Agronomía, Recursos Forestales y Montes
Hortalizas
INDICE
Introducción
Clasificación
2.1 )Familias
Las Hortalizas
Concepto de Horticultura
4.1) La horticultura como ciencia, técnica y arte.
4.2) Concepto y aplicación de las plantas hortícola.
4.3) Principales características de los cultivos hortícolas.
4.4) Clasificación de las plantas hortícolas.
4.5) Criterios de calidad de los productos hortícolas.
4.6) Sistemas Horticolas: Orientación productiva. Intensificación y Escala economica.
Historia de la Horticultura
Horticultura Industrial
Procesos que se pueden realizar a los
Productos Hortícolas
Regiones productoras de especies hortícolas para industria
Métodos para hacer una siembra
10) El Injerto en Hortalizas
10.1) Introducción
10.2) Historia del Injerto
10.3) El Injerto en Curcubitaceas
10.4) Unión del Injerto
10.5) Factores que influyen en la unión del injerto
10.6) Incompatibilidad
10.7) Métodos del injerto en curcubitaceas
11) La Desinfección del Suelo en Horticultura
12) Publicaciones
13) La empresa
13.1) La Apuesta
13.2) El planteamiento
13.3) Maquinas
13.4) El procesamiento
14) Artículos
1) INTRODUCCION
El término hortalizas es usado para referirse a un grupo bastante numeroso de plantas cultivadas de características muy variables entre ellas. La diversidad existente en el grupo hace difícil una definición clara, exacta e integradora del término. A pesar de esta dificultad, que además es complicada por una cierta variabilidad en el entendimiento del concepto entre países de habla hispana, debe intentarse una definición que permita acotar las especies que se pueden considerar como pertenecientes al grupo de las hortalizas.
El Diccionario de la Lengua Española (Real Academia Española, 1996) define a las hortalizas como "plantas comestibles que se cultivan en las huertas" y, a su vez, a la huerta como "el sitio de corta extensión, generalmente cercado de pared, en que se plantan verduras, legumbres y, principalmente, árboles frutales". Claramente, esta definición no expresa o describe lo que en Chile se entiende por hortaliza, puesto que los árboles frutales y las legumbres son tratados y considerados aparte, en otras asignaturas y rubros de la producción agrícola.
La primera definición agronómica o técnica del término hortaliza en Chile fue dada, de manera indirecta, por Opazo (1922) al definir horticultura como "el cultivo de plantas delicadas, de rápida vegetación, que se hace en pequeñas extensiones, dándole el maximum de cuidados culturales y manteniendo el suelo constantemente ocupado para sacar el maximum de provecho". Otros autores nacionales han ido agregando otros conceptos indirectos, como Giaconi (1939 y 1988) y Volosky (1974), autores de los dos textos clásicos dedicados exclusivamente a la horticultura en Chile, a la que definen de manera casi coincidente, como "el cultivo de plantas herbáceas o semi-leñosas, cuyos productos son en general perecederos y sirven para la alimentación humana en su estado natural o mediante proceso de industrialización".
Por último, deben considerarse y agregarse algunos conceptos más específicos que fueran incluidos en una definición de hortaliza dada por MacGillivray (1961), en Estados Unidos, quien estableció tres aspectos comunes a las hortalizas: a) son plantas anuales, bienales o perennes, b) los órganos de consumo son muy variados (desde raíces a semillas inmaduras), pero todos presentan un alto contenido de agua (85% a 95%), y c) tienen una corta duración después de cosechados, por lo que generalmente, deben ser almacenados a temperaturas más bajas que las ambientales.
La progresión de conceptos descrita y el entendimiento agronómico actual permiten proponer la siguiente definición: "hortalizas son plantas herbáceos, de ciclo anual o bienal (excepcionalmente perenne), de prácticas agronómicas intensivas, cuyos productos son usados en la alimentación humana al estado natural o procesados y presentan un alto contenido de agua.
Aunque la definición de cualquier grupo de plantas cultivadas es difícil y puede presentar excepciones (baste preguntarse en qué grupo debieran estar arveja, frutilla o soya), el concepto anterior permite separar en forma más o menos clara a las hortalizas de los frutales (plantas leñosas), de los cereales (frutos secos), de las oleaginosas (semillas de alto contenido oleico), de los cultivos industriales (productos no se usan frescos), de las leguminosas de grano (semillas secas), de las forrajeras (productos no se usan en alimentación humana), etc.. Por otro lado, permite establecer que la papa, una especie habitualmente incierta en su ubicación en los grupos de cultivo y muchas veces mal ubicada en asignaturas, estudios, estadísticas, etc., es claramente una hortaliza.
Definido así el término hortaliza, se debe entender a la HORTICULTURA como la ciencia o tecnología para cultivar hortalizas. Debe destacarse que esta definición no concuerda con la definición inglesa de "Horticulture" que se refiere al "arte y ciencia de cultivar plantas frutícolas, hortalizas, flores y plantas ornamentales" (Merriam-Webster, 1984), lo que se asemeja más al concepto de la Real Academia Española de la Lengua que a la usanza chilena. Por último, debe consignarse que en algunos países de habla hispana se usa el término oleicultura como sinónimo del concepto horticultura usado en Chile.
2) CLASIFICACION
La alta variación existente entre las especies comprendidas en el rubro hortalizas hace necesario agrupar o clasificar estas especies de acuerdo a características que permitan tener un conocimiento sistemático claro, entender ciertas relaciones existentes entre ellas, y explicar algunas prácticas de manejo cultural que se realizan en su proceso productivo. En general, estas clasificaciones son de gran utilidad para estimar o predecir el comportamiento agronómico de las hortalizas, ya que entregan información sobre respuestas biológicas de crecimiento y de adaptación potencial a distintas condiciones de clima, suelo, topografía, etc.. Las principales categorías de clasificación hortícola, de uso más habitual, que pueden ser consideradas como una referencia básica para cada factor de agrupación, son las siguientes:
2.1 )FAMILIAS
Las familias de las especies hortícolas pueden ser clasificadas, desde el punto de vista de su respuesta a la temperatura en un país de clima templado como Chile, en familias de estación cálida y familias de estación fría. El presente trabajo se centra en la descripción de las familias de estación fría (Alliaceae, Apiaceae, Asteraceae, Brassicaceae, Chenopodiaceae, Polygonaceae y Valerianaceae) y sus respectivas especies de relevancia para el país, y en la familia Fabaceae, la que tiene algunas especies de estación fría, aquí tratadas, pero que también incluye hortalizas de estación cálida.
- Familia alliaceae
Las especies monocotiledóneas que se incluyen en este grupo taxonómico han sido anteriormente consideradas como pertenecientes a las familias Liliaceae y Amaryllidaceae por diversos autores. Sin embargo, la clasificación más aceptada y reciente las ubica dentro de esta nueva familia Alliaceae, la que incluye las más de 500 especies del género Allium. La mayoría de las especies de Allium son plantas originarias de Eurasia y las hortalizas incluidas en este grupo se encuentran entre las plantas más antiguas cultivadas por el hombre, conociéndose evidencias de su producción hace más de 5.000 años en Egipto.
En general, son plantas de poca altura, de arraigamiento superficial a medio, con bulbos más o menos prominentes. Las hojas nacen de un tallo subterráneo y comprimido, siendo lanceoladas y de base tubular, por lo que conforman un falso "tallo". Los tallos florales, o "escapos" florales, no presentan hojas, excepto una bráctea que protege la inflorescencia. Esta es una umbela con numerosas flores pequeñas, de colores variables de blanco, pasando por amarillo y rosado, a azules, con seis estambres dispuestos en dos verticilos de tres, y con un ovario súpero, de estigma nudoso. Cada ovario tiene tres lóbulos con dos óvulos cada uno, pudiéndose generar un máximo de seis semillas por flor. Las semillas son pequeñas, de forma más o menos triangular, con una gruesa testa negra. Las características quizás más reconocidas del género Allium son su olor y sabor típicos, dados por compuestos azufrados que son liberados al dañarse o destruirse sus células. Estos compuestos han generado un renovado interés en el grupo, ya que presentan beneficios cada vez más reconocidos para la salud humana.
Desde Eurasia estas especies se diseminaron por todo el mundo hace muchos años, especialmente ajo y cebolla, llegando a constituirse en hortalizas de gran importancia en la mayoría de los países. En el Cuadro siguiente, se listan las aliáceas de significación en Chile.
GENERO Y ESCPECIES DE LA FAMILIA ALLIACENE Y SUS NOMBRES BULGARES
Género | Especie | Nombre vulgar | |||
Allium
| Allium ampeloprasum L. var. ampeloprasum Millán Allium ampeloprasum L. var. porrum J. Gay Allium cepa L. var. aggregatum G. Don Allium cepa L. var. cepa Allium fistulosum L. Allium sativum L. Allium schoenoprasum L. |
- La familia Apiaceae
La familia Apiaceae, hasta hace poco denominada y aún tratada como Umbelliferae en diversos artículos y textos, agrupa más de 250 géneros y más de 2.500 especies, las que se encuentran ampliamente difundidas en el mundo, aunque la mayoría tiene su origen en las zonas temperadas del hemisferio norte. Desde el punto de vista de producción agrícola, a diferencia de otras familias que incluyen plantas de interés para diversos rubros, esta familia sólo tiene especies de relevancia hortícola, entre las que se engloban algunas utilizadas como "especias". Desde la antigüedad, a muchas de estas apiáceas se les ha atribuido propiedades medicinales, y en la actualidad existe un renovado interés en la utilización de algunas especies como "nutracéuticos" o alimentos útiles para la nutrición y para la prevención de enfermedades.
Debido a su origen en zonas temperadas, las plantas hortícolas de la familia están adaptadas para crecer con temperaturas más o menos moderadas, con un óptimo entre 15 y 18°C, por lo que se clasifican como hortalizas de estación fría, de los Grupos A o B (ver Clasificación térmica de las hortalizas). Además, su respuesta térmica se traduce en que sólo son susceptibles a heladas cuando éstas son intensas o en ciertas etapas de su desarrollo, y en que no son susceptibles a daño por enfriamiento.
La principal característica distintiva de la familia es que son plantas aromáticas, con un olor y sabor anisado, un tanto variable entre las especies, pero muy típico. En general, son plantas herbáceas, arrosetadas, y de hojas alternadas, de lámina finamente dividida y con pecíolo abrazador en la base. Las flores actinomorfas y hermafroditas están dispuestas en umbelas, generalmente compuestas, y poseen un pequeño cáliz de 5 sépalos, una corola de 5 pétalos, 5 estambres alternados con los pétalos, y un ovario ínfero de dos carpelos, que una vez fertilizado origina un fruto seco e indehiscente, característico de la familia, llamado esquizocarpo.
Este fruto, en el que se concentran los aceites aromáticos, consiste en dos mericarpios (carpelos) unidos ventralmente por un haz central (carpóforo), los que se separan hacia madurez, conteniendo una semilla cada uno, por lo que algunos autores lo llaman diaquenio.
La familia Apiaceae incluye varias especies que son muy antiguas en nuestro país, pues fueron traídas por los primeros conquistadores españoles, específicamente zanahoria, cilantro, perejil e hinojo. Los géneros y las especies con alguna relevancia hortícola en Chile se presentan en el Cuadro a continuación. Obviamente, zanahoria y apio son las especies más significativas dentro de este grupo.
GENEROS Y ESPECIES DE LA FAMILIA APIACEAE Y SUS NOMBRES VULGARES
Género | Especie | Nombre vulgar | ||
Anethum Apium
Coriandrum Daucus Foeniculum Pastinaca Petroselinum | Anethum graveolens L. Apium graveolens L. var. dulce (Mill.) Pers. Apium graveolens L. var. rapaceum (Mill.) Gaudin Coriandrum sativum L. Daucus carota L. var. sativus (Hoffm.) Arcangeli Foeniculum vulgare Mill. Pastinaca sativa L. Petroselinum sativum Hoffm. |
- La familia Asteraceae
La familia Asteraceae es una de las más numerosas del reino vegetal, con alrededor de 20.000 especies, entre las que se encuentran desde árboles, pasando por arbustos y subarbustos, hasta plantas herbáceas, con una amplia distribución mundial. Aunque un número reducido de ellas presenta utilidad agronómica, es una familia que comprende especies de gran importancia económica como malezas (por ejemplo los géneros Bidens, Cirsium, Hypochaeris y Sonchus), como plantas medicinales (Matricaria chamomilla, Artemisia absinthium y Tussilago farfara), como plantas ornamentales (por ejemplo los géneros Aster, Bellis, Cosmos, Chrysanthemum, Gazania y Gerbera), como plantas oleaginosas (Carthamus tinctorius y Helianthus annus), y como plantas hortícolas.
En general, las hortalizas de la familia son originarias de regiones templadas, por lo que están adaptadas a crecer y desarrollarse en zonas de temperaturas moderadas. Las plantas cumplen su etapa vegetativa durante el período invernal y continúan, posteriormente, con la floración y fructificación hacia las estaciones más calurosas del año, pues estas etapas se relacionan con temperaturas más elevadas y largos de día mayores. Sólo la especie Helianthus tuberosus, alcachofa de Jerusalem o topinambur, está adaptada a desarrollarse bajo regímenes térmicos más elevados.
Las especies cultivadas como hortalizas son plantas herbáceas, anuales, bienales y perennes. Su hábito de crecimiento es característicamente en roseta y muy determinado, por lo que en su mayoría son plantas de tamaño reducido. Las hojas son opuestas o alternas, sin estípulas. Al darse las condiciones adecuadas, el tallo se alarga iniciándose la etapa reproductiva.
El antiguo nombre de la familia, Compositae, hace referencia a su estructura floral típica, que corresponde a un órgano que asemeja una flor pero que, en realidad, se compone de decenas de flores pequeñas. Morfológicamente es un tipo de inflorescencia denominada capítulo, con el pedúnculo de extremo superior más o menos engrosado y ensanchado en forma de receptáculo (clinanto), sobre el cual se disponen numerosas flores sésiles. El receptáculo puede ser plano, convexo o cóncavo, y está rodeado por un involucro de una o más series de brácteas u hojas modificadas, herbáceas o coriáceas, e inermes o espinosas.
La flor misma se compone de una corola formada por la unión de cinco pétalos soldados en casi toda su longitud (gamopétala), de un cáliz modificado denominado papus o vilano, compuesto por pelos simples o plumosos, generalmente persistente en el fruto como una estructura de diseminación. El androceo presenta 5 estambres soldados por las anteras (singenesia), los que forman un tubo alrededor del estilo. El gineceo consiste en un ovario ínfero, bicarpelar y uniovulado, el que origina un fruto simple, indehiscente, uniseminado y de pericarpio coriáceo y seco, denominado aquenio.
La familia presenta dos tipos morfológicos bastante diferentes de flores:
-
flores liguladas o radiales: presentan corola gamopétala, zigomorfa, alargada y vistosa, que asemeja una lengüeta. Casi siempre son femeninas, y
-
flores tubulosas o de disco: presentan corola gamopétala y actinomorfa, de forma cilíndrica. Generalmente son hermafroditas o masculinas.
El capítulo puede contener sólo flores tubulosas, sólo flores liguladas, o ambos tipos, las liguladas en la periferia y las tubulosas en el interior.
La familia Asteraceae (del griego Aster = astro o estrella) incluye siete especies de significativo interés hortícola, agrupadas en cinco géneros, las que se presentan en el Cuadro siguiente. Algunas de estas hortalizas son muy antiguas como especies cultivadas y de gran importancia económica en el país, como lechuga y alcachofa, otras son de introducción más reciente, pero creciendo en importancia como radicchio (achicoria roja) y endivia (achicoria de Bruselas), mientras el resto se mantiene como cultivos de muy escasa o nula importancia en Chile.
GENEROS Y ESPECIES DE LA FAMILIA ASTERACEAE Y SUS NOMBES VULGARES
Género | Especie | Nombre vulgar | ||
Cichorium
Cynara
Lactuca Scorzonera Tragopogon | Cichorium endivia L. Cichorium intybus L. Cichorium intybus L. Cynara cardunculus L. Cynara scolymus L. Lactuca sativa L. Scorzonera hispanica L. Tragopogon porrifolius L. |
- La familia Brassicaceae
La familia Brassicaceae comprende numerosas especies de variados usos para el hombre, como alimento fresco e industrializado, y como plantas forrajeras, medicinales y ornamentales, destacando los géneros Brassica y Raphanus como los más difundidos y utilizados. El consumo de las especies hortícolas de la familia, especialmente del género Brassica, ha ido aumentando en muchos países, al reconocérseles a dichos productos importantes efectos benéficos en la salud de las personas, por ser alimentos ricos en fibra, en provitamina A, en Vitamina C, en ciertos compuestos azufrados, antioxidantes y otros, lo que ayudaría en el retardo del envejecimiento celular, en la prevención de ciertas enfermedades incluyendo cáncer, y en la reducción del colesterol sanguíneo. Estas cualidades han llevado a que diversos estudios recomienden su incorporación en la dieta y a que el consumidor tome conciencia de la relevancia de su ingesta.
Esta familia botánica comprende especies originadas en zonas de clima templado, por lo que están adaptadas a desarrollarse y crecer en zonas con temperaturas moderadas. Las especies resisten heladas, especialmente en la etapa vegetativa del desarrollo, y no presentan susceptibilidad a daño por enfriamiento (DPE).
Las especies hortícolas son plantas herbáceas, de ciclo anual, bienal (la mayoría) y perenne, cultivadas comercialmente como anuales, y de hábitat terrestre a excepción del berro de agua. Presentan inflorescencia típicamente racimosa (formada por un eje principal que mantiene en su extremo un meristema apical) con pedicelos que sostienen flores hermafroditas, actinomorfas y con cuatro pétalos libres en forma de cruz (muy característico de la familia y razón de su anterior nombre: Cruciferae). El ovario es súpero, bicarpelar y origina un fruto, seco, simple y más largo que ancho, llamado silicua (Brassica, Rorippa), o corto, casi tan largo como ancho, llamado silícula (Eruca, Armoracia); ambos son dehiscentes. En el caso del género Raphanus, el fruto es indehiscente, biarticulado, cilíndrico y esponjoso. Las semillas de las hortalizas de esta familia son pequeñas, numerosas y casi siempre globulares.
El gran número de formas vegetales dentro del género Brassica, ha sido siempre motivo de confusión para los botánicos sistemáticos. La primera aproximación a la solución del problema fue la diferenciación en base al número cromosomal, después de lo cual la gran diversidad de formas se redujo a un número limitado de especies botánicas, aunque igualmente, dentro de cada especie hay a menudo formas diferenciables.
Un ejemplo de este polimorfismo es la especie Brassica oleracea, que incluye varias de las hortalizas de importancia; la existencia de una relación cercana entre ellas ha sido frecuentemente cuestionada, por el polimorfismo existente, y su clasificación ha causado dificultades a los taxónomos. Algunos autores prefieren denominarlas como sub-especies e, incluso, como especies distintas (ejemplo: el colirrábano ha sido denominado Brassica caulorapa, pero hoy se incluye dentro de B. oleracea como B. oleracea var. gongylodes). A pesar de lo anterior, existe cierto consenso en denominarlas como variedades botánicas de la misma especie.
La familia Brassicaceae incluye nueve especies y seis variedades botánicas de B. oleracea (ver texto y Cuadro apartes) de mayor interés agrícola, las que se agrupan en cinco géneros, como se presenta en el Cuadro siguiente. Todas estas especies han sido introducidas a América, algunas hace muchos años como Raphanus sativus, Brassica oleracea y Rorippa nasturtium-aquaticum, que aparecen descritas en las crónicas (1539-1558) del observador naturalista en la Conquista, don Gerónimo de Bibar, como especies de verduras traídas a Chile por los españoles. Otras son aún casi desconocidas como rúcula, rutabaga y pak-choi, o de introducción muy reciente, pero creciente importancia, como brócoli.
GENEROS Y ESPECIES DE LA FAMILIA BRASSICACEAE Y SUS NOMBRES VULGARES
Género | Especie | Nombre vulgar | |||
Armoracia Brassica
Eruca Raphanus Rorippa | Armoracia rusticana Gäertner, Meyer et Scherbius Brassica chinensis L. Brassica napus var. napobrassica (L.) Rchb. Brassica pekinensis (Lour.) Rupr. Brassica rapa L. var. rapa Eruca sativa Mill. Raphanus sativus L. Rorippa nasturtium-aquaticum (L.) Hayek |
- La familia Chenopodiaceae
La familia Chenopodiaceae comprende cerca de 70 géneros que incluyen principalmente especies que constituyen malezas en los cultivos, siendo un ejemplo la ubicua quingüilla (Chenopodium album). Sin embargo, también agrupa algunas especies de interés forrajero como los arbustos del género Atriplex, industrial como remolacha (Beta vulgaris var. saccharata), y alimenticio como los cereales andinos quínoa (Chenopodium quinoa) y cañihua (Chenopodium pallidicaule) y las hortalizas acelga, betarraga y espinaca.
