Literatura
Horacio Quiroga
Introducción
En este trabajo, intentaremos mostrar la relación que existe entre los cuentos de Horacio Quiroga y su propia vida, y de qué manera ésta última influye en las temáticas específicas y la forma de relatar los acontecimientos en sus historias.
La afirmación en la que nos basamos es la reiterada elección de la muerte como tema principal en las obras de Horacio Quiroga, y a través de un repaso por su historia de vida, podemos denotar cómo transmite sus sentimientos y vivencias personales en cuentos cargados de soledad, decadencia y fracaso, rematando siempre con muertes macabras y hasta morbosas.
Otro de los temas a desarrollar son las relaciones conflictivas y frustradas que mantuvo con las mujeres a lo largo de su vida, y cómo esto afecta en el prototipo de imagen femenina que plantea en casi todos sus cuentos. Este prototipo está elegido por mujeres infelices, menospreciadas o que experimentan la soledad.
Trabajamos dos capítulos: en el primero, se hace análisis de unos de los cinco cuentos, que fue previamente seleccionado por el profesor. Éste cuenta con una enumeración de los personajes protagonistas, describiendo las características físicas y psicológicas de dos de ellos. Luego enunciamos el argumento creando un breve resumen del cuento, contando los hechos principales. Con estos últimos, se realiza la superestructura narrativa. Haremos referencia al título y la relación o función de éste con él relato. Y por último se clasificará el tipo de cuento al cual pertenece, con referencia a la naturaleza de los hechos que trata.
En el segundo capítulo, elegimos después de una previa selección, dos puntos de relación entre los cinco cuentos a desarrollar. Esto nos permite unir la vida del autor con la designación de las temáticas específicas que desprenden de sus relatos, y a su vez, con la forma particular que tiene para expresar sus sentimientos y vivencias personales.
Capítulo I
Análisis del cuento de Horacio Quiroga: Las Rayas
En este capítulo, desarrollaremos un análisis del cuento Las Rayas, presentando primeramente el argumento del mismo y una descripción de los aspectos físicos y psicológicos de dos de los personajes.
El cuento se desarrolla en un pueblo de Córdoba, llamado Laboulaye. No hace referencia al año en que suceden los hechos, pero ocurren en los meses de Diciembre, Enero y Febrero.
Un señor que trabaja en Laboulaye decide contar un hecho sucedido hacia cuatro años en su empresa, es así que este cuento es escrito por uno de los oyentes que estaba presente.
El señor que relata su experiencia vivida, trabajaba con un socio que por lo general no estaba presente en el lugar de trabajo debido a que se encargaba de las colonias. El primero trabajaba la barraca, pero pasaba mayor parte del año en su escritorio, junto a dos empleados. Uno de los ayudantes se dedicaba a las ventas y el otro lo ayudaba en los libros.
Tomás Aquino (el vendedor) y Figueroa (que trabajaba con los libros) habían establecido una amistad, debido a que ninguno tenía familia en Laboulaye y habían decidido compartir la vivienda.
Durante los primeros dos años que habían trabajado en este lugar, no había ocurrido ningún hecho extraño. Todo comenzó un día que Tomás Aquino llegó a su puesto riendo a carcajadas, hablando de forma continua sin parar, algo que era poco común en él ya que era un hombre bastante serio.
A los pocos días el vendedor llegó con un ataque de gripe, bastante agravado. Pero para sorpresa de todos, luego de la hora del almuerzo volvió totalmente curado sin síntomas de haber estado enfermo. Ese mismo día, Figueroa se tuvo que retirar de su labor dando parte de interminables estornudos.
Esto se repitió durante un mes entero, en que los empleados se enfermaban, se curaban y volvían a recaer. Quien cuenta la historia les pidió que se hicieran examinar ya que esto era algo poco común, es así que todo volvió a la normalidad, regresando cada uno a su puesto.
Un mes después, el 14 de enero, el dueño de esta empresa, revisando los libros descubrió que uno de ellos, el Mayor, había sido todo rayado. Rayas en todos los sentidos, horizontales, verticales, rayas que se cortaban entre si. Le preguntó a Figueroa que era lo que significaban, porque su libro estaba de esa forma, a lo cual este solo le respondió con una disculpa, sin mas explicaciones.
