Historia


Imperio Romano


El Imperio Romano

Extensión y Limites

El imperio romano fue el estado más vasto y mejor organizado de la antigüedad. Se extendía, por Europa, hasta el mar del norte, y la parte sur de la gran isla Británica; el Rin y más allá del Danubio; por el Asia Anterior, hasta el mar Negro, y por el África Septentrional, hasta la línea del desierto del Sahara.

El centro geográfico del imperio romano era el mar mediterráneo, Mare Nostrum, íntegramente rodeado por las tierras imperiales.

Roma fue el primero y el único estado que logró conquistar todas las tierras litorales del Mediterráneo.

La Población del Imperio

Poblado por más de ochenta millones de habitantes de diverso origen y distinto lenguaje se mezclaban en los territorios imperiales galos e íberos de Europa Occidental; beréberes y egipcios del Africa; Árabes y Judíos del Asia; y, en fin, griegos y romanos. Esos pueblos diversos, conviviendo bajo el gobierno de Roma, acabaron adaptándose a una misma civilización.

El imperio Romano creó con los diversos pueblos de la cuenca Mediterránea, una sola nación. De un extremo a otro del imperio, los romanos trazaron carreteras por las cuales se podía transitar con seguridad. Donde quiera que conquistaron, levantaron ciudades con edificios magníficos, teatros, templos, toros y termas, que fueron focos poderosos de romanización.

El Comercio Romano

Durante los dos primeros siglos de la era Cristina, el imperio romano alcanzo una gran prosperidad material. La paz interna facilitó el desarrollo del comercio y de la industria en todo el mundo romano, por el que se podía viajar con completa seguridad. Además de la ruta marítima del Mediterráneo, surcada en todas direcciones por los barcos mercantes, libres de los piratas, existían numerosas rutas terrestres. Los romanos en vasta escala, dentro del imperio, lo que antes en Italia: construyeron magnificas vías sólidamente pavimentadas, muchas de las cuales se aprovechan todavía. Esta magnifica red caminera que unía los más distantes puntos del imperio facilitó la rapidez de las comunicaciones y, según se afirma estas solo fueron superadas en el siglo XIX, cuando se invento la locomoción de vapor.

El comercio estimuló la agricultura y la industria en las distintas regiones del imperio. Italia producía aceite, vino, objetos de barro y de metal. Egipto exportaba tejidos, papiro y trigo, en tal cantidad que era considerado el granero del mundo imperial. En España se extraían hierro, plomo y cobre, y se producía aceite de oliva. La Galia producía quesos y carnes saladas. En Britania se exportaban importantes yacimientos de estaño. Las provincias asiáticas del imperio exportaban metales preciosos, perfumes y artículos manufacturados de lujo.

La Lengua

El pueblo romano habló un idioma que tomo su nombre de la zona que fue su núcleo, el Lacio. La más antigua inscripción latina corresponde al siglo -VII. A medida que avanza la historia romana aumenta el numero de inscripciones y, por lo tanto, el conocimiento del latín.

Pertenecía el latín, como casi todos los idiomas hablados en la Península, a la rama itálica del indoeuropeo. Se considera que llegó a su perfección al final de la república y su más alto modelo es Ciceron. Por la vecindad con Grecia, por influencia de su cultura superior y por haber incorporado tal nación a su dominio, el habla de Roma sufrió marcada influencia griega.

Nuestro idioma se le parece mucho en el vocabulario, pues el 80% de sus palabras provienen del latín.

La Literatura

Los cinco primeros siglos de la historia de Roma carecieron de importancia literaria: la rica historia militar y política de la ciudad del Tíber contrasta con la pobreza de su historia literaria. De esa época apenas quedaron documentos legislativos, recopilaciones de nombres de magistrados, elogios fúnebres y cantos satíricos. Este panorama cambio cuando los romanos entraron en contacto con las refinadas civilizaciones de Grecia y del Oriente.

El Derecho

Roma proporcionó al mundo antiguo un sistema uniforme de derecho, basado en la razón y en la justicia. Esa formulación de un cuerpo de leyes culminó en tiempos del imperio, pero se había gestado, lentamente, en los últimos siglos de la república, por obra de los pretores o jueces de Roma y de los jurisconsultos, hombres expertos en derecho. En efecto, estos funcionarios suavizaron las formulas rigurosas de las primitivas leyes romanas, dejándose guiar, en las administraciones de justicia, por consideraciones de equidad y de humanidad. Los pretores eran los magistrados encargados de la administración de justicia.

Los jurisconsultos escribían también obras de derecho que se utilizaban para las consultas. Los más celebres jurisconsultos del imperio fueron Juliano y Gayo, en el siglo II, y Papiniano, Ulpiano y Modestino, en el siglo III.

El Arte Romano

El desarrollo de las artes fue favorecido en el imperio romano por la difusión de la riqueza y el gusto por el lujo. En las ciudades del imperio se levantaron monumentos y edificios públicos soberbios, decorados con pinturas, mosaicos y relieves, reveladores de la magnificencia del arte imperial.

Salvo en la arquitectura, el arte romano fue imitación y continuación del arte griego: así ocurrió en la escultura, que ha dejado tan admirables representaciones en mármol de los emperadores, en la pintura y en el arte del mosaico.

La arquitectura fue la actividad artística en que encontró su expresión el temperamento preciso, metódico y ordenado de los romanos. La arquitectura romana tomó muchos elementos de la griega, como las columnas y los frontones, pero también usó el arco y la bóveda, es decir, la forma constructiva que dispone las piedras o ladrillos en semicírculo, de modo que se sostengan unos a otros.

La Caída de Roma

Genserico, rey vándalo, desembarcó en Ostia cuando se extinguía la dinastía de Teodocio, al morir Valentiniano III en 455. El vándalo arrasó Roma y llevó a Cartago riquezas y prisioneros, entre ellos la viuda de Valentiniano. Después de veinte años y varios emperadores fugaces, el titulo de emperador desapareció: Odoacro, que se apoderó del imperio, se tituló rey y mandó a Constantinopla las insignias imperiales. Italia era otro reino bárbaro, como los que habían surgido en otros territorios al decaer la autoridad imperial. Las tierras distribuidas por Odoacro, que solo fueron un tercio de las poseídas por los antiguos subditos del emperador, contribuyeron a la germanización del norte de Italia.

En el 493 Teodorico, caudillo de los ostrogodos, al frente de su pueblo, fundó en la península italiana un nuevo reino.

Así desapareció el imperio de Occidente, sustituido por diversos reinos

Bárbaros.

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Curso:

3°A.

Asignatura:

Historia Universal.

Introducción

Este trabajo trata de dar una vista de cómo el Imperio Romano tenia sus reglas, mitos, su comercio, el método de jerarquía, como fue avanzando en sus tierras, etc.

Tambien puedo sumar del contenido que es una forma rapida de comprender la vida Romana, incentivando la lectura como un medio sencillo al cual todos podemos acceder. Espero que sea lo mas provechoso posible al lector, provocando en él, ansias de compartirlo y educarse.

Conclusión

Fue agradable haber podido aprender sobre el Imperio Romano en este trabajo, que puedo saber el desarrollo de las artes, de su lenguaje, su expansión territorial, todas sus costumbres, etc.




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Enviado por:Ricardo Rivera
Idioma: castellano
País: Chile

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