Las especies cultivadas como hortalizas son plantas herbáceas, de ciclo anual o bienal, y de hábito arrosetado, debido a la disposición de las hojas sobre un tallo comprimido. Al concluir la etapa vegetativa sobreviene la emisión del tallo floral que sostiene las inflorescencias mixtas típicas de la familia, con las flores agrupadas muy juntas sobre cortos ejes formando glomérulos, los que a su vez se disponen en espigas terminales y axilares.
La polinización es anemófila, ya que las flores son inconspicuas por su tamaño pequeño y presentan un perianto carente de pétalos, con sólo cuatro o cinco sépalos soldados en la base. El ovario es súpero o semiínfero, unilocular y uniovulado. El fruto, denominado aquenio, es simple, seco, uniseminado y permanece unido al perianto que es persistente y que lo rodea. Las semillas son pequeñas y de forma orbicular o reniforme.
Las especies hortícolas de esta familia, indicadas en el Cuadro a continuación, son adventicias en América y la primera a ser introducida a Chile habría sido la acelga, ya en tiempos de La Colonia.
GENEROS Y ESPECIES DE LA FAMILIA CHENOPODIACEAE Y SUS NOMBRES VULGARES
Género | Especie | Nombre vulgar | |||
Beta
Spinacia | Beta vulgaris L. var. cicla L. Beta vulgaris L. var. crassa (Alef.) J. Helm Spinacia oleracea L. |
- La familia Fabaceae
La familia Fabaceae es una de las más numerosas entre las familias de plantas superiores, agrupando a distintos tipos de especies como árboles, arbustos, lianas y plantas herbáceas, de extensa distribución mundial. Muchas de ellas tienen una gran significación económica como alimento humano (arveja, chícharo, garbanzo, haba, lenteja, lupino, maní, poroto y soya, entre otras), además de su significancia como calidad de alimento por su aporte de proteínas y carbohidratos a la dieta. También presenta importantes usos forrajero (alfalfa, lotera, tréboles, etc.), forestal (falsa acacia y sófora), ornamental (seibos, lupino, flor de la pluma, etc.), medicinal (chañar, culén, orozuz, etc.), e industrial (maní, soya, etc.). Adicionalmente, un número importante de ellas se encuentra constituyendo malezas en cultivos (arvejilla, espinillo, galega, hualputra y retamillo, entre otras).
Las especies de esta familia presentan la propiedad de enriquecer o incrementar la fertilidad de los suelos, por medio del mecanismo de fijación de nitrógeno ambiental por quimiosíntesis a moléculas orgánicas, a través de un proceso simbiótico con bacterias fijadoras de N del género Rhizobium, donde la planta provee el nicho ecológico y la fuente de carbono, principalmente. La especie Rhizobium leguminosarum Frank. es huésped específico para los dos géneros analizadas a continuación en el texto: Vicia y Pisum.
La actividad de fijación de N de estas plantas sigue un patrón más o menos constante, caracterizándose por una etapa inicial de fijación creciente, con nódulos aumentando en número y tamaño hasta media floración, para posteriormente iniciar una etapa donde ocurren cambios degenerativos en la población de nódulos, declinando la actividad de fijación.
La familia Fabaceae se caracteriza por agrupar plantas que son en su mayoría de clima temperado, aunque también hay de clima cálido, situación que se ejemplifica con cultivos hortícolas de estación fría como arveja y haba, y de estación cálida como poroto y soya verde. Son plantas moderadamente tolerantes a acidez y poco tolerantes a la salinidad del suelo.
Las especies cultivadas como hortalizas de estación fría son plantas herbáceas, de ciclo anual y de germinación hipógea, característica poco frecuente en la familia. Las hojas son alternas, estipuladas y compuestas, con folíolos en número par, los terminales ausentes o reemplazados por zarcillos. Son plantas de día neutro, aunque algunas tipos necesitan días largos para florecer. Las flores son perfectas, zigomorfas, y se presentan solitarias o en racimos, en posición axilar o terminal. Están conformadas de un cáliz de 5 sépalos soldados en la base y una corola papilionada o "amariposada" constituida por 5 pétalos muy característicos: uno dorsal, llamado estandarte o bandera, dos laterales, llamados alas, y dos ventrales, generalmente adheridos, que forman la llamada quilla, la que encierra estambres y pistilo. Presentan 10 estambres diadelfos (9 y 1) y un ovario súpero unilocular, con varios óvulos, que da origen al fruto simple, seco y monocarpelar, denominado legumbre, vaina o capi. El carpelo se separa en dos valvas, por lo que la vaina puede ser dehiscente en ambas zonas de unión de ellas, denominadas suturas. Las anteras liberan el polen antes de antesis, por lo que la autopolinización es frecuente.
La literatura se presenta confusa con respecto a la denominación de la familia, ya que varios autores utilizan el nombre Fabaceae como sinónimo de Leguminosae, familia taxonómica antigua que incluía las sub-familias Caesalpinioideae, Mimosoideae y Papilionoideae. Esta subdivisión fue hecha en base a las diferencias morfológicas que presentan en su estructura floral los distintos géneros.
Hoy en día es más aceptado referirse a dichos grupos como familias individuales del orden Leguminales: Caesalpiniaceae, Mimosaceae y Fabaceae, este último nombre en reemplazo de Papilionaceae. Es necesario establecer entonces que el nombre Fabaceae sólo se utilizará para referirse a este último grupo de plantas. A pesar de estas adecuaciones taxonómicas realizadas hace varios años, por uso y costumbre, se continúa hablando de leguminosas de grano y leguminosas hortícolas en el medio vernacular.
Las fabáceas hortícolas de estación fría son dos especies cuya identificación taxonómica aparece en el Cuadro siguiente; sin embargo, en Pisum sativum deben distinguirse las dos variedades botánicas que dan origen a productos hortícolas diferentes.
GENEROS Y ESPECIES DE LA FAMILIA FABACEAE Y SUS NOMBRES VULGARES
Género | Especie | Nombre vulgar | |||
Pisum
Vicia | Pisum sativum L. var. macrocarpon Ser. Pisum sativum L. var. sativum Vicia faba L. |
- Familia poligonaceae
Esta es una familia que comprende 51 géneros, cerca de 1.000 especies herbáceas, algunos arbustos y unos pocos árboles. Aparte de unas pocas especies cultivadas como acedera, alforfón y ruibarbo, la gran mayoría son malezas de importancia agrícola, por ejemplo los géneros Rumex y Polygonum. Las hojas son simples, enteras, generalmente alternas, con pecíolo provisto de una estructura estipular envolvente llamada ócrea.
Las flores se presentan solas o en racimos, normalmente hermafroditas, pequeñas, actinomorfas, con 6 a 9 estambres, sin corola, con cáliz envolvente, y con un ovario súpero de 2 a 4 carpelos unidos. El fruto, correspondiente a un aquenio, es triangular, presenta en su interior una semilla rica en endosperma, y permanece rodeado por una estructura alada derivada del cáliz. En Chile, es una familia hortícola monoespecífica representada por ruibarbo (Rheum rhabarbarum L.).
- La familia Valerianaceae
La familia Valerianaceae comprende cerca de 17 géneros con unas 400 especies de amplia distribución mundial. Sólo dos géneros son de importancia agronómica: Valerianella, que incluye especies hortícolas y Valeriana, que incluye plantas medicinales y ornamentales. Las plantas son herbáceas, anuales o perennes, de hojas enteras, opuestas, que forman una roseta. Las flores se disponen en inflorescencias cimosas, capituliformes o paniculadas, siendo hermafroditas, zigomorfas, pequeñas, de corola gamopétala de tubo corto, a veces giboso o espolonado en la base, y con 2 a 3 estambres. El ovario es ínfero, trilocular, con un óvulo por lóculo y origina una nuez, con el cáliz persistente transformado en papus. En Chile la familia está representada por canónigo (Valerianella locusta (L.) Laterr.).
3) LAS HORTALIZAS
La patata
Las patatas no son raíces, son tubérculos, tallos subterráneos repletos de alimento. Unos tallos laterales crecen del principal y profundizan en la tierra. El alimento elaborado en estas hojas pasa a estos tallos, que se hinchan y forman las patatas, los “ojos” de las patatas son en realidad hojas y capullos, cada uno de los cuales puede producir un nuevo brote al año siguiente. La planta es perenne, y tiene flores con colores que van del blanco al morado, y pequeños frutos verdes como tomates.
Antecedentes familiares
Nombre botánico: solanum tuberosum
Las patatas pertenecen a la gran familia de las solanáceas, originaria de América, e incluye un gran número de especies, unas comestibles y otras mortales. Parientes de las patatas son el tomate, la berenjena, el pimiento, la guindilla, y la mortal belladona, en todos los miembros de la familia se halla presente en diferentes grados, un veneno: la solanina.
La patata común cultivada desciende de las especies silvestres nativas de Sudamérica, que fueron cultivadas por primera ves hace unos 2000 años en los andes. Se dice que los habilidosos granjeros incas, que subieron a las montañas por miedo a la jungla, llevaron con ellos la patata y desarrollaron nuevas variedades duras y resistentes a las heladas. Hoy en día seguimos utilizando los descendientes de aquellas variedades.
Origen del nombre
El nombre que le daban los incas a la patata era papas, pero el de la palabra patata esta vinculada con la palabra batata. Cuando colon descubrió este tubérculo dulce en las antillas a finales del siglo XV, el nombre arawak local era batata. Fueron los primeros colonizadores españoles quienes la llamaron definitivamente patata. Cuando esta paso a Europa, se le denomino con la misma palabra, corrompiéndose como en Inglaterra, donde se le llamo potato
La cebolla
La cebolla son bulbos. Es una planta bianual que, durante el primer año, almacena alimento en la base de las hojas, dispuesta a producir hojas nuevas y la flor al año siguiente. Las tratamos como plantas anuales y nos comemos el bulbo antes de que tenga oportunidad de florecer
Antecedentes familiares
Nombre botánico: allium sepa
La cebolla pertenece al genero allium, de la familia de las liliáceas, y casi todos sus miembros son plantas florales silvestres, entre sus parientes esta el narciso trompón, el tulipán, el lirio del valle, y el jacinto silvestre. Las cebollas se hallan también estrechamente relacionadas con los puerros, el ajo y los cebollinos. Nadie conoce con seguridad el hábitat nativo de la planta madre silvestre. Según una teoría, la cebolla silvestre creció en toda Europa y en el occidente de Asia, pero casi llego a extinguirse antes del neolítico, pero parece mas probable que se originaria en Asia central. Con toda seguridad se ha cultivado desde tiempos prehistóricos y ahora es desconocida en su estado silvestre.
Origen del nombre
La palabra cebolla empieza a utilizarse en el siglo XII, siendo su procedencia el termino caepulla, diminutivo de caepa, nombre que utilizaban los latinos para designarla.
La zanahoria
Las zanahorias son raíces centrales hinchadas. La planta es bianual, y al primer año produce hojas aladas y divididas, y una gruesa raíz de almacenamiento. Si se deja en tierra, utilizando el alimento almacenado en la raíz producirá al segundo año un tallo florido. La flor es una umbela de muchas blancas con una roja o morada central en cada cabeza. La raíz de la zanahoria silvestre es blanca y sus flores pueden verse en praderas y márgenes.
Antecedentes familiares
Nombre botánico: daucua carota
La zanahoria pertenece a la familia de las umbelíferas, y su propio genero, daucus, dentro de esa familia contiene unas 60 especies de plantas anuales o bianuales, todas ella des flores blancas. Entre los parientes e la zanahoria están la chirivia, perejil, apio, eneldo, comino, y la cicuta.
La zanahoria silvestre se encuentra en toda Europa, donde abunda la hierba, particularmente en suelo cretácico y cerca de la costa, y también se ha distribuido en Norteamérica. La primera zanahoria cultivada desarrollada a partir de esta raíz silvestre amarga parece haber sido una raíz morada que se cultivo en oriente. Con los años de cultivo se produjo una variedad mutante amarilla, que luego fue blanca y finalmente fue la zanahoria naranja. Aun se cultivan en diversas partes de mundo zanahorias moradas, blancas y amarillas.
Origen del nombre
El término castellano “zanahoria” deriva de la palabra árabe “isfannariya”: también se denomina carlota (catalán), derivado del nombre latino “carrota” que procede de una palabra griega que significa “quemar”. Los griegos tenían otro termino para designar la zanahoria, philon, de philo, que significa amar (debían considerarla afrodisíaca). La zanahoria silvestre se conoce también con el nombre de dauco (del latín daucus).
El tomate
Aunque ahora se utiliza como un vegetal, técnicamente el tomate es una baya. Se trata de una planta herbácea, anual, pilosa y trepadora, de olor fuerte y concreto. Esta baya (el tomate) esta destinada a atraer a los animales, y sus semillas pasan sin causar daño por sus sistemas digestivos cuando las comen. En realidad, el proceso digestivo de los animales es una ayuda más que un estorbo a los procesos de germinación.
Antecedentes familiares
Nombre botánico: lycopersicum eslentum
El tomate pertenece a la familia de las solanáceas y por tanto esta relacionada con la patata, berenjena, pimienta, guindilla, tabaco, y belladona, entre otras. Las variedades actuales tienen un antepasado común en una planta nativa de Sudamérica, que se cultivo por primera vez hace unos tres mil años. Tenia entonces unos frutos pequeños de color rojo amarillo y fue cultivada y desarrollada por los aztecas. El primer botánico que la examino fu el italiano Matthiolus, que la llamo mala insana (fruto insano), posiblemente a causa de sus parientes. Cuando llego a Inglaterra, el botánico Miller la llamo lycopersicum, que tiene el extraño significado de “melocotón de lobo”.
El antepasado silvestre si creciendo en la actualidad en Perú, las antillas y Texas.
Origen del nombre
Los colonizadores españoles conocieron esta hortaliza a finales del siglo XV y comenzaron a llamarla tomate, que no es sino una corrupción del termino azteca tomatl. Una vez introducida en Europa sufrió a su vez, numerosas deformaciones, como en Inglaterra, donde se la sigue denominando tomato
4) CONCEPTO DE HORTICULTURA
Proviene del latín: Hortus: huerto, jardín o terreno acotado y Colere: cultivar. La primera definición vino dada por FONT-QUER en 1985: HORTICULTURA es el “cultivo de la huerta”.
En 1631, PETER LAUSENBERG utiliza por primera vez la palabra horticultura como ciencia.
En conclusión, definimos HORTICULTURA como una rama de la agricultura que se orienta hacia el cultivo intensivo de las plantas utilizadas directamente por el hombre, o usadas con miras medicinales u ornamentales.
En producción de cultivos distinguimos cultivos intensivos y extensivos, cuya diferencia es la cantidad de inputs(mano de obra, fertilizantes, seguros..., es decir, todo aquello que requiera dinero) por ha para conseguir la mayor producción:
INTENSIVOS: Normalmente cultivos hortícolas
EXTENSIVOS: Cereales, cultivos herbáceos...
4. 1)LA HORTICULTURA COMO CIENCIA TECNICA Y ARTE
Según la Real Academia Española de la Lengua se entiende por:
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CIENCIA: la horticultura se puede considerar una ciencia aplicada en contraposición de las ciencias puras.
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TECNICA: la horticultura se puede considerar como una técnica que se enmarcaría en el ámbito agronómico y más concretamente en la producción vegetal.
-
AGRONOMÍA: “Conjunto de conocimientos aplicables al cultivo de la tierra derivados de las ciencias exactas, físicas, naturales y económicas.
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FITOTECNIA: aplicación de los conocimientos que proporciona la agronomía al cultivo de las plantas con la finalidad de obtener productos vegetales útiles a hombre de la forma más económica posible
-
ARTE: Con la horticultura tratamos de obtener los mayores rendimientos posibles con escasos medios, y ello se considera pues, un arte.
Al ser una ciencia global va ha utilizar otras muchas ciencias más simples como algunas referentes a los vegetales: botánica, fisiología vegetal, química, bioquímica, física, edafología, climatología, genética y mejora vegetal, microbiología, marebología, fitopatología, entomología, ecología de los cultivos,...
El fin ultimo de la aplicación de la horticultura es la optimización por parte del agricultor de los beneficios netos, respetando y conservando en todo lo posible el ecosistema.
4. 2) CONCEPTO Y APLICACIÓN DE LAS PLANTAS HORTICOLAS
El concepto anglosajón de la horticultura engloba a los siguiente términos:
-
OLERICULTURA: Estudio, manejo o control de hortalizas. El concepto español de horticultura lo incluye.
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POMOLOGÍA: Estudio, manejo o control de arboles frutales.
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FLORICULTURA: Estudio, manejo o producción de plantas ornamentales.
-
PLANTAS MEDICINALES: También plantas aromáticas.
Con el termino español de HORTICULTURA nos referimos a la oleicultura incluyendo también plantas ornamentales, pero nada más.
4.3) PRINCIPALES CARACTERISTICAS DE LOS CULTIVOS HORTÍCOLAS
1.- Carácter perecedero de los productos
2.- Gran intensidad de cultivos
3.- Mayor utilización de mano de obra y más especializada
4.- Rápida sucesión de especies
5.- Pequeño tamaño de las explotaciones
6.- Mayor uso y desarrollo de la tecnología: mayor modificación del medio natural.
7.- Marcado carácter especulativo de las producciones y gran sensibilidad de los precios ante los cambios del mercado
4.4)CLASIFICACIÓN DE LAS PLANTAS HORTÍCOLAS
-
Clasificación de orden práctico: es muy variada y se acepta mientras sea lógica. Tiene como regla el aprovechamiento de cada planta hortícola
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Clasificación de tipo o rigor científico: sistemática, fisiológica, taxonomía,... que vienen dadas por las características genéticas, morfológicas...
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Clasificación de tipo biológica: dada según las exigencias climáticas: anual, bianual, plurianual...
CLASIFICACIÓN DE ORDEN PRÁCTICO:
* OLERICULTURA
-
1.- Partes subterráneas:
- Cultivadas por sus raíces: remolacha, rábano, zanahoria
- Cultivadas por sus bulbos: cebolla, ajo, puerros
- Cultivadas por sus tubérculos
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2.- Partes aéreas:
- Cultivadas por sus tallos o turiones: espárrago
- Cultivadas por sus hojas: col, lechuga, escarola, apio, espinaca, acelga
- Cultivadas por sus flores o inflorescencias: coliflor, alcachofa, brocoli
- Cultivadas por sus frutos: tomate, pimiento, berenjena, melón, sandía, pepino, calabaza, fresa
- Cultivadas por sus frutos y semillas: judías, habas, guisantes
-
Otras: champiñón, azafrán -se cultivan los estigmas de la flor- pleorotus -genero de las setas cultivadas
4.5) CRITERIOS DE CALIDAD DE LOS PRODUCTOS HORTÍCOLAS
Son en total unos siete y van a variar dependiendo del producto agrícola e incluso dentro del mismo producto dependerán de uso al que estén destinados.
Estos criterios van aplicados a los productos agrícolas de consumo en fresco
1.- INTEGRIDAD
Fruto entero, sin lesiones mecánicas -debidas a su manipulación- o lesiones producidas por insectos u organismos macropatógenos. Este criterio sirve para descartar productos no aptos para el consumo incluso a pie de huerta.
2.- FRESCURA
Los tejidos deben tener una solidez y una turgencia óptima. También sirve este criterio para descartar aquellos frutos que están sobrevalorados y aquellos que no van a madurar.
3.- GRADO DE MADUREZ (comercial)
Es la época equilibrada de interrupción del proceso normal vegetativo. En el caso del tomate, la madurez comercial no coincide con la biológica o fisiológica.
Este grado de madurez depende del destino del fruto, así, aquellos productos destinados a mercados lejanos se arrancarán verdes, por ejemplo, el tomate o el pimiento. El producto debe estar totalmente formado.
4.- FRUTO EXENTO DE IMPUREZAS
Producto limpio, sin manchas de tierra y sin residuos fitosanitarios, hay que cumplir unos plazos mínimos de tiempo para que se pierdan los restos fitosanitarios.
En la horticultura más desarrollada se llega en algunos casos a dar una capa de cera para aportar más brillo al fruto
5.- IMPUREZAS ORGANOLÉPTICAS
No debe haber sabores ni olores extraños
6.- COLOR
Homogéneo, intenso, adecuado para el producto en cuestión y que normalmente suele coincidir con el grado de madurez comercial
7.- CALIBRE
Es el criterio más importante para clasificar los productos agrícolas. Según los distintos productos agrícolas el calibrado es diferente, por ejemplo, hay cultivos en los que se mide el diámetro del circulo máximo de su inflorescencia, baya, fruto, bulbo,...; la anchura del fruto -judía-; relación longitud-diametro en turiones -espárragos-, en raíces -zanahoria- en incluso en el melón.
