Filosofía


Historia de la Filosofía Antigua


HISTORIA DE LA FILOSOFÍA ANTIGUA: RECOPILACIÓN DE CONCEPTOS FUNDAMENTALES: PRESOCRÁTICOS.

FISIS

Physis, término griego divisible en las sílabas `phy', que hace referencia al brotar de las plantas y de los seres vivos, y `sis'. Frecuentemente la palabra fisis se define simplemente como `naturaleza'.

En el ámbito Homérico la palabra aludía al conjunto de los fenómenos externos. Más tarde el término iría cobrando hondura mediante la profundización por parte de los presocráticos, que a medida que fueron dejando a un lado el mito, empezaron a centrarse en la ta onta, es decir, las cosas existentes percibidas por la experiencia humana. Haciendo una síntesis entre todo lo que los presocráticos entendían por fisis, se puede concluir que ésta es la realidad de la que están hechas todas las cosas, la naturaleza de las cosas existentes. Dicha realidad no es estática e inmutable, sino que es una realidad viva, en constante desarrollo.

Profundizando en ésta explicación se pueden sacar tres rasgos principales que representan diferentes acepciones del término:

- Fisis entendido como principio originativo, de donde todo proviene (y según interpretaciones a donde todo se dirige) y en que toda existencia se basa.

- Fisis en el sentido de naturaleza como algo físico, la naturaleza tal y como la vemos o percibimos, como resultado de un proceso genético.

- Fisis como naturaleza constitutiva, creadora de todo lo existente.

PRINCIPIO

La mayor parte de los primeros filósofos, los presocráticos, afirmaba que los elementos eran el principio de toda existencia. Así, Tales decía que tal principio era el agua y Anaxímenes que lo era el aire, por lo que se les conoce como naturalistas. Tales elementos eran originativos, y en el caso del aire constitutivos del mundo.

Más tarde, Heráclito de Éfeso afirmaría que el fuego era el principio originativo y constitutivo de todo lo que compone el cosmos.

COSMOS

El término cosmos alude a todas las cosas que componen el universo, las cuales están completamente ordenadas y estructuradas bajo una ley en principio superior y desconocida. En el caso contrario estaríamos hablando de caos.

La búsqueda de una explicación de porque el universo es cosmos y no caos precisamente fue uno de los impulsores de la creación de la filosofía, y es que el ser humano por naturaleza tiene la obsesión por encontrar un orden que la naturaleza tiene pero que no expone, un Armé o criterio de ordenación que irá explicándose de formas diferentes desde el surgir de los presocráticos.

AGUA (TALES)

Tales de Mileto, al igual que otros filósofos presocráticos como Anaxímedes, tomó un elemento como principio originativo y constitutivo del mundo, en éste caso, el agua. Aún así, hay que señalar que Tales fue el primero en intentar una explicación racional, no mítica del mundo, por lo que se le puede considerar como el primer filósofo.

Centrándonos en su concepto de agua, Tales afirmó que es el agua el origen y principio de toda existencia basándose en varias observaciones que le llevaron a esa conclusión, como que todo ente vivo es o está húmedo y que al morir el agua de la que proviene y que le da vitalidad desaparece y se seca. Para Tales el agua era infinita en tamaño, y al igual que para él el agua era principio de todo también era el final del mismo.

APEIRON (ANAXIMANDRO)

Si todo se originara del agua, como había propuesto Tales, entonces no existiría el calor ni el fuego, pues el agua no engendra fuego, si no que lo destruye. Además el agua no se puede transformar en algo completamente distinto a ella. Anaximandro no está de acuerdo con la tesis de su maestro, el pensó que el elemento primero del cuál surgen todas las demás cosas habría de ser como una masa indiferenciada -indefinida- de enorme extensión, en la que los elementos contrarios frío - calor, seco - húmedo, etc. aún no estaban definidos, aunque los contenía en sí de un modo latente o potencial completamente fusionados. A este elemento primigenio Anaximandro lo llamó apeiron, que significa: lo indeterminado o lo indefinido; y se caracteriza por ser inmortal e indestructible, además de moverse por sí mismo.

Del apeiron surgen todas las cosas, pero el apeiron no es ninguna de esas cosas determinadas a que da lugar. Este surgir de las cosas a partir del apeiron se da por un proceso de segregación; porque según Anaximandro esa masa originaria -el apeiron- está en incesante movimiento -como de criba- y, como mezcla original empezaron a separarse, dando lugar así a la gran diversidad de cosas del mundo.

En el mundo las cosas están generándose y pereciendo continuamente, pero este nacer y morir de las diferentes cosas es una injusticia, un predominio de un elemento sobre otro lo (frío sobre lo cálido, lo seco sobre lo húmedo o viceversa) y por eso existen individuales, pero hay una necesidad que hará volver a todas las cosas a esa mezcla primigenia, donde no se da la injusticia, donde predominan unos contrarios sobre otros.

Anaximandro procede d la siguiente forma:

  • Postula un elemento originario -como la hace Tales-.

  • Lo caracteriza.

  • Explica el proceso por el cual de la sustancia primera surgen las demás cosas.

