Sociología y Trabajo Social
Informe sobre los malos tratos a mujeres en España; Inés Alberdi y Natalia Matas
REFERENCIAS DEL LIBRO
“La violencia doméstica. Informe sobre los malos tratos a mujeres en España”
Inés Alberdi y Natalia Matas
Barcelona
Publicación de la Fundación La Caixa, Colección de Estudios Sociales
REFERENCIAS DE LA AUTORA
Inés Alberdi, es Catedrática de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, donde enseña Sociología Política y Sociología de las Relaciones de Género. Dirigió el "Informe sobre la situación de la familia en España" que se preparó con ocasión del Año Internacional de la Familia, declarado por la ONU en 1994. Ha publicado numerosos libros y artículos sobre la familia en España, los cambios en la posición social de las mujeres, así como sobre la ruptura matrimonial y el divorcio.
INTRODUCCIÓN
Según las autoras el objetivo de este libro es llamar la atención sobre un problema muy grave que habitualmente se olvida, la violencia doméstica. Este estudio quiere romper con el silencio que hay alrededor de este tema, ayudando a ampliar el debate y a que se pongan los medios necesarios para acabar con ella.
La violencia doméstica solo sale a la luz a través de los medios de comunicación, cuando sucede algo de extrema gravedad, pasando desapercibida en la vida cuotidiana.
El libro consta de una introducción y nueve capítulos en los que los temas que aborda son las diferentes dimensiones y consecuencias de la violencia doméstica. Se trata de las diferentes características y modalidades de la violencia masculina, de los orígenes históricos y culturales, de la evolución del código patriarcal, así como los diferentes tratamientos actuales en España sobre la violencia doméstica y el tratamiento jurídico, las diferentes reformas del código penal,… entre otros temas.
CAPÍTULO 1
Concepto y características de la violencia contra las mujeres
Se entiende como violencia contra la mujer “todo acto de violencia sexista que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psíquico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de libertad, ya sea que ocurre en la vida pública o en la privada” (ONU 1995)
En este capítulo hace referencia a la desigualdad entre hombres y mujeres, como esta desigualdad biológica entre los dos sexos es justificante de las desigualdades culturales, que se han ido creando y formando a lo largo de la historia. Como la desigualdad se transforma en la dominación masculina, aceptada y asumida por las mujeres dominadas.
En la dominación masculina las creencias, ideas, sentimientos,… juegan un papel muy importante, ya que estos factores hacen que la violencia sea socialmente aceptada.
Bourdieu habla sobre la violencia simbólica, en como esta prepara el terreno ideológico entre hombres y mujeres, ayudando a aceptar el código patriarcal, de manera que no siempre se llega a recurrir a la violencia pura y dura, pero que marca la barrera entre hombres y mujeres.
Las tendencias dominantes del sexo masculino no son naturales, sino que han sido construidas y aprendidas culturalmente. Los hombres también están marcados por las pautas culturales, teniendo que demostrar su hombría, “que es un hombre”, y el miedo a no poder demostrarlo puede llevar a desencadenar la violencia contra las mujeres.
“Se utiliza el concepto de género para identificar las diferencias sociales y culturales que se producen entre los hombres y las mujeres” Se denomina violencia de género porque es la ejercida por los hombres contra las mujeres.
La violencia es una causa de las desigualdades entre hombres y mujeres, los hombres recurren a ella para seguir manteniendo las diferencias y que las mujeres sigan estando en posición de inferioridad.
La violencia ejercida contra las mujeres transforma la vida de estas, afectándolas social, física y psíquicamente, destruyendo su autoestima, su salud y negando así sus derechos humanos.
Como ya se ha mencionado anteriormente, la violencia doméstica está relacionada con las desigualdades, la idea de superioridad del sexo masculino y de los valores del código patriarcal. A este código patriarcal coloquialmente se le conoce como machismo.