No solo que las rayas en los libros volvieron a aparecer, sino que también ambos empleados estaban cambiando físicamente, estaban muy flacos, y pese a que andaban todo el día juntos prácticamente no se hablaban.
El dueño no soportaba que siguieran rayando sus libros, y después de hallar a Figueroa escribiendo el libro de Caja decidió despedirlos a ambos. Pero notó que no solo los libros habían rayado, también las tablas, el piso, etc.
Con preocupación, días después, fue a visitarlo a la empresa el dueño de un lugar donde los empleados comían, preguntándole por el paradero de estos dos, que ya no concurrían a su restauran. Le contó que golpeó la puerta de la casa donde vivían pero estaba cerrada y nadie respondía, y que la noche anterior había escuchado gritos que provenían de adentro de la casa.
Pese a que los había despedido, y que en verdad se encontraba enojado porque estos habían arruinado sus libros, se sintió preocupado y decidió junto con el dueño de La Fonda Italiana ir hasta la casa de ellos averiguar qué era lo que estaba ocurriendo y en que estado se encontraban sus ex empleados.
Se sorprendió al ver que en el trayecto que iban caminando en busca de ellos, mucha gente se fue sumando a la fila, eran más de quince las personas que iban a ver que ocurría.
Tocaron a la puerta, pero nadie respondió, así que la tiraron abajo y lograron entrar. Absolutamente todo estaba rayado, el piso, las puertas, las paredes, el techo, hasta el patio. Las rayas terminaban en el albañal, ninguno de los presentes podía creer lo que estaba viendo, observaban como en el agua, que prácticamente era lodo debido a la tormenta del día anterior, dos rayas negras se mezclaban entre sí.
El narrador en un relato puede ser descubierto analizando diferentes aspectos que se dan conjuntamente. En el caso de Las Rayas, son los siguientes.
El cuento posee dos narradores. El primero, es el que mas se haya en el relato, es del dueño de la empresa, que vive esta historia con sus dos empleados. Y el segundo es una persona que está presente en el café donde el primero cuenta los hechos sucedidos.
Según la persona gramatical, ambos narradores utilizan la primera persona, con expresiones como Les aconsejé, le pregunté.
Según el tiempo verbal, la historia es contada en su totalidad en pretérito.
(…) vi que la última página del Mayor estaba cruzada en todos sentidos de rayas. Apenas llegó Figueroa a la mañana siguiente, le pregunté qué demonio eran esas rayas. Me miró sorprendido, miró su obra, y se disculpó murmurando. (Quiroga. Biblioteca Digital Ciudad Seva.)
Según el grado de protagonismo que el narrador posee en la historia éste es un narrador homodiegético, que actúa, juzga y tiene opiniones sobre los hechos y los personajes que aparecen. Y a la vez se lo puede dividir en narrador protagonista.
Lo despedimos en seguida; que continuara sus estupideces en otra parte. Llamé a Aquino y también lo despedí. Al recorrer la barraca no vi más que rayas en todas partes: tablas rayadas, planchuelas rayadas, barricas rayadas. Hasta una mancha de alquitrán en el suelo, rayada... (Quiroga. Biblioteca Digital Ciudad Seva.)
En el texto no se profundizan las características de los empleados, que son los dos personajes que queremos describir. Lo único que podemos decir de ellos es que Tomás Aquino era un vendedor que trabajaba en una especie de empresa, había ido de Corrientes a trabajar a Laboulaye, Córdoba. Era bajo y de pelo cortado al rape, usaba siempre unos botines amarillos.
Figueroa era el otro empleado, se encargaba de acomodar y llevar registros de los libros. Era de Catamarca. Se lo describe como un hombre serio, de pocas palabras, que no acostumbraba a reírse ni hacer bromas. Era una persona flaca y de cara color paja, por lo que suponemos que era de tes muy clara, casi como pálido.
