Historia


Guerra de las Malvinas


E

n 1982, la recuperación de la soberanía sobre Malvinas se convirtió en una de las preocupaciones centrales del gobierno militar por razones de orden geopolítico: la revisión del Tratado Antártico y la decisión final de la mediación papal en la relación con el conflicto del Beagle, presumiblemente adversa para la Argentina.

En este contexto y con el fin de evitar una posible pérdida de presencia en el Antártico Sur y una potencial colaboración militar entre Chile y Gran Bretaña, el gobierno militar Argentino se propuso reactivar las negociaciones y alcanzar algún tipo de acuerdo con Inglaterra sobre la soberanía de las islas Malvinas.

En enero de 1982, la Junta decidió retomar las negociaciones diplomáticas y emplear la fuerza armada en caso de fracaso de la primera opción. La operación militar prevista inicialmente era incruenta y consistía en el desembarco, la ocupación y el retiro inmediato de las islas. De este modo. Los militares argentinos buscaban evitar una reacción del gobierno inglés y obligarlo a una negociación.

Sin embargo, una vez producido el desembarco, la Junta decidió no retirarse de las islas porque advirtió que la campaña militar por la recuperación de la soberanía sobre las islas Malvinas podía generar importantes beneficios políticos internos.

El dos de abril de 1982 comenzaron los conflictos bélicos ya que se produjo el desembarco de las fuerzas argentinas en las islas Malvinas. durante el transcurso de la guerra se produjeron graves incidentes que resultaron trágicos para nuestras fuerzas armadas. Por consecuencia el General Mario Benjamin Menéndez firmó un acuerdo con el General Jeremy

Moore en el cual quedó parlamentado el alto al fuego y la consiguiente rendición por parte de las fuerzas armadas argentina. En Buenos Aires, al tomar conocimiento de los hechos, en horas de la noche se realiza un a manifestación de rechazo a la rendición, en la que se produjeron desmanes y fue reprimida por la policía.

La política de seducción planteada por la cancillería argentina tomó como base los objetivos de la diplomacia de seducción, a la cual ellos critican, testimoniando que fue una pérdida de tiempo.

El gobierno argentino renuncia al camino de los reclamos jurídicos y acepta la pérdida de la guerra, comenzando con una política exclusiva de negociación con Inglaterra, llamada “Política de seducción”.

La cancillería argentina comenzó a tomar medidas para negociar en los tres puntos que más nos interesa con respecto a las islas. La pesca, el petróleo y por supuesto la soberanía, la cual piensan obtener cambiando el pensamiento que tienen los Kelpers hacia la Argentina, de esta forma se obtendría el apoyo de ellos e Inglaterra se vería forzada a ceder las islas a la Argentina y dejar de lado su codicia económica, que es la única razón por la cual quieren mantener las islas en su poder

El interés de explotar conjuntamente con Inglaterra los recursos pesqueros para mayor beneficio de ambos países, ya que hay una gran codicia por el calamar y los buques extranjeros aprovechan este aislamiento entre los países porque existe una gran falla en el control de nuestra zona económica exclusiva. El objetivo de nuestro gobierno es permitir que se reproduzca el calamar y que exista un gran control de la pesca en nuestro mar. También quieren evitar que los Kelpers otorguen licencias de pesca a los buques extranjeros y tomarán medidas estableciendo multas frente a la pesca ilegal.

Otro tema en discusión es el del petróleo y las posibles cuencas petrolíferas en la zona de superposición de las zonas económicas exclusivas de Argentina e Inglaterra. Debido a la importancia económica mundial que tiene el petróleo se tiene como objetivo negociar conjuntamente la explotación y exploración de los recursos petrolíferos que brinda la isla. Como vamos a ver más adelante el acercamiento entre YPF, British Gas y Petrobras. Este sería un buen recurso para comenzar un política conjunta con Inglaterra logrando una mejor relación entre ambos países.

A nuestro criterio la principal finalidad de esta política es lograr la soberanía de las Islas Malvinas. Lo cual sería un logro histórico reconocido por toda la población argentina, ya que ansían decir con orgullo: “LAS MALVINAS YA SON ARGENTINAS”. Pero para esto tienen que superar grandes problemas que se le presentan como la búsqueda de la independencia por parte de los Kelpers. Tengamos en cuenta que otro gran inconveniente como es el rechazo que tienen los isleños hacia la Argentina y el desprecio que muestran ante las intenciones que tiene la cancillería de recuperar la soberanía de las islas. Este rechazo se da debido a la imagen de deshonestidad y agresividad que tienen los Kelpers de la Argentina.

El gobierno ingles decidió ampliar a 200 millas náuticas, como se estableció en la convención del mar, en las islas Georgias y en las islas Malvinas para acrecentar su dominio en la zona, produciendo otro conflicto entre los países.

Todos estos problemas forman la línea divisoria entre la política argentina de seducción y la soberanía de las islas, la cual puede lograrse con mucho esfuerzo y a largo plazo, cuando nuestro país llegue a una madurez económica y política reconocida mundialmente. Esta situación puede seducir a los Kelpers para que acepten nuestra soberanía en las Islas Malvinas.

Comienzan las relaciones (1989).

Después de siete años de la guerra se reanudaron los vínculos con Inglaterra. Ambos países firmaron un tratado como una forma de reserva de la soberanía que permite reclamar por ella sin dejar de lado los derechos de ambas partes.

Nuevo embajador Argentino en Londres (1990).

Mario Cámpora fue elegido por el gobierno argentino para ocupar el puesto de embajador en la ciudad de Londres. Esto es muy importante ya que después de muchos años vuelve a existir un laso entre Argentina e Inglaterra. Su función será muy importante durante el transcurso de los años ya que cumple un rol fundamental en la diplomacia de seducción luego denominada política de seducción, planteada por la cancillería.

Conflictos pesqueros (1990).

Comienzan estos conflictos debido a que el gobierno británico está dispuesto a ampliar unilateralmente su control sobre las 200 millas náuticas de las Malvinas.

