Historia


Guerra de la Independencia española


ESPAÑA SIGLO XIX: GUERRA DE LA INDEPENDENCIA Y REVOLUCIÓN LIBERAL ( 1808- 1814).

1- SITUACIÓN DE ESPAÑA EN EL REINADO DE CARLOS IV (1788-1808):

-Situación internacional: Impacto de la Revolución Francesa y guerras napoleónicas.

-Situación interna: los problemas entre Carlos IV -Godoy y Fernando VII.

A la muerte de Carlos III hereda su trono su hijo Carlos IV ( 1788- 1808). La primera medida importante de su reinado se adopta en ocasión de reunirse las cortes para el reconocimiento y jura del infante Fernando, su heredero (1789): se trata del asentimiento regio a la petición de las cortes de que se derogue la ley sálica instaurada por Felipe V, y se expida un “ auto acordado”, donde conste tal anulación por ser una medida contraria a la tradición española, que había admitido siempre la sucesión femenina. El rey accede a la medida, pero la decisión no llega a publicarse y la cuestión quedará dudosa cuando, en ocasión de la sucesión de Fernando VII, surja la discordia sobre el régimen hereditario de la corona.

El reinado entero de Carlos IV está enmarcado por los problemas suscitados por la revolución francesa y su continuación napoleónica. Tal como los demás monarcas de Europa, el español siente viva preocupación por los sucesos de Francia, sobre todo a medida que van refutando la autoridad de Luis XVI, que comenzarán a ser en la práctica un prisionero de los revolucionarios. Con el relevo de Floridablanca por el conde de Aranda, que ha sido embajador en París, se esboza cierta actitud española de convivencia con la revolución, favorecida porque no escasean los grupos de intelectuales avanzados y de aristócratas españoles que no ocultan su simpatía por las novedades ideológicas francesas. Esta fase de prudente contemporización queda cerrada bruscamente por el nombramiento de secretario de Estado a favor de Manuel Godoy, en 1792, antiguo guardia de corps que desde hacía varios años tenía escandalosa intimidad con la reina María Luisa, esposa de Carlos IV, y había sido ya nombrado anteriormente teniente general,. En el año siguiente, 1793, fueron guillotinados en París los reyes Luis XVI y María Antonieta, acto que produce horror en toda Europa y una vasta coalición contra la Francia revolucionaria en la que entra España. La unanimidad del país en la guerra subsiguiente es uno de los fenómenos que auguran y preparan la creciente homogeneización que se irá registrando en el curso del siglo siguiente. En la contienda contra Francia confluyen antiguos factores nacionales con sentimientos de tipo religioso y monárquico y aun de rústico y fanático repudio populista contra el librepensamiento. De este modo, en territorios afectados por la guerra, como son el catalán y el vasconavarro, se manifiesta viva solidaridad popular en ayuda a las tropas con voluntarios donativos. La campaña tiene un comienzo favorable, y las armas españolas dirigidas por el general Ricardos, avanzan por el Rosellón, pero la debilidad militar de España impide mantener una contienda larga, y las demás potencias coaligadas vacilan en su esfuerzo. Parece pues, más aconsejable procurar la paz, y esta se firma en Basilea en 1795, con devolución de conquistas y cesión por España de la parte española de la isla de Santo Domingo. Godoy no tuvo inconveniente en añadir a esta paz poco airosa una alianza con los franceses, que resultó aún más perjudicial y se concertó en San Ildefonso, en 1796, estipulando una liga ofensiva y defensiva entre ambas naciones. Consecuencias inmediatas de esta alianza es la declaración española de guerra de Inglaterra, la cual empieza a asestar una serie de duros golpes en el mar contra España. Tales como la derrota del cabo San Vicente (1797), el ataque de Nelson a Tenerife, que es rechazado, y donde él pierde un brazo, y el bombardeo de Cádiz. En 1798 Godoy cayó pasajeramente en desgracia, tras haber contraído matrimonio con la duquesa de Chinchón, hija natural de hermano del rey, infante Luis, lo que no le retrajo de tener amores y casarse en secreto con Pepita Tudó. Probablemente fueron estas incidencias, antes de que el desacierto en sus designios políticos, las que motivaron su caída. La bibliografía reciente tiende a considerar a Godoy como continuador de las directrices de los ilustrados, siguiendo las cuales desarrollo una labor promotora de la cultura, la sanidad y la economía nada desdeñable. Desde la primera hora, Godoy cuenta animosidad radical del príncipe Fernando, heredero de la corona, en torna a la cual se aglutina u partido contrario al favorito, sin vacilar en excitar contra él al pueblo bajo y en contrarrestar el estilo ilustrado de su gobierno acudiendo a los resortes del casticismo tradicional.

