Historia
Inquisición
La Inquisición
Indice
La Inquisición
Orígenes
Los Cátaros
Tortura
Histografía
Tribunales sobre la Inquisición en América
Juicios sobre la Inquisición
Resumen
Bibliografía
La Inquisición
Orígenes
Contrariamente a lo que se lee en muchísimos textos la inquisición no nace para perseguir a los herejes (llamados cataros siglo XIII) en cuanto se apartan de la doctrina de la iglesia, la inquisición nace para perseguir a los herejes en cuanto son delincuentes políticos, es decir traidores al rey y personas que quieren subvertir todo el orden político y social que imperaba en esa época.
Los reyes de Francia y Alemania le dicen al Papa que se debe encontrar una forma para perseguir y castigar a los delincuentes que además son herejes, a dicha petición el Papa acepta que se forme un tribunal para determinar si los acusados son o no culpables.
La Inquisición en sí no se constituyó hasta 1231, con los estatutos Excommunicamus del Papa Gregorio IX.
Al poner bajo dirección pontificia la persecución de los herejes, Gregorio IX actuaba en parte movido por el miedo a que Federico II, emperador del Sacro Imperio Romano, tomara la iniciativa y la utilizara con objetivos políticos. Restringida en principio a Alemania y Aragón, la nueva institución entró enseguida en vigor en el conjunto de la Iglesia, aunque no funcionara por entero o lo hiciera de forma muy limitada en muchas regiones de Europa.
Decir que la inquisición se creó para castigar diferencias de opinión es uno de los graves errores que se cometen contra la iglesia, con esto no se pretende justificar los acontecimientos de esa época, simplemente se trata de entender la explicación histórica de por qué se hizo?.
Primero debemos situarnos en el siglo XIII, lógicamente en el siglo XXI, a nosotros nos parece que no es procedente la clase de justicia impuesta en ese siglo pero hay que entender que los juicios en los tribunales penales sea cual fuere estaban sujetos a las mismas leyes y también es necesario comprender que los cataros realmente quisieron acabar con el mundo como era en ese entonces.
Los Cataros
Estaban en contra de jurar fidelidad a las autoridades, pero esto era necesario porque era un juramento que garantizaba el orden medieval.
En ese tiempo la mayor parte de la gente no sabia ni leer ni escribir puesto que no había imprenta y los libros se tenían que copiar a mano y el costo era muy alto, por lo que la única forma de sellar los contratos era mediante un juramento público y los juramentos de este tipo tampoco eran aceptados por los cataros.
Estas personas nunca ofrecieron un sistema político diferente en solución al que imperaba, su propuesta era una anarquía total, ellos decían que en última instancia el mundo tiene que acabarse.
Procedimientos
“Todo el procedimiento hasta la sentencia se mantenía opaco, no solo para el público, sino para el propio acusado, se desarrollaba sin él o al menos sin que el pudiera conocer la acusación, los cargos, las declaraciones, las pruebas. Según la ordenanza de 1670 que resumía y en ciertos casos reforzaba la severidad de la época precedente, era imposible para el acusado tener acceso a los autos, imposible conocer la identidad de los denunciantes, imposible saber el sentido de las declaraciones antes de recusar a los testigos, imposible hacer valer hasta en los últimos momentos del proceso los hechos justificativos, imposible tener un abogado, ya fuese para comprobar la regularidad del procedimiento ya para participar en cuanto al fondo en la defensa, por su parte el magistrado tenía el derecho de recibir llamadas anónimas, de ocultar al acusado la índole de la causa, de interrogarlo de manera capciosa, de emplear insinuaciones.”
El texto antes expuesto se refiere a los Tribunales judiciales y penales de Europa hasta el siglo XVIII y la fuente es el famoso Michael Jucole filósofo historiador anticatólico y escribe esto en su libro “Vigilar y Castigar” .
Con esto se comprueba que en ese entonces no se conocía el acusador en ninguno de los procesos judiciales.
Durante algunos años se ocultó el nombre de los acusadores, pero el Papa Bonifacio VIII abrogó esta práctica.
Cabe también aclarar que la inquisición nunca aceptó denuncias anónimas y tampoco inicio procesos contra acusados con una sola acusación, se requería por lo menos dos testigos en contra del acusado.
Para condenar a alguien solo en base a testigos, se requería por lo menos seis testigos conformes en la acusación mucho más que los otros tribunales de la época.
Era el único tribunal en que el acusado podía escribir una lista de personas que no podían ser sus acusadores o testigos en su contra, era una lista de sus enemigos posibles para que no testifiquen en contra él.
El acusado tenía derecho en la segunda parte del juicio a un abogado defensor que le ayude y le instruya (esto hasta el siglo XVII).
