Documentación


Historia de la Bibliografía


HISTORIA DE LA BIBLIOGRAFÍA ESPAÑOLA

Tema 1. Bibliografía e Historia de la Bibliografía: la concepción de la Bibliografía a lo largo de la Historia.- La periodización de la Historia de la Bibliografía europea y española.

Tema 2. El período pre-bibliográfico o de los precursores: de la hagiografía altomedieval a la bibliofilia arábigo española.- Los inventarios de bibliotecas medievales.

Tema 3. Los albores de la Bibliografía española en el período humanístico: la biblioteca de Hernando Colón y su labor bibliográfica.- Organización de la biblioteca de El Escorial.- Los Index inquisitoriales.

Tema 4. La consolidación de la Bibliografía en el período erudito: el nacimiento de la Bibliografía nacional y la labor de Nicolás Antonio.- La bibliografía especializada de León Pinelo y los primeros esbozos de otras modalidades bibliográficas.

Tema 5. La expansión de la Bibliografía en la Ilustración.- Nuevas instituciones culturales y difusión de sus fondos: el interés por los manuscritos y por los incunables.- La atención de los ilustrados por la actualidad: Sempere y Guarinos, la Biblioteca periódica anual y el Diario de los literatos.- Nacimiento y desarrollo de la Bibliografía regional: las obras de Vicente Ximeno y Félix Latassa.

Tema 6. El período histórico o bibliofílico: la bibliografía romántica. Vida y obra singular de Bartolomé José Gallardo.- La etapa áurea de la bibliofilia hispánica: la aportación bibliográfica de los Salvá.

Tema 7. El período monográfico o profesional: la creación de la Escuela de Diplomática, del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios y de los Premios de Bibliografía de la Biblioteca Nacional.- Impulso de la bibliografía local: las tipobibliografías. Cristóbal Pérez Pastor y su aportación metodológica.- La proliferación de repertorios monográficos.- La visión utilitaria de Dionisio Hidalgo: la percepción de unas nuevas demandas de información.

Tema 8. Las lagunas de la Bibliografía española: balance histórico y propuesta programática de Menéndez Pelayo para el desarrollo de la Bibliografía especializada.- Origen y evolución de la Bibliografía literaria en España.- El Centro de Estudios Históricos del C.S.I.C.

Tema 9. Una carencia más: la Bibliografía no historiada del siglo XX.- Dos nombres: Antonio Palau y Francisco Vindel.- Tres logros: la consolidación de la Bibliografía científica, su establecimiento como disciplina académica y la formación de una escuela. La obra de José Simón Díaz.

TEMA 1.- BIBLIOGRAFÍA E HISTORIA DE LA BIBLIOGRAFÍA

La concepción de la Bibliografía a lo largo de la Historia.- La periodización de la Historia de la Bibliografía europea y española

La concepción de la Bibliografía a lo largo de la Historia

Hay distintas concepciones contrapuestas y superpuestas. El término bibliografía es un término polisémico. Su campo es heterogéneo.

No es un problema de histórico sino que la diversidad persiste hasta hoy.

La polisemia se debe a:

  • El uso coloquial del término, uso que se extrae de la variedad de las realizaciones prácticas.

  • El cambio de significado a lo largo de la historia.

  • Las distintas formulaciones teóricas que han reflexionado sobre el objeto de la bibliografía y su finalidad; partiendo siempre de un concepto previo no compartido por teóricos coetáneos.

El término bibliografía se utiliza con 4 acepciones fundamentalmente:

  • El más general equiparara la bibliografía con una lista de libros o relación de textos referentes a un tema, con la función curricular o de informar sobre lo escrito. Además para dotar de un uso científico a un texto o trabajo.

  • Un uso más especializado que designa un tipo de libro muy específico : una relación sistemática de referencias bibliográficas sobre materiales bibliográficos; en este sentido bibliografía es sinónimo de repertorio bibliográfico.

  • La bibliografía como denotadora de una actividad que se ejercita en dos corrientes:

    • Orientada a la utilización de los repertorios, técnicas de búsqueda, manejo....

    • Entendida como dominio de las técnicas de elaboración de los repertorios. Requiere conocimiento del método bibliográfico.

    • Actualmente la concepción la presente como disciplina. El método bibliográfico se sustenta en una reflexión teórica sobre el significado, el método, la finalidad e historia de esta disciplina. Se apoya, por tanto, en un cuerpo de conocimientos, recogida sobre todo en los repertorios.

    • Bajo estas cuatro acepciones subyace la evolución historia del término. Término readaptado a las necesidades prácticas.

      La periodización de la Historia de la Bibliografía europea y española

      Según MALCLÉS

    • Bibliografía como lista de libros fue el significado inicial. A partir del S. XVIII en Francia en una obra de Gabriel Naudé. Fue una aparición tardía porque las listas existían mucho tiempo antes en la etapa incunable pues los impresores sacaban listas con esa nueva producción; aunque es cierto que recibían otros nombres: index, biblioteca, registrum.....

    • Histórica o neoclásica significando bibliografía conocimiento de los manuscritos. Hace referencia a la etimología del término:

    • Gr byblion + graphei

    • Se va a utilizar, sobre todo, en el S. XVIII, refiriéndose al arte y oficio de los copistas (como conocimiento e interpretación de los manuscritos). El bibliógrafo era un versado en manuscritos. Hay que tener en cuenta el desarrollo de la paleografía, la diplomática y la codicología en esta época, lo que influye de manera notable en el concepto de bibliografía. A partir de esto se planteó que tipo de documentos atañen a la bibliografía: ¿los manuscritos entran o la delimitación la marcan ellos?

      En España habrá que esperar a 1786 para que entrara esta acepción. A finales del S. XIX, de la mano de una bibliografía especializada, hubo un teórico MORTET - 1º titular de la cátedra de bibliografía de Chartres- que defendió que la bibliografía SÓLO se refería a documentos impresos y no a los manuscritos. Esta exclusión cuaja en los teóricos alemanes y franceses. Para MALCLÉS es identificar documentos impresos.

    • Concepción bibliográfica. Equipara a la bibliografía como ciencia del libro, con la idea del coleccionismo - propia de Europa de finales del S. XVIII y los principios el S. XIX-. Esta acepción se encuentra por 1º vez en un prólogo que hizo NEE de la Rochelle a un catálogo de bibliofilia “Discurso sobre la Ciencia bibliográfica y deberes del bibliógrafo” en 1782. Establece que la bibliografía es la Ciencia del Libro y consta de dos ramas:

        • Arte tipográfico: todo lo que tiene que ver con la producción del libro.

        • Libro en sí mismo, el valor intrínseco: hº, clasificación, autores....

      El problema de esta concepción es que no indica finalidad ni metodología pero será una de las acepciones que más perdurará en el tiempo, durante casi todo el S. XIX.

    • Una acepción práctico-profesional es la que concibe la bibliografía como ciencia de las bibliotecas. También surge al aplicar las ideas de “de la Rochelle” a la organización de grandes masas de fondos acumulados por la nacionalización de los bienes por la Revolución Francesa.

    • Hace referencia a los deberes de los bibliotecarios: técnicas, sistemas de clasificación, descripción, conservación del fondo.... Por estos principios de conservación de los fondos documentales se llevaron a cabo, en los principales países de Europa, una exploración sistemática de las bibliotecas y archivos creando catálogos impresos. ( hay que recordar que s la época de creación de las bibliotecas nacionales).

      La consecuencia es el descubrimiento y la publicación de muchos documentos desconocidos. Todo se enmarca en un contexto histórico del positivismo. Por este motivo la bibliografía recibe la consideración de Ciencia auxiliar de la Historia, con la filología y la paleografía.

    • Una acepción moderna: ciencia auxiliar de los repertorios. Nace a principios del S. XIX a la vez que el término de bibliología que aparece en una obra de G. PETGNOT (francés, bibliófilo, bibliotecario, hacia 1812).

    • Introduce el término como Ciencia del libro y reserva a la bibliografía una parte específica de la bibliología. Sería la que se ocuparía exclusivamente de los repertorios. Más tarde, él mismo, distingue entre bibliografía general y la bibliografía especializada. Hasta finales del S. XIX esta acepción no logra respaldo definitivo, este fue a raíz de la cátedra de bibliografía en la escuela de Chartres.

      Se define la bibliografía como el estudio de los repertorios en el que los libros son descritos y clasificados, repertorios a los que debemos recurrir ya sea para identificar libros o para averiguar lo que se ha escrito sobre un materia.

      Esta concepción se afianza: se escriben tratados en Alemania y en 1950 en la conferencia de la UNESCO sobre la mejora de los servicios bibliográficos. En este mismo año, Malclés define, con una acepción universalmente reconocida:

      “La bibliografía ocupa un sector muy importante dentro de la bibliología o Ciencia del libro y se preocupa de buscar, identificar, describir y clasificar los documentos impresos, con el fin de constituir repertorios adecuados para facilitar el trabajo intelectual”.

      Con esta definición de Malclés se cierra el ciclo delas interpretaciones del término. Es la más compartida entre los tratadistas

      Es evidente que hay una revisión actual del concepto de Malclés. Por lo cambios producidos en la sociedad de la información. En la bibliografía se han adaptado varios aspectos como la enseñanza de la materia y la limitación de su campo a los documentos impresos.

      La definición de Malclés fue reformulada por Jaime Moll en 1985 dijo que “la bibliografía es la búsqueda, identificación y descripción de manuscritos, impresos y otro tipo de publicaciones que denominamos materiales bibliográficos”.

      *Así se da categoría a los documentos siendo todo objeto portador de información. Ampliando la definición de Malclés al tipo de materiales que debe estudiar y conocer la bibliografía.

      Moll añade que, por tanto, la bibliografía es una parte fundamental de la documentación.

      Actualmente la bibliografía se ocupa de dar noticia en virtud de múltiples y variadas demandas de información de los materiales bibliográficos; por tanto es una disciplina documental. Se dan tanto referencias a documentos actuales como del pasado. Se da cuenta del modo de difusión que han tenido los documentos y como se han diferenciado. También se debe dar noticia de los documentos desaparecidos (es lo que se llama bibliografía negativa).

      Para satisfacer estos objetivos la bibliografía necesita de un método, el propósito de este método es la elaboración de repertorios que faciliten el trabajo intelectual y las tareas bibliotecarias así como servir de fuente de información. Se piensa que el repertorio tiene como finalidad informar sobre los materiales bibliográficos en cuanto al contenido, la información de la que son portadores y, que se organiza a partir de la distinción de la bibliografía especial y general.

      Frente a la concepción globalizadota de la bibliografía hay que señalar que a principios del S. XX la escuela anglosajona, que ha buscado un desarrollo y un fin a partir de la bibliografía general, ha desarrollado un método a partir del estudio de las fuentes primarias y literarias; y desde un punto de vista material se estudia la conformación material del libro: ediciones a partir de manuscritos, ediciones intermedias, cuestiones de crítica textual en el sentido filológico….Se ha centrado el estudio de la bibliografía hasta medados del S. XX en esta tendencia.

      En los años 80 se produce un acercamiento entre ambas tendencias: la escuela anglosajona o material y la escuela europea repertorial.

      Por tanto no existe la posibilidad de definir de una manera unívoca el término bibliografía a pesar de los esfuerzos; por tanto, la bibliografía presenta una definición que no permite acercamientos.

      Malclés estableció un punto de partida acorde con su definición: en el S. XV, con la aparición de los textos impresos y el avance de la imprenta, si bien es cierto que hubo un incremento en la producción y en la difusión textual y surgen personajes como el librero en este mundo del libro, antes tan restringido.

      El S. XVI es el momento en el que la bibliografía ya se encuentra totalmente constituida. Los primeros repertorios técnicamente ofrecen descripciones, rudimentarias e imperfectas, incluso con clasificaciones porco prácticas. Según estos presupuestos Malclés divide la historia de la bibliografía en tres periodos:

    • Periodo Humanístico, histórico o erudito que abarca del .SXVI a finales del S. XVII.

    • Periodo Bibliofílico: desde finales del S. XVIII a principios del S. XIX.

    • Periodo técnico y profesional: 1810

        • A) Periodo artesanal: desde 1810 - 1914

        • B) Periodo técnico: 1920- 1960

      A partir de la colaboración de LHERTIER le han adicionado un tercer periodo

      • C) Periodo de la revolución informática a partir de 1960.

      Estos periodos están acordes con la Historia Social y Cultural de Europa: El periodo Humanístico nace del Renacimiento y de la imprenta. Esta época supuso un problema social a resolver, además de una serie de conocimientos nuevos y una nueva percepción del libro. En esta época el Libro se entiende como producto de la mente del autor, cobrando importancia el concepto de autoría. En esta época aparecen las bibliografías universales redactadas en latín (la de Ghester fue un modelo para los autores posteriores) hasta el S. XVIII.

      La idea de la universalidad es el intento de abarcar todos los conocimientos.

      El renacimiento trajo también el surgimiento de las naciones y las bibliografías generales nacionales son un reflejo de este hecho, pero la forma que presentan es de diccionario bio-bibliográfico. El 1º en España fue el de Nicolás Antonio.

      Además se consolidó la idea de la bibliografía especializada antes que la tendencia general; esto fue debido a que la bibliografía general era la suma de pensamiento y de los saberes universales, por tanto lo general se desarrolló menos, dada su imposibilidad.

      La bibliografía especializada se desarrolla en áreas establecidas como botánica, medicina, filosofía, teología... con un gran desarrollo en lo siglos XVI y XVII. Son obras de autores que pertenecen a la parte intelectual. Hay que pensar que no tiene conciencia bibliográfica sino conciencia de historiadores o recopiladores del saber de una disciplina, por tanto, la bibliografía de aquella época tiene un carácter historicista y se le dio mucha importancia a la información bio- bibliográfica. Los repertorios en esta época se hacen de forma cronológica. Algunos ejemplos son los de Chanpier en medicina y de Nevizzano en jurisprudencia.

      A partir del S. XVI no paran de publicarse, por lo que se convierten en una base para las disciplinas: dan un marco histórico, cronología y biografías. Estas primeras bibliografías realizan una tarea original, es decir, utilizan las fuentes primarias ya que no tuvieron una fuente anterior en bibliotecas, monasterios..lo que les interesa a todos es el AUTOR QUE HA ESCRITO EL LIBRO A SEÑALAR, la relación entre el texto y su pensamiento. El autor es lo importante.

      Pero llega el momento en el que se deja de lado esta función de la bibliografía.

      El 2º periodo o bibliofílico (finales SXVIII- principios S. XX) es el periodo de la Revolución francesa y, como llega a más clases sociales por lo que se favorece el coleccionismo; hubo una dispersión de técnicas bibliotecarias, teniendo en cuenta que además aparece la figura del libre anticuario, que va a estar implicado en la organización, formación y catalogación, lo que implica una formación y un esfuerzo bibliotecario.

      La gran figura de esta época es J.C. Brunet con su "Manuel du libraire et de l'amateur de livres", de 1860-80. Tiene varios tomos, aunque la edición definitiva salió entre

      Por aquélla época el libro es un artículo de lujo y va a desplazar un poco a la bibliografía especializada, que va a ser algo transitorio. La bibliografía especializad pierde terreno por la bibliografía general tradicional. Aparece una nueva generación de investigadores para quienes el libro es un objeto precioso y tan digno de atención como el autor. Se dan normas de catalogación y se eleva la importancia del libro.

      El tercer periodo, técnico y profesional, a partir de 1810 fue subdividido, siguiendo a Rozas “La abundancia del libro empieza a agobiar, se socializa y se empieza a creer que la lectura cambiará el mundo”, es decir que se produce un cambio en el mundo del libro y, por tanto en las bibliotecas.

      Los repertorios especializados sustituyen a los de bibliofilia en general entre 1820 y 1900. Se empieza a planificar el trabajo. Ortega habló de ello y diciendo aquello de “El libro como conflicto”, es decir, hablando de la necesidad de organizar.

