sea éste un Gobierno o un Sindicato o un ente de cualquier otra índole, se inmiscuya en estos asuntos equivale a traicionar los fines de la Universidad. No existe la universidad ideal y no todos los miembros del claustro tienen visión, ecuanimidad o independencia. Pero eso no implica que nos acercaríamos más al ideal si aceptáramos en cuestiones académicas juicios de personas sin autoridad intelectual para hacerlos.
Los objetivos de la educación superior y los problemas sociales
Las leyes orgánicas y de las universidades señalan sin excepción que las finalidades de estas instituciones son: a) impartir educación superior; b) realizar investigación, y c) difundir la cultura. Identificados así los fines para los que fueron creadas las universidades su cumplimiento corresponde a las características y condiciones particulares de cada institución; sin embargo, la definición propone la orientación que debe animar a cada una de estas acciones, y el sentido social y de participación, mediante estas actividades, en la solución de los problemas nacionales. En estas disposiciones legales se utilizan diversas fórmulas que se pueden agrupar como sigue:
1. Impartir la educación con conciencia de responsabilidad social.
2. Formar profesores e investigadores en las disciplinas científicas y culturales más directamente relacionadas con el desarrollo socioeconómico, regional y nacional.
3. Formar recursos humanos para beneficio director de la población del país y para su desarrollo económico independiente, con justicia laboral y en la libertad.
4. Estudiar los problemas actuales de la convivencia humana y particularmente en México.
5. Desarrollar la solidaridad humana.
6. Desarrollar en los alumnos y en los egresados un elevado sentido humano de servicio y solidaridad social.
7. Contribuir a través de la educación al desarrollo e independencia social, económica, científica, técnica y cultural.
8. Fomentar y realizar investigación científica dando preferencia a las que tienden a resolver los problemas estatales y nacionales.
9. Extender los beneficios de la cultura.
10. Propiciar la aplicación de los conocimientos científicos en la solución d ellos problemas estatales y nacionales para superar las condiciones de vida del pueblo.
11. Constituir a la universidad en agente de cambio, coadyuvando al desarrollo cultural y social del estado y de la nación.
La capacidad de innovación en el sistema de educación superior: Los cambios en la organización institucional.
Una de las características del sistema de educación superior ha sido su resistencia al cambio. Apenas hace unos pocos años se iniciaron algunos programas orientados a transformar una estructura administrativa y académica muy tradicional. Desde sus orígenes, las universidades se han dividido en facultades y escuelas, desarrollando sus actividades independientemente unas de otras. Esto ha traído como consecuencia el aislamiento de todas ellas entre sí, desconocimiento mutuo de la forma en que trabajan, la multiplicación del gasto en la medida en que actividades comunes, equipo y otros recursos institucionales no son compartidos. Todo esto se traduce en una imperfecta comunicación interna, y en dificultades para obtener, a nivel institucional, una adecuada coordinación e integración de sus funciones.
El problema se ha vuelto más complejo a medida que las instituciones crecen y aumentan sus actividades. Al mismo tiempo, se han dejado sentir sus efectos, sobre todo si la institución pretende emprender algún cambio sustancial en su estructura o en la forma en que realiza sus funciones. Ante este tipo de problemas se ha optado, primeramente, por estudiar experiencias de otros países, y posteriormente por intentar la implantación de modelos extranjeros, concretamente el sistema departamental. Si bien esto no se ha presentado en todas las instituciones, sí existen algunas experiencias al respecto, con resultados muy desiguales, los que dependen de muchas circunstancias, desde el tamaño de las instituciones y el número de sus alumnos, hasta del tipo de profesores involucrados en el cambio. En algunos lugares se ha intentado mantener la división por facultades y escuelas e introducir la departamentalización para efectos de organización docente. Aunque no se han evaluado estos cambios, se puede afirmar que en aquellos lugares donde se ha pretendido implantar la departamentalización suprimiendo las facultades y escuelas, no ha sido posible hacerlo. En otras partes donde se intentó mantener ambos tipos de organización, ha prevalecido la tradicional. El establecimiento de una nueva organización académica ha sido posible en las instituciones que se han creado en fecha reciente. Es el caso de la Universidad Autónoma Metropolitana, creada a fines de 1973, con iniciación de actividades en 1974-. Esta Universidad se dividió en tres unidades académicas, distribuidas en la zona metropolitana del Valle de México. Tiene un rector general para las tres unidades, y cuerpos colegiados que se integran con representaciones de cada unidad, pero éstas cuentan con un rector de unidad y sus respectivos cuerpos colegiados. En vez de facultades y escuelas hay divisiones, por áreas de conocimientos, las que se dividen en departamentos, por disciplinas específicas o por conjuntos homogéneos de éstas.
Por lo que se refiere a la administración, en general se mantienen los sistemas tradicionales y sólo en algunas instituciones se ha implantado la descentralización presupuestal. La administración de la educación superior adolece todavía de muchas limitaciones, lo cual se origina en la falta de personal especialmente formado para estas tareas. Con excepción de algunos puestos que exigen una preparación profesional, como es el caso de los contadores públicos y los contralores, todavía se asignan funciones administrativas a personal que no ha sido específicamente preparado. La administración de la educación superior ha merecido en fecha reciente la atención de autoridades y responsables de alto nivel en las instituciones, y se han elaborado ya proyectos dedicados a la formación y capacitación de personal administrativo, en diferentes áreas y niveles de ejecución.
Actualmente se trabaja también en la implantación de los presupuestos por programa, los cuales adquieren mayor importancia frente a los procedimientos y sistemas de asignación de recursos por parte del sector público. Conjuntamente con lo anterior, se trabaja ahora en el diseño de modelos de programación institucional, para su posible utilización en universidades e institutos del sistema.
El mejoramiento de la eficiencia interna de las instituciones se relaciona con varios aspectos:
El mejoramiento del personal administrativo. En el punto dedicado a los aspectos prospectivos de la educación superior en cuanto a su calidad, quedó referido lo concerniente al mejoramiento de los servicios de apoyo, de los que en buena medida depende el que se puedan alcanzar los niveles de calidad esperados en el cumplimiento de las funciones básicas. A su vez, estos servicios de apoyo dependen del personal encargado de ellos. En la misma forma en que se dedican esfuerzos y recursos al mejoramiento del personal académico y de investigación, también es necesario considerar acciones similares para el personal administrativo.
La adecuación de la estructura y funcionamiento del aparato administrativo a las tres funciones básicas sustantivas. Si éstas se ven sometidas a procesos de transformación por exigencias de calidad, adecuación al tiempo presente y su permanente relación con la sociedad, el aparato administrativo no sólo deberá adecuarse a estas nuevas condiciones, sino que tendrá que disponer de la capacidad suficiente para coadyuvar a la realización de las funciones básicas; esto significa considerar al aparato administrativo como la parte institucional que promueve y opera el cambio.
La planeación institucional, cuya culminación deberá traducirse en la determinación de políticas y decisiones de carácter operativo, es parte vital de este conjunto de elementos relativos a la eficiencia interna.
Por último, los aspectos normativos. Las leyes, reglamentos y en general el conjunto de normas que regulan la vida institucional, son propiamente las que la hacen posible, es decir, las que permiten superar condiciones de precariedad derivadas precisamente de la improvisación o de sistemas internos que se apoyan en decisiones de carácter unilateral. La organización institucional depende en gran medida de estas normas, que establecen pautas y criterios para la participación, la decisión y la operación.
BIBLIOGRAFÍA
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La Autonomía universitaria. Antología, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1974.
