Historia


Historia de América Precolombina


Universidad San Sebastián

Facultad de Educación

Carrera de Historia y Ciencias Sociales

'Historia de América Precolombiana'

América Precolombina

Periodo Formativo, Clásico y Post-Clásico en Mesoamérica y la región Andina.

Concepción, 20 de junio del 2005.

Introducción:

La historia de América no se inicia desde el descubrimiento de esta misma en octubre de 1492, pues es ya comprobado que desde miles de años antes, los pueblos habitantes de este continente ya poseían un sistema de escritura con el cual plasmaban los hechos que se desarrollaban ante sus ojos. América viene siendo poblada paulatinamente desde alrededor de 50 mil años atrás, hasta 10 mil años a través de corredores de espacio-tiempo ubicados en el Estrecho de Bering, en donde ocurrían las migraciones desde el continente asiático, según la teoría de Hardlicka.

Los pueblos que fueron habitando América, rápidamente empezaron a ocupar grandes extensiones de terreno y avanzando hacia el sur, según los recursos que iban encontrando y las condiciones climáticas a las cuales se adaptaban, de manera que empezaron a diferenciarse rápidamente unas tribus de otras, tanto en el ámbito tecnológico, científico, agrario, etc. De manera que los períodos para cada pueblo fueron distintos según el nivel de desarrollo que lograban alcanzar en un determinado tiempo, así, hubo pueblos que alcanzaron el periodo arcaico mas rápidamente que otros los cuales todavía eran familias de cazadores y recolectores en el Paleoindio.

En la historia de la América Precolombina, los pueblos se desarrollaron pasando por distintas etapas que van de los 50 mil a los mil años atrás, desde la época Paleoindia, luego el periodo Arcaico, Agro-alfarero, Formativo (temprano, medio y tardío) o Preclásico, el Clásico y el Postclásico.

En el siguiente informe, se dará a conocer el periodo Formativo, Clásico y Postclásico en América, desarrollado básicamente en Mesoamérica, y también en el sector de la Cordillera de Los Andes en América del Sur; los pueblos principales y cómo estos lograron desarrollarse y transformarse en una civilización con tremendos avances tecnológicos y científicos sorprendentes incluso para los europeos al momento de explorarla. Por tanto se describirá a grandes rasgos las características de estos pueblos, como son su ubicación geográfica, sus costumbres, su economía, entre otras, de manera que se pueda tener una visión relativamente general de las culturas Precolombinas en América Central y del Sur.

1. - Periodo Formativo

También llamado Pre-Clásico, comprende desde el 2200 a los 300 años a.C. Este periodo se caracterizó por la existencia de sociedades con diferentes economías: agrícolas, marítimas y pastoriles, y a veces mixtas, la presencia de una ideología compleja, edificios públicos como templos, plazas, almacenes, bodegas, estelas y estatuas, centros ceremoniales y los grandes estilos de arte. También se utilizó la arcilla desarrollando la cerámica y fibras vegetales y animales, como el algodón y la lana de auquénidos (principalmente de la Alpaca en los pueblos andinos) base de la textilería.

Otra característica importante en este periodo fue el surgimiento de sistemas de clases sociales estratificadas, o jerarquizadas nacidas de la necesidad de organizar al pueblo y el poder. Juntamente con estos, nació el ejército organizado y de tiempo completo, dedicado a defender el territorio, controlar a los habitantes, y legitimar el poder de aquel que gobernaba, la mayoría de las veces, a través del terror.

Como se mencionó anteriormente, una de las principales economías fue la de la agricultura y fue en esta misma donde se desarrollaron los principales adelantos tecnológicos con respecto a las formas de cultivo y recolección de estos mismos, juntamente con las formas de mantenerlo; en otras palabras, se desarrollo la agricultura intensiva, con abono y el riego especializado básicamente con un sistema de acumulación y aprovechamiento del agua, desarrollando canales de regadío y tranques poseyendo un alto nivel de conocimiento en la ingeniería hidráulica.

Otro aspecto importante y que llama la atención, es la capacidad que surgió en estos pueblos de crear un sistema único de intercambio con el cual comprar y vender cosas, acumular capital, etc. Dentro de las primeras monedas estaban las pepas del chocolate y las plumas de Quetzal (pequeño pavo real de llamativos colores). De esta forma, la economía se tornó mas trascendental en la vida de estos pueblos, desarrollándose el comercio a larga distancia, en donde los pueblos intercambiaban productos con otros y estos a su vez exportaban productos que no eran posibles de obtener para otros pueblos.