4.6)SISTEMAS HORTÍCOLAS: Orientación productiva. Intensificación y Escala económica
Depende de la intensificación de la producción y la intensidad de cultivo viene
Así, dividimos los cultivos agrícolas en dos grandes grupos que se diferencian en los inputs introducidos cada año y en su estructura, la cual está limitada a la estación de crecimiento. Estos grupos son:
- AGRICULTURA DE SECANO
- AGRICULTURA DE REGADÍO
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De plena estación: al aire libre
-
Horticultura semiforzada: acolchados
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Horticultura forzada o protegida: túneles o invernaderos
La clasificación de las explotaciones en referencia a lo económico:
- EXPLOTACIONES FAMILIARES
-
Son las explotaciones hortícolas más tradicionales
-
Explotaciones de pequeñas dimensiones
-
Mano de obra procedente de la propia familia poseedora de la explotacion
-
A veces se usan para autoconsumo e incluyen todos los tipos de cultivos anteriores
- EXPLOTACIONES DE TIPO COMERCIAL
-
Son de reciente creación
-
Grandes dimensiones y elevado volumen de facturación de productos
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Dado el tamaño de la explotación la propiedad no puede ser llevada por el agricultor y su familia sino que requiere mano de obra fija y eventual con lo que existe el patrón y su familia, mano de obra fija y mano de obra eventual por ejemplo en epóca de recogida
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Producción para consumo en fresco
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VENTAJA en determinados cultivos pues no puede ser rentable la mecanización de algunas operaciones de cultivo, y así, a la hora de hablar de beneficio neto por ha de cultivo, este rendimiento puede ser mayor que el beneficio neto de una explotación familiar
- EXPLOTACIÓN HORTÍCOLA INDUSTRIAL
-
Destino de la producción: transformación en industrias, por ejemplo, el cultivo del tomate en cultivos de plena estación de ciertas especies
-
Se busca la mayor mecanización posible siempre que las dimensiones de la explotación lo permitan (sea rentable)
La reducción de costes si las dimensiones lo permiten vienen dadas por la mecanización de la operaciones de cultivo
-
Explotación del tomate en Extremadura, pimiento para pimentón en Murcia (arbol pimentero: pimienta) y el espárrago en Navarra y Aragón
-
Existen cultivos dedicados a la industria que no se distinguen en las técnicas de cultivo de los dedicados al consumo en fresco, por ejemplo, la alcachofa o el pimiento
-
El grado de industrialización de algunos cultivos es muy alto y en otros muy bajo
5) HISTORIA DE LA HORTICULTURA
La cultura nace por el desarrollo de la ganadería y de la agricultura.
Hasta el año 8.000 aC el hombre sigue una economía depredadora (nómada) recolectando y cazando lo que puede.
Es en la parte más oriental de la cuenca mediterranea donde el hombre comienza a ser productor, domesticando especies silvestres animales y vegetales. Siria, Irán, Jordania, Israel: Creciente fértil
El origen de cualquier civilización viene dado por la agricultura
NEOLITICO - CALCOLÍTICO - E. BRONCE - E. HIERRO - CIVILIZACIÓN
Cazador-Reproductor Productor
En el siglo XX dependemos todavía de la agricultura como sostén de la economía.
6) HORTICULTURA INDUSTRIAL
Los productos hortícolas son bastante perecederos, algunos no se pueden conservar de una campaña a otra y ni siquiera de una semeana a otra, es por ello, que el mercado se ve abastecido por productos en plena estación; se puede hacer dos cosas, exportarlas o bien transformarlos y poder recurrir así a ellos fuera del período de estación.
Hasta el siglo XIX esta agricultura ha sido artesanal, el agricultor producía lo que cogía existiendo un excedente de, por ejemplo, melón durante el verano; el agricultor lo transformaba entonces en almibar para el invierno, es decir, la horticultura industrial está supeditada a la producción de productos en fresco.
En el siglo XX se desliga la horticultura industrial de la dedicada a consumo en fresco.
Descubrimientos tecnicos que mejoran el desarrollo de la horticultura industrial:
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- Apertizado (Appert): se somete el producto hortícola a unas humedades altas con un choque de Tª en un periodo breve, esterilizando así el producto
-
- Industria frigorífica: avance de la horticultura industrial
La horticultura si está encaminada a la industria va a estar sometida
Hay una separación de productos para consumo en fresco de los encaminados a la producción industrial.
Las técnicas de cultivo tienden a extensificarse, para ello, se mecanizan los cultivos dedicados a la industria.
La industria no quiere los excedentes de los productos hortícolas cultivados para consumo en fresco porque no son iguales y el producto final que se obtiene es muy heterogeneo.
La horticultura industrial es la que tiene menos riesgo empresarial, el agricultor vende su producto al precio acordado a la industria, son productos más baratos y se tiende a mecanizar y a reducir los inputs de cultivo
7) PROCESOS QUE SE PUEDEN REALIZAR A LOS PRODUCTOS HORTÍCOLAS
1.- DESHIDRATADO: Que se realiza en cultivos como el tomate, pimiento (pimentón), cebolla, ajo,...
2.- ELIMINACIÓN PARCIAL DEL AGUA DEL PRODUCTO pero dejando un poco: tomate (concentrado)
3.- CONGELADO: Coliflor, guisante, bróculi, alcachofa, judía verde, espárrago, pimiento, cebolla, maíz, espinacas, acelga, zanahoria, champiñón...; el tomate no se puede congelar. El proceso de congelación requiere una preparación
4.- APERTIZADO: Es el que se introduce con alta humedad y alta Tª para eliminar microorganismos. Normalmente el producto está en agua y envuelto en un líquido llamado líquido de expedición dando un golpe de Tª y humedad rápido y elevado
Tomate para triturado y pelado entero, espárrago (triguero o blanco), pimiento morrón (en tiras o entero), guisante, maíz, judías verdes, champiñón
5.- SALMUERA: En agua con sal: alcachofa, pimiento y berenjena
6.- ENCURTIDO CON VINAGRE: Coliflor, pimiento, pepinillo, cebolla
7.- ZUMO: Tomate
8.- PURE: Alcachofa o patata
9.- CONFITURA: Fresón, calabaza y batata
Para cada producto en producción hortícola se puede hablar de gamas:
I GAMA: Cultivo hortícola para consumo en fresco
II GAMA: Algún proceso de transformación (enlatado)
III GAMA: Productos hortícolas congelados
IV GAMA: Es preparar el producto hortícola en bandeja de polispan troceado para su consumo inmediato. Se ven ensaladas prácticamente listas para aliñar y con un alto valor añadido, con un lavado, pelado y tipificado; en los supermercados están menos que los frescos
Todas las gamas requieren un proceso de modificación o transformación.
8) REGIONES PRODUCTORAS DE ESPECIES HORTÍCOLAS PARA INDUSTRIA
-
MURCIA: Tomate, pimiento y alcachofa
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RIOJA Y NAVARRA: Espárrago, tomate enlatado, coliflor, guisante, champiñón y alcachofa
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EXTREMADURA: Tomate para triturado, pimiento, pepinillo y espárragos
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ANDALUCIA: Espárrago y algo de alcachofa, además, destrias de fresa para la industria
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CASTILLA- LA MANCHA: Toledo algo de tomate entero, champiñón, destrias del pimiento morrón tipo la muyo para enlatado en tiras.
Estas regiones no tienen industria de transformación sino que estas se sitúan en Murcia, Rioja, Navarra y Extremadura -sobre todo la del tomate.
9) METODOS PARA HACER UNA SIEMBRA
1.- A voleo
2.- A chorrillo
3.- A golpes -con sembradora de precisión-
La siembra a voleo es la tradicional hecha a mano; se emplea en pequeñas parcelas destinadas al propio consumo. No es la más usada ya que se obtiene densidad y profundidad de plantas muy heterogéneas, además, se pierde mucha semilla.
La siembra a chorrillo se usa en parcelas más grandes mecanizadas. Se pierde semilla a veces pues se realiza un aclareo posterior.
La siembra a golpes puede ser neumática y mecánica. Es la más usada en cultivos hortícolas. Se realiza en grandes parcelas, se ahorra el posterior aclareo por lo que se gasta menos semilla y mano de obra.
ASPECTOS INFLUYENTES EN LA SIEMBRA
1.- Fecha de siembra; depende de dos cosas:
-
según el cultivo
-
según la localidad donde se realice la misma
2.- Profundidad de siembra; relacionada con el tamaño de la semilla, a semilla más pequeña, más superficial y viceversa
3.- Densidad de siembra:
La densidad de siembra depende de distintos factores:
-
Duración del ciclo del cultivo: a ciclo más corto, mayor densidad
-
Porte o desarrollo del cultivo: a mayor porte, menor densidad
-
Época de siembra: siembras más tardías, mayor densidad
-
Destino de la producción: en forrajes se tiende a mayores densidades
-
Entutorado, poda, aclareo
-
Operaciones que se realizan al cultivo
-
Asurcado, acaballonado, mesetas: el terreno se puede preparar en llano (pe. Cebolla); preparado del terreno para el fresón acaballonándolo; en meseta, principalmente para el melón.
SEMILLEROS
Los productos hortícolas se caracterizan por su precocidad, su calidad y producción, siendo la precocidad un factor muy importante, económicamente hablando.
Los semilleros tienen ventajas e inconvenientes, en estos se realiza emergencia del cultivo y estado de plántula tranplantándola al terreno definitivo posteriormente.
Los factores que influyen en el rendimiento bueno o no de los semilleros son:
-
Que la semilla sea viable
-
Cantidad óptima de agua para la germinación
-
Temperaturas favorables para la germinación
-
Disponibilidad de O2
-
Algunas especies necesitan ciertas condiciones de luz.
Los semilleros se pueden dividir en tradicionales e industriales:
- Los sistemas tradicionales o clásicos se realizados por el propio agricultor, las planas obtenidas son para su propio consumo. Son los mas antiguos.
- Los sistemas industriales: Son empresas desligadas del agricultor que se dedican a cuidar la planta hasta que el agricultor la quiera transplantar, es decir, son ajenas al agricultor.
10)EL INJERTO EN HORTALIZAS:
UN NUEVO CONCEPTO DE PRODUCCION Y DEFENSA CONTRA ENFERMEDADES
10.1) INTRODUCCIÓN:
Un injerto es una forma asexual de propagación de las plantas en las que se introduce (o injerta) una parte de una planta en otra, con fines distintos como:
-
Reproducir plantas a las que les resulta imposible hacerlo de otra manera.
-
Cambiar la variedad de las plantas cultivadas.
-
Estudiar enfermedades virales de las plantas cultivadas.
-
Obtener los beneficios de los diferentes patrones que se implantan.
Normalmente se suele mantener el sistema radicular del portainjertos y la parte aérea de la variedad.
En la horticultura no se realizan demasiados injertos, por lo que su principal objetivo es obtener resistencias en el suelo de los patrones y así poder cultivar otras variedades que presentan beneficios importantes para el agricultor. Esta resistencia radica en el conjunto raíz - hipocótilo, manteniéndose el control del patógeno por parte de la raíz sin que afecte a la planta.
10.2) HISTORIA DEL INJERTO
El empleo del injerto es una técnica que se descubrió hace mas de mil años por los chinos, pero éstos no han sido los únicos en emplearlo, ya que diversas culturas como la romana, la inglesa del s XVI, la japonesa, holandesa.... que progresivamente han ido aportando nuevas facetas muy interesantes para los cultivos. Desde que se descubrió que para realizarlo bien había que hacer coincidir el cambium de la planta, hasta los distintos tipos de injertos.
10.3) EL INJERTO EN CURCUBITACEAS
Como hemos mencionado antes, el injerto solo se puede realizar si se hace coincidir el cambium, pero hay plantas en las que debido a su anatomía no se puede hacer coincidir como las monocotiledóneas, y además, cuanta más afinidad tengan las familias, mas fácil será la unión. Esta afinidad será:
-
Afinidad morfológica, anatómica y de constitución de los tejidos.
-
Afinidad fisiológica de funcionamiento y analogía de savia en cuanto a cantidad y constitución.
En los cultivos hortícolas solo se realizan injertos en la familia de las solanáceas, como el tomate, pimiento, berenjena, y en la familia de las curcubitaceas, como el pepino, melón y sandia, siendo los portainjertos mas utilizados para el cultivo del melón la Curcubia ficiolia, Curcubia pepo o híbridos de Curcubia máxima y Curcubia moschata, mientras que los de la sandia la Lagenaria Siceraria, benicasa hispida y sandia Toughness,
10.4) UNION DEL INJERTO
Para que la unión del injerto se lleve a cabo en su totalidad se debe haber formado el callo de unión mediante las células que en el se desarrollan. Para ello siguen el siguiente proceso:
Se ponen en contacto los tejidos del patrón e injerto, con las regiones del cambium cercanas unas de otras. Estas producirán otras células parenquimáticas que son las que formaran el tejido de callo y las nuevas células de cambium.
El enlace se realizara lentamente aumentando después, cuando el injerto se haya en un estado avanzado, siendo su resistencia proporcional a la mayor o menor cantidad de polisacáridos allí depositados.
10.5) FACTORES QUE INFLUYEN EN LA UNION DEL INJERTO
· Temperatura: Esta afectará directamente sobre la formación del tejido de callo, aumentando ésta con la temperatura pero hasta los 29ºC ya que a partir de ahí se producirá un callo fácilmente degenerable con las operaciones de plantación. Si esta es inferior de 15ºC, no se realizara la producción de callo.
· Humedad: Las responsables de la formación de callo son las células parenquimáticas que son muy sensibles al contacto con el aire, ya que si pierden la fina capa de agua que las recubre, comenzará la desecación reduciendo también la formación de callo.
· Oxigeno: Dado que la continua división y su posterior crecimiento supone una gran tasa de respiración, el oxigeno será imprescindible para que se pueda realizar la unión del injerto.
· Actividad de crecimiento del patrón: Dependiendo del estado vegetativo del patrón, las formas de realizar el injerto serán diferentes; En el caso de que el injerto este esté en pleno periodo vegetativo, se deberán dejar diferentes organos por encima del injerto para que actue de tirasavias.
· Si por el contrario está en periodo de reposo, es mas difícil la producción de cambium en el injerto.
· Técnicas de injerto: Se sabe que cuanto mayor sea la herida hecha para realizar el injerto, mayor tiempo tardará en cicatrizar, pero también será mayor la zona de contacto entre el cambium del patrón y la variedad, y aunque su crecimiento sea normal, llegara un tiempo posterior en el que se impedirá el movimiento de la planta y se dará un colapso de la planta.
· Por esa razón lo mas apropiado es encontrar un equilibrio entre estos dos factores, para que esta se desarrolle en las mejores condiciones posibles.
· Contaminación con patógenos: Normalmente los patógenos se suelen introducir por las heridas producidas para realizar el injerto, por lo que habrá que evitar en la mayor medida de lo posible que estas sean demasiado grandes, y se procurará realizar el injerto en las mejores condiciones de asepsia posibles, utilizando también algún cicatrizante químico que evite dichas infecciones.
· Empleo de reguladores del crecimiento: existe una clara relación entre la presencia de los reguladores de crecimiento y la formación de callo de la planta, pero aun no se han obtenido resultados convincentes que lo demuestren.
· Condiciones ambientales en la fase posterior al injerto: Las condiciones de temperatura y humedad deberán ser adecuadas para facilitar la soldadura del callo mas rápidamente.
10.6) INCOMPATIBILIDAD
No se sabe ciertamente que especies son compatibles y cuales no
Esta no compatibilidad se manifestará mediante los siguientes síntomas, cuya aparición de forma aislada no significa que la unión sea incompatible, sino que pueden ser consecuencia de otros factores como la presencia de enfermedades, malas técnicas de cultivo o condiciones ambientales desfavorables:
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Porcentaje de fallos de injerto altos
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Falta de crecimiento, defoliación y amarilleo de las hojas.
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Muerte prematura de la planta.
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Diferencias marcadas en el crecimiento entre el patrón y la variedad.
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Desarrollo excesivo entre la unión, debajo o encima de la unión (miriñaque).
-
Ruptura por la zona de unión del injerto.
Incompatibilidad localizada: es aquella que exclusivamente se da en la zona de contacto entre el patrón y la variedad, cuyo síntoma principal es la débil unión mecánica, produciéndose también un lento desarrollo de las partes de la planta.
La única solución posible para este problema es la de emplear un patrón intermedio.
Incompatibilidad traslocada: Es una clara degeneración del floema debido a las claras diferencias genéticas entre el patrón y la variedad. Se denota por un claro color pardo en forma de una línea o zona neurótica en el injerto.
10.7) MÉTODOS DEL INJERTO EN CURCUBITACEAS
Hay diferentes métodos de injerto, entre ellos están los siguientes:
De aproximación por "Chavagnat": Este método se vera favorecido cuando la temperatura se encuentre entre 25 - 30ºC y la humedad relativa entre 80 - 90%.
Siembra: La siembra de la variedad se realizara en bandejas con temperaturas especificas de 20 - 22ºC, mientras que la del portainjertos se realizara con semilla pregerminada durante 24 - 48 horas en bandejas con temperatura de fondo especifica de 24 - 26ºC, pudiendo ser beneficioso el oscurecer con plástico negro durante 24 - 36 horas.
Cuando la variedad y el patrón ya constan de la primera hoja, se realizara el injerto haciendo una incisión en el portainjertos justo debajo de los cotiledones y en el lado contrario de la primera hoja, hasta el centro del tallo y hacia abajo, de 1 - 1.5 cm de longitud, y en el melón comenzando 2 cm por debajo de la primera hoja verdadera y hacia arriba hasta el centro del tallo.
Posteriormente se unirán las dos partes mediante plomo o papel de estaño, y se plantaran en una maceta ubicada en un lugar con buen aireado.
De aproximación por Suzuki: En este método primeramente se sembrará en bandeja con sustrato del suelo a unos 15 - 30ºC y a los 5 - 7 días sembrar el patrón también en bandejas.
Injertar cuando en el patrón aparece la primera hoja verdadera dejando solo dos cotiledones.
Para ello se realizara una incisión en el patrón comenzando por debajo de los cotiledones hacia debajo de 1 - 1.5 cm hasta la mitad del tallo.
Se eliminara la piel de la zona de soldadura de la variedad y se le realizará un corte comenzando 2 cm por debajo de los cotiledones.
Seguidamente se ensamblara el injerto con una pinza o cinta y se mantendrá en una maceta de 10 cm de diámetro a 25 - 26ºC durante los primeros días, y a partir de entonces levantar el sombreado y airear progresivamente.
Injerto de púa en hendidura: Para ello se sembrara el portainjertos con la semilla pregerminada y la variedad, ambos en bandeja.
Se injertará cuando aparece la primera hoja verdadera en el injerto cortando la variedad por debajo de los cotiledones, a 1.5 cm y haciendo un bisel de 0.6 - 1 cm en cada extremo. En el portainjertos se eliminará el brote y se realizara una hendidura de 1 - 1.5 cm entre los cotiledones hasta el centro del tallo y hacia abajo.
Introduciremos la púa en la hendidura y la fijaremos mediante pinza o cinta, y a partir de entonces se regará la maceta y se situara en un ambiente cálido, húmedo y ligeramente sombreado. A la semana se podrá comenzar a airear.
Injerto de perforación lateral: Se prepararan las plantas igual que en el caso anterior y a partir de ahí mediante un cuchillo de bambú 1 cm por debajo del cotiledón haremos una hendidura de forma que este llegue a salir un poco.
La variedad se cortara 1 - 1.5 cm por debajo de los cotiledones y se realizara un bisel de 5 - 6 mm en su extremo.
Se introducirá la púa en el bisel de tal manera que al tocarla con el suelo no se mueva.
La planta se mantendrá en ambiente cálido y húmedo, y se regara sin mojar el injerto.
Injerto de empalme: En este caso el patrón se plantará en maceta o bandeja definitiva, y a partir de ahí se continuara con la preparación de las plantas, que se realizara como en los casos anteriores.
Entonces cortaremos el patrón justo por debajo de los cotiledones en diagonal, para luego introducirlo en un tubo de polietileno transparente que ajuste con el tallo por el extremo cortado.
Posteriormente se cortara el melón o sandia por debajo de los cotiledones por un ángulo similar al anterior e introduciremos la planta en el tubo de manera que ajuste con el corte del patrón. Se mantendrán juntos 12 días o hasta que se produzca la cicatrización del injerto, conservando las plantas en un lugar adecuado.
Injerto de cuña: En este injerto se preparará la planta como en el injerto de perforación lateral, y a partir de ahí se seguirán los pasos siguientes:
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Decapitación del brote del patrón, realizándose un corte en el lado opuesto a la primera hoja de 1.5 cm hacia abajo desde la epidermis hasta la mitad del tallo.
-
La variedad se cortara por debajo de los cotiledones a aproximadamente 2 cm, eliminando la corteza a ambos lados.
-
Se introduce la púa en el patrón y se sujeta con pinzas a una temperatura aproximada de 25 - 35ºC y a una humedad de 85 - 90%.
11) LA DESINFECCION DEL SUELO EN HORTICULTURA
La desinfección del suelo es una practica que se emplea en horticultura, sobre todo en invernadero que consiste en tratar de evitar los efectos negativos que ocasionan los parásitos producidos por una continua repetición de un cultivo o grupo de cultivos.