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Varios autores, Planeación de la Educación Superior, Ediciones CONPES, México, 1981.
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Varios autores, Memoria del Seminario Internacional sobre Administración Universitaria, UNAM, México, 1979
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SEP. Dirección de Fomento Institucional, Agosto de 1980
CÁRCEL
De edificio destinado a la reclusión y custodia de presos, la cárcel ha extendido su significado hasta representar una de las instituciones del Estado más represivas y omnipresentes en la historia contemporánea. Diversos estudiosos han contemplado la cárcel como una prolongación de la sociedad, como una institución insustituible del sistema social dominante. También, en sentido inverso, han considerado que la cárcel, como elemento de control social, ha trasladado sus formas a la sociedad, en donde se han implantado sus métodos, ordenamientos, valores y otras características. A partir de rasgos como el de la autoridad, el poder sancionador y el control del espacio o del individuo, la sociedad ha pasado a ser una gran prisión, una extrapolación social del modelo penitenciario.
La cárcel ha pretendido ser, un recurso estratégico de dominación y de control social. Además de instrumento de castigo y represión directa, es decir, método selectivo de cauterización de rebeldes en el medio social, a la vez que saco de redada masivas y depositario del terror indiscriminado del aparato del Estado sobre la población, la prisión ha sido instrumento recurrente de chantaje político y, los presos, rehenes del Estado frente a las organizaciones de la resistencia. Por añadidura, el carácter penitenciario, como estigma, había de servir para criminalizar al resistente, calificar la rebeldía nacional como simple delito antisocial, alimentar el descrédito de la lucha política de oposición y eliminar toda legitimidad del militante. A despecho de estrategias estatales, el efecto ha sido el contrario. La prisión ha ido tan ligada a la conciencia nacional y la represión indiscriminada, que ha llegado a ocupar un lugar preferente en la memoria histórica, a la par que se ha desarrollado una sensibilidad muy arraigada en la población hacia ese lugar de represión. El franquismo fue quien recurrió en sus principios a la cárcel de modo masivo. Tras la Guerra Civil sirvió de escenario de hacinamiento de cientos de miles de prisioneros, así como de centro de procesos de excepción y ejecuciones sumarias.
En lo que se refiere a la figura del preso social, hasta finales de los años setenta, el ocupante de las cárceles correspondía a la categoría calificada como «delincuente», ligado por lo común a acciones contra la propiedad privada o, en otro sentido más amplio, con fenómenos de marginalidad social .
LOS PRESOS
Ambiente familiar
En su mayoría, los presos proceden de familias con procesos de desvinculación, donde se aprecian carencias de afectividad. Por lo general ha habido ausencia de figura materna o paterna, y la autoridad familiar no ha sido ejercida satisfactoriamente, provocando situaciones conflictivas. Son familias sin trabajo, con pocas aspiraciones, que luchan por la supervivencia diaria. Ocupan (cuando tienen la suerte de poder ocuparlas) viviendas reducidas, con escasez de servicios y de espacios personales, ubicadas en el casco antiguo de las ciudades o en los suburbios, donde hay una notable deficiencia y carencia de servicios de todo tipo. Esta falta de "trato familiar" se puede prolongar en el centro penitenciario si los reclusos tampoco se sienten tratados socialmente como personas, incluso aunque reciban muchos cuidados.
LAS PRISIONES
Las cárceles nacieron hace unos doscientos años, para sustituir a otros castigos más crueles. En este sentido, son una institución típica de la modernidad, cuyos afanes de progreso pretendían encarnar. En concreto: castigar el delito sin destruir a su autor y, aún más, que la verdadera penitencia fuera la regeneración del delincuente. Pero, incluso en este contexto progresista, el centro penitenciario era visto como un mal, por cuya eliminación había que seguir luchando, como se lucha por erradicar la tuberculosis o el cáncer.
La cárcel como institución
T. Parson definía el término institución como: "pautas normativas que definen los modos de acción o relación social que se consideran apropiadas, legítimas o esperadas". De acuerdo con esto las instituciones están dirigidas a pautar o conformar conductas, pero también a establecer relaciones entre las personas.
Y Goffman (en la introducción a su libro Internados) escribe que "una institución total puede definirse como un lugar de trabajo donde un gran número de individuos en igual situación, aislados de la sociedad por un período apreciable de tiempo, comparten en su encierro una rutina diaria administrada formalmente". Como ejemplo notorio de este tipo de instituciones señala la cárcel. En este sentido, la prisión es "un mundo". Y lo que ahora nos interesa conocer más es cómo se desenvuelve la persona en ese mundo carcelario y cómo reacciona ante él. La persona se ve inmersa en este mundo. Se le impone de golpe, sin tiempo para adaptarse progresivamente. Además ella percibe que se le impone es decir: no tiene vías de escape, sólo le cabe adaptarse y plantearse distintas formas de evasión, ya sean éstas psicológicas o físicas. Ese mundo constituye una atmósfera cerrada que penetra todo el espacio físico del centro penitenciario, con muy escasos lugares o territorios de evasión personal. El individuo no puede llegar a acotar su propio espacio, porque éste es también espacio de los demás, lo que lleva a una auténtica promiscuidad temporal y espacial. Tampoco puede elegir sus amistades o compañeros, ya que le vienen impuestos. Está privado de libertad e intimidad y sometido además a un sistema jerarquizado y muy autoritario, paralelo al que marca la propia institución, establecido por los mismos presos.
La reacción de la persona privada de libertad está en función de su propia subsistencia. Para sobrevivir se ve abocado a cumplir con las normas impuestas por el llamado "código del recluso", a la vez que asume las establecidas legalmente. Esto quiere decir que la persona privada de libertad, lejos de aprovechar su experiencia para reflexionar sobre el delito cometido y para hacer un replanteamiento de su vida de cara al futuro, lo que hace en realidad es interiorizar los valores de esa subcultura en la cual se halla inmerso. Hay que resaltar, y no sin admiración, el gran esfuerzo que realizan algunos para no entrar en la subcultura carcelaria. La vida de las personas privadas de libertad está organizada en función de la custodia y retención y, en líneas generales, se organiza también según la estructura física de los edificios y su propia seguridad, ya sean éstos ordinarios, especiales o abiertos.
Esto último nos lleva a echar una mirada a la realidad de nuestras instituciones penitenciarias.
La realidad de las cárceles
Queremos sentar la tesis de que, hoy por hoy, y a pesar del esfuerzo que ha ido haciendo la administración, nuestras cárceles no son instituciones que cumplan con su finalidad primordial de reintegrar a la sociedad a las personas que han delinquido. Sería injusto decir que no se ha hecho nada. Al contrario: se han mejorado edificios obsoletos y se han levantado centros nuevos; se han implantado programas de rehabilitación y se ha intentado acercar la prisión a la comunidad y viceversa. Ha aumentado el número de psicólogos, pedagogos y criminólogos, de maestros y educadores, de médicos, etc. Súmese a ello también las garantías judiciales y beneficios penitenciarios introducidos por la Ley Orgánica General Penitenciaria de 1979. Y añadamos para completar estos datos que, según el delegado nacional de Pastoral Penitenciaria, hay un centenar de sacerdotes trabajando como capellanes penitenciarios, junto con más de 2.000 miembros de diversos voluntariados cristianos. A pesar de todo, nuestras prisiones presentan una masificación crónica, consecuencia de una grave y también crónica insuficiencia de plazas. A esto se añade el abuso en la utilización de las prisiones como instrumento contra la delincuencia. Hay alguna prisión nueva en la que se ha intentado meter el doble de los reclusos que cabían, alojando en celdas minúsculas de cinco metros cuadrados a dos personas. Esta realidad no puede disociarse de la situación de precariedad e indigencia en que se desenvuelve la vida en su interior. Pues bien: el hacinamiento, los deficientes servicios sanitarios y sociales de alimentación e higiene, la escasa actividad cultural y deportiva, la ausencia de trabajo y, en definitiva, la falta de aliciente, siguen conformando el problema en que están inmersas las cárceles.