La argentina ve la necesidad de preservar la riqueza pesquera de la región pero lo que hay que tener en cuenta es el consenso de Japón, Taiwan y Corea para explotar los recursos de esa zona. Este conflicto, aseguró el gobierno argentino, que podría traer problemas a la relaciones bilaterales.

Londres decidió unilateralmente que reduciría las concesiones realizadas hasta el momento, dispuso levantar la zona de exclusión militar creada durante la guerra en 1982.

También liberó una “medialuna” de 4000 kilómetros cuadrados en el mar para modificar la zona de limitación pesquera.

Encuesta (1990).

Durante una encuesta realizada a británicos, 64 de cada 100 admitían mantener negociaciones por el tema de la soberanía y sólo 55 de cada 100 descartaban que las islas Malvinas pudieran regresar a la Argentina.

Un 50 por ciento de los británico consideraba que había diferencias entre el proceso militar y el gobierno democrático, pero esto actualmente no es así, ya que un 38 por ciento cree que hay diferencias y que un 13 por ciento cree que esas diferencias desaparecieron.

También quedó demostrado, en 1991, que la Argentina parece débil por su abandone del movimiento de los países No Alineados, le impediría hoy reproducir el abrumador apoyo que recibía en los primeros tiempos luego de la democracia recuperada, año tras año en la asamblea general.

Conclusión: actualmente aunque el gobierno se considere parte del primer mundo, sólo el 1 por ciento de los Británicos tiene una opinión muy favorable de la Argentina, y un

12 por ciento medianamente favorable. En cambio, opinan medianamente desfavorable un 24 por ciento, y muy desfavorable un 9 por ciento. Un 56 por ciento del Reino Unido “no mucha” o “nada” de confianza en Menem.

Con esta encuesta queda demostrado que le va a costar mucho a la Argentina conseguir el apoyo de los Británicos y de los mismo Kelpers, que estos al fin y al cabo serán los que nos entreguen la soberanía de las Malvinas.

Alivio para las familias (1991).

Durante este año se hizo el primer viaje al cementerio de las Malvinas al cual concurrieron 365 familiares, quienes pudieron rezarles a sus hijos caídos durante la guerra de 1982. Este fue uno de los logros más importantes y esperados que obtuvo la cancillería Argentina, vale recordar que este viaje fue auspiciado por C.I.C.R.

La alegría y el orgullo de los familiares que tuvieron la oportunidad de ir a la isla se manifestó durante su visita por el cementerio en el cual yacen los restos de sus hijos que valientemente defendieron a la patria durante la guerra de 1982.

Conflictos petrolíferos (1991).

El gobierno británico dispuso otorgar licencias a empresas privadas para la búsqueda de petróleo y cuencas petrolíferas alrededor de las islas. Esto encendió la mecha de un nuevo inconveniente.

Argentino busca evitar un choque frontal con ese tema y van a iniciar conversaciones para explorar junto con Inglaterra las cuencas petrolíferas que se puedan encontrar alrededor de las islas Malvinas y las islas Sándwich.

El gobierno argentino no quiere agravar el problema ya que sostienen que es el núcleo económico del conflicto que existe por la soberanía de las islas.

Pesca (1992).

Las Malvinas afrontan una pérdida financiera debido a que las empresas pesqueras internacionales de Taiwan y Corea se preparan para seguir despección de las empresas Japonesas a favor de las aguas pesqueras argentinas.

Se supone que estas empresas comenzarán a explotar los recursos pesqueros en la zona que le corresponde a la Argentina en el Atlántico Sur, perjudicando a la economía malvinense.

Pero como todos sabemos el objetivo de la cancillería argentina no es perjudicar a los isleños sino seducirlos para que cambien su opinión sobre la Argentina. Por esto ambos países se inclinarían por limitar la venta de los permisos de los barcos pesqueros evitando que no exista pérdida para ninguno de los dos.

Nuevo proyecto de la Argentina (1992).

La Argentina, conjuntamente con Chile y Venezuela, presentará un proyecto en la ONU y en el comité de Descolonización que establece la reanudación de las negociaciones por parte de ambos países (Argentina e Inglaterra).

Desde 1990 la Argentina dejó de presentar proyectos de esta índole en la asamblea de la ONU, presentándolos en el comité de Descolonización.

La argentina podría iniciar una fuerte protesta en dicha asamblea si Inglaterra decide comenzar unilateralmente la búsqueda de petróleo, por parte de empresas privadas, en las cuencas que rodean a la isla. Esto podría desencadenar una fuerte controversia entre Inglaterra y el comité de Descolonización debido a que dicho comité piensa que es una cuestión estrictamente colonial y no debe ser tratado por la ONU.

Se amplía la zona de pesca (1993).

Gran Bretaña extenderá su zona de pesca alrededor de las islas Malvinas. Este aumento se extenderá de 150 a 200 millas hacia el norte, el sur y el este, evitando ampliándola hacia el continente argentina para evitar nuevos conflictos.

Desde 1986 existía un convenio que prohibía la pesca conjunta en esa zona pero en este años no se ha renovado, el objetivo de la prohibición era permitir que se reproduzca el calamar para evitar que se deprede esa especie.

Unos meses antes el canciller había comenzado negociaciones con Inglaterra y llegó a un acuerdo que permitirá a la Argentina pescar 220.000 toneladas de calamar y 150.000 a los Kelpers.

Luego el canciller recordó que “no hace pesca política” y se mostró muy contento con los resultados que había obtenido, pero se olvido decir que no se había logrado renovar el acuerdo en la zona con forma de semi anillo. Debido a esto Londres amplió unilateralmente su zona pesquera alrededor de las Malvinas.

Gran Bretaña extenderá unilateralmente el área marítima que controla alrededor de las islas Georgias del sur de 12 a 200 millas para disponer de la llamada zona económica exclusiva.

El argumento que utilizó Inglaterra para ampliar su dominio fue decir que Londres necesita actualizar sus reclamos sobre las Georgias frente a los Argentinos, que se vienen presentado ante los foros internacionales por lo menos desde la presidencia de Marcelo T. De Alvear.

Otro argumento fue la necesidad de frenar la depredación pesquera que barcos rusos y otros países realizan en la zona.

Intento de asociación (1993).

