Filosofía y Ciencia


Historia de la filosofía


Importancia de La filosofía

La filosofía podría ser considerada la madre de las ciencias, ya que desde tiempos muy remotos un cierto grupo de personas se han encargado de crear y resolver ciertas interrogantes en su mayoría sobre el por que de la vida, la filosofía fue evolucionando poco a poco, hasta considerarse una ciencia la cual ha dado origen a la ciencias que hoy conocemos.

 

El objetivo de la filosofía es el formular problemas para posteriormente resolverlos o del mismo modo intentar resolver problemas universales que han sido incapaces de resolver o que su resolución provoca múltiples respuestas debido a las diferentes opiniones de cada persona.

 

El hombre creó a la filosofía por el simple hecho de intentar resolver diversas preguntas sobre el tiempo, el espacio, el universo y las causas y reacciones de cada acontecimiento, por otra parte el intentar encontrarle respuesta a la pregunta más sencilla pero a la vez más complicada que el hombre se ha hecho durante su existencia y que aun no ha podido resolver ¿Por qué estoy aquí?, esta pregunta a llevado a varias respuestas tanto científicas como religiosas, pero lo que hace imposible resolverla es el hecho de encontrar el verdadera significado de la vida y de la existencia misma.

 

La importancia de la filosofía es que por medio de esta el hombre puede llegar a cuestionarse sobre lo que es, sobre su existencia, su vida, creación y objetivos, de este modo puede llegar a un conocimiento un poco más acertado de las razones del mundo ya sean físicas o emocionales dedicándose de esta manera a la búsqueda de la sabiduría pero no como sabiduría en si, ni como un todo, ni como un hecho, ni concepto sino como algo profundo que oriente al hombre sobre el comportamiento de la naturaleza y de sí mismo, mediante la reflexión, el cuestionamiento, razonamiento y en su caso investigación.

 

En sí, la importancia de la filosofía reside en el simple hecho de que el hombre se pregunte y encuentre respuestas que lo hagan llegar al total conocimiento para de esta manera justificar ciertos hechos universales que no ha podido resolver y de este modo alcanzar una visión más amplia de la vida y de la realidad teniendo una comprensión más amplía de sí mismo así como de su entorno y de las capacidades y límites que tiene el hombre en la vida.

¿Qué Es Y Para Qué Sirve La Filosofía?

Desde que nacemos, los padres, amigos y maestros nos muestran el mundo desde una perspectiva, el objetivo y la función de cada individuo es responder al deseo de saber y poner en práctica el pensamiento y razón sobre todo aquello que nos interesa. Por naturaleza, el ser humano, se atreve a enfrentarse con la realidad, interrogarla y desnudarla para encontrar un sentido significativo de la vida.

La Filosofía es sumergirse en un mundo lleno de posibilidades y preguntas dónde no se impone ni produce una verdad si no se descubre. La gente que filosofa vive con mayor claridad pues no se deja arrastrar por una técnica, sabe lo que hace, y tiene una mayor percepción o iluminación que los demás, que viven sistemáticamente.

La Filosofía nunca empieza de cero. Parte de innumerables noticias, experiencias, conocimientos y sobretodo de un subsuelo de creencias creadas en un momento circunstancial (histórico, social, cultural, político o religioso) del hombre de acuerdo a su inquietud. La filosofía del pasado no queda arrumbada, queda absorbida e incorporada a la actual para poder llegar a preguntarse por y del todo.