Por lo que se puede decir que la inquisición era el tribunal más benigno que existía en la época medieval.
Tortura
En los tribunales penales de Europa la tortura se practicaba casi en el 100% de los casos, existían dos tipos de tortura, la tortura previa y la tortura posterior.
La tortura previa se realizaba para saber si el acusado era culpable o no, para descubrir si tenía cómplices o no y la tortura posterior se daba cuando ya se le condenaba a muerte para que sufra antes de matarlo.
En la inquisición existía la primera tortura pero la segunda no.
Historiografía
La Historiografía de la inquisición se divide en dos grandes grupos hasta el año 1975 y desde 1975.
Un artículo publicado en el año 84 dice:
“ Lo primero que salta a la vista al tratar de la historiografía de los años 70s es el retorno de los estudiosos a los archivos, durante 100 años y más desde 1730 a 1875, los libros de la inquisición no iban a los archivos, iban a los libros anteriores y repetían lo dicho antes por otros autores. En el año1975, se comienza a ir a los archivos secretos, pese a haber estado abiertos al público desde hace más de 100 años, ningún especialista fuera del estrecho campo de los estudiosos de la historia de la iglesia se interesó por ellos hasta la década pasada.
Las investigaciones anteriores al año 75 nos han llevado a formarnos una idea equivocada del santo oficio, como un tribunal dedicado exclusivamente a perseguir a minorías religiosas; sin embargo la realidad resulta ser bien distinta.
El grupo de judíos, moriscos, protestantes y alumbrados, representa en conjunto el 40% de las víctimas(en cuanto a procesados graves) mientras que el 60% fue procesado por delitos menores.
La gran mayoría son gente que tenía como delitos: Proposiciones heréjicas, blasfemia, bigamia, comportamiento sexual ilícito, superstición, brujería, hechicería”.
Como dice otro autor, Bartolomé Benazar, francés, tampoco católico, hablando de la tortura
“La tortura inquicitorial que es bárbara, sigue estando muy limitada, tanto en sus modalidades como en sus ámbitos de aplicación, por su escasa frecuencia cuando no excepcionalidad, es un proceso que no justifica de ninguna manera la terrible reputación de la inquisición”.
Beatriz Comella escritora española “ entre los expertos la leyenda sobre la inquisición esta superada”.
Tribunales de la Inquisición en América
En el siglo XVI en Hispanoamérica los Españoles ya están establecidos en México y en Perú. En estas colonias había un porcentaje importante de cristianos. Se nombra un tribunal de la Inquisición. El rey Felipe II por célula real del 25 de enero de 1569 crea los tribunales de la Inquisición en la ciudad de México y en Lima.
El tribunal de Lima, que es el que tenía jurisdicción sobre las tierras que conforman Argentina, Chile, Paraguay, Bolivia y Uruguay, además del propio Perú. También tenía jurisdicción sobre lo que hoy es Ecuador, Colombia y Venezuela hasta que en el año 1610 se crea el último tribunal de América en Cartagena de Indias que tiene jurisdicción sobre éstos últimos territorios.
Juicios sobre la Inquisición
Copiados lo más textualmente posible
Opinión de Fernando Ayllón
La Inquisición española estuvo, desde sus orígenes supeditada a la voluntad real, lo cual la llevó inclusive a enfrentarse en algunas oportunidades contra el propio pontífice. Diversos ejemplos de ello son los roces de los primeros inquisidores con Sixto IV o Inocencio VIII; la causa contra el Arzobispo Bartolomé de Carranza; las dificultades ocasionadas por la Inquisición a la admisión de bulas pontificias; etc. Cierto es que en ocasiones devino en instrumento político de los reyes para fines diversos, por su característica dualidad, estatal-eclesiástica. Sin embargo, debemos recordar también que no existía ningún tribunal que no estuviese sujeto a dicha presión y utilización por el poder político, no sólo en España sino en todo el mundo. El Santo Oficio fue el símbolo de la etapa en la cual se estableció y desarrolló. La alta religiosidad de la época motivó el surgimiento de una institución que se encargase de la fe, la moral, el mantenimiento del orden público y la paz social. La Inquisición, más allá de cualquier humana desviación de sus objetivos, cumplió ese rol. Fue muy importante para el estado y para la formación de la unidad nacional española, defendiéndola contra los graves peligros que la amenazaban. El Tribunal no fue una traba para el progreso intelectual de España como lo demuestra el hecho contundente, ampliamente documentado y fuera de toda discusión, de que la época de su mayor acción coincidió con la del apogeo hispano.
Juicio de Llorente acerca de la Inquisición española.