La British Gas manifestó su interés al gobierno para asociarse con YPF y así comenzar con los trabajos de búsqueda de petróleo en seis áreas del Atlántico sur que limitan con las 200 millas que Gran Bretaña reclama alrededor de las Malvinas.

Este intento de asociación llevó al gobierno argentino quitar las áreas de licitación que había determinado. Ya que la zona en la que se va a trabajar es justamente donde se

superponen parte de las 200 millas desde el continente argentino y las 200 millas fijadas desde las Malvinas.

El gobierno argentino amenazó a las empresas internacionales que todo aquel que saque petróleo en esa zona en conflicto se le iniciará un juicio. Quedó demostrado el interés que tiene Di Tella en comenzar estas negociaciones y de encontrar el petróleo ya que manifestó “si hay petróleo habrá dinero y, por lo tanto, se reabrirá la discusión por la soberanía de Malvinas”.

El gobierno y su idea de compraventa (1994).

Como ya nombramos anteriormente la política de seducción nace en 1994 y tiene como meta los objetivos de la diplomacia de seducción que ya hemos visto.

En este año el canciller Guido Di Tella, apoyado por el presidente Menem, presentaron un proyecto que tiene como meta pagar una indemnización al los Kelpers a cambio de que accedan a ceder la soberanía de las islas Malvinas a la Argentina. Este proyecto se basa en solucionar el conflicto a través de un pago a cada uno de los Kelper que se estimó en 150.000 dólares. Este proyecto no se basa sólo en entregar dinero a los Kelpers, si no que es un modo de iniciar una negociación global. Recordemos que hasta ahora no hay una propuesta oficial del gobierno en torno a esta idea, aunque se sabe que DI Tella envió al Foreing Office ( cancillería británica ) un “non paper”( papel no oficial ) que contiene esa alternativa con que busca destrabar ese conflicto en el marco de su política de seducción de los Kelpers.

Aunque muy atractiva fuera la oferta que se le hace a los Kelpers la empresa Británica Mori demostró a través de una encuesta que no es tan así. El sondeo reveló que sólo un 26% aceptaría un pago que oscilaría entre 150.000 y 1.500.000 dólares. Esta encuesta demostró que no están de acuerdo con este proyecto de hacer un cambio de “soberanía por dinero”.

El vicecanciller Fernando Petrellia declaró que la Argentina recuperará las Malvinas con “gestos de adultez” y que demuestren que están dadas las condiciones para un traspaso de la soberanía. “Las islas se irán recuperando con gestos maduros que demuestren a la comunidad internacional, a Inglaterra y a los isleños que estamos en condiciones para un traspaso de la soberanía”.

El embajador en Londres, Mario Cámpora, criticó la operación que quiere realizar Guido Di Tella de entregarle dinero a los Kelpers en cambio de la soberanía de la isla. Cámpora sostuvo que era imposible reducir la cuestión a una operación de compraventa.

Apoyado por el senador Eduardo Menem, Cámpora se refirió al tema diciendo: “No son un paquete que se puede recibir en un mostrador pagando una suma de dinero, son un capítulo de la historia Argentina que viene del siglo pasado y que tiene raíces muy ondas”.

Carlos Menem, ante estas declaraciones de Cámpora, se irritó visiblemente pero prefirió esquivar el conflicto diciendo por radio América que la posición de Cámpora en nada dañaba la postura de la Argentina. “Nosotros pensamos que se pueden recuperar las islas en base a una serie de medidas. A un cóctel de medidas, que pueden pasar

inclusive por este aspecto. Pero por ahora no hay nada firme sobre el particular. Se están haciendo sondeos, hay diálogos y encuestas que son todas medidas que tienden a recuperar la soberanía de las islas”.

El Canciller Guido Di Tella también se refirió a las palabras de Cámpora y el apoyo del senador Eduardo Menem declarando que no contradecían sus ideas, en cuanto a la posibilidad de indemnización.

Lo que quiere el Gobierno es ocultar los problemas que existen entre Guido Di Tella con Mario Cámpora y Eduardo Menem, para fortalecer de alguna forma su proyecto para lograr la soberanía ya que seguramente estos conflictos impide la credibilidad y eficacia de la política de seducción. Los problemas entre los mencionados ya había ocurrido en años anteriores cuando el senador, en 1991, criticó la forma en que se retiró la Argentina del movimiento de No Alineados. También siempre se opuso al rumbo con el que se llevaba adelante la política exterior con respecto a las Malvinas.

Podemos decir que Di Tella ya tiene una biografía personal de enfrentamientos con el embajador Cámpora basados en las negociaciones del petróleo en Malvinas y las actitudes del diplomático. El embajador no fue un obstáculo para el canciller sino también para los mismos ingleses que muy sutilmente preguntaban cuando iba a ser reemplazado cuando ya había superado ampliamente los tres años tradicionales que los embajadores cumplen en el exterior.

Debido a esto y a las críticas que hizo públicamente sobre la política de seducción y principalmente sobre el proyecto de indemnizar a los Kelpers. El embajador fue sustituido, por Carlos Menem, de su cargo por Archibaldo Lanús que era embajador en París.

Este reemplazo no ocurrió antes ya que el presidente provisional del cenado y hermano del presidente, Eduardo Menem, apoyó siempre al embajador en sus críticas hacía el canciller Guido Di Tella y también porque Cámpora fue el primer embajador en Londres desde que se restablecieron las negociaciones en 1990.

Menem aseguró que no había ningún conflicto sino que era un enroque de funciones entre Cámpora y el embajador en París.

Luego de solucionarse el conflicto con Cámpora el canciller Guido Di Tella sigue insistiendo con su propuesta de indemnizar a los Kelpers intentando llamar a un plebiscito para que los argentinos decidan si se deben indemnizar a los Kelpers a cambio del reconocimiento de la soberanía en Malvinas.

El canciller afirmó que es el pueblo argentino el que tiene decidir si quiera a las islas o no. Di Tella aseguró, con un toque de ironía, que la Argentina recuperaría las islas en 1997, cuando Gran Bretaña devuelva a Hong Kong.