      Dentro tenemos el periodo artesanal: transcurre a lo largo del S. XIX caracterizándose por la formación de la bibliografía especializada lo que provocó profundas transformaciones. Hasta ahora la bibliografía era para salvar del olvido las obras pero ahora surge la función de dar a conocer la producción del presente, es decir, con función informativa, corriente o de novedades. Esto es debido a que la producción es más numerosa y también más efímera y se difunde de formas distintas, como por ejemplo por los artículos de revistas.

      La bibliografía debe hacerse de forma simultánea al momento de su publicación, no sólo dando noticia de mono grafías sino de publicaciones periódicas especializadas, artículos...

      Según Malclés es el paso de la bibliografía histórica a la bibliografía de la información, de tal manera que se reemplaza la tradicional.

      La bibliografía especializada está vinculada ya a círculos de eruditos y a sociedades culturales, que al principio tenían características regionales pero al final cobran carácter nacional.

      Por lo que se refiere a las bibliografías generales o universales tienen que ser, lógicamente abandonadas ya que no sólo está Europa como espacio de producción sino también América, tomando un punto de vista diferente.

      En 1985 se crea el Instituto Internacional de Bibliografía por Otlet y La Fointaine con idea de publicar un repertorio bibliográfico universal.

      Otro sector de la bibliografía general se desarrolla también, ya que se consolidan las bibliografías nacionales pero retrospectivas; gran parte de los países de Europa y EEUU llevan a cabo su elaboración a partir del inventario general, es lo que se llaman tipo-bibliografías nacionales, como consecuencia de este catálogo tan exhaustivo se lleva a cabo el catálogo colectivo nacional. Esta labor es llevada cabo por investigadores y bibliógrafos, muchos de ellos bibliotecarios; en un principio que consagran su vida entera a estos trabajos y de forma individual y de manera artesanal.

      El periodo Técnico (de 1920 a 1960) se caracteriza por un cambio radical en la forma de llevar a cabo el trabajo bibliográfico; esa labor individual ya no tiene sentido consolidándose los tipos de investigadores cada vez más especializados; trabajando en colaboración y bajo una autoridad en cada disciplina; además bajo los auspicios de investigaciones científicas. Malclés dice que la era corporativa sustituye a la artesanal a. Se difunde el concepto de cooperación científica.

      La bibliografía especializada está en su esplendor. Los organismos científicos se configuran como centros de información, tanto de ámbito nacional como internacional gracias a la coordinación surgiendo instituciones como el CNRS en Francia. En España surge el CSIC.

      Este es el terreno de las nuevas tecnologías, a partir delos años 60 los avances repercuten en la bibliografía general orientada al control bibliográfico universal mediante el catálogo colectivo de cada país.

      La bibliografía especializada se desarrolla en torno a las Ciencias de la Documentación orientados a garantizar la información de forma inmediata.

      El S. XX se caracteriza por:

    • Predominio del método corporativo

    • Predominio de la bibliografía corriente y especializada.

    • Incorporación de los elementos informáticos para la búsqueda y recuperación

    • La esencia de la bibliografía no ha cambiado sino que se ha adaptado a las nuevas tecnologías; los centros como el CSIC (CINDOC) tienen las bases de datos y los repertorios impresos son un subproducto de esas bases de datos.

      La bibliografía ha cambiado por las revoluciones y por el contexto histórico del momento: la revolución cultural de Renacimiento, la política en las Ilustración, el cambio cultural y social del positivismo y el cambio tecnológico del S. XX.

      El desarrollo de la bibliografía española según Juan Manuel Rozas, opina que de un modo o general se detectan los cuatro periodos pero su aparición presente un considerable retraso. Distingue 4 etapas preliminares:

      • Periodo CERO. Es aquel periodo onomástico, prehistórico o del Laurel de Apolo. Abraca desde el Marqués de Santillana hasta Nicolás Antonio, mas o menos desde el S. XV hasta el S. XVIII

      • Periodo Nacional, Erudito o de Nicolás Antonio. Comprende entre la 1º y la 2º edición de sus obras (Bibliotheca Vetus y Bibliotheca Nova). Lo que se corresponde a la 2º mitad del S. XVII hasta finales del S. XVIII.

      • Periodo histórico de los bibliófilos o de Gallardo (figura central de periodo). Desde finales del S. XVIII hasta la publicación de la obra de Gallardo “Ensayo de un biblioteca........”

      • Período científico, monográfico, profesional o de Menéndez Pidal. Es la ciencia española hasta 1914.

      • Período técnico. Desde la aparición de la revista de Filología española hasta prácticamente la actualidad.

      Simón Díaz acepta estos períodos de ROZAS pero señala cuatro peculiaridades, que él considera básicas par la Historia de la bibliografía española:

      • Temprano cultivo de la Bibliografía general, gracias a la obra de Nicolás Antonio. No sólo se debe a un punto de vista cronológico sino también a su continuación en la bibliografía en ámbitos más reducidos: regional, comarcal. provincial y local. Tenemos el ejemplo del Repertorio de Xinemo y Latassa en el S. XVIII.

      • Insuficiente desarrollo de la Bibliografía especializada. Apenas cultivada. Menéndez Pelayo también lo señaló. Lo explica Simón Díaz buscando el hecho de que para llevar a cabo una bibliografía especializada se exige una doble preparación: tanto en la materia tratada en la bibliografía como la formación en la historia del libro, la cual sólo se enseñaba a los bibliotecarios con formación humanística, acentuándose en los campos de ciencias.

      • Vida azarosa e intermitente de la enseñanza de la bibliografía. Ha sido muy limitada y reducida a una sola cátedra. Hay largos períodos de inactividad. Esto se ha visto solventado de forma reciente con la creación de las escuelas de biblioteconomía y documentación. Aunque habría que hacer hincapié en la elaboración de estos instrumentos y no sólo en su consulta.

      • Un rasgo característico es el desfase de catalogación, inventariado y elaboración del Patrimonio Bibliográfico español. En la 2º Mitad del S. XIX en otros europeos se llevó a cabo mientras que en España se inició en 1958, lo que quiere decir que hoy es parcial e insuficiente. Si no hay base sólida los repertorios son labores hercúleas.

      TEMA 2.- EL PERÍODO PREBIBLIOGRÁFICO O DE LOS PRECURSORES: de la hagiografía altomedieval a la bibliofilia arábigo española.- Los inventarios de bibliotecas medievales

      Aparición de las primeras obras consideradas repertorios bibliográficos a finales del siglo XV - principios del siglo XVI consolidación de la imprenta. Antes de esta fecha hay precedentes de la bibliografía.

      Objetivos

      informativo

      de control y custodia

      · Tablas pinakes. Biblioteca de Alejandría. Todas las ramas del saber, bibliotecario de Alejandría: Calima. Era el registro de sus fondos y de las principales obras de la época, información bibliográfica.

      · Roma antigua obras bibliográficas de poetas y emperadores, ensalzando sus hazañas. Base del género hagiográfico (obras que narran las vidas de santos escritores = hagiografía). En general llevaban por título “De viris ilustribus”, se traduce como “De varones ilustres”.

      · Inventarios de bibliotecas monásticas - Edad Media

      España - Edad Media

      San Isidoro de Sevilla: figura cumbre de la cultura medieval, contribuyó de manera decisiva a la recuperación cultural de Europa. Realizó una labor recopiladora gracias a la cual no se han perdido las obras. Saber antiguo. Escritor muy fecundo en dispersas materias (historia, moral social e individual, reflexión teológica, devoción, alabanza a España). Monumental enciclopedia “Etimologías” u “Orígenes”, su obra más importante. Amplio repertorio sistemático que recogía el saber humano desde la Antigüedad hasta sus días. Reunió todo tipo de noticias de todas las disciplinas (nimias y de relevancia) y ramas del saber (Agricultura, Medicina, Botánica, Espectáculos, Vida Doméstica, Arte de la Guerra). Esta obra se convirtió en la gran obra de consulta de la Edad Media a la que acudieron todos los escritores, es la fuente documental más leída y más saqueada. Todos citan esta obra. Concepto de autoría difuso, se usa pero no se cita.

      Pudo servir de libro de texto en escuelas monásticas.

      160 escritores (platón, Aristóteles, Virgilio, Cicerón).

      Valor labor de compilación ; ordenación y síntesis de los materiales.

      Partió de una idea sistematizadora, de un principio organizador común, en cada nueva entrada anotaba la etimología, el origen del término. A partir de esa idea distribuye todo en 20 libros, divididos en disciplinas, divididos a su vez en capítulos y en párrafos numerados.

      “De viris ilustribus”: obra menos conocida, escrita después de las “Etimologías”. Recoge bibliografías literales breves. Recoge información sobre escritores y sus obras, a su juicio, de los que fueron más dignos de su atención (carácter selectivo). Dedica un capítulo por escritor, existe homogeneidad entre ellos lo que deja ver que hay un plan previo de realización, una intención organizativa.

      Datos que incluye cada entrada:

      • nombre del autor

      • dignidad eclesiástica

      • lugar donde ejerce

      • obras (a veces valoración)

      • datos cronológicos

      Fue adicionada a medida que obtenía datos y amplía lecturas y conocimientos. A veces son datos contradictorios, por aproximación, elaboración de aproximaciones sucesivas. Se aproxima al método bibliográfico.

      Recoge obras del propio San Isidoro de Sevilla. Después de su muerte fue continuada por un discípulo suyo. 40 autores, incluye 12 españoles coetáneos o casi coetáneos, se supone que manejaba datos de primera mano.

      San Ildefonso, Abad y Obispado de Toledo: coetáneo y quizá discípulo de San Isidoro. Elaboró otra “De viris ilustribus” considerada continuación de la de San Isidoro, aunque la concepción es distinta, se ocupó más de las virtudes humanas que de las bibliográficas, más próximo al género hagiográfico, no tanto a la labor intelectual. Es más localista, menos cosmopolita por los nombres que recoge. Trece de los catorce son españoles, siete toledanos (de donde él era). Es el primer atisbo de exaltación localista. Ese sentido localista se va a repetir a lo largo de la bibliografía española. También incluye su propia biografía, se cree que es continuada y adicionada por un discípulo suyo.

      Datos de las entradas:

      • nombre

      • cualidades humanas

      • marcos cronológicos de los obispados y

      • fechas de nacimiento y muerte

      Mundo árabe - Al-Andalus

      · Alfaradi: poeta y bibliófilo cordobés. Autor de la obra “Historia de los hombres doctores de Andalucía”, diccionario biográfico continuada por A. Pascual (¿?)

      · Obras resultantes de la labor de organización de las bibliotecas arábigo-andaluzas, época en la que se da la bibliofilia:

    • Córdoba de los meias, siglo X: biblioteca de Al-hakan II, momento álgido. Califa de Córdoba, reunió una biblioteca heredada, la más numerosa. Labor que hizo el bibliotecario: libros de registro de las obras. Se perdieron las colecciones pero conocemos los datos por referencias.

    • Inventarios de bibliotecas medievales o monásticas, mejor hablar de inventarios medievales de libros, inventarios de bienes que llevaron a cabo los monasterios. Fuente de información valiosísima para conocer la difusión de la cultura escrita, los recursos intelectuales existentes en un lugar y época determinados, las clases de lectores e intereses, el precio... útiles para precisar la data de una obra. Listas de libros recopilada en tanto que eran bienes patrimoniales o materiales de los monasterios. Objeto muy apreciado por un doble sentido, como valor material y como continuidad espiritual de la continuidad. Las listas se encontraban insertadas entre otros bienes del monasterio por ese valor que tenía el libro. Han llegado hasta nosotros. Se conservan bastantes en las bibliotecas monásticas (p. e.: Santo Domingo de Silos), revelan como estaban constituidas las bibliotecas, había tres núcleos de libros bien diferenciados:

      • litúrgicos (misales...)

      • espirituales, de devoción (para la formación espiritual de los monjes)

      • “libri artio”: libro de artes (gramáticas, obras de poetas), menos numerosos.

      Entre los inventarios más importantes se encuentra el CODEX OVETENSE, que de los conservados es el más antiguo. Se trata de 1 volumen fáctico polinsexto (que recoge diferentes obras y que está en pergamino). Tiene letra visigótica. S.VII-IX.

      La noticia de este codex la dio Ambrosio de Morales (S. XVI). Nos interesa su último folio, por aparecer ese inventario, esa lista de 44 libros y se halla fechada en el 920. Lleva el título de INVENTARIUM LIBRORUM. No empezó a utilizarse en Europa hasta un siglo después.

      Los libros están agrupados temáticamente: 1º los Bíblicos, 2º obras de autores eclesiásticos, 3º colección poética. En esta lista se encuentra también un glosario, una gramática…Además registra el propio códice.

      Estos inventarios no tenían la finalidad de orientar o guiar a los usuarios, tenían como finalidad la custodia del libro. A medida que el nº de libros va aumentando, empieza a tener doble función: como guía y como custodia. (Esto queda muy bien reflejado en un inventario que se conserva de la catedral de León de 1405 y que fue realizado por Diego Sánchez, y que recoge 248 documentos) El título lleva la palabra del repertorio, lo que deja constancia de estar realizando algo más que un inventario para controlar esos libros.

      La secularización de la cultura trae consigo también un aumento de la difusión particular, de la posesión de los libros. Surge el gusto por la lectura (S. XV). Nacen las Bibliotecas privadas (Marqués de Santillana, Gómez Manrique, Juan II…).

      El testimonio de estas Bibliotecas lo encontramos en los repertorios notariales o estamentales, motivados por las donaciones, por las ventas y por las herencias.

      En estos documentos vamos a encontrar unos detalles relacionados con el interés de la identificación bibliográfica, para la identificación bibliográfica, para la identificación de las copias de cada obra, para las que se colocaron unas marcas.

      Estas marcas se llamaron DICTIONES PROBATORIAE, que sirven para identificar copias y versiones de documentos cuya procedencia no está establecida.

      En el ámbito de la Bibliografía especializada se cita el proemio o carta que el marqués de Santillana envió al condestable de Portugal con obras suyas. (Carta literaria a modo de prólogo donde presentaba sus obras poéticas 1445-49). Analizando esta carta se llegaría a un criterio selectivo y crítico inherente a la actual bibliografía especializada.

      Fernández Sánchez dice que fue el primer intento en lengua castellana. Tiene también esta carta unos criterios organizativos: organización cronológica, organización del pasado al presente. Va a ser la base de las bibliografías del S. XVI.

      TEMA 3.-

      Los albores de la Bibliografía española en el periodo humanístico: la biblioteca de Hernando Colón y su labor bibliográfica.- Organización de la biblioteca de El Escorial.- Los Index inquisitoriales

      Siglo XV - XVI - Europa

      Descubrimiento de América

      Tipografía: aumenta la circulación de los libros

      Imprenta: multiplicación en serie

      El libro y la bibliografía. Fue decayendo el valor material del libro, deja de ser considerado pieza única y se convierte en algo cuya pérdida puede ser reparable. Se maneja con mayor libertad. Desaparecen los libri - incadenati = libros encadenados en las bibliotecas, y aparece el libro vademécum, que significa literalmente “llévame contigo”, como si fueran de bolsillo.

      La Bibliografía ya valora el libro como fuente de información, no está interesada en esa custodia o control de libros. Se le considera un fenómeno renacentista.

      Esa producción de libros a gran escala hace que los precios sean más asequibles que los de los manuscritos. Se amplió el número de lectores y de compradores potenciales. Esa gran cantidad de libros, hizo que los libreros y bibliotecarios no pudieran contenerlos, necesitaban auxiliarse, necesitaban dar a conocer toda su colección a esos posibles compradores. Lo primero que utilizaron fue el cartel, en el que anunciaban sus productos (octavillas, circulares, boletines...). Es el inicio de los futuros catálogos editoriales. Aprovecharon las ferias de carácter internacional (p. e.: Frankfurt)

      El primer catálogo -- Frankfurt - 1564 - George Willer (librero). Descripciones mínimas. Otro librero refundió estos catálogos añadiendo en un apéndice más libros.

      CENSURA

      También nació con la imprenta. Antes de su invención, la cultura, su producción y lectura dependía de los círculos eclesiásticos. Al principio esta invención fue muy bien acogida por los poderes públicos e incluso ayudaron a su difusión. En España, RR. CC., 1480 - Ley aprobada en las Cortes de Toledo destinada a favorecer la impresión y el comercio.

