Historia


Historia de Argentina del siglo XX


Un poco de Historia

Argentina, la guerra sucia y sus secuelas

El acceso de Juan Domingo Perón a la precidencia argentina (1973-1974), despues de un largo periodo de hegemonia militar, no restablecio la estabilidad politica del pais, como consecuencia de la incapacidad del viejo lider de controlar las facciones derechista -a la que pertenecia la burocracia sindical- e izquierdista de su partido -integrada por Montoneros y la JP (Juventud Peronista)-, ni tampoco de neutralizar las acciones guerrilleras del ERP (Ejercito Revolucionario del Pueblo), grupo armado izquierdista, contra objetivos militares, ni los asesinatos de opocitores de izquierda de la triple A (Alianza Anticomunista Argentina), organizacion terrorista ultraderechista fundada precisamente por su consejero personal Jose Lopez Rega.

La muerte de Peron (1 de Julio de 1974) y el gobierno de su viuda, Maria Estela Martinez (1974-1976), contribuyeron a ahondar los problemas sociales y politicos en la medida que la situacion economica se deterioro rapidamente y el poder fue usufructuado por Lopez Rega. El intento de los peronistas moderados y de los sindicalistas ortodoxos fieles al viejo lider de desmarcarse del lopezreguismo, responsable del terrorismo ultraderechista, no supuso ningun cambio sustancial en la dinamica de violencia en que habia entrado el pais.

El gobierno de los militares

En 1975, el Ejercito, autorizado por el gobierno de Martinez de Peron para combatir la guerrilla izquierdista, desencadeno una gran ofensiva contra ella, que tuvo en las operaciones de Tucuman contra el ERP y de Formosa contra Montoneros sus primeras acciones militares mas significativas. Con las fuerzas armadas en pie de guerra, la represion y el terror de Estado generalizado en marzo de 1976 se quebro una vez mas el orden constitucional. La presidenta Martinez de Peron fue derrocada, arrestada y sustituida por una junta de comandantes presedida por el general Rafael Videla.

El denominado Proceso de Reconstruccion Nacional abrio uno de los periodos mas siniestros de la historia argentina, durante el cual las fuerzas armadas se abocaron a reinstaurar el orden mediante una sistematica y eficaz operacion represiva que incluyo persecucion, encarcelamiento, secuestro, tortura y ejecucion de miles de personas consideradas "subversivas apátridas". En cumplimiento de sus objetivos, los tres ejercitos se repartieron areas de responsabilidad dentro de las cuales formaron y coordinaron grupos parapoliciales y paramilitares, los llamados Grupos de tareas.

Con el exterminio sistematico de los opositores de izquierda y el silencio de parte de la gerarquia ecleciastica argentina, los sucesivos gobiernos militares crearon el marco social adecuado para abordar las drasticas medidas economicas que requeria el "proceso", segun las tesis de oliberales y monetaristas de Milton Friedman y la escuela de Chicago. De acuerdo con ellas, la economia productiva se dio ante la financiera abriendo un proceso caracterizado por la especulacion salvaje y la espiral inflacionaria, que alcanzo en 1981 el 100 por ciento anual, mientras el proceso era devaluado en un 400 por ciento. Fue en este momento cuando se produjo un colapso en el sistema, que evidencio el drastico empobrecimiento de la poblacion, la concentracion del capital en pocas manos y el desorbitado monto de la deuda externa pribada que habia pasado de 8.500 millones de dolares en 1979 a 25.000 millones y que el gobierno militar nacionalizo. Ante la grave situacion, y necesitada de un espacio social para seguir actuando, la dictadura decidio extender la doctrina de Seguridad Nacional mas alla de las fronteras como un mero operativo de distraccion.

En primer lugar existia un foco de tension debido a problemas limitrofes con Chile que el Vaticano arbitró a favor del pais trasandino. Enseguida, para contrarrestar la presion de trabajadores, cuyos salarios habian caido hasta un 40 por ciento y que se manifestaban bajo el lema de "pan, paz y trabajo", y para obtener rentas politicas a corto plazo, la junta militar, por entonces presidida por el general Leopoldo Galtieri, dirigio su objetivo hacia Gran Bretaña invadiendo el 2 de abril de 1982 el archipielago de las Malvinas.

Mientras las rentas politicas de la guerra de las Malvinas iban a parar al gobierno britanico de Margaret Thatcher, los banqueros internacionales temian por las suyas, ya que el incumplimiento del pago de la deuda por parte de Argentina podia ser imitada por el resto de los paises deudores. Sin embargo, fue Mexico el primero en declararse insolvente y pedir una moratoria en el pago de los creditos. Argentina logró mantener cierto control sobre su caótica economia, pero la derrota bélica en las Malvinas y sobre todo el modo en que ésta se produjo condenó politicamente la dictadura militar.