Las condiciones físicas
Hay casos de edificios malsanos, sobre todo en invierno, ya que sus viejas paredes son gruesas, de piedra y llenas de humedad; y su estructura arquitectónica impide una adecuada división y distribución de los internos en pequeños grupos. La higiene es en ellos un problema grave, cuando demasiados presos han de compartir los mismos servicios y aun el mismo lavabo dentro de la celda. Las celdas son a veces imágenes de extrema miseria por:
— falta de espacio (en algunas han llegado a vivir hasta 6 ó 7 presos);
— falta de luz, que apenas llega;
— falta de mobiliario, sin mesa ni silla, a no ser que los mismos internos lleguen a improvisarse alguna.
Las condiciones psíquicas y morales
Las condiciones psíquicas y morales que ofrecen las cárceles a los presos, tampoco son adecuadas para que la vida en estos recintos cerrados se desarrolle en un grado mínimo de normalidad. Veamos algunos puntos:
- La convivencia y su aprendizaje se hace prácticamente imposible por la masificación y elevado número de internos por galería o módulo.
- No hay seguridad. Son frecuentes las agresiones contra los más débiles por parte de los internos que se sienten más fuertes. No se guarda el orden, y los grupos de internos que se sienten con poder se dedican a robar, a molestar, a maltratar a los que no tienen defensa a su alcance, llegando también a ser frecuente la agresión sexual.
Todo esto sucede al amparo de la gravísima "ley del silencio", que castiga a quien la quebranta, estigmatizándolo además entre los otros presos con la connotación negativa de "chivato". En consecuencia no hay denuncias por miedo a la venganza; y la prisión termina siendo un lugar donde cada cual está librado a sus propias fuerzas, bajo la ley del más fuerte y la ley del silencio. Esta situación inhumana favorece el que los internos que se sienten solos y débiles recurran a comprar su seguridad personal mediante la prestación sexual, la económica, e incluso el paquete que reciben de su familia...
- Las normas de seguridad que establece el centro para intentar preservar a los internos son, por ello, rígidas. Pero las consecuencias de su rigidez son también graves. Los presos no pueden desplazarse fuera del departamento asignado: por tanto, muchos de ellos pasan el tiempo embobados y distraídos, sin salir del patio y sin apenas relacionarse con los otros. Una mayor posibilidad de relación comporta generalmente un mayor riesgo de ser agredido y vejado. Nos encontramos pues en un régimen de sospecha y desconfianza, ya que en cualquier momento un compañero puede convertirse en un agresor o en un ladrón. El resultado es un estado de permanente alerta y de miedo, que acaba agotando y destrozando la personalidad.
- El trabajo ocupa tan sólo a un pequeño porcentaje de internos, en algún taller o en aquellas tareas que aseguran el funcionamiento regular del Centro, como cocina, limpieza, peluquería, lavandería etc. Los Equipos de Tratamiento procuran ir reduciendo este gravísimo problema a través de actividades programadas educativas, recreativas y culturales.
- Tampoco es demasiado posible el aprovechamiento constructivo del tiempo libre, debido al hacinamiento y la falta de intimidad. La participación en juegos de azar es lo más frecuente. Y cuando hay dinero-tarjeta de por medio, los juegos terminan siendo un nido de peleas. A todo esto hay que añadir el problema derivado del tráfico y consumo de drogas que imprevisiblemente, pero de modo habitual terminan cobrando sus víctimas.
- Las necesidades económicas son otro mal endémico que sufre la mayoría de los internos, que procede de clases pobres. Son los pobres quienes continuamente aseguran la repoblación de las cárceles. Y hoy en día, cuando la pobreza llega a desplegarse con toda su realidad, conduce al hombre a vivir fuera del sistema social vigente, separándolo de sus hermanos y enfrentándolo con ellos. La delincuencia termina siendo, pues, no un desgraciado accidente de la pobreza, sino expresión de su más profunda identidad. Y esto clama literalmente al cielo.
- Finalmente, la falta de intimidad es otro problema grave que los presos viven día a día. Curiosamente, a pesar de la rigidez de las normas que intentan poner trabas a la libre circulación en el centro, hay una notable masificación. A los internos es posible verlos juntos, reunidos, pero su realidad personal es la soledad. No son frecuentes los casos en que brote entre ellos la amistad o la solidaridad. Si todo ello es así, no parece exagerado afirmar que, a pesar de las mejoras arquitectónicas y humanas, la prisión aparece vista de cerca como una institución que tranquiliza simplemente al ciudadano que se queda fuera en la calle, pero martiriza, y termina por degradar, al que ingresa. En estas condiciones, ni se cumplen ni se pueden cumplir los derechos humanos. Pero estas conclusiones que parecen brotar de los datos anteriores, reclaman ahora de nosotros una reflexión un poco más detenida.
REFLEXIÓN HUMANA
Tras los datos anteriores, se hace preciso examinar, no sólo cómo son, sino qué efectos producen los centros penitenciarios en los internos, tanto durante su estancia en ellos como después, si les llega la hora de salida. Este examen aportará datos decisivos para un juicio global sobre nuestra realidad penitenciaria.
EFECTOS DE LA VIDA EN LA CÁRCEL
La vida en la cárcel conlleva penalidades sobreañadidas a la privación de libertad pretendida por la Ley. La prisión produce consecuencias negativas, a veces traumáticas, sobre la vida personal, familiar y social de la persona que la sufre. Y estas consecuencias negativas, en lugar de regenerar al delincuente, contribuyen a reafirmarlo y hacerle progresar en el delito.
Nivel personal
A pesar de las renovaciones del sistema penitenciario, y de la excelente voluntad y capacitación de muchos de los que trabajan en él, la personalidad del interno resulta fuertemente deteriorada al término del cumplimiento de la pena. La prisión origina una mutación del "yo", motivada por la separación del desempeño de los roles sociales, e impide el normal desarrollo de la vida afectiva de la persona. El interno es el principal protagonista de todo, ya que a su alrededor giran las instituciones: Seguridad, Justicia, Abogacía, Familia etc. Pero es un protagonista pasivo, al que traen aquí, llevan allá, le dejan en un sitio y le hacen esperar en otro. Siempre con un silencio impenetrable.
Cada interno tiene su propia historia de la que él es agente, y su prehistoria que hereda de la familia y ambiente social en que ha vivido. Ambas le diferencian y le distancian al mismo tiempo de los demás internos, que deben ser sus compañeros. Toda esta intimidad personal queda violada al provocarse contactos interpersonales forzados, con lo que se crea dificultad para el contacto social y se propicia una considerable pérdida del sentido de la realidad. Si la libertad es un don sagrado del Creador y una conquista importante de la sociedad (don y conquista que deben ser educados y liberados, pero no suprimidos), la convivencia con personas traumáticamente privadas de ese don, tiene que resultar ella misma traumática (aun prescindiendo ahora de lo que supone el hecho de convivir sólo con personas del mismo sexo). Poco a poco se va apreciando en el sujeto un cambio regresivo en el modo de vida, que más tarde le incapacitará para adaptarse a la vida en libertad. Desde su ingreso el interno se viene a sentir como "un reloj parado". Y la estructura misma del Centro -que atiende sobre todo a la "retención y custodia" de los que le han sido encomendados- no está precisamente en función de fomentar la creatividad del interno ni la solidaridad de los internos entre sí. El interno pues vive inseguro, pendiente de decisiones que otros tomarán respecto a su persona. Sueña permanentemente: y sueña para defender su personalidad que siente amenazada, y la atrofia de sus cualidades físicas y psíquicas que contribuye al deterioro progresivo de la persona. Todo esto va generando y acumulando agresividad, dureza de sentimientos y sensación de abandono.