      1502 - pragmática de los RR. CC. Que anula la anterior ley. La difusión de la imprenta hizo difícil el control de lo público, de ahí estas prohibiciones.

      Época de la unificación religiosa de los estados. Necesitaban controlar la difusión del libro para conseguir la unificación religiosa e ideológica. Los libros son transgresores de ideas.

      Movimiento religioso de la Reforma en el centro de Europa. En España: Valladolid / Sevilla.

      Bibliografía especializada en medicina y jurisprudencia. Dos autores que ya nombró (¿?):

      Luis Gómez: jurista, formado en Italia, catedrático de la Universidad de Padua. Continuador de la Bibliografía especializada en jurisprudencia de Nevizzano (1522). Años después (1525) elaboró un índice aumentando esa bibliografía de Nevizzano. Incluyó también manuscritos y libros que no se hallaban en venta. Pertenecía a la historia de la bibliografía italiana pero la realizó un español.

      Historia del nuevo mundo, Descubrimiento de América, gran interés por obras de las Indias Occidentales. Precursor:

      Alonso de Zorita: bibliografía especializada en el nuevo mundo. Estudió leyes en Salamanca, ocupó cargos en América (1512 - 1585 aprox.)

      “Relación de la nueva España”: obra inédita hasta el siglo XIX. La primera parte se inicia con un catálogo de los autores que han tratado o escrito algo de historia de Indias. Unas 50 obras de las cuales da los siguientes datos, no siempre precisos:

      • autor

      • título

      • distingue si son obras impresas o manuscritas

      Se preocupa más por el contenido o lo que dijeron los autores que en precisar los títulos de forma exacta. No es muy homogénea en cuanto a descripción. Recuerda a un repertorio.

      Hernando Colón Córdoba 1488- 1539

      Hijo natural de Cristóbal Colón y de Beatriz Enrique de Arana. Entró al servicio de los RRCC en 1493 junto a su hermano y como paje del príncipe D. Juan (de ahí su formación exquisita) formando así parte de la alta sociedad tanto política como social.

      Sólo como 14 años acompañó a su padre y a su tío Bartolomé en el 4º viaje a las Indias y fue en este recorrido dificultoso y problemático dónde se supone que Hernando Colón llevaba un libro de notas, lo indican los valiosos testimonios posteriores que nos dejó en la biografía a su padre. En este viaje también adquirió los conocimientos geográficos y cosmográficos.

      Otra faceta a destacar fue su función como representante legal de su familia ya que tuvo que gestionar los intereses de los Colón.

      Desde muy temprana edad tuvo afición bibliográfica y comenzó a reunir su biblioteca en 1505: la base de ésta fue la herencia de su padre incrementando el fondo con compras en sus viajes tanto por España como por el extranjero , formando parte del séquito de Carlos V o sólo por el interés de comprar libros. Entre 1513 y 1515 empezaron sus viajes a Italia y, a partir de aquí los viajes son muy frecuentes: Bruselas, Maguncia, Londres, Lovaina…. En Roma estuvo unas 6 veces y en Lovaina conoció a Erasmo.

      Respecto a su biblioteca hay que señalar que al final de su vida tenía, aproximadamente unos 15400 libros, además de un importante archivo con documentos muy importantes respecto a la vida de su padre y el descubrimiento de América.

      Tenía unos 500 incunables. El libro impreso más antiguo databa de 1464. Compró también multitud de pliegos sueltos y literatura popular.

      Hernando Colón se instaló en Sevilla, a principios del S. XVI era uno de los grandes focos culturales) y allí formó su biblioteca, cuando ésta fue creciendo decidió construir un edifico para albergarla. La biblioteca fue su vida, su pasión y su profesión (incluso se dice que en sus últimos años siguió comprando libros). En su testamento hizo un apartado especial para su biblioteca con cláusulas especiales: la dejó en primer lugar a su sobrino y al prever la imposibilidad de este de hacerse cargo de ella o de no querer dejó otros dos herederos: La Catedral de Sevilla y, en tercer lugar, al Convento de S. Pablo.

      Al morir la biblioteca pasó a su sobrino pero al no tener ningún interés la descuidó en seguida y renunció a ella pasando la biblioteca al Convento de S. Pablo (por tanto un traslado del fondo). La Catedral de Sevilla reclamó y ganó el pleito con lo que hubo otro traslado d fondos. No se sabe exactamente que pasó en esos dos traslados pro probablemente se perdieron fondos o se rompieron ejemplares.

      Los fondos en la Catedral se instalaron en una nave sobre la Capilla del Sagrario y allí estuvieron unos 100 años. Sus condiciones no eran las mejores. Hasta el S. XIX estuvo prácticamente abandonada y se perdieron muchos ejemplares. José Bartolomé Gallardo visitó esta biblioteca en 1841 y dejó por escrito el penoso estado del fondo.

      Actualmente la biblioteca se encuentra en la Catedral Sevillana dónde se encuentran los libros que no han llegado.

      El fondo, dividido por lenguas, se distribuye así: en latín 4160 (ejemplares) su número es normal puesto que era el idioma más utilizado en la época, , Italiano 850, francés 500, español, 64, catalán 21... Además hay un meno número de libros en griego, portugués o alemán. Que el español no tenga un gran número en comparación con el italiano o el francés es normal por dos razones: Los libros en español tenían más demanda y eran más utilizados, por lo que su deterioro es mayor, por eso no han llegado tantos (además hay que tener es cuenta la desaparición de mucho por los traslados y por el abandono sufrido en la catedral).

      Hernando Colón fue un hombre polifacético:

      • Bibliófilo, por su formación humanística y viajera motivada por el ambiente familiar.

      • Coleccionista no sólo de libros sino también de estampas. Tomás Marín habla de un coleccionismo de “palabras” refiriéndose al intento de Hernando Colón de elaborara un vocabulario latino y también coleccionista de “pueblos” por su obra cosmográfica.

      • Cosmógrafo. Inició una obra que consistió en elaborar un censo de pueblos y ciudades de la península Ibérica por divisiones administrativas, que quedó inacabada probablemente por orden real.

      • Memorialista, en el sentido de que fue defensor jurídico de los intereses familiares.

      • Latinista: plasmado en el diccionario latino comentado antes.

      • Historiador de su padre. Fue autor de “Historia del Almirante” la1º biografía de Cristóbal Colón. Su autoría se ha puesto en entredicho pero hoy está aceptada su autoría.

      • Poeta, hizo coplas de dudosa calidad.

      • Creación de su biblioteca y la elaboración de índices, catálogos e inventarios de sus fondos son lo más destacado. Los índices han sido estudiados en conjunto y por separado por muchos investigadores pero fue Tomás Marín Martínez quien dio el verdadero significado y los relacionó entre ellos; él los define coo repertorios.

      La biblioteca de Hernando Colón no pretendía ser un depósito sino su fin era la elaboración de obras repertoriales que conformaran el saber de la época. Hernando Colón la llamó la Biblioteca Colombina (recordemos que la base de su biblioteca fue la herencia de su padre).

      Se pueden distinguir varias etapas:

    • 1505 - 1509. Los primeros fondos heredados de su padre.

    • 1510 - 1520. Desarrollo inicial y poco importante. Son libros adquiridos en España, es una etapa lenta.

    • 1520 - 1530. Fue el primer apogeo, caracterizado por continuos viajes por Europa dónde adquiere de forma continua y muy rica. Los ejemplares se iban a Sevilla dónde construyó la residencia a las afueras de la ciudad. A esa casa la llamó “La casa de la Puerta del Goles”

    • 1530 - 1538. Es el apogeo pleno. Adquirió d forma masiva, sobre todo hasta 1535. Lo más significativo de esta etapa fueron las labores de organización interna de la biblioteca y el diseño e inicio de los repertorios.

    • 1538 - 1539. Es la decadencia antes de su fallecimiento. Desde el 37 se da un relativo abandono de la biblioteca porque estuvo absorbido en la redacción de la biografía de su padre. La decadencia se precipitará con su muerte en 1539.

    • En cuanto a las características principales de la biblioteca:

      • Criterios de adquisición. En este sentido tuvo un afán totalizador, él mismo dijo querer adquirir libros de “todas las lenguas y facultades”. Tuvo gran preocupación por comprar todo tipo de libros aunque tuvieran poca calidad intelectual ( y lo dijo expresamente)

      • Amplitud de miras ideológicas. No discriminó en comprar obras heréticas (herejes) como de Erasmo o Lucero.

      • Sistemas de adquisición. Muchos de ellos los adquirió personalmente, pero también contó con emisarios que hay constancia de ello porque en todos los libros anotaba: el lugar de compra, la fecha, el precio, el tipo de moneda y su valor real en el momento..con lo que si se hacen corresponder datos se ve que hay fechas iguales pero en lugares distintos y alejados, con lo que tuvieron que ser comprados por personas distintas

      • Instalación. Llego a reunir más de 15000 libros y, para ello, habilitó varias salas y se planificó una ordenación por materias seguramente. Contó con personal específico y, al cabeza de éstos, estaba Juan Pérez. En este equipo reunió a sumistas o resumidotes de contenido, copistas de repertorios…

      Hernando Colón había pensado mucho sobre el futuro de la biblioteca. La misión que él decía que tenia la biblioteca era la de guardar la memoria de hombres ilustres y lugar dónde estudiosos resolvieran sus dudas.

      A finales del S. XIX es cuando se retoma el interés por esos fondos y por esa biblioteca. Se inicia un catálogo por Simón de la Rosa, que sale en volúmenes progresivamente desde 1888 hasta 1948. Este catalogo se llama "Biblioteca Colombina. Catalogo de sus fondos impresos.", aunque en algunos repertorios se refieren a él como "arbolí".

      La Fundación MAPFRE colaboró en la elaboración de un catalogo concordado, que recibe este mismo nombre. Este catalogo establece las equivalencias entre los números de los catálogos que la forman. Han salido dos volúmenes publicados, el primero en 1993 y el segundo en 1995. Recoge un total de 1200 Obras.

      REPERTORIOS

      Las primeras noticias de estos repertorios las encontramos en su Testamento, donde dice que se han iniciado y que se deben seguir haciendo después de muerto. Después de su muerte se interrumpieron esos trabajos.

      La noticia más fiable de estos repertorios nos la da un manuscrito, llamado "Memoria del bachiller Juan Pérez". Fue elaborado después de la muerte de Hernando Colón. Es una guía para orientar a los futuros bibliotecarios, los cuales debían continuar con las labores repertoriales. Este manuscrito se encuentra en la Biblioteca de Palacio.

      Se sabe que se estaban haciendo 16 repertorios, de los cuales tres no eran propiamente de los libros:

      -"Cosmografía de España"

      -"Memoria de dibujos y pinturas"

      -"Diccionario con vocabulario latino"

      De los 13 restantes, dos se han perdido totalmente:

      -"Anotaciones"

      -"Índices Generales de Todo lo Escrito"

      "Anotaciones" era la obra base de toda la estructura repertorial ideada por Hernando Colón. Juan Pérez le da mucha importancia.. Para nosotros anotaciones seria igual que ficha, donde condensa las características de los libros.

      Estas fichas las ordenó de un modo determinado: utilizo un código a través de signos de gran complejidad. Mediante estos signos codificaba las características de los libros. Eran de remisión interna de unos repertorios a otros. Las fichas las ordenaba por la colocación de los libros en los estantes (orden topográfico / signatura topográfica).. El número de registro era la signatura.

      La ficha contenía la materia, autor y título. Mas adelante se hacia un resumen de contenido. Después se copiaban los Incipit y el Excipit. Se indicaba también el pie de imprenta del que se daba la el año y lugar, y a veces, el impresor. Se daba la extensión material, la conformación, el tamaño, si lleva índice o tablas, la lengua, la letra, si la obra era traducida o no, si era la obra completa o solo una parte...Además en cada ficha constaba si era necesario una referencia cruzada. La función de estas anotaciones era evitar la duplicación de las obras.

      De las 11 que nos quedan 8 son propiamente bibliográficos:

      1-"Libro de los Epítomes"

      2-"Libro de las materias o proposiciones"

      3-"Índice General Alfabético" (Abecedarium b)

      4-"Índice Numeral de los Libros" (Registrum b)

      5"Índice de los Autores y Obras solamente"

      6-"Índice de los Autores y Ciencias"

      7-"Memoria de los libros Naufragados"

      8-"Índice Alfabético Antiguo"

      En virtud del orden en que están registrados los libros en ellos, tradicionalmente se han distribuido en cuatro grupos:

      • Repertorios alfabéticos:

      • Abecedarium B (Índice general alfabético)

      • Índice de los autores y obras solamente

      • Índice de los autores y ciencias

      • Índice alfabético antiguo

    • Repertorios numerales

    • Registrum B (Índice numeral de los libros)

    • Memoria de los libros naufragados

      • Repertorios resúmenes

      • Libro de los epítomes

      • Libro de las materias o proposiciones

      • d) Repertorios por materias

      • Índice numeral de los libros, registro B (Harrise).

      • Quizá el más importante tanto por su valor bibliográfico como por los datos que aporta referentes al comercio del libro en esa época. Letra del propio Colón.

        Registrados numeralmente a medida que los adquiere. En este repertorio fue anotando el título, reproducido con gran fidelidad. Datos de los registros:

        • autor

        • partes de la obra

        • incipit - excipit

        • lugar, año de impresión (pie de imprenta)

        • formato

        • datos de adquisición: dónde lo compró, quién se lo regaló, precio, tipo de moneda en que lo había pagado, valor concreto de esa moneda

        Son unas descripciones homogéneas, de gran imparcialidad sorprendente para la época.

        El Registrum tiene 130 páginas y recoge un total de 4231 artículos

      • Libro de los epítomes (resúmenes)

      • Borrador y puesta en limpio, aunque no coinciden totalmente.

        Puesta en limpio lleva dos números por entrada, uno dentro de un rectángulo que concordaba con el borrador y otro con el orden de redacción del epítome

        Estructura uniforme establecida por Hernando Colón:

        • Autor

        • Obra

        • Tiempo en que fue escrita o publicada

        • Enunciado general contenido del libro (sin extenderse; extensión variable)

        Se ciñe bastante al contenido de la obra, juicio certero

        Los sumistas realizaron el repertorio bajo las directrices de Hernando Colón

        Latín clásico

        De todo lo repertoriado solo unos 3.000 volúmenes llegan a la actualidad.

      • Libro de las materias o proposiciones

      • Cursivä. - colección de frases que recogen el pensamiento o la idea de determinados autores sobre determinados puntos de doctrina.

        Intención de borrador más puesta en limpio

        Orden alfabético.

        Datos:

        • Autor

        • Título

        • Dos números:

        ~ Superior - Orden en el que se extraen las materias. Número correlativo. Aparece también en el Abecedarium B. Encerrado en un rectángulo abierto por arriba

        ~ Inferior - Registro de la librería (Número de Regestrum)

        La estructura de entrada cuenta con una frase en la que se clasifica en general la materia de todo el libro y a continuación se desarrollan cláusulas de materias secundarias; posteriormente se desarrollan adjetivos sobre el modo de exposición de la materia.

        Indica también si la obra es manuscrita y la lengua en que está escrita.

      • Abecedarium B - Índice general alfabético

      • Arco clave de todos los repertorios

        Función catalográfica: localizar los libros fácilmente en la biblioteca.

        Función de control comercial. evita duplicaciones.

        • Orden alfabético - Sin distinción de autores, títulos de obras e Incipits

        • Dos volúmenes:

        ~ A- J

        ~ L - Z

        • Escrito con diferentes tipografías (indica que lo escribieron distintas personas)

        • Las entradas contienen dos tipos de datos:

      • Noticias sobre cada libro:

      • ~ Autor

        ~ Título

        ~ Incipit

        ~ Lengua

        ~ Prosa o verso

      • Signos y números que se refieren al libro

      • Llama la atención dos ejemplares de un mimos libro se encuentran en una misma entrada y también que un libro puede aparecer en distintas entradas.

