Filosofía y Ciencia
Georg Lukács
Instituto Centroamericano de Ciencias Religiosas -ICCRE-
Licenciatura en Ciencias Religiosas- 4to año-
Curso: Corrientes Actuales de Pensamiento y Cristianismo.
Georg Lukács
ÍNDICE
Introducción………………………………………………………………………………….
Breve reseña biográfica……………………………………………………………………..
La Teoría de la Novela………………………………………………………………………
La fusión de comunistas y social-demócratas……………………………………………...
“Totalidad Concreta” de Hegel……………………………………………………………..
El razonamiento de Lukács…………………………………………………………………
El Partido Comunista……………………………………………………………………….
El papel de la economía……………………………………………………………………..
La ideología como cosificación en Georg Lukács………………………………………….
El problema estético: la reconciliación por el arte………………………………...
El problema de la historia…………………………………………………………..
Crítica de la filosofía de la historia hegeliana……………………………………...
La posición del proletariado………………………………………………………...
La historia como totalidad…………………………………………………………..
Concepto de mediación……………………………………………………………...
Sus obras……………………………………………………………………………………..
Lukács y Rosa Luxemburgo………………………………………………………………..
Rosa Luxemburgo y la democracia socialista……………………………………...
Anacronismo…………………………………………………………………………
El Soviet como “anticipación”………………………………………………………
El alma y las formas…………………………………………………………………………
Conclusión……………………………………………………………………………………
Bibliografía………………………………………………………………………………......
Introducción.
Lukács nos da, por su obra, por sus inquietudes filosóficas y estéticas, por la aventura de su vida, la medida de un pensador marxista de incontestable valía, tributario más que de los dogmas rígidos de su ideología, del clima intelectual de su tiempo y de las antinomias que en función de este clima presenta su propia obra.
Obra ingente la de Lukács. Obra filosófica y sociológica que debe mucho a Hegel, a Max Weber, Georg Simmel y Husserl, obra estética y ética donde decantamos influjos alejados al marxismo, como los de Meister Eckhardt y Stefan George, Kierkegaard y Dostoievski. Todo ello no quiere decir en absoluto que estas formas de aperturas y horizonte." antinómicos hagan de Lukács un pensador menos marixsta de lo que convendría. Al contrario, este pensador que domina la filosofía marxista del siglo, que inicia su obra con un escrito como Von der Armut am Geiste, o sea, De la pobreza del espíritu, apreciado por Max Weber, es un caso de autenticidad dentro del marxismo, precisamente por esta capacidad de abrirse a los influjos del siglo, apertura no invalidada por las sucesivas revisiones de su obra, dictadas por los avatares políticos de su vida.
La obra de Lukács ha sido ampliamente analizada. Menos señalada ha sido, en cambio, su contribución última. Hace años que Lukács había anunciado que estaba trabajando, como decíamos antes, en una Ontología de la existencia social. Sólo pocos fragmentos de esta obra, de unas 400 páginas, acabada, según parece, el pasado otoño, son conocidos. Esta ambición de su vida la proclamaba él hace ya cincuenta años, al dar término a su famoso libro Historia y conciencia de clase. El filósofo se propone, en líneas generales, trazar una nueva ontología, a través de la cual quisiera establecer una conexión con la ontología de Marx, opuesta a la ontología lógicoidealista de Hegel. En busca de la humanistas del homo humanus, que caracteriza, desde ángulos distintos, a Heidegger, Lukács quiere limitar su ontología al ámbito de lo social. Quiere desmenuzar los fragmentos o elementos de la vida social en su conexión recíproca, sus «alternativas», su génesis. En cuanto ser social, el hombre no vive «en sí», sino «para sí», superando su condición inmediata y viviendo la totalidad de su existencia social.
En esta ontología del ser social se inscriben y suman su existencia concreta y su creación suprema. Para "Lukács el hecho ontológico es anterior al hecho ético o estético. La «pérdida de sí» implica la inmersión creadora en lo social, mediante una superación del carácter antinómico de los principios de causalidad y finalidad.
Para un filósofo materialista como George Lukács este esfuerzo hacia la creación de una ontología última tiene algo patético. Implica una dramática búsqueda de la libertad, una valoración de las fuerzas subjetivas del hombre, con encima el peso de una idea materialista de la vida y el peso no menos inexorable del reino de la necesidad.
Breve reseña biográfica
Georg Lukács (György Szegedy von Lukács) nació y murió en Budapest, Hungría el 13 de abril de 1885 y muere el 4 de junio de 1971. Fue un filósofo marxista y hegeliano y un crítico literario.
