Las inmovilizaciones han sido utilizadas desde hace mucho tiempo para mantener los huesos rotos inmovilizados hasta su curación. Además se utilizan en el tratamiento de los esguinces, después de la reducción de una luxación o para el tratamiento postoperatorio en algunas cirugías.
La inmovilización tiene como fin evitar movimientos a nivel de la lesión (efecto antiálgico y relajante muscular) así como corregir el desplazamiento de los fragmentos, de una forma definitiva o temporal.
La parte del cuerpo donde se ha producido una fractura debe inmovilizarse para que las astillas del hueso no desgarren tejidos, músculos, vasos sanguíneos y nervios. Además, la inmovilización (entablillado) reduce el dolor, los riesgos de shock y evita que una fractura cerrada se transforme en fractura abierta.
Existen dos tipos de inmovilización: interna y externa. Únicamente nos vamos a ocupar de la segunda, ya que la primera es la que los traumatólogos realizan en el quirófano.
Para realizar una inmovilización externa, en primeros auxilios, podemos utilizar materiales tales como: mantas, pañuelos, toallas, vendas, tablas de madera, palos, ramas de árboles, etc. Es decir, todo aquello que tengamos a manos y que creamos que puede sernos útil.
CÓMO INMOVILIZAR:
A. TRAUMATISMO DE COLUMNA (a cualquier nivel):
Evitar lateralizaciones, rotaciones, y flexoextensiones,
Colocar la cabeza en posición neutral, manteniendo en todo momento una ligera tracción,
Colocarle un collarín cervical homologado o de construcción propia (con periódicos, cartón, cordones, cinturones, etc.),
Moverle en bloque,
Poner hielo sobre la zona contusionada.
B. TRAUMATISMOS DE HOMBRO , CODO Y BRAZO:
Colocarle un cabestrillo con un pañuelo o similar,
inmovilizar el brazo, pegándolo al cuerpo (con otro pañuelo),
Poner hielo sobre la zona contusionada.
C. TRAUMATISMOS DE ANTEBRAZO, MUÑECA O MANO:
Poner el brazo en cabestrillo con la mano algo más elevada que el codo,
Poner hielo sobre la zona contusionada.
D. TRAUMATISMOS DE CADERA Y MIEMBROS INFERIORES:
Inmovilizar el miembro afecto, uniéndolo al contralateral,
A ser posible, transportar el miembro elevado,
Poner hielo sobre la zona contusionada.
TRANSPORTE
Antes de realizar cualquier maniobra de movilización a un accidentado se han de tener presente siempre dos consideraciones:
Nunca se moverá un herido cuando sólo haya un auxiliador. Al menos se precisarán dos auxiliadores para mover adecuadamente a un herido.
Al herido hay que moverle como si fuese un bloque rígido. Es decir, hay que impedir el movimiento voluntario de sus articulaciones. Evitar toda flexión o torsión, transportándolo siempre recto como un poste, a fin de proteger su médula espinal en caso de fractura de la columna vertebral.
Uno de los mejores métodos para la correcta movilización de un accidentado (en ausencia de material de movilización especial: camilla de tijera, colchón de vacío, etc), es el denominado de "auxiliadores alternos", ya que es de los que más seguridad dan. Pueden intervenir tres o más auxiliadores, precisándose que la víctima esté en decúbito supino (acostado boca arriba).
Los socorristas se colocarán de rodillas a los lados del herido y procederán así:
Un auxiliador colocará sus manos debajo de la cabeza-cuello y espalda de la víctima
Otro colocado al mismo lado del anterior, pondrá sus manos debajo de los glúteos y rodillas,
El tercero, se colocará al lado opuesto y sujetará la espalda y los muslos
Enlazarán sus manos.
En la imagen se muestran dos formas de entrelazar las manos
Y a la vez, levantarán con suavidad a la víctima, cuando uno de ellos lo indique con su voz.
RETIRADA DEL CASCO.
La gran eficacia preventiva del casco en los accidentes, no resta el peligro que supone su retirada por personal inexperto. Este peligro es el de producir en los accidentados con lesión en columna vertebral, una parálisis definitiva. No debe retirarse cuando ello suponga más peligro que el no quitarlo, es decir:
si los socorristas no están entrenados en la técnica,
si sólo hay un socorrista,
si no se puede retirar por el método que describiremos,
si el accidentado está consciente, respira sin dificultad y se sospecha lesión de la columna vertebral. En este caso, el casco no se retirará hasta la realización de un estudio radiológico en el hospital.
El casco debe retirarse cuando el accidentado se encuentre en parada cardio-respiratoria, y siendo imprescindible para reanimarlo (según las características del mismo: integral).
Si el socorrista no retira el casco tiene que:
tranquilizar al accidentado,
decirle que no mueva el cuello,
abrir la visera del casco, para facilitarle la respiración,
colocarle un collarín cervical (homologado o de construcción propia) y
colocarle un rodillo de tela debajo del cuello, sin moverlo.
Para iniciar la retirada del casco, es preciso que la víctima esté situada en el suelo en decúbito supino y con la cabeza, cuello y tronco alineados. Si para lograr esta posición debemos moverle, un socorrista deberá fijar manualmente la columna cervical.