La nueva democracia

La vuelta al orden constitucional se consumo en 1983 con la celebracion de elecciones, que dieron la victoria al radical Raul Alfonsin (1983-1989), quien afronto la tarea de reconstruir la economia nacional, gestionar la deuda externa e indagar los excesos cometidos por los militares desde 1976. En este capitulo, la CONADEP (Comicion Nacional sobre la Desaparicion de Personas), presidida por el escritor Ernesto Sábato, confeccionó, tras una exhaustiva investigacion, un informe titulado Nunca más, cuyas conclusiones fueron determinates para el enjuiciamiento y condena de los principales jerarcas militares (Videla, Viola, Massera) por secuestro, tortura y homicidio.

Hacia 1987, a pesar de haber congelado los precios y salarios e introducido una nueva moneda (plan Austral) en sustitucion del peso, para aliviar el impacto de la deuda y los efectos de la hiperinflacion, el gobierno radical dio muestras de impotencia para superar la crisis, hacho que fue aprevechado por los sindicatos, la oposicion peronista y los sectores militares ultranacionalistas para recuperar la iniciativa.

En medio de un creciente clima de inestabilidad social y un sistema económico descontrolado, Alfonsín cedió la presidencia al triunfante candidato peronista en las elecciones generales en 1989 Carlos Menem, triunfalmente reelegido en 1995. Éste, tras asegurarse el apoyo de las grandes corporaciones nacionales, como el grupo Bunge y Born, de las instituciones financieras internacionales, de la iglesia y de alguno de los sectores de las fuerzas armadas, impulsó una politica economica en la misma línea ultraliberal que la dictadura militar no supo llevar adelante. En este sentido, el gobierno peronista liberó los precios y la importacion, renuncio a la regulacion del mercado financiero y a la proteccion industrial, flexibilizo los contratos de trabajo, restringio el derecho de huelga, contuvo el gasto publico y establecio la paridad de la moneda argentina con el dolar, con lo que frenó la dinámica inflacionaria con un alto costo social. Asimismo, la administracion Menem, por medio de un ministro de Economia, Domingo Cavallo, aumento la presion fiscal, emprendio la privatizacion o cierre de las empresas publicas de servicios y facilito la entrada de capitales para mantener un nivel de entrada de capitales para mantener un nivel de recursos que respaldasen y satisfaciesen la demanda de divisas.

Por otra parte el gobierno de Menem indulto a los militares condenados por la represion y a los sublevados contra el gobierno de Alfonsín, estrecho los lazos con Estados Unidos y restablecio las relaciones diplomaticas con Gran Bretaña. En 1995, la reforma de la Constitucion, con el consenso de los radicales, le permitio ser reelegido para un nuevo mandato presidencial. A pesar de los progresos institucionales y la continuidad del orden constitucional, el talon de Aquiles de Argentina, como del resto de los paises latinoamericanos, sigue siendo la fragilidad de sus sistema economico. Debido a ello, como en 1982, la formidable devaluacion del peso mexicano de diciembre de 1994 repercutio en todo el planeta y particularmente en America Latina, donde hizo temblar las economias nacionales. El efecto tequila puso a Argentina en serias dificultades, interrumpiendo cuatro años de crecimiento y situando el indice de paro en un histórico 18,6 por ciento. Las crisis asiatica de 1997 y Rusia de 1998 agravaron aun mas la situacion, elevando la deuda externa a 123.000 millones de dolares y sumiendo a amplias capas de la poblacion en una situacion muy dificil, si bien las tensiones sociales seguian muy controladas al producirse el cambio de mandato de 1999.

El Dr. Fernando de la Rúa, fue quien se hizo cargo del mandato en 1999 al salir elegido por el pueblo en ese mismo año. Durante su mandato hubo mucha inestabilidad hasta llegar a un punto en donde no se resistio mas. El anuncio de entrega de alimentos fue la última medida desesperada que intentó aplicar el gobierno del Presidente Fernando de la Rúa para intentar frenar la actual ola de descontento que se vive en Argentina, con saqueos y protestas. "El Presidente dispuso que se repartieran siete millones de pesos (dólares) en alimentos. La gente tiene que serenarse, les va a llegar el alimento. Esto se va a canalizar a través de organismos oficiales, privados, las cadenas de supermercados, con los distintos organismos del Estado para encontrar las respuestas más rápidas y eficientes", dijo el ministro del Trabajo, José Gabriel Dumón, al anunciar la iniciativa. Sin embargo, las horas dejaron en claro que eso no fue suficiente.
"El gobierno ha planteado un plan de emergencia alimentaria con un fuerte componente de solidaridad y coordinación entre las provincias y los municipios", declaró ayer el portavoz del gobierno, Juan Pablo Baylac.

Sólo la noche del martes, De la Rúa había asegurado que "no hay motivos para que haya una magnificación de estos episodios. El problema existe, pero no debe ser motivo de alarma o para hablar de un conflicto general". Y en la mañana de ayer, Dumón sostuvo que los saqueos eran la consecuencia "de un momento de recesión muy importante que tiene Argentina, con sobre endeudamiento y una carga de intereses altísima".