Es esencial el conocimiento del pensar filosófico ya que si una persona no puede contestar satisfactoriamente a preguntas aparentemente triviales de su vida como él: ¿Porqué trabajar y ganar dinero? No sabrá para que sirve, ni sabrá la utilidad de su ser y por lo tanto será un perfecto desconocido de sí mismo y no tendrá sentido ni significado de su vida. La filosofía se plantea un sin fin de preguntas radicales para saber a qué atenernos, para orientarnos sobre el sentido del mundo y de nuestra vida, para saber quienes somos y de que somos capaces para enfrentarnos a una realidad perfectamente lúcidos. La filosofía no necesita tener éxito, es más, si no surge una contrariedad en el individuo, entonces no es filosofía ya que necesita pensarse y justificarse. Todas las preguntas filosóficas tienden a encontrar más preguntas de la misma y así sucesivamente. Entre más sabio se es, más dudas se tendrán, pero sólo se logra reflexionando filosóficamente al exponer las convicciones y posturas más íntimas de cada quién.

La consecuencia de la filosofía es que el filosofo sea auténtico y no se lleve por estructuras lineales, si no que conozca la estructura de la filosofía en la cual exponga lo específico del conocimiento racional y traté de encontrar un sentido "último" para cualquier situación. Para hacer de la filosofía un quehacer intelectual debe ir ligado a las características del ser humano junto con su dignidad y buscar la conexión general de todas las cosas.

Por lo tanto, la filosofía es el descubrimiento de preguntas ineludibles para enriquecer a la humanidad y no engañarse ante lo establecido e ir más allá (pensar) de lo cotidiano para buscar y encontrar la autenticidad de la vida y dar la bienvenida a una libre aceptación de un destino elegido.

Ciencias de la Educación

Es un trabajo interdisciplinario de psicología, historia, legislación, filosofía, antropología, administración, algunas áreas de medicina, encaminados al apoyo de la solución de problemas educativos. Se denomina ciencias de la educación al conjunto de ciencias y profesiones orientadas al estudio, entendimiento y mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje, sean éstas formales, no formales e informales. Este conjunto de ciencias se pueden dividir en dos categorías: básicas y complementarias.

Entre las primeras, se encuentran:

Pedagogía Didáctica Curriculum Entre las segundas, todas las que hacen al entendimiento del ser humano:

Antropología Sociología Psicología Historia Filosofía. Administración El campo disciplinar de las Ciencias de la Educación se ha constituido a partir de la intersección de un conjunto de diversas disciplinas: la filosofía, la psicología, la sociología, la historia, entre otras; que abordan desde su especificidad el objeto “educación”. Este proceso de conformación no es exclusivo de las Ciencias de la Educación sino que se vincula con la división del conocimiento en el campo de la Ciencias Sociales, y es producto de la progresiva fragmentación y especialización de los conocimientos durante los siglos XIX y XX.

Las ciencias de la educación, en un estudio interdisciplinario, contribuyen a analizar la realidad educativa de manera más compleja, contribuyendo así a dar soluciones a los distintos problemas que atañen a la educación.

No existe un acuerdo universal entre los educadores sobre el sentido que se le debe dar al concepto “ciencias de la educación”. Parece que la expresión es más corriente en los países europeos que en América del Norte. Los educadores que generalmente no utilizan esta expresión estiman que la educación es una profesión y no una ciencia.

Las ciencias de la educación no constituyen un campo reservado solamente a algunos especialistas. Ellas representan actualmente el conjunto indispensable de disciplinas que permiten un correcto y fecundo funcionamiento de los sistemas educativos en todos sus niveles. Por razones diferentes, pero siempre imperiosas, los responsables de elaborar políticas educacionales, los planificadores, los docentes, los administradores y los investigadores no pueden, ni tienen el derecho de ignorarlas.

El estudio de las situaciones educacionales (pasadas, presentes y futuras) consiste en definir e identificar los hechos educacionales sobre los que se podrá hacer un análisis científico riguroso: es éste el objeto de las ciencias de la educación.