Estos parásitos suelen ser insectos, nematodos, hongos, malas hiervas, bacterias y virus, y generalmente hacen peligrar la viabilidad de los distintos cultivos implantados en el suelo, para lo cual se han desarrollado varias técnicas o productos que combaten la acción de los mismos:
· Técnicas físicas: Estas técnicas están basadas en la utilización del calor como esterilizante, en sus diferentes formas de aplicación, como son la desinfección por calor y la solarización.
· Desinfección del suelo con productos químicos: Esta técnica esta basada en el empleo de los distintos productos químicos y mediante los efectos de los mismos lograr la desinfección del suelo. Estos productos químicos son los siguientes:
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Bromuro de Metilo
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Cloropicrina
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Dicloropropeno y sus mezclas
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Metam - sodio y metam - potasio
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Dazomet
-
Nema
Desinfección con vapor de agua:
Es un método de desinfección del suelo en el que se emplea el vapor de agua como desinfectante de todos los parásitos existentes en el suelo. Dicho vapor se obtiene de una caldera móvil generalmente a 80 - 100ºC que mediante una serie de tuberías y tubos es conducida al suelo donde va desinfectándolo poco a poco a una profundidad variable (5 - 15 cm) según el sistema utilizado, y con una duración media del tratamiento comprendida entre 5 y 20 minutos.
Pero el efecto de este vapor también puede ser negativo ya que si se aplica a una profundidad demasiado elevada puede destruir las bacterias nitrificantes del suelo.
La efectividad del sistema es mucho mayor en suelos secos que húmedos por lo que será aconsejable que evitar aplicar riegos antes de efectuar el tratamiento.
La desinfección con vapor de agua es un método con una efectividad alta y su principal inconveniente es su alto costo.
Las desinfección por vapor de agua presenta ventajas e inconvenientes, como son:
Cuando se emplea este método, las bacterias amonificantes suelen ser destruidas por lo que se suele producir una elevación en el contenido en amoniaco del suelo, por lo que pueden producirse fitotoxicidades por una excesiva acumulación amoniacal.
De lo contrario cuando se realiza la desinfección con calor determinados elementos minerales pasan a formas mas asimilables por la planta, lo que en terrenos muy ricos pueden llegar a ocasionar riegos de salinidad.
Solarización:
La solarización es una técnica de reciente instauración en España que logra desinfectar el suelo recubriendo el terreno con una lamina plástica de polietileno de un espesor entre 0.025 y 0.1 mm durante un periodo de tiempo comprendido entre 4 y 6 semanas, pudiendo efectuar riegos por debajo de la lamina durante este tiempo.
Así se alcanzaran temperaturas de 45 - 50ºC a una profundidad de 10 cm y 38 - 45ºC a 20 cm lo que destruirá todos los parásitos existentes en el suelo.
Además, con la solarización se consigue una reducción de las perdidas de calor latente de evaporación ya que el plástico impide la evaporación del agua del suelo al producirse una condensación de las gotas de agua en la cara interna del mismo plástico. Asimismo se reducen las perdidas de calor debidas a la emisión infrarroja del suelo, y aumenta la capacidad calorífica y la conductividad térmica, lo que produce un aumento en la eficiencia de la transmisión del calor.
La solarización se suele realizar los meses de verano, en los que la temperatura ambiental es mas alta, y si se para practica junto a la técnica del enarenado, llega a ser de gran interés en el manejo de los invernaderos a lo largo de todo el litoral mediterráneo.
Esta técnica tiene un claro efecto herbicida pero los estudios realizados recientemente demuestran que algunas malas hierbas, sobre todo aquellas que son perennes, tienen la capacidad de rebrotar después del tratamiento.
Entre los hongos que la solarización puede controlar están los siguientes:
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Funsarium oxysporum sp vasinfectum y sp lycopersici........ que centran sus ataques sobre todo en el tomate algodón...
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Verticullium dahliae que puede dañar muchas especies de plantas hortícolas como la berenjena, la patata...
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Rhizoctonia solani que daña el tomate, pimiento, melón, cebollas
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Sclerotinia cepivorum que ataca cebollas, ajos, puerros
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Slerotinia minor que es un patógeno del apio, perejil, lechuga...
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Thielaviopsis basicola y Macrophomina phaseoli que son parásitos habituales del cultivo de judías verdes
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Pyrenochaeta terrestris que puede atacar cebollas y Pyrenochaeta lycopersici que produce las enfermedades de las raíces del tomate
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Pytium ultimum que ataca las plantitas de la lechuga y espinaca
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Plasmodiphora brassicae que genera la hernia de las coles.
Entre los nematodos que la solarización puede controlar están los siguientes:
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Ditylenchus dipsaci que son los parásitos habituales en raíces de ajos, cebollas, apios, melones...
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Pratylenchus thornei que ataca las raíces de la patata
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Meloidogyne sp parásitos del tomate, pimiento...
Otros nematodos que ocasionalmente se controlan mediante la solarización son los siguientes:
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Globodera rostochiensis
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Tylenchulus semipenetrans
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Macrophostonia xenoplax
Se ha observado que tras la solarización, se ha desarrollado una gran acción bactericida, en ocasiones superior al 90% de la flora bacteriana, aunque en la mayoría de los casos se puede observar una recolonización de la misma a niveles normales.
En lo referente a la materia orgánica, tras la solarización se ha notado un desarrollo en el suelo de la misma sobre todo del contenido en nitrógeno, tanto nítrico como amoniacal.
En ocasiones esta técnica se asocia con inyecciones de algún fumigante a dosis reducidas, como el metam - sodio, el isotiocianato de metilo, para producir un efecto desinfectante superior.
Desinfección del suelo con productos químicos:
A continuación se describirán los productos químicos mas usados para la desinfección de suelos:
Bromuro de metilo:
Es un fumigante de acción general con una clara actividad en contra de los nematodos, insectos hongos y malas hierbas, y se presenta en forma de liquido volátil inodoro.
Se formula conjuntamente con clorocipicrina por la gran toxicidad del bromuro y porque la acción de ambos juntos es mas intensa que por separado, presentándose normalmente en proporción de clorocipicrina comprendida entre el 2 y el 33%.
Este producto se aplicara en dosis comprendidas entre 500 y 1000 kg/ha que se aplicaran una vez se haya realizado el acolchado del suelo exclusivamente por personal autorizado, y solo se podrán realizar labores agrícolas pasados 12 días, transcurridos entre 2 y 7 días después de levantar la lamina plástica.
Este producto, al igual que otros fumigantes biocidas, afecta a la microflora del suelo, sobre todo a las bacterias nitrificantes y destruye la flora celulítica. También se han detectado casos de fitotoxicidad en algunos cultivos hortícolas como la cebolla, clavel, crisantemo... pudiendo llegar a producir resistencia de algunos patógenos criptogámicos.
Cloropicrina:
Este producto se presenta como un liquido volátil de gran toxicidad, que en España se comercializa en junto con el Bromuro de metilo. Normalmente se aplica en dosis de 500 - 600 kg/ha, con un plazo de seguridad para la instauración del cultivo de 10 a 20 días.
Al igual que otros desinfectantes puede afectar a las bacterias nitrificantes del suelo.
En suelos ligeros y ácidos, la Cloropicrina puede llegar a ser fitotóxica por medio de sus residuos para las plantas hortícolas como el tomate.
Dicloropropeno y sus mezclas:
Se trata de un fumigante de suelos de acción meramente nematicida que se aplica en dosis de 300 - 1000 l/ha. Posee un periodo de seguridad entre la aplicación del producto y la instauración de el cultivo de aproximadamente 15 días tras el tratamiento.
En el mercado hay productos que se asocian con el Dicloropropeno tales como el dicloropropano y el metilisotiocianato que amplían la actividad de dicho producto hasta el campo de los hongos del suelo, las malas hierbas en germinación.
Se ha dado el caso de que este producto ocasione alteraciones organolépticas en cultivos hortícolas como la zanahoria.
Metam - Sodio y Metam - Potasio
Otro liquido fumigante como todos los anteriores de acción funguicida, insecticida y en cierta medida herbicida, que se aplicara con dosis variables entre 500 y 1500 l/ha, excepto para cuando se desee que actúe como herbicida, cuyas dosis deberán mas elevadas.
Normalmente se aplica localizadamente en surcos o disuelta en el agua de riego.
Tiene un plazo de seguridad de 20 - 30 días, aunque a partir de 15 días puede empezar a labrarse el suelo para ser aireado.
Dazomet:
Se trata de un producto biocida comercializable en gránulos, de acción nematicida y funguicida principalmente aunque también es efectivo ante los insectos del suelo como gusanos, y malas hierbas en periodo de germinación.
Normalmente se aplica en dosis comprendidas entre 350 y 500 Kg/ha excepto para cuando se quiere combatir las malas hierbas perennes, para lo que será necesaria una dosis mayor.
Presenta un plazo de seguridad de unos 30 días, aunque a partir del décimo día se puede empezar a labrar el suelo para airearlo
Nema
Producto desinfectante del suelo que se puede aplicar por pulverización o inyección sobre el mismo que se sellaría mediante un riego. Se suele aplicar con dosis comprendidas entre 100 y 500 l/ha, y presenta un plazo de seguridad de 2 a 4 semanas
Es un producto muy apropiado en suelos salinos o con riesgos de salinización que normalmente se aplica mediante el riego localizado, pudiéndose aplicar en determinadas plantas como la cebolla, calabaza, fresa... en abono foliar.
Otros productos:
Para la desinfección del suelo también existen unos productos mas específicos, que son los siguientes:
Quintoceto o PNCB: Producto que se aplica al terreno en bandas o globalmente que se puede utilizar también en la desinfección de semillas. También tiene la facultad de controlar los siguientes hongos del suelo:
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Sclerotinia
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Pytium
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Rhizoctonia
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Plasmodihora brassicae
TMTD: Producto que se puede utilizar tanto en la desinfección de suelos, como de semillas, de semilleros hortícolas y de pequeños recintos.
Propamocarb: Producto que se puede emplear para las plantas como los espárragos, clavel, patata, fresa... y para las desinfecciones de suelos
Pencicuron: Producto mas especifico que utiliza para controlar los ataques de Rhizotonia en plantas como fresas, clavel...
Nabam: Producto que actúa de funguicida que normalmente se aplica en el agua de riego y hace frente al mildiu del pimiento
Fenaminosulf: Producto de una elevada toxicidad que se aplica junto al agua de riego. Tiene acción anticriptogámica que se utiliza para combatir la traqueomicosis vascular en plantas ornamentales como el clavel, crisantemo...
Etridiazol: Producto que se aplica directamente al terreno en semilleros y desinfección de semillas que se utiliza especialmente para combatir los patógenos productos de traqueomicosis como Phytium, Rhizoctonia Fusarim...
Entre los productos con acción insecticida y nematicida que normalmente se aplican al suelo en forma granular, constan los siguientes:
Carbofurano: Producto que presenta un plazo de seguridad entre la aplicación y la recolección del producto de unos 60 días.
Fenamifos: Que presenta un plazo de seguridad de aproximadamente 3 - 4 meses.
Oxamilo, Furatiocarb, forato, aldicarb...
Comportamiento de los suelos hortícolas desinfectados:
Tras una desinfección del suelo que se haya llevado indistintamente por cualquiera de los dos métodos estudiados, tanto físicos (vapor de agua) como químicos, la flora microbiana queda reducida, pudiendo llegar incluso a generar problemas como la acumulación excesiva de nitrógeno amoniacal, aumento de la salinidad...
El proceso de reactivación del suelo dependerá en gran medida del método empleado para lograr la desinfección ya que la actividad microbiana será mayor en aquellos suelos en los que se haya realizado mediante métodos físicos que químicos, debido a la posibilidad de dejar restos en el suelo. El proceso seguirá los siguientes pasos:
· Se produce una reactivación y desarrollo de las bacterias, sobre todo las amonificantes.
· Posteriormente se inicia la recolonización los actinomicetos.
· Por ultimo se produce la recolonización de los hongos.
Procedimientos biológicos no convencionales de control de los patógenos del suelo
Actualmente se han desarrollado una serie de métodos de lucha biológica contra ciertos patógenos.
Consiste fundamentalmente en implantar en el terreno cepas de ciertas especies de hongos como el Arhrobotrys irregularis que actuara de predador de nematodos del genero Meloidogyne y distintos mas.
12) Publicaciones
Publicaciones | ||
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| ESTADÍSTICA AGRARIA REGIONAL. 2001 |
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| ENVASADO Y COMERCIALIZACIÓN DE FRUTAS Y HORTALIZAS |
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| INFOLIVO RIOJA |
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13)La empresa
13.1) LA APUESTA
La apuesta empezó hace unos años, cuando el Sr. Mora, después de haber explotado su aprendizaje como operario en algunas pequeñas empresas locales, gracias a su ingenio y notable fuerza de voluntad, fundó los pilares de lo que sería su empresa.
Como todas las cosas destinadas a perdurar en el tiempo, la nueva aventura vio la luz paulatinamente, y se desarrolló gradualmente en el transcurso de los años siguiendo también los pasos de los ciclos económicos de entonces, no siempre favorables.
A finales de los años 70 en Italia se instaura una nueva política económica y de mercado que afecta a las pequeñas y medianas empresas.
La economía local de S. Benedetto del Tronto cuenta con la oportunidad de revalorizar la industria pesquera y la entera economía marítima.
Todas estas razones, fueron muy favorables para el crecimiento de esta nueva empresa cuya finalidad operativa iba acorde a las exigencias inmediatas de la economía local.
Nace así una modesta sede, en la cual comienza, con un primer grupo de operarios, la nueva aventura que lleva el nombre de VIMOINOX.
La nueva realidad se posiciona en el mercado local proporcionando a otras pequeñas empresas, la mayoría de carácter artesanal, un soplo de novedades, garantizando la manipulación del pescado con más eficacia, más calidad y sobre todo estando al altura de las múltiples exigencias de rapidez de manipulación gracias al automatismo de las nuevas maquinarias.
Con el tiempo estos avances tecnológicos se extienden más allá de los límites locales y regionales, hasta ampliarse a lo largo del territorio nacional, en particular en el sur de Italia y las islas, donde el mercado pesquero es fructífero pero está estancado en cuanto a los avances técnico de los procesos de producción.
Las características de profesionalidad y de seriedad que a lo largo de la trayectoria destacan en la operativa de la nueva empresa, toman relieve no solo en las pequeñas y medianas empresas sino que paulatinamente también se va abriendo camino hacia la grandes industrias del sector centradas en la transformación y el tratamiento de los productos, abarcando también el sector hortofrutícula.
Tal crecimiento tanto a nivel tecnológico y productivo, impulsan la idea de edificar una nueva estructura operativa, de unas dimensiones mayores a la existente casa matriz VIMOINOX, y se toma al rumbo a una empresa en la cual se materializa unos proyectos a la par de las grandes industrias del sector.
En Junio de 1986 nace la nueva estructura en la zona de Fontemartora en el municipio de Acquaviva Picena, ligeramente a las afueras del territorio de S. Benedetto del Tronto, con un nuevo nombre: "MOVINOX s.r.l.", y oficialmente se da el escopetazo de salida a la nueva realidad, bella y altamente funcional, pero sobre todo enriquecida por las más avanzadas y modernas infraestructuras aptas a la realización de nuevas maquinarias con aplicaciones técnicas constructivas propias y con un alta tecnología.
En la nueva organización, destaca la necesidad de reforzar el equipo con técnicos expertos en la planificación y realización de maquinas e instalaciones siempre más avanzadas.
La demanda siempre creciente y el fuerte impulso del mercado, dan un nuevo impulso para que la nueva estructura se introduzca en el mercado nacional y en el extranjero con un nuevo espíritu empresarial y cada vez más especializado, creando así un mera Oficina Técnica capaz de proyectar nuevas tecnologías y realizaciones de equipamientos completos (llave en mano).
La constante política empresarial de MOVINOX, ha sido siempre la de actualizarse día a día para dar una respuesta innovadora a sus clientes e involucrarse en los siempre crecientes avances tecnológicos y de producción del producto final, lo que requirió un mayor esfuerzo para ampliarse a nivel logístico tanto para la realización como por la puesta a punto y ensayos de complejas líneas de producción.
Hoy en día, no resulta tarea fácil, enumerar los clientes que Movinox en el transcurso de todos estos años ha tenido el gusto de suministrar o con los cuales se han estrechados acuerdos de colaboración duradera y de asistencia de mantenimiento.
En cualquier caso, se puede concluir con grande orgullo que sin duda ha conseguido con éxito afianzarse en el campo de las exigencias tecnológicas de pequeñas, medianas y grandes realidades empresariales de prestigio nacional e internacional.
En la actualidad MOVINOX cuenta con 30 operadores especializados, con una plantilla propia a elevada formación técnica en el sector pesquero y hortofruticola y una estructura organizativa subdividida en proyectista, administrativo, comercial y gestional.
Todo ello hace destacar la acertada política hasta ahora llevada a cabo por MOVINOX S.r.l., basada en la seriedad de cada unidad operativa asociada y a una gran calidad general de las maquinarias y de la líneas de producción.
No nos queda más que concluir, que llegados a este punto, la gran apuesta inicial se ha convertido en una espléndida realidad incluso en gran medida superada.
13.2) El planteamiento
13.3) Maquinas
ELEVADÓR CON TAZAS | Cod. M010 Cinta de forma vertical
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CINTA EN CURVA | Cod. M013 Proyectado y realizado a 90° por facilitàr el transporte de productos en saquitos.
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MAQUINA VOLCADORA POR "BINS" | Cod. M016 Se utiliza por el descargo de "bins" llenos de varios productos.
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TINA POR LAVAJE | Cod. T056 Utilizada por lavaje de hortalizas y varios productos.
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CINTA POR CORTE
BUNKER DE CONTENIMIENTO | Maquina utilizada por contener una elevada cantidad de productos por dosificarlo.
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MAQUINA LAVADORA CON TÚNEL | Cod. T020 Maquina lavadora por hortalizas.
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CINTA CON "METAL-DETECTOR" | Cod. M007 La cinta esta contruìta con un sistema de recogida y remoción de cuerpos extraños ne las confecciónes.
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DOSIFICADOR VOLUMÉTRICO | Cod. D007 Al través el sistema volumétrico se puedec confeccionar todos los productos granulares o vegetales surgelados.
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QUEBRANTADOR | Cod. T012 Utilizado por el quebrantamiento de grumos de productos congelados
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ACEPILLADOR POR TUBÉRCULOS | Por efecto de abrasiòn por medio de cepillos rodande, la maquina es utile por dejàr la piel desde los tubérculos.
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MAQUINA CORTADORA POR BERZAS | Cod. T043 Maquina estudiada y realizada por el corte en tajoda de berzas. El corte puede ser regulable.
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MAQUINA CORTADORA POR PUERROS | Cod. T045 Proyectada y realizada por el corte regular de puerros, calabacines y similar. El corte puede ser regulable.
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MAQUINA CORTADORA "SCOLLETTATRICE" | Cod. T046 Sistema de corte de la partes superior y inferior de apios, berenjenas, pimientos y similares.
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CINTA DOBLE EXTREMIDAD | Cod. M006 Estudiado y realizado por la estracciòn de productos rejados.
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13.4) El procesamiento
CICLO DE PROCESAMIENTO DE HORTALIZAS REFRIGERADOS
Nel amplio panorama del hortalizas en generál, casi todos son interesante en merito a la tranformación industriál y la conservación con el sistema del frio.
Nel primero periodo histórico de aplicación de esta nueva tecnología de conservación, relativamente reciente, se aplicava solamente por algunos productos por la realizzación de mixturas, por zopas y sopas de legumbres, juntos con otros productos utilizadós como guarniciónes en la gastronomía internacionál.
Solo de poco antes las empresas de transformacción, solecitadas dal mercado internacionál, se han equipados por la producción de nuevos productos tradicionales y nuevos.
Los productos huertofruticulos destinado a la surgelación estan subdivididos en dos grupos:
- I.Q.F. (surgelación individual rapida)
- B.F. (surgelación a bloques)
La Movinox s.r.l., con sus maquinas y lineas de produción, puede realizár plantas initeras por ambos los metodos de procesamiento.
Como exemplo mostramos la composición de una linas estándar de produción, precisando que cada especie de producto necesita de un tipo de procesamiento diferente y por eso, de maquinas diferentes tambien.
LINEA TIPO POR PRODUCTOS B.F.
PRODUCTOS:
Acelga con hojas, brécoles "calabresi", achicoria, espinacas con hojas, etc.
PROCESAMIENTO
Los productos llegan normalmente sobre de un camión.
-
bunker de dosificación
- dearenación
- separación pneumática
- selección
- lavaje
- quemadura (à vapór o agua)
- enfriamiento
- confecciónamiento
- surgelación estática (Plate Freezer)
- encartonamiento
- conservación (camara frigorifera a -25°C.)