A las mujeres se les considera inferiores, teniendo que estar a la merced de las necesidades de los hombres. El código patriarcal está muy arralado en la sociedad, aceptado por hombres y mujeres, con la creencia de tener derecho a ejercer la violencia en contra de las mujeres y a utilizarlas sexualmente por encima de los deseos de ellas.
Este código aún no ha desaparecido del todo y todavía está vigente en muchas de las sociedades actuales, las autoras creen que los comportamientos violentos son los coletazos de un sistema que se resiste a desaparecer.
La violencia doméstica tiene un carácter instrumental, trata de domesticar a las mujeres, de manipularlas. Es un fenómeno que afecta a todas las clases sociales, aunque se suele relacionar con las clases más pobres o marginales, ya que son las que más denuncian.
Es un fenómeno social que afecta, sobretodo, a las mujeres aunque no la experimenten las agresiones en primera persona, ya que el código patriarcal y las desigualdades están presentes y se manifiestan constantemente en la vida cuotidiana; reforzando el miedo y fomentando la sumisión de las mujeres hacia los hombres.
CAPÍTULO 2
Orígenes y evolución del código patriarcal
No está del todo claro el origen del patriarcado como sistema de organización social, algunas teorías se apoyan en las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, otras entre la diferenciación de tareas entre hombres y mujeres como forma de división del trabajo social. Lo que si es cierto es que la forma del sistema del patriarcado es universal y se viene dando desde los principios de la humanidad.
Desde los inicios de la humanidad, las desigualdades entre hombres y mujeres estaban ya marcadas, un ejemplo son las civilizaciones de Grecia y Roma, en donde la violencia a las mujeres era un pleno derecho de los hombres.
Estas desigualdades se acentúan más en Europa, reforzadas por las religiones judía y cristiana, a diferencia de las religiones politeístas que existía culto a las diosas (mujeres), en las monoteístas es un solo Dios, hombre, la mujer desaparece por completo, y además se asocia con el mal y el pecado.
La mujer es propiedad del marido o del padre, tiene que ser obediente, fiel, sumisa,… y no es hasta la revolución francesa, cuando se forman los primeros grupos de mujeres para reivindicar sus derechos y criticar el sistema patriarcal. Pero no es hasta el triunfo de las democracias, en que desaparece el sistema patriarcal como sistema de organización social. Y aunque las mentalidades no cambien al mismo ritmo que las leyes, se empieza a cuestionar y a criticar dicho sistema y dejar de tener vigencia la violencia contra las mujeres.
CAPÍTULO 3
Modalidades de la violencia contra las mujeres
La violencia sexual es una de las modalidades más habituales en la violencia de género. “Se considera violencia sexual la que se ejerce contra el cuerpo de la mujer que supone a la vez agresión física y un ultraje psíquico que atentan fundamentalmente contra la libertad sexual de la persona.” Esta violencia se puede dar en forma de violación, acoso sexual, tráfico de mujeres,… En la violación es frecuente que se responsabilice a la mujer de la propia agresión “por ir provocando”, las consecuencias suelen ser muy duras psíquicamente, además de provocar embarazos, transmisión de enfermedades, etc.
El acoso sexual se suele dar en el ambiente laboral o en los centros educativos, es cuando hay una situación de poder del hombre frente a la mujer y el hombre utiliza su posición para obtener favores sexuales, chantajeando con perder el puesto de trabajo o la calificación de asignaturas, etc. En el código Penal el acoso sexual aparece como delito a partir de 1995, pero para las víctimas es muy difícil de demostrar.
Un fenómeno muy común en los países desarrollados es el tráfico de mujeres, existen una serie de mafias que se dedican a comprar mujeres, sobretodo en los países pobres o subdesarrollados y las traen hacia los países desarrollados, para que estas ejerzan la prostitución a través de engaños, amenazas,…
Otra de las modalidades de violencia de género es la que se desarrolla en el ámbito familiar, la nombrada violencia doméstica. La forma más frecuente es la del maltrato del marido a la mujer, que va desde el maltrato psíquico hasta el maltrato físico que en ocasiones pueden causar la muerte. También se contempla como maltrato doméstico el que reciben las niñas por parte del padre o de algún familiar, uno de los más escondidos es el abuso sexual de menores.