Mientras tanto los Kelpers aprobaron su propia ley regulando unilateralmente la explotación y exploración de petróleo en Malvinas, ignorando la llamada política de “seducción” con la que la cancillería Argentina pretende ganarse su simpatía.

Llegó el principito (1994).

En medio de los conflictos que se produjeron entre Menem Y Cámpora, el cual fue destituido de su puesto por las declaraciones que había hecho, llega el príncipe Andrés a quien el presidente ordenó recibirlo con todos los honores.

Los gestos del presidente hacia el príncipe se debe a que el gobierno Británico se rehusó hasta ahora de invitarlo a visitar Londres, lo cual el lo considera el único destino que le queda pendiente.

Los Kelpers están preocupados por el acercamiento de las relaciones Argentino- Británico, ya que es la primera visita oficial de un miembro de la monarquía Inglesa desde la guerra de las Malvinas en 1982.

La visita del príncipe Andrés, hijo de la reina Isabel segunda, es mirada con “sospecha” por los malvinenses, que creen que el aumento de las relaciones entre los dos países termine permitiendo, a largo plazo, una posible reapertura de las negociaciones por la soberanía de las islas.

El motivo principal de preocupación de los Kelpers es que esta visita se realiza a pocos días de que el presidente Carlos Menem admitiera públicamente la posibilidad de pagarles una indemnización a cambio de la restitución de las islas con un acuerdo global.

El principito, llamado así popularmente por una frase que se le atribuye al General Mario Benjamín Menéndez durante la guerra de las Malvinas: “ traigan al principito”, viene para “fomentar la reconciliación” entre los dos países después de la guerra.

Recordemos que Andrés participó del enfrentamiento en las islas como piloto de helicópteros del portaaviones el “Invencible”.

El príncipe durante su visita por la Argentina fue a Puerto Belgrano, una base de la armada conde todavía ahí recuerdos sobre la guerra de 1982. Andrés rindió homenaje a los marinos que murieron durante la guerra de Malvinas a bordo del crucero “General Belgrano”, hundido durante ese conflicto por la armada británica. Quedó demostrado el acercamiento de las relaciones con Inglaterra.

Vale recordar que el crucero “General Belgrano” fue hundido el 2 de mayo de 1982 fuera de la llamada zona de exclusión que Inglaterra había impuesto luego que la Argentina reconquistó las islas. Murieron más de 300 marinos y fue la pérdida más grande que sufrió la armada durante ese conflicto.

Luego del homenaje, se reunió con el presidente Carlos Menem y el canciller Guido Di Tella y prometió iniciar una campaña en su país para que inversores Ingleses vengan a la Argentina, dejando de lado el conflicto por Malvinas.

El príncipe expresó su deseo de estrechar y profundizar los vínculos entre ambas armadas, esto beneficiaría mucho a la armada Argentina, ya que esta tiene interés que cese el embargo de importaciones de material bélico y equipo que Inglaterra mantiene sobre la Argentina: los dos destructores de la marina, el Hércules y la Santísima Trinidad, usan turbinas británicas Rolls Royce y necesitan con urgencia piezas de repuestos. También sucede con las fragatas Mekko 340 que utilizan la misma propulsión.

Menem se mostró muy conforme con el príncipe Andrés y con sus propuestas de un posible acercamiento con Inglaterra, pero aclaró que no trató el tema de las Malvinas porque eso se negocia por otras vías. Tampoco se toco el tema de la postergada invitación para que Menem visite Gran Bretaña.

El eje de las conversaciones fue el mejoramiento de las negociaciones bilaterales en el plano comercial, económico y de transportes experimentados desde que se reanudaron los vínculos en 1989, siete años después de la guerra.

Los que no estuvieron muy conformes con la visita del príncipe fueron un grupo de manifestante que produjeron violentos incidentes frente a la cede de la embajada británica quemando una bandera Inglesa en repudio a la presencia de Andrés.

La policía respondió a bastonazos y desplegó a los efectivos de la guardia de infantería para controlar la situación. El resultado de esto fue de 27 detenidos y 5 heridos.

Este operativo demostró los dichos de Menem de tratar con todos los honores y para que no tenga ningún inconveniente el príncipe Andrés, queriéndole demostrar la importancia que tiene para el gobierno argentino su visita.

Explotación petrolera (1994).

El primer Ministro británico, declaró que Londres no cederá su postura sobre la soberanía y que continuará con la política de avanzar sin consulta sobre la explotación petrolera en las aguas del Atlántico que rodean a las islas.

En respuesta a esas palabras la cancillería Argentina amenaza con los tribunales internacionales o la mediación de los Estados Unidos.

Igualmente Inglaterra va a seguir con la exploración petrolera alrededor de las islas sin consultar con la Argentina. Basándose en que los Isleños son gobernados por quien ellos quieren y que significativos hallazgos petroleros determinarán su futuro.

La argentina cuestionó en los últimos años la posibilidad de que Londres y el Gobierno de las Malvinas concedan sin consultar con Buenos Aires licencias de exploración del petróleo submarino alrededor de las islas.

Argentina pretende formalizar un acuerdo con Londres para establecer una política conjunta de exploración y explotación de las posibles cuencas petrolíferas.

Posible mediación de los Estados Unidos (1994).

El canciller Guido Di Tella aclaró que la Argentina nunca pidió una mediación norteamericana por Malvinas aunque no descartó que en el futuro pueda llegar a darse esa situación más halla de nuestra voluntad.

Esto consistiría en un eventual protagonismo de los Estados Unidos en las negociaciones entre la Argentina y el Reino Unido por la pesca y el petróleo en la región.

El presidente Menem aclaró que siempre existió una posibilidad de mediación pero por ahora no hay nada concreto. Di Tella afirmó que aunque exista una mediación el acuerdo con los Británicos se va hacer con los derechos que nos correspondan o nos vamos a oponer a las decisiones unilaterales, defendiendo nuestra posición ante los tribunales internacionales.

Denuncias en la ONU (1995).

El gobierno argentino ha tomado la decisión de presentar una posible denuncia contra los Kelpers en la ONU. Dicha denuncia estaría basada en la problemática que existe con el tema del petróleo.