Se puede decir, en general, que los factores a tomar en consideración para analizar y comprender los hechos y las situaciones educacionales pueden clasificarse en tres grandes categorías; estas categorías nos parecen válidas para el análisis de cualquier situación educacional, bajo la reserva indicada anteriormente, que los factores que deberemos enumerar y por lo tanto yuxtaponer, no tiene siempre la misma importancia y que entre ellos hay relaciones variables en cantidad y en calidad según los países o los tipos de sociedades. Podemos distinguir:

Los factores que dependen de condiciones generales de la instituciónθ Los factores que dependen de lasθeducativa en el seno de la sociedad; condiciones “locales” de la institución educativa y que determinan su Los factores vinculados a la propia situación de laθrealización; educación.

Estas tres categorías no son independientes pues factores que dependen de la tercera categoría pueden estar en relación directa con ciertos factores pertenecientes a una de las otras dos categorías; las interrelaciones deberían ser el objeto de un capítulo especial, es decir que nos contentaremos aquí de una descripción somera comentada, solicitando al lector se imagine la complejidad y la riqueza del tejido de relaciones que dan, al final de la cadena, el aspecto observable de la situación de educación.

El conjunto de los factores que actúan sobre las situaciones de educación concretas se pueden separar en dos subconjuntos.

- El primer subconjunto de factores reagrupa todas las variables vinculadas a la sociedad: filosofía, política, estructura social, organización económica, nivel técnico...

- El segundo subconjunto de factores está constituido por todos los elementos que se refieren directamente a la educación. Una sociedad, en función de su filosofía política, da origen en cierta manera a una institución escolar más o menos bien estructurada, más o menos extendida (geográficamente por ejemplo), abarcando períodos más o menos grandes (duración y tipo de escolaridad). Este sistema escolar está caracterizado por seis subconjuntos de variables:

Las variables vinculadas a la estructura de la institución y a los Las variables vinculadas a los currículos; criterios de admisión de alumnos; las variables vinculadas a los métodos y técnicas pedagógicas; Las variables vinculadas a las instalaciones materiales; Las variables vinculadas al contratación ya la formación de los docentes; presupuesto destinado a la educación.

Ciencias para La Educación

  • Filosofía de la Educación.

La filosofía de la educación es una rama de la filosofía. No es, en el sentido estricto del término, una ciencia, pero constituye la disciplina fundamental que da a todas las ciencias de la educación su verdadera significación. A este título, es una disciplina específica en relación a las otras ramas de la filosofía -filosofía de las ciencias, del arte, del derecho, etc.- pues se ocupa de un tema distinto y bien definido: la educación. Es una disciplina específica en relación a todas las que se ocupan de la educación pues, teniendo el mismo tema, lo aborda con otro objetivo y con otros métodos. ¿Qué objetivo? ¿Qué métodos?

  • La educación, un problema filosófico

La educación constituye en sí un problema filosófico, y los más grandes filósofos, desde Platón, no han cesado de plantearlo y de exponerlo en todas sus dimensiones. En realidad, el contenido de la educación es muy complejo y varía de una cultura a otra. Entonces ¿de dónde proviene su unidad conceptual, su esencia? De su unidad necesaria con el concepto de hombre. De todos los animales, el hombre es el único que debe y puede ser educado. Debe serlo, pues sin educación no tendría de humano más que el aspecto físico. Puede serlo, pues lo que lo distingue del animal -las técnicas, la lengua, las costumbres- el hombre lo ha aprendido. Es este lazo con la humanidad que hace de la educación algo distinto de una simple maduración o un amaestramiento. La educación es el conjunto de procesos y procedimientos que permiten a todo niño humano acceder a la cultura, siendo la cultura lo que distingue al hombre del animal. Preguntarse: ¿Qué es la educación? Es preguntarse: ¿Qué es el hombre?, interrogante filosófico, si lo es.

Nuestra definición introduce los términos “procesos” y “procedimientos”. Es que la educación, siendo en gran parte un proceso espontáneo, que se desarrolla aun sin que los educandos y los educadores se den cuenta, no se concibe sin el objetivo, por lo menos implícito de educar. Digo implícito, pues este objetivo puede no ser formulado ni aun ser consciente; pero lo será en caso de contestación o de crisis. Cuando toda una juventud se interroga, como en 1968: “?Por qué es necesario aprender?”, los educadores están condenados, como Edipo ante la Esfinge, a responder o a morir.

