Sociología y Trabajo Social


Identidades asesinas; Amin Maalouf


IDENTIDADES ASESINAS

Amin Maalouf

SÍNTESIS:

El índice del libro nos habla de las identidades asesinas (mi identidad, mis pertenencias; cuando la modernidad viene del mundo del otro; la época de las tribus planetarias; domesticar a la pantera...). Con todo esto se nos va a intentar hacernos reflexionar sobre los elementos que van forjando nuestra identidad, creencias, procedencia, lengua, cultura… y cómo el conjunto de todas estas cosas son las que nos van a enriquecer y hacer personas únicas. Según él, el problema surge cuando se obliga a la persona a elegir, a adoptar unas cosas y rechazar otras, a estar en un lado o en otro, estableciendo distintas relaciones de poder.

Amin Maalouf va recorriendo todos estos conceptos dando numerosos ejemplos de los conflictos que están ocurriendo hoy en día a nuestro alrededor, y para sus palabras no resulten ofensivas, pone su propio ejemplo, el de su propia experiencia como Francés y Libanés , aceptando esa doble identidad paradójicamente como elemento que conforma su identidad única.

No nacemos con una identidad, la construimos y transformamos a lo largo de nuestra vida. La concepción tribal de la identidad, pretender pertenecer a una sola "cosa", lleva implícita una actitud parcial, intolerante, sectaria, dominadora, que acaba por convertir a las personas en asesinos o partidarios de los que asesinan. Para Amin Maalouf “Nosotros” somos los que pertenecemos a una misma comunidad, o los que compartimos una serie de creencias, los “otros” son todos aquellos que no comparten nuestra forma de vida, esto hace que nuestra identidad se reafirme sobre las diferencias y no sobre las igualdades, lo que nos lleva a adoptar una postura demasiado fanática para que nuestro concepto de identidad no se vea puesto en entredicho.

A lo largo del libro también se tienen en cuenta conceptos como el de “modernidad”. En general, cuando nosotros pensamos en modernidad, pensamos irremediablemente en “americanización” y “occidentalización”, ya que los nuevos modelos que nos intentan inculcar en los medios de comunicación sobre nuestra manera de pensar, de vestir, de comer suelen proceder de estos continentes. Amin también menciona este conflicto de términos, intentando acercar la modernidad hacia la mundialización y la universalidad, y desligándola de otros conceptos como uniformidad u homogenización.

Dentro de este proceso de mundialización cada vez más aparente aparece un proceso complicado como es el de la inmigración. En un mundo cada vez más desarrollado y accesible, es normal que muchas personas decidan dejar su lugar de procedencia en busca de una vida mejor. Pero cuando una de estas personas llega a su nuevo país, se crea un problema muy complicado en torno a los derechos de esa persona como ciudadano; Amin cita la importancia de los derechos humanos, pero también es consciente del problema de la ciudadanía, ya que aunque cada estado es responsable del bienestar de sus ciudadanos, la persona que llega a un país nuevo, según la ley, deja sus derechos en su anterior país, ya que es de este estado sobre el que recae la responsabilidad civil de la persona. Es por eso por lo que la persona se siente rechazada ante su país de acogida, y se reafirma todavía más en la parte de su identidad conectada con su anterior país.

Esto se puede generalizar a los problemas que surgen de los choques entre las diversas culturas, ya que unas se ven amenazadas por otras, y antes que aceptar su derrota deciden luchar hasta la muerte.

Otros de los temas que se encuentran muy presentes en la obra de Amin son la religión y la lengua.

Por un lado, nos habla de la importancia que puede estar cobrando hoy en día la religión en cuanto al desarrollo de la identidad personal; en una sociedad que avanza a pasos agigantados llega un momento en el que las personas tienden a buscar respuestas y a afianzar su confianza en torno a la religión. Comenta que las religiones han cambiado mucho a lo largo de los años, que estas han cambiado a las personas pero que las personas también han hecho una gran labor a la hora de hacer cambiar y avanzar las distintas religiones.

Al igual que a la religión, también le da una gran importancia a la lengua, el cómo puede ser determinante a la hora de dividir a la población, y para formar nuestra identidad. Señala que una buena opción que resolvería muchas tensiones sería la de adoptar tres lenguas, por un lado la lengua materna, por otro la lengua mundial (el inglés) y entre ambas, otra lengua que nosotros escojamos porque nos gusta, porque es con la que más nos identificamos o porque nos ayudaría en nuestra vida.

En resumen Amin Maalouf intenta hacernos reflexionar sobre muchos aspectos que se encuentran a la hora del día en la actualidad basadas en las distintas relaciones de poder; trata temas tan importantes como el de la inmigración, los conflictos de identidad que tanta violencia generan, la religión, la cultura, la globalización o la democracia, y nos ayuda a ver la realidad desde otro punto de vista.