Ninguno de los dos personajes tenía familia en Córdoba, así que habían alquilado juntos un caserón con sombríos corredores de bóveda, este era una obra de un escribano fallecido hacia un tiempo, que según cuenta el autor había muerto de locura en esa misma casa.
Psicológicamente, ambos tienen un punto en común, y es la obsesión que habían generado por las rayas, la manía de pintar todo lo que estuviera a su alcance de rayas, dejando en claro la poco cordura que poseían.
Los personajes principales son los dos empleados y el dueño del lugar donde estos trabajan. Y como personaje secundario se puede ubicar a el dueño del restauran. No hay más personajes que los cuatro nombrados, por lo que no se puede realizar ninguna otra clasificación.
El tema del cuento se basa en la obsesión de los dos empleados por rayar las cosas. Nosotros lo interpretamos como una forma que tienen estos de expresarse, mas allá del habla, se descargaban o mostraban sus emociones a través de las rayas. El relato no especifica claramente como eran las rayas, pero por ejemplo si eran negras y marcadas bien fuerte, podría ser que al ser resaltadas se demuestre un estado de enojo, al haberlas hecho se haya utilizado mucha fuerza y por eso se notaban mas que otras. O si eran de colores como rojo, amarillo, verde, puede ser que se quiera demostrar cierta alegría, demostrada por los colores elegidos.
Mucha gente se expresa con dibujos, cuenta algún hecho puntual visto, vivido, soñado a través de una obra de arte, un cuadro. O canciones, diferentes melodías, ya sea lenta, romántica, con ritmo alegre, que diferencian distintos estados de animo. Los empleados eligieron demostrarlo con rayas, rayando todo lo que esté a su alcance.
A continuación, se presentará un resumen del cuento, mencionando los hechos principales y organizándolos en una superestructura.
En Las Rayas, el título del cuento funciona para hacer referencia a qué va a tratar el relato. Los empleados caen en una especie de obsesión de dibujar rayas de todo tipo y en todo sentido. Comenzando por libros, y sin detenerse hasta rayar paredes, mesas etc.
Clasificamos a Las Rayas, dentro del grupo de los cuentos de realismo mágico, ya que algunos de los hechos que relata, como el hecho de dibujar desenfrenadamente rayas en todos lados, y la sorpresa de los vecinos que cuando van en busca de los empleados, en vez de encontrarse con ellos, ven dos rayas que se deshacen en el barro, como si los empleados se hubieran convertido en las mismas rayas que dibujaban, son exagerados, y en el último caso imposible de que ocurra.
Por otra parte, también lo incluiríamos en el grupo de los cuentos realistas, ya que, en gran parte del relato, habla de cosas perfectamente normales, y posibles de suceder en la realidad, sin ningún hecho de tipo extraño; como ser que por la locura de los empleados, el dueño se vea obligado a despedirlos, y que luego relate su historia en un café con gente que lo esté escuchando.
Capítulo II
La muerte y las relaciones de pareja frustradas, en los cuentos de Horacio Quiroga
En este capitulo, buscaremos dos temáticas comunes para los cuentos de Horacio Quiroga ya seleccionados.
Analizaremos las narraciones comparándolas paralelamente con la vida personal del autor, y tratando de buscar puntos de relación, seleccionando ejemplos puntuales en cada uno de los cuentos en los cuales nos sea posible evidenciar cada uno de los temas planteados.
El primer punto de comparación entre los cuentos de Horacio Quiroga, es claramente la muerte, ya que aparece en todos ellos y de un modo trágico.
Hablar de su obra no parece posible sin contar su propia historia. La muerte, la soledad, la decadencia, el fracaso y la lucha por evitarlos son constantes en el autor y sus personajes.
La muerte, temática central en la mayoría de sus cuentos, tiene un rol protagónico en su historia personal. Es por ello que esta presencia dramática, llena de sucesos desgraciados y fatales en su vida, influye en sus obras, cargándolas de un gran contenido de tragedia.
Queda demostrado que hay una preferencia por los temas relacionados con la muerte, y aún más, que la muerte es el punto en el que se resuelve la mayor parte de las situaciones que narra el autor.