Nacido en una familia judía de banqueros, estudió en Budapest, Berlín y Heidelberg. Fue miembro del Partido Comunista húngaro y ocupó cargos políticos. Su padre había sido recompensado con el título hereditario «von Lukács», en premio como servicios como financiero. Von Lukács quería que su hijo siguiese sus pasos en el negocio de la banca, pero tropezó con una violenta negativa. Lukács ha hablado de su aborrecimiento desdeñoso por la vida del capitalismo, que, dice, se origina en el período de su juventud, y podemos suponer que ese aborrecimiento fue la razón de su negativa.
Su principal escrito filosófico-político es Historia y conciencia de clase (1923), de gran influencia en el pensamiento marxista.
Sus teorías estéticas, fundamentalmente sobre literatura, se basan en un concepto dialéctico del arte relacionado estrechamente con las contradicciones de la sociedad.
La interpretación humanista del marxismo que hace Lukács se plantea como reacción al determinismo económico. Intenta integrar las raíces subjetivas hegelianas superando las limitaciones del determinismo económico. Hegel, como pensador exponente del idealismo alemán, incorpora a la dialéctica la dimensión de la subjetividad.
Consta que, todavía en su adolescencia, se comprometió con actividades, que bien podrían parece incomprensibles o ajenas al hombre de negocios convencional. En 1904 cooperó con la formación de la sociedad dramática «Thalía», de Budapest, con el propósito de representar comediar que no figuraban en el repertorio corriente de la ciudad, y llevar el teatro a la clase obrera. La sociedad duró pocos años, hasta que sus locales, alquilados, fueron clausurados por la policía. Con una inconsciente ironía, en razón de que constituía un peligro de incendio. Antes de fundar «Thalía», Lukács se había inscrito en 1902 en un club de estudiantes socialistas. Éste, los “ Estudiantes socialistas revolucionarios de Budapest”, fue organizado por Ervin Szabó, el mas influyente teórico del socialismo en Hungría desde comienzos de siglo hasta su muerte en 1918. Lukács no era por entonces marxista, aunque ya estaba estudiando a Marx.
Leyó el Manifiesto Comunista cuando todavía era un estudiante de bachillerato y durante su licenciatura estudio varas obras de Marx y Engels: él menciona en particular el primer volumen de El Capital de Marx, y añade que la influencia de Marx sobre él estuvo al principio limitada a la economía y la sociología; no aceptaba el materialismo a marxista, que le parecía superado por la teoría neokantiana del conocimiento.
La Teoría de la Novela
Lukács abandonó pronto el neokantismo, por lo que él consideraba como carácter a-histórico de aquella forma de pensamiento. Rickert y su escuela habían abierto una brecha entre los valores intemporales, por una parte, y, por la otra, la realización de los valores. En La Teoría de la Novela, escrita en el invierno de 1914-15, publicada por primera vez en 1916, Lukács rechazó ese modo de ver, a favor de una historización de las categorías estéticas. Esa ida derivaba de Hegel, y, en efecto, Lukács consideraba la La Teoría de la Novela como marcando su transición de Kant a Hegel.
Lukács rechaza ahora totalmente La Teoría de la Novela; según dice, esa obra no tiene otro interés que el de documento para la prehistoria de las importantes ideologías de las décadas de 1920 y 1930. El libro adolece, en efecto, de serio defectos. La Teoría de la Novela fue escrita en un estado de desesperación producido por la guerra, de la que Lukács, declarado inútil para el servicio militar, había sido solamente espectador.
La fusión de comunistas y social-demócratas
La fusión de comunistas y social-demócratas que Lukács había defendido dejó de existir a finales de junio, cuando Kunfi y otros moderadores dimitieron, convencidos de que la revolución declinaba, los acontecimientos le dieron la razón; aunque se formó un nuevo gobierno, dirigido por los comunistas, la Republica Soviética de Hungría finalizó el 1 de agosto de 1919.
“Totalidad Concreta” de Hegel.
Lukács toma el concepto hegeliano de “totalidad concreta”, y dice que ésa es la categoría fundamental de la realidad. Según lo expreso más tarde, utilizando palabras de Hegel (aunque en un tiempo había rechazado Historia y consciencia de clase): “Lo verdadero es todo”. El concepto de totalidad ha continuado siendo importante para Lukács; no así, para el contrario, el concepto hegeliano con el que está vinculado en Historia y consciencia de clase, a saber el de identidad sujeto-objeto. Dicho de modo tosco, puede considerarse que la filosofía hegeliana describe un movimiento de lo abstracto a lo concreto, de lo incompleto y fragmentado al todo concreto.