Existen tradiciones culturales que ejercen la violencia contra las mujeres y es promovido por ellas mismas, es el caso de la mutilación genital que sufren las niñas en una gran parte de los países africanos, aunque en muchos de ellos la ley los prohíbe, todavía se sigue respetando esta tradición. Otro tipo de discriminación es la que se realiza a muchas niñas por el hecho de haber nacido, en China con la ley de un solo hijo por pareja, se ha promovido que las niñas sean abandonadas, que se les desatienda e incluso asesinadas, ya que tener una hija supone para ellos una carga.
Hay muchas formas de agresión a la mujer que no son del tipo de gravedad anteriormente nombradas, y que se aceptan socialmente, como los cánones de belleza actuales que atentan contra la salud de las mujeres, las imágenes degradantes de la mujer que se difunde en los medios de comunicación. La mujer como un cuerpo y como forma de fantasía sexual de los hombres, la famosa talla 90-60-90,… y la que no cumple esos cánones parece estar excluida y rechazada.
CAPÍTULO 4
La violencia doméstica
El objeto de este libro es la violencia ejercida en el seno familiar, la del marido contra la mujer. La agresión se suelen manifestar a través de agresiones psíquicas, físicas o sexuales, que suelen mezclarse entre ellas.
El maltrato físico es la forma más evidente, ya que suele dejar marcas. El maltrato físico es cualquier conducta que suponga agresión contra la mujer, golpes, empujones, bofetadas, patadas,… realizadas con las manos o ayudados de algún objeto. Este maltrato suele ir acompañado de maltrato psíquico.
El maltrato psíquico es aquella conducta que va orientada a la desvalorización de la otra persona, son tan dañinos como los físicos, ya que afectan a la salud mental de la víctima. La agresión se realiza a través de la humillación, del desprecio,… que afecta a la víctima reduciendo su autoestima y la seguridad.
La violencia sexual consiste en las presiones tanto físicas como psíquicas, que realiza el hombre a la mujer para que esta mantenga relaciones sexuales no deseadas o sin su consentimiento, ya sea por la fuerza o por coacción.
Para analizar la gravedad del maltrato se ha hecho una clasificación por niveles de maltrato, estas formas son: aislada, reiterada, continuada, progresiva y desatada. Las autoras del libro entienden que el maltrato empieza con la violencia continuada.
Para que haya violencia doméstica suelen coincidir una serie de factores que la favorecen. La violencia es derivada de la desigualdad entre sexos, de la creencia de que le hombre es superior, en la que la mujer lo acepta; pero no todos los hombres que tienen el código patriarcal asumido maltratan a las mujeres, por tanto se puede decir que la violencia doméstica viene dada por un abuso del poder personal del hombre.
En la violencia doméstica existe un control del hombre sobre la mujer, y este no soporta la idea de ser abandonado por ella, existe una relación de dependencia entre ellos que hace difícil romperla, el llamado síndrome de Estocolmo, la víctima se siente unida a el, culpabilizándose a ella misma.
Existen muchos mitos alrededor de la violencia doméstica, se tiende a relacionar con las drogas, el alcohol, el paro, problemas psíquicos,… pero esto no son las causas sino los factores que la acompañan. Se disminuye la responsabilidad del agresor si este va bebido o drogado, en lugar de agravar el delito. Se justifica su conducta agresiva si tiene problemas laborales, personales o sociales, pero no es una excusa. Como se ha comentado en apartados anteriores se suele relacionar la violencia con la pobreza, pero esto no es más que un mito.