Una característica importante de este periodo es el desarrollo de grandes construcciones, sobre todo religiosas teniendo estas una gran importancia al momento de organizar la cuidad, ya que se crea un centro urbano en torno al templo religioso, formándose barrios en el perímetro de la zona de manera que las casas de agrupaban según la función que cumplían sus pobladores (encargados del culto, tejedores, escultores, encargados de la mantención, etc.) estas construcciones las podemos observar aun en los grandes centros ceremoniales de San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes.

Para el desarrollo de estas construcciones se necesita de un poder que los organice de manera común y al cual todos respeten, así, se crea un poder centralizado el cual infundía respeto vía política del terror, de manera que se convertía en el único gobernante del territorio e implantaba una única religión.

Las personas a las cuales se les encomendaba la tarea de la construcción de los templos y otras obras como las estelas y edificios públicos, eran esclavos pero con un concepto muy distinto a lo que hoy en día los conocemos, ya que específicamente eran trabajadores de tiempo completo dedicados a la construcción de monumentos y que poseían técnicas para la fabricación de estos.

En resumen, en el período Formativo se terminó la relativa homogeneidad en la evolución cultural americana y se inició el desarrollo sociocultural de las dos grandes áreas nucleares de América: Mesoamérica y Andes Centrales. Se ve marcada la evolución de diversos rasgos culturales que, en algunas zonas en mayor medida que en otras, culminarán con una domesticación de plantas y animales plenamente establecida, una compleja organización social y una vida urbana totalmente asentada. Este periodo a su ves, de subdivide en Periodo Formativo Temprano, Medio y Tardío.

1.1. - Formativo Temprano

Es el inicio del periodo Formativo y se comprende del año 2500 a. C. al 1500 d. C. Los inicios de esta etapa están básicamente marcados por cambios sustanciales en la economía de subsistencia, que desde esta época se basa en la agricultura con productos como el maíz, calabaza y frijol, junto con otra serie de cultivos regionales dependiendo en el lugar en donde se hubiese desarrollado cada pueblo, y se complementa por la caza que ya es selectiva, la pesca y la recolección; sin embargo ya hay pueblos que practican una ganadería incipiente. Al mismo tiempo en que se desarrollaban estos acontecimientos, empezó también la formación de conglomerados urbanos, inicialmente como aldeas y luego como poblados sedentarios ocupados por familias nucleares y extendidas. En el ámbito social, aparecen sociedades de carácter igualitario y que mantienen relaciones sociales basadas en la solidaridad en relación con el control de los recursos con los cuales sobrevivían. Paralelamente a la agricultura y a la aparición de poblados, surge la alfarería, aunque su uso no se generaliza hasta varias decenas de años más tarde. Por ejemplo, la cerámica Mesoamericana más antigua se ha detectado en Puerto Marqués en la costa del Pacífico (2.440 a. C.), y fue confeccionada con arcilla y desgrasante de fibra.

Esta cerámica tan compleja hace deducir que sólo pudo ser fabricada por artesanos especializados, manifestando una incipiente jerarquización de la sociedad; la cual se trasluce en la aparición de figurillas emparentadas con cultos a la fertilidad de la tierra que fueron encontradas en algunos suelos de las casas de La Victoria, y que señalan la existencia de especialistas religiosos, tal vez shamanes dedicados a la curación y al ritual, de tiempo completo, siendo estos los agentes principales de los pueblos y aldeas.

Dentro de algunos pueblos que se desarrollaron en el Formativo Temprano estaban los Chavín de Huantar ubicados en Los Andes centrales. Esta cultura se desarrollo entre el 1000 y el 200 a. C; representó probablemente la síntesis de varios desarrollos locales de fines del período Arcaico. Se desarrolló en La Sierra del Perú, zona que operó como punto de encuentro de las tradiciones culturales de la costa y de la selva representados por el enfrentamiento del pueblo chanca con el quechua.

