En 6 papiros egipcios se encontraron cosas relacionadas con la medicina. Dejan constancia de las alteraciones somáticas o del comportamiento observadas en las mujeres y que se atribuyen en un sufrimiento de la matriz.
Los trastornos estarían relacionados con una enfermedad del útero: afectado por inanición, se desplaza por el cuerpo hacia arriba y perturba el funcionamiento de los órganos. La tarea del terapeuta consistiría en hacer cesar la subalimentación del órgano, volverlo a su lugar, para esto se inhalaba sustancias fétidas y desagradables, fumigaciones vaginales perfumadas.
En 1886 J.P Falret, medico de la Salpêtriere, denuncia la “Locura Moral”, la cual consistía en lo siguiente: “Estas enfermas (histéricas) son verdaderas actrices; su mayor placer consiste en engañar a las personas con quienes están en contacto”
Charcot decía que no existía esta locura moral ni nada que estuviera ligado a la anatomía y a la fisiología del sistema nervioso. En este contexto la hipnosis podía desencadenar los trastornos histéricos y curarlos: existen zonas histerogenas, cuya estimulación podía provocar o detener la crisis o síntoma. Incluso se concibe un aparato compensor ajustable que contiene los ovarios.
Hace 4000 años la histeria dio lugar a una representación que ha atravesado en forma inmutable los siglos y continua imponiéndose. Esta representación es la de la insatisfacción del deseo femenino, soportado por un órgano susceptible de hincharse a semejanza de masculino, tal que puede llegar a invadir el organismo, trastornar los espíritus.
Freud a tribuye los síntomas a la remanencia (restos) de un deseo que como no logra cumplirse, pasa a primer plano de la escena. Su aporte fundamental es que el síntoma histérico espera un desciframiento porque es constituido como un lenguaje, dejando de verlo para empezar a escucharlo.
La Interpretación de los Sueños
Sigmun Freud
Sobre la psicología de los procesos oníricos
A) El olvido de los sueños: lo que recordamos del sueño y sobre lo cual ejercemos nuestras artes interpretativas esta mutilado por la infidelidad de la memoria, que parece sumamente incapaz de conservar al sueño y quizás ha perdido justamente el fragmento mas significativo de su contenido.
Nuestro recuerdo del sueño no es solo lagunoso, sino que lo refleja de manera infiel y falseada. Puede ponerse en duda que lo soñado fuera en realidad tan incoherente y nebuloso como lo conservamos en la memoria, puede dudarse también de que un sueño haya sido tan coherente como lo contamos, y de que en el intento de reproducirlo no hayamos llenado con material nuevo, escogido al caso, lagunas inexistentes o creadas por el olvido; todo esto hace que se vuelva imposible todo juicio sobre su contenido efectivo.
Los elementos mas ínfimos e inciertos y menos destacados del contenido del sueño, nos dan una mejor manera perceptible para interpretarlos que los elementos conservados con mayor nitidez y certidumbre. Los rasgos mas ínfimos del sueño son indispensables para la interpretación.
Cuando a primera vista el informe de un sueño parece de difícil comprensión, el paciente debe contar nuevamente el sueño. Es raro que lo haga con las mismas palabras, los lugares en que él modificó la expresión, que dan a conocer los puntos débiles del disfraz del sueño, sirven como una señal.
Para el análisis de un sueño se debe exigir que se abandone la certidumbre.
Todo lo que el olvido carcomió en le contenido del sueño a menudo puede ser rescatado por el análisis, en el cual se requiere un gasto mayor de atención y de empeño por vencerse a sí mismo, pero muestra también que en el olvido del sueño no ha faltado un propósito hostil, vale decir, generado por la resistencia. Para la experiencia psicoanalítica el olvido de los sueños depende mucho mas de la resistencia que de la ajenidad entre el estado de vigilia y el del dormir.
La interpretación de un sueño no siempre se consuma de un golpe, la capacidad para lograrlo a veces se debilita cuando ha seguido un encadenamiento de ocurrencias y el sueño no le dice nada por ese día; en tal caso se debe interrumpir y volver sobre el trabajo otro día. A esto se le llama interpretación fraccionada del sueño.
El sueño no habría surgido de haber reinado la resistencia durante la noche, es decir, el sueño surge gracias a la resistencia en la noche, la cual perdió parte de su poder, no fue cancelada, pero si disminuida y debido a esta disminución de poder de la resistencia, se hizo posible la formación del sueño. Esto de la resistencia es lo que se llama censura endopsiquica: El estado del dormir posibilita la formación del sueño por cuanto rebaja la censura.
La censura se ve mucho más rebajada que durante el período de vigilia, en el período de vigilia la censura actúa mucho mas, censura todos los pensamientos que para el yo no serían buenos, por lo que en la noche mientras se duerma la censura endopsíquica se ve disminuida y se forma el sueño.