AIRE (ANAXÍMENES)

El origen de todas las cosas (arché) era el aire, sustancia sensible, pero que raya en lo incorpóreo. Explica el origen de todas las cosas a partir de un doble proceso por el que el aire se modifica: rarefacción, que da origen al fuego, y condensación, del que se derivan las nubes, el agua, la tierra y las rocas.

Con estas dos nociones, explica los cambios de la naturaleza, o lo que es lo mismo, dos modalidades de movimiento: cuantitativa y cualitativa. El mundo entero está envuelto en el aire como en su propia alma. La misma alma humana, fundida en el alma del mundo, es también aire. De esta manera concibió el mundo como un ser vivo, análogamente a como concebía el alma de los hombres: «De la misma manera que nuestra alma, que el aire, nos sostiene, igualmente un soplo y el aire envuelven el mundo entero.» En su concepción, la Tierra es plana y flota, pero no ya sobre el agua, como quería Tales, sino en el aire; sostuvo también que los astros no se mueven bajo la Tierra sino en torno a ella.

COSAS, NÚMERO (PITAGÓRICOS)

Los pitagóricos consideraban que los números eran principio de todo, ya que veían semejanzas entre éstos y todas las cosas que existían, y que eran base de toda materia y de cada una de sus propiedades y variaciones.

Entre las amplias investigaciones matemáticas realizadas por los pitagóricos se encuentran sus estudios de los números pares e impares y de los números primos y de los cuadrados, esenciales en la teoría de los números.

En geometría el gran descubrimiento de la escuela fue el teorema de la hipotenusa, conocido como teorema de Pitágoras, que establece que el cuadrado de la hipotenusa de un triángulo rectángulo es igual a la suma de los cuadrados de los otros dos lados.

LÍMITE-ILIMITADO (PITAGÓRICOS)

La teoría pitagórica era una teoría en cierto modo dualista, ya que según éstos los principios eran dos, lo `Limitado' -o lo uno- y lo limitado, conceptos que dependen el uno del otro, ya que todo a limitante le corresponde otro concepto ilimitado y viceversa, condición sin la cual la armonía del cosmos no se mantendría.

ARMONÍA (PITAGÓRICOS, HERÁCLITO)

Según los pitagóricos, la armonía es aquello que todas las cosas desemejantes necesitan para poder ser ordenadas cósmicamente, y se encuentra desde lo más básico o esencial hasta el firmamento. Tal armonía mantiene estrecha relación y está basada en números.

Al ver que todo lo existente tenía números en ello y que éstos podían ser relacionados con cualquier elemento o aspecto, incluso con la armonía musical, concluyeron que todo el cielo era número y estaba dispuesto de una forma armónica y ordenada que podía ser demostrada en números.

Para Heráclito, la armonía es siempre producto de contrarios que se mantienen en una tensión necesaria que se permanece en equilibrio gracias al logos.

LOGOS (HERÁCLITO)

En griego, su primera acepción es `palabra', `discurso', `razón' e incluso, `proporción', y en la filosofía clásica y sobre todo en la filosofía y teología medievales, el logos es la razón divina que actúa como principio ordenador del universo.

Con el estoicismo, desarrollado después del siglo IV a.C., el logos es concebido como un poder racional de origen divino que ordena y dirige el universo; se identifica con Dios, la naturaleza y el destino. El logos es omnipresente y se entiende como el pensamiento que da sentido a la palabra.

Según Heráclito, el logos es la ley de la realidad mientras que el fuego es el principio originativo y constitutivo de todas las cosas que componen el cosmos. El logos es, como hemos dicho, la ley que rige éste y mantiene el equilibrio entre los contrarios, que siempre están en una tensión intrínsecamente esencial a la realidad.

DIOS (HERÁCLITO)

El único ser completamente sabio es dios que no identifica ni con los dioses antropomórficos de Homero ni con un dios al que haya que rendir culto, pero que, si se asemeja al dios Zeus convencional. Tanto el fuego como el logos son coextensivos con este dios.

SER (PARMÉNIDES)

El único camino hacia el conocimiento y lo único concebible (según su filosofía) es que lo que es “es” y no puede no ser. Al no aceptar el devenir, considera absurdo el camino del es y no-es a la vez: “Jamás se impondrá esto: que las cosas que no son sean”.

Para Parménides, el ser es ingénito e imperecedero, eterno y único. Queda excluida toda pluralidad, por lo que es inmóvil, finito y esférico, y no existe génesis y destrucción en él. Tampoco es diversiforme, ya que todo en el es semejante y continuo.

Con el uso de la razón, y partiendo de `el ser es' deduce todo cuanto se puede conocer del ser rehusando a los sentidos toda veracidad y al campo de los sentidos toda realidad.

ELEMENTOS (EMPÉDOCLES)

Empédocles postula la existencia de cuatro elementos (fuego, tierra, aire, agua) cada uno de ellos con las características de permanencia e inmutabilidad del ser, y la existencia de dos fuerzas cósmicas (Amor, Odio) que actuarán como causa de la combinación o disociación de los elementos.