Los Chavín poseían una sociedad jerárquica que representaba una característica principal dentro del periodo formativo, en cuya cima se encontraban los sacerdotes dirigentes, que cumplían diferentes funciones; luego, en segundo lugar estaban diversos especialistas como artesanos en cerámica, textiles, metalurgia, constructores de canales, etcétera. Por último, el grupo de campesinos dedicados a los cultivos del maíz, papas, porotos y ajíes. Toda esta gente cumplía su labor a tiempo completo pues se dedicaban sólo a la tarea que se les encomendaba. De todas formas el trabajo comunitario fue la base del desarrollo cultural Chavín ya que a pesar de existir una división de las tareas la cooperación mutua era fundamental para el progreso. En el aspecto religioso, los Chavín en el Valle del Santa, se mantuvieron durante casi un milenio como el centro ceremonial más importante de los Andes Centrales. Esta ideología religiosa giró en torno a seres sobrenaturales y la religión ocupaba todas las dimensiones de la vida cotidiana de la población de manera que la forma de gobernar y la regulación de la sociedad estaba determinada por la influencia de la religión. El chamanismo, es decir, la mediación entre la comunidad y las fuerzas sobrenaturales fue la característica principal de la religión de Chavín. Los restos arqueológicos demuestran que las regiones comenzaron a desligarse de la influencia de Chavín e iniciaron diversos desarrollos regionales de forma que lograron independizarse de estos, sobre todo las regiones mas lejanas que no tenían mucho contacto con el gobierno central, de manera que poco a poco se inició un desarrollo propio según los recursos que tenían disponibles y las condiciones geográficas en las que se ubicaban.

1.2. - El Formativo Medio

Se inicia alrededor del 1200 hasta el 400 a.C., y entre sus características se observa un mayor control de los recursos agrícolas, algunos de los cuales van acompañados por el desarrollo de técnicas de carácter intensivas de producción, y por la formación de grandes centros religiosos y ceremoniales que se constituyen por jefaturas complejas. El Formativo Medio fue una etapa donde existía una baja evolución, caracterizada por el desarrollo y la expansión de aldeas y pueblos de economía campesina que practicaban un sistema extensivo de cultivo, los cuales tenían como factor común cerámicas comunes y un pequeño sitio con arquitectura pública incipiente. En estos grandes centros urbanos primitivamente desarrollados vive una sociedad cada vez más estratificada, sancionada por la obtención, por parte de algunos individuos, de bienes exóticos y de alto rango que no son accesibles para todos por igual, de ahí se hace necesaria la existencia de especialistas alejados de la producción agrícola, que elaboran productos de elite y un complicado estilo artístico dirigido a personas distinguidas o que sobresalían de las demás de manera que pronosticaba el surgimiento de una sociedad jerarquizada. En la medida en que este sistema social tiene éxito, es exportado a otras regiones Mesoamericanas traspasando fronteras y expandiéndose como una moda, a lugares donde se ha instalado la vida compleja, dando lugar a un horizonte de uniformidad cultural de organización relativamente moderna en el cual se fundamentan las formas básicas de las civilizaciones Mesoamericanas que posteriormente surgirán. Estos acontecimientos alcanzan mayor grado de expresión en una región que abarca 18.000 km2 del sur de Veracruz y oeste de Tabasco, en un área que no supera los 100 metros sobre el nivel del mar, a excepción de las Montañas Tuxtlas, y que está afectada por un alto régimen anual de precipitaciones, por lo que el paisaje resultante es un alto y húmedo bosque tropical alternando con sabanas que en época de lluvias se transforman en pantanos. El Formativo Medio tuvo gran desarrollo en el valle de México, que se levanta a 2.236 metros de altitud media. Durante toda esta etapa, tanto este sitio como Tlapacoya tuvieron influencia Olmeca, introduciendo una cerámica de engobe blanco con borde negro, grandes figurillas huecas y decoraciones de hombres jaguar y serpientes de fuego. Los Olmecas fueron los principales representantes del Formativo Medio, estos han sido denominados la cultura madre de Mesoamérica, por ser los forjadores de la más antigua civilización Mesoamericana.