La alianza española con Francia conduce a que España tenga que emprender una guerra contra Portugal, exigida por el tratado de Madrid en 1801 con los franceses, que revalida la liga anterior. En esta coyuntura, Godoy retorna al poder y asume el mando supremo de las tropas, desarrollando una ridícula campaña de u par de meses, denominada “ la guerra de las Naranjas”, porque no da otro resultado que un ramo de ellas que Godoy envía a la reina.

El tratado de Badajoz de 1801 pone término a las hostilidades y en 1802, por la paz de Amiens. España recobra Menorca y la plaza de Olivenza. En el año siguiente, España compra el derecho a mantenerse neutral abonando a Francia un subsidio de seis millones de libras. Aun así, Inglaterra ataca a la navegación española y en 1805 se prepara una armada francoespañola para hacerle frente, la cual choca con la floja inglesa de Nelson en Trafalgar, con resultado adverso. En 1807 Godoy concierta con Napoleón un tratado para repartirse Portugal, donde se creara para el primero el principio de los Algarves. Se pacta que, para la realización de este designo, España dará paso franco a las tropas francesas.

En 17 de marzo de 1808 estalla en Aranjuez, donde se encuentra la familia real, un motín popular, excitando por agentes del príncipe Fernando. Las masas fuerzan a abdicar a Carlos IV en su hijo, hacen prisionero a Godoy, que es encarcelado para salvarle de su furor, y proclaman rey a Fernando VII. Mientras tanto, las tropas francesas han tomado posiciones en múltiples lugares de España, y especialmente en Madrid, del que son dueñas absolutas. Tanto Godoy como Carlos IV y el resto de la familia real son cautivos de los franceses, quienes les trasladan a Bayona. Fernando VII entra triunfalmente en Madrid el 24 de marzo. Al conocer que su padre se retracta de su abdicación y quiere someter el problema español a Napoleón, Fernando acude también a Bayona, donde llega el 20 de abril.

Las Cortes de Cádiz

Las reuniones de las Cortes establecidas en la ciudad española de Cádiz tras la invasión napoleónica de la península Ibérica culminaron con la redacción, aprobación y promulgación de la primera Constitución de la historia de España. Esta pintura, La promulgación de la Constitución de 1812, obra de Salvador Viniegra que actualmente se encuentra en el Museo Histórico Municipal de Cádiz, ilustra el momento en que tuvo lugar tal acontecimiento.

2- LA INVASIÓN NAPOLEÓNICA DE ESPAÑA EN 1808:

El Tratado de Fontenaibleau.

Fontenaibleau, el 27 de octubre de 1807

El gobierno español, presidido por Godoy, firma, en la citada localidad francesa, un tratado con Napoleón, que supondrá la total supeditación de la política española a la del emperador. Godoy, que se sabía odiado y perseguido por el príncipe Fernando buscó en todo momento el apoyo de Napoleón, aunque ello supusiese la injerencia francesa en la Península.

En noviembre de 1806, Bonaparte había decretado el bloqueo continental contra Inglaterra, la cual se adhirió inmediatamente España, si bien con ciertas condiciones, que quedarían estipuladas en el tratado de Fontenaibleau. El camino para llegar a tal acuerdo se inició en noviembre de 1806, cuando Godoy delegó en París al naturalista y confidente suyo Eugenio Izquierdo de la Ribera. Este, prescindiendo del embajador en París inició inmediatamente las conversaciones con Talleyrand, ministro de Negocios Extranjeros de Napoleón. El plan de Godoy era que, a cambio de participar en el bloqueo continental, Napoleón le diese su total apoyo, pues se veía cada vez más amenazado por el príncipe Fernando. Al mismo tiempo, y conociendo de antemano los planes napoleónicos de dominio sobre toda la fachada atlántica, le proponía la invasión conjunta de Portugal, y su posterior división de varias provincias, una de las cuales debería quedar bajo el mando del príncipe de la Paz. Cuando las conversaciones estaban llegando a su fin, hubo de interrumpirse la negociación, pues la coalición de Prusia y Rusia demandaba la intervención del emperador.

Pero, por fin, el convenio pudo suscribirse en los siguientes terminos:

Un ejercito hispano- francés deberia conquistar portugal, que sería dividida en tres estados.

El del norte o reino de Lusitania sería entregado a los reyes de Etnuria a cambio de sus posesiones en Itália.

El del centro se reservaba a los ingleses a cambio de Gibraltar y demás posesiones ocupadas.

Y el del sur o de los Algarves sería entregado como reino a Godoy y a sus descendientes.

Los tres estado squedarían bajo la tutela española. Todo ello se consideró en la corte como un triunfo personal de Godoy, quien vio su prestigio acrecentado, así como el odio que po él partido fernandista.