- venta
LINEA TIPO POR PRODUCTOS I.Q.F.
PRODUCTOS
Guisantes, haba, judies, etc.
PROCESAMIENTO
Los productos llegan normalmente sobre de un camión.
- bunker de dosificación
- separación de cáscara
- separación y ventilación
- eliminación ifraulica de las piedras
- calibración
- estoque separados de los calibros
- lavaje (quality grader)
- quemadura (á vapor o agua)
- enfriamiento
- selección
- surgelación
- selección (óptica se necesita)
- confeccionamiento
- conservación (camara frigorifera á -25°C.)
- utilizzación de una parte como semi procesado
- venta.
14) Artículos
Titulo | Autor | Número | Fecha |
Teresa de Jesús Bartolomé García, Rocío Velázquez Otero, Mercedes Gómez-Aguado Gutiérrez, Manuel Martínez Cano. | VR-182 | 01/02/04 |
Las industrias de transformación de tomate en Extremadura
La contingentación y la capacidad puntual de elaboración frenan el crecimiento de producción
Teresa de Jesús Bartolomé García, Rocío Velázquez Otero, Mercedes Gómez-Aguado Gutiérrez, Manuel Martínez Cano.
Escuela de Ingenierías Agrarias de Badajoz. UEX.
El sector de la industria de conservas vegetales de Extremadura se caracteriza por el predominio de los transformados de tomate. El hecho de que esta Comunidad Autónoma sea la primera productora de tomate para industria de nuestro país justifica el que de las treinta industrias de conservas vegetales que están instaladas en nuestra región, quince se dediquen a la transformación de esta hortaliza. De éstas, trece realizan la primera transformación y, en algunos casos, elaboran además salsas diversas, y las dos restantes elaboran sólo productos de segunda transformación.
El tomate es, sin duda, el cultivo hortícola más importante en Extremadura. Fue introducido en 1955 en las Vegas del Guadiana, en las tierras de regadío del entonces recién estrenado Plan Badajoz. Desde entonces, el cultivo ha experimentado un crecimiento permanente, siendo en la actualidad el más representativo, y de mayor incidencia económica, de la horticultura extremeña.
Se trata de un cultivo perfectamente adaptado a la zona ya que las condiciones edafoclimáticas, la abundancia y la calidad del agua y la estructura de las explotaciones que permiten la producción extensiva hacen de Extremadura una de las mejores zonas de Europa para su cultivo.
El crecimiento de la producción de tomate de industria se ve frenado no tanto por las expectativas de mercado, que son favorables a nivel industrial, como por la contingentación de las producciones y la capacidad puntual de elaboración industrial. Así, la concentración de la recolección de tomates en el mes de agosto satura la capacidad de recogida de los centros transformadores durante ese mes, mientras que en el resto de la campaña sufren infrautilizaciones. Esta situación perjudica tanto a la fase de producción (los excedentes puntuales a veces no se pueden transformar) como a la fase de industrialización, cuya competitividad está muy relacionada con la duración de la campaña de fabricación. La superficie cultivada en el año 2003 fue de 22.500 ha, con un rendimiento medio de 64.000 kg/ha.
En los últimos años resulta incuestionable que la rentabilidad del cultivo ha aumentado por la influencia que en la reducción de costes unitarios tienen las técnicas aplicadas, particularmente las siembras directas (aproximadamente el 10% de la superficie), la utilización de planta con cepellón para el transplante (más del 80% de la superficie cultivada), la mecanización de la recolección (más del 85% del total de hectáreas se cosecha mecánicamente), la fertirrigación (se utiliza en un 20% de la superficie plantada) y la utilización de nuevo material vegetal. También ha mejorado el escalonamiento de la maduración con la utilización de nuevas variedades y el adelanto de la fecha de siembra, empleando técnicas de semiforzado (acolchado plástico). El período de recolección tiene lugar desde mediados de julio y finales de septiembre. Su destino es la industria conservera, y principalmente la elaboración de concentrado, a la que se dedica el 90% de la producción extremeña.
Características de las industrias transformadoras
En la actualidad, la mayoría de las quince fábricas que operan en la región dedicadas a la transformación de tomate (algunas son de los propios agricultores agrupados bajo diferentes fórmulas asociativas) aplican tecnologías de vanguardia, por lo que la obsolescencia del equipamiento no puede considerarse como un factor desfavorable. Estas industrias se dedican principalmente a la elaboración de productos de primera transformación, como concentrado de tomate, tomate pelado, entero o partido, tomate triturado, troceado o cubeteado, y tomate en polvo. A partir de estos productos, algunas de las industrias elaboran, previa incorporación de otros ingredientes, productos finales, dispuestos para el consumo directo, tales como salsas de tomate frito, ketchup, zumos, etc.
Sin embargo, la importancia de los productos finales sobre el total es todavía muy pequeña, por lo que sería conveniente una mayor diversificación, acometiendo segundas elaboraciones como sopas y platos precocinados, elaboración de productos nutracéuticos, extracción de licopeno, etc. También sería muy interesante una mayor diversificación de las materias primas para ampliar el calendario de fabricación y de esta forma rentabilizar más las instalaciones.
Algunas de estas acciones están en curso y se propone su intensificación y generalización para asegurar el futuro del subsector.
En la campaña 2003, Extremadura produjo 1.442 millones de toneladas de tomate para industria de las 1.604 millones de toneladas que produjo España, es decir, un 90% del total español, lo que sitúa a Extremadura en una posición privilegiada respecto a otras zonas españolas de cara a futuras ampliaciones de umbrales, ya que cuenta con el aval de la potencialidad de su suelo y clima, el conocimiento del cultivo por parte de los agricultores, la favorable estructura de las explotaciones (mayores de 5 ha y de hasta 100 ha) y la potencialidad de su industria agroalimentaria.
El valor económico de la producción de tomate para industria fue de unos 125 millones de euros, lo que representa aproximadamente, el 15% de la producción final vegetal y el 8 % de la producción final agraria de Extremadura.
Uno de los cambios más significativos que han afectado al sector tomatero extremeño ha sido la sustitución del sistema de cuotas por el establecimiento de un umbral de transformación cuyo rebasamiento daría lugar a una reducción de la ayuda vigente en la campaña siguiente a la que se haya producido. El nuevo procedimiento regulado por la OCM de frutas y hortalizas transformadas entró en vigor en la campaña de 2001.
El umbral comunitario establecido es de 8.252 millones de toneladas de tomate fresco, frente a las 6.500 millones de toneladas de cuota anteriores. Del total comunitario, a España le corresponden 1.239.000 t de tomate fresco (el 15% del total de la UE), de las que 144.902 t son para tomate pelado y 1.093.704 t lo son para concentrado (cuadro I).
Otra de las novedades del sistema es que el pago de las ayudas comunitarias se realiza directamente al agricultor a través de las OPFH. Esta particularidad ha incentivado a distintas asociaciones de agricultores a instalar su propia industria; de esta forma han surgido en Extremadura tres nuevas transformadoras de tomate:
- Tomates del Guadiana Sociedad Cooperativa, en Medellín (Badajoz), promovida por cien agricultores, ha realizado una inversión de 9 millones de euros y el primer año de funcionamiento (2002) exportó a Italia el 80% de los 100 millones de kilos de concentrado producidos.
- Otra industria promovida por seis cooperativas y el grupo ACOREX es Tomalia Sociedad Cooperativa, asentada en Santa Amalia (Badajoz). Inició su andadura en la campaña de 2003. Esta industria se dedica a la obtención de concentrado y de cubitos de tomates.
- El tercer caso se encuentra en las Vegas Bajas del Guadiana, concretamente en las proximidades de Montijo; se trata de Agroconserveros Extremeños Vegas Bajas SL, dedicada a la elaboración de tomate concentrado.
Para la campaña de tomate del año 2004 está previsto el inicio de la actividad de dos industrias más: una correspondiente a la OPFH de la Cooperativa San Isidro de Miajadas (Cáceres) y la otra en Don Benito (Badajoz), correspondiente a la OPFH de la Cooperativa CASAT. Serán, por tanto, un total de quince industrias las que procesen tomate en el próximo año 2004.
Las industrias transformadoras de tomate asentadas en Extremadura están dotadas de tecnología punta, a pesar de que algunas son factorías antiguas que llevan más de cuarenta años operando en la región.
La mayoría son industrias de primera transformación, que venden sus productos a granel (principalmente concentrado) a otras factorías (ubicadas fuera de Extremadura), que se ocupan de la elaboración de diferentes tipos de salsas. Tan sólo algunas de las industrias extremeñas elaboran producto terminado.
Distribución y actividad de las conserveras
Las conserveras de tomate se distribuyen por las diferentes zonas de regadío extremeñas, aunque las de mayor concentración son Vegas Altas, con un 53,8 % del total regional, y las Vegas Bajas del Guadiana, que acoge el 38,5% (cuadro II).
En general, se trata de industrias de carácter monovalente; es decir, la mayoría están dedicadas exclusivamente a la transformación de tomate, y tan sólo algunas tienen un cierto carácter polivalente, transformando alguna hortaliza más.
Estas trece industrias hacen una primera transformación del tomate, obteniendo tomate concentrado a partir del cual algunas elaboran diferentes salsas para las que utilizan otros ingredientes. Dos de éstas, Agraz y Transa, están especializadas en la producción exclusivamente de tomate en polvo, y una, Acsa, hace tomate congelado para la elaboración de distintos precocinados.
Además de las trece ya citadas (cuadro III), existen otras. Astex (alimentos de segunda transformación de Extremadura) y Solís (perteneciente al grupo Nestlé hasta el año 2000). La primera se encuentra situada en las Vegas Bajas del Guadiana, en el término de Balboa, y está dedicada a la elaboración de diferentes salsas partiendo del tomate concentrado que le suministran Conesa y Transa.
La segunda, Solís, desde que dejó de pertenecer al grupo Nestlé tiene firmado un contrato por veinticinco años con Conesa para elaborar salsas con el concentrado que ésta le suministra. Solís se encuentra en el término municipal de Miajadas, en los rega-díos de las Vegas Altas del Guadiana.
Perspectivas de futuro
Por último, en lo que respecta a la influencia que la ampliación de la UE puede tener sobre la producción de tomate de industria en Extremadura, basándonos en las producciones de los diez candidatos a ser miembros de pleno derecho de la UE, se observa que la cantidad de tomate producido por éstos es insignificante frente a la producción española y de la UE, por lo que no afectará a la producción extremeña, que por otro lado está muy especializada en el tomate para industria y apoyada en un fuerte tejido agroindustrial que ninguno de estos países tiene.
Sin embargo, un aspecto importante a tener en cuenta es la modificación de la PAC que actualmente está teniendo lugar y que afecta a cultivos como el tabaco y el algodón, entre otros. La reconversión de estos cultivos podría afectar al cultivo de tomate extremeño, que podría verse afectado por los efectos de sustitución tabaco/tomate o algodón/tomate, que conllevaría también la instalación de industrias en zonas que tradicionalmente no han cultivado tomate de industria. Esta particularidad podría tener incidencia sobre el aumento de la producción y las penalizaciones de la UE.
Artículo publicado completo
(con fotos y cuadros)
en Vida Rural nº 182. 1 de febrero de 2004.
Hortofrutícola | |||
Titulo | Autor | Número | Fecha |
Normalización y certificación, dos vías de mejora del sector hortofrutícola | Honoré M. N. y Molina F. D. | VR-179 | 15/11/03 |
Normalización y certificación, dos vías de mejora del sector hortofrutícola
Establecen las pautas para elaborar productos de calidad, garantizando al consumidor que sus exigencias son satisfechas
Honoré M. N.1 y Molina F. D.2
1 Dpto. Calidad, AECOSUR, S.L.
2 Dpto. Ingeniería Rural, Universidad de Almería
Las empresas del sector productivo hortícola tienen dos vías para satisfacer las nuevas necesidades del mercado. En primer lugar, la normalización permite establecer las pautas a seguir para obtener un producto de calidad comercial que se adecue a las exigencias del consumidor. En segundo lugar, la certificación permite asegurar que un producto y/o empresa cumplen todos los requisitos incluidos en una determinada norma, garantizando al consumidor que sus exigencias son satisfechas y que puede darle su confianza a la hora de comprar el producto.
Actualmente las empresas tanto productoras como comercializadoras vinculadas a la horticultura sufren una creciente presión por parte de los mercados a los cuales se dirigen. Así, los consumidores demandan un producto fresco, sano, que llegue a su cesta en las mejores condiciones posibles. Pero su demanda no sólo se basa en las cualidades del producto final que compra, sino que asocia estos factores a otros relacionados con el proceso productivo, como son mantener el campo más limpio, proporcionar una formación a las personas que manipulan y entran en contacto con el producto y unas condiciones de trabajo adecuadas, que aseguren su bienestar y una agricultura sostenible.
Estas exigencias afectan a toda la cadena de producción y a las redes de comercialización del producto. Estamos frente a un consumidor cada vez más exigente, en contraste con lo que ocurría tradicionalmente cuando el consumidor quería simplemente un buen producto, bonito y barato sin preocuparse por la forma en la que se obtenía dicho bien. Esta nueva necesidad en el consumidor ha surgido como respuesta a problemas ligados con la seguridad alimentaria y el deterioro del entorno, que en la agricultura originaria simplemente no existían, porque entonces era realmente ecológica, es decir, completamente integrada en el medio ambiente en el que se desarrollaba.
Ante esta creciente demanda del consumidor, las empresas del sector productivo hortícola tienen dos vías mediante las que pueden satisfacer las nuevas necesidades del mercado. En primer lugar la normalización permite establecer las pautas que se deben seguir para obtener un producto de calidad comercial que se adecúe a las exigencias del consumidor. En segundo lugar, la certificación permite asegurar que un producto y/o una empresa cumplen todos los requisitos incluidos en una determinada norma, garantizando al consumidor que sus exigencias son satisfechas y que puede darle su confianza a la hora de comprar el producto.
La calidad del producto
Las primeras normas que ha de cumplir un producto son los reglamentos y directivas de ámbito comunitario sobre comercialización de frutas y hortalizas, que hacen referencia a las diferentes clasificaciones del producto, en cuanto a variedades, calibres y categorías. Se establece un primer referente de calidad del producto en función de su tamaño, de la presencia de daños físicos, enfermedades, malformaciones, homogeneidad de color o estado de madurez. Estos parámetros determinan el mínimo nivel de calidad para poder comercializar un determinado producto dentro de una categoría. Esta normalización del producto surge como respuesta a la necesidad de establecer unos patrones de calidad iguales en todos los países del ámbito de la Comunidad Económica Europea que faciliten las transacciones comerciales internacionales.
Otro motivo por el que es necesario normalizar los productos es por la inversión del proceso de selección desde el destino al origen. Antiguamente el control de calidad y el proceso de selección de los productos los realizaba el propio consumidor, que iba al mercado y podía escoger pieza por pieza los alimentos que iba a consumir. Este proceso resulta cada vez más difícil porque el consumidor actual dispone de menos tiempo y de más dinero, en términos relativos al precio de los productos agroalimentarios, por lo que prefiere comprar un producto previamente seleccionado y clasificado.
El segundo grupo de normas que afectan al sector hortofrutícola son aquellas de carácter voluntario surgidas de esta nueva demanda del consumidor, en las que ya no sólo se hace referencia a la homogeneidad, estado y aspecto del producto, sino que se involucra toda la cadena productiva que lleva asociada. Dentro de estas normas se encuentra el Protocolo de Buenas Prácticas Agrícolas EUREPGAP, desarrollado por iniciativa de las empresas distribuidoras europeas integradas en la organización EUREP (Euro-Retailer Produce Working Group), para los productos hortofrutícolas destinados a la exportación. En este protocolo se recogen un conjunto de principios, normas y recomendaciones técnicas aplicables a las diversas etapas de la producción agrícola destinadas a demostrar el compromiso de los productores por mantener la confianza del consumidor en la calidad y seguridad del producto, mejorar la eficiencia en el uso de los recursos naturales y minimizar su impacto ambiental, disminuir la utilización de pesticidas y garantizar la seguridad del trabajador. En el ámbito nacional también se han creado las normas para la certificación de hortalizas UNE 155001, que al igual que la anterior son voluntarias y están enfocadas a la exportación de los productos hortofrutícolas.
Las normas de calidad de productos tienen entre uno de sus principales requisitos garantizar que no se supera ninguno de los Límites Máximos de Residuos (LMR) para asegurar su salubridad. La trazabilidad es otro de los principales requisitos exigidos por las normas de calidad, según las cuales el proveedor debe establecer y mantener al día procedimientos para la identificación de sus productos durante todas las fases de producción, transporte y comercialización (Lamprecht, 1995).
De igual manera, la exigencia de controlar de forma íntegra todo el proceso de producción de los alimentos agrícolas ha llevado a las Administraciones autonómicas a su regulación mediante decretos sobre producción integrada que aseguran que los productos responden a los requisitos de calidad integral (medioambiental, laboral, social y alimentaria). Actualmente el sector está intentando acordar con el Ministerio de Agricultura y las comunidades autónomas la unificación normativa que permita obtener una regulación básica y armonizada. De esta forma se podrían certificar las hortalizas obtenidas mediante producción integrada con una garantía nacional homogénea que facilite su reconocimiento en el exterior y la exportación de estos productos.
Por otro lado, el Real Decreto 2207/1995 (Normas de Higiene Relativas a los Productos Alimenticios) obliga a toda industria agroalimentaria a tener un sistema de control de puntos críticos (APPCC) para la planificación de la calidad sanitaria de los alimentos, que garantice la identificación, valoración y control de los riesgos microbiológicos.
En último término se encuentran las normas particulares de las cadenas mayoristas de comercialización (figura 1), que definen parámetros de calidad intrínsecos de los productos como pueden ser variedades específicas, coloraciones particulares, presentaciones en mallas, barquetas de poliestireno, y cualquier otro requisito que permita obtener un mayor rendimiento del producto y una mayor satisfacción de los clientes más exigentes.
La calidad en la empresa
De forma paralela a las normas de productos, se han implantado en el sector hortofrutícola las normas ISO 9001:2000, que establecen la forma en que cada empresa debe organizarse y gestionar sus recursos para asegurar la completa satisfacción de los requisitos del cliente. Para ello, la empresa debe establecer las diferentes responsabilidades que conducen a esa satisfacción del cliente y el modo en el que se deben analizar los procesos de generación del producto y la forma en la que se han de adoptar las medidas correctoras que subsanen los errores. Uno de los principales requisitos que exige la norma ISO 9001 es el cumplimiento de la legislación vigente aplicable a la actividad empresarial en la que se trabaja. Por ello, para poder implantar un sistema de calidad en las empresas hortofrutícolas, es necesario cumplir con aquellas normas de obligado cumplimiento que afectan a los productos agrícolas.
Un sistema de calidad es una herramienta de gestión, y no sólo un objetivo comercial y publicitario, que consiste en la organización, las responsabilidades, la documentación, los procesos y los recursos empleados para lograr, mantener y mejorar la calidad de los productos, servicios y decisiones que se derivan del proceso de producción de una empresa (Hoyle, 1996). Toda empresa tiene su propia forma de proceder, que en el caso de las PYME del sector hortofrutícola, como semilleros y pequeñas empresas comercializadoras, es posible que sea lo suficientemente eficaz, pero normalmente algo informal y, sin duda, no documentado. En este caso el objetivo de los sistemas de calidad es analizar la forma de trabajar de la empresa, plasmarlo por escrito y registrar los resultados para mostrar que las acciones se realizan correctamente (AFNOR, 1997).
Junto a la norma ISO 9000, algunas empresas hortofrutícolas también están implantando sistemas de gestión medioambiental que permiten controlar las actividades, los productos y los procesos que causan, o podrían causar, impactos medioambientales, y así minimizarlos mediante sus operaciones (Roberts y Robinson, 1998).
En el proceso de implantación de cualquier norma se consume mucho tiempo y energía que a veces puede parecer perdido inútilmente, puesto que la mejora que se obtiene suele ser a medio y largo plazo. Uno de los resultados más importantes de implantar un sistema de calidad es que el funcionamiento de la empresa a medio plazo es menos errático y menos sensible a los cambios en los requerimientos de los clientes o de la propia organización (Hoyle, 1999).
Por otro lado, la certificación está encaminada a asegurar al consumidor que el empresario ha verificado todo lo necesario en su empresa para producir adecuadamente y acorde a la legislación vigente o a ciertas normas internacionalmente reconocidas. Así, las empresas hortofrutícolas se encuentran ante un gran número de normas de sistemas de control de puntos críticos (APPCC), normas UNE 155001:2002 de Producción controlada de Hortalizas para consumo en fresco, de Sistemas de Gestión Medioambiental ISO 14001:1996, normas de Responsabilidad Social SA8000, de Sistemas de Gestión de la Calidad ISO 9001:2000 para alcanzar la satisfacción del cliente, normas de Buenas Prácticas Agrícolas EUREPGAP y los modelos de excelencia ISO 9004-2:1991 de Gestión de la Calidad y Elementos de los Sistemas de Calidad.