El ministro negó que el Presidente transandino haya prohibido a su gabinete mencionar la palabra "saqueo" y opinó que la crisis "es diferente" a la de 1989, cuando el entonces gobernante Raúl Alfonsín debió abandonar el poder antes de que terminara su mandato. "La sociedad reacciona de manera diferente, la situación económica tiene otras características, hay otra respuesta social", aseguró. Consultado si el gobierno reaccionó con lentitud ante los disturbios sociales, el ministro respondió: "No podría decirlo. Tratamos de llegar y vamos a llegar en las próximas horas".

Los saqueos, que fueron precedidos del nulo crecimiento de la economía durante tres años -algo que hundió en la pobreza a un tercio de los argentinos y dejó en el desempleo a 2,53 millones de personas- estallaron después de que el gobierno impuso restricciones para retirar dinero en efectivo de la cuentas bancarias, con un tope de mil dólares mensuales.

Medida urgentes
El Presidente Fernando de la Rúa, que el 10 de diciembre dijo que durante sus dos años de mandato ha vivido "apagando incendios", intentaba contrarrestar estos signos de deterioro con medidas sociales urgentes y buscando la concertación política.
Así, José Gabriel Dumón trató de tranquilizar a los argentinos desempleados, muchos de ellos protagonistas de los saqueos, asegurando que los programas estatales de empleo, conocidos como Planes Trabajar, "se van a mantener e incluso se van a incrementar el próximo año".

En vista de la magnitud de la crisis social y económica que vive Argentina, el Papa Juan Pablo II envió un mensaje a los argentinos para que puedan construir un futuro en paz y prosperidad. "Por intercesión de la Virgen de Luján pido a Dios que los argentinos, con magnanimidad y generosidad, encuentren, en estos momentos de dificultad, caminos de reconciliación y de entendimiento para construir con la ayuda de Dios y la colaboración y aporte de todos un futuro de paz y prosperidad", afirmó el Papa.

Estamos en el fondo
Se está pariendo algo nuevo en nuestro país en forma dramática y no hay tiempo para prepararse para lo que se viene. Cual coche sin frenos, vamos rápido hacia algún lugar pero no sabemos hacia donde.
La fuerza popular que reclamó cambios aquel 20 de diciembre no durmió en todo este tiempo, se lamió las heridas y se preparó para no seguir perdiendo mas a manos de los que ya no son sus representantes.
Los acontecimientos vertiginosos no permiten visualizar lo importante de lo urgente, el pragmatismo es lo menos recomendable y se necesitan decisiones rápidas. Este gobierno no es legítimo para nadie, tiene las horas contadas porque su razón de ser es cuidar los intereses de una clase política que jamás estuvo tan desprestigiada.
Dicen que una imagen vale mas que mil palabras y lo que vimos los últimos días de abril es la actitud soberana de un pueblo que salió otra vez a la calle para frenar un nuevo despojo. Vimos diputados “acorralados” en el Congreso que temían por su seguridad porque la gente desesperada estaba dispuesta a cualquier cosa para sacarse la bronca con ellos.
Luego sobrevino la renuncia del Ministro de Economía, y del gabinete de ministros; se realizaron reuniones de urgencia entre la clase política, gobernadores, diputados y sindicalistas que dejaron otra vez en claro que ellos no están a la altura de las circunstancias.
La gente ya los echó, ya no los quieren, la gente dice: “Que se vayan todos”.
Ya no importa tanto quién pueda ser el presidente o el Ministro de Economía, lo que importa es cual será la política económica que quiere y necesita la gente, porque ya la clase política eligió ceder a las presiones del FMI.
La gran estafa se consumó y los gobiernos que pasaron fueron los cómplices que facilitaron la huida del ladrón con el botín. El gran problema es que la gente fue testigo presencial del robo y espera justicia por parte de quién está encargado de cuidar sus intereses: el estado.
Pero el estado con sus tres poderes “independientes” o mejor dicho asociados, responden a los intereses de los que se llevaron suculentas ganancias en los últimos años.
La contradicción es mayúscula ya que quién puede “salvar” al sistema es un organismo que extorsiona y atina a mirar el reloj para saber en cuanto tiempo el gobierno se cae en el precipicio.
El grupo de personas que hoy es el gobierno sabe que el FMI no los va a ayudar con el dinero que según ellos “es la única salvación”, y no se anima a patear el tablero y proponer una salida sufrida pero honrosa.
Los que vivimos en Argentina y estamos dispuestos a quedarnos vamos a tener que buscar una solución a solas con nosotros mismos, nadie va a poner un peso para ayudarnos y si prometen ayudarnos los países poderosos de la tierra sus condiciones serán inaceptables.
Ya vimos lo que pasó en Venezuela, y el papel del “primer mundo”. Pero la diferencia es que Argentina no tiene el petróleo que si tiene el país caribeño (con el poder que ello significa). En contrapartida Argentina hace tiempo dejó de tener YPF, y malvendió sus empresas a capitales que se llevaron las ganancias fuera del país y que no los van a traer de nuevo.
Argentina solo tiene su gente que está pasando hambre y está confundida, esa es su debilidad y también su fortaleza.




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Enviado por:Carlos TNG
Idioma: castellano
País: España

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