DESARROLLO DE LA ARGUMENTACIÓN:

En esta parte del trabajo quiero hacer referencia a todas aquellas ideas del autor que me han parecido enunciados con gran contenido, y que expresan con claridad su manera de pensar y lo que ha querido expresar y conseguir con este libro.

“Limitarse al mínimo estrictamente necesario sería contrario al espíritu de nuestro tiempo” (pag, 183)

Considero que esta cita es la idea principal de todo el libro, y la idea principal que el autor quiere transmitir a sus lectores. Se puede poner en práctica tanto en el tema de asumir las distintas identidades como propias, sin tener que avergonzarnos o sentirnos “menos ciudadanos” , o también para el conflicto que se genera entre las distintas culturas que se pueden ver amenazadas ante las culturas mayoritarias o dominantes, como el ejemplo que da entre los hutus y los tutsis, o los conflictos que se dan entre las lenguas, ya que muchas de ellas se están viendo amenazadas y pueden llegar a desaparecer cuando mueran sus últimos hablantes; de aquí surge también la idea de los beneficios que pueden resultar de la mundialización ante estos casos, ya que puede hacer llegara al resto del mundo e incluso inmortalizar culturas, lenguas y creencias minoritarias, del conocimiento nacerá el respeto y la conciencia de preservar toda esta variedad.

“Cada una de mis pertenencias me vincula con muchas personas; y sin embargo, cuanto más numerosas son las pertenencias que tengo en cuenta, tanto más especifica se revela mi identidad” (Pag. 27)

El libro se centra mucho en esta idea de identidad como un conjunto de factores y no en un solo factor determinante, como erróneamente solemos pensar. A menudo creemos que cuanto más de nuestro país seamos, y cuanto más sintamos los colores y cuanto más seamos de un equipo determinado, más identidad tenemos, pero esto es un error que nos impide ver las innumerables características que nos hacen diferentes del resto de personas a las que consideramos nuestros iguales, y que realmente conforman nuestra verdadera identidad. Quizá yo tenga más cosas en común con una estudiante chilena, que con un obrero de mi propio lugar de procedencia, o con un grupo al que le guste la comida italiana más que con una a la que le guste la paella valenciana. Todos estos factores, que a la vista pueden carecer de significado, son los que nos enriquecen y nos hacen ser quienes somos.

Y cuando nuestra mirada- la de observadores externos- entra en ese juego perverso, cuando asignamos a una comunidad el papel de cordero y a otra el de lobo, lo que estamos haciendo, aún sin saberlo, es conceder por anticipado la impunidad a los crímenes de una de las partes.” (pag. 45)

Esta visión aunque resulta chocante en un primer momento, pensándolo detenidamente, es la que estamos adoptando hoy en día todas las personas que se preocupan un poco por lo que las rodea. Todos los días nos llegan noticias sobre las diversas guerras, conflictos y confrontaciones que surgen de las tensiones entre razas, culturas, etnias, etc… y a menudo solemos tender a situarnos en un lado o en otro, dando por absueltos todos los crímenes que se están cometiendo en nombre de una religión o de una lengua; de esta manera giramos la cabeza y directamente echamos las culpas de todo a una sola población, cuando en realidad el conflicto va mucho más allá.

“El siglo XX nos habrá enseñado que ninguna doctrina es por sí misma necesariamente liberadora” (pag. 68)

Con esta afirmación no cabe lugar a dudas, ninguna religión del mundo está libre de pecado, o como él dice “todas tienen las manos manchadas de sangre”, debemos pensar que aunque hoy en día nos escandalicemos con los asesinatos que ocurren en Oriente en nombre del islam, también se han dado capítulos muy oscuros en cualquier otra religión a la que podamos pertenecer, e incluso del laicismo, como en el caso de la República en España, en la que se quemaron iglesias, asesinado curas, monjas…No deberemos dejar que toda nuestra identidad por lo tanto, se desarrollo en torno a un único factor como la religión.

“Suele concederse demasiado valor a la influencia de las religiones de sobre los pueblos y su historia, y demasiado poco a la influencia de los pueblos y su historia sobre las religiones” (pag. 89)

A menudo solemos pensar en las repercusiones que ha tenido la religión sobre las distintas comunidades de población, pero no tenemos tanto en cuenta que las personas que viven la religión, y son capaces de ver lo que les separa de ellas, son las que han conseguido cambiar las tendencias religiosas; claro es el caso por ejemplo de cómo nació el protestantismo en Europa a raíz del cristianismo. Debemos tener claro que es un proceso recíproco, por lo tanto debemos de creer en el poder de las personas sobre las doctrinas religiosas.