El proceso de certificación
El principal problema que tienen por tanto las empresas es saber cuál es la certificación adecuada para su actividad y que en último término le permitirá aumentar sus beneficios. En general, el proceso que se debe seguir para alcanzar la obtención de una certificación es básicamente el mismo, independientemente de la norma que se esté implantando.
En el diagrama de flujo de la figura 2 se han representado de forma esquemática los diferentes pasos a seguir para obtener una certificación en concreto. La primera obligación de una empresa para obtener cualquier tipo de certificación es la de evidenciar los procesos de la empresa implicados en la certificación del producto o de la empresa.
Ésta debe desarrollar una serie de documentos como manuales de calidad, procedimientos, instrucciones de trabajo, registros, planes de control de procesos, fichas técnicas, fichas de producto, etc. en las cuales se reflejan todos los aspectos de la actividad empresarial.
Después de haber definido el organigrama de la empresa y las fichas de cada puesto de trabajo y de haber detectado las necesidades, se procede a la formación del personal para capacitarlo a realizar su función, involucrándolo en la implantación de la norma en la empresa para asegurar el éxito de la certificación.
La implantación real de la norma se realiza de forma progresiva a través de sesiones de formación, explicaciones, charlas al personal, mediante el registro de todos los datos necesarios para reflejar el funcionamiento de la empresa y el control de los procesos que se realizan en ella.
Antes de cualquier certificación, la empresa debe cuestionarse sobre la efectividad del sistema implantado y la eficacia de los controles que se llevan a cabo, realizando para ello una auditoría interna. Tras esta auditoría de calidad, se corrigen los fallos detectados, se establecen nuevos aspectos o se terminan de implantar ciertos apartados poco puestos en práctica.
Una vez corregidas las desviaciones encontradas en la auditoría interna, se solicita la certificación, a través de alguna de las múltiples entidades de certificación, que suelen ofrecer las mismas garantías, ya que todas ellas están reconocidas de igual forma para certificar una determinada norma. Mediante una auditoría externa los inspectores de la entidad certificadora comprueban de forma directa en la empresa que realmente ha implantado de forma correcta la norma y que posee la capacidad para corregir cualquier fallo del proceso de fabricación. Si los inspectores detectan algunos errores en la implantación, solicitarán que se corrijan los fallos detectados y se demuestre mediante la correspondiente documentación.
Según el plan de corrección propuesto por la empresa, el comité de certificación dará su aprobación, solicitará más pruebas o bien advertirá de una nueva visita a las instalaciones para comprobarlo (auditoría extraordinaria). En función de la solución adoptada, se concede la certificación de la norma una vez que se ha comprobado que la empresa pone todos los medios para corregir los fallos y mejorar sus procesos. Tras la aprobación definitiva, los auditores realizan visitas periódicas (generalmente una vez al año) para comprobar que la empresa sigue aplicando los requisitos de la norma y que ha realizado mejoras de su sistema. Estas visitas permiten comprobar la efectividad del sistema de gestión y el mantenimiento de la norma en la empresa hasta la caducidad del certificado, tras la cual debe renovarse y reiniciarse todo el proceso de certificación. Entre dos renovaciones consecutivas de la certificación, los requisitos de la norma implantada en la empresa pueden ser revisados y modificados por el organismo que la creó (ISO, EUREP, Administración, etc.) o la empresa puede sufrir una evolución importante. Ante estas perspectivas, se debe adaptar la empresa y su sistema de gestión a estos cambios.
Evidentemente, esta representación general de los pasos que deben seguirse para la certificación de una empresa o de un producto puede variar sustancialmente según la norma o la empresa consideradas (PYME, delegación, franquicia, cooperativa, etc.). La duración del proceso también varía en función de la concienciación de la empresa, de sus medios y recursos y de la participación del conjunto de trabajadores durante su implantación. La implicación activa de la dirección siempre ayuda a fomentar un ambiente confiado y seguro.
Conclusiones
La normalización de productos tiende a disminuir el tiempo que el consumidor pierde en los centros de venta para escoger los productos que desea, y así ya no sólo la presentación de éstos se realiza en cajas de acuerdo a ciertas normas, sino que cada vez más se dispensan en pequeños envases con la cantidad e incluso la mezcla de productos que el comprador necesita para cocinar.
La certificación de las empresas hortofrutícolas ha de servir para conseguir un funcionamiento más eficiente de éstas y para certificar de cara al exterior que los productos agrícolas se obtienen de acuerdo con las exigencias del consumidor. La certificación debe reflejar el trabajo y el esfuerzo por mantener el campo limpio, realizar un uso razonado de productos fitosanitarios y buscar estrategias paralelas de lucha contra las plagas y enfermedades (uso de predadores naturales, sistemas adecuados de control climático, uso de mallas anti-insecto, etc.).
Del mismo modo, este proceso de normalización y certificación emprendido por el sector hortofrutícola debe permitir al agricultor obtener un incremento sustancial de los precios de sus productos, ya que cada vez debe cumplir más requisitos, adquirir más bienes de producción y mejorar instalaciones. En ocasiones, los agricultores se encuentran con enormes dificultades para obtener beneficios del valor que añaden a sus productos, y los precios en destino pueden subir de forma considerable sin que por ello varíen los precios en origen. Así, en el pasado mes de septiembre los productos hortícolas de Almería eran vendidos en Madrid por un precio que llegaba a ser hasta cinco veces superior al recibido por el agricultor, siendo mayor incluso al de venta en países tan lejanos como Alemania.
La mejor forma de defenderse ante las crecientes exigencias del mercado es la concentración de la oferta como se ha producido en la industria. Precisamente esta agrupación del sector productivo y comercializador ha de verse favorecida por la normalización y la certificación, ya que las empresas cada vez tienden a cumplir los mismos requisitos y a organizarse de forma similar.
Artículo publicado completo
(con fotos, figuras y bibliografía)
en Vida Rural nº 179. 15 de noviembre de 2003
Hortofrutícola | |||
Titulo | Autor | Número | Fecha |
Control y tratamientos fitosanitarios en el cultivo del pimiento | Manuel Llanos Company | VR-83 | 15/3/99 |
La mecanización del cultivo de hortalizas
Equipos adecuados para la preparación del terreno, siembra o transplante y recolección de hortalizas
Ian Homer y Jaime Ortiz-Cañavate. Departamento de Ingeniería Rural. Madrid.
En el presente artículo se muestran algunas de las etapas de la mecanización de los cultivos hortícolas, utilizándose como ejemplo equipos presentes en la última de las demostraciones realizadas por el MAPA referidas a máquinas para la siembra, cultivo y recolección de hortalizas, efectuada a fines del año pasado en Villena, Alicante.
La mecanización ha venido representando un papel muy significativo en la producción hortícola, acorde con las exigencias del mercado tendentes a ofrecer un producto de buena calidad al más bajo costo posible, mediante empleo de equipos adecuados para una buena preparación del suelo, una adecuada siembra o trasplante y, cada vez más importante, en las labores de recolección.
Preparación de suelos
La correcta preparación del suelo es importante para asegurar el posterior desarrollo del cultivo, generándose las condiciones óptimas para la germinación de las semillas y el posterior desarrollo del sistema radicular.
Su importancia aumenta cuando el cultivo se desarrolla sobre caballones o mesetas, debiéndose efectuar la correcta conformación de ellos, ya sea en una labor posterior a la preparación del suelo, mediante aperos conformadores, o bien simultáneamente con la preparación, mediante la posibilidad de agregarle una surcadora o acaballanadora de uno o más caballones, en la parte posterior de un rotocultivador, que se muestra levantado en la foto 1, montado en la parte posterior de un rotocultor Enguix de dos metros con requerimientos de potencia máxima de 70 a 180 CV. Una tercera posibilidad es la utilización de una máquina específica para la conformación de suelos, como puede ser la Ortiflor-TSA (foto 2), en su versión de 140 cm de ancho de trabajo, la cual permite trabajar hasta una profundidad de 20-30 cm.
Está formada primero por una rotofresadora con sentido inverso de giro, una reja para separar el material más grueso en la parte inferior y el más fino arriba del suelo preparado, y un rodillo conformador para formar la mesa, que en este caso es para una mesa ancha de 130 cm de ancho y hasta 25 cm de altura, pudiéndose hacer a una separación de 25 cm entre pasada y pasada. Su peso es de 595 kg y requiere una potencia de 45 a 50 CV.
Maquinaria para acolchado
Posteriormente, o durante la conformación del suelo, es posible realizar la labor de acolchado (colocación de plástico) y la instalación de cintas de riego. En la foto 3, se muestra como ejemplo la extendedora de plástico Traibuenas CL, la cual, aunque está diseñada para dos caballones, está acolchando sólo sobre uno (previamente conformado). El ancho entre mesetas es de 40 a 50 cm y el ancho de las láminas de acolchado varía entre 80 y 90 cm. Presenta ruedas de control de profundidad. Para la labor de acolchado se debe colocar el plástico previamente en la cabecera de la mesa para que sirva de anclaje en el momento de ser desenrollado; un tensor variable mantiene la tensión adecuada y unos aporcadores van enterrando los laterales del plástico. Simultáneamente al acolchado se pueden colocar cintas de riego o realizar otras operaciones.
El plástico que se está extendiendo en la foto es biodegradable. Es un bioplástico derivado principalmente de almidón de maíz, trigo y patata, que al ser termoplástico puede ser procesado con la misma tecnología que el plástico tradicional. Su instalación no difiere de la tradicional, presentando la ventaja de ser permeable. La biodegradación dependerá de la temperatura, humedad y actividad biológica. Puede variar su tiempo de degradación entre 30 y 120 días, dependiendo del material. Así, se podrá elegir el adecuado para el cultivo y período de utilización que nos interese, obteniéndose como producto final de la biodegradación agua y CO2, desprendidos por la fermentación. Sus medidas van desde 0,5 hasta 2 m de ancho, y el grosor es de 12 micras.
En la misma línea de interés ecológico, existen equipos para la posterior recogida de los plásticos utilizados, evitándose el efecto perjudicial de dejarlos en la finca.
Máquinas para siembra y trasplante
En el conjunto de labores, el momento de la siembra o del trasplante es crucial para el éxito final del cultivo, tanto por la adecuada colocación de la semilla o plántula, como por el establecimiento de una densidad adecuada.
Para las labores de implantación de cultivos hortícolas se suelen utilizar equipos diferentes si se pretende plantar (tubérculos y bulbos), sembrar directamente (zanahorias, guisantes, etc.) o trasplantar plantas que vienen de vivero (lechugas, cebollas, etc.).
Las sembradoras de hortalizas hoy en día son neumáticas (han desplazado a las tradicionales mecánicas) y se componen de los siguientes elementos que actúan sobre el suelo: rueda compactadora, reja de siembra, rueda plomada, rastrillos intermedios y rodillo apisonador, con necesidades medias de potencia de 5 a 7,5 kW por metro de trabajo.
En las fotos 4 y 5 se presentan dos modelos de sembradoras neumáticas de hortalizas, una de Agrícola Italiana modelo SAL-1-130, de seis hileras, separadas a 130 mm (foto 4), y otra de Monosem con cuatro hileras (foto 5).
Las máquinas trasplantadoras pueden llegar a trabajar con una capacidad de trabajo de 1.500 a 2.000 plantas por operario/hora, lo que supone aproximadamente de seis a ocho veces más de eficiencia que el trasplante realizado a mano. Los elementos generales que suelen presentar son: reja abridora del surco, recipiente de plantas, disco de alimentación, asientos bajos para los operarios y algún sistema de rodillo compresor. En las fotos siguientes (6,7 y 8), se muestran tres posibilidades.
En la foto 6, sobre suelo llano, se muestra la Super Prefer UTV. Es una trasplantadora para raíz desnuda, mediante un distribuidor por pinzas, que puede variar su número de diez a quince, y dos hileras de plantación, donde cada operario va sacando las plantas a raíz desnuda que tienen sueltas sobre unas baldas a su lado. Según el número de pinzas y cambiando engranajes, la distancia entre plantas puede variar de 19 a 65 cm. El peso de la máquina es de 335 kg. Ésta va montada en los tres puntos del tractor y apoyada sobre dos ruedas. Presenta una tolva para la aplicación de fertilizante.
En la foto 7, tenemos la trasplantadora Chechi-Magli modelo Dual Plus 12 Plus-4H trabajando sobre caballones. Esta trasplantadora de una sola hilera es específica para poner en el suelo plántulas enraizadas en terrón de turba de forma cónica o piramidal. Un operario va alimentando un distribuidor circular grande en posición horizontal de seis cubículos, accionado por las ruedas motrices. Este equipo fue presentado con una versión opcional a las ruedas apisonadoras, consistente en una especie de patín ancho a modo de esquí, para trabajar sobre terrenos blandos y áridos. La planta es colocada en los cubículos con la raíz hacia abajo, cayendo en caída libre desde el dosificador hasta el fondo del surco de plantación. Al caer la plántula, un vástago empuja al suelo para apretarlo en torno a ésta. Permite llevar cuatro bandejas de plantas en forma vertical.
Por último, en la foto 8, tenemos una trasplantadora autopropulsada Traibuenas Fp. En la foto está trabajando sobre dos caballones simultáneamente, uno de ellos con plástico. Realiza en forma alternada dos hileras de perforaciones por caballón con un vástago de accionamiento neumático, además de inyectar agua simultáneamente, para lo cual lleva un depósito de 600 litros. El movimiento es hidrostático y dispone de un motor diesel de 24 CV, regulándose hidráulicamente también la altura de la sembradora. La conducción por los caballones se hace mediante el uso de ruedas delanteras libres y traseras fijas, adaptándose así al surco del caballón. Cuatro operarios van colocando a mano las plantas en las cuatro hileras respectivamente, pudiendo llegar a colocar entre todos unas 8.000 plantas/h. Cada operario tiene dos bandejas, y el equipo tiene baldas para llevar veinticuatro bandejas. Para su traslado al concluir el trabajo, dispone de enganche a los tres puntos del tractor.
Maquinaria para recolección
En la gran mayoría de los cultivos, las labores de recolección pueden significar de un 40 a 50% de los costes totales; a su vez es demandante de una gran cantidad de mano de obra y un arduo trabajo. Por ese motivo, diferentes grados de mecanización en esta etapa tendrían un efecto positivo para abaratar los costos, suplir la escasez de mano de obra, o bien hacer el trabajo más llevadero y con posibilidad de incorporación de personas que en condiciones normales no podrían efectuarlo.
Se presenta el inconveniente de que muchos cultivos tienen una falta de uniformidad en el momento de la recolección, por lo cual esta labor debe hacerse selectiva, con varias pasadas, complicándose o limitándose cualquier proceso de mecanización, si bien existen prototipos selectivos y máquinas complejas. Así, mediante mejoras vegetales se ha podido simplificar la mecanización, pudiéndose utilizar máquinas más masivas, que a medida que van pasando, van cosechando todo. La recolección es más fácil si el producto va destinado a la industria, ya que permitirán un cierto nivel de daño, no así si es para consumo fresco, que deberá recolectarse con mucho más cuidado y en muchos casos no permitirá una mecanización integral del proceso de recolección.
Existe una amplia gama de equipos para la recolección, desde simples ayudas como carretillas y carros, o para diferentes etapas en la recolección si la labor se realiza en varios procesos como deshoje, arranque, hilerado, cargado, etc., hasta una recolección integral del cultivo mediante cosechadoras autopropulsadas.
Recogida y carga
Una posibilidad es la recogida de un producto previamente arrancado, sistema que suele ser usado cuando es necesario dejar secar el producto sobre el terreno. En la foto 9 se muestra un ejemplo de recogida en cebollas, donde previamente se habían cortado los tallos, arrancado las cebollas y posteriormente hileradas para su secado. Una vez secas, se utilizó una recogedora cargadora, que en el caso de la foto corresponde a un equipo Grimme GB 1500 ST, que está recogiendo y descargando simultáneamente las cebollas sobre un camión. Este equipo de recolección de dos filas es el mismo que ofrece este fabricante para recolección de patatas, al cual se le ha cambiado el sistema de arranque de cuchillas e instalado un sistema de cepillos, manteniéndose todos los mecanismos de limpieza y separación para su posterior descarga.
Asistencia a la recolección
Un sistema para ayudar a la recolección manual, principalmente para aquellos cultivos destinados a consumo en fresco, es el empleo de equipos que tienen una cinta transportadora, perpendicular a las hileras del cultivo. Este equipo va avanzando junto con los recogedores, los cuales selectivamente eligen la hortaliza (lechuga, bróculi, coliflor, etc.), la cortan y la depositan en la cinta transportadora, que la traslada hasta una mesa de confección o algún sistema de almacenamiento. En la foto 10, se muestra esta última situación, donde el equipo Argiles AFH está trabajando sobre un cultivo de lechuga. Presenta un brazo lateral de 5,5 m regulable en altura desde 0,20 a 1m sobre el suelo.
El brazo tiene una cinta transportadora que conduce las lechugas, depositadas previamente por los jornaleros, hacia un elevador que las dirige hacia un sistema automático e hidráulico de llenado de palots de hasta siete funciones. El llenador se alimenta de palots vacíos, mientras va descargando los ya llenos por la parte posterior del equipo. Este equipo autopropulsado tiene una potencia de 28 CV y dos marchas, lo que le permite velocidades entre 0 y 20 km/h.
Recolección integral
Otro escalón dentro de las etapas de recolección mecanizada es la recolección completa del cultivo para su posterior manipulación, presentándose en la foto 11, una cosechadora autopropulsada (Ortomec-Lechuga), la cual está realizando la recolección de dos hileras de lechugas simultáneamente, con un ancho de trabajo de aproximadamente 1,30 m. El corte en la base de la lechuga se realiza con una cuchilla cerrada oscilante, manteniéndose constante la altura de la plataforma mediante dos rodillos. Después de su corte, la lechuga es elevada a la parte posterior, donde dos operarios se encargan de colocarlas en cajas. Este equipo multifuncional tiene una serie de accesorios o modificaciones para la recolección de otros productos, como plantas aromáticas, perejil, acelga etc., y una serie de complementos, como banda sinfín de descarga, ruedas orugas y sistema de remolque.
Una cosecha integral es la que se da normalmente en el cultivo de la patata, siendo éste el cultivo que presenta la recolección más mecanizada, ya que están solucionadas prácticamente todas las etapas, desde simples arrancadoras, hasta cosechadoras integrales. No obstante, es importante contemplar una serie de factores, como el suelo, cantidad de tierra aporcada, y que también se recolectan múltiples elementos, como tierra, terrones, piedras, malas hierbas, patatas madres etc., que deben ser separados, además de la necesidad de eliminar previamente el follaje por medios mecánicos (siega, recolección) o químicos (defoliantes).
Los equipos más nuevos tienden a incorporar elementos que minimicen el posible daño en las patatas, como se muestra en la foto 12, donde muchas piezas de la cosechadora Bolko 2-643/1 están forradas en plástico (varillas con funda de goma o el tapiz del separador de impurezas también de goma) para evitar daños. Esta máquina remolcada de una sola fila de recolección, presenta mecanismos que permiten separar las hojas, no siendo necesario cortarlas o secarlas previamente. Tiene un recogedor de piedras (depósito de 100 kg), sistema de alarma eléctrico y desembrague hidráulico, mandos hidráulicos, vaciado hidráulico por tapiz sin fin y una tolva con capacidad para 1.250 kg de patatas. El rendimiento medio es de 0,15 ha/h, con una velocidad de trabajo de 1,5 a 5 km/h. Está diseñada para trabajar con anchos de surco de 67,5 cm con flujos de piedras de hasta cinco toneladas por hora, y terrenos de hasta cinco grados de inclinación. El peso total de la máquina es de 1.830 kg, necesitando una potencia de tracción mínima de 30 CV, con un ancho de trabajo de 0,625 a 0,70 m. Presenta accesorios para recoger cebolla y remolacha y otro para zanahorias.
Otros cultivos de cosecha integral son aquellos en los cuales se cosechan las hojas mediante el empleo de una segadora-cargadora (para productos destinados a la industria), que en el caso de espinacas puede llegar a tener una productividad de cien a trescientas veces superior al corte manual, con pérdidas de entre un 6 y un 10% y una capacidad de trabajo de 0,5 ha/h por metro lineal de corte. En la foto 13, se aprecia una cosechadora autopropulsada de hojas (espinacas) de gran tamaño, Prodelcampo AXP 2000, de unos tres metros de ancho de corte. Presenta una plataforma frontal donde un molinete con dedos levanta las hojas para ser cortadas por una barra de corte, siendo después elevadas a una gran tolva posterior. La altura de corte se mantiene uniforme gracias a la presencia de rodillos bajo la plataforma; así, ésta va adaptándose a los cambios del relieve. Al llenarse, la tolva es volcada lateralmente a un camión.