  • Filosofía y ciencias de la educación

La filosofía tiene como tarea propia posibilitar una respuesta a este interrogante. Y ahí está su especificidad en relación a las ciencias de la educación. Ella asume al respecto una doble función de interrogación y de integración. Por lo tanto se la puede considerar, con G. Mialaret, como “una epistemología de las ciencias de la educación”.

La filosofía interroga cada ciencia sobre el estatuto y sobre el alcance de sus afirmaciones, corriendo el riesgo de detectar un cierto dogmatismo detrás de la objetividad aparente de los enunciados y nociones. Pues, cuando el economista habla de “capital humano”, el historiador de “progreso”, el psiquiatra de “regresión”, el sociólogo de “normal”, el psicólogo de “equilibrio”, se trata de nociones normativas que implican una finalidad. Así, el “equilibrio” no es (sólo o absolutamente) lo que existe, sino lo que debe ser. Ahora bien, sucede que las ciencias plantean sus finalidades como objetos observables y mensurables si bien lo son en ciertos aspectos- pero sin preguntarse por qué son finalidades, en otras palabras por qué deber ser alcanzados. Por qué el equilibrio es más deseable que el desequilibrio? Resumiendo, la tarea del filósofo es de preguntarse sobre las finalidades de la educación. Su campo no es el “cómo” -y los objetivos pedagógicos jamás son los “cómo”- sino el “por qué”.

Las finalidades de la educación conciernen al hombre en su totalidad. “Saber el inglés” es una finalidad si se trata de mi carrera, o de mi cultura o de mi felicidad o en todo caso de mí mismo. Esta simple constatación tiene un alcance no sólo pedagógico -mostrar al alumno que “se trata de él”- sino también epistemológico. En nuestros días, las ciencias, aun las de la educación, son cada vez más numerosas y especializadas; recordemos que hoy en este campo, no se dice “sabio” sino “especialista”.

Frente a esta fragmentación, la filosofía tiene una tarea de integración; invita a las ciencias de la educación a hacer una síntesis de sus adquisiciones, una actividad que no tiene fin y que siempre se debe recomenzar.

  • Sociología de la Educación

Se podría decir de la sociología de la educación lo que se ha dicho de la filosofía de la educación; ningún gran sociólogo ha descubierto la sociología de la educación. Para Henri Janne:

La educación constituye necesariamente a los ojos del sociólogo un proceso de aculturación. De aquí que todos los mecanismos funcionales de interiorización de valores y de asimilación del comportamiento, todas las modalidades por las cuales las estructuras tienden a integrar a los individuos, y todas las organizaciones que colaboran explícita o implícitamente con los sistemas de poder para condicionar a los individuos a que respeten las jerarquías, implican fenómenos de formación y de educación

Como la afirma Viviane Isambert-Jamati: El interés de la sociología por la educación le es consubstancial

En efecto, la institución escolar tiene una doble función: transmitir la herencia del pasado y preparar las transformaciones del futuro. Como lo destaca Alain Girard: No es por azar que todas las organizaciones de investigación destinan una parte de su trabajo a los problemas de la enseñanza o de la formación profesional

De hecho la sociología de la educación se sitúa a dos niveles:

• Analiza el lugar y la función de la institución escolar en el seno de la sociedad y las relaciones que existen entre escuela y sociedad, así como la situación y la posición social de los agentes de estas instituciones. • Analiza la escuela como sociedad (microsociedad) y los problemas de relaciones entre esta microsociedad y la sociedad global partiendo de problemas concretos de la institución escolar, (fracasos escolares, éxito escolar y medio familiar, práctica de losa docentes, etc.)