Las consecuencias en las mujeres de la violencia doméstica son las siguientes: el estrés postraumático, el síndrome de la mujer maltratada y la depresión. El primero consiste en el miedo incontrolado cada vez que se recuerda lo vivido, que viene acompañado de insomnio, incapacidad de concentración, hipervigilancia. Sobresaltos exagerados,…
El síndrome de la mujer maltratada, la victima experimenta un complejo primario, ansiedad, trauma, baja autoestima,… y un complejo secundario en el cual la víctima tiende a idealizar al agresor teniendo fe en que dejara de agredirla.
En la depresión la mujer ofrece un cuadro de debilidad psíquica y un deterioro de su personalidad. Cuando la depresión es profunda puede provocar tendencias suicidas que a veces llevan a la muerte.
Las posibles respuestas o alternativas que tiene la mujer son: hacerle frente, denunciarle o abandonar el hogar, en cualquiera de las tres les resulta muy difícil. Hacer frente al agresor no suele darse el caso, debido al miedo, falta de seguridad en si misma,… que ha ido desarrollando en el tiempo que ha estado con él. Abandonar el hogar, normalmente el agresor no quiere se abandonado y también influyen la dependencia económica o familiar. Y por último la denuncia hasta hace poco no era una salida muy buena, ya que eran asuntos de pareja, pero cada vez más se esta fomentando de que las mujeres maltratadas denuncien a su agresor.
CAPÍTULO 5
La violencia doméstica en cifras
En 1999 el Instituto de la Mujer realizó una encuesta a nivel nacional para conocer el número de mujeres que son víctimas de la violencia doméstica, ya que los datos que existen son incompletos debido a la poca unificación de los cuerpos de policía, entre otras causas.
Los objetivos de esta encuesta era conocer y cuantificar las situaciones de violencia contra las mujeres en el ámbito familiar e identificar las variables socioeconómicas que se asocian a la violencia. Se realizó una encuesta telefónica a 20.552 mujeres mayores de 18 años, a través de un cuestionario muy sencillo donde se preguntaba sobre comportamientos objetivos.
La encuesta determinó que en España en el año 1999, 2.090.767 de mujeres se encontraban en situación objetiva de violencia familiar, entiendo como tal a las mujeres que, aunque no tengan conciencia de ello, están en inferioridad con respecto a su pareja.
Las comunidades autónomas que presentaban cifras más elevadas eran: Canarias, Madrid, Andalucía, Galicia, Cantabria y Valencia.
Las variables sociodemográficas determinaron que aunque la sufren mujeres de todas las edades, es entre las de 44 a 64 años donde se da un índice mayor. A menor nivel educativo de la mujer mayor era el índice de violencia, aunque se produce en parejas de todos los niveles educativos.
Los factores asociados determinaron que aunque las drogas y el alcohol se utilizan como excusa, no indicaron ser factores explicativos, aunque un 37% de las mujeres que declaran los malos tratos dicen que su pareja bebe o bebía demasiado. Otro factor es que como media, los hombres maltratadotes tienen un nivel educativo más bajo que la población general. Y por último es que existe una relación importante entre la violencia contra las mujeres y la ruptura de la pareja, la ruptura es en muchos casos la causa de la violencia, el hombre no quiere perder el dominio de la mujer y no admite ser abandonado.
En Francia se realizó un estudio similar, de mayor amplitud pero con menor tamaño de la muestra. Los datos de esta encuesta todavía se están trabajando, pero se pueden comparar con el estudio español, ya que coinciden en el tiempo. El resultado francés es similar al español, aunque existen diferencias como por ejemplo, las mujeres más jóvenes son en mayor medida las que sufren todo tipo de violencia (20 a 24 años), al contrario de España que eran las de edades comprendidas entre 44 a 64 años.
CAPÍTULO 6
Tratamiento jurídico de la violencia doméstica
El instrumento principal para poder luchar contra la violencia doméstica es la justicia, cunado las leyes contemplan como delito la violencia que ejercen los hombres contra las mujeres, los agresores pueden ser castigados.