En otros tipos de cultivos, para el aprovechamiento de tallos (puerros) o raíces (zanahorias, chirivías) los cuales presenten abundante y resistente área foliar, se puede realizar un arranque por tracción. Esta metodología consiste generalmente en dos correas o bandas prensoras de las hojas, las cuales están montadas en un plano con un cierto ángulo con respecto al suelo y con movimiento en sentido contrario al avance y una velocidad lineal levemente superior a la de avance de la máquina. Estas bandas agarran la planta y la arrancan prácticamente dando un tirón en forma vertical; a su vez, suelen estar ayudados por unas pequeñas rejas para ir soltando la tierra en torno a las raíces. En el caso de cosecha de zanahorias con equipos arrastrados de una sola hilera, se llega a capacidades de trabajo de 0,15-0,20 ha/h.
Se muestran a continuación dos ejemplos, uno para tallos recolectando puerros, con una cosechadora arrastrada Simon RPN-EL de una hilera. En esta máquina, las plantas son arrancadas y elevadas (en forma colgada), mientras unas barras oscilantes van golpeando o batiendo el elevador para limpiarlas de tierra. Después caen sobre una cinta transportadora, perpendicular al sentido de trabajo, donde un operario va ordenando los puerros, mientras que otro va cargándolos sobre una plataforma lateral que puede ser subida o bajada hidráulicamente (foto 14). El ejemplo para raíces, en este caso zanahorias, es una cosechadora de arrastre de dos hileras Hidagri, con un requerimiento de potencia mínima de 45 CV. El equipo va soportado sobre ruedas, las cuales permiten una regulación de trocha de 1,5 a 2,0 m siendo estas ruedas, además, directrices. Tras arrancar la planta, ésta es elevada (de igual forma que la máquina anterior) hasta un sistema de corte (foto 15), eliminándose las hojas por la zona posterior de la máquina, mientras que las zanahorias son conducidas mediante cintas para su llenado en sacas de 500 a 1.200 kg.
Artículo publicado completo
en Vida Rural nº 171. 15 de junio de 2003.
Titulo | Autor | Número | Fecha |
Teresa de Jesús Bartolomé García, Rocío Velázquez Otero, Mercedes Gómez-Aguado Gutiérrez, Manuel Martínez Cano. | VR-182 | 01/02/04 |
La comercialización de productos hortícolas en Almería
Las alhóndigas son los principales centros de comercialización, privados y en origen
Jerónimo González Zapata. Ingeniero Técnico Agrícola.
Los horticultores almerienses comercializan sus productos principalmente mediante asociaciones con personalidad jurídica propia: Sociedad Anónima (SA); Sociedad Cooperativa Andaluza (SCA) y Sociedad Agraria de Transformación (SAT), pudiendo hacerlo también por medio de mayoristas o empresas comercializadoras, si bien el tanto por ciento del producto vendido por estas dos últimas vías es pequeño en relación con el volumen total comercializado.
Tradicionalmente, los contactos vendedor-comprador se realizaban de forma generalizada en lugares informales (el bar, la plaza) durante las fechas de campaña. Este sistema se ha ido perfeccionando a través de diversas iniciativas que han potenciado la aparición de lugares físicos donde concurren la oferta y la demanda, denominados mercados.
Estos mercados en origen, entendidos como centros físicos de contratación, los podemos clasificar en tres tipos: Alhóndigas o corridas, Lonjas de Contratación y Red Mercosa, centrando el primero su actividad fundamentalmente en la producción hortícola, sobre todo en la costa de Almería, Málaga y Granada.
Las Alhóndigas o corridas
Son centros de comercialización privado en los que se produce la concurrencia de la oferta y la demanda, realizándose las ventas por el sistema de subasta a la baja.
La subasta a la baja está justificada por el carácter perecedero del producto, generalmente hortalizas, ya que si la subasta fuese al alta, podrían quedar productos sin vender, que perderían su valor en poco tiempo.
En relación con el papel desempeñado por cada persona que participa en la subasta, señalaremos al alhondiguista como aquel que recibe los frutos del agricultor y se responsabiliza de su venta y pago del precio conseguido en la operación, deducido el canon correspondiente. Dispone y controla las operaciones de pesaje y estibamiento de los productos. Interviene en las relaciones con otros establecimientos similares para establecer turnos y horarios de apertura y cierre, recepción de frutos, celebración de subastas y normativas comunes y particulares. A veces suministran a los agricultores artículos y materias para el cultivo y anticipos en metálico.
Por su parte, el agricultor una vez que entrega sus frutos y recibe el resguardo con el peso bruto y el descuento por envases, debe esperar el resultado de la subasta, pudiendo asistir a ella y si no está dispuesto a que su cosecha sea vendida por debajo de un determinado nivel de precio, puede intervenir "cortando" como comprador y se retira la mercancía. En este caso, el alhondiguista no cobra su comisión. Si la venta se lleva a efecto sin su intervención, puede cobrar en un plazo variable, que va de 2 a 15 días después de realizada la venta.
Por último, los compradores, integrados por mayoristas de mercado interior, exportadores, comisionistas que compran para manipuladores o comerciantes diversos, eligen libremente las alhóndigas donde asisten para realizar sus pujas. Una vez que "cortan" la subasta al nivel de precio que les interesa, eligen, entre todos los géneros que quedan sin vender, las partidas completas que les convienen. Para liquidación de los frutos comprados se entiende con el alhondiguista.
Sistema general de funcionamiento
Las alhóndigas de cada localidad se organizan en fechas de apertura, turnos de subastas, horas de comienzo, etc., a fin de que todos los compradores tengan oportunidad de asistir a todas las subastas. La venta se realiza por el sistema de subasta a la baja, por especies y, en el caso de algunos productos, por variedades o tipos, atendiendo a determinadas características, por ejemplo: "pimiento california amarillo".
Cada alhóndiga prevé las horas de apertura con anterioridad a la subasta para llevar a cabo la recepción, pesado y estibado de los frutos. Los servicios de descarga y movimiento de los géneros se descuentan junto con la comisión del importe conseguido, antes de que lo perciba el agricultor, consistiendo dicho descuento en un porcentaje variable según los servicios prestados sobre el precio de venta.
Entre las ventajas para el agricultor de estos canales de comercialización se cuentan las siguientes:rapidez en el cobro; presencia del agricultor en el acto de la venta conociendo en ese momento el precio de su mercancía; el agricultor puede "cortar" la subasta y retirar su mercancía cuando no le interese el precio; y como última ventaja, el que cualquiera puede llevar su producción sin requisitos de ser socio, de cantidad y calidad, de especies y variedades, etc.
Entre los inconvenientes se pueden mencionar: la falta de transparencia (en las pizarras aparecen los precios de venta pero no las cantidades de género correspondientes); que el agricultor se desliga de la mercancía en el momento de la subasta por lo que no percibe la parte de valor añadido en todo proceso de la comercialización; y que gran parte de esta mercancía es comercializada (al mercado interior y al extranjero) por comerciantes de otras provincias con sus marcas respectivas, en detrimento de cupos y prestigio para Almería.
Alhóndigas ECOHAL
La Asociación de Empresarios Comercializadores de Productos Hortofrutícolas de la Provincia de Almería, ECOHAL, es una organización empresarial sectorial que integra a la práctica totalidad de las empresas que comercializan en origen los productos hortofrutícolas extratempranos que se producen en Almería.
A estas empresas en donde concurren libremente compradores y vendedores de productos hortofrutícolas para comercializar sus productos a través de subastas, se las conoce habitualmente con el nombre de Alhóndigas, por lo que el identificativo de la asociación es: "Alhóndigas de Almería".
Paralelamente, muchas de las alhóndigas han desarrollado también sus propias empresas de comercialización en destino, con lo que ofrece un completo servicio comercial a sus clientes.
La asociación se constituyó en marzo de 1986 y se integra el 11 de abril de 1986 en la Confederación Empresarial de la Provincia de Almería "Asempal", y a través de ella, de CEOE, CEPYME y CEA. Actualmente ha incrementado su composición con la entrada en la asociación a finales de la década de los noventa de alhóndigas pertenecientes a las provincias de Granada y Málaga.
Relación de Alhóndigas integradas en ECOHAL:
- Almería: Agrupaadra; Agrupaalmería; Mullor Sánchez; Agroejido; Agroponiente; Agrupaejido; Cehorpa; E.H. Femago; Mercados del Poniente; Agrocañada; Agro San Isidro; Agroponiente-Nijar; Agrupanijar; Roquevicar; SAT Costa de Almería y Agromullor
- Málaga: Navas Carrillo, S.L.; González González Hnos. S.L. y Hnos. Salvatierra, S.L.
- Granada: Agrocarchuna Motril, S.A.; Agrocastilan, S.A.; Agrocastell, S.A.; Agruporticola, S.A.; Mercomotril, S.A.; Fulgencio SPA, S.L.; Miguel García Sánchez e Hijos, S.A.; Vega Costa Motril, SCA y Agrupación de Labradores El Pozuelo.
La Subasta en CASI
La subasta en la Cooperativa Provincial Agrícola y Ganadera San Isidro, S.C.A, (CASI), sigue sus propios pasos a la hora de realizar la subasta:
Normalización de Productos:
En CASI, es el agricultor quien realiza la labor de normalizado y tipificación más importante.
El agricultor, en su propia finca, se encarga de confeccionar el género clasificándolo según categorías (I, II), calibre y colores, en los diferentes tipos de envases facilitados por la entidad (bateas, platos de 6 kg.). Esta labor de clasificación la realiza mediante pequeñas máquinas calibradoras, que esta cooperativa pone a disposición del agricultor, por lo que, tras la venta de los productos en la subasta, no es necesario su transformación, sino que directamente puede ser cargado y llevado a su lugar de destino.
En algunos casos, CASI se ve obligada a renormalizar los productos en otro tipo de envase de peso inferior (cartón, madera), generalmente, a petición de clientes extranjeros.
Desde la campaña 97-98 y como consecuencia de intentar ofrecer un nuevo servicio al agricultor, CASI normaliza productos en sus instalaciones para aquellos agricultores que, o bien por necesidad o por voluntad propia, quieran que se les normalice en la cooperativa.
Entrada de géneros-agricultores
El agricultor deposita su producto en la báscula, el cual es pesado en la misma y se genera mediante ordenador un albarán, quedando dicho albarán en poder del agricultor. A su vez, se generan de forma automática por cada una de las líneas que componen el albarán o pesadas, una copia con código de barras para adherir a la partida entregada. También se genera un justificante de envases.
Una vez finalizada la subasta, mediante la lectura del código de barras identificativo que figura en cada una de las partidas, quedan valoradas cada una de las líneas que componen el albarán del agricultor con el precio alcanzado. El agricultor puede efectuar la consulta de los precios alcanzados por sus productos, mediante terminales interactivos (similares a los cajeros bancarios), llamados Terminales de Información al Agricultor, que funcionan mediante tarjeta de códigos de barras personalizada, y que a su vez, le suministran información de todos los precios y kilos por corte de la subasta, en función del producto, la variedad y el calibre, así como la estadística comparativa con el año anterior de las ventas realizadas de los productos aportados por el agricultor durante el ejercicio en curso. Y finalmente, le da la posibilidad de obtener mediante impresión, todas las facturas que no hubiesen retirado con anterioridad.
Proceso de subasta:
El proceso de subasta de un día determinado se divide en: Tirones, cortes y tiempo de "sacar género".
- Tirón: Espacio de tiempo subastando productos.
- Corte: Es cada uno de los distintos precios a los que cotiza un producto determinado. Normalmente, un tirón está compuesto de varios cortes o precios de un mismo producto.
- Sacar géneros: Espacio de tiempo contrastando la calidad y seleccionando las partidas para ajustarse a los kilos comprometidos en un corte o precio.
El proceso de subasta es del siguiente modo:
Antes de comenzar a subastar productos, los clientes compradores examinan en el recinto de la subasta los productos que van a ser subastados, comenzando a continuación el jefe de Ventas la subasta en el primer tirón. En ese momento comunica a todos los compradores qué género va a comenzar subastando. El precio de cotización del producto se coloca muy por encima del primer precio de mercado del día anterior (que previamente conoce el jefe de Ventas) y comienza a descender a la baja. Cuando se llega a un determinado precio, un cliente pulsa el botón indicando al jefe de Ventas los kilos que va a sacar aproximadamente, en ese momento, otros pueden decir que a ese precio van a sacar unos kilos determinados y otro grupo que también va a sacar género a ese precio. A estos dos últimos grupos se les llama clientes reenganchados a un determinado corte o precio de un producto.
Una vez que se han producido varios cortes de todos y cada uno de los distintos productos que hay en la subasta, el jefe de Ventas indica a los clientes compradores que el tirón ha terminado y que es necesario ir a sacar el género, teniendo preferencia el comprador que pujó el precio más alto (si son reenganchados deberán respetar su turno después del cliente que realizó la puja) y así sucesivamente.
Una vez que los clientes han sacado todo el género subastado previamente, el Jefe de Ventas les indica que se desplacen a la sala de ventas para proceder a realizar el segundo tirón. Este proceso de tirones y sacar el género se realiza varias veces hasta que se venden todos los productos que hay en la subasta: por eso el tiempo de subasta suele depender de la cantidad de mercancía que haya en el recinto y también de cómo esté la demanda en cada momento; si la demanda está fuerte, la venta es muy rápida, si la demanda está floja, la venta se hace muy pesada y lenta.
Por tanto, el proceso de subasta se realiza por productos separados (pudiendo subastar distintas variedades de un mismo producto a la vez) y no se realiza la subasta de varios productos a la vez.
La subasta dispone de unos terminales de información, donde el agricultor puede consultar la pizarra de ventas en las que puede ver las cotizaciones de los diferentes artículos y los kilos que han sido escogidos a cada precio, lo que permite conocer en todo momento y con una absoluta transparencia la situación real del mercado en origen.
Este proceso es instantáneo, pues los operarios encargados de tomar nota de las partidas escogidas para los clientes compradores llevan unos terminales portátiles que están conectados vía radio con el ordenador central, lo que permite conocer al agricultor en "tiempo real" los kilos que han escogido en cada corte.
Artículo publicado completo
(con fotos, cuadros y gráficos)
en Vida Rural nº 139. 15 de noviembre de 2001.
Titulo | Autor | Número | Fecha |
S.Soler, J.Valcárcel, P.Fernández de Cordova, F.Nuez y J.Cebolla Cornejo | VR-133 | 15/07/01 |
Las variedades tradicionales de cultivos hortícolas
En Valencia se trabaja para recuperar estas variedades de manera que sean rentables en las explotaciones
S.Soler, J.Valcárcel, P.Fernández de Cordova, F.Nuez. Centro de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (COMAV) de la Universidad Politécnica de Valencia.
J.Cebolla Cornejo. Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias. Montcada. Valencia.
España, y en especial su zona litoral mediterránea, posee un amplio patrimonio hortícola, fruto de siglos de dedicación a la agricultura y de la huella que han dejado los sucesivos pueblos que han pasado por nuestro país a lo largo de varios siglos. El objetivo es conseguir adaptar las variedades tradicionales a las nuevas necesidades de la agricultura, de manera que sean rentables para las explotaciones.
España, y en especial su zona litoral mediterránea, posee un amplio patrimonio hortícola, fruto de siglos de dedicación a la agricultura. Un patrimonio que debemos en parte a la gran variedad de condiciones agroclimáticas, así como a la huella que han dejado los sucesivos pueblos que han construido nuestro país. Entre otros, los pobladores íberos, los griegos, fenicios y cartagineses, y en especial los romanos y musulmanes, han contribuido al desarrollo de la agricultura, diversificando las especies cultivadas, desarrollando las redes de regadío y adoptando distintos aperos para el cultivo de la tierra.
Con el descubrimiento de América se produjo un intercambio de material vegetal, introduciéndose en España nuevas especies, que si bien inicialmente sufrieron desigual aceptación, hoy en día constituyen gran parte de la producción hortícola de nuestro país.
Durante todo este tiempo los agricultores han ido desarrollando ecotipos adaptados a condiciones locales y seleccionando variedades. No es, por tanto, de extrañar que después de siglos de selección dispongamos de un impresionante patrimonio formado por variedades tradicionales o locales de muchos cultivos, en su mayor parte caracterizadas por su excelente calidad. Un esfuerzo que ya describía Antonio José Cavanilles (1792-1794) en sus descripciones de la huerta de Valencia: "La inmensa población y riquezas del recinto que vamos a examinar depende del Turia, y quizá más del modo con que allí se aprovechan las aguas, y de la inteligencia, constancia y ardor infatigable con que se cultiva el suelo. (...) Jamás descansa el suelo de estas huertas, sucediéndose las cosechas sin interrupción; por esto pues, y por ser el suelo de suyo poco feraz, se ven los labradores en un continuo movimiento. No pone allí la noche términos al trabajo (...)"
Cambio en los sistemas de producción
Sin embargo, los cambios producidos en la estructura de la empresa agraria han supuesto un duro golpe para todas estas variedades tradicionales. Las unidades productivas familiares, en las que la mujer y los hijos colaboraban en la producción, han ido desapareciendo a través de un proceso de industrialización de la agricultura, surgiendo nuevas empresas agrarias, con una estructura y unos objetivos diferentes, en las que las variedades tradicionales no han tenido cabida.
Estas nuevas unidades productivas se decantan por el monocultivo, con una utilización elevada de insumos que requiere el uso de variedades mejoradas de elevado rendimiento para amortizar las inversiones realizadas.
Estos cambios han propiciado la desaparición de los huertos familiares para autoconsumo, en cuya conservación la mujer ha jugado un papel clave. La desaparición de éstos, donde se cultivaban variedades tradicionales de numerosos cultivos ha supuesto una gran pérdida de agrodiversidad.
En todo este contexto, hay que añadir los cambios producidos en la cadena producción-consumo. Los agentes de la cadena (productor de semillas, agricultor, distribuidor, almacenista, comerciante, consumidor) tienen intereses contrapuestos y entre ellos han primado las demandas de los distribuidores, imponiendo tipos uniformes de fácil manejo y almacenamiento. Es decir, no se ha puesto ningún énfasis en la calidad interna de los frutos, que es lo que al final demanda el consumidor.
Las variedades tradicionales tienen un mercado restringido, requiriendo reducidos volúmenes de semillas. A los grandes productores de semillas les interesa desarrollar variedades con una gran capacidad de adaptación general y cuyos frutos puedan venderse en cualquier mercado. En consecuencia no han mejorado las variedades locales.
Las variedades mejoradas atraen más a los agricultores, ya que presentan mayores producciones y resistencias a enfermedades, resistencias que no presentan las variedades tradicionales.
De esta forma se va produciendo la sustitución de las variedades tradicionales por las mejoradas. Actualmente, ya hemos perdido una parte considerable de este patrimonio agrícola.
Es en la década de los ochenta, cuando un grupo de investigadores de la Cátedra de Genética de la Universidad Politécnica de Valencia, sensibilizados con la problemática planteada con la pérdida de la agrodiversidad, decidieron llevar a cabo colectas de materiales de hortalizas tradicionales, menores o en desuso.
Como consecuencia de estas colectas surgió la necesidad de conservar todo este material recogido de manos de los agricultores, que lo habían guardado durante años. Nació, de esta forma, el Banco de Germoplasma de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), dedicado a la colecta, caracterización y conservación de recursos fitogenéticos.
Desde entonces las colectas por la península ibérica y los archipiélagos canario y balear se han sucedido. Incluso se han ampliado, incluyendo expediciones a América del Sur para colectar tipos autóctonos y especies silvestres relacionadas con las cultivadas.
Actualmente, en este banco se conservan 6.267 entradas de variedades tradicionales de distintas especies. Destaca, en particular, la colección de entradas de tomate, que es una de las más completas del mundo, tanto en tomate cultivado como en especies silvestres relacionadas.
Labores del Banco de Germoplasma
Estas entradas se conservan en cámaras especialmente diseñadas para su conservación a -3ºC. La sequedad de las semillas se garantiza guardándolas en tarros de vidrio herméticos y con gel de sílice como desecante.
Aún así, debido a la pérdida de germinabilidad, todas las entradas se tienen que reproducir cada cierto tiempo, recogiendo nueva semilla que se almacena junto con las originales.
La labor no acaba en la colecta y conservación de los materiales, sino que es necesario proceder a su caracterización. En ésta se evalúan las distintas características morfológicas y agronómicas de las entradas, siguiendo descriptores de uso internacional.
Toda la información se almacena en bases de datos con todo tipo de apuntes de interés acerca de estas entradas, facilitando el intercambio de información entre distintos bancos de germoplasma. Este sistema permite clasificar las entradas, elaborando catálogos de semillas, de gran utilidad para los mejoradores.
En estos momentos ya se dispone de catálogos de semillas de tomate, pimiento, melón, sandía, coliflor y bróculi y calabaza, y están pendientes de publicar los catálogos de col, lechuga, cebolla, acelga, berenjena y especies menores.
Mediante la caracterización también podemos conocer la variabilidad existente en las entradas colectadas. Estos datos servirán para, posteriormente, establecer colecciones nucleares, manteniendo la máxima variabilidad de una especie en el menor número de entradas. Estas colecciones nucleares nos permiten eliminar duplicados del banco de germoplasma.