Supo aprovechar el valido su ventajosa posición, propiciando el proceso de El Escorial contra su enemigo, lo que provoco una auténtica crisis en la monarquía española. Esta crisis fue aprovechada por Napoleón, quién desde octubre de 1807 empezó a introducir sus tropas en la península sopretexto de cumplir el tratado de Fontenaibleau. Desde noviembre, se encontraba en Castilla, con veinte mil hombres, el general Junot, quien en una rápida ofensiva a finales del mismo mes, junto a una pequeño contingente español al mando del general Juan Carrafa, penetró en Portugal y tomó en diciembre Lisboa. Pero entretanto continuaron llegando a la península nuevos contingentes franceses, lo que alarmo sobremanera a la población, así como a los monarcas y al propio Godoy. Mientras tanto, el príncipe Fernando se alegraba de tal situación, que amenazaba con acabar de una vez por todas con la privanza del valido.

Diversos tumultos ocurridos en Navarra y Cataluña, donde los franceses empezaron ya a actuar como dueños, junto con la llegada a España de los reyes de Etruria, expulsado por Napoleón de los estados italianos sin haber consumado la invasión de Portugal, convenciendo al gobierno de que el tratado de Fontenaibleau era solo papel mojado.

Los planes de Napoleón no incluían en absoluto la cooperación, sino la invasión del territorio. Afortunadamente, la decidida actitud del pueblo se aprestó a enmendar los errores cometidos por los gobernantes en su propio beneficio.

3- EL INICIO DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA:

La guerra que emprende España contra Napoleón para defender su independencia comprende también dos procesos que se entretejen con aquella: se trata, por una parte, de las diferencias tentativas que se emprenden para dar al país una nueva fisonomía política, tras el evidente deterioro de la monarquía de la Ilustración, intentos en las cuales adquiere protagonismo la clase media baja, junto con el pueblo, porque el descrédito del sistema anterior ha perjudicado a las elites hasta entonces gobernantes; y, por otro lado, salen a la luz también tensiones sociales causadas por el régimen económico implantado por la burguesía industrial, del cual son correlativas la inflación, la aglomeración proletaria en las ciudades y las malas condiciones de vida que padece en ellas las clases obreras.

El Motín de Aranjuez.

Aranjuez, 17 de marzo de 1808

Estalla un motín en Aranjuez, que conduce al encarcelamiento de Godoy y a la abdicación del rey Carlos IV en su primogénito. Fernando VII. Godoy empieza a desconfiar de las tropas francesas, que han penetrado en España, cuando ya era demasiado tarde para detenerlas. Entonces, convence a los reyes de que se retiren a Andalucía para, en caso necesario pasar a América o a las Baleares.

Pero el partido fernandista, compuesto por enemigos de los ilustrados, hace correr el rumor de que Godoy pretende destronar a Carlos IV y que teme al ejercito francés, porque llega como aliado de Fernando VII. A pesar de que el rey desmiente que vaya a emprender un viaje( 16.3.1808), los preparativos para realizarlo prosiguen y mucha gente acude a Aranjuez para enterarse. El conde de Montijo, disfrazado de campesino manchego y haciéndose llamar tío Pedro, ronda por los alrededores de Aranjuez, reclutando un grupo de paisanos. A la una de la madrugada del 18 de marzo, se oye un disparo en el palacio real: es la señal del comienzo del motín. Los amotinados asaltan el palacio de Godoy, contra quien va el levantamiento organizado por Fernando. Oculto en el desván durante treinta y seis horas, el privado es descubierto cuando sale en busca de agua. Según el relato del conde de Toreno, Godoy es “ conocido por un centinela de guardias valonas que al instante gritó a las armas; no uso ( Godoy) de las pistolas que consigo traía, fuera cobardía o más bien desmayo con el largo padecer. Sabedor el pueblo de que se le había encontrado, se agolpó hacia su casa, y hubiere allí perecido si una partida de Guardias de Corps no le hubiese protegido a tiempo”.

El privado es llevado a la cárcel; Fernando le perdona la vida, a petición de los reyes, y promete al pueblo que será juzgado por su gestión política. El mismo día, Carlos IV convoca a sus ministros y firma su abdicación en su primogénito Fernando VII. Godoy alega que el motín es organizado por algunos nobles, apoyados por “ las jaurías de lacayos, de cocheros, galopines y chusma advenediza…asalariada”, pero tiene gran eco popular.

Las Abdicaciones de Bayona.

Bayona, 5 de mayo de 1808.

