Historia


Guerra de Arauco (1541-1883)


LA GUERRA DE ARAUCO:

“ EL ENCUENTRO

DE DOS MUNDOS”

INTRODUCCIÓN

“Era imaginación fuera de tino

pensar que los soberbios araucanos

quisiesen de concordia algún camino

viéndose con las armas en las manos;

pero con la presteza que convino

los ciento y treinta jóvenes lozanos

pasaron a la tierra sin ayuda

mas que el amparo de la noche muda”

El 11 de Septiembre de 1541 se dio inicio al conflicto bélico más largo que presenciaría el suelo chileno. Un grupo de mapuche, encabezado por el toqui Michimalonco se abalanzaba en un violento ataque contra la recientemente fundada ciudad de Santiago.

Breve resúmen del desarrollo de la Guerra de Arauco

Tras obtener por sus méritos en la conquista de Chile la recompensa de ser Gobernador titular de dicho país, Pedro de Valdivia regresa a Chile en 1549 y lo primero que hace es repoblar la ciudad de La Serena, destruida por lo indígenas en 1547 y él mismo se dispone a iniciar la conquista de aquel anhelado territorio al sur del Biobío: la Araucanía.

Variados son los motivos que tiene Valdivia para ampliar la conquista.

A la riqueza que esperaba encontrar, había que añadir la abundante población indígena y la variedad de recursos naturales existentes en la región. Influyó también la presencia de quienes aún no lograban una buena situación, los que, con el avance hacia el sur esperaban convertirse en fundadores de alguna ciudad y de esa forma acceder a títulos y honores, como por ejemplo, el derecho a explotar un lavadero de oro.

Entre los objetivos de Valdivia, también se encontraba el de alcanzar el estrecho de Magallanes y así ampliar los dominios de España, a pesar de la delimitación de La Gasca, que solamente alcanzaba hasta el paralelo 41.

En 1550, al frente de doscientos españoles y de un cuerpo de indígenas auxiliares comandados por Michimalonco, quien había encabezado la destrucción de Santiago un 11 de Septiembre y que era ahora fiel aliado de Valdivia, llegó hasta la región del Biobío, donde tuvo el primer encuentro con los mapuche, quienes se retiraron con grandes pérdidas después de un furioso combate nocturno, la batalla de Andalién, a la cual siguió la fundación de Concepción, en donde hoy se encuentra Penco.

Luego, en 1552, en plena Araucanía, funda “La Imperial”, en el valle de Cautín. En ese lugar se encuentra el actual Carahue.

Partiendo desde La Imperial, los expedicionarios siguieron hacia el sur y atravesaron el río Toltén, entrando en los dominios de los mapuche. Éstos finalmente se sometieron al dominio español y pudo el gobernador fundar la ciudad de Valdivia, en un hermoso valle contiguo al puerto y río que descubriera Pastene en su viaje por las costas del sur.

A continuación, Valdivia, confió al capitán Jerónimo de Alderete la fundación de Villarrica. Entretanto, el gobernador exploraba las regiones de más al sur al frente de un destacamento, atravesando los ríos Bueno y Maullín y alcanzando el golfo de Reloncaví.

De regreso al norte, fundó en plena Araucanía, los fuertes de Arauco, Tucapel y Purén. Además fundó la ciudad de Los Confines, en las confluencias del río Malleco con el Huequén, cerca de la actual Angol.

A fines de 1553, Valdivia no sólo parecía haber conquistado la Araucanía; sus enviados habían alcanzado el estrecho de Magallanes y los lavaderos de oro de la zona central y del sur favorecían la llegada de españoles y con ellos la conquista de todo el territorio. Sin embargo, las cosas comenzaron a ir mal.

Valdivia, al fundar las ciudades y los fuertes del sur, en un territorio tan dilatado, había dispersado y debilitado sus fuerzas. Los mapuche, a final del año 1553, agruparon sus canoas y al mando de Lautaro, destruyeron el fuerte de Tucapel y dieron muerte al gobernador.

Al desastre de Tucapel, le siguió un período de anarquía.

Al saberse en Concepción la muerte de Valdivia, los cabildos del sur, que eran los únicos amenazados por el momento, nombraron capitán general y justicia mayor de esa región a Francisco de Villagra, quien en 1554 salió a campaña al frente de un destacamento de las tres armas, pues llevaba seis pequeños cañones, los primeros en usarse en el país.

Lautaro lo dejó avanzar hasta la serranía de Marigüeñu, al sur de Concepción, en donde lo derrotó completamente. Esto significó el abandono y destrucción de esta última.

Se producían al mismo tiempo, fuertes disputas entre los españoles, ya que no se sabía quien era el gobernador de Chile. Mientras esto ocurría, Lautaro emprendía dos campañas contra Santiago, con el fin de sublevar a los mapuche de dicho lugar y con su ayuda liberar al país del dominio español. Pero sólo pudo disponer de unos pocos hombres, porque el pueblo mapuche fue diezmado por una hambruna producida a causa de una sequía y una epidemia de tifus.

Sin embargo, Lautaro pasó el Maule y avanzó contra Santiago, al frente de ochocientos hombres. Villagra, apoyado por indígenas amigos, cayó de sorpresa sobre su campamento de Peteroa, al amanecer del 1 de Abril de 1557. Lautaro fue muerto en la refriega y su cabeza expuesta por largos días en la picota de la plaza de Santiago.

Ese mismo año, arribó en la bahía de Talcahuano, García Hurtado de Mendoza, el nuevo gobernador, acompañado de 450 hombres y todo lo necesario para continuar con la conquista del territorio, como armas y caballos.