Habitaron y desarrollaron su cultura en la costa del Golfo de México y alrededor del año 1500 a. de C. se transformaron en un Estado teocrático, osea, donde la existía un gobierno religioso dirigido por una elite, cuyo poder se concentraba en los sacerdotes y estos practicaban una religión politeísta. El pueblo se encargaba de la construcción de centros ceremoniales, con arquitectos y constructores de tiempo completo, estas construcciones estaban rodeadas por aldeas de campesinos formándose así grandes centros urbanos. La base económica de los Olmecas y su principal medio de subsistencia fue el cultivo del maíz, con un sistema de tala y roza, este consiste en un proceso que requiere de cuatro etapas: tala del bosque, roce o quema de los árboles, siembra y cosecha y es característico de las zonas tropicales. En un mediano plazo este método produce un agotamiento de las tierras, ya que no dejaban tiempo para que la tierra lograra recuperarse ni reposar para recuperar nutrientes y esto tenía consecuencias para los Olmecas ya que los obligaba a trasladarse a otra zona en donde pudieran desarrollar y practicar sus cultivos de manera que no eran completamente sedentarios. Esto conllevaba, a su vez, al cambio de los centros ceremoniales, con lo que se desarrollaba un nuevo foco que reemplazaba al anterior logrando expandir notoriamente su cultura por gran parte del área Mesoamericana, dejando a su vez grandes vestigios concretos de su presencia. Así surgieron tres grandes ceremoniales sucesivos: San Lorenzo (1200 - 900 a. de C.), La Venta ( 900 - 400 a. de C.) y Tres Zapotes (400 ­ 100 a. de C.

La sociedad Olmeca estaba estratificada en tres niveles: en la base se encontraban los campesinos que se les encomendaba la tarea de producir para el pueblo, el nivel medio lo constituían los artesanos, entre ellos los escultores y los tejedores que eran fundamentales al momento de expande materialmente la cultura y en la cúspide se encontraba el sector dirigente, que concentraba el poder político y principalmente religioso. Los Olmecas fueron grandes viajeros y realizaron actividades comerciales con otras regiones producto de estos viajes, de manera que establecían relaciones comerciales con otras aldeas y pueblos a la vez que expandían su cultura.

El arte estaba muy marcado por las creencias religiosas, lo que se reflejaba, por ejemplo, en sus construcciones monumentales: las cabezas colosales, los altares y las estelas. Esta cultura cultivó las Ciencias Exactas; se le atribuye el primer calendario de América, posteriormente perfeccionado por los Aztecas.

1.3. El Formativo Tardío

Este periodo se desarrolla entre el 300 a.C. y el 250 d.C., y se destaca por ser una etapa de cambio radical, por medio del cual los pueblos tuvieron una transición de un nivel de sociedades igualitarias a la aparición de grandes centros urbanos con una sociedad jerarquizada. Uno de los factores fundamentales que tuvieron que ver con este cambio fue el aumento demográfico debido a la disponibilidad de alimentos, relativos conocimientos de medicina y la prosperidad en los pueblos lo cual trajo mayor esperanza de vida; y el desarrollo de técnicas intensivas del trabajo agrícola de manera que obtenían mayor cantidad de alimentos en menos espacio. La mayor cantidad de excedentes y la concentración de las poblaciones en torno a los nuevos centros de integración política y templos religiosos, tuvo como consecuencia la construcción de inmensas estructuras ceremoniales y públicas las cuales fueron decoradas y adornadas con complejos motivos iconográficos, a la formación de redes comerciales a larga distancia utilizando canales artificiales para la navegación y el transporte de elementos de intercambio y a la aparición de clases intermedias de naturaleza urbana. De estos grandes cambios tenemos como ejemplo, ciudades como Yaxuná, Komchén, El Mirador, Cerros, Lamanai y Tikal que surgieron como grandes núcleos urbanos con arquitectura monumental conservadas aún hasta hoy en día. Algunas de estas estructuras rituales estuvieron decoradas con impresionantes máscaras de estuco colocadas a ambos lados de sus escalinatas de acceso, dando inicio a un estilo artístico muy formalizado y manifestando la existencia de una religión compleja, por medio de la cual los gobernantes se identificaron con el jaguar y con el sol. En ciertos sitios se ha logrado detectar que estos pueblos tenían un sistema de escritura y utilizaban un calendario ritual, antecedentes claros de la gran explosión escrituraria del Clásico. El final del Formativo, comprendido entre el 150 y 250 d. C. constituye un momento de transición hacia el Periodo Clásico al mismo tiempo en que se inicia el desarrollo de la civilización Maya, por lo que algunos autores lo han denominado Protoclásico. A lo largo de este periodo, los centros ceremoniales se transforman en verdaderas ciudades con arquitectura monumental abovedada, adquieren un sistema de escritura y de calendario muy evolucionado e introducen delicadas cerámicas policromas.