        Signos y números:

      • Número subrayado y con una raya cortante - Número topográfico (Regestrum)

      • Número enmarcado en un rectángulo - Libro de epítomes

      • Número con un punto debajo - Regestrum

      • Cuando solo figura en Incipit - Número como referencia cruzada

        Además de los datos textuales, aparecen en cada entrada dibujos o figuras (signos) que indicaban el formato, la extensión, si estaba en prosa o verso. No aparecen en todas las entradas (esto muestra estado inacabado).

        En general, estos signos aparecen en el lado derecho y en el izquierdo puede aparecer otro signo, una especie de cruz alargada, que indica que en ese lugar debería ir otro asiento, pero no hay espacio. Al no haber ese espacio se ha colocado en el suplemento complemento en el que se suple la falta de espacio en determinados lugares.

        Frecuentemente se tachan registros del Abecedarium y se pasan totalmente al suplemento, pero no al lugar alfabético, sino al final, aun conjunto de autores (aparte), son autores muy reconocidos como Erasmo o San Jerónimo.

        Del Abecedarium B y de este suplemento se ha editado el facsímil en 1992, para preservar el original del desgaste producido por su manejo constante. Lleva una introducción que habla de la formación de la biblioteca de Colón y de sus repertorios.

        Los repertorios fueron diseñados con función de orientación bibliográfica, para facilitar el acceso a las obras que puedan interesar por su contenido.

        Estructura:

          • nº orden

          • título

          • autor

          • partes

          • incipits y explicits

          • lugar y año

          • formato

          • datos adquisición

        Pega no tiene índices y no es muy útil. A estos libros, presentes en la biblioteca colombina hay que sumarle los libros dispersos en las BP y los de las B Privadas españolas y extrajeras. La identificación de los libros es fácil ya que Hernando Colón anotó incluso cuestiones mercantiles.

        Catálogo Concordado en dos volúmenes. Recoge 1.200 registros. Se llegó solo hasta este número de registro por el fallecimiento de su director.

        Orden: el orden que sigue es el del Regestrum. Se reúnen anotaciones que sobre ese libro se dan en el resto de los repertorios. Se toman en cuenta 9 repertorios bibliográficos según el siguiente orden:

      • índice numeral de los libros (Regestrum)

      • memorial de los libros naufragados o Índice numeral antiguo (Registro A)

      • índice general alfabético (Abecedarium B)

      • índice alfabético antiguo (Abecedarium A)

      • índice alfabético de autores y obras

      • índice de autores y ciencias

      • libro de los epítomes

      • libro de las materias

      • libro de las proposiciones

      • nº regestrum

      • Este catálogo tiene índices de autores porque está ordenado topográficamente, se encuentra el 15381 como el más alto y remite al número de regestrum. Hay dos índices más.

        Faltaría un índice de materias que nos remita al regestrum, de título tb, de impresores, cronológico.

        La referencia completa se encuentra al final.

        Composición:

        • Un número subrayado y con raya vertical, es el número topográfico. Parece que se tomara no directamente del libro, sino del fichero. Es el mismo número que lleva el libro en el registro.

        • A continuación y abreviado el lugar de impresión (de 1 a 3 letras) y el año con 4 cifras.

        • Con un rectángulo abierto por arriba y dentro números: corresponde con el nº de materia, sirve para concordar éste con el repertorio de materias.

        • Un número enumerado en un rectángulo completo: nº de la obra en el libro de los epítomes.

        • Un número con un punto debajo corresponde al número antiguo de un primitivo regestrum y abecedarium. Son números cancelados.

        Cuando el asiento es exclusivamente por el incipit sólo va a constar el número topográfico del regestro, como una referencia cruzada.

        En cada entrada aparecen figuras, signos, que indicaban el formato, la división en partes, si estaba en prosa o en verso. No aparecen en todas las entradas. Es una muestra del estado inacabado del repertorio.

        En general estos signos aparecen en el lado derecho, y en el izquierdo aparecen otros signos; una cruz alargada (cuando ya no hay espacio e indica que en ese lugar deberían ir otros asientos y que se ha colocado en el suplemento al no haber espacio). El suplemento es el complemento en el que se suple la falta de espacio en el abecedarium.

        Va a ocurrir con frecuencia que se tachan los registros de un autor en el abecedarium y se pasan totalmente y se pasan al suplemento, pero no en su lugar alfabético, sino a un conjunto total de autores. Van a parte. Son autores muy conocidos y citados en la época.

        Del abecedarium C y del suplemento se ha realizado una edición facsímil en 1992 con motivo de la aniversario del descubrimiento de América, para preservar el original. Lleva una introducción.

        Hernando colón no sólo es importante por la creación de la Biblioteca, sino por la creación de estos repertorios, no sólo con función catalográfica, sino también para facilitar el acceso a las obras que interesan. La única pega es que no tenía índices.

        A los libros que están actualmente en la biblioteca colombina, habría que añadirles los dispersos por bibliotecas públicas y privadas. La identificación de estos libros es fácil, porque h. colón anotó incluso notas mercantiles.

        El catálogo concordado recoge en 2 Vol. 1200 registros. Esa intención se debió al fallecimiento del director Tomás Marín. Este catálogo supone el orden del regestro y se recogen las anotaciones que sobre este libro se dan en el resto de los repertorios. Se toman en cuenta que repertorios bibliográficos según el siguiente orden:

        1.- Índice numeral de libros o regestrum.

        2.- Memorial de los libros naufragados o índice numeral antiguo o regestro A

        3.- Índice general alfabético

        4.- Índice alfabético antiguo o abecedarium A

        5.- Índice alfabético de autores y obras

        6.- Índice de autores y obras

        7.- Índice de autores y ciencias.

        8.- Libro de las materias

        9.- Libro de las proposiciones.

        Comentario al Catálogo concordado:

        Ordenado de forma topográfica. Tiene índices sólo de autor que remiten al nº regestrum; haría falta tener índices de título, materias, lugares, fechas... para mayor orden de la información y más facilidades para la investigación.

        Comentario al Catálogo de impresos del S. XVI: (en este catálogo también están aquellos impresos de la otra biblioteca de la catedral de Sevilla, la Biblioteca Capitular)

        Orden alfabético de autor y obras anónimas y numerando registro de catálogo. Se hace descripción bibliográfica, física y notas a ejemplar. Hay índices de autores y de obras anónimas, de títulos, de materias y de editores.

        Libros importantes de la Biblioteca Colombina

        Manuscritos de Petrarca (siglo XV): llegó a tener doce pero sólo se conservan cinco.

        Conoció personalmente a Nebrija, tiene la Gramática Castellana, primera gramática de la lengua castellana.

        También conoció a Erasmo (1520) quién le regaló su última obra impresa, considerada obra importantísima por ser edición príncipe y por la dedicatoria de Erasmo.

        Se conservan también varias ediciones de Aldo Manuccio, humanista italiano considerado el mejor tipógrafo, gran escritor de la época.

        Hernando Colón mostró interés por lo que él llamó “obrecillas” de pequeño tamaño, obras recreativas, octavillas de gran difusión. No se consideraban interesantes por los bibliógrafos pero ahora se las da mucho valor.

        Organización de la Biblioteca de El Escorial

        Siglo XVI - Historia de la Bibliografía en España - segundo hecho importante: diversos trabajos a que dieron lugar la creación y la organización de la biblioteca de El Escorial. Desde una documentación muy amplia y consistente en memoriales e informes de destacados eruditos de la época, muchos manifestaron sus ideas de cómo organizar y adquirir los libros.

        Juan Páez de Castro (1515 - 1570) : escritor, a finales de 1550 sugirió a Felipe II la idea de crear una gran biblioteca a disposición de los hombres ilustrados. Su idea era de crearla en Valladolid por ser casi la sede de la Corte, ciudad universitaria ... Felipe II recogió lo más sustancial de la idea pero estableció la biblioteca en su residencia, El Escorial. Provocó una gran controversia ya que era casi sepultarla en un lugar de uso restringido y bastante inaccesible.

        Felipe II no escatimó esfuerzo en ningún aspecto para llevar a cabo esta empresa:

        A - búsqueda y adquisición: labor que encomendó a Ambrosio de Morales. Debía recoger toda la información de patrimonio documental, artístico y de reliquias (Felipe II era profundamente religioso). Ambrosio de Morales fue un hombre indicado para esta función, gran conocedor de libros, poseyó una excelente biblioteca. Llevó a cabo viajes (Asturias, Galicia, León ...). En 1573 redactó ese informe a petición del rey sobre lo que había visto en los centros religiosos que visitó y en capítulo aparte los libros que se hallaban en los centros. También noticias interesantes sobre la formación de las bibliotecas, procedencia de los libros, descuido en las labores de atención... Hasta el siglo XVIII permaneció inédito pero circuló manuscrito en su época y los eruditos de su época lo conocieron. Muchas obras de las que inventarió llegaron a El Escorial, así no se perdieron.

        Otro ejemplo del rey en su empeño por aumentar los fondos es la incorporación de una de las bibliotecas más ricas y selectas de su tiempo, la de Antonio Agustín, poseía una colección extraordinaria de manuscritos, incunables y libros de su época. Con motivo de su traslado a El Escorial se publicó en 1586 una catálogo, probablemente el mejor catálogo de manuscritos de la época en todo el mundo. Se organiza a partir de un criterio lingüístico y secundariamente se distribuyen los libros de acuerdo a una compleja clasificación sistemática basada en el contenido de las obras. Novedad la descripción del contenido de los manuscritos, no solo autor, título... añadía datos sobre la materia escriptoria, la antigüedad, el formato. La autoría suscitó ciertas dudas, en un memorial presentado por Martín López de Baillo, secretario de Antonio Agustín, a Felipe II tras la muerte de él, se declara autor del catálogo. Desde el siglo XVIII se considera que fue obra de Antonio Agustín.

        B - organización: integrada por fondos de muy variada procedencia, hay que destacar la labor de Benito Arias Montalbo (¿?) (1527 - 1598), humanista y erudito.

        1577 - dotó de un orden a los libros del Monasterio. El criterio principal era el lingüístico, organizar los libros por lenguas. El criterio secundario era la ordenación por materias o facultades, como se decía en la época. Llegó a establecer 74 facultades con divisiones y subdivisiones. A partir de estos criterios elaboró el primer catálogo de la biblioteca de El Escorial, salió en tres tomos, sólo se conserva el segundo.

        Los Index inquisitoriales - Instrumentos de información para el control ideológico

        Desde una perspectiva actual, podemos considerar a los índices inquisitoriales como fuentes de información para controlar y garantizar el control ideológico y doctrinal de los textos.

        Fernando Sánchez “ante la aparición de la imprenta surge la necesidad de crear instrumentos que aseguren la ortodoxia de la lectura, impidiendo la impresión de algunos libros”.

        Esto es simplificar demasiado. La elaboración de los índices necesitó la creación de una institución Inquisición.

        Se da un cambio de mentalidad, se pasa de una España medieval a una España renacentista. Antes estaba estructurada en cédulas aisladas y pasa a centralizarse en el poder real. Necesitaba el control del estado para conseguir esa integración total de esa España recién unida.

        Lo que había nacido para controlar la conversión de los moriscos (Conquista de Granada) pasa a ser un instrumento ideal para la lucha contra otra mentalidad conflictiva la Reforma (Países Bajos)

        El cambio se fragua a través de un instrumento de transmisión fundamental el libro impreso. La Iglesia Romana desde 1501 hace patente la necesidad de control por la Bula Papal por la que el Vaticano se plantea el derecho y el deber de controlar la producción libraria.

        1502 - en España se percibe esta actitud recelosa como cambio a esas medidas liberalizadoras de escisión de impuestos. Pragmática de Toledo - 1502 - establece la censura de carácter mixto: intervienen en ese control tanto autoridades civiles como eclesiásticas.

        1517 - 1520 : a partir de Lutero y el Protestantismo, los protestantes se van a apoyar en la imprenta de los grandes impresores que se encontraban en Alemania para la expansión de sus ideas por medio de impresos.

        La repercusión se nota en España a partir de 1520 en la persecución de los libros heréticos. Los libros se introducían entre las mercancías, utilizando todo tipo de artimañas (cambiando las portadas ...). Al ser objetos prohibidos, escaseaban y esa escasez subía el precio, se convirtió en buen negocio para mercaderes, marinos... Se llegaron a descubrir alijos de libros de Lutero.

        Es a partir de estos años cuando se dan las primeras actuaciones. Indicios:

        • listas embrionarias para controlar las remesas de libros importados. Se estableció un sistema de visitas, de revisiones en las librerías para ver el stock. Se hicieron cada vez más frecuentes. Desde 1532 se tiene constancia, juntas locales de la Inquisición. Es donde se puede ver el origen, el embrión de los index. Había prohibiciones de obras individuales, cualquier traducción de la Biblia.

        Estas listas primitivas, dejan ver que la censura inquisitorial española se mantuvo bastante moderada hasta 1551, año de la aparición del primer Index Inquisitorial o Sistema Normalizado como forma e instrumento de la censura de libros llevada a cabo por la Inquisición.

        Con anterioridad a esta fecha no parece claro que existieran Index Inquisitoriales tal cual.

        La situación en España era un simple reflejo de lo que estaba ocurriendo en Europa:

        • Universidad de la Sorbona: primer catálogo de libros prohibidos

        • Venecia

        Primer Índice Inquisitorial (1551) : Valdés

        Lo mandó imprimir Fernando de Valdés, inquisidor general de Toledo (los index, normalmente, se conocen por el nombre del inquisidor general que los manda publicar).

        “Catálogo e memorial de los libros reprobados y condenados por la Santa Inquisición”

        Índice reprobatorio, prohibitorio, condena a la desaparición a los libros que en él se relacionan. Debían ser retirados de la venta para que fueran quemados.

        De éste índice se conocen cuatro ediciones distintas aparecidas en el mismo año:

        • Valladolid

        • Sevilla

        • Valencia

        • Toledo

        A veces se cita una edición del año siguiente en Granada pero es dudosa, de haber existido no ha llegado ningún ejemplar.

        Es muy breve, no llega a las 60 páginas en octavo y es una reproducción del índice de la Universidad de Lovaina de 1550. incluye algunas particularidades que tienen que ver con la autonomía de los tribunales de distrito que tuvieron las cinco provincias. Las cinco ediciones se estructuran en grupos:

        1º) obras en latín ordenadas alfabéticamente tomadas del índice de Lovaina

        2º) obras en latín prohibidas por la Inquisición en España

        Esto lo añadió Valladolid, el tribunal de Valencia incorpora trece títulos más. En Sevilla lleva la portada en castellano y con dos obras más. Respecto a la de Valladolid, la edición de Toledo añade una reunión específica de los libros reprobados en lengua castellana.

        M. de Bujanda piensa que el proceso seguido fue que el Consejo General de la Inquisición (Valladolid) es quien encarga al impresor Francisco Fernández de Córdoba, hacer una nueva edición del catálogo de Lovaina, añadiéndole la lista de los libros condenados por la Inquisición española. Los ejemplares de esta edición se envían al resto de tribunales locales, que interpretando cada uno las directrices dadas, procedieron a realizar esas nuevas ediciones. Sevilla y Valencia siguen muy de cerca los cambios de Valladolid. Toledo es la que más se aleja, por la línea de la ampliación.

        La de Toledo no es cronológicamente la primera edición, pero sí es la más importante de todas porque contiene esas dos secciones añadidas de obras condenadas por la Inquisición española, una en latín y otra en castellano. Esta edición es la base para la elaboración del Índice siguiente, el de 1559.

        El índice de Valdés, destaca por ser el primero en reflejar una actuación de cada uno de los tribunales del distrito. Coloca la producción en lengua castellana en el punto de mira de la censura inquisitorial. El castellano cae por primera vez. Por ahora, las prohibiciones en lengua castellana son insignificantes. Prácticamente no hay ninguna obra como literatura, es más teología y materias afines.

        Censura General de Biblias de 1554

        Censura de tipo normalizador, resultado de la preocupación que entre estos años tuvo el Consejo General de la Inquisición por limitar la difusión de todo texto de la Sagrada Escritura que no se atuviera a la versión de la Vulgata de San Jerónimo, para evitar revisiones filológicas más puras, basadas en textos hebreos, cuya lectura podía dar lugar a interpretaciones del dogma católico, distintas a las ortodoxas. Así se trataba de eliminar la difusión en lenguas vernáculas, las que puede entender el pueblo. Se evita así la interpretación personal y la posible proliferación de sectas espirituales. En esta lista intervinieron equipos de profesores de las universidades.