  • Economía de la Educación

La economía de la educación es probablemente una de las ciencias de la educación más nuevas. Si bien siempre es posible encontrarle lejanos antecedentes, no es sino a fines de los años cincuenta que se constituyó como disciplina autónoma, con un sólido soporte teórico, y con el desarrollo de muchos equipos de investigación que han duplicado varias veces la producción científica en ese campo.

El soporte teórico inicial fue la teoría del capital humano, que acentúa el aspecto “inversión” de los gastos en educación, que eran antes considerados más bien como un consumo a la vez privado y público.

Como consecuencia se desarrollaron dos tipos de trabajos: por una parte sobre el plano microeconómico, es decir desde el punto de vista de los individuos, se llevaron a cabo en numerosos países investigaciones sobre las tasas de rendimiento de los diferentes niveles de educación. Por otra parte, sobre el plano macroeconómico se buscó medir la contribución de la educación al crecimiento económico.

En los dos casos, las verificaciones de las hipótesis emitidas han puesto en evidencia un alto nivel de rentabilidad económica de los gastos en educación.

En un segundo tiempo, la economía de la educación ha cuestionado ciertas hipótesis iniciales, tomando sobre todo en cuenta las aportaciones de la sociología de la educación. Esta, en efecto, había mostrado que las decisiones individuales en materia de educación en general no estaban determinadas por una racionalidad de tipo coste-beneficio: la prosecución de los estudios obedecía a numerosos factores, de los cuales el más importante es, según este enfoque, la clase social a la que pertenecen los individuos, y no su libre albedrío como individuos iguales que realizan la elección óptima según sus propios puntos de vista. Siempre según este enfoque, los sistemas educativos actúan de tal manera que “organizan” la reproducción social, es decir, simplifican la transmisión hereditaria de las posiciones de poder socioeconómico.

Numerosos trabajos empíricos han confirmado que efectivamente, las tasas de rendimiento de un nivel dado de educación diferían según el origen social pero que los individuos provenientes de clases modestas podían, gracias a la educación, acceder a perfiles edad-ganancia muy superiores a los que hubieran llegado sin educación.

La teoría del capital humano pudo así reintegrar en su modelo la crítica fundamental de la teoría sociológica de la reproducción substituyéndola por una teoría sociológica de las “discriminaciones” no limitadas a la pertenencia social, sino también extendida a las características étnicas, sexuales, u otras, de los individuos. Las discriminaciones son exigencias sociales, que se imponen a los agentes económicos, aun si ellas no son legítimas (eventualmente la ley efectuará la corrección correspondiente), y los individuos en conformidad con la teoría ampliada del capital humano, la optimizan bajo presión.

Pedagogía

La pedagogía es un conjunto de saberes que se aplican a la educación como fenómeno típicamente social y específicamente humano. Es por tanto una ciencia de carácter psicosocial que tiene por objeto el estudio de la educación con el fin de conocerla, analizarla y perfeccionarla. La pedagogía es una ciencia aplicada que se nutre de disciplinas como la sociología, la economía, la antropología, la psicología, la historia, la filosofía o la medicina.

Es importante considerar y tomar en cuenta que a pesar de que la conceptualización de la pedagogía como ciencia es un debate que actualmente tiene aún vigencia y que se centra en los criterios de cientificidad que se aplican a las demás ciencias y que no aplican directamente a la pedagogía, es por ello que referirse a la pedagogía como ciencia puede ser un tanto ambiguo, incorrecto, o por lo menos debatible. Existen autores, pues, que definen a la pedagogía como un saber, otros como un arte, y otros más como una ciencia (haciendo una pausa y reconociendo que como ciencia habría que establecer apuntes específicos) de naturaleza propia y objeto específico de estudio, que son los sistemas públicos educativos y no la educación en general. En vista de que su razón de ser no se halla en si misma, y que no es sino el punto de llegada y partida de diversas elucubraciones respecto de la educación, y contenidos que podemos observar en otras ciencias.