Todo indicaría que esta medida se llevaría acabo si los Kelpers toman la decisión de llamar a una licitación internacional para la búsqueda de petróleo en las aguas de las Malvinas. Esta situación sería muy desfavorable para nuestro país debido a que si los

Ingleses llegan a encontrar petróleo en las islas Malvinas, las Argentina no podría reclamar nada.

Pero la argentina trataría, en primera instancia, de solucionar el problema tratando de bloquear la iniciativa de los Kelpers modificando la ley de hidrocarburos para que todas las empresas que se encuentran en las islas “opten” por seguir operando en el continente.

A pesar de todas estas declaraciones parece ser que los Kelpers llamaría, de todas formas, a la licitación internacional para la exploración y explotación petrolera. Esta fue una situación que alteró a la cancillería argentina ya que esta asegura que había un acuerdo con Londres que mantendría las negociaciones abiertas y ninguna decisión sería tomada solamente por una de las partes, sino en conjunto. El único problema es que los Ingleses niegan este acuerdo del cual no hay nada por escrito.

Hasta ahora solamente hay un principio de acuerdo para poder crear dos zonas de cooperación en la parte donde las aguas del oeste de las Malvinas se superponen con las 200 millas medidas desde el continente, y que no están en disputa. En cambio, Gran Bretaña, hasta ahora, rechazó una serie de propuestas argentinas para jugar algún rol en la convocatoria a licitación en el sector este de las aguas malvinenses, lo que impide un acuerdo general en el tema del petróleo.

Encuesta (1995).

El diario The Times, de Londres, dejó pasar una información muy importante sobre los resultados de una interesante encuesta sobre las islas Malvinas, realizada por la prestigiosa consultora Mori.

Los resultados que arrojó esta encuesta mostró el interés que tienen los ingleses por el tema Malvinas. 52 de cada 100 ingleses eligen cualquier tipo de arreglo distinto al de permanecer en manos británicas. Sólo el 36 por ciento se inclina por el mantenimiento de la soberanía sobre las islas.

Que, en ese marco, diez de cada cien ingleses proponga que las Malvinas sean devueltas a la Argentina, que el 38 por ciento impulse o admita negociaciones con la Argentina sobre la soberanía de las islas, que el 58 por ciento favorezca distintos grados de conversaciones y acuerdos con nuestro país, no parece informaciones indiferentes para la opinión pública argentina y menos para la cancillería que es la quiere cambiar la imagen y la forma de pensar de los isleños y los ingleses.

Con sólo unos resultados de algunas encuestas la Argentina no puede pensar que es inminente la devolución de la soberanía de las islas por parte de Inglaterra. Lo que muestra esta encuesta es que no es un estado de ánimo pasajero, sino la expresión de una actitud extendida en el tiempo que quizás podría interpretarse como un relativo desinterés de los ciudadanos del Reino Unido por unas islas que sienten tan lejanas que uno de cada dos no pueden señalarlas en un mapa.

Otros datos que pueden ser de cierta relevancia son, que el 36 por ciento de las personas interrogadas considera que Inglaterra gasta mucho dinero para poder mantener a las islas, sólo el 26 por ciento consideran que son importantes para Gran Bretaña y el igual porcentaje piensa que no son británicas o que pertenecen a la Argentina.

La encuesta realizada por Mori muestra también otro hecho importante: pese a que las respuestas muestran una tendencia a no considerar a las islas Malvinas como un problema británico, 70 de cada 100 personas estiman que los malvinenses “tienen derecho a

decidir acerca del futuro de las islas”. Aunque la Argentina piense que ese derecho no

existe, la política de seducción considera que la política de los isleños debe ser considerada un factor de influencia sobre la opinión pública y el establecimiento político británica.

La llamada política de seducción ha sido la expresión práctica de ese convencimiento y otro tanto puede decirse del párrafo incluido en la Constitución Nacional, en el que garantiza el respeto al estilo de vida de los malvinenses, para cuando llegue el momento deseado de la recuperación de la soberanía sobre las islas.

Petróleo (1995).

La Argentina y Gran Bretaña reanudaron las negociaciones con un acuerdo en el tema de la exploración y explotación petrolera.

La Argentina propuso un proyecto de explotación en conjunto de estos minerales en el mar que rodea a las islas Malvinas, en el cual Inglaterra quiere tener el dominio para realizar estas actividades.

Lo que falta es convenir aspectos de orden político, como la definición de áreas marítimas de cooperación en las que debería desarrollarse la explotación petrolífera con un acuerdo de ambas partes, pero esto sería la parte más difícil de tratar, según la cancillería argentina.

Para poder llevar a cabo estas explotaciones en conjunto las empresas YPF de Argentina y British Gas de Gran Bretaña, tendrían que asociarse para realizar estas tareas. La reacción de estas empresas no se hizo esperar ya que ambas suscribieron una carta de intención para explorar en forma conjunta el petróleo de Malvinas.

El acuerdo que se firmaría entre estas empresas estaría casi concretado, pero ambas reclamaron a sus respectivos gobiernos la definición de un marco jurídico para desarrollar el emprendimiento.

Luego de varios meses de que se paren estas negociaciones nuevas declaraciones de Di Tella dispararon de nuevo la posibilidad de concretar este acuerdo.

Di Tella declaró de que hay un principio de acuerdo para crear una comisión conjunta que llame a licitación en dos áreas de cooperación ubicadas en la zona oeste de las islas, para que las dos empresas ya nombradas pueden realizar juntas las actividades de explotación del petróleo en la isla.

Debido a que no muy facilmente se está llegando a la concreción de dicho acuerdo la argentina lanzará una serie de medidas destinadas a movilizar a la opinión pública a favor de la posición argentina en las negociaciones por el petróleo en las aguas de las islas y presionar nuevamente con el tema de la soberanía. Tema que Inglaterra y los Kelpers quieren mantener en el freezer para que las compañías petroleras pueden tener la seguridad jurídica necesaria para una inversión millonaria cuyos riesgos no satisfacen a las empresas aseguradoras.

Luego de varios meses de idas y vueltas entre la Argentina e Inglaterra, y sus respectivas empresas que tienen como meta realizar una explotación del petróleo en la isla, llegaron a un acuerdo que establece la creación de una comisión mixta que llamará a licitación conjunta para la exploración y explotación petrolera en 20 mil kilómetros cuadrados de mar, al oeste de Malvinas.