        Índice de 1559

        El panorama espiritual se va endureciendo cada vez más. Hernando Valdés publica su segundo índice, va a ser el primero unificado para todo el territorio español.

        Tiene el reflejo de otras normas legales pero endurecidas. Es más riguroso y tiene mayor autonomía de los índices extranjeros, aquí tenemos nuestras propias obras para prohibir.

        El endurecimiento se refleja en las obras que incluye, como los memoriales y los papeles sueltos, se tienen en cuenta obras que antes no. Las obras cortas eran un medio más fácil para la transmisión de ideas. Se trata con menos dureza a los autores lejanos que a los próximos.

        Por primera vez entran en este índice obras específicamente literarias (teatro, novela, poesía) algunos de los principales autores del siglo XVI.

        Este índice supone una mayor radicalización, aunque ambos responden a los mismos criterios censores (picaresca, sagradas escrituras en lenguas vernáculas ...)

        Índice Expurgatorio De Arias Montano (1571)

        Problema protestantismo en los Países Bajos. Hace que se encargue a Benito Arias Montano la realización de un índice = Índice de Arias Montano (también de Felipe II). Es más propiamente real ya que fue realizado por mandato real.

        Originalidad: introducción, por primera vez, del criterio expurgador. Arias Montano es el “inventor” del índice expurgatorio frente a los anteriores que son prohibitorios.

        Se publicó en Amberes en 1571, también se conoce por Índice de Amberes.

        Permitía salvar el grueso del contenido de ciertas obras, cancelando tan solo ciertos pasajes que ofendían a la doctrina ortodoxa. Es un sistema moderado que obligaba a cambiar las normas de la censura.

        Esta nueva concepción censora va a ser, a partir de ahora, característica de los índices inquisitoriales españoles.

        Llega a hacerse incluso sobre obras anónimas.

        Se salvó así el Lazarillo de Tormes. La literatura española tiene una gran deuda con Arias Montano.

        Importante diferenciar entre:

        • Índices prohibitorios: específicamente prohíben a un autor o a una obra entera. Eran quemados públicamente.

        • Índices expurgatorios: especifican pasajes o párrafos condenados que únicamente deben expurgarse o modificarse. Se salva el libro una vez expurgado.

        Por esta razón los índices prohibitorios son más breves, sólo era necesario poner el nombre del autor y el título de la obra prohibida. Los expurgatorios son más largos ya que la censura podía ocupar desde unas líneas de un párrafo, pasajes enteros...

        Sierra Corella: los índices de Arias Montano debieron tener influencia en España hasta la aparición de los de Quiroga.

        Índice de Gaspar de Quiroga (1583 - 84):

        Promulgó en estas fechas un nuevo catálogo de elaboración lenta. En él trabajaron teólogos salmantinos, figuras como león de Castro, el padre Mariana (jesuita). Consta de dos partes:

        • un índice prohibitorio “Index et catalogus librorium prohibitorium”, Madrid: 1583.

        • Un índice expurgatorio “Index el catalogus librorium expurugatorium (¿?)”, Madrid: 1584.

        Catálogo de síntesis donde se recogen las prohibiciones de los principales catálogos europeos. Es el más importante del siglo SVI.

        Características principales:

        • es el primero en incorporar una lista de herejes para que no se confundan con los católicos. Divide a los autores prohibidísimos en dos:

          • heresiartas (los grandes herejes) con prohibición de opera omnia = toda su obra

          • simples herejes: los que se han desviado en algunas obras

        • identificación completa de las obras para facilitar la identificación exacta del libro

        • contenido: recoge el de todos los catálogos anteriores, teniendo también muy en cuenta los extranjeros.

        • Es tres veces más extenso que el de Valdés de 1551. sobre todo por la inclusión de obras en latín y de autores extranjeros.

        • Ordenación de los libros: por la lengua en la que están escritos.

        • Advertencia de que la prohibición de una obra en una lengua implica la prohibición de la misma en cualquier otra lengua.

        Índices de los siglos XVII y XVIII

        Aparecen en formato mayor, en folio frente a los pequeños de antes.

        Índice De Sandoval (1612) - Bernardo de Sandoval y Rojas

        Adopta el método de dividir a los autores en tres clases dentro del orden alfabético establecido, esta división había aparecido ya en el índice romano pero aquí es el primero que lo adopta. La clase corresponde a la gravedad del delito:

        1ª. Heresiartas: fundadores de nuevas sectas

        2ª. Autores de los que sólo se prohibían determinadas obras

        3ª. Obras anónimas

        Dentro de cada clase:

        1ª. Obras en latín

        2ª. Oras en castellano

        Al final, obras en italiano, alemán, francés…

        Se distinguía también la parte prohibitoria (más breve) de la expurgatoria (más extensa).

        Lleva también un esbozo de un índice final alfabético con los nombres de pila aunque sin remisión a la página correspondiente.

        Por su organización es u índice modelo.

        Tuvo un suplemento publicado en 1614.

        Índice De Zapata (1632) : Antonio Zapata

        Su única novedad es que fusiona la parte prohibitoria con la expiatoria bajo un índice alfabético, manteniendo igual lo demás.

        Índice De Sotomayor (1640) : Antonio De Sotomayor

        Novedad: lleva un índice final alfabético con remisión a la página.

        También publica el último de los índice del siglo XVII.

        Índice Segundo De Sotomayor (1667)

        Siglo XVIII - siguen publicándose otros índices más espaciados en el tiempo:

        1707 : Índice de Valladares Marín

        1739 : Suplemento hecho por el inquisidor Andrés de Orbe y Larreategui.

        1747 : Índice de Pérez de Prado

        1790 : Índice de Rubín de Ceballos

        1805 : Suplemento

        De todos estos destaca el primero (1707) porque significó un considerable aumento en el volumen de obras en castellano y de autores españoles.

        El lapsus precedente es de 37 años pero también indica que comienza un crecimiento en el volumen de los autores.

        Es el primero que incorpora un índice alfabético de apellidos.

        La Inquisición desaparece oficialmente por Decreto de María Cristina en 1834, aunque se siguen publicando algunos.

        SÍNTESIS

        • Elaboración de los índices: aunque algunos de ellos se identifican con determinadas figuras importantes de la época (p. e.: Padre Mariano, Padre Pineda) la realidad fue mucho más compleja, fue una labor de equipo. La censura inquisitorial constituyó una maquinaria de funcionarios por todo el país, que implicaba a las universidades en su elaboración.

        • Censores: por lo general, fueron clérigos con títulos en materias eclesiásticas (derecho canónigo, teología …). No son obra de literatos, ni de historiadores, ni críticos de literatura aunque se trataba de reconocidos humanistas. Trabajaron en calidad de moralistas. Preponderancia de las juntas de jesuitas.

        • Impacto de los índices en la literatura española de la época

        • Valor actual como instrumento de investigación literaria y bibliográfica

        • Contribuyó a la normalización de títulos y autores. Éstos eran datos necesarios para poder detectar cada edición. Por ello dice Fernández Sánchez que contribuyó a la normalización de estos datos. A veces se achaca a la falta de precisión, aunque es cierto que los datos que dan son los suficientes para reconocer los libros. Su objetivo y cometido era la identificación de los libros que debían ser o no incluidos.

        • Calidad bibliográfica de los índices, actualmente los historiadores que los han estudiado no se ponen del todo de acuerdo. Para algunos las descripciones son demasiado breves y para otros son magníficos.

        • Pertenecen a un género de bibliografía selectiva aunque a la contraria, por rechazo, es en sentido negativo, señala obras y autores rechazados de los que no se aconseja su lectura. Toda bibliografía o repertorio bibliográfico, debe medirse por la eficacia con que cumple el cometido para el que fue creado. Los índices cumplían el suyo. (Qué pretende, Lo cumple, si no lo cumple buscar fallos)

        • Son testimonio de muchas ediciones y de muchas obras que se han perdido, así testimonian su existencia.

        • A menudo, actualmente, son una fuente bibliográfica que hay que tener en cuenta.

        TEMA 4.- LA CONSOLIDACIÓN DE LA BIBLIOGRAFÍA EN EL PERIODO ERUDITO: el nacimiento de la Bibliografía nacional y la labor de Nicolás Antonio.- La bibliografía especializada de León Pinelo y los primeros esbozos de otras modalidades bibliográficas

        Siglo XVII - consolidación de la bibliografía en España. Gran obra de Nicolás Antonio, su Biblioteca Hispana. Es la primera bibliografía de carácter nacional, la primera recopilación de autores y obras de alcance geográfico y nacional. El autor entendió esa recopilación como un conjunto del panorama español cultural. Queda reflejado en él su prólogo, que se considera como uno de los primeros precedentes de nuestra historia literaria.

        Con anterioridad aparecieron otras obras de gran interés que sirvieron de base a Nicolás Antonio. Algunos han pasado desapercibidos para los bibliógrafos españoles aun citándolos Nicolás Antonio.

        Precedentes de Nicolás Antonio

        • Alonso Chacó (Baeza - 1540) - el más desconocido, ya que permaneció manuscrito hasta el siglo XVIII y prácticamente no ha sido citado aunque es una fuente de Nicolás Antonio y cita explícitamente a este bibliógrafo. Alonso Chacó pretendió llevar a cabo una bibliografía universal. Fue dominico, pasó su vida en Italia donde estudió (1599), autor del siglo XVI pero es el precedente de Nicolás Antonio. Durante años, Alonso Chacó, se dedicó a realizar una bibliografía universal desde el inicio de los tiempos hasta 1583. esta fecha es según el título de la obra ya que analizando la misma se ve que incluye datos posteriores, es decir, que fue actualizándola. La organización es por orden alfabético de los nombres de pila de los autores latinizados. El repertorio no se publicó en su tiempo porque no obtuvo el permiso para ello pero sí circuló en copias manuscritas. La censura se vio motivada porque le acusaron de haberse aprovechado de otra obra, de la biblioteca de gesta (¿?). esta obra pasó al índice romano de 1559. se le acusó de incluir a escritores hebreos. La obra se distribuye en columnas, se publicó en el siglo XVIII por un librero parisino a través de una copia que le había facilitado un bibliófilo amigo que la obtuvo en una subasta de libros.

        Alfredo Serrai dice que este repertorio es de mala calidad bibliográfica (¿?). Se aprecia en la obra la autocensura, el autor no incorporó a determinados autores.

        Las descripciones bibliográficas son bastante detalladas y precisas. Relaciona todas las ediciones impresas de una obra, incluye también una relación de contenido. Junto a estas entradas biobibliográficas recoge un pequeño número de obras anónimas. Lo importante para nosotros es la constatación de la existencia de la obra de este autor.

        • Dos bibliografías de carácter nacional, antecedentes más cercanos a Nicolás Antonio:

          • Valerio Andrés Taxandro - 1607

          • Andrés Schott - 1608

        Valerio Andrés Taxandro (1588 - 1655) Estudió lenguas en Amberes. Fue secretario de Schott que para pagarle sus servicios le enseñó griego. Fue profesor de hebreo en Lovaina y bibliotecario director de esa universidad.

        Su obra es un pequeño volumen de 106 páginas, una lista, una enumeración de escritores españoles, sobre la mayor parte de ellos da una noticia sucinta. Recoge 700 autores, grandes figuras. A algunos les dedica media página y a otros tres o cuatro líneas. Está organizado por el nombre de pila latinizado. Este libro ha planteado muchos problemas bibliográficos. Muchos pensaron que era una obra original de Schott publicada con ese seudónimo. Ya está claro que Taxandro existió, vivió con él y era mucho más joven que él.

        Hay que admitir la afinidad entre ambas obras. Cuando Taxandro publica su obra sólo tenía 19 años. Puede que fuera colaborador de Schott y que éste hubiera hecho una lista de autores que pensaba tratar en una bibliografía más amplia. Más tarde cambia el plan de su obra en la que la parte bibliográfica queda bastante reducida y no hay lugar para tratar a los 700 autores. Para no perder el trabajo haría una selección y la publicaría bajo el nombre de su secretario, premiando esos servicios como colaborador.

        Entre las fuentes que pudo utilizar Taxandro se encuentran bibliotecas de Bélgica, Italia, pero sobre todo fuentes indirectas, catálogos de libreros, de las grandes ferias. Él mismo indica en el prólogo que los datos no son de primera mano. Vio pocos libros de forma directa, se incorporan gran número de errores. Se registran muchas obras de autores españoles en sus traducciones y en sus ediciones extranjeras. Esto indica que era mucho mayor el conocimiento que existía de la bibliografía española vista desde fuera que la producción estrictamente nacional. Hay errores derivados de la consulta no-directa de las obras, debidos también a la poca experiencia del autor. Refleja un gran conocimiento del mundo literario español.

        Andrea Schott (1552 - 1621) Gran viajero, estudió filosofía griega y latina en la universidad de Lovaina donde fue profesor. Se trasladó a Francia y a España. Vivió primero en Toledo donde ganó por concurso la cátedra de griego en la Universidad. Enseñó griego en Salamanca y Zaragoza y en el colegio de jesuitas de Gandía. A pesar de haber nacido en Amberes fue de un patriotismo español exagerado. Ingresó en la orden de los jesuitas (Padre Schott). Tuvo contacto con los eruditos de la época, gran amistad con Antonio Agustín, en torno a su biblioteca se formó una escuela de eruditos en la que estaba Schott. Ese patriotismo se manifiesta en gran parte de su obra. Le interesa dar a conocer al mundo exterior lo que es España, por eso hace una gran recopilación España Ilustrada, una gran enciclopedia histórica. Se convirtió en una fuente indispensable en España para todos los historiadores hasta el siglo XIX. Apareció en Frankfurt, 1603 - 1608, en cuatro volúmenes, en formato folio. Trata sobre escritores que escribieron sobre la península (España y Portugal). Da a conocer obras hasta entonces inéditas, p. e. De viris ilustribus de Isidoro de Sevilla. La obra de carácter más bibliográfica fue su Hispaniae Biblioteca (1608). Consta de tres partes:

        • Como una España Ilustrada (resumen). Diserta sobre el nombre de España, la religión, universidad, academias (detalla la de Alcalá y Salamanca), la biblioteca de El Escorial, hace una descripción geográfica (ciudades, ríos), razas, recoge también una historia eclesiástica, “catálogo de obispos”, breve historia de la nobleza española clasificada por títulos y por regiones.

        • La segunda y la tercera partes o tomos son propiamente bibliográficos

        Clasifica los escritores por grupos, no por orden alfabético. Hace dos grandes divisiones, que a su vez se subdividen:

      • escritores que destacaron en las disciplinas latinas y escribieron en latín (tomo II), subdivididos en otras diez clases:

      • autores hispano-romanos e hispano-cristianos (Alta y Baja Edad Media)

      • 2-6. autores organizados por órdenes religiosas, cita exclusivamente a cronistas o historiadores teólogos

        7. dedicada a los puristas

        8-10. médicos, poetas e historiadores fundamentalmente de la Iglesia

        Al final recoge un apéndice sobre los falsos “cronicones” falsificaciones científicas, de carácter histórico que llevaron a cabo las iglesias por un dominio de vanidad. Las iglesias se inventaban historias remotas, cuanto más antiguas mejor (sobre santos patronos, reliquias), historias fabulosas. Hubo críticos que denunciaron estas invenciones o exageraciones. Éste apéndice va a ser el germen de una obra de Nicolás Antonio Censura de historias fabulosas

      • escritores que destacaron en otro tipo de disciplinas (tomo III). Empleó un orden geográfico por regiones.

      • La obra es de un indudable valor histórico pero tiene limitaciones, p. e., relegó en los escritores que no escribieron en latín, es decir, preponderancia de los escritores en latín que merma la obra. Los títulos españoles se traducen al latín, da lugar a confusiones.

        Estos dos autores son precedentes de Nicolás Antonio pero desde el punto de vista bibliográfico representan una gran inferioridad respecto a su obra.