“Empédocles admite cuatro elementos, añadiendo la tierra a los tres que quedan nombrados. Estos elementos subsisten siempre, y no se hacen o devienen; sólo que siendo, ya más, ya menos, se mezclan y se desunen, se agregan y se separan." (Aristóteles, Metafísica, 1, 3)

De este modo, para Empédocles la realidad es el resultado de la combinación de esos cuatro elementos originarios: la realidad que nosotros captamos es el resultado de la mezcla de dichos elementos.

NOUS (ANAXÁGORAS)

Él es el Principio del Movimiento y el Orden de Todas las Cosas.

El nous, mente o espíritu, que ordena las homeomerías, las anima y las organiza en entes individuales, creando el orden armónico del universo.
El nous es, pues, el  principio de orden, de animación y de individualización de las cosas que constituyen el mundo variado y plural que vemos a nuestro alrededor. Pero el nous está libre de esas infinitas partículas, semillas de todo. Existe por sí mismo, es independiente, eterno y luminoso, porque —como dice Anaxágoras— «si estuviera mezclada con alguna cosa, participaría de todas las demás… y las cosas mezcladas con ella le impedirían que pudiera gobernar ninguna de ellas del modo que lo hace al ser ella sola por sí misma».

ÁTOMOS (ATOMISTAS)

El punto de partida de la filosofía atomista es la existencia de partículas invisibles e indivisibles que se mueven eternamente en el vacío. Están de acuerdo con los eleatas en que estas partículas no nacen ni perecen y que son eternas y denominan a tales partículas como Átomos (A-tomos = indivisible). Vemos, por tanto, que los atomistas, ya desde el principio, no solo se sitúan en contra de Parménides sino también frente a Empédocles y Anaxágoras. Y es que, los atomistas, aunque aceptan que los átomos son eternos, es decir, ingénitos e imperecederos, (en este sentido no habrían pasado del no - ser al ser  y viceversa), al mismo tiempo, defienden también que los átomos (ser) son móviles (se mueven desde toda eternidad) y que existe el vacío, algo que, antes de la formación del mundo, negaban tanto Empédocles como Anaxágoras. La existencia del vacío les permitirá a los atomistas hacer frente al problema de la identificación del no-ser con la nada en Parménides.

SOFISTA

El término sofista viene del griego sophi, 'experto', 'maestro artífice', 'hombre de sabiduría'. En su origen era el nombre aplicado por los antiguos griegos a los hombres eruditos, tales como los Siete Sabios de Grecia; en el siglo V a.C., nombre que se daba a los maestros itinerantes que proporcionaban instrucción en diversas ramas del conocimiento a cambio de unos honorarios convenidos con antelación.

Siendo personas que compartían puntos de vista filosóficos mucho más amplios que los de una escuela, los sofistas popularizaron las ideas de varios filósofos anteriores; pero, basándose en su interpretación de ese pensamiento filosófico anterior, casi todos ellos concluyeron afirmando que la verdad y la moral eran en esencia materias opinables.

Así, en sus propias enseñanzas tendían a enfatizar formas de expresión persuasivas, como el arte de la retórica, que facilitaba a los discípulos técnicas útiles para alcanzar el éxito en la vida, en especial en la vida pública.

Los sofistas gozaron de popularidad durante un tiempo, sobre todo en Atenas; sin embargo, su escepticismo de la verdad absoluta y la moral les llevo a recibir fuertes críticas por parte de filósofos de la talla de Sócrates, Platón o Aristóteles, y durante el transcurso de la historia el término ha ido cogiendo connotaciones cada vez mas negativas.

HOMBRE MEDIDA (PROTÁGORAS)

Protágoras ponía en duda la capacidad del hombre de alcanzar la verdad universal y objetiva. “Como cada cosa me aparece, así es para mí; y como aparece a ti, así es para ti”. El hombre es la medida de la verdad, el valor, la ley y las normas. “El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto son, y de las que no son en cuanto no son.” Y no la especie hombre, ni un pueblo determinado, sino cada hombre, cada individuo.

IRONÍA - MAYEÚTICA (MÉTODO SOCRÁTICO)

“Solo sé que no sé nada” 

Sócrates entiende la filosofía como una búsqueda colectiva basada en el diálogo. Ni pretende ser el dueño de la verdad ni poder encontrarla por sí solo. Esto significa, que cada hombre posee dentro de sí una parte de la verdad pero solo podrá descubrirla con la ayuda de otros. Esto explica las dos partes del método socrático.

- La ironía:

Es el arte de hacer preguntas tales que hagan descubrir al otro su propia ignorancia. En otras palabras, comprender que no sabe nada.

- La mayéutica:

Consiste en hacer preguntas de modo tal que el otro llegue a descubrir la verdad por sí mismo.

En esta línea, podría afirmarse que Sócrates no tiene doctrina alguna sino que ayuda a los demás y busca junto a ellos. Esta actitud de humildad frente al conocimiento contrasta notablemente con la actitud de los sofistas.

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Enviado por:Kristipollo
Idioma: castellano
País: España

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