“Cuando la modernidad lleva la marca del “Otro” no es de extrañar que algunas personas enarbolen los símbolos del arcaísmo para afirmar sus diferencias” (pag. 97)

Esta es otra de las grandes ideas que plantea el autor en cuanto a nuestra forma de crear nuestra identidad en torno a un “nosotros” y el riesgo que esto conlleva. El sentirnos pertenecientes a un grupo, en un mundo en el que cada vez más se nos anima a probar cosas nuevas y distintas, cada vez se hace más difícil, y vemos todos estos nuevos elementos como una amenaza para nuestras creencias, a todos los que se desvían de lo que nosotros pensamos, lo vemos como “los otros”, son ellos de los que creemos que tenemos que protegernos, aunque sea luchando.

Esto nos lleva a un proceso por el cual comenzamos a encasillarnos cada vez más en lo que creemos de manera fanática, y sin atender a los grandes beneficios que puede tener abrir nuestra mente hacia nuevas formas de vida, nuevas culturas, nuevas personas…

“Es indudable que la mundialización acelerada provoca, como reacción, un reforzamiento de la necesidad de identidad” (Pag. 123)

El autor llega a la conclusión de que la mundialización es un hecho irrefrenable al que vamos a tener que adaptarnos, y no es de extrañar que las personas ante tal bombardeo de conocimientos, de nuevos lugares, lenguas, tradiciones, valores…se sienta perdido y tienda a reafirmar sus creencias y a defenderlas sobre los nuevos modelos que se nos quieren inculcar. Esta manera de pensar una vez más generará tensiones y conflictos entre los diversos grupos humanos, ya que cada uno luchará por lo que cree. El autor no trata de dar una respuesta a este problema, pero si nos dice que podríamos tomar la postura opuesta, la postura de no ver la diversidad como una amenaza, sino como una mayor posibilidad de elección y por lo tanto de conocimiento sobre el mundo que nos rodea y sobre uno mismo.

“El Dios del “¿cómo?” Se esfumará un día, pero el Dios del “¿Por qué?” no morirá jamás”(Pag. 127)

Esto debería hacernos pensar en que en el fondo, las personas siempre vamos a tender a buscar las respuestas y el por qué de las cosas y de nuestra propia existencia. Puede que mueran las ideas que se tienen hoy en día de la religión, de cómo llegamos aquí y de cómo ocurrieron las cosas tal y como ocurrieron, pero nunca morirán aquellas que tengan que ver con el por qué de todo ello.

En suma todos y cada uno de nosotros somos depositarios de dos herencias (…) no es a la herencia “horizontal” a la que nos adscribimos, sino a la otra” (Pag. 137)

Amin Maalouf pone de manifiesto que a menudo solemos agarrarnos a la herencia que nos viene de familia, de nuestro lugar de nacimiento, a nuestras raíces, o a lo que él llama herencia vertical, pero en realidad lo que más determina nuestra identidad no es eso, lo que recibimos al nacer puede condicionar nuestra forma de vida, pero lo que lo va a determinar es el “contexto” en el que nos movamos, la gente de la que nos rodeemos, lo que decidamos estudiar…Considera que esta segunda herencia es mucho más enriquecedora y es a ella a la que deberíamos prestar más atención.

“Pues la mundialización nos arrastra, en un mismo movimiento, hacia dos realidades opuestas, una a mi entender positiva y la otra negativa: la universalidad y la uniformidad.” (Pag. 139)

Como ya he señalado antes en la síntesis, el autor hace un especial hincapié en la distinción entre ambas realidades y el mal uso que a veces hacemos de ambos términos. A menudo solemos tener una visión bastante negativa de la mundialización, ya que lo vemos como una amenaza para la diversidad. Es aquí dónde caemos en el error, ya que pensamos en mundialización como sinónimo de uniformidad; el autor nos invita a pensar en las ventajas que puede tener este desarrollo social precisamente para impulsar esta diversidad, o por ejemplo a la hora de mejorar la calidad de vida de las personas, como por ejemplo en el ámbito médico o tecnológico. Si miramos desde este otro punto de vista vemos que la mundialización puede desembocar en una universalidad que podría ayudarnos a todos a mejorar nuestras vidas.