El primer cuento que analizaremos será Los destiladores de naranja. En este cuento, la muerte aparece como cierre o consecuencia de toda la historia, ya que la hija se muere a causa de un golpe en la cabeza que le provoca su propio padre bajo el efecto de sus alucinaciones causadas por su adicción al alcohol.
“-Pá, ya me muero! Papá, hazme caso… una vez en la vida, ¡No tomes más, papá…! Tu hijita…” […
] “Y ante el cadáver de su hija, el doctor Else vio otra vez asomar en la puerta los hocicos de las bestias que volvían a su asalto final. (Quiroga. Biblioteca Digital Ciudad Seva.)
En este fragmento, podemos ver cómo la hija le dice las últimas palabras antes de morir a su padre, lejos de guardarle rencor por los maltratos que sufrió por parte de él durante toda su vida: o, peor aún, por causarle la muerte, la joven le ruega que no tome más y termine con su adicción.
En La gallina degollada, la muerte aparece de una forma terrible ya que cuatro hermanos con un retraso mental producido por unas convulsiones cuando ellos eran pequeños, matan, cegados por la envidia que le causa la preferencia de sus padres para con su hermana menor, a la primera hija del matrimonio que ha crecido sanamente.
Al ver reflejados en esta pequeña niña todos sus sueños y expectativas, hacen a un lado el cuidado de sus otros cuatro hijos, sin prestarles atención y sólo preocupándose por la bella Bertita.
“-Mamá, ¡ay! Ma … -No pudo gritar más. Uno de ellos le apretó el cuello, apartando los bucles como si fueran plumas, y los otros la arrastraron de una sola pierna hasta la cocina, donde esa mañana se había desangrado a la gallina, bien sujeta, arrancándole la vida segundo por segundo.” (Quiroga. 2000. p.50.)
En Las rayas la muerte no aparece de forma explícita, pero se da a entender que los dos empleados que sufrían una crisis de locura obsesiva por las rayas, se terminan disolviendo en el agua embarrada, y así se esfuman de la vida para siempre.
“Ya no era posible más; habían llegado a un terrible frenesí de rayar, rayar a toda costa, como si las más intimas células de sus vidas estuvieran sacudidas por esa obsesión de rayar. Aun en el patio mojado las rayas se cruzaban vertiginosamente, apretándose de tal modo al fin, que parecía ya haber hecho explosión la locura.
Terminaban en el albañal. Y doblándonos, vimos en el agua fangosa dos rayas negras que se revolvían pesadamente.” (Quiroga. Biblioteca Digital Ciudad Seva.)
En El hombre muerto, se cuenta la historia de un hombre que trabaja podando plantas y malezas, hasta que un día cuando baja el alambre de púas para pasar a otro lado, cae al suelo y se clava el machete en la espalda.
Como es de costumbre en los cuentos de Quiroga, la agonía de los personajes, al saber que van a morir, es muy extensa y cargada de pensamientos confusos, como por ejemplo la duda que se plantea este hombre al no saber si ese es un día igual que todos o si realmente está muriendo.
El hombre intentó mover la cabeza en vano. Echó una mirada de reojo a la empuñadura del machete, húmeda aún del sudor de su mano. Apreció mentalmente la extensión y la trayectoria del machete dentro de su vientre, y adquirió fría, matemática e inexorable, la seguridad de que acababa de llegar al término de su existencia. La muerte. (Quiroga. Biblioteca Digital Ciudad Seva.)
Por último en Juan Darién, se sufren varias muertes. Comenzando por la pérdida de una madre viuda de su hijo, siguiendo por la muerte de esta misma madre, pero la que va más de acuerdo al análisis de este capítulo es la muerte de un domador. Este último había intentado matar, junto a todos los vecinos del pueblo, a un tigre que había reencarnado en el cuerpo de un niño que para esa altura tenía doce años.
Luego de una persecución hacia este niño y la tortura a la que se le sometió, este se convierte nuevamente en tigre, y vuelve a vivir a la selva. Después de lograr curarse por sus propios medios las lastimaduras ocasionadas por las habitantes del pueblo, decide ir en busca de venganza y matar al domador.