        Otras figuras:

        Gabriel Lobo Lasso de la Vega: poeta madrileño de cierto renombre que intentó llevar a cabo una bibliografía pero lo que ha dejado se considera un borrador autógrafo manuscrito que se conserva en la biblioteca de El Escorial.

        Tomás Tamayo de Vargas: madrileño. Su obra tampoco llegó a imprimirse. Tuvo varios cargos políticos, llegó a ser secretario del embajador español en Venecia, cronista de Indias, Ministro de la Inquisición, tuvo bastante prestigio como escritor. Junta de libros, se difundió manuscrita. Bibliografía nacional de autores que escribían en español. Sería el complemento de la obra de Schott y Taxandro. Registra dos mil autores. Fue conocida en la época y utilizada por bibliógrafos posteriores como p. e. Nicolás Antonio, León Pinelo... De haberse llegado a imprimir hubiese significado un gran jalón en la obra de la bibliografía española. La información que aporta Tamayo es de primera mano, ofrece más datos de primera mano que Schott y Taxandro. A él se debe también la primera bibliografía de traducciones de autores clásicos al castellano apareció en una Historia natural de Plinio, en esta obra Tamayo adicionó esa información para lectores, algo breve.

        Nicolás Antonio (1617 - 1684)

        Considerado el padre de la bibliografía. Nació en Sevilla en una familia acomodada, es el mayor de siete hermanos y pudo estudiar. Fue en Sevilla donde cursó sus primeros estudios en Gramática, Teología, Artes Liberales y Filosofía con los dominicos. Se trasladó a Salamanca donde estudió derecho, obtuvo lo que llamaríamos hoy doctorado (1639). Durante esos años de estudiante comenzó su primera obra de carácter recopilatorio, una especie de índice de obras de derecho. Después de llevar bastante trabajo hecho tuvo que abandonar esa obra porque tuvo noticia de que Antonio Agustín ya había llevado a cabo esa labor. Gracias a esta experiencia se dio cuenta de la importancia de elaborar obras que dieran cuenta de la producción bibliográfica existente, toma conciencia de la labor bibliográfica como recopilación y organización de la producción existente. Tras estos estudios en Salamanca se traslada a Sevilla donde inicia esos trabajos bibliográficos. En 1645 toma el alto de Santiago y a partir de 1654, al trasladarse a Roma, puede ampliar sus búsquedas. Se traslada a Roma porque es nombrado agente de Felipe IV, agente en Roma de los asuntos de España. Vivó también en Nápoles, en Sicilia y en Milán. Ejerció allí como agente de Inquisición. En 1679 se instaló en Madrid donde falleció en 1648.

        Cuando terminó su formación en Salamanca y volvió a Sevilla, dejando de lado la obra comenzada, empezó Censura universal o Juicio crítico de todos los escritores antiguos y modernos. Al poco de iniciarla decidió reducir sus límites al ámbito nacional, desde la época de Octavio Augusto hasta el siglo XVII. Esta reducción le permitió ahondar más en las obras, profundizar más en ellas. Es una obra muy superior a otras bibliografías nacionales hechas en Europa.

        Fuentes de Nicolás Antonio

        Agotó todos los recursos que tuvo a su alcance, vació las bibliografías existentes (Chacó, Tamayo de Vargas)

        Recurrió también a las corografías descripciones de una provincia o región, crónicas de ciudades y de villas, incluso a obras de carácter hagiográficas, sobre todo en lo relativo a autores más remotos.

        Visitó todo tipo de bibliotecas, empezando por l as sevillanas, el monasterio de San Benito, la biblioteca del erudito Lucas Cortés, aumentó la posibilidad de bibliotecas cuando estuvo en Italia.

        A la vez fue formando su propia biblioteca con los ingresos que recibía de sus cargos. Llegó a reunir treinta mil volúmenes. Se considera la segunda biblioteca más rica de Roma, después de la Vaticana.

        Además, para recopilar información sobre la producción existente, con frecuencia, mantuvo correspondencia con muchos eruditos que le proporcionaron datos sobre los escritores de su entorno. Ese epistolario fue publicado. Salvando las distancias pone en práctica una especie de sistema de encuesta, recoge la información de ese informante sobre autores y obras, así consigue un estado de opinión relativo a la actualidad.

        Divide su obra bibliográfica en dos partes:

        • Biblioteca Hispana Vetus - Roma, 1696. 2 volúmenes. Autores medievales anteriores a 1500

        • Biblioteca Hispana Nova - Roma, 1672. Autores españoles desde 1500 hasta sus coetáneos

        Orden inverso de la publicación, la que primero llevó a cabo fue la Nova por ser más complicada de recopilar la información de la Vetus por la lejanía de los autores que en ella se recogen. Labor casi arqueológica en algunos casos. Escribió toda la obra en latín, pretendía dar noticia de autores españoles fuera de España, máxima difusión.

        Biblioteca Hispana Nova

        Adoptó la forma de diccionario bio-bibliográfico.

        Está dividida en dos tomos de tamaño grande, formato folio.

        Orden alfabético por el nombre de pila latinizado de los escritores, consulta relativamente sencilla.

        I Tomo: escritores de la A - I

        II Tomo: escritores de la L - Z

        Tiene suplementos. Recoge autores de 1500 a 1670, aproximadamente.

        Recoge la noticia de más de 8000 autores en 170 años exhaustividad, procuró recoger todas sus obras, tanto manuscritas como impresas, en latín o en cualquier lengua vulgar.

        Estructura de cada autor sin ningún tipo de numeración:

        • nombre propio latinizado que encabeza

        • apellidos de cada autor

        • noticia biográfica, que corresponde a las bio-bibliografías

          • lugar de nacimiento

          • profesión

          • títulos o cargos, dignidad eclesiástica

          • noticias sobre su fallecimiento

          • valoraciones de contemporáneos

          • a veces la trascripción de algún epitafio

          • relación de sus obras con el título en el idioma original, con indicación de carácter manuscrito (dónde lo había consultado), si era una obra impresa lugar, año, impresión con frecuencia y a veces el formato. Si conoce varias ediciones de un misma obra las enumera, al menos lugar y año. Facilita la traducción del título de la obra al latín o a otra lengua, nombre del traductor y datos correspondientes a la edición muy útil para la difusión de nuestra literatura en Europa. (Nicolás Antonio consideraba que tanto los elementos biográficos como los bibliográficos eran un todo y que la vida de un autor influía en su obra)

        La extensión de los artículos varía, depende de la importancia que Nicolás Antonio concedía a los autores.

        La información que ofrece es de alta fiabilidad, los títulos son bastante exactos aunque en algunas ocasiones los abrevia. Cuando cita solo autor-título son obras de las que tuvo solo noticia a través de repertorios, que no vio directamente, normalmente suele citar el repertorio. Realizó una labor de primera mano y un método de rigurosa consulta a fuentes primarias.

        Su obra contiene errores de distinto tipo, de distinta importancia que genera ediciones fantasmas o ediciones imaginarias, incorporación de opiniones falsas, a veces la conclusión deriva de sus informantes (epistolario)

        Sigue siendo la fuente que más información de primera mano ofrece a los escritores del Siglo de Oro.

        La Nova va completada con una serie de suplementos:

        • Noticias de obras anónimas

        • Biblioteca de escritoras española: la primera bibliografía de mujeres

        • Biblioteca de autores extranjeros: recoge los que escribieron en castellano o en alguna lengua vulgar de España o de las Indias, escritores famosos con obras en español y escritores que trataron de España en sus obras

        También tiene índices, bastante copiosos:

        • apellidos

        • por lugar de nacimiento

        • de órdenes religiosas

        • de títulos de nobleza

        • de materias: quizá el más importante porque seguiría vigente hasta finales del Siglo XIX. Organizado en trece divisiones que corresponden a la organización académica del saber de su época. Resulta muy avanzado para una obra de este tipo y de esta época.

        Biblioteca Hispana Vetus

        Al morir Nicolás Antonio no está concluida pero sí muy avanzada, a pesar de que su contenido era anterior al de la Nova. Quedó inédita a su muerte.

        Necesita de una gran tarea de investigación por la lejanía cronológica de sus autores.

        Sus herederos enviaron su manuscrito al cardenal Jesús Sainz de Aguirre, amigo de Nicolás Antonio que costeó la edición.

        Encargaron su revisión y supervisión a su bibliotecario Manuel Martín. Realizó la edición con mucho cuidado, con notas marginales, realizó y añadió la primera biografía de Nicolás Antonio.

        Publicada en dos volúmenes en Roma (1696)

        Colocó un prólogo a esta obra que se considera el primer precedente de la literatura española, un panorama de la cultura y la literatura españolas siguiendo un criterio cronológico a lo que registra en el repertorio. Expone todo el contenido de las bibliotecas (Nova y Vetus)

        Mucho de esto es fruto de su lectura personal, en cuanto a lo que recoge del repertorio, noticia de la vida y de las obras de escritores españoles desde la época de Octavio Augusto hasta el año 1500 d. C.

        Organizada cronológicamente:

        • Tomo I: 63 a. C. - año 1000 d. C.

        • Tomo II: 1000 d. C. - 1500 d. C.

        Recoge un total de 1569 autores.

        No esta organizada por registros, los tomos se dividen en libros, en capítulos y en parágrafos numerados con una numeración independiente para cada libro.

        Cada capítulo recoge la obra de uno o varios autores ordenados cronológicamente por fecha de nacimiento, a veces de manera aproximada.

        Al principio de cada tomo hay un índice de los autores que en él se contienen ,marcando con un asterisco los autores cuya obra no esta

        Es una obra de tipo discursivo.

        También es distinto el estilo del latín, es más elaborado, más difícil.

        Al igual que la Nova, la Vetus también cuenta con varios suplementos colocados al final:

        • Biblioteca arábico-hispana: obras de escritores árabes-hispanos

        • Biblioteca hispana de autores de tiempo no establecido

        • Lista de cronistas y fragmentos de cronicones

        • Índice onomástico para los dos tomos de la Vetus recuperación alfabética

        Se sabe que Nicolás Antonio quiso dedicar otro suplemento a los escritores hispano-judíos por que dejó incompleta una parte la Biblioteca rabínica-hispana: se conserva manuscrito en la Biblioteca Nacional.

        El peso de las fuentes secundarias es mucho mayor que en la Nova, la utilidad es más limitada.

        Destacar que Nicolás Antonio fue uno de los hombres más liberales o más antidogmáticos de la época, sobresalió por su espíritu crítico, búsqueda de la verdad histórica. Quiso desterrar el crédito que se daba a esos falsos cronicones.

        Editó Censura de historias fabulosas que representó el punto de arranque del criticismo histórico.

        Vigencia y actualización

        Una muestra evidente de la vigencia de su obra son los esfuerzos reiterados para actualizarla.

        Actualizaciones:

        Siglo XIX - La entonces Biblioteca Real, germen de la actual Biblioteca Nacional, emprendió como labor institucional la reedición de la Vetus y de la Nova.

        • Vetus - 1788

        • Nova - 1783 - 88

        Salieron de la imprenta de Joaquín Ibarra y de sus familiares (Siglo XVIII). Son estas ediciones, en facsímil, las que se consultan del siglo XVIII.

        En esta reedición revisada participó un equipo de trabajo formado por eruditos. (Vetus Francisco Pérez Bayer, Pablo Lozano ; Nova Tomás Antonio Sánchez, Juan Antonio Penicet y Saforcada, etc.)

        Su labor consistió en incorporar todas las adiciones que había dejado Nicolás Antonio. Añadieron además notas marginales que completan esa información original y también índices. Cuidaron también bastante el aspecto tipográfico de la edición. Fue uno de los libros más representativos de la erudición.

        Posteriormente se han realizado varias ediciones facsímiles:

        • Turín ( )

        • ISOC (1996)

        1998 - 99: traducción castellana patrocinada por la FUE (Fundación Universal ... ) llevada a cabo por Gregorio de Andrés, con su versión digitalizada en CD-ROM. Ésta versión mantiene la disposición original, con todas las características ornamentales y tipográficas de la edición.

        Ventaja: permite la recuperación por cualquier criterio (Programa Acrobat garantiza la búsqueda por texto completo)

        El acuerdo general de los investigadores es seguir trabajando con la obra en latín (Vetus/ Nova - Tomo - Página)

        ¿Qué queda por hacer?

        Documentar bibliográficamente la Nova, acreditar con la localización de la obra con los ejemplares y con la tradición bibliográfica posterior.

        A partir de Nicolás Antonio se asientan las bases para el desarrollo de la Bibliografía Regional. Prácticamente se da un abandono de la Bibliografía Nacional.

        las dos Bibliotecas de Nicolás Antonio han sido digitalizadas, esto permite buscar por cualquier palabra, va apareciendo en qué página nos encontramos y de qué tomo se trata. El avance más importante ha sido la traducción de esta obra.

        Bibliografía especializada de León Pinelo

        Antonio de León Pinelo - bibliografía especial - origen siglo XVII.

        “Constituye el más vasto repertorio bibliográfico sobre viajes y misiones en lo que a América Latina se refiere”

        La bibliografía en Hispano América tiene una larga tradición.

        Antonio León Pinelo publicó en 1629 Epítome de la biblioteca oriental y occidental náutica y geográfica (Madrid). Es e primer repertorio de los libros que tratan sobre el Nuevo Mundo. Se considera a León Pinelo como el padre de la bibliografía hispanoamericana.

        En el siglo XVII se realizan descubrimientos geográficos que produjeron un aumento del comercio por las nuevas conquistas. Había que hacer balance y reflejar todo lo publicado sobre esas expediciones geográficas.

        Es el único repertorio geográfico del siglo XVII, muestra de que la bibliografía es una categoría histórica que surge como respuesta a las necesidades de esa época.

        León Pinelo (Valladolid 1590? - Madrid 1660)

        1604 - emigró con su familia a América (vivió en Argentina, Perú), estudió jurisprudencia en la Universidad de Lima donde fue profesor. Ocupó cargos en la administración. De vuelta a España colaboró en la recopilación de las leyes de Indias. Es un hombre fuertemente vinculado a las Indias con vocación americanista.

        En palabras de Miralles es la “primera bibliografía del Nuevo Mundo”.

        Su obra está dividida en cuatro grandes secciones o bibliotecas:

        • oriental: trata de los viajes y la historia de la India oriental y de otras tierras de Asia

        • occidental: historia de América y de sus regiones naturales y administrativas

        • náutica: obras dedicadas a la navegación

        • geográfica: obras referentes a geografía

        Bibliotecas que se subdividen a su vez en subsecciones a las que llama “títulos”. Todos los títulos los tradujo al español, algo raro porque la tendencia era ponerlos en latín. Puede que utilizara el castellano porque consideró que los primeros interesados en conocer más sobre las Indias eran los españoles. Recoge la obra original y a continuación la traducción.

        El epítome lleva la aprobación firmada por Lope de Vega que hace una crítica positiva.

        Lleva un índice alfabético de 44 lenguas, todas aquellas en las que están escritos los libros que recoge (1550 obras)

        Fuentes que utilizó:

        • contó con una rica biblioteca de unos tres mil libros, tanto impresos como manuscritos, unos 500 se referían a las Indias occidentales, algunos se conservan en la Biblioteca Nacional.

        • Se valió de las principales bibliotecas privadas, de la biblioteca de El Escorial

        • Índices, catálogos

        Abundan las erratas sobre todo en los títulos, aparecen con frecuencia acortados, no dan idea del contenido. El lugar de edición lo indica en pocas ocasiones.

        Esta biblioteca pertenecería al género geográfico, pero como todo lo que se había escrito hasta entonces sobre América era en general.

        Siglo XVIII - segunda edición añadida y enmendada en tres volúmenes a cargo de Antonio González de Barcia (1737), aunque no hizo constar su nombre como autor, sólo aparece en el prólogo como revisor. Madrileño, ocupó distintos cargos /de comisiones, juntas reales, uno de los fundadores de la Real Academia , bibliófilo, sus libros formaron parte de los fondos primitivos de la Biblioteca Nacional).