“Encerrarse en una mentalidad de agredido es para la víctima aún más devastador que la propia agresión” (Pag. 162)

Esta frase se encuentra dentro del contexto que habla sobre todas estas posiciones pesimistas del mundo que estamos adoptando las personas que en él vivimos. Para muchos colectivos de personas parece mucho más fácil sentirse agredidos y regodearse en su papel de víctimas como si el mundo siempre les debiera algo, son por ejemplo todas las minorías que tratan de reivindicar su identidad en base a sentirse siempre inferiores al resto de culturas. Es esto continuo proceso de desgaste propio el que acaba quemando a los colectivos más que los hechos reales y concretos que se han dado a lo largo de la historia.

Toda práctica discriminatoria es peligrosa, incluso cuando con ella se pretende favorecer a una comunidad que ha sufrido”. (Pag. 197)

Considero que aunque arriesgada por toda la gente que pueda identificarse con ella, esta afirmación resulta bastante realista ya que hoy en día existen numerosos colectivos con los que el mundo se siente moralmente en “deuda”, aquellos colectivos que han sido marginado o han sufrido los abusos de otros colectivos más fuertes. Este sentimiento parece llevarnos a fomentar políticas que favorezcan a estos colectivos, si lo pensamos bien de carácter discriminatorio, que llevarán a que otras muchas personas se sientan desplazadas.

La ley de la mayoría no es siempre sinónimo de democracia, libertad, e igualdad” (Pag. 200)

El autor llega a la conclusión de que la democracia se encuentra estrechamente ligada a ese concepto de que la “mayoría” es siempre lo más correcto, y por lo tanto se tiende a no tener tanto en cuenta a esa otra parte que difiere y que no se siente identificada con lo que ve a su alrededor. Pero cree que es necesario analizar si esto en realidad es cierto y se cumple, y si no es así, animar a todas estas minorías a reivindicar aquello que piensan. Al fin y al cabo muchos de los cambios sociales que se han ido produciendo a lo largo de la historia han surgido de todas esas “excepciones”.

“En el caso de este libro, que no es (…) aún fuera necesario decir cosas como esas”

Con este final, el autor franco-libanés, deja, muy clara su postura, no pretende convencer a las masas, o llegar a ser un best- seller, simplemente es un hombre que está viendo las atrocidades que está ocurriendo a nuestro alrededor y nos invita a pensar en ello sin buscar culpables, simplemente creyendo en lo bueno de las personas.

COMENTARIO PERSONAL

A lo largo de la lectura de Identidades Asesinas y tras realizar el trabajo, gracias al cual he podido profundizar mucho más sobre el tema, he podido darme cuenta de muchas cosas que me van a servir tanto a nivel personal como profesional.

Por un lado, me ha ayudado a entender y completar un poco mejor mi concepto sobre la identidad; nunca me había parado a pensar plenamente en qué es lo que ha determinado mi identidad personal, no sabía muy bien cuáles eran los factores que para mí podían resultar más determinantes, ya que en mi opinión, hoy en día cuando se habla de “identidad” las personas solemos tender a relacionarlo con nuestra procedencia, con el dónde nacemos, y esta es una perspectiva que no resulta para mí demasiado satisfactoria. Me he dado cuenta que yo soy un conjunto de factores muy diversos: nací en Tudela, pero he vivido en Castejón toda mi vida, ahora llevo 3 años estudiando en Pamplona, tengo familia en Cataluña, Sevilla, e incluso Canadá, tengo muchas aficiones, y mis estudios de Integración Social y ahora Trabajo Social también serán determinantes para mí identidad; aceptar esto supone un paso muy importante de “auto-aceptación”.

También me ha ayudado a entender y saber más sobre los numerosos conflictos que se están dando hoy en día, las guerras entre los países de Oriente, o incluso casos mucho más cercanos como los de los independentistas vascos y catalanes por ejemplo, y ayudarme a situarme en una posición distinta, lejos del “con” y el “contra quién”, para situarme en la posición del por qué.

Por último, pero no por ello menos importante veo la importancia que ha tenido el leer el libro para mi futuro profesional, enfocado al trabajo con los diversos colectivos y personas. Es por esto, por lo que me voy a tener que encontrar cada día, cara a cara, con diversas personas, culturas, creencias… distintas identidades que deberé respetar y con las que deberé intervenir de la manera más adecuada en relación a sus necesidades. Estos conceptos me servirán como herramientas a usar cuando tenga que trabajar con las distintas personas; si soy capaz de dejar mis prejuicios a un lado, si estoy abierta a conocer y a comprender, y a aceptar a las personas tal y como son podré ejercer de una manera mucho más cercana y profesional.

El libro me ha parecido muy interesante, y aunque fácil de leer, considero que cada frase estaba cargada de mucho contenido que era interesante analizar, y por eso por lo que al final hacer una buena reflexión al final ha resultado trabajoso pero muy provechoso para mi futuro personal y profesional.

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Enviado por:Indika
Idioma: castellano
País: España

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