Tipos de pedagogía

Existen varios criterios a través de los cuales se puede categorizar a la pedagogía:

  • pedagogía General: Es la temática que se refiere a las cuestiones universales y globales de la investigación y de la acción sobre la educación.

  • pedagogías específicas: Que a lo largo de los años han sistematizado un diferente cuerpo del conocimiento, en función de las realidades históricas experimentadas (pedagogía Evolutiva/Diferencial/Educación especial/De adultos o Andragogía/ De la Tercera Edad/etc.)

  • Tipos de pedagogías según el propósito que plantean:

    • pedagogías tradicionales

    • pedagogías Contemporáneas

    Sin embargo López Herrerías señala que la pedagogía en sí al estudiar al hombre "bio-psico-socio-cultural" ya está implícito todas esas pedagogías.

    Hay que distinguir que la pedagogía es la ciencia que estudia la educación, mientras que la didáctica es la disciplina o conjunto de técnicas que facilitan el aprendizaje. Es una disciplina de la pedagogía.

    La filosofía Contemporánea

     

            Más exactamente, la filosofía contemporánea comienza con la crisis del Idealismo alemán (Fichte, 1762-1814, Hegel, 1770-1831 y Schelling, 1775-1854), en la segunda mitad del siglo XIX, como un intento de superación del pensamiento hegeliano. Resulta muy difícil establecer las características de esta época, como no sea la de la existencia de múltiples y opuestos sistemas filosóficos, ninguno de los cuales parece dominar sobre el resto. Dada la puntualización anterior, se puede arriesgar una caracterización común si nos limitamos a dos cuestiones:

    • escasa valoración de la realidad trascendente (Dios y el mundo espiritual): tal vez éste es uno de los rasgos más comunes a los sistemas filosóficos posthegelianos, pues de una u otra manera la filosofía contemporánea se despreocupa de lo trascendente (con la excepción de la fenomenología y de corrientes menores como el personalismo y  la neoescolástica), y en algunos casos parece definirse incluso por su oposición a lo trascendente (marxismo, vitalismo, filosofía analítica, ...);

    • crisis de la razón: es también común la duda respecto de que la filosofía pueda alcanzar una descripción racional de la realidad, al menos en el sentido fuerte de racionalidad que ha dominado durante la mayor parte de la historia de la filosofía: la razón como el instrumento para el conocimiento absoluto (objetivo, universal, informativo y explicativo); en algunos casos porque expresamente se reivindica el irracionalismo (Nietzsche), en otros porque se defiende, también expresamente, el ámbito de la finitud (marxismo, existencialismo), y, finalmente, en otros porque se declara que sólo las ciencias son capaces de obtener un verdadero conocimiento de la realidad (positivismo, neopositivismo y filosofía analítica).

     

            En la lista siguiente no se recoge la totalidad del abigarrado conjunto de teorías que nos ofrecen estos dos últimos siglos, limitándose a los movimientos más importantes y a sus representantes más destacados.

     Positivismo: El Positivismo es una corriente o escuela filosófica que afirma que el único conocimiento auténtico es el conocimiento científico, y que tal conocimiento solamente puede surgir de la afirmación positiva de las teorías a través del método científico. El positivismo deriva de epistemología que surge en Francia a inicios del siglo XIX de la mano del pensador francés Auguste Comte y del británico John Stuart Mill y se extiende y desarrolla por el resto de Europa en la segunda mitad. Según la misma, todas las actividades filosóficas y científicas deben efectuarse únicamente en el marco del análisis de los hechos reales verificados por la experiencia. Esta epistemología surge como manera de legitimar el estudio científico naturalista del ser humano, tanto individual como colectivamente. Según distintas versiones, la necesidad de estudiar científicamente al ser humano nace debido a la experiencia sin parangón que fue la Revolución Francesa, que obligó por primera vez a ver a la sociedad y al individuo como objetos de estudio científico.