Finalmente, el vivir en sus propias carnes la tensión de verse castigado y rechazado por su sociedad y por los suyos, hace que muchos pierdan (o acaben de perder) un gran valor humano: la confianza en las personas y en las instituciones sociales. Muchos internos padecen crisis en su sistema de valores sociales, morales, políticos, religiosos, familiares etc. Y otros muchos sufren también una traumática confrontación entre el sistema de valores humanos y el de la sociedad que los castiga.
Nivel familiar
La vida familiar es otro gran protagonista en el drama de muchos internos. Un protagonista que, en el caso de que existiera, queda también debilitado.
Al interno le agobia la preocupación familiar. Le preocupa la confianza o desconfianza de los suyos en él, le tortura la posible separación del ser querido, las posibles rupturas familiares (divorcio, infidelidad, soledad y -enormemente- la privación del afecto de los hijos). A su vez, la familia se siente marcada socialmente en forma negativa. Ella es la que más dolorosamente sufre las consecuencias de la privación de libertad del padre o de la madre. El equilibrio familiar (a veces ya muy precario) se rompe; y se dificulta la existencia de un medio que permita una formación equilibrada de la personalidad de los hijos. Evidentemente, no queremos sugerir con esto que las familias de los presos fueran ya antes de la cárcel unos medios idílicos; sólo estamos afirmando que en muchos casos el remedio, lejos de curar la enfermedad, la consagra o la empeora.
Por otro lado, el deseo de liberar al padre, a la madre o a los hijos, agota la economía familiar, la cual era ya muy débil por limitación forzada de ingresos tras el internamiento de alguno de los progenitores. De esta forma se logra privar a la familia de unos medios económicos, dejándola aún más marginada de la mesa de la cultura, por falta o carencia de una economía suficiente. Y hoy en día, quedar fuera de la mesa de la cultura es quedar en la puerta de la miseria, o en la miseria misma. Miseria que, si no llega hoy a la familia, llegará mañana, generando ese círculo infernal de la marginación: incultura - pobreza - marginación - y (a veces) delincuencia.
Todo ello puede acabar en una progresiva degeneración de los hijos, supuesto que nadie puede impedir a nadie el derecho de procrear. De este modo, la familia resulta muchas veces gravemente penada por la sociedad y por su sistema de privación de libertad.
Nivel social
Desde que el individuo ingresa en prisión es rechazado por la sociedad, lo que produce efectos negativos de cara a su reinserción ulterior. El ambiente ante cualquier excarcelado aunque sea meramente preventivo (presuntamente inocente), siempre es radicalmente negativo y desconfiado. El "status" de preso le define socialmente como alguien indigno de confianza y como persona no aceptable desde el punto de vista moral y social. Tan solo quienes en el pasado sufrieron prisión por razones políticas, se presentan socialmente como héroes y se sienten condecorados por su historial penitenciario. Los demás procuran guardar celosamente oculta su vida penitenciaria, sintiéndose permanentemente oprimidos por el peso social de los antecedentes penales.
Parece pues que la abolición de la pena de muerte física se convierte en una pena de muerte social, que con frecuencia afecta no sólo al delincuente sino a sus allegados, y en cuya abolición conviene soñar también, para que algún día pueda ser realidad. Esa "pena de muerte social" es a veces tan real que, a pesar del amor humano a la libertad, hay presos con miedo a salir, como si otra prisión aún peor comenzara cuando salen y son rechazados por todos.
Se ha de procurar que la sociedad sea más solidaria y comprenda al preso o penado, aceptando que ella también tiene parte en la génesis de la criminalidad, e integrando en su seno al liberto como un ciudadano más -sin etiqueta alguna- y aportándole las ayudas necesarias para su progresiva reintegración ciudadana, unas veces liberándole de circunstancias familiares esclavizantes, y otras despertándole expectativas de superación personal, profesional y social.
Y es innegable que algo está cambiando en este punto. En los mismos centros penitenciarios, los internos pueden ir expresando su voz a través de sus publicaciones, y también a través de los numerosos voluntarios que comparten con los presos su tiempo, escuchándoles y fortaleciéndoles en la esperanza. Es muy importante que la sociedad comience a escuchar a los que no podían dejarse oír, y que no haga callar a nadie. Es importante que esta sensibilización de la sociedad vaya creciendo, y que los Medios de Comunicación no se muestren preocupados por hablar exclusivamente de la seguridad ciudadana (que nadie niega que sea una necesidad social), sino también de la promoción de la personalidad de todo aquel que sea víctima de la incultura, la miseria o la marginación. Es importante comprender que los "puntos de apoyo", a veces muy valiosos, que ya se han conseguido, siguen siendo aún mínimos para las exigencias reales.
Algunas conclusiones parecen brotar de esta reflexión
a) La Ley Orgánica General Penitenciaria, determina en su artículo primero que, en el fin primordial de las Instituciones Penitenciarias, tiene prioridad la "reeducación y reinserción social de los sentenciados a penas y medidas penales privativas de libertad" frente a la "retención y custodia de detenidos, presos y penados". Hemos de reconocer no obstante que en la realidad priva más hasta el presente la "retención y custodia" que la "reeducación y reinserción social". La prisión, en sus formas actuales, es el centro de reinserción que menos puede reinsertar. Las cárceles, tal como están actualmente, no cumplen el objetivo primordial que la ley les atribuye. Lo afirmamos con independencia de que esto sea así porque siempre los centros penitenciarios tendrán estos defectos y por tanto la única solución es abolirlas -como piensan algunos-; o porque han de ser mejoradas y humanizadas -como piensan o intentan muchos otros-.
b) Si el centro penitenciario no previene ni extirpa la delincuencia, sino que más bien acaba arrojando a ella, debemos preguntarnos qué interés razonable puede tener para la sociedad el recluir al delincuente en prisión y sentirse temporalmente protegida, si después se le devuelve deteriorado y convertido -con demasiada frecuencia- en un maestro de la delincuencia. Las instituciones penitenciarias no pueden reducirse a ser uno de esos analgésicos elementales que evitan las molestias del momento, sin atacar las raíces del mal (y quizás permitiéndole así crecer). Quizá la cárcel no sea un simple "excusado" de la sociedad, que conviene tener educadamente oculto, sino más bien un espejo de ella. Y en este sentido no podemos sino reafirmar las palabras del documento episcopal titulado: "Las comunidades cristianas en las prisiones", cuando afirma que la injusticia social es la primera delincuencia y causa de muchísima delincuencia.
Pero si todos coincidimos en que los males no se combaten simplemente a gritos o con remedios de urgencia, sino atacando sus raíces, ello nos lleva a una segunda reflexión más radical.