El razonamiento de Lukács.
A partir de la suposición de que lo verdadero es todo, se sigue que su una clase ha de obtener si autoconocimiento, si ha de saber lo que es, entonces ha de tener un conocimiento exacto de la sociedad como un todo. Un conocimiento así podría parecer posible para cualquier clase social, por ejemplo, para la burguesía tanto para el proletariado. Pero Lukács continua argumentando que la burguesía no es capaz de un conocimiento semejante; el suyo es un interés minoritario, que ha de pretender que su dominio es en interés de todos, y, de ese modo, tiene que paliar la verdadera esencia de la sociedad burguesa. Por el contrario, el proletariado es capaz de ver la sociedad desde su centro, como un todo conexionado. Podría parecer que todo eso implica que el proletariado ha captado la totalidad de la sociedad, que posee la verdad absoluta, y que el marxismo, que es la filosofía del proletariado, es un sistema complejo y perfecto. Pero tales implicaciones están lejos de la intención de Lukács. Cuando éste habla de la autoconciencia del proletariado, de su consciencia de clase, se refiere a lo que él llama “posibilidad objetiva”.
El Partido Comunista.
Para Lukács, el Partido Comunista esta la consciente voluntad colectiva (Gesamteille) de verdadera libertad. La separación, por exigencias organizativas, de partido y proletariado no significa que el partido quiera luchar en lugar de la clase en provecho de los intereses de ésta (como en el caso de los banquistas). La separación necesaria par que el proletariado pueda ver inmediatamente su propia consciencia de clase como un carácter histórico (Gestalt). El propósito del Partido es acelerar el desarrollo de la consciencia de clase en el proletariado; porque el proceso revolucionario es equivalente al proceso de desarrollo de la consciencia de clase proletaria. Pero, el mismo Rousseau tuvo que distinguir entre la “voluntad general” y la “voluntad de todos”, así Lukács advierte que el partido tiene a veces que tomar una posición que es opuesta a la de las masas, para mostrar a éstas el camino adecuado mediante la negación de su voluntad actual.
El papel de la economía.
Lejos de ser mecánico y unilateralmente determinista, es dialécticamente activo: el papel que recibe es el de sistemas de coordinadas estructural y metodológicamente último. Eso no significa, desde Lugo, que ahora hayamos adquirido una “varita mágica” en la forma de un “denominador común” mecánico. Al contrario, la afirmación de la importancia de la economía solamente adquiere su significado si uno es capaz de captar las múltiples mediaciones específicas que los más variados campos de la actividad humana, que no solamente están “construidos sobre” una “realidad económica”, sino que también estructuran relativamente autónoma e inmensamente compleja. Sólo si se capta dialécticamente la multiplicidad de mediaciones específicas es posible entender la noción marxista de economía. Porque si ésta es el “determinante último”, es también un “determinante determinado”: no existe fuera del siempre concreto e históricamente cambiante complejo de mediaciones concretas, incluidas las más “espirituales” de éstas. Si la desmitificación de la sociedad capitalista, por el carácter fetichista de su modo de producción e intercambio, ha de partir del análisis de la economía, eso no significa, no muchísimo menos, que los resultados trasferidos a otros niveles y a otras esferas. Aun n lo que respecta a la cultura, política, derecho, religión, arte, ética, etc., de la sociedad capitalista, ha todavía que buscar esas mediaciones complejas, a diversos nivele de generalización histórico-filosófica, que permitan obtener conclusiones fidedignas, tanto acerca de la forma ideológica específica en cuestión como acerca de la forma ideológica específica en cuestión como acerca de la forma dada, historiadamente concreta, de la sociedad capitalista como un todo.
La ideología como cosificación en Georg Lukács
El problema estético: la reconciliación por el arte.
Lukács critica la respuesta que el romanticismo da al problema de la fragmentación, producto de la alienación y de la cosificación de la sociedad.
Los románticos sostienen que la manera de resolver este proceso es apelando a la creatividad de cada uno; convertir a cada hombre en un artista.
Para Lukács esto no es suficiente porque no sale de la óptica individual y burguesa y porque la respuesta romántica no logra resolver el problema de la cosificación.
Lukács sostiene que los mismos intentos de superar el problema reproducen la misma estructura, padecen el mismo principio de la sociedad moderna.