    Marxismo: El marxismo es el conjunto de doctrinas políticas y filosóficas derivadas de la obra de Karl Marx, filósofo, economista, periodista y revolucionario del siglo XIX y de su amigo Friedrich Engels quien lo ayudó en muchos de sus avances en sus teorías. Marx y Engels se basaron en la filosofía de Hegel y de Feuerbach, ambos alemanes, la economía política de Adam Smith, la economía ricardiana y el socialismo francés del siglo XIX para desarrollar una crítica de la sociedad que es tanto científica como revolucionaria. Esta crítica alcanzó su expresión más sistemática en su obra más importante, El capital: crítica de la economía política. Además de las raíces mencionadas, algunos pensadores marxistas del siglo XX, como Louis Althusser, Toni Negri o Miguel Abensour han señalado en la obra de Marx, el desarrollo de temas presentes en la obra de Maquiavelo o Spinoza.

    Vitalismo: El vitalismo es la posición filosófica caracterizada por postular la existencia de una fuerza o impulso vital sin la que la vida no podría ser explicada. Se trataría de una fuerza específica, distinta de la energía estudiada por la física y otras ciencias naturales, que actuando sobre la materia organizada daría por resultado la vida. Esta postura se opone a las explicaciones mecanicistas que presentan la vida como fruto de la organización de los sistemas materiales que le sirven de base.

    Fenomenología

    La fenomenología es la ciencia que estudia la relación que hay entre los hechos (fenómenos) y el ámbito en que se hace presente esta realidad (siquismo, la conciencia).

    La conciencia es intencional, está lanzada al futuro. Es un "ir hacia" que busca, encuentra y sobrepasa lo encontrado.

    La conciencia se mueve en tres tiempos (imaginación, sensación y memoria como futuro, presente y pasado). Los tiempos de conciencia se dan indisolublemente en estructura primando siempre el "ir hacia", la intención. En la conciencia, a diferencia del tiempo público que va desde el pasado hacia el futuro, puede estar en el pasado "recordando" algo mientras experimenta la sensación que le produce ese recuerdo. Recuerdo que no se presenta pasivamente sino que es evocado por una necesidad de futuro (intencionado).

    El primado del futuro coloca a la conciencia frente al problema de la muerte (finitud), de tal manera que no hay acto en ella que en última instancia no esté relacionado.

    La conciencia trabaja en estructura con el mundo, por lo cual hablar de un fenómeno es indisoluble de hablar de la conciencia y a la inversa; para hablar de la conciencia siempre tendremos que hacerlo con un fenómeno.

    Entendemos por descripción fenomenológica a toda descripción que se haga de la conciencia referida a un fenómeno desde el punto de vista de la temporalidad.

    Existencialismo: El existencialismo es un movimiento filosófico cuyo postulado fundamental es que son los seres humanos, en forma individual, los que crean el significado y la esencia de sus vidas.

    La corriente, de manera general, destaca el hecho de la libertad y la temporalidad del hombre, de su existencia en el mundo más que de su supuesta esencia profunda. Emergió como movimiento en el siglo XX, en el marco de la literatura y la filosofía, heredando algunos de los argumentos de filósofos anteriores como Schopenhauer, Kierkegaard, Nietzsche y Unamuno.

    El existencialismo generalmente defiende la no existencia de un poder trascendental que lo determine; esto implica que el individuo es libre y, por ende, totalmente responsable de sus actos. Esto incita en el ser humano la creación de una ética de la responsabilidad individual, apartada de cualquier sistema de creencias externo a él. Según el filósofo e historiador de la filosofía Nicola Abbagnano, «Se entiende por existencialismo toda filosofía que se conciba y ejercite como análisis de la existencia siempre que por "existencia" se entienda el modo de ser del hombre en el mundo. La relación hombre-mundo es, pues, el único tema de toda filosofía existencialista (...) Los antecedentes históricos más cercanos del existencialismo son la fenomenología de Husserl y la filosofía de Kierkegaard.» Abbagnano considera pensadores fundamentales de esta corriente a Heidegger, Jaspers y Sartre.[