CUESTIONAMIENTO DE LA CÁRCEL
Según la opinión unánime de expertos, la pena privativa de libertad está hoy en crisis en el mundo entero. El fracaso de la prisión para su fin primario que es el rehabilitador, se ha vuelto evidente: en la práctica, y salvo excepciones, sólo cumple la finalidad de separar de la sociedad por un período de tiempo, a ciertos individuos que, por su conducta, son considerados socialmente peligrosos.
Y sin embargo, para una mentalidad auténticamente democrática, esta peligrosidad por sí sola, no justifica ni la existencia de la institución ni la privación de libertad a la persona. Y mucho menos las justifica cuando, además de no cumplir el otro fin primario de rehabilitar, lo daña claramente. De hecho, la cárcel resulta ser, como hemos visto, una institución para marginados, marginada y marginadora: la estancia en ella no sólo no rehabilita sino que comporta el riesgo evidente y real de desocializar a la persona, porque facilita y acentúa las tendencias antisociales. Estas consideraciones se agudizan si tenemos en cuenta además que sólo ingresan en prisión el 10% de los sujetos de actos delictivos. Si la sociedad tolera al restante 90% de delincuentes, permitiendo de hecho que normalicen su vida más o menos integrados en la sociedad, ¿por qué niega esta misma posibilidad y oportunidad al otro 10% que vivirá bajo la prolongada amenaza mortal de los "antecedentes penales"? (Esta valoración porcentual de la población recluida en Centros Penitenciarios se realiza teniendo en cuenta la Cifra Negra. Se denomina Cifra Negra la diferencia existente entre la criminalidad real y la criminalidad registrada. La Cifra Negra se fundamenta en el hecho de que no todo delito cometido es perseguido; no todo delito perseguido es registrado; no todo delito registrado es averiguado por la policía; no todo delito averiguado es denunciado; la denuncia no siempre termina en juicio oral; el juicio no siempre termina en condena).
Por ello es necesario ir buscando fórmulas alternativas que, al mismo tiempo que garantizan la seguridad ciudadana, aseguren y permitan la rehabilitación del delincuente. Pero hasta que se encuentren esas fórmulas, total o parcialmente alternativas, el centro penitenciario debe ser mirado a lo sumo como un mal necesario. Y mientras se buscan esas fórmulas, han de aplicarse soluciones intermedias que compatibilicen la existencia de la cárcel con el menor daño posible al privado de libertad, en su camino de reingreso a la sociedad (salidas programadas, permisos de fin de semana, régimen abierto, libertad condicional, etc.). Los caminos que buscan esa transformación de la pena en una medida socialmente útil habrán de "hacerse al andar" como todos los caminos humanos, pero han sido ya iniciados. Hay instituciones jurídicas como la condena condicional (escasamente aplicada por nuestros jueces), el arresto domiciliario o el de fin de semana (también escasamente aplicados en nuestro país) y la realización de trabajos no remunerados en beneficio de la comunidad... entre otras, que podrían ser fórmulas eficaces para mitigar los efectos negativos de la prisión, sobre todo en infracciones de escasa relevancia y repercusión social. Desgraciadamente, parece que la reforma del Código Penal, actualmente en trámite, será otra oportunidad perdida para plantearse con valentía y amplitud el tema de las alternativas a la pena de privación de libertad. Otras voces han pedido incluso que los delitos no graves no sean penados con prisión y que los delitos graves o más graves (vg. el usar armas de fuego) supongan tratamiento del delincuente en centros considerados como "Hospitales Sociales", adecuadamente dotados, liberados de toda carga peyorativa, y en los que la finalidad primordial sea de hecho la recuperación del asocial y su reinserción, pensando que la mayoría de ellos no son simplemente culpables, sino también (y quizás antes que todo) víctimas o enfermos sociales.
Incluso podríamos añadir que, según estadísticas suficientemente constatadas, dado el elevado costo que supone el mantenimiento de una persona en situación de privación de libertad y sus escasos -por no decir nulos- efectos positivos, sería más rentable económica y socialmente aplicar dicho gasto a la implantación de sistemas que, de forma gradual y progresiva, fueran sustituyendo la privación de libertad por la educación de la libertad del individuo. La causa última de los problemas de las cárceles, de los problemas de la inmensa mayoría de las personas que se encuentran en ellas, es la pobreza y marginación existentes en nuestra sociedad, y por tanto la injusticia social generada por el sistema capitalista (en otros aspectos tan eficaz). Por esto cada vez hay más prisiones, y cuantas más plazas penitenciarias tengamos, más detenidos enviaran los jueces a ellas, anulándose de esta manera las ventajas de las inversiones hechas en la construcción de nuevos centros penitenciarios. Y, por lo mismo también, aunque las prisiones fueran fantásticas y modélicas, aunque la administración penitenciaria tuviera todos los recursos necesarios y los organizara a la perfección, aunque las prisiones tuvieran los mejores funcionarios, los mejores psicólogos y educadores, los mejores médicos, y aunque se creara un ambiente idóneo para la reinserción social, si cuando los delincuentes rehabilitados salieran a la calle se volvían a encontrar con los mismos problemas que les condujeron a delinquir, sin trabajo, sin vivienda digna, con familias desestructuradas, en barrios dominados por la droga, etc. ¿de qué habría servido su estancia en una cárcel-oasis si tenían que volver al desierto de una sociedad sin entrañas?.
Una Nación sin Cárceles
La Cárcel es la mas triste y lúgubre herencia de la Era Medieval que aún persiste en nuestros días, porque la acción de almacenar seres humanos en una Prisión como castigo por los delitos cometidos, supera en crueldad a la Pena de Muerte .No hay castigo mas cruel é inservible que condenar a un individuo a que día tras día, año tras año, viva sin poder vivir, castigado con un encierro que solo terminará cuando llegue la muerte. Es mas humano darle esa muerte antes y evitarle conocer ese castigo inútil que prolonga indefinidamente su condena, sin dejarle ningún beneficio a la Sociedad.
La Cárcel ha fracasado totalmente como institución destinada a corregir y readaptar al individuo delincuente, ni siquiera sirve como un castigo escarmentador y disuasivo que ayude a disminuir el delito. Porque para el delincuente reincidente y contumaz, ser castigado con la Cárcel solo representa un traspié en su carrera criminal, considerándola simplemente como un gaje del oficio.
Ninguna Cárcel en el mundo ha servido para que el delincuente vuelva a la vida en Sociedad, corregido y virtuoso, porque mas bien sale de la Cárcel con su capacidad criminal enriquecida por el contacto directo con los maestros de la delincuencia. La Cárcel es una escuela perversa donde adquiere conocimientos postgrado el delincuente reincidente, y pervierte definitivamente al delincuente ocasional que podría haber sido recuperado si no hubiera conocido la Cárcel.
La primera condición que debe cumplir una Sociedad que se considere racional y organizada, es establecer los códigos de conducta que deberán mantener sus miembros. Estos se inculcan desde la cuna, se aprenden en los hogares que es la primera escuela de la vida, de esa manera todo pueblo que cuente con elevados principios éticos, seguirá pariendo hijos excelentes que serán una honra para el conjunto social. Pero nada es Perfecto, nada es Eterno, esto también rige para los humanos, por lo tanto los valores también se degradan cuando una Sociedad olvida, que para mantener la excelencia en su gente necesita la Ley de Premios y Castigos, de lo contrario el mal comportamiento al no ser sancionado va desalojando al buen comportamiento. Todo individuo debe vivir con Decencia para merecer la Vida, quién se empeña en vivir sin Decencia pierde el derecho a la Vida.