Carlos IV firma un convenio privado con Napoleón, por el que renuncia a la corona de España a favor del emperador de Francia. Tras el motín de Aranjuez ( 17-19.3.1808), Fernando VII traslada la corte a Madrid( 24 de marzo) e intenta ser reconocido como nuevo monarca. Causa sorpresa la actitud del embajador francés Beauharnais, que evita cualquier gesto que suponga el reconocimiento del nuevo rey de eapaña. También el mariscal Murat- llegado a Madrid el 23 de marzo de 1808- se niega a reconocer a fernando VII como rey y rechaza las credenciales del príncipe de Masserano, nombrado embajador ante Napoleón. Solicitada medición de este en las discordias de la familia real española, ordena atraer a todos sus miembros a Bayona, para realizar su plan de expulsarlos de España. Bonaparte hace saber a Fernando VII que su reconociendo como rey de España depende de la confianza que deposite en sus manos y le promete un enlace con un princesa napoleónica. Así convencido, Fernando VII crea ( 14.4.1808)una junta que debe gobernar durante su ausencia de España y, a pesar de las advertencias de sus acompañantes, entra en Bayona el 20 de abril, donde le espera el emperador desde el 14 de abril. Pronto se da cuenta de que Napoléon quiere destronar a los Borbones de España, pero se encuentra prisionero en territorio francés.

Diez días más tarde, llega a Bayona Carlos IV y empieza el forcejeo para que Fernando devuelva la corona a su padre. Este accede a condición de que se haga en España y ante las cortes, a lo que Napoleón se niega. El 5 de mayo llega a Bayona las noticias de lo ocurrido en España el 2 de mayo el rey se limita a firmar en Burdeos, el 12 de mayo, una proclama pidiéndole obediencia a Napoleón y confianza en el emperador, que acabaría colmándose de felicidad. Ante las amenazas de Napoleón y la presión de su padre Fernando VII devuelve la corona a Carlos IV. El mismo día, esta renuncia al trono de España a favor de Napoleón, y el 10 de mayo Fernando y toda la familia real española firman se renuncia a favor de Napoleón. Fernando VII felicita a José, el futuro sucesor de su trono, y le escribe una carta en la que manifiesta que el mismo se considera un miembro de la familia Bonaparte.

El 2 y 3 de Mayo De 1808 en Madrid.

Madrid, 2 y 3 de mayo de 1808.

El primer episodio de la guerra de la Independencia- la conocida revuelta del 2 de mayo en Madrid- contiene precisamente este doble aspecto de enfrentamiento con las tropas francesas y rechazo de las autoridades españolas que tratan de mantener el orden extremo de la capital. Es también de notar que las figuras militares que se distinguieron heroicamente en aquellos hechos son - como los capitanes Daoiz y Velarde y el teniente Ruiz- de rango relativamente modesto, puesto que los superiores transigen claramente con la ocupación francesa, fingidamente amistosa, y con el gobierno español del momento. La significación del 2 de mayo es simplemente en la ruptura simbólica de la falsa normalidad existente y en difundir por España entera el ejemplo de la rebelión armada contra ella. Por lo demás, la revuelta es sangrientamente reprimida y en Madrid y en las ciudades importantes del país continuo sin dificultades el mando de las autoridades afrancesadas- salvo casos concretos como los de Zaragoza y Gerona-, y los independentistas han de lanzarse al campo para batir a los invasores mediante la táctica de guerrillas, que permite al pueblo llano un protagonismo militar que sentará precedentes en el futuro.

Los fusilamientos del 3 de mayo

El levantamiento del pueblo madrileño el 2 de mayo de 1808, que produjo los fusilamientos de los sublevados ese mismo día y durante la mañana del día siguiente, marcó el inicio de la guerra de la Independencia española. Contagiadas del espíritu de resistencia alentado desde Madrid, diversas Juntas Provinciales se fueron constituyendo con el fin de dotar al país de un entorno institucional legítimo. Goya plasmó de forma dramática estos acontecimientos en su obra El 3 de mayo de 1808: los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío (1814, Museo del Prado, Madrid.

4- CARACTERÍSTICAS DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA:

-Militares

-Bandos de Conflicto

5- PERSONAJES HISTÓRICOS DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA:

-Los afrancesados: José I

-Los patriotas y guerrilleros: Espoz y Mina, el cura Merino, el Empecinado.

-Los ingleses: Duque de Wellington.

José I Bonaparte (1768-1844), rey de España (1808-1813), impuesto por su hermano mayor, el emperador Napoleón I Bonaparte, tras la invasión francesa de 1808. Nació en Corte (Córcega), el 7 de enero de 1768. Estudió leyes en Pisa (Italia). En 1796, tomó parte en la campaña de su hermano en Italia. José Bonaparte fue miembro del Consejo de los Quinientos, la cámara baja de la época del Directorio, en 1798. Durante las Guerras Napoleónicas, iniciadas al año siguiente, actuó como enviado de su hermano y firmó tratados con Estados Unidos, Austria, Gran Bretaña y el Vaticano. En 1806, Napoleón le nombró rey de Nápoles, en donde reinó hasta el 6 de julio de 1808, fecha en la que aquél le concedió el trono de España después de conseguir las abdicaciones del monarca español Fernando VII y la de su padre Carlos IV.Reinó como José I, en medio de la guerra de la Independencia librada frente al dominio de los ejércitos franceses y contra su propio gobierno, buscando el apoyo político de uno de los grupos de los ilustrados españoles, cuyos miembros eran los denominados afrancesados, sin lograr hacer triunfar su programa reformista, cimentado en el Estatuto de Bayona (espurio origen del constitucionalismo español).