Luego abrió campaña contra los mapuche, quienes ahora tenían por jefe a Caupolicán. Al mando de 500 hombres y unos 4.000 indios auxiliares, el ejército más brillante visto hasta entonces, pasó el Biobío y derrotó a los mapuche en Lagunillas y Millarapue. Creyendo escarmentar a los indios, García Hurtado hizo ahorcar a los principales, entre ellos a Galvarino.

Pero los mapuche arrasaron sus campos y se retiraron a los bosques, dispuestos a proseguir la lucha.

Hurtado procedió a la refundación de Concepción y Angol, destruidas hace un tiempo por los indígenas, auxilió a Imperial y Valdivia y fundó dos nuevas ciudades: Cañete y Osorno. Luego llegó hasta el seno de Reloncaví.

Los mapuche tomaron la ofensiva tan pronto como vieron que el gobernador fraccionaba sus fuerzas entre el fuerte de Tucapel y las ciudades de Cañete y Concepción. Al mando de Caupolicán, los mapuche intentaron sobreponerse, pero fueron derrotados por los españoles, quienes hicieron morir a Caupolicán empalado.

La pérdida de su toqui, no desanimó a los mapuche. En 1561, con el gobierno de García Hurtado de Mendoza, finalizó la primera etapa de la conquista. Durante el gobierno de sus sucesores, continuaron las batallas entre mapuche y españoles, hasta que en 1598, se produjo el desastre de Curalaba que dio inicio al período del Reino de Chile.

Más tarde, la insurrección se extendió por todo el sur. Así cayeron ciudades como Valdivia y Santa Cruz en 1599, La Imperial y Angol en 1600, Villarrica en 1602 y Osorno y Arauco en 1604.

La Guerra de Arauco se prolongaría hasta 1881.

Causas de la duración de la guerra

1.- Dado a su atraso económico, social y cultural, no se puede atribuir la gran resistencia mapuche al patriotismo, ya que es un sentimiento con nociones muy abstractas para aquel hombre primitivo, sin embargo, hay cuatro razones que son mucho más adecuadas:

a) Apego a la tierra

b) Apego a sus tradiciones

c) Apego a sus antepasados

d) Deseo de libertad

2.- A causa de un estado de guerra permanente entre los mismos mapuches antes de la llegada de los españoles, tenían desarrollado un espíritu guerrero, por lo cual, el defender su territorio de forma violenta, era algo habitual.

3.- Como los mapuches peleaban de a grupos y no de una sola masa, entonces cuando un grupo era derrotado y esa región se apaciguaba, entonces la lucha comenzaba en otra parte, con otro grupo (vutalmapu).

4.- Debido a la topografía y extensión de la Araucanía, ya que tanto para mapuches como españoles, era complicado luchar entre espesos bosques, caudalosos ríos y un adverso clima.

Fuerza española, V/s progresos mapuches

Al principio de la lucha militar, los españoles tenían un mucho mejor armamento, completamente desconocido para los mapuches. La simple existencia de corazas, hacían al español casi invulnerable a las flechas.

Por otro lado, los mapuches creían que el caballo y el hombre eran un solo ser, por lo cual se hacía para ellos aún más difícil enfrentarse hacia ese “casi dios”. De esto se dio cuenta Lautaro, y con este simple descubrimiento, se les hizo a los mapuches mucha más fácil derrocar al jinete.

Luego los mapuches fueron incorporando nuevas armas a sus luchas, como lazos para atrapar al jinete o el garrote corto para aturdir al caballo.

Además aprendieron a utilizar las armas quitadas a los españoles y en poco tiempo se habían convertido en muy buenos jinetes.

Los mapuches tenían incluso, un servicio de espionaje, en el que participaban mujeres y jóvenes indígenas que trabajaban para el enemigo. Gracias a esto, pudieron estar al corriente de los planes de los españoles.

En cuanto a tácticas y estrategias de batalla, los araucanos no se quedaron atrás, utilizaban su astucia para llevar a los españoles a lugares de batalla que por su geografía, era más convenientes para ellos, que conocían bien la zona, como quebradas o terrenos fangosos. Por otra parte, no tardaron en reemplazar el ataque de masas por las embestidas de diversos cuerpos organizados, de esta forma, sacaron una importante ventaja ante los españoles.

El encuentro de dos mundos

“...El fin de la conquista no se tradujo en el término de la lucha entre indios y españoles. Los mapuches opusieron gran resistencia a los españoles, lo que significó un continuo problema para el invasor, que debió siempre prestar mucha atención al pueblo araucano.

Durante el siglo XVI, los españoles intentaron mantener en pie las ciudades que habían fundado y al mismo tiempo, intentaron someter a los indios comarcanos, mientras estos oponían feroz resistencia y se empeñaban en destruir los fuertes y ciudades que éstos habían fundado....”

No cabe duda que el encuentro entre españoles y mapuches fue violento, la continua y prolongada Guerra de Arauco impuso a la vida chilena un marcado carácter castrense. En las últimas décadas del siglo XVI, el centro de gravitación del reino no fue Santiago, sino que Concepción. esto se debió a que toda la atención de los españoles se centraba en mantener los dominios al sur del Biobío, para lo que debían contar con un gran respaldo de gente en dicho lugar, capaz de enfrentarse a los aguerridos araucanos.

A continuación, veremos distintos aspectos del encuentro entre los españoles y los araucanos en la Guerra de Arauco durante el siglo XVI

Extracto de “La Araucana”. Parte II. Canto XVII. Alonso de Ercilla y Zúñiga, 1996




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Enviado por:Francisca Decebal-cuza
Idioma: castellano
País: España

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