El párrafo anterior provoca temor é irrita por su dureza, pero es un camino necesario para llegar a una sociedad sin Cárceles.
BIBLIOGRAFÍA
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Bergalli, R. (1987), Ideología de la resocialización. La Resocialización como ideología.
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"La Sociedad Carcelaria" Aspectos Penológicos y Sociológicos.
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"Prisión Abierta" Dr. Elias Neuman; Editorial Depalma.
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"Penología y Sistemas Carcelarios Tomos I y II" Dr. Luis Marco del Pont, Editorial Depalma.-
ORFANATORIO
Institución residencial en que se da mantenimiento y educación a niños pobre, huérfanos o expósitos.
La organización de los servicios asistenciales al niño privado de un medio familiar normal varía de unos países a otros.
En unos casos el Estado tiene la total responsabilidad; en otros la iniciativa privada ocupa un lugar importante.
La filosofía asistencial en estos niños se ha sustentado durante mucho tiempo de 2 conceptos: proteccionismo y segregación. Los orfanatos u hospicios han tenido y siguen teniendo en muchos casos, las siguientes características:
Gran tamaño, que dificulta la personalización del niño.
Carácter de custodia, más que carácter educativo.
Predominio del modelo médico en su concepción y organización.
Ubicación fuera de los núcleos urbanos con un menor coste económico y segregación social del niño.
Distribución de los niños basada en criterios de edad y sexo.
Dotación de personal escasa y sin calificación profesional.
Estas circunstancias ambientales, cuando se dan, suponen que la estimulación sensorial que recibe el niño es excesiva, desordenada o escasa. La rutina diaria puede ser extremadamente monótona o caótica y violenta. El personal suele cambiar constantemente sin ofrecer al niño una pauta estable de conducta. La estimulación verbal es muy pobre, siendo la comunicación preferentemente no verbal, conduce a un deterioro progresivo de la conducta del niño, tanto más intenso cuanto más temprano ha sido el ingreso en la institución y cuanto más largo es el periodo de permanencia en la misma. No se afectarán por igual todas las áreas del desarrollo. Las funciones cognitivas y sobre todo el lenguaje son las más vulnerables mientras que la motricidad tiene un menor pronóstico. El retraso intelectual y de lenguaje es detectable en etapas muy tempranas y es proporcionado el grado de deprivación sensorial y verbal a que el niño esta sometido. Los niños pueden presentar además un trastorno de la empatía y socialización, junto a otros trastornos de conducta, altamente significativos o en cuanto al pronóstico futuro de su conducta como adultos.
Durante las últimas décadas una mayor sensibilidad social hacia el niño y un mejor conocimiento científico del desarrollo infantil han impulsado un movimiento de reforma de los orfanatos. Estos tienden a ser más pequeños, emplazados en los núcleos de población con progresiva incorporación del niño a las actividades de la comunidad .escuela de barrio, parques- La dotación del personal es mayor y mejor cualificadas. Hay una mayor explicación de los derechos del niño. El modelo médico y de custodia es sustituido por un modelo educativo y la distribución de los niños intenta reproducir el modelo social de la familia.
Una alternativa al orfanato o a la institucionalización del niño son las familias que previamente seleccionadas reciben una paga de la administración y a cambio se ocupan de su cuidado y educación. Es impredecible que estas familias sustitutivas sean capaces de proporcionar al niño las condiciones físicas, psicológicas y emocionales necesarias para su normal desarrollo y que no le proporcionan sus padres biológicos.
Otra opción, más desarrollada en nuestro país que la anterior son los llamados hogares funcionales. Una pareja de adultos vive con 8 o 10 niños que no pueden vivir con su propia familia, estos hogares han sido llevados adelante más por iniciativas privadas que por la administración.
Tanto la familia sustitutiva (terapéutica) como los hogares funcionales pueden proporcionar varios servicios al niño. En ocasiones se trata de una estancia temporal hasta que los problemas de la familia propia se hayan resuelto. Otras veces es una alternativa a la institucionalización prolongada.
Uno de los problemas principales que se plantean en estos modelos asistenciales es la continuidad del personal adulto que atiende a los niños
LAS CRISIS EN LOS ORFANATOS
En algunos países, a los niños se les abandona en cantidades alarmantes como resultado de la pobreza, políticas de población restringentes y tradiciones culturales que dan más valer a los niños que a las niñas. El prejuicio o las políticas contra la infancia con discapacidades pueden incitar a los padres a institucionalizar a los niños que tienen discapacidades o se cree que tienen discapacidades. Ya internados, los huérfanos y niños abandonados pueden sufrir tal desamparo extremo o abuso que sus vidas pueden correr peligro. Puede que se les niegue el contacto humano, el estímulo, la atención médica y la educación y que frecuentemente aprendan a vivir con temor a las personas que son los únicos que les dan atención.
En Rusia de la década de 1990, a los niños se les abandonaba a cargo del estado en cantidades anuales mayores de 100 mil. A muchos se les dejaba en orfanatos donde quedaban expuestos a niveles asombrosos de crueldad y desdeño. Generalmente se les pegaba, encerraba en cuartos congeladas por días seguidos o se les abusaba sexualmente y el personal les imponía tratamientos degradantes. Se descubrió en una investigación de 1998, que a los bebés rusos que quedaban clasificados como con discapacidades se les segregaba a cuartos separados donde se les cambiaba pañales y alimentaba, pero no contaban con socialización ni atención médica. Quedando confinados en cunas, miran al techo sin que se les incentive a caminar o hablar. A los cuatro años, éstos y otros niños calificados como retardados u "oligofrénicos" (de cerebro pequeño) y enviados a "internados psico-neurológicos" sin salida y aislados. Según un doctor ruso, estos internados eran "como una prisión para el cerebro. Existe una falta total de estímulo sensorial. No hay comentarios, no hay competencia entre niños si ellos tienen un retrazo aún mayor. Se trata de un proceso de obstaculización, seguir deteniendo hasta marcar el paso y, luego, parar totalmente". A la fecha, a por lo menos un mínimo de 30 mil niños se le había calificado como "ineducables" y relegados a los internados psico-neurológicos, donde quedaban limitados a colchonetas que generalmente estaban sobre somieres de goma y se pasaban el tiempo medio desnudos en sus propios orines y materias fecales. A los niños que se les había identificado como "demasiado activos" o "demasiado difíciles" generalmente se les ponía en salas oscuras y vacías, y a veces amarrados por una de sus extremidades a una banca o su cama. A otros se les sujetaba con camisas de fuerza adaptadas de sacos de algodón que se las ponía por sobre el torso y amarradas a la cintura y cuello. Un defensor del bienestar infantil estimó que la tasa de muertes en el internado era el doble a la de la población general. Se llegó a conclusiones similares en otras regiones de la ex Unión Soviética. En 1996, una estadística nacional en Ucrania indicó que "aproximadamente el treinta por ciento de los niños con discapacidades graves en establecimientos especiales, cantidad enorme, muere antes de cumplir dieciocho años". A los niños que se calificaba como "educables" y que pasaban una prueba a los cuatro años se les mandaba a un dyetskii dom, u hogar infantil. Si las condiciones en estos orfanatos comunes eran mejores que la de los internados, a los niños también se les abusaba, quedaban sujetos a desamparo y a crueldades gratuitas. En algunos casos, el personal adulto reclutaba a otros huérfanos para castigar "colectivamente". Un estudiante contaba que un maestro agarraría a un o una estudiante, le quitaría sus ropas y le obligaba a gatear enfrente a todos. "El resto de los niños tenía que patear al niño o niña, sentarse a caballo sobre su espalda, para humillarle. [El maestro] era un sádico activo". Esta norma era especialmente insidiosa porque el niño favorecido desarrollaba un repertorio de castigos viciosos e insultantes en conjunto con los estudiantes más viejos para imponérselos a los más jóvenes y débiles. Algunos de los castigos era embutir a un niño pequeño en un pequeño baúl de madera para la ropa para luego tirarle por la ventana; "al viento" era colgar a un niño más pequeño por los pies por la ventana para afuera; el "velocípedo" (bicicleta), una técnica militar en que se ponen motas de algodón entre los dedos de los pies del niño y se les prende fuego.