Espoz y Mina, Francisco (1781-1836), guerrillero español, destacó durante la guerra de la Independencia española y después fue un militar de ideología liberal. Francisco Espoz e Ilundain nació en Idocín (Navarra), participó al principio en el Ejército napoleónico, en 1809 se pasó al Ejército español y en 1810 fue jefe de la partida de guerrilleros que hasta el mes de marzo de dicho año mandaba su sobrino Francisco Xavier Mina. Mandó el cuerpo de ejército de Navarra. No aceptó la disolución de la guerrilla e intentó un golpe militar, y al fracasar se refugió en Francia. Con el triunfo de la revolución de 1820 regresó a Navarra y proclamó la Constitución en Santesteban. Nombrado comandante general de Galicia en 1821 fue luego destituido. Ingresó en la masonería. Combatió contra los realistas en Cataluña. Claudicó ante las tropas francesas de los Cien Mil Hijos de San Luis, en 1823, y se refugió en Inglaterra. Volvió a España y participó en la primera Guerra Carlista, en la que, al parecer, se vio envuelto en el fusilamiento de la madre del general carlista Ramón Cabrera. Falleció en 1836 en Barcelona.

El Empecinado (Juan Martín Díaz) (1775-1825), guerrillero español, destacó durante la guerra de la Independencia y después como militar liberal. Nacido en Castrillo de Duero (Valladolid), era labrador cuando en mayo de 1808 organizó una partida contra el ejército francés, la cual en 1811 contaba con unos 6.000 hombres. Fue adquiriendo graduación militar concedida por las juntas, y avalada luego por el gobierno, hasta llegar a mariscal de campo en 1814. Secundó, en 1820, el levantamiento de Rafael del Riego y fue nombrado gobernador militar de Zamora. Fue destituido al leer a la tropa un escrito del liberal exaltado y masón Romero Alpuente. Hecho prisionero por las tropas realistas en 1823, fue ajusticiado por orden del corregidor de Roa (Burgos), Domingo Fuentenebro, pese a los intentos del capitán general de Castilla la Vieja, Carlos O'Donnell, de llevar su causa por los tribunales de justicia.

Wellington, Arthur Colley Wellesley, duque de (1769-1852), militar y político británico, primer ministro (1828-1830; 1834), derrotó definitivamente a Napoleón I Bonaparte en la batalla de Waterloo.

Primeras actividades militares y políticas

Nació en Dublín el 1 de mayo de 1769 y estudió en el Eton College y en la Academia Militar francesa de Angers. Sirvió como alférez del Ejército británico en 1787 y fue elegido miembro del Parlamento irlandés en 1790. Durante la guerra de la Primera Coalición (que enfrentó al régimen salido de la Revolución Francesa contra una alianza formada por la mayoría de los países europeos, desde 1793 hasta 1797), participó en la desafortunada campaña librada contra las fuerzas francesas en los Países Bajos en 1794 y 1795. En 1796, Wellesley, que había ascendido a coronel, se trasladó a la India, donde su hermano, Richard Colley Wellesley, fue nombrado gobernador general en 1797. Participó en varias campañas militares; en la batalla de Assaye de 1803 venció a los mahrattas de Peshwa, tras haber alcanzado el grado de general, y logró pacificar la región. Regresó a Gran Bretaña en 1805, donde se le concedió el título de sir y fue elegido miembro del Parlamento británico.

La guerra de la Independencia española

Wellesley tomó parte en las denominadas Guerras Napoleónicas. Luchó en las campañas emprendidas contra Francia y sus aliados en Hannover (1805-1806) y Dinamarca (1807). Durante la guerra de la Independencia española (1808-1814), que concluyó con la expulsión de los ejércitos de Napoleón de toda la península Ibérica, las fuerzas de Wellesley obtuvieron una serie de victorias decisivas, sobre todo en Talavera de la Reina (1809), Ciudad Rodrigo (1812), Badajoz (1812), Arapiles (que, el 22 de julio de 1812, abrió el camino hacia Madrid, la cual también tomó ese año), Vitoria (1813) y en la ciudad francesa de Toulouse, donde derrotó finalmente a los ejércitos napoleónicos (1814). En 1814, se le otorgó el título británico de duque de Wellington.

Vencedor de Napoleón y primer ministro

Fue uno de los representantes británicos en el Congreso de Viena, convocado para rectificar las fronteras europeas creadas por Napoleón y consensuar un nuevo marco para las relaciones internacionales. Wellington asumió el mando del principal Ejército aliado. El 18 de junio de 1815, con el refuerzo de las tropas del mariscal de campo prusiano Gebhard Leberecht Blücher, derrotó definitivamente a Napoleón en la batalla de Waterloo. Permaneció en Francia durante tres años como jefe del Ejército aliado de ocupación.