El problema de la historia.
Los románticos tienden a retrotraer la organización social al modelo griego o al cristiano medieval.
Las novelas románticas destacan un modelo donde el hombre todavía no estaba fragmentado, cosificado y la ciencia tampoco.
Ven que en el mundo griego no había la fragmentación que hay en la sociedad moderna, por eso el movimiento romántico tiene el modelo en el pasado a diferencia del iluminismo que plantea un modelo que está en el futuro.
Los románticos ponen como modelo la armonía que había en la polis griega, el valor que había en la sociedad medieval. Plantean una condición social de armonía, de justicia y de belleza como había en el mundo griego o en el cristiano.
Entienden al arte como sinónimo de creatividad, la cual surge de un modelo que no está presente y tienen que recurrir a una realidad pasada, porque el presente no puede servir de modelo porque es un antimodelo.
Los románticos entendían que la razón era el entendimiento, por lo cual debían poner la capacidad de síntesis en la voluntad o en el sentimiento.
Aquello que integra las demás capacidades del hombre es la sensibilidad, todo lo que está dentro de esta zona afectiva en general o en la voluntad. Por esto excluyen a la razón como entendimiento, como ciencia.
Hay concepciones románticas que apelan a la razón pero es una razón como inteligencia.
El problema es que desde la perspectiva moderna considera a la ciencia el fundamento de la realidad. Lo que proponen es subordinar la ciencia a las facultades que realmente integran al ser humano, ya sea la sensibilidad o la voluntad.
Crítica de la filosofía de la historia hegeliana.
En Hegel se plantea una doble construcción, por un lado está el desarrollo de la filosofía de la historia universal en donde el proceso de la historia universal es un crecimiento en el desarrollo de la conciencia de la libertad. La modernidad sería la realización plena de esta conciencia. Y por otro lado, la perspectiva de la filosofía del derecho, que es la organización plena de la libertad en el estado. Esta conceptualización le parece a Lukács una contradicción.
Lukács critica este concepto abstracto que no tiene en cuenta un sujeto histórico concreto que lleve adelante el sentido y construya el sentido en la historia, sino que los pone abstractamente sobre la historia para darle un sentido desde la razón.
La posición del proletariado.
La posición del proletariado es universal porque es el único que está en condiciones de tener que vérselas con el conjunto de la sociedad.
Esta tendencia a la universalidad es una especie de tendencia negativa, que niega la condición de la realidad humana como la esencia del hombre.
El intento de superación es destruir el sistema porque el sistema social es lo que no funciona.
El proletariado es aquello que es incompatible con el sistema. Lo que va a llevar al proletariado a la superación es la conciencia de clase, pero en la actualidad ni siquiera tiene conciencia.
Por proletariado se entiende al trabajador manual, aquel que no tiene otro medio de subsistencia que su fuerza de trabajo.
La división entre trabajo manual y trabajo intelectual es un problema.
La praxis del proletariado no es solo la praxis productiva sino que también desarrollan una lucha, y por eso es parte de la acción del proletariado. Lo que genera la conciencia es siempre la acción.
Lo que está denunciando Lukács es que hay un factor estructural que se reproduce en los distintos niveles de la cultura y en la conciencia. La praxis proletaria está en una posición que le permite reproducir un sistema alienante y cosificador.
Desde Hegel y Marx no se puede pensar una naturaleza humana a priori. El hombre no es bueno ni malo sino que va produciendo lo que es en la historia.
La historia como totalidad.
Hay dos alternativas en las ciencias sociales:
O es imposible comprender la totalidad y entonces las ciencias tienen que hacer una tarea de medición de las partes que permitan ir registrando las tendencias particulares en cada variación. Y la teoría sería la conclusión de estas muestras que no pretenden alcanzar una comprensión global de la situación de la sociedad.
O bien una teoría que tienda a comprender la totalidad con lo cual tiene que, de alguna manera, suponer un cierre en el sistema social, aunque no sea una totalidad ideal planteada como modelo que me permita comprender la realidad.
La perspectiva de Lukács concuerda con esta última lectura.
Concepto de mediación.
La categoría de mediación es una categoría de Lenin como referencia a una ciencia dialéctica. La dialéctica es la mediación de los contradictorios. La mediación de estos es que cada uno no es en sí mismo sino que es a través del otro. Esto significa que cada elemento de una totalidad dialéctica está mediado con los contrarios, que se definen por medio del otro.