Algunos estudiosos sugieren que la explosión del volcán Ilopango en el área de Chalchuapa originó una migración hacia el este y centro de las tierras bajas; otros destacan la influencia de la evolucionada civilización izapense y otros aún defienden un proceso interno como origen del Clásico. Sea como fuere, el caso es que para el 150 d.C. la civilización Maya es una realidad e inicia un periodo de gran esplendor que se mantendrá hasta el 1.200 d.C. Las causas para esta gran transformación no están del todo claras, debido a la dispersión de la documentación existente sobre este particular. Se han esgrimido modelos en los que el motor principal es el comercio, la explosión demográfica, la competición por el territorio, la guerra y el desarrollo de las instituciones políticas, religiosas e ideológicas; pero aún no hemos llegado a la formulación de un modelo explicativo en el que encajen todos los datos del rompecabezas que es el ascenso de la cultura maya al nivel de civilización y estado.

La variedad adaptativa se profundiza desde inicios del Formativo hasta la decadencia de los grandes núcleos Olmecas. Esta época por tanto, que va desde el 400 a.C. al 1 d.C. es de gran vigor cultural en Mesoamérica, donde se inician tradiciones que ya anuncian los grandes desarrollos del periodo Clásico, hasta el punto de que, en lo referente a algunas culturas, se hacen patentes sus patrones básicos a lo largo de estos 400 años.

2. El Periodo Clásico

Esta etapa se comprende entre el 1 d. C. y el año 1.000, y se caracteriza principalmente por que algunas culturas Mesoamericanas alcanzarán su máximo esplendor. Los centros ceremoniales se multiplican y las artes y las técnicas alcanzan un esplendor impresionante. En el altiplano mexicano, Teotihuacan será una cultura de referencia y marcará los parámetros que estarán presentes más allá de su área de influencia cultural y en periodos posteriores. Algo parecido puede decirse, en el área sur Mesoamericana, refiriéndonos a la civilización Maya. En la región de Veracruz se desarrollará la cultura zapoteca, que alcanzará rápidamente su periodo de esplendor y decadencia. Hacia el año 1000 d. C. los desarrollos culturales serán de manera tal que implantarán las bases necesarias para la constitución de estados fuertemente militarizados, que será la característica principal del periodo PostClásico.

En esta época, la organización de la sociedad se volvió más complicada. Al lado de los guerreros-sacerdotes surgieron los funcionarios encargados de impartir justicia y de recaudar tributos, comerciantes que viajaban largas distancias y artesanos de gran especialización. La religión ocupaba el lugar central de la vida y en torno a ella giraban las demás actividades. Los asombrosos centros ceremoniales de esta época, sus templos y pirámides, tumbas y palacios, nos dan una idea de lo importante que era la religión en las sociedades clásicas.

La construcción de esos centros ceremoniales tenía como finalidad obtener el favor de las deidades, que según las creencias de aquellos pueblos, gobernaban la vida de los hombres y los ciclos de la naturaleza. En ese periodo hubo, además, notables avances en ciencias como las matemáticas y la astronomía, se crearon complicados sistemas de escritura y prosperó la herbolaria, que estudia las propiedades benéficas o dañinas de las plantas. Las técnicas para trabajar la piedra y el barro alcanzaron su punto más alto; las paredes de los centros ceremoniales se cubrieron de pinturas y relieves. Cada pueblo desarrolló un particular estilo artístico, aunque los pueblos de Mesoamérica compartían formas de arte parecidas.

Los pueblos más representativos del periodo Clásico fueron en Mesoamérica:

- Teotihuacán:

En México Central, a 50 km. al noreste de la actual capital mexicana, se encuentran las grandiosas ruinas de Teotihuacán, una de las civilizaciones más notables del período Clásico. Teotihuacán fue ante todo un gran centro urbano, que nació como aldea y se transformó en un centro ceremonial, que alcanzó el predominio sobre los otros asentamientos del valle. Debió ejercer un liderazgo más cultural y comercial que militar, puesto que no se ha identificado una clase guerrera en él. Su arquitectura, pintura, escultura, murales y cerámicas, se extendieron por todo el norte, centro y sur de México.

Los conocimientos astronómicos estaban muy desarrollados. Sus habitantes construyeron observatorios y confeccionaron un calendario.

Entre las construcciones, sobresalen dos grandes pirámides truncadas: la Pirámide del Sol y la de la Luna.

Hacia el siglo VIII de nuestra era hubo un quiebre en la continuidad de vida en la ciudad de Teotihuacán. Su civilización perduró hasta el siglo X y sus habitantes vivieron en diversas ciudades.