Regresó a Gran Bretaña en 1818 y se le concedió un cargo en el gabinete tory presidido por Roberts Banks Jenkinson, segundo conde de Liverpool. En esta época, ayudó a los exiliados españoles refugiados en Inglaterra, al considerarlos excombatientes de las guerras contra Napoleón. Abandonó su puesto gubernamental en 1827, cuando pasó a ser comandante en jefe del Ejército británico. El rey Jorge IV insistió en su nombramiento como primer ministro, en 1828. Durante su mandato, Wellington se granjeó la enemistad de los elementos más conservadores del partido tory debido a la promulgación de la Ley de Emancipación Católica en 1829. Poco después, provocó la irritación del electorado británico por oponerse a la reforma parlamentaria, lo que le obligó a dimitir y provocó la formación de un gabinete whig en 1830. Mantuvo su escaño de diputado y volvió a ocupar brevemente el cargo de primer ministro en 1834; cuando los tories regresaron al poder, pasó a ser ministro de Asuntos Exteriores (1834-1835) dentro del gabinete de sir Robert Peel. Resultó de nuevo nombrado comandante en jefe del Ejército británico en 1842, función que desempeñó hasta su fallecimiento, que tuvo lugar en Walmer Castle (Kent), el 14 de septiembre de 1852. Fue enterrado en la catedral de Saint Paul de Londres.

Madrid, 19 de julio de 1808.

El 19 de Julio de 1808 el general español Castaños batió a las tropas napoleónicas en Bailén. El desconcierto causado en la corte de José I por esta derrota y los progresos de la resistencia española aconsejan al rey intruso alejarse de Madrid. En el bando español, desprovisto de autoridades, se constituye la Junta Central, bajo la presidencia de Floriblanca, la cual cuida de tener juntas delegadas en los diversos reinos españoles y ponerse en contacto con los ingleses para obtener ayuda. La crisis de la presencia francesa en España obliga al propio Napoleón a venir a ella: gana diversos combates a los españoles, repone a su hermano en el trono de Madrid y aspira a establecer su pacifico gobierno en España. En 1808, empieza, sin embargo, el asedio de Zaragoza, que será seguido del de Gerona; ambos ocupan y desgastan durante largo tiempo copiosas fuerzas francesas y dan ánimo a quienes las resisten en el campo, en el curso de la lucha feroz que dará tema a Goya para plasmar en sus grabados Los desastres de la guerra.

En el curso de 1809 se registran primero las notas aciagas de la entrada de los franceses en las dos plazas indicadas, la victoriosa campaña de su mariscal Soult en Galicia, donde las tropas inglesas, y los triunfos franceses de Medellín y Valls sobre los generales Cuesta y Reding, respectivamente. Más tarde, comienza a hacerse patente la eficacia de los ejércitos ingleses mandados por Wellington que, junto con los españoles de Cuesta, vencen a los franceses en Talavera y comienza a hospitalizarse tenazmente desde Portugal. En el año 1810 los invasores ocupan Andalucía entera, exceptuando Cádiz, donde se refugia la Junta Central y se reunirán luego las cortes, después de que la Junta entregue sus poderes a un consejo de regencia. Es año de intensa actividad de los guerrilleros entre los cuales descuellan Mina, López, El Empecinado, Palarea y otros. Los franceses invaden Portugal con el fin de eliminar la amenaza británica, sin éxito. Los ejércitos angloespañoles ganaron en este año las batallas de Chiclana y Albuera. Dentro del mismo 1810 comienzan las sesiones de las cortes en Cádiz, mientras dura el asedio francés. Los diputados que acuden a Cádiz como pueden, cada uno a su modo, cuenta sólo con una representación moral de su tierra, puesto que no se ha celebrado elección alguna para calificarles. Con todo, el parlamento constituido reúne a figuras de alto prestigio y de amplia significación territorial, puesto que aparecen en Cádiz incluso diputados de las colonias ultramarinas. En las cortes se forma un partido liberal, defensor de amplias reformas en las monarquías y otro realista, partidario de las tradiciones. Con predominio de la primera opinión se elabora la constitución que se promulga el 19 de marzo de 1812.

Las cargas públicas, según se preceptúa, serán distribuidas entre todos los españoles sin distinción. Se acuerda asimismo en las cortes la abolición de la Inquisición, la supresión de señoríos, la desamortización de los bienes de comunidades religiosas extinguidas, la parcelación y reparto de la mitad de las grandes propiedades entre los vecinos pobres y los excombatientes, y otras providencias que, en mayor o menor medida, habían sido contempladas también en una constitución que se elaboro en Bayona en 1808 por inspiración napoleónica. Las disposiciones de las cortes gaditanas sonaron ante buena parte de la opinión a utópicas y se les reprochó también su acento europeizaste, que parecía afrancesado en aquella hora de entusiasmo patriótico. En el mismo 1812 comienza a palidecer la estrella de Napoleón, absorbido por la campaña de Rusia.