La comisión también podrá monitoriar la información petrolífera y supervisar los temas ecológicos en la zona en litigio.

Este acuerdo fue firmado luego de varios amagues de parte de ambos países, los cuales nombramos anteriormente.

Pesca (1996).

Por primera ves desde 1982 el gobierno británico envió un abogado oficial a las Malvinas debido a un juicio que se realiza a un pesquero Chileno al que se lo acusa de haber pescado ilegalmente en aguas de las Georgias.

Otra de las razones por la cual se le realiza el juicio al pesquero chileno es porque tampoco estaba autorizado a bajar en la capital malvinense a hacer su descargo por el sólo hecho de que era argentino. Es común que en las aguas de las Georgias los argentinos lleven un veedor chileno.

Estas violaciones producen un roce entre las relaciones argentino- británico, los cuales impiden que se llegue a un acuerdo en los distintos temas que se están tratando como la pesca y el petróleo. Además de afectar el tema de la soberanía que tanto preocupa a la cancillería argentina.

Petróleo (1996).

El gobierno argentino está preocupado por la posibilidad de que la crisis pesquera afecte por efecto de simpatía política el acuerdo petrolero del año pasado.

Las preocupaciones se deben a que los legisladores, tras la decisión británica de obligar por la fuerza a un pesquero argentino a pagar una licencia de 110 mil dólares, terminen no aprobando las dos leyes necesarias para la plena vigencia del acuerdo, que el gobierno presenta como un éxito diplomático.

La polémica interna se debe a que ambas cuestiones vienen sufriendo atraso tras atraso en la sanción de leyes, cuya aprobación espera Gran Bretaña para asegurarse que el acuerdo tendrá continuidad, a pesar de los cambios de gobierno. Además de tratar de llegar a un acuerdo bilateralmente que mejore las relaciones y las actividades en ambos temas.

Reunión de cancilleres en Londres (1997).

Los cancilleres de la República Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte se reunieron en Londres.

En el curso de la reunión, el Secretario de Asuntos Exteriores Británicos, Robin Cook, en el nombre del Primer Ministro Tony Blair, transmitió al canciller Guido Di Tella una invitación oficial al presidente Carlos Menem para visitar el Reino Unido durante el segundo semestre de 1998, en una fecha a determinar. Lo que el presidente esperaba desde hace ya muchos años, ya que lo tenía como su objetivo pendiente.

Si bien no cabe prever que durante esa visita se desarrollen negociaciones sustantivas sobre la cuestión Malvinas, al tratar el tema, la Argentina reiterará allí la posición que formula ante la ONU y otros foros internacionales.

Los cancilleres señalaron que la visita representará un hecho altamente positivo en la relación bilateral y en la vinculación económica entre ambos países. El canciller Cook mencionó que el hecho de que la Argentina es el segundo destino de las exportaciones

británicas en América Latina y el canciller Guido Di Tella recordó que el intercambio comercial ha superado los mil millones de dólares y que el 8 por ciento de las inversiones extranjeras directas recibidas por la Argentina en los últimos años proceden del Reino Unido.

Ambos cancilleres destacaron asimismo la estrecha cooperación y el trabajo conjunto de los dos países en operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas.

Los detalles exactos de la agenda de la futura visita del presidente Menem serán objeto de tratamiento por ambas cancillerías.

Se acabaron los vuelos (1997).

A pesar de los frenéticos esfuerzos de último momento para encontrar un empresario preparado para invertir una considerable suma de dinero, el puente aéreo entre Santiago de Chile, Punta Arenas y Puerto Argentino habilitado desde hace un año con un Boeing 727-100 dejó de operar ayer.

Ahora, los Kelpers sólo les quedará un vuelo semanal de la fuerza aérea Británica, para 20 pasajeros. Además, los alimentos que no se producen en las islas serán muy difíciles de transportar, porque ahora deberán llevarlos desde Chile en un pequeño Twin-Otter, con muy poca capacidad de carga. Esto producirá una importante escasez de alimentos y el consiguiente aumento de los precios.

Argentina quiere mantener esta conexión constante con las Islas Malvinas para tener un control de lo que llega a la isla y además para poder enviar los alimentos que no se producen allí como forma de ayuda que ofrece el gobierno argentino hacia los Kelpers.

Esta es una muestra a lo que apunta la política de seducción, ya que la argentina trata de cambiar la imagen que tienen los Kelpers de nuestro país. La cancillería argentina piensa que esta es la forma más efectiva para que la soberanía de las islas pase a manos de la argentina.

La visión de los Ingleses.

Los laboristas y la soberanía (1997).

El gobierno laborista no cambiará sustancialmente la política que hasta ahora ha mantenido la cancillería británica en relación a las islas Malvinas. No harán nada sin el consenso de los isleños. Un excepción podría romper esta situación, que los intereses de la “City” londinense y los petroleros cambien de idea por el costo de los seguros, ante el riesgo jurídico que podría implicar explorar y explotar el área con una disputa de soberanía con un país vecino. Esto podría llevarlos a forzar una negociación.

Con Europa y la moneda única oscureciendo la relación de Gran Bretaña con el continente, Malvinas es para el futuro gobierno laborista “la prioridad cinco mil”, salvo que se encuentre efectivamente petróleo en la zona.

La soberanía no es una cuestión que en principio vaya a ser discutida sin la aceptación de los isleños. Tony Lloyd, vocero para América Latina del laborismo, insistió en que “las islas son británicas sin discusión”. “No hay diferencia de política entre el partido Conservador y el Laborista en torno a las islas. Gran Bretaña tiene el poder soberano. Depende de los isleños su futuro sobre la soberanía”, sostuvo Lloyd.

Luego de estas declaraciones surgieron otros objetivos de parte de los laboristas, si ellos llegaran a ganar las elecciones del primero de mayo de ese mismo año. Estos nuevos objetivos fueron, en primer lugar, la necesidad de comunicar las islas con el continente argentino y el derecho que los ciudadanos argentinos tienen a visitar las islas con sus propios pasaportes (proyecto con el que Guido Di Tella insiste constantemente).