- Los Mayas:

El territorio Maya comprendía la Península de Yucatán y los actuales países de Guatemala, Honduras y El Salvador.

Se acostumbra a dividir su historia de acuerdo a la periodificación arqueológica Mesoamericana: es decir, Preclásico, Clásico o Imperio Antiguo y Postclásico o Imperio Nuevo.

El período Clásico Maya está caracterizado por la existencia de ciudades cuyas actividades religiosas, políticas, comerciales y culturales eran complejas y variadas. Destacan las ciudades de Tikal, Copán, Palenque, Chichén y Uxmal entre otras. Hacia el 900 d. de C. varias de estas ciudades fueron abandonadas, terminando así el llamado Imperio Antiguo. En la sociedad Maya del período Clásico, el grupo más culto fue el de los sacerdotes. Se identifica también un grupo militar que posiblemente mantenía el control político de las ciudades-Estados. Existían artistas y artesanos, comerciantes y masas de campesinos y esclavos.

Los Mayas lograron un desarrollo arquitectónico impresionante de templos y palacios, estelas, observatorios astronómicos. Elaboraron un calendario relacionado con el sistema matemático, utilizaron un sistema vigesimal, e inventaron además el número 0.

Desarrollaron un tipo de escritura que no ha sido hasta hoy descifrada completamente. La religión maya, núcleo del desarrollo cultural, se caracterizaba por un extenso panteón de divinidades.

No se conocen bien las causas del colapso del período Clásico, pero puede atribuirse el despoblamiento de ciudades a crisis económicas, agotamiento agrícola, epidemias, cambios climáticos o invasiones de pueblos extranjeros. En Yucatán la civilización maya continuó, pero acogió importantes influencias extranjeras. Es el denominado Imperio Nuevo.

- Andes centrales: Moche:

La cultura Moche o Mochica tuvo su hábitat en la costa norte del Perú. En términos cronológicos, se sitúa entre los siglos II y IX de nuestra era. Este fue un pueblo fundamentalmente agrícola, pero que conservaba tradiciones pesqueras. Los miembros de la cultura Moche eran constructores de acueductos y diques. Alternaban sus actividades agrícolas con el comercio y la guerra.

Su rasgo cultural más importante fue su cerámica, donde dejaron representados sus rasgos raciales, creencias, costumbres, vida sexual, enfermedades, flora y la fauna, etcétera. Notables son sus vasos­retratos, donde aparecen retratados rostros de personajes con todos sus detalles. Además, conocían el arte textil y el trabajo de los metales.

Militares y sacerdotes constituyeron las dos clases más importantes, crearon un Estado de carácter militar. Su arquitectura ceremonial estuvo representada por los templos o Huacas del Sol y de la Luna, ejemplo de la unidad y cohesión ideológica, como de la presencia de un poder centralizado y autoritario.

- Nasca:

Esta civilización se desarrolló en los valles de Chincha, Pisco, Ica y Nasca. El yacimiento de Kawachi fue probablemente la capital del Estado.

Los Nasca constituían una sociedad agrícola. Desarrollaron una ideología religiosa, una alfarería de gran calidad, y también se distinguieron en las artes textiles y en la orfebrería.

Entre Nasca y Pampa, en las Pampas de Ingenio, se encuentra una compleja red de líneas y dibujos gigantescos: los geoglifos. Algunos miden 300 metros y se distinguen solamente desde los cerros o sobrevolándolos en avión. Representan animales, plantas y figuras geométricas, y han sido relacionados con los cálculos que hacían los científicos y astrónomos de esta civilización.

- Tiahuanaco:

En pleno Altiplano boliviano, a cuatro mil metros de altura, al sur del lago Titicaca, se encuentra Tiahuanaco.

Hacia el siglo V de nuestra era, Tiahuanaco puede considerarse una verdadera urbe. Su desarrollo urbano se caracterizó por la presencia de grandes templos, eran enormes construcciones que estaban acompañadas por diversos monumentos, como la Puerta del Sol, monolito de tres metros aproximadamente de altura con una abertura central. El dintel presentaba una serie de bajorrelieves.

Su sociedad era compleja, con grupos de especialistas de diversos tipos, una casta dirigente mantenida por la gran masa de campesinos.

En este período su cerámica fue muy hermosa, incluyó tiestos llamados Keros, vasos de paredes altas. Asimismo, sobresalen grabados de auquénidos, cóndores y felinos. El avance de la metalurgia llevó al descubrimiento del bronce.