Como Hegel no pudo resolver la cuestión dialécticamente, le encuentra un final, o sea, una detención de la dialéctica.
Hegel, Marx y Lukács sostienen que lo que está en la base de la sociedad es el conflicto, la lucha, la guerra. Los hombres no se reúnen para disfrutar de una armonía preestablecida, sino que se reúnen para resolver los conflictos.
Sus obras
Muchas de sus obras son recopilaciones de ensayos escritos y publicados de manera independiente en fechas anteriores a las indicadas.
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El alma y las formas, 1910
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Teoría de la novela, 1920
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Historia y conciencia de clase, 1923
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Lenin: Un estudio sobre la unidad de su pensamiento, 1924
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La novela histórica, 1937
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Goethe y su época, 1946
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Estudios sobre el realismo europeo, 1948
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Realistas alemanes del siglo diecinueve, 1951
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El asalto a la razón, 1952
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Ensayos sobre Thomas Mann, 1955
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El significado del realismo contemporáneo, 1957
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Solzhenitsyn, 1970
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Escritor y crítico, 1971
Lukács y Rosa Luxemburgo.
Rosa Luxemburgo y la democracia socialista
Se puede conseguir, por muy bajo costo y bajo el título Crítica de la Revolución Rusa, una selección de borradores escritos a fines de 1918 donde Rosa Luxemburgo reflexiona sobre el curso que toma la dirección bolchevique y la revolución Rusa. Esta reedición incluye como estudio preliminar un texto que George Lukács publicó en enero de 1922 y que luego formaría parte de Historia y Conciencia de clase, “Observación critica a la crítica de la revolución rusa de R.L”.
Ambos textos fueron escritos en el primer cuarto del siglo pasado, mientras los propios acontecimientos de la revolución rusa y europea se sucedían, y precisamente en ello reside su importancia política. El siglo fue abierto por los sucesos de 1905, de los cuales Rosa, Lenin y Trotsky -como protagonistas- extraerían parte sustancial de sus respectivas visiones sobre el proceso político de la revolución, su dinámica y sus fines. Las lecciones extraídas al calor de la lucha del proletariado ruso contra la autocracia zarista, serán la base de los debates y orientaciones que se pondrán nuevamente en juego alrededor del camino que, después de la revolución bolchevique de octubre de 1917, debe adoptar el gobierno revolucionario. Karl Marx sentencio que “las revoluciones proletarias se critican a si mismas”, y precisamente la lectura de los trabajos de Luxemburgo y Lukács permiten aprehender la herencia de la crítica marxista de los intentos emancipadores de las clases explotadas y su superioridad por sobre la resignación y el desengaño actuales que -luego de la caída estrepitosa del llamado “socialismo real”- predica la inmutabilidad del capitalismo y su democracia como único (y tenebroso) horizonte posible de organización política y social.
Anacronismo
Lukács ve en la crítica de Rosa a la dictadura bolchevique un problema de valoración de las fuerzas motrices de la revolución. El problema de Rosa, dice, es que posee una falsa apreciación del proceso de la revolución al que considera directamente proletario y socialista. Posición que la arrastra a una “sobreestimación del carácter orgánico de la revolución en la historia”, deduciendo de este elemento el carácter de la táctica política.
De esta forma la crítica que Rosa hace a Lenin y Trotsky -al curso que adopta la dirección bolchevique en el proceso de la transición al socialismo- puede ser leída bajo el juego de los anacronismos, una oposición de las tareas y los tiempos políticos de la revolución. Rosa, dice Lukács, “opone siempre a las exigencias del momento los principios de la etapa futura de la revolución” pues enfrenta la política bolchevique por la distancia que ésta establece con los fines del socialismo. Es esta concepción la que le da un carácter anacrónico a la crítica luxemburgista que acierta en tanto los fines concientes pero no en cuanto a los medios, en particular en lo referente al problema nacional y a la reforma agraria. Es conocida su oposición a la reforma agraria, exclama que “la ocupación directa de la tierra por el campesinado no tiene absolutamente nada en común con la economía socialista”. Ve en la existencia de la pequeña propiedad agraria un enorme retroceso frente al programa socialista de la colectivización y la eliminación de la propiedad privada; la supervivencia de la pequeña propiedad, cree ella, acarreara un enorme peligro para el avance de la revolución socialista. Un mismo punto de vista adopta con relación al planteo de autodeterminación nacional, erigido por Lenin, en el que sólo ve una concesión política e ideológica al nacionalismo burgués. Dice; “Mientras [los bolcheviques, NdR] demostraban un frío desprecio frente a la Asamblea Constituyente, el sufragio universal, la libertad de prensa y de reunión, en síntesis, frente a todo el aparato de las libertades democráticas fundamentales de las masas populares, que en su conjunto constituían el `derecho de autodeterminación' para toda Rusia, consideraba al derecho de determinación de las naciones como la niña de los ojos de la política democrática”. Rosa ve en la medida bolchevique el instrumento de la desmembración estatal de Rusia por parte de la reacción. No sólo subvalúa la diferenciación existente entre naciones opresoras y oprimidas en la unidad estatal del antiguo imperio zarista, sino que otorga al sufragio universal y a la asamblea constituyente, es decir a las instituciones de la democracia “popular” -de esta forma la llamaría la socialdemocracia alemana oficial en su combate a los consejos como órgano de poder proletario en la revolución alemana de 1918- la capacidad de unificar la nación revolucionaria.