Y después de hablar así, recogió en la boca al hombre, que proseguía desmayado, y trepó con él a lo más alto del cañaveral, donde lo dejó atado entre dos bambúes. Luego prendió fuego a las hojas secas del suelo, y pronto una llamarada crujiente ascendió. […] Pero ya las llamas habían abrasado el castillo hasta el cielo. Y entre las agudas luces de bengala que entrecruzaban la pared ardiente, se pudo ver allá arriba un cuerpo negro que se quemaba humeando. (Quiroga. Biblioteca Digital Ciudad Seva.)
El segundo tema de comparación entre los cuentos son las relaciones de pareja frustradas, decadentes, hasta morbosas o directamente ausentes por el menosprecio que el autor tiene hacia la mujer; ya que las relaciones de Quiroga con mujeres en su vida personal siempre tuvieron finales trágicos; como, por ejemplo, la pérdida de dos hermanas, Pastora y Prudencia, que murieron de fiebre tifoidea en el Chaco argentino. Más tarde, tras seis años de matrimonio Ana María Cirés (su primera esposa, con la cual se casa, luego de haber vencido la dura oposición de la familia Cirés) agoniza ocho días después de haberse envenenado. También su hija Eglé, nacida en Misiones, se quitará la vida un año después de su muerte; María Elena Bravo, su segunda esposa y la única adolescente que lo amó sin sortear oposiciones familiares (era 30 años menos que el escritor, y amiga de su hija Eglé), lo abandonó en medio de su selva, después de seis años de matrimonio, llevándose a “Pitota”, la pequeña hija de ambos.
Podemos notar así, por ejemplo, la ausencia de la madre, la mala relación en el matrimonio, en fin, la falta de felicidad. En todos los cuentos del autor aparece esto, ya sea de manera explícita o no.
Comenzamos analizando el cuento Los destiladores de naranja, en el cual no aparece ninguna relación amorosa de los personajes, pero podemos notar el desprecio que se le tiene a la figura femenina, en este caso la hija de Else, una muchachita delgada, que siempre trata de ayudar a su padre, a pesar de que él no la cree hija suya, por lo cual le produce cierto rechazo, y tiene actitudes de maltrato y desprecio para con ella.
La adicción al alcohol de Else, empieza a agravarse y a producirle alucinaciones y estados de inconsciencia; su hija, al enterarse de la enfermedad que posee su padre, no duda en ir a ayudarlo y mandarle dinero para sus necesidades, a pesar de que el nunca se ha hecho cargo de ella.
Tal vez no fuera hija suya; él por lo menos nunca lo creyó. Su modo de proceder con la criatura lo confirma, y sólo Dios sabe cómo la maltratada y abandonada criatura pudo llegar a recibirse de maestra, y a continuar queriendo a su padre. No pudiendo tenerlo a su lado, ella se trasladaba a verlo dondequiera que él estuviese […] ¡Su hijita! ¡Su hijita abandonada, maltratada, desechada por él! Desde el fondo de veinte años surgieron en explosión de vergüenza, la gratitud y el amor que nunca le había expresado a ella. ¡Chinita, hijita suya! (Quiroga. Biblioteca Digital Ciudad Seva.)
El padre es culpable de la muerte de la maestrita, cuando la golpea con un palo, confundiéndola con una rata gigante, producto de sus alucinaciones.
Luego de matar a su hija, a Else le surge un arrepentimiento terrible por todo el desprecio que le tuvo siempre.
La gallina degollada es el siguiente relato a analizar, en el que aparece una mala relación amorosa de matrimonio Mazzini-Ferraz, que comienza a producirse por el fracaso de todos sus embarazos, por la decepción de haber traído a la vida a cuatro hijos idiotas. Estos temas son permanentemente motivo de discusión entre la pareja, ya que se echan la culpa el uno al otro por la desilusión de sus hijos.