Este último objetivo es considerado por los isleños como inaceptable hasta que la Argentina retire de la mesa de negociaciones su reclamo por la soberanía de las islas.

El restablecimiento de las comunicaciones es indispensable si los isleños pretenden desarrollar la industria del petróleo en el área , pero nadie descarta que prefieren Chile y Uruguay que a la Argentina, a pesar de las presiones del gobierno británico. El desafío para un futuro gobierno laborista será flexibilizar la visión de los isleños.

Y los Kelpers son tan principistas como ambiciosos con la idea de hacer buenos negocios, soberanía especialmente excluida. Salvo que las presiones de los bancos, las compañías de seguros y las petroleras sean más fuertes que la imagen que el laborismo pretende defender públicamente frente a las islas Malvinas.

Churchill critica a los isleños (1997).

El miembro Conservador del Parlamento Winston Churchill, públicamente criticó a algunos isleños porque considera que fue una manifestación de hostilidad hacia los

familiares de los argentinos enterrados en las islas quienes visitaran las tumbas de sus seres queridos durante enero último.

Las críticas llegan cuando se está en medio de los preparativos para el segundo grupo visitante que partirá desde Argentina. Volarán a las islas es 19 de febrero de 1998 para celebrar un oficio religioso en las tumbas del cementerio argentino antes de retornar al continente al día siguiente.

En un artículo que escribiera y publicara en el Daily Telegraph, un diario de derecha, el nieto del gran conductor británico de la Segunda Guerra Mundial y que tiene su mismo nombre, afirmó que “nuestra nación está siendo deshonrada por la actitud de una minoría de isleños de espíritu ruin, quienes objetaron la visita a la isla de las viudas y los familiares de guerra argentinos, quienes vinieron a visitar las tumbas de sus seres queridos. El llamado por algunos para la exhumación de los muertos argentinos y su remoción a Argentina es vergonzoso”.

El muy a menudo extrovertido político de derecha, expresa en su carta opiniones sorprendentemente liberales, yendo al extremo de comparar a los argentinos muertos en las islas con los muchos británicos que murieran en Turquía durante la Primera Guerra Mundial.

En su carta llegó a sugerir que los isleños se podrían inspirar en el líder turco de aquella época, Kemal Attaturk, quien afirmara: “Ustedes, las madres que enviaron a sus hijos desde países distantes, sequen vuestras lágrimas. Vuestros hijos yacen ahora en nuestro seno y están en paz. Después de haber perdido sus vidas en esta tierra, se han convertido también en nuestros hijos”.

El gobierno de las islas respondió con una carta al Daily Telegraph en la cual en un tono frío, acepta los sentimientos humanitarios de Churchill, y sostiene que en efecto los isleños dieron la bienvenida a los familiares argentinos. La representante del gobierno de las islas en Londres, Sukey Cameron, agregó que: “la verdad es que los isleños han dado la bienvenida a las visitas dignificadas y bien organizadas de los familiares. La sugerencia que los restos mortales sean repatriados a Argentina estuvo motivada por el deseo obvio de los familiares de estar cerca de las tumbas de sus seres queridos. Estamos tratando con un asunto donde se está demostrando un ánimo humanitario, más que uno de espíritu ruin, y, frente al reclamo común y no bienvenido de soberanía, Gran Bretaña más bien está siendo honrada por la actitud de las islas”.

Parecería que la indignación de Winston Churchill se originó en un informe de prenda desde las islas en el cual se afirmaba que los isleños se mostraban amargamente críticos de la visita de enero y temían que dichas visitas se convirtieran en regulares y rutinarias. Por los menos uno de los consejeros fue citado diciendo que el gobierno local había sido forzado a aceptar las condiciones británicas para la visita de los argentinos.

Explotación petrolera (1997).

El panorama del petróleo se ha despejado desde que en septiembre de 1995 se aprobó de un régimen de cooperación y explotación conjuntan.

Este régimen abrió el camino a los isleños para hacer un llamado internacional a explorar y eventualmente explotar hidrocarburos al norte y al sur del archipiélago. En tanto se establezca una zona común o especial, al oeste de las islas, donde las aguas jurídicciales se sobreponen, la cual será de administración conjunta.

El gobierno de las islas llamó a licitación al cual respondieron seis consorcios internacionales, fue procedido de varios relevamientos sísmicos realizados por las empresas Geco-Prakla y Spectrum Gepphysical que anticipaban perspectivas favorables para la explotación.

Dentro de los consorcios que se han licitado y que incluyen 14 compañías petroleras se destacan British Gas, que incluye a la YPF argentina, Lasmo, Armarada HESS, etc.

Estas compañías se presentan en consorcios y no en forma individual debido al alto costo en las primeras perforaciones de exploración

Acuerdos (1998).

El gobierno piensa en un acuerdo global sobre pesa, petróleo y comunicaciones para acercarse al camino de la soberanía.

Se piensa llegar a estos objetivo en el viaje que va a hacer el presidente Menem a Londres.

Mientras tanto el canciller está negociando con Gran Bretaña para viajar a las islas Malvinas antes de la visita presidencial a Londres, Di Tella haría este viaje con un pasaporte del Mercosur.

Ante estas declaraciones el canciller británico Robin Cook opina que sería mejor que aterrice en las islas después de la visita de Menem a Londres.

Antes del viaje de Menem la cancillería argentina sigue encontrando una obstinada respuesta negativa del Foreing Office (cancillería inglesa) a su permanente propuesta de hablar sobre la soberanía. De lo que si se conversa es de seguir progresando en materia de exploración y explotación petrolera en la zona que rodea las islas y hay perspectivas de avances en materia de comunicación entre las islas y el continente, cuya concreción daría un marco más positiva al encuentre Menem- Blayd.

Luego de muchas conversaciones sobre este tema se logró un entendimiento para la explotación de petróleo en el sudoeste de las islas.

Después de casi tres años que se firmó el acuerdo bilateral de cooperación en New York, comenzado a rendir los frutos. Los dos gobiernos realizaran oficialmente un llamado a licitación para la exploración y explotación petrolera de la zona especial argentino- británica.