        León Pinelo dio a su obra el nombre de Epítome ya que lo consideró un extracto de un proyecto más grande. El primer propósito de González de Barcia fue encontrar la continuación de la obra de León Pinelo. Como no lo consiguió decidió aumentar esa obra. Parece que invirtió unos trece años en preparar esta segunda edición que recoge 23500 obras. Éste número exigía más subdivisiones. González de Barcia no refundió la obra y mantuvo el esquema de la primera edición.

        Es extraño que ésta obra, casi completamente nueva, siguiera llamándose Pinelo. Un estudioso intentó hacer justicia y citar a ambos (Pinelo - Bracea), aunque éste último quisiera permanecer en el anonimato.

        En lo único que la primera edición supera a la segunda es en la calidad de la impresión, la segunda llega a tener muchas páginas sin numerar, con erratas, abreviaturas, una pésima tipografía...

        En general es una obra para los estudiosos de la historia de América Latina, una obra valiosa, viva, de obligada consulta. Es su primera bibliografía nacional.

        Juan Lucas Cortés (Sevilla 1624 - Madrid 1701)

        Otro bibliógrafo del Siglo XVII. Su biblioteca fue superior a las de otros españoles de su tiempo en número, rareza y calidad.

        Estudió jurisprudencia en Salamanca, viajó por Flandes y a partir de 1662 se trasladó a Madrid donde ocupó distintos cargos públicos (llegó a ser consejero del Consejo de Castilla).

        Nunca publicó nada pero se tiene noticia de que había compuesto una bibliografía y que había idea de que Nicolás Antonio la incorporara en un apéndice a su biblioteca porque Nicolás Antonio dejó constancia de ella.

        Parece que hay razones para afirmar que se trata de la obra que publicó en 1703 el alemán Franckneu. Los primeros en denunciar el plagio y señalar a Lucas Cortés como a su autor fueron el padre Burriel y Gregorio Mallans y Siscars. Gregorio de Andrés, más recientemente, aportó datos que apoyan esa tesis de Mallans. La prueba definitiva sería el texto de Lucas Cortés pero no ha sido hallado. Parece que el manuscrito llegó a manos de este alemán en 1702 cuando, a la muerte de Cortés, su rica biblioteca fue vendida en Almoneda. Uno de los manuscritos de esa subasta fue esa bibliografía. Al medio año de realizarse la subasta, ya muerto Lucas Cortés, fue publicada la obra en Alemania.

        Lucas Cortés dejó inédita una Biblioteca genealógica española donde recoge más de 200 obras, impresas y manuscritas de autores españoles. El original de esta obra llegó a manos de Franckneu a través del erudito Luis Salazar y Castro.

        BIBLIOGRAFÍAS COORPORATIVAS (S. XVII)

        Su origen hay que buscarlo en el interés de las órdenes religiosas en destacar

        sus actividades. Todas las bibliografías de sus miembros. Es la institucionalización de los repertorios bibliográficos de órdenes religiosas.

        De ahí, en general, todos los repertorios están hechos en base a un mismo sistema. A esa similitud contribuye la afinidad ideológica de los autores que aparecen en las bibliografías.

        El tono es hagiográfico con que resalta la vida de cada miembro dando a entender que fue ejemplar.

        La estructura es como de Diccionario bio-bibliográfico: aparecen las entradas en orden alfabético de los miembros de la obra que tienen obras escritas.

        Por ejemplo la bibliografía de los jesuitas debida a Pedro de Ribdeneyra de 1608 recoge datos de unos 250 escritores de la orden pero omite por completo el pie de imprenta, las entradas son extensas para los autores españoles y lleva al final tres índices.

        La bibliografía de los Mercedarios debida a Alfonso de Rojas.

        En este siglo se va a desarrollar también la BIBLIOGRAFÍA REGIONAL y son muy numerosas. Valencia cuenta con la producción más importante (Pedro Agustín Mozlá en 1599 hizo una bibliografía regional de carácter bio-bibliográfico de escritos de la región.

        Los INVENTARIOS DE BIBLIOTECAS PRIVADAS son de un gran valor documental porque permiten conocer la historia del libro, la sociología de la lectura, el precio… a veces, esos inventarios fueron auténticos catálogos pues se ponían en venta con la apertura de 1 biblioteca. Además han revelado la existencia de títulos desconocidos, por ejemplo el Inventario de la Biblioteca de Lorenzo Ramírez de Prado editado en 1660 y reeditado en el S. XX. Se publicó con la idea de vender su biblioteca.

        TEMA 5.- LA EXPANSIÓN DE LA BIBLIOGRAFÍA EN LA ILUSTRACIÓN.-Nuevas instituciones culturales y difusión de sus fondos: el interés por los manuscritos y por los incunables.-La atención de los ilustrados por la actualidad: Sempere y Guarinos, la Biblioteca periódica anual y el Diario de los literatos.-Nacimiento y desarrollo de la bibliografía regional: la obra de Vicente Ximeno y Félix Latassa

        En el S. XVIII no hubo una obra comparable a la de Nicolás Antonio con la Ilustración. La bibliografía dejo de ser un asunto de unos pocos y pasó a convertirse en algo que interesó a las grandes figuras de la época como historiadores, libreros… como Diosdado Caballero, Enrique Flórez, Matí Sarmiento o Sempere Guarinos que fueron empleados de la BN

        En este siglo hubo una transformación de la imprenta artesanal en Industria capitalista.

        Destacan 2 tipógrafos madrileños Antonio Sancha y Joaquín Ibarra.

        La BN publicó la edición de las bibliotecas de Nicolás Antonio pero además se publicaron otros como:

      • “Biblioteca española” de José Rodríguez de Castro

      • “Catálogo de manuscritos griegos de la BN” DE Juan de Iriarte

      • “Catálogo de Códices Árabes de la biblioteca del Escorial” de Miguel Casiri

      • Catálogo de la Universidad de Salamanca

      • Miguel de San José escribió la 1º bibliografía “crítica sacra et profana” y fue el 1º que utilizó la palabra “bibliografía”. Incluyó autores de todos los países, siguiendo los cánones de las bibliografías universales anteriores. La obra estaba escrita en latín. No es la 1º bibliografía abierta a todos los públicos porque es muy selectiva y partidista ya que pretendió divulgar sus ideas, y, para ello, enjuicia las obras. El espacio que dedica a unos y a otros autores es muy dispar. Tuvo escasa difusión ya que no ofrecía información muy objetiva.

        Juan Sempere y Guarinos fue miembro de la Real Academia de la historia y escribió “Ensayo de una biblioteca española de los mejores escritores del reinado de Carlos III (1785- 1789)” en 6 volúmenes. Sempere contó con las bibliotecas privadas de Campomanes, Pérez Bayer, Jovellanos, Menéndez Valdés...además de la biblioteca de la Sociedad Económica de Amigos del País de Madrid.

        El ensayo está ordenado por orden alfabético de apellidos de los 150 autores, la mayoría vivos en las fechas o fallecidos hacía poco. Además de las entradas por autor nos encontramos con artículos para Instituciones potenciales o creadas en ese periodo (las academias, la Sociedad de Amigos del País…). Añade una pequeña biografía y obras. Contiene índices que remiten a tomo y página (sólo en el último tomo). Son seis tomos.

        Esta bibliografía puede ser considerada retrospectiva y corriente porque abarca un periodo histórico amplio pero también porque se refiere a autores coetáneos a él. No da lugar de nacimiento de los autores y alega la dificultad de los datos y que quería contribuir a disminuir las rivalidades entre las provincias. Da noticia del contenido de las obras y publica un libro sobre política económica. Rehuye los juicios y destaca los aspectos doctrinales. Esta obras se ha reeditado.

        José Rodríguez de Castro. “Biblioteca Española”, Madrid. Imprenta Real. 2 volúmenes. El 1º Tomo contiene la bio-bibliografía ordenada cronológicamente de los escritores judíos españoles desde el S. XI- XIII; fue crítico con la obra de Nicolás Antonio en este tomo. En el 2º Tomo recoge obras de escritores laicos y de religiosos españoles desde el S. II hasta el fin del S. XIII. Aquí se declara continuador de la obra de Nicolás Antonio y tuvo en cuenta la bibliotheca Vetus. La diferencia principal es que Castro utiliza la lengua castellana.

        Practica de Sempere y Guarinos. Facsímil encuadernado 2 tomos por volumen.

        Ensayo de una biblioteca española de los mejores escritores del reinado de Carlos III. Repertorio organizado por los apellidos del autor, nos cuenta la vida del autor (su dedicación estudios…) y las obras. Los registros no están numerados. Tiene índices al final remitiendo a Tomo y página. Recoge artículos a diversas instituciones del S. XVIII como uno dedicado a la Real Academia de la Historia.

        En esta época surgió el interés por los incunables, a finales del S. XVII fue cuando se adoptó el término incunable. Fruto de este interés surgen las bibliografías dedicadas a este tipo de libros en toda Europa. En España aparecieron los repertorios de incunables.

        Hay que destacar:

        Raimundo Fernández Diosdado (jesuita). Con la expulsión de la orden salió de España y fue a Roma donde publicó la primera Bibliografía de incunables españoles (1793). En ella se registran 310 obras. Entradas ordenadas cronológicamente (ordenación habitual en repertorios relacionados con la imprenta). Ejemplares que vio detallados con más exactitud y otros de forma más somera.

        Francisco Méndez (agustino). Compuso una historia de la imprenta española en el siglo XV, Tipografía española, Madrid 1796. los incunables están ordenados por ciudades y dentro de cada una de ellas cronológicamente de acuerdo con el año de impresión. Lleva dos índices al final de ciudades o de imprenta y otro alfabético de materias. Según Salvat, Francisco Méndez tenía materiales para hacer un segundo tomo de los siglos XVI y XVII. De él están conservadas algunas papeletas en la Real Academia de la Historia. Un libreo madrileño, Dionisio Hidalgo, emprendió una segunda edición de esa bibliografía de Méndez. Hidalgo añadió notas sobre los orígenes de la imprenta en España, también incluyo la biografía de Méndez, la suya propia, un estudio de Gutenberg. El libro ganó bastante en contenido pero estructuralmente no se hizo más ordenado. De todas formas abarca un periodo de tiempo corto (1470-1500). Da noticias de primera mano sobre impresiones y ediciones imprescindibles para conocer datos.

        En cuanto a la BIBLIOGRAFÍA ESPECIALIZADA hay que destacar:

        • Vicente García de la Huerta: dramaturgo. Catálogo alfabético de las comedias, tragedias, autos, zarzuelas, entremeses y otras obras correspondientes al teatro español, repertorio muy deficiente plagado de errores. Llevó a cabo también una Biblioteca militar.

        • Leandro Fernández de Moratín: compuso un Catálogo de piezas dramáticas publicadas en España durante el Siglo XVII y autores que las escribieron, para deshacer los errores de ese primer catálogo de García de la Huerta. Moratín agrupó las obras por autores y agregó más títulos.

        • Juan Antonio Pellicer y Saforcada: ingresó en la Academia Real, fue miembro de la Real Academia de la Historia, publicó documentos sobre Cervantes, su nombre figura en el diccionario de autoridades. Ensayo de una biblioteca de traductores españoles (1778). Da noticia sobre 36 traducciones al castellano de las Sagradas Escrituras y de obras clásicas, hebreas, griegas, latinas y árabes. Ordenación alfabética por el traductor. Extensas notas bibliográficas, críticas sobre la calidad de las traducciones. Indica la localización del libro que casi siempre está en la Biblioteca Nacional. Autor de la primera Biblioteca de bibliotecarios, aunque no llegó a publicarse parece que circuló en dos copias manuscritas.

        Siglo XVIII - Movimiento inicial del siglo anterior, bibliotecas religiosas o corporativas

        • Roberto Muñiz: ingresó en la orden del cister, de la que fue historiador, extensa obra. Biblioteca cisterciense de escritores que pertenecieron a ésta orden.

        • Juan de San Antonio: Biblioteca Universal Franciscana, tres volúmenes. Recoge casi seis mil escritores que integran su orden. Autores ordenados por el nombre de pila o de religión = nombre que toman algunas personas al ingresar en una orden religiosa. Describe un manuscrito dando la localización del mismo y su signatura.

        • Raimundo Diosdado: también llevó a cabo una biblioteca de jesuitas como ya hemos visto.

        • Lorenzo Herbán y Panduro: jesuita. Biblioteca jesuita española de escritores que han florecido en siete lustros, se perdió. Llevó a cabo otro catálogo de manuscritos pero tampoco fue editado, se conserva manuscrito.

        Nacimiento y desarrollo de la Bibliografía regional: las obras de Vicente Ximeno y Félix Latassa

        Se sigue la tradición de bibliografías de carácter regional que había comenzado en el siglo XVII.

        Destaca la bibliografía valenciana:

        José Rodríguez: Biblioteca Valentina. La impresión de la obra (1703) se suspendió por la muerte del autor. En 1747 fue editada por un trinitario. Contiene más de 700 autores.

        Vicente Ximeno: 1747 - repertorio bibliográfico Escritores del reino de Valencia cronológicamente ordenados desde el año 1238 ... hasta el de 1749. Sirvió para recuperar la Biblioteca Valentina José Rodríguez. Ante la aparente aparición de la obra de Ximeno los trinitarios sacaron la edición de la de José Rodríguez. Valencia: 1747-49, dos volúmenes. Lleva varios índices: de profesiones, de ciudades y de cosas notables o materias. Registra alrededor de mil autores, muchos tomados del repertorio de José Rodríguez, cuya bibliografía quedó arrinconada.

        Hubo en este periodo otro intento de bibliografía valenciana llevada a cabo por Francisco Pérez Baller.

        Ya en el siglo XIX, hacia 1820, el repertorio de Ximeno lo adicionó otro bibliógrafo, Justo Pastor Fuster.

        Bibliografía aragonesa:

        Félix Latassa y Ortín: zaragozano. Exceso en elogios, inclusión de personajes apenas relevantes. Se divide en dos partes:

        • Biblioteca antigua de los escritores aragoneses desde la venida de Cristo hasta el año 1500 - dos volúmenes - publicada en 1796

        • Biblioteca nueva de los escritores aragoneses que florecieron desde el año 1500 hasta 1802 - seis volúmenes - publicada entre 1798 y 1802.

        Reúne los datos bibliográficos de 2866 escritores aragoneses, supuso una labor de treinta años durante los que el autor recorrió muchas bibliotecas, colecciones particulares y archivos de España. Empleó el orden cronológico según los años en los que vivieron los escritores, ya que el autor deseaba que su repertorio tuviera afinidad con la Historia de la Literatura. El autor manifiesta en el prólogo que considera el orden alfabético como confuso y desordenado. La obra no lleva índice onomástico, gran dificultad en la búsqueda de un autor. Por eso, Tovillo del Campillo redactó un índice alfabético de autores, para facilitar el uso de las bibliotecas antigua y nueva de escritores aragoneses de Latassa. Índice publicado en la Revista de archivos, bibliotecas y museos en 1870. Después salió una pequeña tirada aparte. En éste índice, los autores están indicados por orden alfabético de apellidos, para que realmente sea útil debe indicar si la entrada de ese autor aparece en la nueva o en la antigua (en qué tomo y en qué página). Además indica el siglo al que perteneció y las materias sobre las que escribió.

        Miguel Gómez Muriel - bibliotecario del Colegio de abogados de Zaragoza, emprendió la refundición de las dos bibliotecas de Lacaza y la clasificó por orden alfabético de apellidos de los autores y agregó datos de ellos, además de incorporar nuevas referencias. El resultado fue la edición de la Bibliotecas antigua y nueva de escritores aragoneses aumentadas y refundidas, publicada en tres volúmenes en Zaragoza entre 1884 y 1886. en los últimos años se realizó un CD de ésta refundición, ventaja en cuanto a la búsqueda. La edición que se utiliza es la de Muriel. A veces se cita a Latassa pero se utiliza la de Gómez Muriel, aunque es inmanejable y es más cómodo utilizarla en tres volúmenes.

        Primeros intentos de Información Bibliográfica en curso

        Se realizan por iniciativa de los libreros, que al principio publican los catálogos con el fin de aumentar las ventas. Los libreros tienen la necesidad de realizarlos para dar a conocer la producción bibliográfica. En el siglo XVIII en España los libreros ofrecían catálogos de sus fondos. Antonio Rodríguez Moñino estudió este tema.