Como se ha comentado en los capítulos anteriores, a lo largo de la historia las mujeres han estado en inferioridad y desigualdad respeto a los hombres, y esta inferioridad también se reflejaba en la justicia y las leyes. Esta desigualdad desaparece cuando empieza la transición democrática. Hasta ese periodo las mujeres eran propiedad del padre o del marido, debiéndoles obediencia; el marido tenía pleno derecho a dirigir y castigar a su mujer.
La transición cambia el marco jurídico español, y en la Constitución de 1978 se reconoce la igualdad legal entre hombres y mujeres. A partir de aquí se han ido haciendo diversas reformas del código penal, a la de 1983 le siguen las de 1989, 1995, 1999. En estas reformas se han ido haciendo reformas en el tratamiento de las mujeres y la violencia doméstica, así como reconocer el maltrato psíquico, el acoso sexual,… y endureciendo las penas para los agresores.
Las diferentes etapas del proceso penal son las siguientes:
- La denuncia, es la forma más directa de poner en caso en manos judiciales. En la comisaría, el policía realiza un atestado de los hechos y lo hace llegar al juez para que abra una investigación. Desde 1986 esta a disposición el SAM, Servio de atención a la Mujer, especializado en víctimas de malos tratos.
- Cuando se presenta la denuncia se puede solicitar las medidas provisionalísimas de separación al juez de guardia, para que la víctima pueda permanecer en el domicilio y el agresor abandonarlo.
- Luego se abre el sumario judicial, el juez estudia los documentos, toma declaración a la víctima, al acusado, investiga,… y toma las medidas que sean necesarias hasta resolver el caso.
- Juicio oral, cuando el fiscal considera que las pruebas son suficientes, hace un escrito sobre los resultados de la investigación y solicita al juez la apertura del juicio. Este puede revocar el sumario para que se siga investigando, sobreseer la causa denegar el auto y evitar que sea juzgado o abrir el juicio oral. Cuando se da este último caso o bien se realiza un juicio en el juzgado de instrucción, en caso de falta o se pasa a un juzgado penal si es delito.
- Una vez terminado el juicio el juez o el tribunal dictan sentencia.
Otra manera de detectar los malos tratos es a través de la Seguridad Social y de los servicios sociales de los ayuntamientos, estos deben informar a las autoridades cuando se les presente un caso. Desde 1997 existe un Protocolo de Actuación Sanitaria, que establece las pautas a seguir por el personal sanitario ante un caso de violencia doméstica.
Otro punto importante que antes no existía es que aunque una mujer retire voluntariamente la denuncia contra el maltratador, el fiscal tiene la obligación de seguir con el caso. Aunque la verdad es que esta medida no se suele aplicar demasiado, cuando la víctima retira la acusación el fiscal suele cerrar el caso alegando falta de pruebas.
Para una mujer víctima de malos tratos no es nada fácil denunciar su situación, ya que teme a las represalias de la pareja y a las repercusiones que puede tener sobre él y la familia. Además todavía hay un fuerte componente cultural tradicional en que “los problemas de casa se quedan en casa”.
CAPÍTULO 7
Programas e instituciones
A partir de los años 70 del siglo XX es cuando empiezan a surgir formas organizadas para la liberación de la mujer, los grupos feministas empezaron a formarse. Estos fueron los primeros en organizarse para denunciar y contrarrestar la violencia doméstica.
Una de las primeras acciones que estos grupos tomaron parte, fue en la defensa de las mujeres víctimas de malos tratos. Con estas organizaciones surgieron las primeras casas de acogida, se crearon pisos secretos como primera medida de ayuda a las víctimas de violencia.