Yo fui secretario de la Inquisición de Corte de Madrid, en los años de 1789, 1790 y 1791, y conocí el establecimiento bastante a fondo para reputarlo vicioso en su origen, constitución y leyes, a pesar de las apologías escritas en su favor. Desde entonces me dediqué a recoger datos, sacar apuntamientos, hacer notas y copiar literalmente lo importante. Mi constancia en este trabajo y la de adquirir cuantos libros y papeles no impresos pude haber a la mano, a costa de crecidos dispendios, en las testamentarías de inquisidores y de otros personajes difuntos, me proporcionaron una colección copiosa de documentos interesantes. Últimamente logré infinitos más en los años 1809, 1810 y 1811, con la ocasión de haber estado suprimido aquel tribunal. Con ellos pude publicar en Madrid, en los años 1812 y 1813, dos tomos de Anales de la Inquisición, y escribir la Memoria sobre la opinión de España acerca de la Inquisición, que la Real Academia de la historia (de que soy individuo, y para quien la escribí) dio a luz entre sus Memorias. Con ellos puedo también llenar el vacío que hay en este ramo de literatura y satisfacer la curiosidad pública.
Ningún preso ni acusado ha visto jamás su proceso propio, cuanto menos los de otras personas. Ninguno ha sabido de su causa más que las preguntas y reconvenciones a que debía satisfacer, y los extractos de las declaraciones de testigos, que se le comunicaban con ocultación de nombres y circunstancias de lugar, tiempo y demás capaces de influir al conocimiento de las personas, ocultándose también lo que resulte a favor del mismo acusado, porque se seguía la máxima de que al reo toca satisfacer el cargo, dejando a la prudencia del juez el combinar después sus respuestas con lo que produzca el proceso a favor del procesado. He aquí por qué Felipe Limborg y otros escritores de buena fe no pudieron tener jamás una historia exacta de la Inquisición, pues sólo se gobernaban por las narraciones de presos que ignoraban todo lo interior de sus causas propias, y por lo poquísimo que constaba en los libros escritos por Eyrnerich, Páramo, Peña, Cavena y otros inquisidores.
A. S. Turberville resalta el aspecto más positivo del Santo Oficio:
El Santo Oficio pretendía ser el Tribunal más clemente de todos porque sus fines no eran la administración de una justicia rígida y automática, sino la reconciliación del delincuente. Confesarse culpable con el Santo Oficio era obtener perdón. ¿De qué otro Tribunal se podría decir eso? El Inquisidor era tanto padre confesor como juez, que pretendía no una condenación, sino acabar con un extravío y devolver al rebaño la oveja descarriada. Por esto se instaba constantemente al acusado a que recordase la diferencia fundamental entre la Inquisición y los tribunales ordinarios, y que su finalidad no era el castigo del cuerpo, sino la salvación del alma y por lo mismo se le imprecaba a que tratara de salvarse por medio de la confesión.
Resumen
La Inquisición
Orígenes
La inquisición nace para perseguir a los herejes en cuanto son delincuentes políticos, es decir traidores al rey y personas que quieren subvertir todo el orden político y social que imperaba en esa época.
La Inquisición en sí no se constituyó hasta 1231
Primero debemos situarnos en el siglo XIII hay que entender que los juicios en los tribunales penales sea cual fuere estaban sujetos a las mismas leyes y también es necesario comprender que los cataros realmente quisieron acabar con el mundo como era en ese entonces.
Los Cataros
Estaban en contra de jurar fidelidad a las autoridades, pero esto era necesario porque era un juramento que garantizaba el orden medieval.
Historiografía
La Historiografía de la inquisición se divide en dos grandes grupos hasta el año 1975 y desde 1975.
Tribunales de la Inquisición en América
El tribunal de Lima, que es el que tenía jurisdicción sobre las tierras que conforman Argentina, Chile, Paraguay, Bolivia y Uruguay, además del propio Perú. También tenía jurisdicción sobre lo que hoy es Ecuador, Colombia y Venezuela hasta que en el año 1610 se crea el último tribunal de América en Cartagena de Indias que tiene jurisdicción sobre éstos últimos territorios.
Bibliografía
Fernando Ayllón, El tribunal de la Inquisición, de la leyenda a la Historia, Pag. 578 y 579, Ediciones del Congreso de la República del Perú, Lima, 1997.
A. S. Turberville, La Inquisición Española, Pag. 61 y 62, .
Juan Antonio Llorente, Historia crítica de la Inquisición en España, Tomo I, pags. 2 y 3, Ediciones Hiperión, Madrid, 1981.
Carlos Freile, La Inquisición, entrevista concedida el Martes 11 de Marzo del 2003.
www.ciudadfutura.com/Historia
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Enviado por: | Cristina Torres |
Idioma: | castellano |
País: | Ecuador |