El abuso por los miembros del personal incluía palizas, meter la cabeza del niño en el excusado, apretar las manos con alicates, apretar los testículos durante interrogatorios, encerrar a los niños en salas congeladas y sin calefacción por días y someterlos a relaciones sexuales. También se usaba el escarnio público. El psicólogo del plantel, un maestro y el subdirector del orfanato tiraron a un niño por la ventana del primer piso. Tras quejarse de este tratamiento, se le castigó desnudándole enfrente a toda una clase de ambos sexos. El maestro tomó sus ropas y las desechó. Un informe de Human Rights Watch sobre los orfanatos estatales en China halló una horrible repetición de crueldades, abuso y negligencia maligna. Las cifras nacionales más recientes disponibles al momento (1989) indicaban que la mayoría de los niños abandonados que fueran admitidos en los orfanatos chinos se estaban muriendo bajo cuidado institucional a tasas que, en algunas instituciones sobrepasaba el 75 por ciento. En el más famoso y prestigioso orfanato de China, el Instituto de Bienestar de la Infancia de Shangai, la mayoría de los niños que llegaron al instituto antes de 1993 murieron a pocos meses de su llegada. Entre 1986 y 1992 solamente, el tratamiento brutal recibido por los huérfanos en Shangai, donde había desnutrición forzada, tortura y asalto sexual concluyó en la muerte de mucho más de mil niños. Los informes médicos obtenidos por Human Rights Watch en investigaciones oficiales que antes habían sido suprimidos demostraron que las muertes en el orfanato de Shangai fueron, en muchos casos, deliberadas y crueles. Se dice que los trabajadores de bienestar seleccionaban bebés y niños indeseados para someterlos a la muerte y a la negación de agua y comida - proceso que se le conocía entre algunos trabajadores como la "resolución sumaria" de los supuestos problemas médicos de los niños. Cuando alguno de los niños mostraba signos de estar a punto de la muerte por hambre o negligencia médica, a los médicos del orfanato se les pedía que hiciesen "consultas" médicas que servían de ritual para indicar el fin de su cuidado, alimentación y otras intervenciones para salvarle la vida. Las muertes por desnutrición aguda eran, en muchos casos, registradas como resultado de otras causas, generalmente mentiras o irrelevancias como "deficiencia mental" y "paladar con fisura palatina". En el orfanato de Shangai, especialmente los niños mayores se veían objeto de muchas formas de tratamiento degradante y cruel donde se incluía golpizas y tortura a manos de los empleados del orfanato. Una cantidad de niñas informó que las habían violado o asaltado sexualmente varios hombres del personal del orfanato, incluyendo su director. Se daban castigos brutales por infracciones de disciplina relativamente menores o simplemente por la ocurrencia de los trabajadores que daban atención a los niños.
BIBLIOGRAFÍA
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Diccionario enciclopédico de Educación Especial.
Vol. III H-O Ed. Santillana.
ASILOS
CÁRCEL
ORFANATORIOS
INTRODUCCIÓN
En el siguiente trabajo se pretende realizar un análisis de algunas de las instituciones más importantes que rigen la vida de la sociedad actual. Todas ellas de alguna u otra forma interfieren e influyen en la vida de todos los individuos dependiendo del ámbito social al que pertenezcan, de sus características particulares, de sus condiciones de vida, etc. Estos aspectos pueden variar de un individuo a otro, pero, ninguno de ellos está libre de pertenecer a alguna institución, y de regirse por las normas que éstas dictan.
Sin embargo, si bien en un principio las instituciones surgieron para satisfacer necesidades de los hombres y por lo tanto de mejorar su vida en sociedad, actualmente ésta función parece haberse desvirtuado. Es así como observamos que la mayoría de ellas obedecen a intereses ajenos a los de las personas que aparentemente sirven, y que lejos de satisfacer sus necesidades los enajenan y marginan a su antojo. Ejemplo claro de esto es la institución cárcel, en donde en vez de rehabilitar a los individuos hacen que se agraven las causas iniciales que los hicieron delinquir, con sus políticas y técnicas tan inhumanas y represivas. De la misma forma, podemos encontrar fallas en todas y cada una de las instituciones existentes. Seguramente, también existen aspectos positivos dentro de ellas. Para eso surgieron y por algo permanecen hasta nuestros días. Sin embargo, los malos manejos, la ignorancia y poca preparación de los dirigentes y representantes, y la manera coercitiva en que obligan a sus miembros a pertenecer y seguir las reglas, (a veces tan absurdas y sin sentido), hacen que los miembros de las institución permanezcan porque tienen que hacerlo, obligados y no por convencimiento propio. Esto, produce consecuencias negativas para toda la organización y provoca que la gente cada vez crea menos en la funcionalidad y eficacia de las instituciones, situación que puede resultar alarmante, ya que una sociedad sin instituciones se convertiría en un lugar anárquico, en donde no existirían reglas ni límites y por lo tanto reinaría el caos y el desorden.
Por tanto, y con el propósito de observar más de cerca la “utópica” finalidad de algunas instituciones, se presentan a continuación algunas de las principales características de: los hospitales psiquiátricos, la familia, los asilos, la universidad, la cárcel y los orfanatorios, todas ellas de vital importancia para la sociedad, según nos hacen creer. Sería interesante observar y reflexionar si no sería mejor la vida de los individuos sin la existencia de las mismas, ya que por lo menos en nuestro país la falta de recursos, educación, y actitud, hacen que la labor de estas instituciones se desvíe y lejos de lograr su cometido, empeoren una situación que estaba ya de por sí, torcida.
CONCLUSIONES
A lo largo de este trabajo hemos podido observar las principales características de algunas de las instituciones que rigen la vida de los individuos en sociedad. Lo interesante sería analizar si en verdad estas instituciones están cumpliendo su labor de manera eficiente y conveniente para la gente que, además les dio vida.
Y es que si bien estas instituciones han servido para poner límites y reglas útiles e indispensables para cualquier sociedad, cada vez más se observa que el individuo esta enajenado y se ha convertido en el producto de su producto. Ya no es el hombre el que dirige a la institución, sino al revés.