En España, la primera casa de acogida para mujeres maltratadas tuvo lugar en el año 1984 por iniciativa del Instituto de la Mujer. Alrededor de estas casas, se ha creado un debate importante, en que si esta es la forma más adecuada de atender a las mujeres y afrontar la violencia, ya que para ellas el abandonar su hogar supone un gran coste tanto económico como emocional,…
Como ya se ha mencionado, los primeros grupos de mujeres se crearon en los años setenta. En España en 1977 se creó la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a la Mujer, aunque su constitución legal no fue hasta 1983. Esta comisión estaba formada por un grupo de mujeres abogadas, psicólogas y doctoras, con el objetivo de organizar la asistencia solidaria y gratuita a las mujeres víctimas de violencia, que no tenían medios para acudir a profesionales.
Otra asociación pionera en estas causas fue la Asociación de Mujeres Separadas y Divorciadas, se inicia en 1976 como una escisión de la Asociación Católica de Mujeres Separadas. Desde 1989 esta asociación se ha convertido en la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas, la cual coordina las diferentes asociaciones de mujeres.
Themis (Asociación de Mujeres Juristas) es otra asociación importante en este campo. Fue creada en 1987 y se ha dedicado al estudio de la aplicación de la ley y en las medidas legales que se han implantado para combatir la violencia contra las mujeres.
Estas organizaciones son las que han llevado a cabo la labor de propaganda y concienciación pública, han formulado proyectos de leyes, han propuesto medidas de intervención, han hecho campañas, han puesto en marcha programas de ayuda y asistencia, y un largo etcétera. Estas organizaciones se han apoyado en los organismos internacionales, los cuales han tenido una importancia relevante en la lucha contra la violencia de género.
La ONU ha sido un organismo de suma importancia en los últimos 30 años. En el año 1975 se declaró como Año Internacional de la Mujer, a partir de esta fecha se han ido haciendo numerosas reuniones en donde se han ido introduciendo una serie de compromisos para combatir la violencia de género. Estas declaraciones comprometen a los gobiernos, instituciones, entre otros organismos estatales a poner y adoptar medidas para combatir la violencia en contra de las mujeres.
La Unión Europea, impulsada por la ONU, también ha puesto en marcha una serie de medidas para combatir la violencia de género. En 1997 tuvo lugar el tratado de Ámsterdam en donde se reforzó la obligación de la Unión Europea a respetar los derechos fundamentales y a la promoción de la igualdad entre mujeres y hombres. El primer plan que llevó a cabo fue la Iniciativa Daphne, orientada a la investigación, formación e información.
En 1983 fue creado el Instituto de la Mujer que actualmente depende del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, tiene como función la promoción de la igualdad de género entre otras funciones, algunas de estas son: coordinar los trabajos de los distintos ministerios, elaborar informes sobre las distintas dimensiones de la discriminación y condiciones de vida que afectan a las mujeres, fomentar la prestación de servicios a mujeres, recibir y canalizar denuncias,…
En España en estos últimos años se han creado dos planes de acción contra la violencia, en los cuales se reflejan diferentes medidas para combatirla. El primer plan tuvo vigencia desde 1998 hasta el 2000, y el segundo plan del 2001 hasta 2004. En este último se incluyeron nuevas medidas en el campo de la educación, introducir una asignatura de igualdad de oportunidades, adaptar los materiales didácticos y realizar un premio nacional para los centros escolares que realicen actividades y programas para la igualdad, … y un programa para poder detectar los malos tratos en edad temprana.
CAPÍTULO 8
La opinión pública y los medios de comunicación
El aspecto positivo que tienen los medios de comunicación respecto a la violencia de género, es que a través de ellos se da a conocer a la sociedad el grave problema. Los medios han actuado de altavoz y han sido un método muy eficaz de expansión, que ha servido a las organizaciones y movimientos feministas para luchar en contra de la violencia de género y proclamar la igualdad entre mujeres y hombres.
Uno de los factores a tener en cuenta de los medios es el sensacionalismo, para captar audiencia, en que se abarcan este tipo de temas y a veces no son tratados con la seriedad que se merecen.
En los medios conviven dos posturas, la de luchar a favor de la igualdad entre géneros y actitudes sexistas, como la imagen que se da de la mujer, colaboran a seguir manteniendo la ideología basada en el código patriarcal, y mientras siga esta imagen sexista, subordinada de la mujer,… se contribuye a la violencia contra ellas.