Desde el primer disgusto emponzoñado habíanse perdido el respeto; y si hay algo a que el hombre se siente arrastrado con cruel fruición es, cuando ya se comenzó, a humillar del todo a una persona. Antes se contenían por la mutua falta de éxito; ahora que éste había llegado, cada cual, atribuyéndolo a sí mismo, sentía mayor la infamia de los cuatro engendros que el otro habíale forzado a crear. (Quiroga. Biblioteca Digital Ciudad Seva.)
Los Mazzini-Ferraz tratan de buscar una respuesta al estado de sus hijos y se sienten arrepentidos de haberlos tenido. Los desprecian y ya no los tratan como suyos, y se los echan uno a otro con frases como son tus hijos, lo que hace a las peleas interminables y cotidianas.
Seguiremos con Las rayas , donde no se nombra a ninguna mujer en la historia narrada, ni una esposa, novia, hermana o hija. Los cinco personajes que aparecen cumpliendo distintos roles, son hombres, a los cuales no se les atribuye relación alguna con una mujer.
Por lo que se puede decir, que los dos personajes principales, Tomás Aquino y Figueroa, eran hombre solos, que no tenían una familia en el pueblo al que se habían mudado, y pese a que el cuento transcurre durante dos años, a ellos nunca se les menciona una amiga o novia.
El vendedor era un muchacho correntino, bajo y de pelo cortado al rape, que usaba siempre botines amarillos. El otro, encargado de los libros, era un hombre hecho ya, muy flaco y de cara color paja. Creo que nunca lo vi reírse, mudo y contraído en su Mayor con estricta prolijidad de rayas y tinta colorada. Se llamaba Figueroa; era de Catamarca.
Ambos, comenzando por salir juntos, trabaron estrecha amistad, y como ninguno tenía familia en Laboulaye, habían alquilado un caserón con sombríos corredores de bóveda, obra de un escribano que murió loco allá. (Quiroga. Biblioteca Digital Ciudad Seva.)
En El hombre muerto, tampoco ser hace referencia a ninguna relación de pareja explicita, ya que narra sobre la vida de un hombre solo, que mientras trabajaba en la calle con su machete, resbala, cae éste sobre su cuerpo, y le produce la muerte.
Muy fatigado, pero descansa solo. Deben de haber pasado ya varios minutos... Y a las doce menos cuarto, desde allá arriba, desde el chalet de techo rojo, se desprenderán hacia el bananal su mujer y sus dos hijos, a buscarlo para almorzar. Oye siempre, antes que las demás, la voz de su chico menor que quiere soltarse de la mano de su madre: ¡Piapiá! ¡ Piapiá! (Quiroga. Biblioteca Digital Ciudad Seva.)
Terminaremos el análisis con Juan Darién, un tigre reencarnado en un cuerpo humano. La historia comienza cuando una mujer de poca edad, viuda, pierde a su hijo por una epidemia de viruela. Un día encuentra en su casa un tigre bebé, al que lo adopta como su hijo, pero lo mantiene oculto debido a la mala reacción que podría llegar a tener los habitantes de su pueblo. Una serpiente habla con ella y le dice que el tigre iba a cobrar una forma humana, la de un niño común, pero que no debería ser descubierto. La madre muere cuando el tenía apenas diez años, no se especifica de qué. El niño al ser descubierto por un inspector del colegio, debe sufrir la tortura de un domador y de todos los vecinos, sobrevive, cobrando venganza y quemando vivo al domador que tanto lo humilló.
La ausencia de su madre, produce en el un gran dolor. Un niño de diez años, que se tiene que enfrentar no solo a la escena ocurrida con los habitantes del pueblo, sino que también a sobrevivir sin su mamá, sin tener dinero, teniendo que estudiar, manteniéndose solo.
Y se encaminó de nuevo al pueblo, seguido por los tigres sin que él lo notara. Se detuvo ante un pobre y triste jardín, saltó la pared, y pasando al costado de muchas cruces y lápidas, fue a detenerse ante un pedazo de tierra sin ningún adorno, donde estaba enterrada la mujer a quien había llamado madre ocho años. Se arrodilló -se arrodilló como un hombre-, y durante un rato no se oyó nada.