Como podemos imaginar, cuesta un gran esfuerzo mantener una colección de más de 6.000 entradas que se han de reproducir periódicamente, de forma que no es viable mantener entradas que aunque hayan sido colectadas en sitios distintos presenten una gran semejanza.
Manteniendo las variedades en un banco de germoplasma nos aseguramos de su conservación a largo plazo. Sin embargo, este tipo de conservación plantea una serie de problemas. Uno de ellos es que al poder conservar sólo un número reducido de semillas, se produce un proceso de deriva genética que reduce la variabilidad.
Por otra parte, al introducir las entradas en un banco de germoplasma impedimos, en cierto modo, el proceso natural de evolución, ya que eliminamos la interacción de las plantas con el medio ambiente. A pesar de todo, todavía hay un problema más importante: corremos un grave riesgo de encontrarnos ante grandes cementerios de semillas si al final nadie va a usar todo este material.
Por tanto, llegamos a la conclusión de que la conservación ex situ en un banco de germoplasma, siendo necesaria, no es la única acción a llevar a cabo para afrontar la conservación de las variedades tradicionales. La mejor forma de preservar este patrimonio es promoviendo su conservación activa, es decir, la conservación llevada a cabo por los propios agricultores, mediante la recuperación del cultivo de estas variedades.
Con esta filosofía se creó en 1999 el Centro de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (COMAV) de la U.P.V., que integra el antiguo Banco de Germoplasma de la misma universidad. De esta forma, en el Centro nos hemos propuesto obtener variedades tradicionales competitivas que sean rentables al agricultor, pero que mantengan las características que han adquirido durante siglos de selección. Para ello se han establecido programas de mejora genética adaptados a cada especie. Como ejemplo presentamos las actividades encaminadas a la recuperación de las variedades tradicionales de tomate de la Comunidad Valenciana.
Recuperación de las variedades tradicionales de tomate de la Comunidad Valenciana
Las variedades tradicionales de tomate de la Comunidad Valenciana presentan condiciones favorables para poder recuperar su cultivo. Se trata de frutos de alta calidad, con un excepcional sabor, elevada solidez y carnosidad, por lo que obtienen precios en el mercado superiores a los de los híbridos comerciales.
Además, en muchos casos se emplea el ciclo de cultivo de primavera-verano con recolección desde Junio a Septiembre, de forma que se reduce la competencia del tomate de invernadero con ciclos de cultivo más tempranos que evitan el exceso de calor en verano.
Sin embargo, también presentan algunos defectos, como la falta de productividad. Estas variedades han sido seleccionadas durante años por los agricultores, que muchas veces han valorado el sabor de los frutos por encima de otras características como la producción. Además, durante el largo proceso de selección, el cultivo se realizó al aire libre con un abonado basado en el estercolado, por lo que no se trata de variedades adaptadas a los nuevos sistemas de cultivo: invernaderos, fertirrigación, etc.
Se añade, como última y principal desventaja, que estas variedades son susceptibles a muchas enfermedades, de forma que en cualquier momento la incidencia de una enfermedad puede provocar cuantiosas pérdidas.
Por tanto, a la hora de abordar la recuperación del cultivo de estas variedades nos encontramos frente a tres puntos que podemos mejorar: productividad, adaptación a nuevos sistemas de cultivo y resistencia a enfermedades.
1. Incremento de la productividad. El mayor precio de venta compensa con creces los menores rendimientos, de forma que este problema es, de momento, secundario. Sin embargo, conviene añadir que el desarrollo de marcas de calidad asociadas a las variedades tradicionales de tomate de la Comunidad Valenciana, favorecería la identificación de estos productos por su elevada calidad, consolidando su posición en un sector del mercado dispuesto a ofrecer mayores precios por ellos.
2. Adaptación a los nuevos sistemas de cultivo. Nos encontramos ante un problema de solución fitotécnica. Es decir, es más fácil encontrar las condiciones óptimas de cultivo para estas variedades, que adaptar las variedades a los sistemas de cultivo. Por ejemplo, si pensamos en emplear la fertirrigación con este tipo de variedades hemos de tener en cuenta que una proporción elevada de nitrógeno puede favorecer un crecimiento vegetativo exagerado, en contra del desarrollo de frutos. Por tanto, habría que analizar cuáles son las proporciones de nutrientes apropiadas para estas variedades. Siempre hay que tener en cuenta que todos los sistemas que aceleren el desarrollo del fruto pueden ir en detrimento de su calidad.
3. Resistencia a enfermedades. Como hemos dicho, estas variedades son especialmente susceptibles a las enfermedades, lo que dificulta enormemente su cultivo. Las virosis se han convertido en los principales factores limitantes de la producción de tomate en nuestro país. A los efectos devastadores de este tipo de enfermedades se suma el hecho de que no disponemos de medios de lucha químicos (tratamientos fitosanitarios), físicos (lucha contra los vectores de transmisión) o biológicos eficaces.
En estas condiciones, la resistencia genética es la mejor estrategia para hacerles frente. Por tanto, el primer objetivo que nos hemos propuesto en nuestro centro, en colaboración con el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), es la introducción de resistencia genética a virosis, en concreto aquellas causadas por el virus del mosaico del tomate (Tomato Mosaic Virus, ToMV), el virus del bronceado del tomate (Tomato Spotted Wilt Virus, TSWV) y el virus del rizado amarillo del tomate (Tomato Yellow Leaf Curl Virus, TYLCV).
Erosión genética de variedades
Dentro de este programa de mejora genética, una de las primeras acciones que hemos tomado ha sido la de intensificar las expediciones de colecta, esta vez encaminadas específicamente hacia la recogida de variedades tradicionales de tomate .
En las últimas colectas en la huerta de Valencia hemos constatado la erosión genética que han padecido estas variedades. Es decir, ya hemos perdido muchas variedades, y son pocas las que todavía se conservan. Éstas, además, están en constante peligro de desaparición.
A parte del cambio en la estructura de la empresa agraria, con la desaparición de las unidades productivas familiares, y el reemplazo de las variedades tradicionales por variedades mejoradas, nos podemos encontrar con otros factores que afectan a la desaparición de estas variedades, como son:
- Crecimiento de núcleos urbanos. Este es un problema de importancia en áreas como la huerta de Valencia. En esta zona se produce una reducción de la zona de huerta debido a la expansión descontrolada de la ciudad. A esto se añaden problemas derivados como el robo y vandalismo en las zonas limítrofes y la contaminación de las acequias, con la consiguiente pérdida de calidad del agua de riego.
- Altos costes de producción. Los elevados costes de producción, junto con el minifundismo que se practica en esta zona, limita la viabilidad de los huertos. Hay que destacar que en las dos últimas décadas los costes de producción han experimentado una fuerte evolución al alza, mientras que los precios de los productos hortícolas, si bien no se han estancado totalmente, no han sufrido una evolución en la misma proporción. Todo ello ha conllevado una disminución de la renta agraria, que pone en peligro a las pequeñas explotaciones agrarias.
- Reconversión de la huerta al cultivo de cítricos. Éste es un problema asociado al anterior. La baja rentabilidad de los huertos ha impuesto la necesidad de dedicarse a la agricultura a tiempo parcial. De esta forma se ha propiciado la reconversión del cultivo de hortalizas a cítricos, ya que éstos son menos exigentes en mano de obra y se aprovechan los numerosos canales de distribución de esta zona.
- Edad de los agricultores. Una parte importante de las variedades tradicionales de tomate se mantienen gracias al cultivo que llevan a cabo agricultores de avanzada edad, que sólo producen para su propio consumo. El mantenimiento de estas variedades está ligado a la dedicación de estos agricultores, de forma que se prevé su desaparición a corto plazo.
Otra de las actividades desarrolladas en el COMAV es la caracterización de los materiales colectados. Hemos clasificado las entradas en cinco grupos: tipo "Valenciano", tipo "Muchamiel", tipo "Pimiento", tipo "de penjar" y un quinto grupo con tomates de morfología variada y con piel amarilla, (que da color rojo al fruto) o transparente (que da color rosado al fruto), de cultivo y uso muy localizado.
De los cuatro primeros grupos seleccionamos varias entradas por sus características morfológicas y agronómicas. Hay que destacar la gran variabilidad observada en las entradas caracterizadas, tanto en forma, tamaño, color como en producción. Esto nos anima a abordar en programas futuros una mejora de la producción, aunque siempre anteponiendo la calidad del fruto.
Actualmente nos encontramos en los primeros pasos del programa de mejora, cruzando las variedades seleccionadas con materiales resistentes al ToMV, TSWV y TYLCV, para introducir en estas variedades genes de resistencia. Este es un largo proceso en el que es muy importante seleccionar de forma adecuada para no perder las características de las variedades tradicionales.
La selección asistida por marcadores moleculares de los materiales que incorporan los genes de resistencia, es actualmente la metodología más adecuada. De esta forma se acelera el proceso de selección y por tanto se reduce considerablemente la duración del programa de mejora.
Como hemos dicho las variedades tradicionales de tomate tienen dos características que les dan un valor añadido: por una parte, se trata de variedades adaptadas a condiciones locales y por otra, poseen excepcionales cualidades organolépticas. Ambos son caracteres complejos que se basan en gran cantidad de caracteres concretos controlados a su vez por uno o varios genes. Por ejemplo, uno de los componentes principales del sabor es la acidez. Esta deriva de la combinación de un elevado número de ácidos orgánicos, que a su vez están implicados en diferentes rutas metabólicas, controladas por numerosos genes.
Es decir, nos encontramos ante un enorme entramado genético similar a un complicado andamio, en el cual, si eliminamos una pieza corremos el riesgo de que todo el complejo se venga abajo. Del mismo modo si cruzamos las variedades tradicionales con otras resistentes, perdemos parte de este entramado. Por ello, es necesario utilizar un programa reiterado de retrocruzamiento en la variedad tradicional que, automáticamente, recupera gradualmente su acerbo genético.
Resumiendo, nuestro objetivo actual es conseguir, en un periodo de tiempo razonable, variedades tradicionales con resistencia a virosis que puedan ser cultivadas de forma rentable. De esta forma, no sólo conseguiremos conservar este patrimonio de forma activa, sino que también ofreceremos una alternativa a los agricultores mediante la especialización en el cultivo de materiales de alta calidad. El esfuerzo no tiene precio si al final conseguimos recuperar nuestro pasado.
Agradecimientos
Los autores agradecen a la Consellería de Agricultura, Pesca y Alimentación de la Comunitat Valenciana la concesión del proyecto de investigación "Conservación y mejora de variedades tradicionales de tomate" (GV-CAPA00-19)
Jaime Cebolla Cornejo agradece al Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) la concesión de una beca de doctorado.
Artículo publicado completo
(con fotos, cuadros, gráficos y bibliografía)
en Vida Rural nº 133. 15 de julio de 2001.
Titulo | Autor | Número | Fecha |
C. Zaragoza y S. Gascón | VR-100 | 15/01/00 |
Uso racional de herbicidas en cultivos hortícolas
C. Zaragoza y S. Gascón.
Unidad de Sanidad Vegetal. Servicio de Investigación Agroalimentaria. Zaragoza.
El autor analiza las diferentes formas de control de las malas hierbas en las distintas fases de los cultivos hortícolas extensivos, detallando las prácticas que es necesario evitar, así como las buenas prácticas de aplicación para un uso racional, efectivo y respetuoso con el medio ambiente de los herbicidas.
El empleo de herbicidas en los cultivos hortícolas extensivos, como en cualquier otro cultivo, ha de estar integrado con las demás prácticas agronómicas de manejo de las malas hierbas. Pero, para ello, hay que tener en cuenta las características propias de la horticultura: pocos herbicidas registrados para la mayoría de los cultivos, rotaciones cortas y, por esto, peligro de excesiva persistencia herbicida en el suelo que puede dañar semillas, plantas o producciones valiosas, múltiples tipos de riego, trasplante con cepellón, raíz desnuda o siembra directa, empleo de plástico en diversas formas (acolchado, microtúnel...), proximidad del nivel freático o de zonas acuáticas sensibles, etc., todo lo cual va a condicionar la aplicación de los herbicidas.
Ante todo, es necesario insistir en que es esencial utilizar los herbicidas autorizados para cada cultivo determinado, conociendo su dosificación y condicionantes (Por ejemplo: cuadro I para el tomate) y su eficacia prevista sobre la flora a combatir (Fernández Quintanilla et al., 1999).
Herbicidas de preplantación y postplantación en aplicación dirigida al suelo
En la mayoría de cultivos de trasplante (por ejemplo: tomate, col...) la colocación de las plantas se efectúa enterrando las raíces y una porción del tallo. Ello permite utilizar herbicidas no selectivos antes del trasplante. La protección del cultivo se basa en la selectividad de posición y, entonces, las dosis herbicidas suelen ser bajas. En general, es necesario que se incorpore ligeramente el herbicida mediante el riego por aspersión o la lluvia. Como es sabido, los tratamientos actúan mejor si el suelo está húmedo y el crecimiento de las hortalizas es rápido, compitiendo vigorosamente con las hierbas.
Un herbicida que necesita incorporación mecánica ha de ser mezclado cuidadosamente con el suelo a la profundidad adecuada. El control de las malezas anuales se logra con una incorporación superficial (2-5 cm). El apero utilizado para incorporar herbicidas ha de estar en buen estado. Por ejemplo, las cuchillas de la fresadora han de estar afiladas. Las cuchillas en "L" son las que mejor incorporan productos fitosanitarios (Kempen, 1993).
Para una correcta incorporación, el suelo no debe estar demasiado húmedo o demasiado seco. En el primer caso, es preferible cambiar la fresadora por la grada de dientes flexibles o rígidos. La presencia de terrones grandes o de estiércol no descompuesto reduce la eficacia de los tratamientos.
La aplicación en bandas ahorra herbicida y reduce los residuos en el suelo, que pueden afectar a cultivos posteriores, aunque necesita labores posteriores entre las bandas tratadas. Este tipo de aplicaciones es una práctica de precisión que efectúan muchos horticultores desde hace tiempo.
Por otra parte, si la lluvia o el riego, que facilitan la incorporación del herbicida, son excesivos, se puede perder la selectividad de posición y se corre el riesgo de producir daños en el cultivo. Igualmente, la sobredosificación por error o accidente. Los tratamientos con glifosato o sulfosato, poco antes de la siembra o trasplante, pueden causar daños importantes a las hortícolas en suelos ligeros, especialmente si se emplean altas dosis y se riega poco después.
También, se han visto daños en el tomate con algunas anilinas (dinitramina, etalfluralina...), generalmente retraso de la vegetación y falta de desarrollo, por lo que se debe ajustar bien la dosis al tipo de suelo.
Herbicidas en presiembra y preemergencia
Nuestro objetivo ha de pretender la protección del cultivo durante la fase de emergencia. Para ello, es conveniente aplicar precozmente una mezcla de herbicidas de amplio espectro de acción y, al no ser totalmente selectivos, se ha de reducir la dosis (p. ej.: napropamida + metribuzina en tomate) o aumentar la de siembra. Antes de la emergencia del cultivo se puede tratar con un herbicida total (diquat + paraquat) si las malas hierbas han aparecido.
La aplicación de herbicidas en presiembra o preemergencia, antes de colocar el minitúnel plástico transparente sobre las plantas, es imprescindible, pero puede producir resultados erráticos. Se corre el riesgo de producir mortandad de plántulas, lo que se puede contrarrestar aumentando ligeramente la dosis de siembra o disminuyendo la del herbicida.
Es indeseable emplear herbicidas con el mismo modo de acción a lo largo de la rotación de cultivos, por el peligro de fomentar la aparición de biotipos resistentes de especies anuales, antaño sensibles a un herbicida determinado. En horticultura, disponer de pocos herbicidas en cada cultivo obliga a diversificar la rotación y, sobre todo, a emplear también técnicas alternativas: escarda mecánica, acolchados opacos, cambio de la fecha de siembra... (CPRH, 1997 y 1999).
Herbicidas en postemergencia y postplantación en aplicación sobre el cultivo
El objetivo debe ser complementar la escarda realizada anteriormente y/o proteger el cultivo hasta que cubra bien el terreno o en momentos específicos (p. ej., durante la floración del tomate). En general, una infestación débil permite una intervención tardía o a baja dosis. En los tratamientos con oxifluorfen, ioxinil o su mezcla en estados precoces de la cebolla de siembra, se aconseja fraccionar la dosis (realizar dos tratamientos a 1/2 dosis). Posteriormente, la presencia de malas hierbas no influye en el rendimiento, pero puede tener efectos indirectos (p. ej.: dificultades en la recolección, secado de la cebolla, etc.).
Conforme avanza el desarrollo del cultivo, es posible la aplicación de herbicidas foliares no selectivos (como diquat, paraquat, glufosinato...) de forma dirigida, mediante pulverizadores carenados que protegen al cultivo de salpicaduras o derivas. Se debe recordar que, de esta manera, no se controla la emergencia de malezas entre las plantas del cultivo. Por otra parte, las labores entre líneas, efectuadas oportunamente, son muy útiles para eliminar las hierbas en esa zona y, en mayor medida, también entre las plantas, por el efecto de aporcado que, en ocasiones, permite que el cultivo predomine definitivamente.
En postemergencia o postplantación avanzada, puede ser necesaria otra aplicación para conservar el cultivo limpio al principio de la floración y luchar contra las infestaciones tardías. En el tomate se podrá utilizar de nuevo la metribuzina (350-525 g/ha) y los herbicidas antigramíneas autorizados.
En un campo sin problemas particulares, deberán bastar tres aplicaciones para controlar la flora en el tomate o en la cebolla de siembra: una en presiembra o preemergencia y dos en postemergencia (Zaragoza et al., 1994). En el pimiento de trasplante bastará un solo tratamiento (en pretrasplante con trifluralina o en post con clomazona) complementando con una labor.
Hay algunas prácticas que es necesario evitar. En general, no se deben aplicar herbicidas en cultivos deficientes, con problemas en su desarrollo, carenciales, patológicos o fisiológicos. También, se debe evitar los tratamientos en horas de máxima insolación. No es aconsejable aplicar metribuzina en el tomate después de varios días de frío y lluvia o riego por aspersión. En ocasiones, este herbicida puede producir fitotoxicidad aplicado sobre acolchado plástico. Con oxifluorfen no se debe tratar la cebolla poco después de una tormenta o riego por aspersión, por aumentarse el riesgo de fitotoxicidad cuando se pierden las ceras foliares.
Atención a los herbicidas remanentes que pueden afectar a cultivos posteriores
Algunos herbicidas autorizados pueden tener larga persistencia, llegando a afectar a los cultivos siguientes en la alternativa. Para evitarlo, se recomienda realizar una labor de vertedera, o dos cruzadas de cultivador, al final del cultivo, con el fin de mezclar las capas de suelo tratadas con las no tratadas para disipar los posibles residuos herbicidas.
Por ejemplo, hay que tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
• Napropamida. Después de dos meses y una labor se puede sembrar: guisante, judía, alfalfa, trébol y maíz. No se aconseja: lechuga, espinaca, habas, cereales, gramíneas forrajeras, remolacha y lino.
• Metribuzina. Después de tres meses y una labor se puede implantar la mayoría de los cultivos. No se aconseja: cucurbitáceas, crucíferas, lechuga, fresa, girasol, guisante, remolacha y tabaco.
• Trifluralina. Se pueden sembrar inmediatamente después de una labor: guisantes, judías, habas, coles, lentejas, alcachofa, patata, cebada, girasol, alfalfa, trébol y zanahoria. No sembrar antes de un año: espinaca, remolacha, avena, maíz y sorgo.
Elección de herbicidas en producción integrada de cultivos hortícolas
Según los criterios del Grupo de "Producción Integrada" de la Sociedad Española de Malherbología, todos los herbicidas registrados oficialmente para un cultivo pueden ser empleados en programas de producción integrada de ese cultivo. Para clasificar el conjunto de herbicidas autorizados según su riesgo ambiental, además de tener en cuenta la clasificación toxicológica oficial (con las siglas correspondientes a fauna terrestre, fauna acuícola y apícola), se ha propuesto, provisionalmente, utilizar el índice PBT (Gómez de Barreda et al., 1999).En el cuadro II se ofrecen los índices correspondientes a algunos herbicidas autorizados en cultivos hortícolas.
Dicho índice PBT es una aproximación muy simplificada al riesgo de percolación, bioacumulación y toxicidad de un herbicida, y puede ser útil para valorar el impacto ambiental relativo de ese producto. Si se desea reducir el impacto de la escarda química, además de seguir las normas de la buena práctica agrícola, se deberán escoger los herbicidas de menor índice PBT. Entre herbicidas de similar eficacia e impacto ambiental serán preferibles los que se utilicen a menor dosis.
Bibliografía
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Artículo publicado completo (con fotos y cuadros)
en Vida rural nº 100. 15 de enero del 2000.
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Enviado por: | Tbm |
Idioma: | castellano |
País: | España |