Como ya se ha mencionado anteriormente, el sensacionalismo es uno de los aspectos negativos de los medios a la hora de tratar este tipo de temas, ya que no se plantean las razones verdaderas de la violencia, sino que solo se basan en los detalles morbosos y escandalosos. Además se presenta a las víctimas como mujeres débiles, reforzando los esteriotipos que existen sobre el sexo femenino. Otro elemento negativo, es como se presenta al agresor, traumas infantiles, problemas con el alcohol, drogas, paro,… justificando así su conducta e identificándolo como enfermo y no como un delincuente.
Para sensibilizar y movilizar la opinión pública se van realizando diferentes campañas publicitarias en contra de los malos tratos, pero en estas hay una cierta ambigüedad, ya que no hay constancia del impacto que tienen sobre la sociedad. Las campañas son más una medida política que una medida real de combatir la violencia.
Otros productos que colaboran en la difusión del problema son documentales, series, películas, música que intentan que haya un cambio en la sensibilidad de la sociedad ante la violencia.
Una de las medidas que existen para combatir el sexismo en los medios es el observatorio de la publicidad, competencia del Instituto de la Mujer, en donde se recogen quejas acerca de los anuncios, en los cuales se atente en contra de la dignidad de la mujer y se de una imagen discriminatoria, puede recurrir a la retirada del anuncio.
En lo que respecta a la opinión de los españoles acerca de la violencia de género, en el año 1990 se realizó una encuesta sobre la situación de la mujer, la encuesta reflejaba una cierta reserva en denunciar la violencia contra las mujeres.
En 1996 se realizó otra encuesta sobre seguridad ciudadana y victimización, reflejó que las violaciones y los delitos sexuales eran los menos denunciados, y las razones que se daban para no denunciar era la desconfianza en que sirva para algo, el miedo y la vergüenza.
En 1999 se volvió a realizar la encuesta sobre victimización y las respuestas reflejaban que había una mayor preocupación y concienciación de la existencia de la violencia de género.
La Comisión Europea en el mismo año, 1999, se realizó un sondeó llamado eurobarómetro, sobre la visión que tienen los europeos sobre la violencia contra las mujeres. Se realizó una encuesta que se realizó simultáneamente en todos los países de la Unión Europea.
Los resultados fueron que la violencia se conoce y sobre los que hay una gran preocupación, que todas las formas de violencia son algo serio, pero hay una mayor preocupación frente a la violencia física y sexual.
Sobre las causas todavía existen muchas ideas esteriotipadas y mitos, se achacan al alcohol, drogas, paro, marginación social,… la encuesta refleja una desinformación respeto a estas cuestiones.
CAPÍTULO 9
Debates actuales y propuestas
Se ha planteado la hipótesis de que hay más violencia cuando se acrecientan la libertad y la autonomía de las mujeres, pero esto se explica que las reivindicaciones feministas cuestionan la ideología patriarcal, atenta contra la virilidad del hombre y comprende en perder la autoridad y superioridad del hombre frente a la mujer.
Hay una parte en que las autoras desacuerdo con este argumento, ya que de el se extrae la idea de que el feminismo y la rebeldía de las mujeres acrecienta la violencia contra ellas, y que deberían reducir su rebeldía en lugar de seguir luchando por sus derechos. No es volviendo al patriarcado que se acabará con la violencia sino combatiéndolo.
En estos años han ido saliendo una serie de propuestas para combatir la violencia contra las mujeres, en estas medidas los medios de comunicación tienen una función muy importante, ya que ellos siguen dando una imagen esteriotipada de la mujer y de la violencia que se ejerce contra ella. Además los medios, sobretodo la televisión, emiten una gran cantidad de imágenes violentas, ya sea en dibujos, películas, anuncios,… que pueden servir de descontrol a las personas con tendencias agresivas. Por estas causas y muchas más, los medios tienen una responsabilidad educativa además de informativa, y transmite los valores culturales de la sociedad. Por la gran influencia que tienen en la sociedad, se les ha facilitado unos manuales sencillos con una serie de pautas y normas a seguir para tratar el tema de la violencia doméstica.