Paralelamente al desarrollo de la última fase y su correspondiente expansión, otro centro, Huari inició la conquista de territorios vecinos.

3. El periodo PostClásico

El periodo Postclásico o histórico se inicia hacia el año 800 y termina en 1521, cuando los españoles tomaron la capital del imperio azteca. El fenómeno que caracteriza al Postclásico es la invasión de Mesoamérica por pueblos seminómadas que provenían del norte, de la vasta extensión de Aridoamérica. Estos pueblos se asentaron en Mesoamérica, se mezclaron con los antiguos pobladores y asimilaron muchos elementos de las culturas Clásicas. Con el tiempo crearían una nueva civilización, comparable a las más avanzadas del continente americano.

En esta época se desarrollaron las técnicas para fundir y trabajar metales como oro, plata y cobre. Estas técnicas se inventaron en la región andina y probablemente llegaron a Mesoamérica a través de comerciantes que navegaban por las costas del Océano Pacífico. Aunque los pueblos del Postclásico fueron artesanos maravillosos, no utilizaron los metales con fines prácticos, sino únicamente en la fabricación de joyas y adornos.

En esta etapa, las sociedades de corte teocrático y sacerdotal que prevalecieron en el periodo anterior dan paso a estados fuertemente centralizados y militarizados, donde la guerra en muchos casos se convierte en el principal motor económico y social. En el altiplano central mexicano, el imperio Mexica adquiere al final del periodo la configuración de un estado militarista que recoge tradiciones culturales anteriores y que se proyecta una amenaza sobre sus vecinos. A la llegada de los españoles en 1521, la región aparece como un conglomerado de pueblos en constante interacción, dominados o enfrentados al poderoso vecino Mexica. La llanura costera de Veracruz estuvo ocupada en los momentos finales de esta etapa por cuatro grupos diferentes, olmecas, totonacos, huastecos y uixtotin, los cuales compartieron la región con pueblos de habla nahua. El centro y el sur de Veracruz tuvo una evolución lenta durante la etapa tolteca, con influencias de las formas culturales emanadas de Tula, según ponen de manifiesto diversas fortalezas levantadas en la región antes de que concluyera el siglo XIII, como Tuzapan y el Castillo de Teayo. Para el final del Postclásico, el centro de Veracruz permanece en manos de los totonacos, con centros como Quauhtochco y Comapan, algunos de ellos verdaderas fortalezas que cayeron en manos de los aztecas a mediados del siglo XV. Los centros más importantes en esta época son Cempoala, con una población estimada entre 80.000 y 120.000 habitantes, Jalapa, con 120.000 individuos, Colipa y Papantla, con 24.000 y 60.000 habitantes, respectivamente. Otros, como Quiahuiztlan fueron fortalezas y sitios de enterramiento, que en el tiempo de la conquista eran controlados por los aztecas. También en la Huasteca se habían levantado centros complejos desde mediados del Clásico en que se incluyeron de lleno en la tradición cultural Mesoamericana, en sitios como Tamuin, Tancanhuitz, Tantoc y Tamposoque. Sin embargo, la región tuvo importancia estratégica para los aztecas, con quienes entablaron muy fluidas relaciones comerciales a lo largo del Postclásico Tardío.

Entre las culturas y pueblos característicos del PostClásico esta en:


  • Mesoamérica

Área del Yucatán

Cultura tolteca

Gran Chichimeca

Cultura mixteca

Cultura maya

Tarascos

Cultura azteca

- Área andina

Cultura chimú

Cultura inca

- Área norandina

Cultura de San Agustín

Taironas

Quimbayas

Chibchas o muiscas

Culturas periféricas

- Extremo sur

Araucanos

Pueblos recolectores

Indios del Chaco

Indios de la Pampa y la Patagonia

Grupo magallánico o fueguino

-Área circuncaribe

Ciboneys

Arawacos

Caribes

- Norteamérica

Inuit o esquimales

Pobladores de la zona subártica

Atapascos

Algonquinos

Pobladores de los bosques orientales

Indios de las praderas

Pueblos de los valles centrales y superiores del Mississippi

Grandes cazadores nómadas (sioux, omaha, dakota)

Pobladores del sudoeste


'Historia de América Precolombiana'




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Enviado por:Guillermo Soto Garrido
Idioma: castellano
País: Chile

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