        1742 - a expensas de un librero madrileño, Francisco Juan de Mena, función: informar a los clientes. Las descripciones son objetivas y correctas.

        1747 - Pedro José Alonso de Padilla, descripciones bastante subjetivas. Palau y Dulcet lo reimprimió ya en el siglo XX en edición facsímil.

        Para que llegue el primer intento de bibliografía nacional corriente o novedades hay que esperar a finales del siglo XVIII.

        1785 - aparece la Biblioteca periódica anual. La idea nació de la revista madrileña Memorial literal publicada entre 1784 y 1808, promovida por los libreros de la capital. Estos libreros formaron años antes la Compañía de libreros e impresores del reino (1763). Facilitaron acciones conjuntas del gremio como las publicaciones de catálogos colectivas. Ese memorial en el '85 anuncia la aparición de un boletín de novedades españolas. El memorial daba al final de cada uno de los números información bibliográfica. Se publica en Madrid por la Imprenta Real entre 1785 y 1791. Estaba previsto que saliera en enero de cada año con los libros editados el año anterior (periodicidad anual). Necesidad de libreros y literatos de un vehículo de expresión. Hasta ahora aparecían anuncios en facetas, carteles... con esto el librero ya no podía engañar al lector con una tirada vieja como si fuera nueva.

        Datos de los boletines:

        • autor

        • título

        • tamaño

        • lugar

        • impresor

        • año

        • librería o librero que lo tenía en venta

        Al final de cada boletín se incluían apéndices con noticias de otro tipo, de otra producción impresa. Al final se incluía una lista de las calles donde estaban las librerías (recoge unas cincuenta). La información se refería principalmente a imprentas y librerías madrileñas pero se pidió información a impresiones de la periferia. El número cinco ya retrasó su salida y se quejaban de que no se les daba noticias sobre lo que se imprimía fuera de Madrid. En 1781, año 8º, ya dejó de publicarse.

        Como respuesta a la necesidad de información bibliográfica de éste público lector, surgió el Diario de los literatos de España - Primera revista española de crítica literaria inspirada en Les journals del Savants (ya publicada desde 1675). El Diario de los literatos tuvo periodicidad trimestral, salieron cuatro volúmenes. Contiene los libros publicados desde 1737 hasta el tercer trimestre de 1738. Ofrecía unos pequeños resúmenes y análisis crítico-analíticos de las obras según iban saliendo. De temática muy variada (filosofía, medicina, matemáticas, historia). De cada obra se reproducía la portada, se incluían datos bibliográficos del autor y críticas sobre su estilo. Hubo una treintena más de publicaciones de duración variable pero siempre corta: El censor, Espíritu de los mejores, Correo de Madrid, Semanario erudito...

        Surge este nuevo papel o función de la bibliografía que es en un sentido más dinámico. A partir de aquí se mueve la bibliografía del siglo XIX.

        TEMA 6.- EL PERIODO HISTORICO BIBLIOGRAFICO: LA BIBLIOGRAFÍA ROMÁNTICA.- Vida y obra singular de Bartolomé José Gallardo.- La etapa áurea de la bibliografía hispánica: la aportación bibliográfica de los Salvá.

        El título del periodo histórico bibliográfico (finales siglo XVIII-publicación de la obra de Gallardo) ya está en el tema 1.

        La bibliofilia decimonónica está unida al descubrimiento de la antigua literatura española. El bibliófilo romántico se lanza a la búsqueda y a la captura de la edición más rara. No tiene interés por el texto, lo que le interesa es la edición más rara o ese texto desconocido con el fin de enriquecer su colección (pieza única).

        Es en ésta época cuando se acuña el término de libro raro. Aunque éste bibliófilo romántico sea, la mayor parte de las veces, un ciudadano pudiente esa pasión que le arrastra no suele ser de tipo económico sino más bien una satisfacción de un anhelo personal.

        Este siglo XIX va a traer también consigo la transformación del libro, va a tener que ver tanto con los medios de producción, como con el aspecto físico y su contenido.

        La bibliografía española de ésta época se hace más rigurosa y perfecciona su metodología y en especial la descripción del libro y los esquemas de clasificación.

        Gallardo y Salvat van a ser dos autores con unos rasgos comunes pero también con aspectos distintos. Como rasgos comunes tiene una pasión como bibliófilos y una solidaridad con la literatura clásica española.

        Vida y obra singular de Bartolomé José Gallardo. Extremeño, (1776 - 1852)

        Es una de las figuras más singulares del panorama romántico español. Según Juan Delgado sigue siendo una de las cumbres de la Bibliografía española. Su obra se sigue consultando.

        Su nombre figura en el diccionario de autoridades de la Academia. También estudió medicina, amplió sus estudios en francés, en Bayona. Llegó a dar clases de francés en el Real Colegio de Pajes de Madrid. Al estallar la guerra con Francia dio a conocer sus ideas liberales. Su dedicación a la política le acarreó algún que otro disgusto. Su gran afán de crítica y su mal carácter provocó enfrentamientos, incluso con personas que habían sido amigos suyos. Fue conocido en las tertulias que se organizaban en la capital. Anticlericalismo.

        En 1808 abandonó Madrid (ocupada por los franceses) y se fue a Extremadura a cooperar en el alzamiento del pueblo contra el invasor.

        En 1812 fue bibliotecario de las Cortes de Cádiz.

        Cuando regresó Fernando VII emigró a Inglaterra por temor a un posible castigo. Permaneció allí unos años. En Londres pudo consultar bibliotecas tanto públicas como privadas. En concreto pudo utilizar la colección de Richard Heber, considerado por Gallardo el mejor bibliógrafo de Europa después de Hernando Colón.

        A su vuelta a España volvió a recuperar el cargo de bibliotecario de las Cortes ya que se reinstauró la Constitución.

        Tuvo que volver a expatriarse en 1823 cuando perdió toda su biblioteca particular. Su obra, su ensayo, es sólo una parte de lo que reunió en su vida ya que perdió una buena parte.

        En 1838 se retiró a Toledo.

        Mantuvo una abundante correspondencia en la que se pone de manifiesto esa gran ambición infatigable por los libros.

        El último viaje que realizó fue a Valencia para ver la colección de libros que Pedro Salvat se disponía a vender.

        Solicitó varias veces una plaza en la Biblioteca Nacional, siempre se la dieron a otros.

        Se dedicó a juntar libros y a escribir en papeletas proyectos de sus obras que no siempre llegaron a cuajar. Más valor que los libros en sí, tenía la información de sus apuntes y anotaciones que fue tomando en papeletas donde condensó esas ideas, preferentemente de literatura española de los siglos XV al XVII.

        La biblioteca de Gallardo fue destruida y recompuesta en varias ocasiones. Se mezclaban los libros raros con los proyectos y papeletas.

        A su muerte estaba ubicada en su finca La alburquilla en Toledo, parece que en gran desorden. La heredó su sobrino que parece que hizo lo que quiso con ella y dispersó muchos libros a lo largo del siglo, sobre todo a través de muchos bibliófilos, entre ellos Sancho Rayó, que compró un buen lote. También Zarco del Valle. Regaló tantos otros a eruditos, libreros, asociaciones... Ahí permanecieron casi hasta el siglo XX.

        Un último resto fue adquirido por un bibliófilo bilbaíno y fue destruido en la Guerra Civil.

        Sancho Rayó y Zarco del Valle, conscientes del valor de las papeletas, quisieron publicar lo que les pareció interesante y regalaron el resto a Harrise, Menéndez Pelayo... que a su vez dispersaron más los datos.

        En cuanto al mejor bibliógrafo de Gallardo: Pedro Sainz Rodríguez.

        Por su carácter y su agitada vida, Gallardo no pudo llevar a cabo esa obra que presagiaba gran mérito.

        Los trabajos bibliográficos de Gallardo se reúnen en su obra póstuma recopilada por Manuel Remón Zarco del Valle y José Sancho Rayó.

        Zarco del Valle: bibliotecario en la Biblioteca de Palacio.

        Sancho Rayó: comerciante de libros, militar, bibliófilo, bibliotecario en el Ministerio de Fomento, bibliotecario de Mariano Zabálbulu.

        Ellos formaron el famoso repertorio: Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos, formado por los apuntamientos de Don Bartolomé José Gallardo, compilados... - 4 tomos - 1863 - 1889. En el prefacio no precisan cuáles fueron los criterios para hacer esa selección. La obra fue presentada a los premios que la Biblioteca Nacional convocó a partir del año 1857. Salió premiada en el concurso de 1861. En el repertorio se incluyen tanto obras impresas como manuscritas en orden alfabético de autores. Todas las descripciones van numeradas en una secuencia única a lo largo del repertorio llegando a un total de 4585 obras. Los textos que se citan son más ya que algunas entradas se corresponden con catálogos de libros. Gallardo copió muchos datos bibliográficos de las obras que estaban incluidas.

        Recoge dos tipos de asientos:

        • individuales: una entrada corresponde a un libro

        • colectivos: una entrada contiene varios libros (p. e.: incluye un título de anónimos donde incluye varios libros de caballerías ; en un número de registro recoge a Hernando Colón donde aparecen más de 300 libros)

        Al final del tomo II hizo un índice de manuscritos de la Biblioteca Nacional.

        Descripciones:

        • bastante rigor, minuciosas

        • su método influyó en los mejores bibliógrafos españoles posteriores (Pérez Pastor, Valdenegro...)

        • a veces, después del pie de imprenta y antes de la descripción de los preliminares, indica entre paréntesis y mediante una sigla la biblioteca donde puede encontrarse el ejemplar

        • manuscritos: recoge los dos tipos. Indica: fecha, letra, extensión, título, autor...

        Después de la descripción se insertan los títulos de Gallardo, las notas que fue tomando. De algún libro incluso reproduce fragmentos (expresiones, párrafos...).

        Recoge datos valiosos sobre escritores y libros españoles de los siglos XV, XVI y XVII. Para ese periodo sería un buen complemento de la Biblioteca Nova de Nicolás Antonio.

        No ofrece la visión conjunta de un tema o un género. La ausencia de índices dificulta el manejo del repertorio.

        Existen diferencias con las noticias de los adicionadores, sus aportaciones carecen de comentarios y de reproducciones de textos. Llevan además un asterisco que permite distinguir sus textos con los de Gallardo.

        La etapa áurea de la bibliofilia hispánica: la aportación bibliográfica de los Salvá

        Familia de libreros y bibliófilos valencianos, fueron apartando para su biblioteca particular los libros más raros y mejor conservados que pasaban por sus manos.

        Vicente Salvá y Pérez (1786 - 1849)

        Se distinguió por su precocidad en sus estudios (filosofía, teología, filología), a los dieciocho años enseñaba ya griego, a los veinte era catedrático de griego en Alcalá de Henares.

        1808 - Guerra de la Independencia, regresó a Valencia donde se hizo cargo de la librería de su padre. Al regresar Fernando VII marchó desterrado a Francia, Italia, posteriormente a Inglaterra. En Londres abrió una librería donde dio a conocer nuestra literatura. Publicó varias bibliografías, llegó a formar una importante biblioteca. Se trasladó a Paris y puso a su hijo Pedro al frente de la librería. Finalmente volvió a Valencia donde falleció.

        Cuando la familia regresó a España trajo una gran biblioteca de libros españoles.

        Publicó varios catálogos de sus establecimientos. Sobre todo destacó uno por el método que utilizó para realizarlo: Catálogo de libros españoles y portugueses - Londres, 2 volúmenes - 1826-1829. Lo que ofrecía el catálogo no se encontraba en venta ya que apartaban los que ellos querían. A esa biblioteca no tenían acceso nada más que los dueños, fue apodada como La jaula de los Salvá.

        Pedro Salvá y Mallen (1811 - 1870)

        Se inició con su padre en la librería de París. Publicó varias obras. Nos interesan dos volúmenes del catálogo de la biblioteca de Salvá. Se publicó dos años después de su muerte en Valencia en 1872. Ofrece una descripción minuciosa, recoge más de cuatro mil libros que constituían la biblioteca familiar. Ha sido siempre una de las referencias más importantes de la Bibliografía española. De ella se han realizado varias ediciones facsímiles, en clase vimos la de 1992.

        Esta obra la comenzó su padre pero hizo pocas fichas por eso se considera al hijo como autor. Sólo vio realizada la edición del primer volumen.

        Está pensado para bibliófilos. Se incluyen los libros más apreciados por los bibliófilos.

        Está dividido en dos tomos:

        • Tomo I: obras de poesía y teatro

        • Tomo II: novela y otros géneros literarios (obras científicas, religiosas, históricas)

        Al final se incluye una tabla de autores, traductores y obras anónimas.

        Aunque recoge las obras que formaban parte de la biblioteca familiar, también cita libros que no pertenecían a su biblioteca sino a bibliotecas públicas y privadas de España, Francia e Inglaterra. En estos casos indica si vio personalmente el libro en cuestión o no.

        Salvo excepciones incluye obras impresas anteriores a 1819. consideraba las obras posteriores de los últimos cincuenta años, más fáciles de encontrar y no las consideraba raras.

        Característica general de los catálogos para bibliófilos:

        • minuciosa descripción de los aspectos externos de los libros para que los compradores pudieran comprobar la veracidad de esa edición. A veces cuenta la historia de un ejemplar concreto, esa edición.

        La edición de éste catálogo es muy cuidada, de una alta calidad bibliográfica (retratos de autores, portadas, textos, marcas de impresores ...) aunque hay algo que no es habitual, es que no incluye el precio del libro porque considera que en el precio influyen muchas circunstancias. En el prólogo, el propio Pedro Salvá manifiesta su forma de ver la bibliofilia.

        No encontró en ninguno de sus hijos interés por conservar la biblioteca. Por eso, en las instrucciones que dejó en el reparto de la herencia (1855) expuso los motivos que le indujeron a realizar el catálogo.

        A su muerte, un grupo de valencianos llegó a realizar una propuesta de ley para que el ayuntamiento adquiriera su colección. Fue vendida años después en Londres.

        Ricardo Heredia, empresario malagueño, compró una parte de su biblioteca y la hizo más rica que la anterior. Realizó una primera organización temática, y cada sección alfabéticamente. Registros numerados, numeración continua.

        Heredia incorporó a esa colección de libros que había adquirido más bibliotecas y más fondos, sobre todo, con libros extranjeros, franceses en su mayoría. Libros españoles, también lo aumentó, incorporó libros posteriores a 1819. Esta nueva colección superaba los ocho mil libros.

        A su vez fue recogida en el catálogo que realizó para sacarlo a la venta pública. Publicado entre 1891 y 1894. Salió en cuatro volúmenes. Fue redactado bajo la supervisión de Zarco del Valle y Menéndez Pelayo. La impresión está muy cuidada con muy buenas ilustraciones. Las anotaciones están dirigidas a los compradores de la subasta, prima el carácter comercial al bibliográfico.

        En esos años la biblioteca fue subastada en París por lotes y adquirida por varios compradores. Entre ellos había representantes de la Biblioteca Nacional.

        Un librero madrileño, Gabriel Molina Navarro, editó bajo su nombre un Índice para facilitar el manejo y consulta de los catálogos de Salvá y Heredia (1913). Tirada reducida. Cumple la función de enlace entre los dos catálogos. En cada asiento lleva una numeración doble, los números del catálogo de Salvá aparecen en el margen izquierdo y los correspondientes al catálogo de Heredia a la derecha. El índice permite el cotejo de las dos bibliotecas.

        El catálogo de Salvá está mejor definido temáticamente. El de Heredia es de carácter más comercial, de principiante, aficionado.

        Las bibliografías y los catálogos son una relación sistemática que domina un método.

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        Números de entrada del libro de epítomes

        - Número que concuerda con borrador

        X - Número de Redacción del epítome

        X

        Números del libro de materias

        X - Orden de materias, corresponde al Abecedarium B

        X - Registro de la librería. Regestrum

        Numeración Abecedarium B

        X - Número Topográfico

        - Libro de epítomes

        X - Regestrum

        .

        X




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