Iniciemos con la universidad, en donde la función principal es que el alumno aprenda y se prepare para desenvolverse de manera útil y exitosa en el ámbito laboral. Pero, ¿Cuál es la ética que se les enseña? ¿Están los profesores preparados para cumplir este objetivo? Porque ya cada vez se encuentran menos profesores preparados. Cualquier persona que haya cursado una carrera profesional puede sentirse apta para dar clases y el resultado es el desinterés del alumno por su carrera y por lo tanto la mediocridad en el desempeño de la misma. Los alumnos no tienen ese interés por investigar más a fondo lo que se les dice en la universidad y se quedan con lo que el maestro dice como si este tuviera la verdad absoluta. Y en esta institución, como en el resto, cuando un maestro con criterio y preparación quiere cambiar la situación y dar más a sus alumnos, resulta incómodo y hasta peligroso por poner en riesgo los intereses económicos y políticos de la institución y es eliminado de inmediato. Así que evidentemente existe una crisis en la institución universitaria de manera general. Puede observarse de todo, desde la escuela que cuenta con recursos económicos excesivos, en donde se les impone un nivel tan alto de competitividad y expectativas a los alumnos, que estos caen en una frustración inevitable al no alcanzar la meta, hasta las escuelas que por contar con recursos tan limitados no cuenta con los elementos básicos para que el alumno desarrolle las habilidades y competencias necesarias. El resultado, profesionistas robotizados o mediocres, y cualquiera de ambos casos resulta insano para el resto de la sociedad.
Por otro lado, hablemos de la institución familia. Esta es una institución que está cambiando cada vez más en la actualidad. Resulta de suma importancia hablar de ella porque es parte vital de la personalidad de cada individuo. Se ha podido comprobar que una persona que crece en un ambiente familiar sano y cordial tiene muchas más probabilidades de éxito en el futuro, a diferencia de quien carece de estos afectos. Los individuos que crecen sin familia o en un ambiente violento y disfuncional, generalmente crecen con una carga de resentimientos y culpas que más tarde volcarán en la sociedad en la que se desenvuelvan. Pero, ¿Qué pasa en la actualidad? ¿Por qué la gente cree cada vez menos en esta institución? Los jóvenes hoy en día parecen haber perdido el sentido del compromiso y la responsabilidad y por lo tanto no creen en el matrimonio ni en la familia. Los pocos que llegan a casarse, se divorcian en lapsos muy cortos de tiempo.
Esto sin duda está fomentándose por las nuevas costumbres y demandas de la sociedad actual. Por un lado, la entrada de la mujer a la vida laboral, en donde llega a ocupar puestos hasta más importantes que los de los hombres, incluso pudiendo aspirar a la presidencia de un país. Esto hace que la madre de familia, muchas veces deje a esta en un segundo plano por seguir buscando su desarrollo profesional. Por otro lado, las demandas de una sociedad materialista y superficial, en donde se exige tanto, que la gente no tiene más tiempo de convivir con su familia y fomentar los valores propios de la misma. En cambio, están buscando la manera de ser más productivos, más competitivos, más atractivos y todo para no quedar fuera de la jugada.
Esta situación parece estarse agravando cada vez más, ya que la pérdida de valores familiares es algo que no se puede negar y como resultado tenemos gente sin bases sólidas, que al no tener referencia ni arraigo familiar, sale al mundo a tirar su frustración afectando a terceros que nada tienen que ver.
Enseguida, podemos analizar la situación de los asilos y orfanatorios. Estas instituciones sin duda son de gran ayuda para los niños abandonados sin hogar y para los ancianos que necesitan de cuidados especializados. Pero, ¿Que ocurre, una vez más cuando existen intereses particulares que dirigen el rumbo de la institución? existen entonces niños y ancianos maltratados, que lejos de sentirse a gusto en su ambiente, desearían volver al lugar de donde vinieron. La falta de personal capacitado y sensible, sin la ética suficiente y el amor a su trabajo, provocan que en vez de ayudar a estas personas, los hagan sentir que no tienen derecho a nada. En especial, en nuestro país, esta situación se ve agravada por la falta de recursos, aunque esto no sea un factor determinante, ya que puede observarse el mismo maltrato y falta de humanidad, en asilos y orfanatos de países desarrollados, como Estados Unidos y Alemania. Incluso, existen testimonios de golpes y abusos sexuales por parte del personal hacia los internos. Una vez más aquí, puede observarse como las instituciones están en crisis. Únicamente las personas que cuentan con los recursos materiales suficientes, pueden acceder a una residencia de ancianos digna y cómoda, en donde se preste verdadera asistencia a los pacientes y un ambiente apropiado para su bienestar. Entonces, si se cuenta con los conocimientos sobre las necesidades de éste tipo de personas, ¿por qué no se aplican en todos los casos? ¿Es acaso la falta de dinero lo que hace la diferencia? ¿No cuenta el gobierno de cada país con recursos suficientes para dar una vida digna a cada persona que lo necesite? Será acaso la idea de que los ancianos y los niños sin familia carecen de valor y utilidad para la sociedad, y por eso se les resta importancia a sus requerimientos y necesidades. De esta forma, no importa si hay o no dinero. Lo que haría falta sería aumentar una cultura de revalorización de los ancianos, entendiendo que estas personas lejos de ser un estorbo, son gente con mucha experiencia de la que cualquiera puede obtener aprendizajes invaluables. De la misma forma, y remontándonos a lo mencionado en la crisis de la institución familia, se tendría que hacer conciencia en la juventud, sobre la responsabilidad que implica traer un niño al mundo. Así, se podría disminuir la cantidad de niños abandonados en orfanatorios y por lo tanto, mejorar las condiciones en las que éstos tienen que vivir al ingresara ahí.
El panorama se repite si hablamos de hospitales psiquiátricos y de la cárcel. Una vez más hay que hablar sobre la falta de recursos que existen en el país para mantener este lugar con condiciones dignas para sus habitantes. Y de la misma forma hay que repetir que el dinero no es el factor determinante para que estos lugares cuenten con las condiciones de vida convenientes para cualquier persona. La idea que se tiene desde los orígenes de las instituciones es que una persona que no funcionaba por una u otra razón era arrojada al psiquiátrico o a la cárcel. Eran personas desagradables, incómodas para el resto. Y con tantos años de evolución, esta idea no parece haber cambiado mucho. De ahí el estigma con el que sale una persona de cualquiera de estos lugares. Resulta difícil, casi imposible, que alguien puede salir regenerado después del trato que tienen en estos lugares, y mucho más aún del que van a recibir de parte de la sociedad cuando salgan a querer hacer una vida “normal”.
Resulta interesante aunque interminable, analizar la situación de cada persona y su relación con las distintas instituciones que regulan sus conductas. Si hubiera un verdadero interés por entender que cada persona, en su individualidad, tiene y tuvo condiciones muy particulares que lo han llevado hasta donde está, podríamos llegar a entender porqué cada vez las instituciones funcionan menos. Las instituciones están formadas por personas. Cada una con sus ideas, sentimientos, pasiones, emociones y problemas. Si los encargados de dirigir el rumbo de las mismas no son capaces de entender sus propios procesos y de mantener la objetividad, se ven involucrados a su vez con las ideas y emociones de los otros. Esto, sin alguien coherente que ponga freno, se convierte en un remolino imparable. ¿Quién puede regenerar y ayudar a un enfermo mental, o a una persona que por sus condiciones pasadas sale a la calle a delinquir, si todos los encargados de hacerlo están igual o peor que ellos? Así, la labor de las instituciones se convierte en una competencia en donde el único objetivo es salir vivo de la misma. Entra y sale gente, y eso hace pensar que las instituciones son en verdad necesarias e indispensables para regular a la sociedad. En mi opinión particular, pienso que de no dar un giro total al manejo de éstas, más valdría que se extinguieran, porque lejos de ayudar y poner orden, empeoran cada vez más las condiciones de las personas, convirtiendo a la sociedad en una selva en donde prevalece la ley del más fuerte, esto es, favoreciendo solo a unos cuantos, y dejando fuera a la mayoría, que además son los que con su trabajo y aportación mantienen vivas a dichas instituciones.
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Enviado por: | Javier |
Idioma: | castellano |
País: | México |