Wellington conquista Ciudad Rodrigo y Badajoz y derrota a los franceses en la batalla de Los Arapiles, que trae como consecuencia la evacuación de Castilla por los invasores y la necesidad de que José I vuelva a salir de Madrid. En el año siguiente. Los angloespañoles ganan la batalla de Vitoria, completada por la de San Marcial, y los afrancesados se ven obligados a cruzar los Pirineos, perseguidos por Wellington. En este momento, Fernando VII comete el grave error de firmar una paz separada con Napoleón: a cambio de ganar acaso unos meses en su regreso a España, el rey defrauda a sus aliados, separándose de la causa común e inhibiéndose de la guerra que seguirá durante un tiempo.

La paz se firmó en Valencay en 1813 y fue repudiada por el consejo de regencias actuante en España, que rehusó reconocer el arreglo entre el rey y Napoleón, además de negarse a acatar a Fernando VII hasta que hubiera jurado la constitución. La precipitación de este en terminar la guerra con los franceses debilitaría enormemente la posición española en el congreso de Viena de 1815, donde se reunieron las potencias vencedoras de Napoleón, y en la cual, curiosamente, la Francia derrotada salió más favorecida que España, que podía haber sido estimada vencedora, y apenas fue reconocida como participante en el elenco de los aliados.

Batalla de Bailén

La victoria lograda por el general español Francisco Javier Castaños sobre el francés Pierre-Antoine Dupont en la estratégica localidad de Bailén permitió a los ejércitos españoles abrirse camino hacia Madrid, de donde hubo de salir el hermano de Napoleón I, José Bonaparte, quien había sido coronado rey de España por los invasores

6- LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA Y GOYA:

-Bibliografía de Francisco de Goya.

Francisco de Goya ( 1746- 1828), pintor y grabador español considerado uno de los grandes maestros de la pintura de su país. Marcado por la obra de Velázquez. Formado en un ambiente artístico rococó, evolucionó a un estilo personal y creó obras que, como la famosa El 3 de Mayo de 1808 en Madrid; los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío (1814, Museo del Prado, Madrid), siguen causando, hoy día, el mismo impacto que en el momento en que fueron realizadas.

Formación y primeros proyectos.

Goya nació en la pequeña localidad aragonesa de Fuendetodos (cerca de Zaragoza) el 30 de marzo d 1746. Su padre era pintor y dorador de retablos y su madre descendía de una familia de la pequeña nobleza de Aragón. Asistió a las escuelas Pías de Zaragoza y comenzó su formación artística a los 14 años, momento en el que entró como aprendiz en el taller de José Luzán, pintor local competente aunque poco conocido, donde Goya pasó cuatro años. En 1763 el joven artista viajó a Madrid, donde esperaba ganar un premio en la academia de san Fernando. Aunque no lo consiguió el premio deseado, hizo amistad con otro artista aragonés, Francisco Bayeu, pintor de la corte que trabajaba en el estilo académico introducido en España por el pintor alemán Anton Raphael.

Pintor de la corte.

En 1789, Goya fue nombrado pintor de cámara por Carlos IV y en 1799 ascendió a primer pintor de cámara, decisión que le convirtió en el pintor oficial de Palacio. Goya disfrutó de una posición especial en la corte, hecho que determinó que el Museo del prado de Madrid heredara una parte muy importante de sus obras, entre las que se incluyen los retratos oficiales y los cuadros de historia. Dos de sus cuadros más famosos, obras maestras del Prado, son: La Maja desnuda ( 1800-1803) y la Maja Vestida( 1800- 1803).

Aguafuertes y pinturas posteriores.

En el invierno de 1792, en una visita al sur de España, Goya contrajo una grave enfermedad que le dejo sordo y marco un punto de inflexión en su expresión artística. Entre 1797 y 1799 dibujó y grabó al aguafuerte la primera de sus grandes series de grabados, Los caprichos en el que resalta los defectos sociales y las supersticiones de le época.

Series posteriores, como Los Desastres de la Guerra o Fatales consecuencias de la sangrienta guerra en España con Bonaparte y otros.

Los horrores de al guerra dejaron una profunda huella en Goya, que contempló personalmente las batallas entre soldados franceses y ciudadanos españoles durante los años de la ocupación napoleónica. En 1814 realizó El 2 de mayo de 1808 en Madrid; la lucha con los mamelucos y el 3 de mayo de 1808 en Madrid: los fusilamientos en la montaña del príncipe Pío y pinturas posteriores. Estas pinturas reflejan el horror y dramatismo de las brutales masacres de grupos de españoles desarmados que luchaban en las calles de Madrid contra los soldados franceses. Ambas están pintadas, como muchas de las últimas obras de Goya, con pinceladas de grueso empaste de tonalidades oscuras y con puntos de amarillo y rojo brillante.