El Soviet como “anticipación”
Lukács, en su glosa crítica, argumenta que esta posición muestra la “incomprensión” de Rosa en identificar a los Soviets como la base y columna vertebral del Estado de transición. Para Lukács, el Soviet como continuidad de la experiencia de la Comuna de París no es un Estado “en el sentido estricto del término”, por un lado, pero sí lo es frente a la “necesidad de aplastar a su adversario” y por lo tanto de justificar la dictadura y la guerra civil contra la burguesía nacional e internacional. Pero Lenin va más allá de esta confluencia que divisa Lukács en el Estado de transición. Incluso es tan duro en sus términos como la propia Luxemburgo, pues ve el desarrollo en la experiencia rusa de la contradicción existente entre la autoinstitución de “los proletarios y semiproletarios” en los soviets y la administración estatal imperante en un país que no había eliminado, ni podía hacerlo automáticamente ni nacionalmente, los elementos capitalistas.
El alma y las formas
El joven George Lukacs dice en El alma y las formas (1911) que “El ensayista rechaza sus propias orgullosas esperanzas que sospechan haber llegado alguna vez cerca de lo ultimo; se trata de explicaciones de las poesías de los otros, y en el mejor de los casos de explicaciones de sus propios conceptos: eso es todo lo que puede ofrecer. Pero se sume en esa pequeñez irónicamente, en la eterna pequeñez del más profundo trabajo mental respecto a la vida, y la subraya con irónica modestia”. La condición irónica del ensayo, según Lukacs, no reside en su naturaleza parasitaria sino, sobre todo, en la forma en que somete a su objeto a preguntas e indagaciones.
Conclusión.
Para el autor el concepto de mercancía es el problema estructural central de la sociedad capitalista. Según él una mercancía es una relación entre las personas que adoptan la naturaleza de una cosa, y desarrolla una forma objetiva. El fetichismo de la mercancía es el proceso por el que los actores otorgan a la mercancía y al mercado creado para ellas una existencia objetiva e individual en la sociedad capitalista. Amplía el concepto de fetichismo, que Marx asociaba a la economía, a toda la sociedad, incluyendo ámbitos como el derecho y el Estado. Habla de reificación o cosificación, en tanto el mismo humano se percibe como objeto y no como sujeto, obedeciendo a supuestas leyes que rigen el mercado.
Según Lukács conciencia de clase es el sistema de creencias compartidas por los que ocupan la misma posición de clases en la sociedad. La capacidad para desarrollar la conciencia de clase caracteriza sobre todo a la sociedades capitalista (ya que la base económica de capitalismo permite ver con más claridad), y más específicamente en el proletariado, ya que tiene la capacidad de ver la sociedad tal como es. También esto es ampliado al incorporar no sólo la posición económica objetiva, sino los pensamientos psicológicos reales de los hombres sobre sus vidas. Al autor le preocupaba la relación dialéctica entre las estructuras del capitalismo, pero además los sistemas de ideas, el pensamiento y la acción individual
Bibliografía.
Parkinson. G.H.R. GEORG LUKÁCS, El hombre, su obra, sus ideas. Ediciones Grijalbo, S.A. Barcelona-México,D.F. 1973
Lichtheinm, George. LUKÁCS. Ediciones Grijalbo, S.A. Barcelona-México,D.F. 1973
Luxemburgo, Rosa. CRÍTICA DE LA REVOLUCIÓN RUSA, Quadrata Editorial. Buenos Aires, , 2003
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Enviado por: | José David |
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