Una de las trabas que encontramos a la hora de medir la violencia doméstica, es la falta de datos y estadística que hay, impidiendo conocer las dimensiones reales del problema. Hay muchas instituciones que no recogen los datos y si los recogen no los hacen llegar al Instituto de la Mujer. En este tema hay una falta de homogeneidad, de coordinación y de concienciación sobre la necesidad de registrar detalladamente los datos.
En lo que hace referencia al Código Penal y su aplicación, es necesario un cambio ideológico y político, ya que el trato que se da a las mujeres víctimas de malos tratos todavía refleja una mentalidad patriarcal. Existen muchos ejemplos de jueces y fiscales que se acercan a los casos de violencia de género cargados de prejuicios machistas. Para que se dejen de dar estos casos es necesaria la formación de los profesionales, tanto en el ámbito universitario como en la escuela judicial.
Para prevenir la violencia de género es la educación para la igualdad, a través de la familia, la escuela y los medios de comunicación. Que la familia se libere de la ideología patriarcal, ya que de nada servirá que en la escuela se eduquen y se inculquen valores para la igualdad, si en su casa y en los medios los niños siguen viendo modelos tradicionales.
Para prevenir, también se tienen que encontrar mecanismos para la detención de casos de violencia doméstica en los servicios médicos y en la escuela.
La violencia es una conducta a prendida y por tanto se puede modificar, se hay que socializar a los niños y niñas a favor de la igualdad, y reeducar a los adultos en contra de la violencia.
OPINIÓN PERSONAL
Leer este libro me ha resultado extremadamente interesante, me ha dado a conocer muchísimas cosas que desconocía o simplemente no he había dado cuenta de ellas. Me ha dado en que pensar en todo este tema de la violencia de género, y analizar mejor las situaciones cuotidianas en relación, no solo en la violencia, sino en las situaciones injustas de desigualdad en las que todavía vivimos las mujeres. Ver como en la sociedad y en la vida social en la que me muevo todavía sigue vigente el código patriarcal y como las mujeres lo tenemos tan asumido que nos tiramos piedras a nosotras mismas.
Tal vez no venga demasiado a cuento, pero gracias a lo que he leído he podido debatirlo mejor. Hace unos días, en mi pueblo Pollença, cinco chicos que trabajan en una discoteca violaron a una joven turista inglesa, hombres de 19 a 28 años. Como se pueden imaginar en el pueblo no se habla de nada más y hay opiniones y comentarios de todo tipo, pero lo que más me ha llamado la atención es que chicas de mi edad mencionen la indumentaria provocativa de esta joven y que digan que provocaba al bailar en la disco. Dicen que una violación no esta justificada, pero que a lo mejor esta chica provocaba “y se lo ha buscado”. Leer este libro me ha abierto los ojos y no caer en este tipo de comentarios absurdos, ya que el hombre tiene que saber donde esta el límite y que una mujer por muy corta que lleve la falda cuando dice no es no.
Tenemos que empezar a cambiar el “chip” a esta sociedad, que aunque las mujeres hemos avanzado, todavía queda mucho camino por hacer. Tenemos que quejarnos y luchar en contra de las desigualdades, reclamar nuestros derechos y acabar de una vez con este código patriarcal que mucha gente se niega abandonar.
No hubiera podido elegir mejor libro parar leer y hacer la recensión, ya que me ha hecho ver las cosas desde otra pespectiva.
La cursiva son citas textuales del libro: La violencia domestica. Informe sobre los malos tratos en España.
Descargar
Enviado por: | El remitente no desea revelar su nombre |
Idioma: | castellano |
País: | España |