-¡Madre! -murmuró por fin el tigre con profunda ternura-. Tú sola supiste, entre todos los hombres, los sagrados derechos a la vida de todos los seres del Universo. Tú sola comprendiste que el hombre y el tigre se diferencian únicamente por el corazón. Y tú me enseñaste a amar, a comprender, a perdonar. ¡Madre!, estoy seguro de que me oyes. Soy tu hijo siempre, a pesar de lo que pase en adelante pero de ti sólo. ¡Adiós, madre mía!. (Quiroga. Biblioteca Digital Ciudad Seva.)
Es tradición que el autor decida terminar con la felicidad de las personas con finales como la muerte misma, desarmando familias, dejando niños huérfanos y matrimonios disueltos. Como en El hombre muerto donde el que muere es un hombre trabajador, que a raíz de que fallece deja sola a su mujer y sus dos hijos.
Quiroga nos muestra un perfil muy clásico, ya que la mayoría de sus cuentos trata estos temas mencionados, de muerte y parejas frustradas, como también otro tema repetitivo en sus obras, es hablar sobre la selva misionera, donde pasa gran parte de su vida.
La vida personal de este autor influye, sin dudar, en sus relatos, por tener siempre un destino tan trágico y terminal.
Conclusión
En el primer capítulo, habiendo elegido el cuento Las Rayas, realizamos un análisis detallado del mismo, recorriendo personajes y hechos principales y realizando una superestructura resumiendo, de esta manera la narración. Como una conclusión bastante general sobre este cuento, se puede hablar de las distintas formas de expresión que existen. Algunas son pocos comunes, lo que lleva a pensar que quien las realiza sufre una obsesión, o una locura. Hay que abrirse y pensar que no todos reaccionan de la misma forma, y que esto no es algo anormal. Cada uno se debe expresar como mejor le salga, hablando, cantando, escribiendo, incluso rayando libros. Y que no por esto se debe tratar de “loco” a quien lo haga.
En el segundo capítulo, a través de una breve biografía del autor, citando los acontecimientos más relevantes en su vida, relacionamos sus vivencias personales con las temáticas de sus cuentos, y así confirmamos nuestra hipótesis.
A través del análisis de los ejemplos y situaciones planteadas, podemos comprobar nuestra hipótesis inicial, afirmando que los hechos y acontecimientos traumáticos y cargados de gran dramatismo que vivió Quiroga a lo largo de su vida, influyeron de una manera activa en los temas y personajes elegidos para la realización de sus cuentos.
Es imposible hablar de sus obras sin relacionarlas con su vida personal. Quiroga no es un escritor objetivo sino que refleja sentimientos propios en cada uno de sus relatos.
Personalmente podemos caracterizar sus cuentos como extremadamente profundos y con una gran carga emocional, colmados de hechos trágicos y violentos. Sus obras están en su mayoría desprovistas de cualquier tipo de sentimiento esperanzador o feliz y por eso se tornan tan oscuras y hasta retorcidas.
Bibliografía
Libros:
QUIROGA, Horacio. (2000). Cuentos de Amor, Locura y Muerte. Losada. Buenos Aires.
Páginas de Internet:
QUIROGA, Horacio. Biblioteca Digital Ciudad Seva - Cuentos. El hombre muerto. Escritor Luís López Nieves. Buenos Aires (Argentina). Septiembre de 2006
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/quiroga/hombremu.htm
QUIROGA, Horacio. Biblioteca Digital Ciudad Seva - Cuentos. Las Rayas. Escritor Luís López Nieves. Buenos Aires (Argentina). Septiembre de 2006
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/quiroga/rayas.htm
QUIROGA, Horacio. Biblioteca Digital Ciudad Seva - Cuentos. Juan Darién. Escritor Luís López Nieves. Buenos Aires (Argentina). Septiembre de 2006
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/quiroga/darien.htm
QUIROGA, Horacio. Biblioteca Digital Ciudad Seva - Cuentos. Los destiladores de naranja. Escritor Luís López Nieves. Buenos Aires (Argentina). Septiembre de 2006
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/quiroga/destnaran.htm
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