    El neopositivismo o positivismo lógico: El movimiento filosófico desarrollado en torno al Círculo de Viena ha recibido habitualmente la denominación de positivismo lógico en el mundo angloamericano, mientras que en el ámbito académico en lengua alemana ha sido identificado más frecuentemente como neopositivismo9. Con este prefijo "neo-" se alude a una cierta continuación del positivismo del siglo XIX, desarrollado por Auguste Comte, John Stuart Mill, Richard Avenarius y Ernst Mach, mientras que con el adjetivo "lógico" se destacaría más el genuino rasgo diferencial de los miembros del Círculo de Viena, pues aspiraban a resolver de una vez por todas mediante la clarificación lógica del lenguaje los atolladeros de la filosofía hasta lograr su encaminamiento científico. En Italia, quizá por influencia del libro de Francesco Barone Il neopositivismo logico se difundió esa denominación sintética todavía más compleja10.

    La cuestión terminológica no es importante en estos momentos, aunque quizá sea más acertada la denominación inglesa "positivismo lógico" o también "empirismo lógico", porque destaca con nitidez la tesis nuclear del Círculo de Viena acerca de la significatividad del lenguaje: sólo son significativas las proposiciones empíricas y las proposiciones lógicas. En una filosofía científica todas las proposiciones que no sean casos de fórmulas lógicas o que no sean reducibles por caminos lógicos a proposiciones empíricamente verificables han de ser descartadas como no significativas, pues no tienen valor cognitivo alguno, sino, por ejemplo, simplemente un valor emotivo.

    Filosofía Clásica

    La muerte de Alejandro Magno (323 a. de C.), punto de partida de lo que los historiadores denominan época helesnística. Seguida poco después de la muerte, en 322, del último filósofo clásico de Grecia, Aristóteles, ella coincide con una ruptura clara en la historia de la filosofia. La pérdida de la independencia de las ciudades helenas tiene como resultado inmediato disociar la unidad el hombre y del ciudadano, del filósofo y del político, de la interioridad y de la exterioridad, de la teoria y de la práctica, en suma, es "bella totalidad consigo misma" que caracteriza la edad clásica de Grecia -según Hegel-. Las decisiones ya no están sujetas a la crítica ni a la deliberación de sus súbditos, la política cesa de depender del filósofo para depender de un amo extranjero. Es el momento en que la libertad del hombre libre, quien hasta entonces se confundia con el ejercicio de los derechos cívicos, se transmuta, a falta de algo mejor, en libertad interior. En que la especulación sobre la naturaleza tiende a no ser más que la auxiliar de una moral preocupada ante todo por procurar a cada uno la salvación interna. Esta época será testigo del nacimiento del cosmopolitismo. Las filosofias de la época helenística, cuidadosas por dar una respuesta inmediata a los problemas de adaptación planteados al individuo por las transformaciones sociales, tendrán un carácter y una función "ideologicos". Las tres grandes corrientes helenísticas son el estoicismo, epìcureísmo y el escepticismo. Se trata de tres artes de vivir. En la época helenística surge el derecho a todos de vivir feliz incluso en las circunstancias adversas.

    Pensamos que el fin de esta manifestación del pensamiento filosófico es, la búsqueda permanente de la felicidad. El escepticismo tiene la mirada que sólo se llega a la felicidad evitándola. De ahí el concepto escéptico en uso hoy día. Se renuncia al propósito antes de intentarlo. Hay como una tendencia a pensar que desde el despojo y la carencia, se llega a la felicidad. No hay nada que discutir, nada que defender.




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    Enviado por:La Mapavitah
    Idioma: castellano
    País: Venezuela

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