Ultimas obras.

Las célebres Pinturas Negras reciben el nombre por su espantoso contenido y no tanto por su colorido y son las obras más sobresalientes de sus últimos años. Originalmente estaban pintadas al fresco en los muros de la casa que Goya poseía en las afueras de Madrid y fueron pasadas a lienzo en 1879.

Retrato de Goya

El pintor español Vicente López y Portaña realizaron numerosos retratos de las personalidades más destacadas de su época. Entre todos ellos sobresale el de Francisco de Goya (1826) que se conserva en el Museo del Prado, Madrid. En él se puede contemplar al pintor aragonés cuando contaba 80 años.

- Obra de Goya “ El Fusilamiento del tres de Mayo”

El Realismo es un elemento tan consustancial al arte español y sobre todo para Goya.

A golpes abruptos de pincel y de espátula, con la auténtica dimensión del trabajo del jornalero, cuya dureza viene subrayada por la imagen encorvada y de pelo blanquecino del viejo que asoma su cabeza entre las rudas imágenes de los dos hombres.

Los fusilamientos del tres de Mayo ( ver ilustración pag. 5), pareja a modo de díptico de El dos de Mayo, hace referencia al levantamiento del pueblo de Madrid contra un destacamento de mamelucos franceses. Napoleón, a fin de que no quedara ningún flanco por cubrir en su estrategia destinada al bloqueo continental de Gran Bretaña, solicitó de Godoy permiso para el paso de sus ejércitos por España hacia la costa portuguesa. El valido accedió a tenor de los acuerdos del tratado de Fontainebleau, pero el “ proyecto portugués” de ambos se convertiría, tras un flagrante acto de traición, en el “ proyecto peninsular” de Bonaparte, cuyas tropas, en número tres veces superior al acordado, penetraron en España decididas a quedarse. Este sería el inicio de una cruel contienda que no finalizó hasta 1813; una vez terminada la misma, Goya realizaría los lienzos indicados para conmemorar tales acontecimientos.

Lo primero que llama la atención en Los fusilamientos es el sentido de cronista “fotográfico” con el que el pintor ha encarado el tema. Los sublevados el día anterior han sido conducidos, cuando aún no apuntaba el alba, junto a la montaña del Príncipe Pío, donde están siendo fusilados.

A la izquierda, un grupo de hombres de cuya apariencia se columbra pobreza, espontaneidad y, probablemente, desorganización, se enfrentan, horrorizados, a un pelotón de fusilamiento bien pertrechado, perfectamente alienado y del que se desprende una imagen de organización, preparación y eficiencia.

Pero Goya ha tenido buen cuidado de no mostrar el rostro de ninguno de sus componentes. El contraste es flagrante. Por lo demás, aquí no hay héroes ni generales victoriosos. Difícilmente puede recibir el espectador, especialmente el de la época, una idea de bella y estoica heroicidad de aquel pobre pueblo aterrorizado, de apariencia tosca, ruda, algo primitiva, el mismo pueblo del que había surgido Goya. Sin embargo, y he ahí su genio, el maestro no cae en una fácil demagogia; a impedirlo contribuyó su profundo conocimiento de la sinrazón humana, unido a una sorprendente capacidad de distanciamiento intelectual, a pesar de que es bien sabida la conmoción que le produjeron aquellos hechos.

Los franceses sin rostro “ no son nadie”. No hay un solo oficial ni un mando a uno y otro lado. Unicamente el pueblo que va a morir y el pueblo que debe matar. Víctimas y verdugos pueden ser intercambiables. No hay otra interpretación. De quedar alguna, se despejaría con la publicación de Los desastres de la guerra. Así. Los Fusilamientos del tres de Mayo no es sólo la primera gran obra moderna de la locura de la violencia; es, también, un gran obra revolucionaria.

La Carga de los Mamelucos en la Puerta del Sol ( 1814)

La carga de los mamelucos se encuentra en el Museo del Prado

(Madrid), una obra hecha en óleo sobre lienzo por Goya.

BIBLIOGRAFÍA.

Crónica de España

Autor: Federico Mayor Zaragoza.

Editorial: Plaza & Janes.

Enciclopedia Universal Encarta 98

Historia Saiti 4ª E.S.O

Autores: Eugenio García Almiñana

J. Pablo Gomis Llorca

Fernando Latorre Nuévalos

Ramón Sebastián Vicent.

Editorial: Ecir

Libro de Texto Historia 2ª Bachillerato

Autores: Nieves Mínguez.

Pedro López

Estrella Molina.

Editorial: Santillana




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Enviado por:Raquel Camba
Idioma: castellano
País: España

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