Este acuerdo forma parte de un paquete de medidas que diplomáticos argentinos vienen negociando con representante del Foreing Office.

Otra medida que forma parte de este paquete es de las comunicaciones entre las islas y el continente, en este tema se pudo llegar a un acuerdo debido a que la argentina autorizó los vuelos entre puerto argentino y Montevideo que se realizarán sin pisar suelo argentino.

Dentro de este paquete también se establecería una medida para un acuerdo en la pesca a largo plazo.

Tony Lloyd llegó a la argentina para iniciar las negociaciones sobre dos temas bilaterales: la oferta argentina de financiar el desminado de las islas Malvinas y el problema diplomático que provocó la preocupación que expresaron miembros británicos de la comisión mixta de hidrocarburos, por el proyecto legislativo para sancionar a las petroleras que operen en el Atlántico sur sin el consentimiento argentino.

Por supuesto que por el tema fundamental por el que vino el vicecanciller de Inglaterra fue para evitar el avance en el congreso de la llamada ley “Eduardo Menem” que sancionarán a las empresas que operen en las aguas de las islas sin la autorización argentina.

Luego de reuniones y negociaciones con el vicecanciller el gobierno argentino pidió a los legisladores peronistas congelar el tratamiento del proyecto para evitar inconvenientes antes de que el presidente viaje a Londres.

Los diputados entendieron que sería muy mal visto en Inglaterra tratar el proyecto antes del viaje presidencial y después de la visita de Lloyd a la argentina para hablar de ese tema y por esto decidieron congelar el proyecto.

El vicecanciller logró el objetivo por el cual vino a la argentina. Pero antes de retirarse hizo unas declaraciones que pueden terminar con el acuerdo de cooperación petrolera argentino- británico firmado en 1995.

Los Kelpers ya abrieron el paraguas (1998).

Los malvinenses se pusieron en guardia por las negociaciones que existen entre Londres y el gobierno argentino.

Los Kelpers aseguran que el tema de la soberanía de las Malvinas no se hablará durante la visita a Londres del presidente Carlos Menem, ya que se los garantizó el Foreing Office.

Según los isleños Guido Di Tella no pisará suelo malvinense aunque tenga un pasaporte emitido por el Mercosur. Dicen que si viene va a ser muy vergonzante y humillante para el.

También afirman que ellos tienen el derecho de decidir quien entra y quién no sale de las islas.

Utilizando un toque de ironía decían que el canciller podía entrar el día que se jubile. Pero si autorizaron dos visitas más de familiares de soldados argentinos caídos durante el conflicto bélico con Gran Bretaña en 1982.

Por acá no pasan (1998).

Los vuelos a Malvinas serán semanales y unirán a Puerto Argentino con la capital inglesa. También habrá escala en Montevideo y San Pablo, sin tocar suelo argentino.

Los habitantes de las Malvinas le hicieron jaque a la política de seducción no sólo porque el boeing 737 que se inaugurará el 2 de abril no aterrizará en suelo argentino, sino también que se rumorea que los Kelpers mantuvieron negociaciones secretas con Londres. Estas negociaciones ocultas no les causa mucha gracia al gobierno argentino porque se les va a complicar conseguir la soberanía de las islas.

Menem se dio el gusto (1998).

El presidente cumplió el único objetivo que tenía pendiente, que era hacer una gira por Londres. Estuvo durante una semana y tuvo conversaciones relevantes sobre negociaciones con Inglaterra.

Vale recordar que esta fue la primera visita de un jefe de estado argentino a Gran Bretaña después de la guerra en 1982.

El canciller Guido Di Tella ratificó su política de seducción para con los habitantes de las islas Malvinas y anticipó que en las últimas horas les enviará una carta para intentar combenserlos una vez más de que se restablezca el diálogo con el gobierno.

También dijo que harán un regalo de Navidad para los isleños y mantiene su idea de visitar las islas con pasaporte de otra nacionalidad, ya que no lo puede hacer con el de argentina.

Debido a la visita del presidente Menem el canciller dijo que las relaciones políticas entre la argentina y Gran Bretaña que no sólo han mejorado sino que también han cambiado. Aseguró también que ahora tendrán una mejor posición para lo que quisieron ya que hay una relación distinta para conversar sobre los temas de fondo y de negociaciones bilaterales.

Alianza y la política de estado sobre Malvinas (1999).

El cumplimiento del mandato constitucional sobre las Islas Malvinas requerirá de tiempo y permanencia en la acción y coherencia entre distintas gestiones o períodos gubernamentales. Por ello se considera de la mayor importancia que los esfuerzos de los gobiernos argentinos se den en el marco de una política de Estado. Ella debe aspirar a dar continuidad a la acción y a fortalecer la capacidad negociadora nacional.

Una política de Estado sobre la cuestión Malvinas no debe reducirse a un ejercicio en el que el gobierno propone y la oposición acepta, retoca o rechaza las ideas. Se trata, en cambio, de las construcción conjunta de una estrategia sobre los problemas que abarca la cuestión Malvinas.

Esa política debe avanzar en el diálogo con el Reino Unido con el objeto de lograr acuerdos que contengan los procedimientos, los tiempos y etapas para construir y fortalecer las medidas de confianza reciproca entre las partes.

Estas medidas o acciones, que deberán desarrollarse en un período a convenir, se tendrán que desenvolver en dos planos, mutuamente condicionados. El de las comunicaciones, el económico y el de la circulación de personas entre las islas y el territorio continental. El político, que debe conducir a diálogos amplios que incorporen la cuestión de la soberanía sobre las islas.

Este período tendrá como criterios la progresividad y simetría en los avances que se registren en estos planos. La continuidad de las negociaciones dependerá del acuerdo de las partes, a la luz de los criterios enunciados.

La construcción de confianza es un proceso. Requiere tiempo y profundización paulatina. Estamos abiertos para la consideración de diversas fórmulas que puedan facilitar el logro de esos objetivos.

Trabajo Práctico 2

Islas Malvinas

Política de seducción




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Enviado por:Francisco C.
Idioma: castellano
País: Argentina

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